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INTRODUCCION
“Todo lo que una persona puede imaginar, otras podrán hacerlo realidad.”
Verne (1828 - 1905). Escritor francés de gran influencia en la literatura de ciencia ficción.
¿Te gusta la tecnología y la ciencia? ¿Y si te dijera que hay narraciones fantásticas sobre estos
temas? No, no se trata de ensayos científicos, se trata de la Ciencia Ficción, aquellas historias sobre
sociedades futuras, viajes intergalácticos, extraterrestres, robots, paradojas temporales y todos aquellos
mundos a los que sería posible acceder si el ser humano desarrollara las aplicaciones de la ciencia a un
nivel superior. Posiblemente ya conozcas muchas historias de este tipo y en las siguientes actividades
podrás conocer específicamente lo que las caracteriza, junto con la influencia que tienen en otros medios
tales como el cine y los comics.
OBJETIVOS
1. Concepto: Este género pertenece a la literatura fantástica porque narra hechos que no son realistas
en el momento en que el escritor imagina la historia, pero está limitado a las posibilidades de la
ciencia o de la evolución del mundo en el futuro. En definitiva, es imaginación limitada por la lógica
científica.
2. Intención: El autor de ciencia ficción nos muestra mundos futuros para reflexionar acerca del
presente. No es su intención predecirlo, como lo haría un astrólogo; sino hacernos pensar cómo
somos y cómo nos proyectamos como miembros de la raza humana, poniendo en evidencia nuestras
virtudes y defectos. esto no quiere decir que la ciencia ficción no haya anticipado muchos de los
avances tecnológicos antes de que se produjeran. el simple hecho de imaginar el futuro hace que
podamos prever cómo seremos y cómo viviremos.
3. Futuros utópicos: Cuando se muestra una civilización mejor que la actual se le llama utopía, es
decir, un mundo mucho mejor, con mayores progresos, mundos en paz, equilibrados, con la
tecnología haciéndole la vida más fácil al humano, con contactos con extraterrestres benévolos que
nos ayudan, con vidas ideales y positivas.
4. Futuros distópicos: Por el contrario, cuando el mundo representado es mucho peor que el actual se
denomina distopía, algunas visiones de cómo sería una era pos-nuclear, una época apocalíptica, con
graves catástrofes ecológicas, el dominio de un gobierno mundial tiranizando a la población, la guerra
con otros mundos y otras, son algunas de las imágenes comunes de la ciencia ficción distópica.
5. Personajes específicos: Si bien pueden aparecer personas corrientes, este género aportó
personajes propios a la literatura: robots, androides, inteligencia artificial, clones, mutantes,
extraterrestres, alienígenas, científicos, hombres con súper poderes, astronautas y otros han sido
personajes típicos, además de darles una imagen a través de descripciones, muchas veces los
escritores han tenido que inventar nombres técnicos para ellos.
6. Tiempo: Además de ambientarse en un futuro, ubicando las acciones
muchas veces en un año exacto, el tiempo ha sido muchas veces el tema
de la ciencia ficción: reflexionar acerca de los viajes en el tiempo, la
superposición de tiempos, la relatividad del tiempo o la alteración del tiempo
han sido planteos recurrentes del género exponiendo teorías científicas
acerca de estas posibilidades.
7. Espacio: Imaginar una vida futura implica también imaginar cómo será el
mundo en cuanto a sus espacios naturales, arquitectónicos y geográficos;
por eso el espacio ha sido representado a partir de detalladas
descripciones; lo mismo ocurre con la representación de otros planetas y
galaxias. Por otro lado, al igual que el tiempo, el espacio puede ser tema
de reflexión científica, por ejemplo, planteando la superposición de
espacios, las diferentes dimensiones, etc.
8. Temas: Este género dio lugar a plantear algunos de los grandes temas humanos: el avance de la
tecnología, la evolución de la ecología, el contacto con vidas extraterrestres como espejo de la raza
humana, la ambición de la raza humana, las relaciones sociales y su proyección futura, el sentido de
la civilización, los límites éticos de los avances científicos, son temas de fondo que siempre se
plantean más allá de las historias de aventuras y acción que se llevan a cabo en la narración.
9. Relación con la ciencia: Si bien el autor imagina las historias, debe darles verosimilitud, es decir,
que sean creíbles, y debe entonces apoyarse en la investigación científica. Por ello es común que
utilicen vocabulario técnico-científico y apliquen algunas teorías o se documenten acerca de objetos y
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leyes de la ciencia. Se da una doble inspiración: el autor está atento a los avances de la ciencia para
escribir sus historias, y los científicos suelen inspirarse en los autores para investigar nuevos avances.
