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Sebastián Jaramillo – 00328247

Jorge Ormaza – 00331730


Juan David Raza – 00329251
Rafael Yánez – 00327463
Universidad San Francisco de Quito
JUR 2203: Derecho Internacional Público
10 de marzo del 2024
La posibilidad de denunciar tratados de derechos humanos

La adopción de un acuerdo sea unilateral o bilateral, sobre cualquier materia sigue un


ordenado proceso. Parte de la ejecución de la negociación de los estados miembros,
momento procesal importante, que los estados desde el principio de su soberanía, decide
acordar el orden de una agenda, redactar y adoptar el texto que obligará a los estados
que deseen formar parte, que tras la firma del mismo, variando de las formas de
obligarse, es perseguido por la necesidad de que el estado firmante ratifique su intención
de obligarse a las condiciones y elementos que puedan estar tipificados en el tratado, lo
que representa, su compromiso con el contenido del texto, además del reconocimiento
del vínculo jurídico entre los sujetos del derecho internacional.

Una vez un texto ha sido ratificado es importante reconocer los elementos internos del
tratado, puesto que si la intención del estado parte, es retirarse del tratado al cual se
encuentra obligado, es importante realizar el análisis de si dentro de los elementos
típicos del estado, se cumple con las condiciones de la Convención de Viena (Derecho
de los tratados), para que un estado miembro de un tratado, tenga la posibilidad de
denunciar sobre el acuerdo inter partes. Que conforme con el art. 54 y 56 de la misma,
para que la decisión unilateral de retirarse de un tratado pueda llevarse a cabo debe
cumplir con limitados requisitos, que no permiten que sea accesible para los estados
denunciar un tratado, partiendo por el análisis del texto e interpretando si dentro de las
disposiciones del tratado expresamente se menciona la posibilidad de denunciar sobre el
mismo. Pero también, deja abierta la posibilidad, de que en el caso de que los estados no
hayan acordado la existencia expresa de la capacidad de poder retirarse voluntariamente
de las obligaciones acordadas por los estados; nace también de un acto de voluntad que
por consentimiento de todas las partes después de consultar a los demás Estados
contratantes, un estado pueda retirarse de un tratado, con la notificación de al menos
doce meses de su pretensión de retirarse.

Ahora bien, la adopción de un texto de carácter comercial, material o de cualquier


materia, no es equivalente a un tratado de derechos humanos, puesto que los principios
de adopción de los derechos son íntegramente diferentes. Puesto que, en materia
esencial de derechos humanos, un estado no puede decidir sobre los derechos
vinculados a los individuos sobre los cuales territorialmente se encuentra obligado, pues
si bien los estados adoptan obligaciones de carácter de derechos humanos para las
personas en su jurisdicción, los estados no son los titulares beneficiados de los derechos
humanos adoptados, sino son los obligados con su población al cumplimiento de las
obligaciones adoptadas, pues cabe mencionar que según el criterio de la declaración
universal de derechos humanos “ los derechos son iguales e inalienables”, que bajo esta
premisa, ningún derecho adoptado, puede ser objeto de enajenación, por ninguna otra
persona, ni estado en particular, por ello, los estados con este concepto, no están en
capacidad de desatender, las obligaciones adoptadas, ni renunciar o al menos
unilateralmente, un tratado en materia de derechos humanos.

El objeto y fin de los tratados de derechos humanos, justamente se basa en la protección


