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Miss Paulina Fernández

Historia
Guía Lectura “La Colonia”

Objetivo: - Reconocer principales características del periodo


- Identificar los principales cambios en el modo de vida.
- Caracterizar algunos rasgos distintivos de la sociedad medieval

1. La conquista de América

Durante la primera mitad del siglo XVI, los exploradores españoles se dirigieron hacia el interior del
continente americano, motivados por el espíritu de cruzada y en búsqueda de riquezas. Posteriormente, los
exploradores pasaron a conquistar estos territorios, dominaron los núcleos poblacionales indígenas y
obtuvieron metales preciosos. De esta forma, se pasó de la exploración a la conquista del continente.

2. De conquistadores a colonos

Como hemos visto, los conquistadores fueron, por lo general, gente pobre que venía de regiones
económicamente deprimidas. Algunos habían estado presos por delitos como insurrección. Estaban
interesados en ganar fama, dinero y ascenso social. También querían extender el cristianismo en el
continente.
Participaron en la conquista y se repartieron el producto del saqueo. Algunos volvieron a España, unos
ricos y otros tan pobres como antes. Muchos se quedaron en América como colonos. Recibieron tierras y
cargos en las ciudades. Varios de ellos se casaron o vivieron con hijas de caciques, y aseguraron alianzas con
el poder local. En pocos años, los primeros conquistadores eran ya colonos y vivían junto con otros españoles
que llegaron después y tuvieron más suerte. Hicieron grandes fortunas.
Los colonos necesitaron del apoyo de la Corona, o sea, del Estado español, para mantener su predominio.
Pero, a veces, se enfrentaron a las autoridades peninsulares porque sus intereses eran contrapuestos. Ellos
querían apoderarse de las tierras y los indígenas. La Corona quería un control directo de su nuevo imperio y
sus nuevos súbditos.

3. Debate sobre la conquista

En la conquista y la colonización de América, realizada primero por españoles y portugueses, y luego por
ingleses y otros europeos, se produjeron muchos actos de violencia y despojo. Desde sus primeros momentos,
la conquista fue objeto de resistencia de los indígenas y de debate muy fuerte entre los propios colonizadores.
¿Con qué derecho venían desde el otro lado del océano para dominar a pueblos que tenían su cultura, su
organización y sus propios soberanos? La respuesta que dieron los españoles es que lo hacían para cumplir
con la obligación religiosa de enseñar el Evangelio a los pueblos y ofrecerles, de ese modo, la salvación
eterna con el bautismo cristiano.
La religión fue el justificativo de la conquista. Y esto trajo protestas y discusiones. Así como hubo
religiosos que fueron cómplices de los atropellos y de los asesinatos, otros levantaron su voz para denunciar
las injusticias y defender a los indios. El más notable de ellos fue fray Bartolomé de las Casas, que dedicó su
vida a pedir justicia para los pueblos aborígenes y sanciones para los que los oprimían.
La conquista fue un hecho irreversible que originó una sociedad con grandes diversidades. Desde entonces,
hemos vivido en estas tierras: indígenas, descendientes de europeos, negros y mestizos.

4. Etapas de la Conquista

La conquista española del continente americano se llevó a cabo en varias etapas:

- Entre 1492 y 1519: las primeras áreas exploradas, conquistadas y colonizadas fueron las islas del
Caribe. Desde allí, partieron las empresas de conquista hacia el continente americano
- Entre 1519 y 1550: Los españoles conquistaron el Imperio Azteca, en México y todos los territorios
adyacentes de América central. Además, conquistaron el imperio Inca en la cordillera de los Andes.
- Después de 1550: El ritmo conquistador declinó y comenzó un periodo de afianzamiento y
organización de tierras conquistadas

5. Las colonias españolas

Luego de la conquista, la Corona española comenzó a organizar su imperio en América, recuperando el


poder sobre los territorio descubiertos y conquistados por exploradores privados. Alcanzando este objetivo,
procedió a implementar un sistema político, económico, social y religioso sobre sus nuevos dominios. Se dio
inicio así al periodo conocido como la colonia que, junto con el proceso de mestizaje de la población
española, indígena y africana, dio origen a la sociedad colonial americana.
6. Qué significaba ser colonia

Cuando un país conquistaba un territorio, lo convertía en su colonia. Con esto, el país colonizador, o sea la
metrópoli, organizaba la colonia para beneficiarse de la explotación de sus recursos y del trabajo de sus
habitantes.
Al ser colonia, un territorio y sus pobladores estaban dominados por un país poderoso, que los explotaba. La
colonia era gobernada por autoridades de la metrópoli, que cobraban impuestos a la gente y se llevaban parte
del producto de su trabajo.