10. Literariedad: Si bien está atado a la ciencia, éste es un género literario, y como parte de la literatura
debe plantear una historia bien contada, elegir las palabras justas, seguir una estructura narrativa
sólida, buscar belleza en la narración de los hechos y todos los requisitos que tiene cualquier género
literario.
aumentó la necesidad de los jóvenes por el consumo de relatos mágicos y fantásticos, que les
permitieran penetrar en otras existencias paralelas, escapando a la propia. Fue así que
nacieron las primeras revistas de historietas que propagaron el género, haciéndolo más popular
como Amazing Stories.
Este origen explica el porqué de la exclusión en que se mantuvo el género en adelante,
asociándolo con literaturas escapistas y populares de baja ralea. Sin embargo, en los años
posteriores, autores del peso literario de Isaac Asimov, Arthur C. Clarke y Robert Heinlein, se
dieron a la labor de cultivar la novela y el cuento de ciencia ficción con un gran mérito artístico.
Las acometida en el género de autores que no se dedicaban netamente a la ciencia ficción,
también generaron un mayor respeto hacia el mismo, en los comienzos del género: Karel
Čapek con R.U.R. (1920) -que inventó el término robot- y La guerra de las salamandras (1937) ,
Vladimir Obruchev con Plutonia (1929), Aldous Huxley con Un mundo feliz (1932), C. S. Lewis
con su Trilogía cósmica (1938-1945) o George Orwell con 1984 (1948). Sin olvidar tampoco a
escritores hispanoamericanos como Adolfo Bioy Casares con La invención de Morel (1940) o
Jorge Luis Borges que hizo una importante reflexión sobre el género en Latinoamérica.
A partir de los años 80 y 90, con el desarrollo de los primeros ordenadores y sistemas de
inteligencia artificial los escritores empezaron a obsesionarse con el poder de las máquinas.
Esto originó un nuevo movimiento denominado cyberpunk que presentaba una visión pesimista
y desencantada por un futuro que sería dominado por la tecnología y un capitalismo tirano. Los
escritores más famosos de esta rama fueron William Gibson y Bruce Sterling. Después llegó el
postcyberpunk que consideraba la tecnología como algo positivo, teniendo como referente la
obra Snow Crash (1992) de Neal Stephenson. En la actualidad los subgéneros se centran en
los impactos de la biotecnología (biopunk),
Ahora vas a observar en clase una animación del cuento El mejor amigo de un muchacho
de Isaac Asimov. Aquí puedes leer la historia completa:
EL MEJOR AMIGO DE UN MUCHACHO
- Querida, ¿dónde está Jimmy? -preguntó el señor Anderson.
- Afuera, en el cráter -dijo la señora Anderson-. No te preocupes por él. Está con Robutt... ¿Ha
llegado ya?
- Sí. Está pasando las pruebas en la estación de cohetes. Te juro que me ha costado mucho
y no ir a verlo. No he visto ninguno desde que abandoné la Tierra hace ya quince años... dejando aparte
los de las películas, claro.
- Jimmy nunca ha visto uno - dijo la señora Anderson.
-Porque nació en la Luna y no puede visitar la Tierra. Por eso hice traer uno aquí. Creo que es el primero
que viene a la Luna.
- Sí, su precio lo demuestra -dijo la señora Anderson lanzando un suave suspiro.
- Mantener a Robutt tampoco resulta barato, querida -dijo el señor Anderson.
Jimmy estaba en el cráter, tal y como había dicho su madre. En la Tierra le habrían considerado
delgado, pero estaba bastante alto para sus diez años de edad. Sus brazos y piernas eran largos y
ágiles. El traje espacial que llevaba hacía que pareciese más robusto y pesado, pero Jimmy sabía
arreglárselas en la débil gravedad lunar como ningún terrestre podía hacerlo nunca. Cuando Jimmy
tensaba las piernas y daba su salto de canguro su padre siempre acababa quedándose atrás.
El lado exterior del cráter iba bajando en dirección sur y la Tierra -que se hallaba bastante baja en el
cielo meridional, el lugar desde donde siempre podía ver desde Ciudad Lunar-, ya casi había entrado
en la fase de llena, por lo que toda la ladera del cráter quedaba bañada por su claridad.
La pendiente no era muy empinada, y ni tan siquiera el peso del traje espacial podía impedir que
Jimmy se moviera con gráciles saltos que le hacían flotar y creaban la impresión de que no había ninguna
gravedad contra la que luchar.
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- Es difícil de explicar - dijo el señor Anderson -, pero lo comprenderás en cuanto lo veas. El perro te
querrá de verdad, Jimmy. Robutt sólo está programado para actuar como si te quisiera, ¿entiendes?
- Pero papi... No sabemos qué hay dentro del perro ni cuáles son sus sentimientos. Puede que
también finja.
El señor Anderson frunció el ceño.
- Jimmy, te aseguro que en cuanto hayas experimentado el amor de una criatura viva notarás la
diferencia.
Jimmy estrechó a Robutt en sus brazos. El niño también tenía el ceño fruncido, y la expresión
desesperada de su rostro indicaba que no estaba dispuesto a cambiar de opinión.
