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LA IRRUPCIÓN EUROPEA EN AMÉRICA

La visión de los otros

Los expedicionarios europeos que decidieron ocupar este continente al


que denominaron “América”, emprendieron violentamente la conquista y la
colonización, y sometieron y/o exterminaron a muchas comunidades originarias.
Quienes lo hicieron consideraban que estos pueblos, así como los de África y Asia,
eran “salvajes”, y por lo tanto inferiores, porque permanecían en estadios
culturales anteriores a la civilización. Al naturalizar estas creencias, justificaron el
genocidio y la expoliación, bajo la mirada de una Europa occidental en expansión.
Los imperios coloniales se construyeron sobre las ruinas de Tenochtitlán, Cusco,
Tikal y tantas otras civilizaciones, y negaron la diversidad de culturas y lenguas
nativas, desarticularon la economía, la organización social de los pueblos
originarios y la libertad de millones de seres humanos.

Expediciones europeas terrestres y marítimas (siglos X al XVII)


Objetivos de la conquista

¿Qué objetivos podían perseguir esos hombres para arriesgar el todo por el
todo? Por supuesto, ya dijimos, podían encontrar civilizaciones que tuvieran
metales preciosos, que era lo que más se apreciaba en Europa: oro y plata. Pero
no había suficiente para la codicia de los conquistadores; una vez que sometieron
y saquearon a los aztecas, los incas, las ganancias en metal ya no fueron tan
exorbitantes. Sin embargo, siguieron buscando posibles lugares de riquezas. Estos
sitios no existían, pero siguió llegando gente ambiciosa para la “conquista”. Su
interés era obtener tierras o minas y hombres que las trabajaran (indios
encomendados). En España no había posibilidad de obtener nuevas tierras;
muchas estaban poseídas por nobles o señores poderosos, que le transmitían su
herencia sólo a su hijo mayor. América les daba la posibilidad de nuevas
perspectivas de cambiar, de ser ricos, famosos, terratenientes, importantes,
poderosos.

Conquista y colonización de América por España

La conquista que comenzó con el viaje de Colón fue una empresa


descomunal, monstruosa y arrolladora que los europeos llevaron a cabo en gran
parte del “nuevo” continente.
Para la visión de la mayoría de los españoles constituyó una tarea colosal:
aún hoy muchos tienen como héroes a quienes llevaron a cabo la conquista.
América posee gigantescas dimensiones, difíciles de atravesar en poco tiempo
(imaginemos la situación teniendo en cuenta los accidentes geográficos, las
selvas y los insectos, alimañas y otros animales). Los conquistadores, con los
medios con que contaban en ese momento, no sólo la recorrieron sino que en
poco más de cincuenta años arrasaron con buena parte de las poblaciones
originarias americanas y sus culturas. Gracias a ella, comienza en España la época
de la grandeza imperial, la España moderna.
Para los millones de vencidos, la conquista fue algo bestial e inexplicable
por la saña y la crueldad con que los invasores mentían, engañaban, torturaban,
robaban, violaban y mataban.

Del arribo a la invasión

Para analizar la conquista, tradicionalmente se establecen tres períodos,


relacionados con su expansión geográfica y con la metodología empleada para
imponerse como dueños del lugar.
La primera etapa tuvo lugar en el mar Caribe. Fue la primera región
explorada; allí llegó Colón y ofició como base de partida hacia la posterior
conquista del continente. En las islas del mar Caribe los conquistadores entraron
desde la costa hasta el interior, “rastrillando” o “barriendo” con todas las
poblaciones. De este modo se apoderaron de toda el área caribeña, aniquilando la
población nativa. En 1520 la zona insular estaba totalmente en poder de los
españoles. Esta misma metodología fue empleada por otros europeos en
América, como por ejemplo los ingleses.
En el continente los conquistadores no podían hacer lo mismo, por varios
motivos:

➜ Había demasiadas poblaciones originarias como para ir exterminándolas de a


una.

➜ Los conquistadores eran muy inferiores en número a las comunidades


aborígenes de “Tierra Firme” (así denominaban al continente).

➜ En las islas, al destruir a la población nativa, “tuvieron” que comprar esclavos a


los traficantes de cautivos africanos para los trabajos forzados. Es decir, se
quedaron sin mano de obra servil gratuita. Los indígenas sometidos podrían
servirles.

➜ En el continente les interesaba llegar a las grandes civilizaciones, que contaban


con numerosos “tesoros”, con los cuales los conquistadores podrían enriquecerse
rápidamente.

Por eso los conquistadores, al llegar a las costas con sus tropas,
averiguaban por medio de informantes locales dónde estaban los reinos
indígenas más poderosos, que tuvieran oro y plata, y se internaban en el
continente. Allí buscaban comunidades originarias que pudieran aliarse a ellos,
debido a rivalidades, odios por guerras anteriores y/o sometimiento, para lo cual
les hacían falsas promesas. Una vez que hubieran dominado las ciudades más
ricas y poderosas, desde allí se dirigían hacia otros centros secundarios. De este
modo, pocos conquistadores lograron someter extensos territorios. Cuando
Hernán Cortés (México, 1520/1), Francisco Pizarro y Diego de Almagro (Perú, 1532/4)
se apoderaron de las grandes culturas americanas (ubicadas en las áreas
mesoamericana y andina), se habla de la segunda etapa de la conquista.

La tercera etapa se refiere a la expansión de la conquista y ocupación del


territorio americano, más allá de los grandes imperios. Comienza cuando los
españoles afianzan su conquista del territorio sur del Tawantinsuyu en la actual
Bolivia, y deciden llevar adelante las de otros territorios como Chile, Argentina
(excepto regiones de mapuches, tehuelches, chaqueños...), Uruguay, Paraguay,
Venezuela, norte de México, sur de los Estados Unidos, etcétera.

Por regla general se dice que esta etapa finaliza en 1555 o en 1560 y que
allí comienza la colonización. Sin embargo, debemos analizar este concepto:
colonizar significa que un grupo de pobladores de un lugar se radica en otro
territorio, que pasa a ser una colonia. Pero los territorios americanos no estaban
deshabitados: existía población indígena, contra la que lucharon durante mucho
tiempo los europeos a fin de establecer sus poblados. Es decir, no hubo
colonización sin previa confrontación contra los habitantes que ocupaban el
lugar, y ese método se denomina “despojo” o “conquista”.

La resistencia de las comunidades originarias contra la usurpación de


territorios todavía existe, porque tanto empresarios “nacionales” como
multinacionales continúan apropiándose ilegítimamente de tierras ancestrales
indígenas, a comienzos del siglo XXI.

Expansión de la conquista

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