7. El control desde España

Las instituciones de gobierno en España que trataban asuntos concernientes a América fueron:

La casa de contratación: Entre sus funciones estaban la organización y el control del tráfico de personas,
barcos y mercancías entre España y América. Regulaba el monopolio comercial entre España y sus colonias,
fiscalizaba el comercio, el cobro de impuestos y la inmigración. Además, mantenía una escuela cartográfica y
de pilotos navales.
El Consejo de Indias: Cumplía funciones judiciales, ya que expedía leyes para las colonias y dirimía
conflictos civiles y criminales. Además, tenía funciones de gobierno puesto que colaboraba con el rey en la
designación de altos funcionarios coloniales y, en general, de todo tipo de decisiones concernientes a
América.

8. La organización política colonial

A lo largo del siglo XVI, los conquistadores fueron tomando posesión, en nombre del rey de España, de
grandes extensiones territoriales del continente americano. Estas tierras, que quedaron bajo el control de la
Corona española, pasaron a formar parte de su imperio ultramarino, cuyas colonias se ubicaron en América y
en Asia, mientras que la metrópoli se encontraba en Europa.
Gobernar este imperio no era tarea fácil por varias razones: la significativa distancia que separaba la
metrópoli de sus colonias, el lento ritmo de las comunicaciones (tanto por tierra como por mar), la gran
extensión territorial de las regiones colonizadas y la diversidad cultural que presentaban quienes las
habitaban, entre otras. Para enfrentar estos obstáculos y ejercer el mando, la monarquía española dividió los
territorios americanos que tenía bajo su poder en distintas unidades administrativas e implementó un
complejo sistema de organización a cargo de diversas instituciones y funcionarios que representaban los
intereses de la Corona.

La organización política en las colonias estaba compuesta por:

Gobernaciones: fueron las primeras instituciones que sirvieron para administrar y defender regiones
periféricas en plano periodo de conquista. Al llegar este a su fin, las gobernaciones dieron paso a dos
instituciones: el virreinato y la capitanía general.
Virreinato: se constituyó en la unidad administrativa más importante del imperio español. Era dirigido por
un virrey, que era la representación del rey en las colonias y que cumplía funciones administrativas y
judiciales. La corona creó los virreinatos de Nueva España, Perú, Nueva granada y Río de la Plata.
Capitanía General: cumplía funciones de control militar en regiones apartadas. Las principales fueron las de
Cuba, Guatemala, Venezuela y Chile.
Audiencias: Fueron los órganos más importantes para la administración de justicia. Estaban constituidos por
oidores y jueces, quienes además asesoraban al virrey en sus funciones. Detrás de cada una de estas
entidades, había un ejército de funcionarios entre los que se encontraban escribanos, alféreces, alcaldes y
visitadores.

9. Las ciudades

Después de la conquista, las autoridades españolas impulsaron el poblamiento de las nuevas tierras. En la
estrategia diseñada por la Corona, “poblar” significaba fundar ciudades, intentaron reproducir en América el
sistema de organización urbana que funcionaba en la península. En las ciudades se concentraba la mayoría de
los españoles y desde allí los conquistadores implantaron su dominio sobre las zonas rurales, donde habitaban
casi la totalidad de la población indígena. Así, surgieron Quito (1534), Lima (1535), Santiago (1541), La
Serena (1544), Concepción (1550), Valdivia (1552), entre otras. Cada una tenía su cabildo, formado por los
colonizadores.
Muchas de estas urbes tuvieron una importancia productiva o comercial, otras, en cambio, operaban como
centros administrativos o zonas de frontera, de modo de resguardar la ocupación hispana ante levantamientos
indígenas o amenazas de otras potencias europeas.
Si bien gran parte de la población se localizó en zonas rurales y, por lo tanto, la cultura y la identidad
estuvieron marcadas por la vida y las rutinas propias de dichas zonas, las ciudades crecieron paulatinamente,
especialmente gracias a la población mestiza, que buscó vivir en ellas, ya que otorgaban más posibilidades
económicas que el trabajo rural.