- Pero si los dos se portan igual conmigo, entonces tanto da que sea un perro de verdad o un perro
robot - dijo Jimmy -. ¿Y lo que yo siento? Quiero a Robutt, y eso es lo que importa.
Y el pequeño robot, que nunca se había sentido abrazado con tanta fuerza en toda su existencia, una
serie de ladridos estridentes... ladridos de pura felicidad.
enredaron un instante sobre las teclas. Borró el proceso y volvió a empezar. El delicado diseño apareció
en la pantalla.
- Permíteme, por favor solicitó -Calvin-, manipular tu ordenador.
Le concedió el permiso con un gesto, sin palabras. Naturalmente. ¿Qué podía hacer Linda, una
inexperta robopsicóloga recién estrenada, frente a la Leyenda Viviente?
Susan Calvin estudió despacio la pantalla, moviéndola de un lado a otro y de arriba abajo, marcando
de pronto una combinación clave, tan de prisa, que Linda no vio lo que había hecho, pero el diseño
desplegó un nuevo detalle y, el conjunto, había sido ampliado. Continuó, atrás y adelante, tocando las
teclas con sus dedos nudosos.
En su rostro avejentado no hubo el menor cambio. Como si unos cálculos vastísimos se sucedieran
en su cabeza, observaba todos los cambios de diseño.
Linda se asombró. Era imposible analizar un diseño sin la ayuda, por lo menos, de una computadora
de mano. No obstante, la vieja simplemente observaba. ¿Tendría acaso una computadora implantada en
su cráneo? ¿O era que su cerebro durante décadas no había hecho otra cosa que inventar, estudiar y
analizar los diseños de cerebros positrónicos? ¿Captaba los diseños como Mozart captaba la notación de
una sinfonía?
- ¿Qué es lo que has hecho, Rash? —dijo Calvin, por fin. Linda, algo avergonzada, contestó:
- He utilizado la geometría fractal.
-Ya me he dado cuenta, pero, ¿por qué?
- Nunca se había hecho. Pensé que tal vez produciría un diseño cerebral con complejidad añadida,
posiblemente más cercano al cerebro humano.
- ¿Consultaste a alguien? ¿Lo hiciste todo por tu cuenta?
- No consulté a nadie. Lo hice sola.
Los ojos ya apagados de la doctora miraron fijamente a la joven.
- No tenías derecho a hacerlo. Tu nombre es Rash (“Rash” quiere decir “imprudente, temeraria,
irreflexiva”) tu naturaleza hace juego con tu nombre.
- Quién eres tú para obrar sin consultar? Yo misma, yo, Susan Calvin, lo hubiera discutido antes.
-Temí que se me impidiera.
- ¡Por supuesto que se te habría impedido!
Van a... - su voz se quebró pese a que se esforzaba por mantenerla firme- ¿Van a despedirme?
Posiblemente - respondió Calvin -. O tal vez te asciendan. Depende de lo que yo piense cuando
haya terminado.
- ¿Va usted a desmantelar a Elv...? - por poco se le escapa el nombre que hubiera reactivado al robot
y cometido un nuevo error. No podía permitirse otra equivocación, si es que ya no era demasiado tarde -.
¿Va a desmantelar al robot?
En ese momento se dio cuenta de que la vieja llevaba una pistola electrónica en el bolsillo de su bata. La
doctora Calvin había venido preparada para eso precisamente.
- Veremos - postergó Calvin -, el robot puede resultar demasiado valioso para desmantelarlo.
- Pero, ¿cómo puede soñar?
- Has logrado un cerebro positrónico sorprendentemente parecido al cerebro humano. Los cerebros
humanos tienen que soñar para reorganizarse, desprenderse periódicamente de trabas y confusiones.
Quizás ocurra lo mismo con este robot y por las mismas razones. ¿Le has preguntado lo que ha
soñado?
- No, la mandé llamar a usted tan pronto como me dijo que había soñado. Después de eso, ya no
podía tratar el caso yo sola.
- ¡Yo! - una leve sonrisa iluminó el rostro de Calvin -. Hay límites que tu locura no te permite rebasar.
Y me alegro. En realidad, más que alegrarme me tranquiliza. Veamos ahora lo que podemos descubrir
juntas.
¡Elvex! - llamó con voz autoritaria.
La cabeza del robot se volvió hacia ella.
- Sí, doctora Calvin.
- ¿Cómo sabes que has soñado?
- Era por la noche, todo estaba a oscuras, doctora Calvin —explicó Elvex—, cuando de pronto
aparece una luz, aunque yo no veo lo que causa su aparición. Veo cosas que no tienen relación con lo
que concibo como realidad. Oigo cosas. Reacciono de forma extraña. Buscando en mi vocabulario
palabras para expresar lo que me ocurría, me encontré con la palabra “sueño”.
Estudiando su significado llegué a la conclusión de que estaba soñando.
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- Me pregunto cómo tenías “sueño” en tu vocabulario. Linda interrumpió rápidamente, haciendo callar
al robot:
Le imprimí un vocabulario humano. Pensé que...
