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El Alquimista: Resumen por capítulos

El prólogo de El Alquimista

El prólogo actúa como una introducción al resto de la novela. En él aparece El


Alquimista, un personaje del que se nos dice poco, solo que se encontró un libro que
contaba el mito de Narciso. Tradicionalmente, esta es la historia de un joven muy
bello que, mirándose en el reflejo del agua de un lago, terminó por caerse y ahogarse.
En el lugar exacto donde murió, nación un narciso. Sin embargo, en el libro que
encuentra El Alquimista el final es otro: la diosa del bosque llega al lago y se encuentra
a Narciso ahogado y convertido en un lago de lágrimas.

Parte I, Capítulo I

El Alquimista empieza en una iglesia que tiene un árbol de, donde Santiago decide
pasar la noche. En sus sueños, vuelve a aparecer el tesoro escondido en las
pirámides. Cuando despierta piensa en una muchacha, hija de un comerciante, que
había conocido hacia un año y que se había sorprendido porque, siendo pastor,
Santiago supiese leer. Esta chica le hace prometer que, pasados doce meses, irá a
buscarla para volverse a ver.

Santiago se dispone a iniciar el camino hacia la muchacha, decidido a explicarle


también que la razón de que no sea analfabeto es que fue al seminario. No obstante,
terminó por decidir que no quería ser cura porque prefería viajar con sus ovejas siendo
pastor. Reflexionando se da cuenta de que ser libre, igual que cualquier otro anhelo o
deseo, es lo que hace la vida interesante.

Parte I, Capítulo II

Santiago avanza hacia Tarifa, muy cerca de donde ha quedado con la chica. Antes de
continuar, decide visitar a una gitana para que intérprete ese sueño que estaba
teniendo sobre el tesoro. La adivina le dice que es algo real y que debe ir a Egipto a
buscarlo; a cambio de ayudarle, le pide una parte del botín.

Justo después se encuentra en una plaza con un señor que dice llamarse Melquisedec,
el rey de Salem. Este le cuenta que hay una gran mentira que todo el mundo se cree:
que el destino se interpone entre la persona y su Leyenda Personal. En cambio, le
explica que las Leyendas Personales son creadas por el Alma del Mundo, que ayuda a
cada cual a cumplir su Leyenda. Este señor afirma ser un enviado que descubre la
verdad a quienes quieren verla, y le pide el diez por ciento de la venta de sus ovejas a
Santiago a cambio de reverlársela.

Santiago acepta y decide que todo lo que le ha pasado hasta ahora (sus ovejas, el
encuentro con la muchacha hace un año…) solo son pasos hacia su Leyenda
Personal, así que decide seguir los consejos del rey y continuar el camino. Después de
vender su rebaño y antes de irse, Melquisedec le da dos piedras Urim (la del sí) y
Tumim (la del no), que podrá consultar para interpretar las señales del universo.

Santiago compra un billete para pasar de Tánger a África, pero nada más llegar le
engañan y le roban todo su dinero. A pesar de ello, las piedras le indican que todo va
bien, así que acude a una tienda de cristales y encuentra trabajo ayudando al
mercader que la gestiona.

Parte II, Capítulo I

Después de casi un año trabajando con el mercader de cristales, Santiago le propone


construir una estantería que atraiga a los clientes. El resultado es muy satisfactorio y
consigue muchas ventas, así que su jefe le da dinero suficiente para volver a España.
Santiago está a punto de hacerlo, pero recuerda su Leyenda Personal y decide seguir
hacia Egipto.

Compra un billete para ir en una caravana, donde conoce a un inglés que le habla de
un hombre muy sabio: El Alquimista. Al parecer, esta persona tiene conocimientos
sobre muchos temas, desde metalurgia hasta espiritualidad. El inglés se dirige al oasis
donde vive este señor, e invita a Santiago a acompañarle.

Llegan al oasis, un lugar neutral donde además deben parar porque el desierto, lleno
de guerras entre clanes, no es seguro para continuar viajando. Además, allí conoce a
una chica: Fátima. Enamorado, Santiago se da cuenta de que es capaz de escuchar la
voz del Alma del Mundo, pero reconoce que no puede casarse porque entonces
debería quedarse en el oasis para siempre y abandonar su Leyenda. Fátima le apoya y
le explica que ella, como otras muchas mujeres, disfruta de la libertad de su pareja.
Santiago aprende entonces que el amor no significa posesión.

Una noche Santiago, en sueños, tiene la visión de que un ejército atacará el oasis,
por lo que al despertar alerta a los ancianos sobre ello. Estos le prometen que por cada
diez hombres que matasen, le daría una moneda de oro, pero que si todo era mentira
y no había ningún ataque, el muerto sería él.
Esa misma noche Santiago encuentra por fin al Alquimista, que le pregunta
amenazantemente cómo ha sabido lo del ataque. Al explicarle todo sobre su vida, su
sueño y su Leyenda, el Alquimista le dice que, si al día siguiente seguía vivo, lo buscase
para irse juntos a Egipto.

El ataque ocurre y Santiago, que ha demostrado acertar con su visión, recibe las
monedas prometidas. Al final del día, acude a su cita con El Alquimista y
juntos retoman el camino.

Parte II, Capítulo II

Durante el viaje, Santiago insiste al Alquimista para que le enseñe más secretos sobre
su arte. Sin embargo, este le explica que lo que le queda por aprender debe hacerlo
solo. También le cuenta que el problema con las Leyendas Personales es que la gente
se obsesiona con coleccionarlas, pero no las viven, y en consecuencia han perdido y
olvidado los secretos del universo.

