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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior


Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, Núcleo Maturín
Maturín, estado Monagas

Microbiología
Estudio de priones y viriones

facilitador: Participante:
Ovidio V. Maradei. José Canabal 30.466785

PNF Medicina Veterinaria.


Trayecto 2 Tramo 1
Sección 12

Junio, 2023
Agentes microbianos y producción de enfermedad.
Los agentes microbianos son organismos vivos, como bacterias, virus, hongos y
parásitos, que pueden causar enfermedades en los seres humanos. Estos agentes
microbianos pueden entrar en el cuerpo a través de diferentes vías, como la
inhalación, ingestión o contacto con la piel.
La producción de enfermedades por agentes microbianos ocurre cuando estos
organismos invaden y dañan los tejidos del cuerpo. La gravedad de la enfermedad
producida depende del tipo de agente microbiano, la cantidad de organismos
presentes y la capacidad del sistema inmunológico para combatir la infección.
Las enfermedades producidas por agentes microbianos pueden variar desde leves,
como un resfriado común, hasta graves, como la neumonía o la meningitis. Algunas
enfermedades pueden ser tratadas con antibióticos o antivirales, mientras que otras
pueden requerir hospitalización y cuidados intensivos.
Es importante tomar medidas preventivas para evitar la propagación de enfermedades
producidas por agentes microbianos, como lavarse las manos regularmente, cubrirse la
boca al toser o estornudar, y evitar el contacto cercano con personas enfermas.
También es importante recibir vacunas para prevenir enfermedades infecciosas.

Naturaleza de la enfermedad y distribución preferencial en tejidos,


órganos y sistemas de los diferentes patógenos bacterianos, fúngicos y
virales de importancia clínica veterinaria. Conceptos de tropismo, órgano
blanco y patogénesis.
Los patógenos bacterianos, fúngicos y virales tienen diferentes preferencias por los
tejidos, órganos y sistemas del cuerpo en los que pueden causar enfermedades. Por
ejemplo, algunas bacterias como Escherichia coli y Salmonella spp. tienen un tropismo
por el tracto gastrointestinal, mientras que otras como Streptococcus pneumoniae y
Haemophilus influenzae pueden afectar los pulmones y causar neumonía.
Los hongos también pueden tener un tropismo específico por ciertos tejidos, como
Candida albicans que puede infectar la piel, las uñas y las membranas mucosas. Los
virus también tienen una distribución preferencial en los tejidos y órganos, como el
virus de la hepatitis B que se replica principalmente en el hígado.
El concepto de órgano blanco se refiere al órgano o tejido donde el patógeno causa la
mayor parte de su daño. Por ejemplo, el virus de la influenza tiene un órgano blanco
en los pulmones, donde puede causar neumonía.
La patogénesis es el proceso por el cual un patógeno causa enfermedad en un
huésped. Esto puede incluir la adhesión y colonización del patógeno en el tejido del
huésped, la producción de toxinas o la activación del sistema inmunológico del
huésped. La patogénesis varía entre los diferentes patógenos y puede ser influenciada
por factores como la virulencia del patógeno y la respuesta inmunológica del huésped.
Interacción de microorganismos patógenos con enfermedad intestinal.
Los microorganismos patógenos pueden interactuar con el tracto intestinal de varias
maneras, lo que puede provocar enfermedades intestinales. Algunos de los
mecanismos comunes incluyen:
1. Invasión: algunos patógenos pueden invadir las células epiteliales del intestino,
lo que puede dañar la barrera intestinal y provocar inflamación y diarrea.
2. Toxinas: algunos patógenos producen toxinas que pueden dañar las células del
intestino y provocar inflamación y diarrea.
3. Cambios en la microbiota intestinal: los patógenos pueden alterar la
composición de la microbiota intestinal, lo que puede provocar inflamación y
diarrea.
4. Respuesta inmunitaria: la presencia de patógenos en el intestino puede
desencadenar una respuesta inmunitaria, lo que puede provocar inflamación y
diarrea.
Algunos ejemplos de patógenos que pueden causar enfermedades intestinales
incluyen:
1. Salmonella: esta bacteria puede invadir las células epiteliales del intestino y
producir toxinas que dañan las células. Esto puede provocar inflamación y
diarrea.
2. Escherichia coli enterohemorrágica (EHEC): esta bacteria produce una toxina
llamada verotoxina, que puede dañar las células del intestino y provocar
inflamación y diarrea.
3. Clostridium difficile: esta bacteria puede alterar la composición de la
microbiota intestinal, lo que puede provocar inflamación y diarrea.
4. Campylobacter: esta bacteria puede invadir las células epiteliales del intestino
y provocar inflamación y diarrea.
En general, la interacción de los microorganismos patógenos con el intestino puede
provocar una variedad de síntomas, incluyendo diarrea, dolor abdominal, fiebre y
náuseas. El tratamiento depende del patógeno específico y puede incluir antibióticos,
antidiarreicos y rehidratación.
Interacción de microorganismos patógenos con enfermedad respiratoria.
Los microorganismos patógenos también pueden interactuar con el sistema
respiratorio y provocar enfermedades respiratorias. Algunos de los mecanismos
comunes incluyen:
1. Invasión: algunos patógenos pueden invadir las células del tracto respiratorio,
lo que puede dañar la barrera protectora y provocar inflamación y daño en los
tejidos.
2. Toxinas: algunos patógenos producen toxinas que pueden dañar las células del
tracto respiratorio y provocar inflamación y daño en los tejidos.
3. Respuesta inmunitaria: la presencia de patógenos en el tracto respiratorio
puede desencadenar una respuesta inmunitaria, lo que puede provocar
inflamación y daño en los tejidos.
Algunos ejemplos de patógenos que pueden causar enfermedades respiratorias
incluyen:
1. Virus de la gripe: este virus puede invadir las células del tracto respiratorio y
provocar inflamación y daño en los tejidos.
2. Bacterias como Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae y
Bordetella pertussis: estas bacterias pueden invadir las células del tracto
respiratorio y producir toxinas que dañan las células y provocan inflamación y
daño en los tejidos.
3. Hongos como Aspergillus: estos hongos pueden invadir los tejidos del tracto
respiratorio y provocar inflamación y daño en los tejidos.
En general, la interacción de los microorganismos patógenos con el sistema
respiratorio puede provocar una variedad de síntomas, incluyendo tos, fiebre, dolor de
garganta, dificultad para respirar y fatiga. El tratamiento depende del patógeno
específico y puede incluir antibióticos, antivirales y otros medicamentos para aliviar los
síntomas.