-Así que pensó - murmuró Calvin -. Estoy asombrada.
-Pensé que podía necesitar el verbo. Ya sabe, “jamás ‘soñé’ que...”, o algo parecido.
-¿Cuántas veces has soñado, Elvex? —preguntó Calvin.
-Todas las noches, doctora Calvin, desde que me di cuenta de mi existencia.
-Diez noches - intervino Linda con ansiedad -, pero me lo ha dicho esta mañana.
- ¿Por qué lo has callado hasta esta mañana, Elvex?
- Porque ha sido esta mañana, doctora Calvin, cuando me he convencido de que soñaba.
Hasta entonces pensaba que había un fallo en el diseño de mi cerebro positrónico, pero no sabía
encontrarlo. Finalmente, decidí que debía ser un sueño.
- ¿Y qué sueñas?
Sueño casi siempre lo mismo, doctora Calvin. Los detalles son diferentes, pero siempre me parece
ver un gran panorama en el que hay robots trabajando.
- ¿Robots, Elvex? ¿Y también seres humanos?
- En mi sueño no veo seres humanos, doctora Calvin. Al principio, no. Sólo robots.
- ¿Qué hacen, Elvex?
-Trabajan, doctora Calvin. Veo algunos haciendo de mineros en la profundidad de la tierra y a otros
trabajando con calor y radiaciones. Veo algunos en fábricas y otros bajo las aguas del mar.
Calvin se volvió a Linda.
-Elvex tiene sólo diez días y estoy segura de que no ha salido de la estación de pruebas.
¿Cómo sabe tanto de robots?
Linda miró una silla como si deseara sentarse, pero la vieja estaba de pie. Declaró con voz apagada:
-Me parecía importante que conociera algo de robótica y su lugar en el mundo. Pensé que podía
resultar particularmente adaptable para hacer de capataz con su..., su nuevo cerebro —declaró con voz
apagada.
- ¿Su cerebro fractal?
-Sí.
Calvin asintió y se volvió hacia el robot.
-Y viste el fondo del mar, el interior de la tierra, la superficie de la tierra..., y también el espacio, me
imagino.
-También vi robots trabajando en el espacio - dijo Elvex - Fue al ver todo esto, con detalles
cambiantes al mirar de un lugar a otro, lo que me hizo darme cuenta de que lo que yo veía no estaba de
acuerdo con la realidad y me llevó a la conclusión de que estaba soñando.
- ¿Y qué más viste, Elvex?
- Vi que todos los robots estaban abrumados por el trabajo y la aflicción, que todos estaban vencidos
por la responsabilidad y la preocupación, y deseé que descansaran.
- Pero los robots no están vencidos, ni abrumados, ni necesitan descansar - le advirtió Calvin.
- Y así es en realidad, doctora Calvin. Le hablo de mi sueño. En mi sueño me pareció que los robots
deben proteger su propia existencia.
- ¿Estás mencionando la tercera ley de la Robótica? - preguntó Calvin.
- En efecto, doctora Calvin.
- Pero la mencionas de forma incompleta. La tercera ley dice: “Un robot debe proteger su propia
existencia siempre y cuando dicha protección no entorpezca el cumplimiento de la primera y segunda
ley”.
-Sí, doctora Calvin, ésta es efectivamente la tercera ley, pero en mi sueño la ley terminaba en la
palabra “existencia”. No se mencionaba ni la primera ni la segunda ley.
- Pero ambas existen, Elvex. La segunda ley, que tiene preferencia sobre la tercera, dice: “Un robot
debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos excepto cuando dichas órdenes estén en
conflicto con la primera ley”. Por esta razón los robots obedecen órdenes. Hacen el trabajo que los has
visto hacer, y lo hacen fácilmente y sin problemas. No están abrumados; no están cansados.
-Y así es en la realidad, doctora Calvin. Yo hablo de mi sueño.
-Y la primera ley, Elvex, que es la más importante de todas, es: “Un robot no debe dañar a un ser
humano, o, por inacción, permitir que sufra daño un ser humano”.
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-Sí, doctora Calvin, así es en realidad. Pero en mi sueño, me pareció que no había ni primera ni
segunda ley, sino solamente la tercera, y ésta decía: “Un robot debe proteger su propia existencia”. Ésta
era toda la ley.
- ¿En tu sueño, Elvex?
- En mi sueño.
- Elvex - dijo Calvin -, no te moverás, ni hablarás, ni nos oirás hasta que te llamemos por tu nombre. Y
otra vez el robot se transformó aparentemente en un trozo inerte de metal. Calvin se dirigió a Linda
Rash:
- Bien, y ahora, ¿qué opinas, doctora Rash?
- Doctora Calvin —dijo Linda con los ojos desorbitados y con el corazón palpitándole fuertemente—,
estoy horrorizada. No tenía idea. Nunca se me hubiera ocurrido que esto fuera posible.
