El liderazgo autoritario se produce cuando el líder ejerce

el mando y da órdenes que los demás acatan para

alcanzar objetivos comunes. Un líder autoritario
establece los objetivos, determina los procesos y
supervisa los pasos necesarios para alcanzar dichos
objetivos, sin que los miembros del equipo apenas
intervengan. Después colabora con ellos en cada etapa
del proceso, dirigiéndolos y acompañándolos hacia el
éxito. El liderazgo autoritario sitúa a los líderes como
responsables últimos de la toma de decisiones. Los
empleados y subordinados constituyen una fuente de
información, pero sus contribuciones no se tienen
necesariamente en cuenta a la hora de emprender
medidas.
Tipos de Liderazgo Autoritario
tipos más frecuentes de líderes autoritarios:
El intimidador
Este tipo de líder emplea la severidad para que sus
subordinados trabajen de un modo más intenso y
eficiente. Exige a sus equipos un nivel de rendimiento
muy alto.
El reflexivo
Los líderes reflexivos se centran en la experiencia y la
intuición. Aplican sus propios conocimientos a los
problemas que surgen y guían a los empleados
basándose en soluciones anteriores. En lugar de recurrir
a la severidad o la intimidación, orientan a sus
subordinados y comparten con ellos las lecciones
aprendidas en el pasado.
El adaptable
Los líderes adaptables cambian su enfoque según la
situación y la personalidad de cada empleado. Por
ejemplo, algunos empleados solo reaccionan cuando
reciben órdenes y necesitan que alguien esté encima de
ellos para avanzar, mientras que otros responden mejor
a la orientación y la reflexión.

El reactivo
Estos líderes reaccionan a las situaciones solo cuando
se presentan. Su estilo de gestión es intenso y
responden a los problemas de los empleados con
dureza.
Ventajas del liderazgo autoritario
Entre los beneficios que puede aportar este modelo de
liderazgo, estas son sus principales ventajas:

Eficiencia: obtiene resultados rápidos a corto plazo y en

la mayoría de los casos no se equivoca.
Resolución de conflictos: en momentos de crisis o
gestión, el líder autoritario ofrece soluciones rápidas y
eficientes.
Poder de decisión: funciona bien bajo presión, así como
en situaciones estresantes o donde hay que tomar
decisiones urgentes.
Control: aunque no interactúe gran parte del tiempo con
sus empleados, lo tiene todo bajo control y sabe lo que
ocurre en todo momento.
Supervisión: pone mucha atención en los trabajadores,
lo que provoca que estos respondan de una manera
efectiva y que en muchos casos mejore su rendimiento
laboral

Desventajas del liderazgo autoritario

Aunque el liderazgo autoritario tenga sus ventajas,
estas solo compensan durante un periodo de tiempo
corto, y más a la empresa que a los trabajadores. Si este
modelo perdurara largos periodos acabaría cansando y
generando miedo, rechazo y frustración por parte de los
empleados, llegando a poder renunciar a su puesto de
trabajo.

Este modelo de liderazgo tiene muchos resultados no

tan positivos. Estos son algunos de sus inconvenientes:

Escasa comunicación: no se comunica con sus

empleados ni les informa de ninguna decisión
empresarial.
Empatía y baja autoestima: no empatiza con cómo se
puedan sentir o qué puedan pensar sus trabajadores. Al
no poder participar en la toma de decisiones, el equipo
no se siente parte de los objetivos de la compañía. Esto
hace que se sientan infravalorados y su autoestima vaya
decayendo con el tiempo.
Ordenar e imponer: impone castigos e incentivos, puede
llegar a gritar o tener un tono fuerte, e inspirar miedo o
terror. Solo preocupa trabajar y lograr objetivos.
Bajo compromiso: tiene el control, pero muchas veces,
si descuida el trabajo que se está realizando, los
trabajadores pueden cuestionar algunas de las órdenes
impuestas por el líder, y el compromiso de este último
puede ir disminuyendo.
Clima laboral deficiente: al carecer de comunicación y
trabajo en equipo, la motivación, las relaciones y el
rendimiento en el equipo empeoran.
Alto nivel de estrés: el hecho de tener que trabajar bajo
unas órdenes sin poder formar parte de las decisiones
hace que los trabajadores vivan en un constante estrés
y con el único objetivo de cumplir con el trabajo dentro
de los tiempos impuestos.