de los derechos previamente adquiridos para con los ciudadanos de los estados que son
parte del mismo, en el que los estados deciden obligarse tanto con la comunidad
internacional, como en su derecho interno; la diferencia sustancial de la celebración de
un tratado comercial y de derechos humanos erradica al momento de obligarse, puesto
que en uno lo hace frente a los estados parte, mientras que en materia de derechos
humanos los estados son quienes se obligan hacia los individuos que se encuentran bajo
su jurisdicción. Relación fundada en la idea de la protección de los individuos bajo los
principios fundamentales del derecho, partiendo por el principio pro homine o pro
persona, que su fin principal es que las personas sean protegidas por su estado, pero así
también, puedan las mismas ser protegidas por la comunidad internacional, que como
objeto se utilizará la norma, la interpretación más favorable con fin de defensa de los
derechos humanos de las personas, justamente para que denuncias que puedan ser
promovidas de forma abrupta e intempestiva, no versen sobre los derechos de la
población, ni que decisiones estatales tomadas en perjuicio de los principios
democráticos, el interés público interamericano y el debilitamiento del funcionamiento
del sistema interamericano de protección de los derechos humanos, puedan influir en la
decisión del acto unilateral. Puesto que, basado en los principios fundamentales de
derechos, son los miembros del estado, representados en sus autoridades, es decir los
titulares del derecho adquirido, quienes tomen la decisión de prescindir del acuerdo del
estado para con un tratado.
La subsistencia de las obligaciones estatales en materia de derechos humanos tras
la denuncia de tales tratados.

En primer lugar, los tratados internacionales de derechos humanos tienen un carácter


especial y una naturaleza distinta a los demás tratados internacionales, debido a que su
objeto es la protección de derechos inherentes a la naturaleza humana. Como señala
Tapia Valdés (Documento 2), estos tratados "se refieren a 'derechos esenciales que
emanan de la naturaleza humana'" (p. 351). Esta particularidad implica que la denuncia
de estos instrumentos no produce el efecto de hacer desaparecer jurídicamente las
garantías y derechos incorporados a través de ellos.

En este sentido, el documento 1 establece que "un tratado sobre derechos esenciales del
ser humano fija, al igual que los tratados de límites entre estados, los límites
permanentes e invariables de la libertad del individuo frente al Estado" (p. 82). Esto
implica que, una vez que un tratado de derechos humanos ha garantizado nuevos
derechos o ha ampliado el marco de garantías sustantivas y procesales, estos derechos
quedan definitivamente incorporados al catálogo de derechos fundamentales del Estado,
aun si se denuncia el tratado posteriormente.

Tapia Valdés refuerza esta idea al afirmar que "los derechos previamente garantizados
deben entenderse incorporados a la lista o enumeración expresa de los derechos y
libertades que la Constitución contiene" (p. 82). En consecuencia, ni el poder legislativo
ni el ejecutivo pueden poner término a los derechos incorporados por un tratado de
derechos humanos denunciado, ya que "estos derechos pasan a formar un solo 'Bloque
Constitucional de Derechos Humanos', que el legislador no puede variar y el
constituyente debe considerar" (Tapia Valdés, p. 359).

Otro aspecto relevante es el carácter objetivo de las obligaciones convencionales


contraídas por los Estados Partes en los tratados de derechos humanos. Como se cita en
el documento 1, los votos disidentes y razonados del Juez Antonio Cancado Trindade se
refieren "a la interpretación conforme con el carácter objetivo de las obligaciones
convencionales contraídas por los Estados Partes en la Convención Americana" (p. 81).
Esto significa que las obligaciones adquiridas al ratificar un tratado de derechos
humanos tienen una vigencia y validez objetiva, más allá de la voluntad unilateral de un
Estado de desvincularse de dicho instrumento.
Asimismo, el documento 1 menciona que "la Comisión de Derechos Humanos de la
ONU urgió al gobierno de Trinidad y Tobago que reasuma las obligaciones adquiridas
bajo la Convención Americana" (p. 84), lo que demuestra el reconocimiento
internacional de la subsistencia de estas obligaciones, incluso después de la denuncia
del tratado. Adicionalmente, el documento 3 reafirma la competencia de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre Nicaragua, a pesar de la denuncia
de la Carta de la OEA por parte de este país. La CIDH destaca que "el Estado de
Nicaragua se encuentra obligado por todos los instrumentos internacionales de los
cuales es parte" y que "continuará ejerciendo sus mandatos de monitoreo a través del
Mecanismo Especializado de Seguimiento a Nicaragua (MESENI)". Esto evidencia que
las instancias internacionales de protección de derechos humanos mantienen su
competencia y mandato de supervisión sobre los Estados, aun después de la denuncia de
los tratados respectivos, reconociendo la subsistencia de las obligaciones estatales en
esta materia.