- No - observó Calvin con calma -, ni tampoco se me hubiera ocurrido a mí, ni a nadie. Has creado un
cerebro robótico capaz de soñar y con ello has puesto en evidencia una faja de pensamiento en los
cerebros robóticos que muy bien hubiera podido quedar sin detectar hasta que el peligro hubiera sido
alarmante.
- Pero esto es imposible - exclamó Linda - No querrá decir que los demás robots piensen lo mismo.
- Conscientemente no, como diríamos de un ser humano. Pero, ¿quién hubiera creído que había una
faja no consciente bajo los surcos de un cerebro positrónico, una faja que no quedaba sometida al control
de las tres leyes? Esto hubiera ocurrido a medida que los cerebros positrónicos se volvieran más y más
complejos..., de no haber sido puestos sobre aviso. - Quiere decir, por Elvex.
- Por ti, doctora Rash. Te comportaste irreflexivamente, pero al hacerlo, nos has ayudado a
comprender algo abrumadoramente importante. De ahora en adelante, trabajaremos con cerebros
fractales, formándolos cuidadosamente controlados. Participarás en ello. No serás penalizada por lo que
hiciste, pero en adelante trabajarás en colaboración con otros.
- Sí, doctora Calvin. ¿Y qué ocurrirá con Elvex?
- Aún no lo sé.
Calvin sacó el arma electrónica del bolsillo y Linda la miró fascinada. Una ráfaga de sus electrones
contra un cráneo robótico y el cerebro positrónico sería neutralizada y desprendería suficiente energía
como para fundir su cerebro en un lingote inerte.
- Pero seguro que Elvex es importante para nuestras investigaciones —objetó Linda—. No
debe ser destruido.
- ¿No debe, doctora Rash? Mi decisión es la que cuenta, creo yo. Todo depende de lo peligroso que
sea Elvex.
Se enderezó, como si decidiera que su cuerpo avejentado no debía inclinarse bajo el peso de su
responsabilidad. Dijo:
- Elvex, ¿me oyes?
Ahora que has leído el cuento de Asimov y sus leyes de la robótica responde:
1. ¿Qué elementos de la ciencia ficción identificas en el cuento? ¿Qué aspectos son
posibles en nuestros tiempos?
Personajes como el propio Elvex (robot) y su inteligencia artificial son un adelanto
potencialmente peligroso para la humanidad desde los ojos de científicos ajenos a la propia
creadora del cerebro positrónico. Dicho cerebro le da a Elvex la capacidad única de soñar,
cualidad exclusiva de momento del ser humano, sin embargo, este hecho es solo una parte
minúscula del problema creado al haber dado al robot una conciencia tal que le permite
dudar sobre su propia existencia y su supervivencia delante de la del mismo creador (el
hombre). Por esta razón, y al estar en contrariedad con las leyes de la robótica propuestas
por el mismo Asimov, la conciencia robótica puede ser un arma de doble filo para la
humanidad. En la actualidad, el alcance de la tecnología nos supera y aunque tengamos un
conocimiento general de lo que pasa cuando nos conectamos a diferentes dispositivos como
el celular, o el computador, es difícil llegar a dimensionar todo lo que sucede dentro del
mismo sistema. En el caso s sociales reconocidas, parecería que saben más de nosotros
mismo y de nuestros gustos y familias, eso nos lleva a preguntarnos hasta donde pueden
llegar si llegaran a tener conciencia y las capacidades de razonamiento humano.
ético debe ser siempre un botón de alerta que nos detenga en caso de promocionar nuestra
propia y la supervivencia de las especies.
Para tu información
BIOGRAFÍA DE ISAAC ASIMOV
(Petrovichi, Smoliensk, 1920 - Nueva York, 1992) Escritor estadounidense de origen ruso que se
destacó especialmente en el sub género de la ciencia-ficción y la divulgación
científica.
Nacido en el seno de una familia judía, fue el primogénito del matrimonio
formado por Judah Asimov y Anna Rachel Berman. Algunos biógrafos fijan
erróneamente su nacimiento el día 4 de octubre de 1919, sin reparar en el
hecho de que su madre modificó esta fecha con el propósito de que el
pequeño Isaac pudiese ingresar en la enseñanza pública un año antes del
que le correspondía por su edad.
A comienzos de 1923, la familia Asimov abandonó la recién creada Unión
Soviética para trasladarse a los Estados Unidos de América. Instalados, en
un principio, en el barrio neoyorquino de Brooklyn (habitado en su mayor
parte por ciudadanos hebreos), los Asimov salieron adelante en su nuevo
país merced a la tienda de dulces regentada por el cabeza de familia,
negocio que poco a poco fue prosperando y mudando de ubicación.
En dicho establecimiento se ponían a la venta una serie de publicaciones
de ciencia ficción que el jovencísimo Isaac comenzó a devorar con verdadera curiosidad tan pronto como
aprendió a leer, sin sospechar que, con el paso de los años, algunas de esas revistas habrían de salir a la
calle llevando en sus portadas su propio nombre.