Santiago está asustado y una parte de él se arrepiente de haber dejado atrás a Fátima
y al oasis para internarse en el peligroso desierto. En su corazón escucha la voz del
Alma del Mundo contándole historias de aquellos que no lograron su objetivo. Sin
embargo, El Alquimista le asegura que, si conoce bien a su corazón, este jamás le
traicionará.

Cuando Santiago reclama una vez más conocer los secretos de la alquimia, su
acompañante le explica que la razón de que los alquimistas pueden convertir cualquier
metal en oro es que están ayudándolo a cumplir su Leyenda Personal. Por lo tanto,
además de los seres, los elementos del mundo también tienen una.

Lo que era esperable ocurre: los dos personajes son capturados por uno de los clanes
guerrilleros. Durante su cautiverio, El Alquimista afirma que Santiago es un hechicero
y que logrará escapar; los secuestradores no se lo creen, pero le dan tres días para
comprobarlo. Santiago está asustado, pero, justo cuando se le acaba el tiempo, deja
que su corazón y el desierto, el sol y el viento hablen, ya que ambos conocen el
Lenguaje del Mundo. Estos elementos no le pueden ayudar, pero le dan la pista
definitiva: que ore a la Mano que todo lo escribe. Esta Mano le responde poniendo en
marcha una tormenta de arena que rodea a Santiago y lo lleva hasta el otro punto del
campamento. Los guerrilleros que los habían secuestrado, impresionados, les dejan
libres a él y al Alquimista.
Ambos personajes siguen el viaje hasta llegar a un monasterio cóptico. El Alquimista
convierte todo el plomo que allí hay en oro y lo reparte entre sí mismo, Santiago y el
monje, que recibe el doble con la promesa de que la mitad se lo dará al protagonista si
algo le ocurriese en Egipto.

Finalmente, Santiago va solo a Egipto y allí encuentra las famosas pirámides de sus
sueños. Se pone a cavar y en esa tarea está cuando dos bandidos lo asaltan. Le
empiezan a apalear hasta que Santiago les cuenta qué está haciendo. Cuando paran a
escucharlo, uno de ellos se ríe explicándole que el tesoro no está ahí, que él tuvo el
mismo sueño. Eso sí, se burla diciéndole que el lugar era una iglesia española con un
árbol de sicómoro. La otra diferencia es que él no fue tan tonto como para recorrerse
medio mundo e ir a buscarlo. Es entonces cuando Santiago comprende todo y vuelve a
su aldea. Allí, en esa iglesia donde durmió al comienzo de la novela  halla el tesoro,
pero es feliz porque durante el viaje encontró mucho más.

El final de El Alquimista explicado


¿Cuál es el mensaje final de El Aquimista? Santiago se da cuenta de que el viaje,
aparentemente, no le ha traído ningún tesoro, sino que el verdadero estaba en el lugar
donde había pasado la noche al principio de la historia. ¿Por qué está entonces feliz y
agradecido? Podría haber ahorrado todos los peligros, asaltos y obstáculos si no
hubiese iniciaco el recorrido, sobre todo teniendo en cuenta que el tesoro estaba
mucho más cerca.

La explicación es sencilla: el viaje físico se convirtió en un viaje espiritual, lleno de


crecimiento personal. Cada problema que encontró le supuso un aprendizaje, que en
realidad es un gran tesoro.

La moraleja final es que los sueños (es decir, nuestra Leyenda Personal) hay que
perseguirlos. Santiago hizo bien en ir a por ellos, no quedarse «quieto» esperando a
que ellos viniesen a él o rindiéndose cada vez que algo se interponía en su camino.

Al mismo tiempo, el final de El Alquimista es una reflexión sobre el destino. No hay


uno solo, al que sí o sí debamos dirigirnos, sino que este puede tomar una forma
diferente a la que esperábamos en un primer momento. El destino final de Santiago
era regresar a un lugar, estar con Fátima y dejar de moverse de un lado a otro con sus
ovejas. Sin embargo, al comienzo de la novela pensaba todo lo contrario y por eso era
pastor.
Tras todo el viaje, el de ida y el de regreso, Santiago consigue lo que El Alquimista le
había dicho: escuchar a su corazón e interpretar sus señales.

Frases y citas destacadas de El Alquimista


«Cuando Quieres algo, todo el universo conspira para que realices tu deseo.»

«El miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento. Y ningún corazón sufrió jamás
cuando fue en busca de sus sueños.»

«Tu corazón está donde está tu tesoro. Y es necesario que encuentres tu tesoro para
que todo pueda tener sentido.»

«Todas las personas al comienzo de su juventud saben cuál es su Leyenda Personal. En


ese momento de la vida todo es claro, todo es posible y no tienen miedo de soñar. No
obstante, a medida que el tiempo va pasando, una misteriosa fuerza trata de
convencerlas de que es imposible realizar esa Leyenda Personal.»

«Cuando todos los días parecen iguales es porque hemos dejado de percibir las cosas
buenas que aparecen en nuestras vidas.»

El Alquimista  es un libro de superación y de crecimiento. Habla sobre la gran aventura


de la vida, y el hecho de apelar a tantas personas es lo que logró que Paulo Coelho se
obtuviese un estatus y una notoriedad como escritor.

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