Finalmente, el documento 1 resalta el principio "Pacta Sunt Servanda" del Derecho


Internacional, el cual establece que "todo tratado en vigor obliga a las partes, y que éstas
deben cumplirlo de buena fe" (p. 358). Esto implica que los Estados no pueden invocar
disposiciones de su derecho interno como justificación para incumplir un tratado, lo que
refuerza la idea de que las obligaciones adquiridas a través de los tratados de derechos
humanos subsisten, independientemente de la denuncia posterior de dichos
instrumentos.

En conclusión, los documentos analizados sustentan que la denuncia de un tratado


internacional de derechos humanos no libera al Estado de sus obligaciones en esta
materia, ya que los derechos y garantías incorporados quedan establecidos de forma
permanente en el ordenamiento jurídico interno, formando parte del "bloque
constitucional" de derechos fundamentales. Además, las instancias internacionales
mantienen su competencia para supervisar el cumplimiento de las obligaciones
convencionales durante el período de vigencia del tratado para ese Estado, en virtud del
carácter objetivo y la naturaleza especial de los derechos humanos y los principios del
Derecho Internacional.
Efectos de la denuncia del tratado constitutivo.

Los efectos de esta denuncia responden a quedar desligados de la Carta de la OEA, el


artículo 143 de la Carta de la Organización de Estados Americanos deja expreso: …éste
quedará desligado de la Organización después de haber cumplido con las obligaciones
emanadas de la presente Carta. Se observará a profundidad cuáles son los resultados
de tal efecto, cómo los pasos a seguir para que sea efectivo…

Existe un primer condicionante que deja el art. 143 de la Carta de la Organización de


Estados Americanos.

Cuando el artículo menciona que se desligará de la organización después de haber


cumplido con las obligaciones, está mencionando que es necesario haber cumplido con
las respectivas obligaciones de la Carta cómo primer paso para que la denuncia cumpla
su propósito, siendo el de desligarse de la Carta.

El efecto de todas formas no sería inmediato del cumplimiento, deberá además cumplir
con 2 años de que la notificación se haya hecho efectiva ante la Secretaría General.

Daniela Salazar menciona cómo ¨a través de este artículo, los Estados pretendieron
asegurarse de que no se utilice a la denuncia de la Convención como un pretexto para
evadir la responsabilidad ante un evidente incumplimiento de las disposiciones de la
Convención

Es importante además remarcar que los efectos de desvincularse de una Carta que trata
derechos humanos o límites políticos no eximen de manera completa la falta de
responsabilidad frente a estos, pues es conocido qué derechos fundamentales humanos
son reconocidos Ius Cogens.

Se puede concluir que los efectos finales sí podrían desvincular a Nicaragua de la Carta
que denuncia, produciéndose los efectos si se cumplen con los requisitos señalados,
pero los afectos no atienden a una falta de responsabilidad posterior sobre ciertos
derechos que están protegidos por ius cogens, pues Nicaragua no ha sido un objetor
persistente, siendo reciente sus violaciones sobre Derecho Internacional Humanitario.
La posibilidad de que el organismo internacional continúe analizando la situación
del Estado denunciante en materia política, social y de derechos humanos con
posterioridad a la denuncia del tratado constitutivo de la Organización
Internacional.

Un Estado puede retirarse de un tratado, ya que se aplica el principio de voluntariedad


de los Estados y de su soberanía, pero en el caso de retirarse de un tratado que implique
ius cogens, los organismos encargados de velar por el cumplimiento de esas normas
deben continuar siendo garantes de esos derechos. En el caso de Nicaragua, en su
constitución en su Art 5. Párrafo 9 establece: “Nicaragua se adhiere a los principios que
conforman el Derecho Internacional Americano reconocido y ratificado
soberanamente.”

Por lo que esto implica que Nicaragua desde su derecho interno se somete a los
principios del Derecho internacional interamericano por lo que da la posibilidad que un
organismo internacional continúe analizando la situación del Estado denunciante de un
tratado en materia política, social y de derechos humanos.

