La demanda como motor del análisis y la importancia del deseo en la transferencia
“Toda demanda es una demanda de amor”
Con esta contundente afirmación o aforismo, Lacan presenta una propuesta
aparentemente sencilla, pero que encierra una complejidad que va al corazón de la relación entre analista y analizante. Por una parte, es posible pensar que en todo análisis hay algo que se dirige al Otro, que puede ser un deseo de ser escuchado, de ser alojado, y, en última instancia, de ser amado. Sin embargo, nos plantea un desafío: ¿cómo responder a esta demanda sin satisfacerla completamente, para así ponerla a trabajar en un proceso analítico? Freud en “La interpretación de los sueños”, ya nos adelantaba sobre lo anteriormente dicho. Aquí, plantea que "toda manifestación de deseo, toda solicitud de atención, toda petición, en fin, lo mismo si se trata de la exigencia de amor que de una queja por una falta de amor, [...] lleva siempre en sí el sentido de un recordatorio de un tiempo en que el sujeto era amado y se mostraba demandante de amor" (1900). Por su parte, Lacan, profundiza en esta idea al decir que "toda demanda es una demanda de amor”, sin embargo, en sus seminarios planteará que esta demanda que ocurre en la escena analítica no debe ser correspondida por el analista. Aquí, nos indica que no se trata de satisfacer la demanda de forma literal, sino de permitir que opere en el análisis como un motor. De esta forma, es crucial pensar en la importancia de la transferencia y el papel que esta juega para el despliegue del propio deseo del analizante; la posición en que se pone al analista, sus prejuicios, el semblante que ocupe, etcétera, podrán dar lugar a grandes interferencias en la progresión de la cura, o bien, generar las condiciones psíquicas para que esta se desarrolle. Para pensar esto último, es posible tomar en consideración el caso del Sueño de la inyección de Irma. En este sueño, Irma culpa a su doctor de su malestar a partir de una inyección mal administrada. Freud interpreta que esta inyección es una metáfora que proyecta sentimientos de culpa y responsabilidad que Irma tenía hacia él como su analista. Freud interpretó que Irma estaba proyectando en él su malestar y culpabilidad por no haber logrado una cura efectiva para sus síntomas. La "inyección" simboliza la intervención de Freud en el tratamiento de Irma y su percepción de que él es responsable de su malestar. Freud también interpretó que Irma estaba evitando enfrentar directamente sus propios sentimientos de culpa y malestar, proyectándolos en la figura del médico (Freud/Dr. M) en el sueño. Es posible hacer una lectura de cómo en esta formación del inconsciente de Irma, operan la transferencia y el deseo. Lacan agregará la importancia dialéctica en el sueño, proponiendo una lectura bajo las lógicas del lenguaje; el sueño revelará conflictos psíquicos anudados bajo las lógicas del significante. Aparece la importancia del deseo como motor del trabajo analítico y, pensado desde el sueño de Irma, como ejemplo de cómo la transferencia y el deseo de curación no cumplido permiten algo de movimiento y puesta en marcha del psiquismo. Abordar el asunto de la transferencia supone también pensar en la relevancia de la táctica, técnica y ética de cada analista, asunto que Freud analizará ampliamente a lo largo de su obra, y que en este escrito solo podrán mostrarse pequeñas pinceladas de lo que se podría explorar. Dentro de los múltiples escritos donde Freud aborda esta temática, se encuentran las puntualizaciones sobre el final del caso Dora. Sin detenernos a detallar en profundidad el caso, la analizante finalmente abandona el tratamiento, y tanto Freud como Lacan tendrán diversas lecturas en cuanto a este tema. Lacan hará una lectura sobre como la escena inconsciente se despliega en este caso, tomando en consideración los propios errores con los que Freud admite haberse tropezado. Freud parece identificarse a la figura del señor K, posicionándose desde este lugar en la transferencia; como efecto, termina siendo “abofeteado”, tal como le ocurre al señor K, “Freud, en razón de su contratransferencia vuelve demasiado constantemente sobre el amor que el Sr. K inspiraría a Dora” (Lacan, Escritos sobre transferencia, pp 213). Por otro lado, la homosexualidad femenina también parece haber aparecido como punto de tope que detiene el flujo del análisis. He aquí la importancia en las maniobras que el analista pueda hacer desde la transferencia. Los movimientos presentes en el caso de Dora parecen haber conducido hacia una transferencia negativa, “relativa a la contratransferencia definida como la suma de los prejuicios, de las pasiones, de las perplejidades... del analista en el proceso dialectico” (Lacan, Escritos Sobre Transferencia, Pp. 214). Como hipótesis, se puede pensar que cuestiones propias del mismo analista propician la instalación de la transferencia negativa, dificultando que la escena inconsciente de Dora pueda desplegarse. La bofetada, el “despedir” a Freud como tratante, emergen como pasajes al acto donde el sujeto sale de la escena. * Lacan propondrá la transferencia como el “artificio de hidráulico con el fin de asegurar el paso de ciertos diques, y que su curso debe proseguir según las leyes de una gravitación que le es propia y que se llama la verdad”(Lacan, Escritos Sobre Transferencia, pp. 215). Es a través de este proceso que el sujeto puede confrontar sus deseos y conflictos, permitiendo así el movimiento y la transformación. El deber del analista será propiciar el paso de estos diques, a través de la lectura de las coordinadas y lógicas de cada caso. En conclusión, se puede sostener que la demanda es el motor que impulsa al análisis, pero es el deseo el que lo sostiene y lo hace avanzar. El deseo aparece como fundamento, como la falta, que permite la movilización subjetiva. En este sentido, la transferencia puede pensarse como un fenómeno clínico que pone de manifiesto las modalidades en que el sujeto se posiciona en relación al Otro. La lectura de la transferencia se vuelve crucial, para permitir que opere en el análisis, permitiendo al analista posicionarse en las coordenadas que condicionen el despliegue de la escena inconsciente. Cada caso tendrá una lógica única y subjetiva, pudiendo pensarse cada sujeto como un único matema singular. De este modo, localizar los conceptos anteriormente expuestos (transferencia, deseo, demanda) será eje fundamental para el trabajo de artesanía que realiza cada analista en su consulta. Referencias
Freud S. Obras completas tomo VII: Fragmentos de análisis de un caso de histeria
(Dora). Buenos Aires, Amorrortu, 2004. Lacan J. Escritos 1: Intervención sobre la transferencia. Buenos Aires: Siglo XXI, 2003. Lacan J. El Seminario de Jacques Lacan: Libro 1: Los Escritos Técnicos de Freud. Buenos Aires: Paidós, 2004.
Pasando Revista, 'Psicoanálisis Vincular. Curarse Con Otros', 'Más de Un Otro. Variaciones y Vacilaciones Del Dispositivo Psicoanalítico', y 'Clínica Del Incesto Fraternal'