Esta precocidad intelectual animó a sus progenitores a facilitarle una temprana formación escolar, por
lo que su madre falsificó su fecha de nacimiento para hacer posible su ingreso, en 1925, en una escuela
pública de Nueva York. Cursó luego su formación secundaria en la East New York Junior High School,
donde se graduó en 1930; pasó luego a la Boys High School, en la que permaneció hasta 1935, año en el
que, una vez completados con brillantez sus estudios de bachillerato, se halló preparado para emprender
su formación superior con tan sólo quince años de edad.
Matriculado en la universidad neoyorquina de Columbia en 1935, al cabo de cuatro años Isaac Asimov
ya había conseguido el título de Licenciado en Químicas; posteriormente, nuevos estudios superiores le
permitieron licenciarse en Ciencias y Artes y doctorarse en Filosofía. En contra del deseo de sus padres,
que esperaban que se dedicara al ejercicio de la Medicina, Asimov decidió que su futuro profesional
pasaba necesariamente por el cultivo de la literatura.
Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó para la Marina estadounidense en unos laboratorios
de Filadelfia. En 1942, contrajo matrimonio con Gertrudis Blugerman, con la que tendría dos hijos.
Acabada la contienda, Asimov abandonó su puesto en la Navy y siguió estudios de Bioquímica en la
Universidad de Columbia, en la que se doctoró 1948. Al año siguiente ingresó en el claustro de la Medical
School de la Universidad de Boston, para ejercer la docencia en calidad de profesor ayudante de
Bioquímica, materia que continuó explicando en dichas aulas durante casi un decenio (1949-1958).
En 1970, Isaac Asimov se separó de su esposa Gertrude para casarse, tres años después, con Janet
Opal Jeppson, con la que no tuvo descendencia. A comienzos de la década de los noventa, a raíz de una
intervención quirúrgica motivada por una grave afección prostática, Isaac Asimov se vio obligado a
reducir su intensa actividad creativa e investigadora. La muerte le sobrevino en la ciudad de Nueva York
a comienzos de la primavera de 1992, como consecuencia de un fallo cardíaco y una insuficiencia renal.
Escritor prolífico (más de quinientos títulos publicados) y gran divulgador, la obra futurista de
Asimov ha gozado de gran popularidad por el sabio equilibro que consigue entre el estilo, la imaginación
literaria y el mundo tecnológico y científico. En 1939 empezó a publicar cuentos de ciencia ficción en las
revistas especializadas, imponiéndose en pocos años como el principal representante de la rama
“tecnológica” de este género, en la que la visión del mundo futuro y de nuevas formas de organización
social se basa siempre en premisas de carácter científico (aunque más o menos futuristas) y los avances
tecnológicos correspondientes.
En sus relatos de robots, recogidos en Yo, Robot (1950) y El segundo libro de robots (1964), Asimov
fijó las tres leyes de la robótica, que ponen al robot al servicio total del hombre y, aunque algunas veces
parecen violarlas, se acaba descubriendo que esto sucede en aras de un interés superior de
la Humanidad. Pero mientras los robots evolucionan hacia un modelo androide de inteligencia y lucidez
moral superiores a las de los hombres, éstos, movidos por sus impulsos egoístas, incuban una profunda
hostilidad hacia ellos.
Entre 1942 y 1949 Asimov publica en Astounding Science Fiction los relatos que después constituirán
su Trilogía de las Fundaciones, compuesta de Fundación (1951), Fundación e Imperio (1952) y La
segunda Fundación (1953). Este desigual pero poderoso corpus de historias se centra en la decadencia
de un enorme Imperio galáctico de origen terrestre y sobre el intento del psicólogo Hari Seldon para
limitar a sólo mil años el período de barbarie que ya ha comenzado, objetivo que se propone gracias a las
dos fundaciones de científicos y psicólogos que él ha creado para este fin y a la “psicohistoria”, nueva
ciencia para predecir los comportamientos futuros de las masas.
En 1983 publicó una continuación de la Trilogía, Los límites de la Fundación, novela bastante
prolija, llena de intrigas por el poder e interrogantes que resolver. Entre sus varias novelas de los años
cincuenta, a menudo sólo parcialmente logradas, destacan Abismos de acero (1953) y El sol desnudo
(1957), en donde Asimov asocia con éxito la ciencia ficción con la investigación policíaca, creando el
personaje del detective Elijah Baley, auxiliado en su trabajo por un robot.
En esta última novela es especialmente afortunada la descripción de la sociedad terrestre que vive
bajo bóvedas de acero subterráneas y en condiciones prácticamente de miseria, en comparación con los
planetas supercivilizados de los cuales depende. De 1972 es Los propios dioses, con sus memorables
habitantes de un “universo paralelo”, de consistencia fluida y que conviven formando tríadas.