El Estado se retira del tratado, pero sigue siendo parte de la Organización de las
Naciones Unidas y aun más que eso es parte de la Sociedad Internacional por lo que,
aunque el Estado se retire de un tratado que tenga carácter regional como en el caso de
Nicaragua. El estado sigue teniendo relaciones internacionales con más países alrededor
del mundo. Y parte de esas relaciones tiene que ver con el cumplimiento a las normas
de ius cogens.

Por lo que es correcto afirmar, que un Estado puede denunciar un tratado, pero ese
Estado continua con sus obligaciones respecto a los Organismos Internacionales, en este
caso Nicaragua ya no tiene ninguna obligación con La OEA, ni con los países que
forman parte de la misma, pero la CIDH al ser un organismo que vela por los intereses
humanitarios tiene total autoridad para observar las actuaciones de Nicaragua y
expresarlo frente a las naciones del mundo.

En los tratados usualmente se incluyen normas de Ius cogens, pero las obligaciones
frente a estas normas son de imperativo cumplimiento por lo que de no cumplir esas
normas el Estado debe asumir las consecuencias. “En virtud de esta condición, el ius
cogens se configura como una doble barrera para los Estados: de entrada, porque
cuando un nuevo Estado se integra a la sociedad internacional no puede sustraerse a sus
preceptos en modo alguno (lo que sí podría ocurrir con las normas consuetudinarias y
convencionales carentes de dicho status, es decir, propias del Derecho dispositivo al
aparecer indistintamente, por efecto de la sucesión normativa, nuevas costumbres y
tratados que sobre el mismo supuesto establezcan obligaciones y derechos distintos ); y
de salida, porque no tiene la posibilidad de retirarse de sus alcances aun cuando quiera
hacerlo con otros Estados o sujetos.” (Acuña, Carlos Joel Zelada.12 de febrero de 2002.
pp.139-140)

Pero esto nos hace pensar en lo siguiente, como logramos que esas normas de ius
cogens se cumplan, o quien debería hacerlas cumplir. Porque ahí los organismos
internacionales juegan un papel importantísimo. El caso de Nicaragua es particular, ya
que este Estado ha entrado en una fase dictatorial, donde se vulneran derechos
consagrados en normas de ius cogens, por ejemplo, se han dado casos de tortura, de
persecución, de tratos crueles e inhumanos, y sobre todo su democracia de ha visto
coartada por el gobierno de turno. Por lo que es de suma importancia que organismos
internacionales intervengan, invocando normas de ius cogens y defendiendo el fin
último que es el ser humano. Por lo que no solo la CIDH, puede intervenir en este tipo
de situaciones. Sino también organismos mundiales como la ONU y los organismos
relacionados con velar los derechos humanos.
Referencias

 Tapia Valdés, J. (s.f.). Efectos de los tratados sobre derechos humanos en la

jerarquía del orden jurídico y en la distribución de competencias. Alcances del

nuevo inciso segundo del artículo 5º de la CPR de 1980. Revista IUS ET

PRAXIS, 9(1), 351-364.

https://www.revistaiepraxis.cl/index.php/iepraxis/article/view/387

 CIDH reafirma su competencia sobre Nicaragua y lamenta su decisión de

denunciar la Carta de la OEA en un contexto de graves violaciones a los

derechos humanos. (2021, noviembre 20). Comisión Interamericana de

Derechos Humanos.

https://www.oas.org/es/CIDH/jsForm/?File=/es/cidh/prensa/comunicados/

2021/300.asp

 Carta de la Organización de Estados Americanos art. 143

 MARÍN, Daniela Salazar. La Denuncia de Tratados Internacionales de Derechos

Humanos. Iuris Dicto, 2016, vol. 15, no 17.

 United Nations. (s. f.). La Declaración Universal de los Derechos Humanos |

Naciones Unidas. https://www.un.org/es/about-us/universal-declaration-of-

human-rights

 Acuña, Carlos Joel Zelada. (12 de febrero de 2002). Ius Cogens y Derechos

Humanos: Luces y Sombras Para una Adecuada Delimitación de Conceptos.

Agenda Internacional. 129-56. https://doi.org/10.18800/agenda.200202.007.

 Nicaragua. (1987). Constitución Política de la República de Nicaragua. Artículo

9.

 Convención de Viena derecho de los tratados art.54, art.56.

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