10. La fundación de las ciudades

La ciudad se convirtió no solo en el lugar de residencia de todos los españoles en América, sino que servía
también para controlar y ordenar el espacio. Cuando los españoles tomaban posesión de un territorio, el jefe
de la expedición fundaba una ciudad por medio de una ceremonia especial. Posteriormente planificaba su
crecimiento según el modelo de cuadricula, para luego distribuir la tierra entre sus soldados. En el centro de
la ciudad, se instalaba la plaza central y, a su alrededor, las sedes de los poderes civil y eclesiásticos, el
cabildo y la iglesia.

11. La administración local

El poder surgía de los vecinos de las ciudades. Los colonos que eran propietarios de la tierra, eran
ciudadanos con plenos derechos. Cada ciudad tenía su propio cabildo, una institución que controlaba la vida
de sus habitantes y vigilaba lo relacionado con las propiedades públicas, como tierras y bosques comunales,
de los que recibía gran parte de sus ingresos.
En las ciudades, el principal cargo eran las alcaldías mayores o corregimientos y eran nombrados por la
Corona o virrey. Los alcaldes, siempre en número de dos, se ocupaban de la justicia local, tanto civil como
criminal. Los regidores (entre 4 y 12, según el tamaño de la urbe) tenías a su cargo la administración de la
ciudad: obras públicas, policía, control del precio de las mercaderías, organización de las festividades y
procesiones.
12. Las encomiendas

Al principio, los españoles necesitaron de los caciques locales, que siguieron como autoridades de sus
pueblos, pero bajo mecanismos de control de los indígenas establecidos por los conquistadores. Para ello,
usaron la encomienda, que consistía en el encargo o “encomienda” –de allí su nombre– que hacía la Corona a
un colono español, el encomendero, de un grupo de indígenas, para que un religioso doctrinero (pagado por
el encomendero) les enseñara la doctrina cristiana.
Los indígenas pagaban tributo a la Corona a través del encomendero, por el “beneficio” de la
cristianización. Entregaban dinero al encomendero o trabajaban para él. Así, la encomienda era un
instrumento de cobro de impuestos y también de “evangelización”.

13. El proceso de evangelización en América

Otro elemento que formó parte del proceso de colonización americana fue la evangelización. Junto con la
dominación por las armas, los monarcas españoles, que se consideraban a sí mismos defensores de la religión
católica, promovieron la conquista espiritual en el mundo americano.
Para extender el cristianismo en América, la monarquía española asumió tareas propias de la Iglesia
Católica, como la construcción de templos religiosos, la organización de sacerdotes, el cobro del diezmo y la
presentación de candidatos para altos cargos eclesiásticos. Además, se instalaron misioneros pertenecientes a
órdenes religiosas como los franciscanos, dominicos, agustinos, mercedarios y jesuitas, quienes
evangelizaban principalmente a través de la educación.
Las órdenes religiosas coincidían en lo indispensable que era la concentración o “reducción” de la
población indígena en “pueblos de indios”, a fin de ejercer mayor control sobre ella. Mediante la predicación
y la enseñanza, se transmitía la doctrina cristiana, forzando la adopción de ciertas conductas occidentales,
como la monogamia y el matrimonio, que para los europeos constituían prácticas “civilizadas”.
Por otra parte, dado que la gran mayoría de los pueblos indígenas americanos estaban más acostumbrados a
utilizar el lenguaje visual que el escrito, las imágenes se convirtieron en el principal medio de difusión de la
religión católica.
En América la Iglesia católica contó con un importante instrumento de control sobre los colonos e indios
que habitaban las colonias: la Inquisición. Esta institución proclamaba defender a la Iglesia ante los peligros
que significaban la herejía, la brujería y el judaísmo, por lo que instauró sus tribunales en Lima (1579) y
Cartagena (1610)
14. La Iglesia colonial

La Iglesia católica tenía a su cargo la evangelización de los indígenas y la educación de los colonizadores;
manejaba el registro de nacimientos, matrimonios y muertes de toda la población, y acumuló gran cantidad
de tierras. Llegó a tener cientos de haciendas y se transformó en el primer terrateniente de la Real Audiencia.
Los religiosos, tanto las diócesis con sus obispos y clero, como las órdenes religiosas, dependían de los
reyes españoles, que eran patronos de la Iglesia y tenían el derecho, llamado de patronato, para protegerla,
dotarla de recursos, nombrar y remover sus obispos y más funcionarios eclesiásticos.
Se enviaban misioneros religiosos a la Amazonía y otras zonas aún sin conquistar para cristianizar a los
indígenas e incorporar sus territorios al dominio español. Las misiones más importantes fueron las de los
jesuitas.