Las novelas de Asimov, generalmente más satisfactorias que sus numerosísimos cuentos, tienen un
estilo a menudo sin relieve, basado casi exclusivamente en los diálogos, y dedicado poco más que a
servir de vehículo a las tesis del autor. Pero en este tejido de ideas está también su fuerza, y el buen
ritmo de su redacción consigue casi siempre implicar al lector en un crescendo excitante, proponiendo,
con una argumentación infatigable, infinitas preguntas sobre el hombre y sobre el intrincado camino con
el que intenta programar su propio futuro.
Con sus decenas de libros de divulgación científica, Asimov afirmó siempre su fe optimista en un
progreso basado en un uso racional de la ciencia y la tecnología. En el terreno de la divulgación, también
abordó otros campos del saber, como la historia, las matemáticas, la psicología y la sociología, y llegó a
hablar de una nueva disciplina humanística, la psicolohistoria, que, según su propuesta, sería una suma
de las aportaciones de las cuatro ramas del conocimiento humano recién mencionadas. Llevado de su
afán didáctico, escribió también algunas obras destinadas al público infantil y juvenil, en las que
combinaba la ficción con una serie de rudimentos científicos e históricos.
Organiza en una secuencia los siguientes momentos del cuento Sueños de robot.
Enumera los siguientes enunciados del 1 al 7 según el orden en que suceden en la
historia. Escribe el número en la línea.
1. Linda descubre que Elvex puede soñar y decide llamar a la Dra. Calvin.
2. La Dra. Calvin presencia el descubrimiento de la Dra. Rash.
3. Elvex confiesa que ha tenido sueños durante 10 días.
4. En el sueño de Elvex, los robots trabajan como esclavos hasta que ya no pueden
aguantar esa situación.
5. En su sueño, Elvex demuestra que no le preocupa ni la primera ni la segunda ley de la
Robótica.
6. Elvex salva a los robots del yugo humano.
7. Cuando la Dra. Calvin escucha esa frase decide matar a Elvex.
Cuando la secuencia del cuento esté organizada, usa la información como base para
diseñar un cómic sobre el cuento Sueños de robot. Puedes hacerla en cartulina o papel
bond, o con recursos virtuales como http://www.pixton.com/
Demuestra cuánto has aprendido sobre la ciencia ficción, Isaac Asimov y el cómic.
Escoge la respuesta que corresponde a cada enunciado.
1. El cómic es:
a. El arte de la representación gráfica utilizando pigmentos mezclados con otras sustancias.
b. Un relato que se arma principalmente con imágenes.
c. Un retrato que exagera o distorsiona la apariencia física de una persona.
d. Una composición musical para la voz humana.
2. Los siguientes son ejemplos de temáticas comunes en los relatos de ciencia ficción, excepto:
a. Viajes por el tiempo y el espacio
b. El futuro anticipado
c. Las transformaciones del cuerpo humano
d. Personajes que hacen al lector sentir miedo o le asustan por alguna razón.
3. La viñeta representa:
a. El tema del cómic.
b. La relación del dibujo con la realidad.
c. Un instante de la historia.
d. El estilo del autor.
“ASÍ ES LA NANOPIEL “
Así es la nanopiel que permitirá crear robots con sensibilidad e Innovación
Para cualquier fanático de Isaac Asimov, la serie de relatos agrupados en Yo, robot son un clásico de
la literatura sobre robótica en los que la Dra. Susan Calvin nos introduce al mundo de la robopsicología.
Pero fuera de la ciencia ficción, este conjunto de obras de Asimov guarda un hilo conductor,
caracterizado por la interacción entre seres humanos, robots y cuestiones relacionadas con la ética y la
moral.
Y es que desde que dejamos volar nuestra imaginación, la construcción de robots nos ha fascinado,
bien en novelas que nos transportan a épocas futuristas, bien comprobando el avance de las nuevas
tecnologías en nuestras vidas. Asombrarnos, por ejemplo, ante la aparición de los ciborgs hace que las
historias de Asimov, increíblemente, hayan dado un paso hacia una realidad tecnológica en la que la
división entre seres vivos y organismos cibernéticos comienza a ser, cuando menos, difusa.
En cada uno se colocan cerca de 1.500 nano cables, separados aproximadamente por unos 500
nanómetros de distancia. Los nanocristales que componen este innovador producto están formados por
óxido de zinc.
Otras aproximaciones logradas anteriormente no habían obtenido tan buenos resultados, ya que en
este caso el rendimiento se ve mejorado hasta quince veces (en cuanto a la densidad y resolución
espacial). Lo que consigue la nanopiel de Wang es convertir señales mecánicas en electrónicas, de
forma parecida a lo que hacemos con nuestros dedos, al transmitir esa señal hacia nuestro cerebro
mediante impulsos nerviosos.