15. Vida cotidiana

El día a día de la vida colonial estaba marcado por la religiosidad. Las campanas de las iglesias tocaban
para anunciar las horas del día y las prácticas religiosas. Las fiestas cristianas estaban conectadas con el
calendario agrícola de siembras y cosechas. Las cofradías y otras asociaciones religiosas agrupaban a la
gente.
Los indígenas, que habían sido dominados por medio de la religión, asumieron el cristianismo como propio
y lo integraron a sus creencias, muchas veces al mezclar sus dioses con los santos, y a las ceremonias
católicas con sus prácticas anteriores. A eso se llama sincretismo. El cristianismo fue impuesto, pero una vez
que los indígenas lo integraron a sus creencias, fue el instrumento de resistencia más eficiente que las fugas
masivas, los suicidios y los levantamientos violentos.
Para toda la sociedad, las fiestas eran muy importantes. Las fiestas públicas las celebraban los cabildos con
gran frecuencia. Luego de las ceremonias católicas y procesiones, había bailes, grandes comidas y las
corridas de toros, que comenzaron poco después de la conquista. Las fiestas familiares se realizaban por
acontecimientos como bautizos o matrimonios.
La alimentación se basaba en productos andinos como maíz y papas y en aquellos que habían introducido
los españoles como carne de vaca y cerdo y embutidos. Se preparaba tortillas de maíz y pan de harina de
trigo.

16. Sociedad estamental en la Colonia

En un principio, la Corona intentó establecer en América una estricta separación entre españoles e
indígenas. Sin embargo, en la práctica, este plan de segregación de la población no fue posible, pues
tempranamente ambos grupos mantuvieron contactos frecuentes y cotidianos.
Desde comienzos del siglo XVI, a estos dos grupos se sumó la población africana, migrantes forzados
traídos a América en calidad de esclavos. De esta forma, españoles, indígenas y africanos, con sus similitudes
y sus diferencias, experimentaron todo tipo de contactos e intercambios.
Para mantener la preeminencia de la población europea por sobre las otras, los colonizadores establecieron
en América una forma de estratificación estamental y jerárquica, basada en las diferencias y la segregación
que proporcionaban el linaje familiar, el lugar de nacimiento, la apariencia física y el color de la piel, lo cual
dio origen a una sociedad pigmentocrática.
Estos estatus diferenciados fueron formalizados por la Corona española, acostumbrada a marcar
distinciones sociales al interior de la población, para reforzar el orden jerárquico y mantener el sistema
colonial imperante. Este sistema es conocido como sociedad de castas.

17. Blancos e indios

Luego del primer siglo de colonización, en la sociedad existían grupos definidos. Los blancos españoles,
especialmente los de origen peninsular, que eran miembros de la administración civil y eclesiástica,
encomenderos, obrajeros y comerciantes, estaban en la cúspide de la pirámide social. Controlaban la
Audiencia, los cabildos, los centros de producción económica y el comercio.
En la base de la estructura social colonial estaban los pueblos indígenas, que sufrieron cambios profundos,
pero lograron mantener sus comunidades, caciques y costumbres, que fueron usados para gobernar y cobrar
tributos.
Los españoles se apoderaron de tierras, pero las comunidades indígenas lograron conservar buena parte de
las suyas. Aprendieron pronto técnicas agrícolas, cultivo de plantas y domesticación de animales venidos del
viejo continente.
Las diferencias sociales se garantizaban en la “Legislación de Indias”, que mantuvo una división entre la
República de blancos, que agrupaba a los colonos, y la República de indios. Así mantenía cada cual su vida
con sus derechos y obligaciones, pero en una sociedad en la que los unos estaban sometidos a los otros. De
ello no escaparon los negros esclavos, que estaban en el sector más bajo de la sociedad.

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