Si fuéramos capaces de integrar esta nanopiel en robots que pudieran interpretar estas señales
electrónicas, ya habríamos avanzado muchísimo en la tecnología robótica, ya que efectivamente
conseguiríamos que tuvieran en cierto modo una sensibilidad artificial. Otras aplicaciones que el grupo
de Wang ha planteado están relacionadas con el desarrollo de prótesis capaces de “sentir” a través de
este tacto, al igual que hacemos de manera natural, o incluso en la detección e identificación de la firma
de un determinado individuo (ya que esta depende de la presión mecánica que ejerza).
Un descubrimiento sin duda innovador, a la par que asombroso, que nos acerca a los mundos que
soñó Asimov. ¿Cuándo podremos contar con robots más personalizados e incluso con este toque
humanizante del que hablábamos antes? El futuro es una incógnita, pero sin duda el trabajo de Wang
nos acerca un poquito más a él gracias a la nanotecnología y la electrónica.
Ahora escoge uno de los cuentos propuestos en este material y escribe un comentario
de cuatro párrafos (uno para la introducción, dos para el desarrollo y uno más para la
conclusión) en el que analices el cuento. Para dicho análisis ten en cuenta el artículo que
acabas de leer y la biografía de Isaac Asimov.
Toma como base las siguientes preguntas:
• ¿Qué relación encuentras entre la vida del escritor Isaac Asimov y el cuento escogido?
• ¿De qué manera se relacionan el tema del artículo y el del cuento?
• ¿Qué aspectos del cuento escogido podrían ser de utilidad para la ciencia? ¿De qué manera?
Isaac Asimov, en su relato “Sueños de robot” plasma parte de su formación como científico
ya que al igual que en muchos otros relatos, y otras publicaciones, Asimov difunde teorías,
propuestas y predicciones a futuro que en la actualidad son una realidad. Unas de las
principales aportaciones son el término Robótica y las conocidas leyes de la robótica con las
que pretende que prevalezca la Protección del ser humano ante una criatura que puede ser
mucho más fuerte y superior, así es como el robot debe ser incapaz de escapar del margen
establecido por su programación, que le impide el acceso a la imaginación, hecho en el que
radica la diferencia fundamental entre el humano y la máquina que ha creado.
Es precisamente esa brecha la que poco a poco científicos del mundo pretenden estrechar.
Muchos, desde la creación del microchip han intentado dar a la máquina las capacidades para
realizar trabajos que hasta el momento hacen los humanos buscando una mayor efectividad y
menor coste en los procesos productivos, los conocimientos lógicos para solucionar problemas
matemáticos mediante procesos miles de veces más rápidos y sin posibilidad de error e
inclusive, ahora, sensaciones táctiles mediante la piel nano tecnológica que le permitirá tanto al
organismo cibernético como al robot (ya no máquina) y al propio ser humano con deficiencias
por patologías o traumatismos, convertir las sensaciones táctiles en impulsos eléctricos tal y
como lo hacen las neuronas orgánicas.
En su relato Asimov da a la Dra. Rash la curiosidad y el afán en la búsqueda del
conocimiento tecnológico que tienen los científicos modernos (el diseño cerebral de un robot
con complejidad añadida, posiblemente más cercano al cerebro humano). Así mismo pone en
evidencia la constante disputa entre el avance tecnológico, la ética y la moral humana.
Referente al avance que en sí mismo implica el sueño de un robot, su decisión en decir o no lo
que le pasa a su creador y por último diferir sobre las leyes de la robótica; son polémicas
creadas alrededor de una misma idea a futuro en la cual el hombre y la máquina conviven en
una misma sociedad.
En el 2019, investigadores de la Universidad de Columbia afirmaron haber dado un gran
paso en la creación de robots con consciencia propia. Partiendo de la premisa que un robot no
“piensa”, sólo ejecuta los algoritmos pre programados, e incluso que la llamada “Inteligencia
Artificial” no podemos decir que estos sistemas sean independientes; sus resultados siguen
dependiendo de lo que sus creadores humanos deciden. Según los científicos, el robot sin que
nadie se lo diga, es capaz de analizar el entorno, analizarse a si mismo, y llegar a la conclusión
de que es un robot. Este es un método, afirman, similar al que usan los propios seres humanos
y los animales cuando se crean su propia “imagen interior”; la imagen que todos tenemos en
nuestra mente de nosotros mismos. Vemos ahora como con su increíble capacidad, Isaac
Asimov ha dotado a la misma ciencia actual de argumentos, de sueños posibles y de objetivos
para seguir creando y avanzando en pro de la evolución humana, ahora más que nunca en
correlación con la máquina.
Lista de referencias
Lista de imágenes
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Science_fiction_franske_institut.jpg
Revoy, D. (2011). Blend and Paint [ilustración]. Recuperado de
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:User-Deevad.png
Popculturegeek.com. (2004). Terminator statue at Comic-Con 2004 [fotografía]. Recuperado de:
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Leonian, P. (1965). Isaac Asimov [fotografía]. Recuperado de:
http://en.wikipedia.org/wiki/File:Isaac.Asimov01.jpg