Interacción de microorganismos patógenos con enfermedad renal.


Los microorganismos patógenos también pueden interactuar con el sistema renal y
provocar enfermedades renales. Algunos de los mecanismos comunes incluyen:
1. Infección: algunos patógenos pueden invadir el tracto urinario y provocar
infecciones del tracto urinario (ITU). Estas infecciones pueden provocar
inflamación y daño en los tejidos renales.
2. Toxinas: algunos patógenos producen toxinas que pueden dañar las células
renales y provocar inflamación y daño en los tejidos.
3. Respuesta inmunitaria: la presencia de patógenos en el tracto urinario puede
desencadenar una respuesta inmunitaria, lo que puede provocar inflamación y
daño en los tejidos renales.
Algunos ejemplos de patógenos que pueden causar enfermedades renales incluyen:
1. Bacterias como Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae y Proteus mirabilis:
estas bacterias pueden invadir el tracto urinario y provocar infecciones del
tracto urinario (ITU).
2. Virus como el virus de la hepatitis B y C: estos virus pueden dañar las células
renales y provocar inflamación y daño en los tejidos.
3. Hongos como Candida: estos hongos pueden invadir los tejidos renales y
provocar inflamación y daño en los tejidos.
En general, la interacción de los microorganismos patógenos con el sistema renal
puede provocar una variedad de síntomas, incluyendo dolor abdominal, fiebre,
náuseas y vómitos, orina turbia o con sangre, y dolor al orinar. El tratamiento depende
del patógeno específico y puede incluir antibióticos, antivirales y otros medicamentos
para aliviar los síntomas. Es importante tratar las enfermedades renales de manera
oportuna para prevenir complicaciones graves como la insuficiencia renal.

Interacción de microorganismos patógenos con los sistemas


reproductivos.
Algunos ejemplos de patógenos que pueden causar enfermedades reproductivas
incluyen:
1. Bacterias como Neisseria gonorrhoeae y Chlamydia trachomatis: estas
bacterias pueden invadir los órganos reproductivos y provocar infecciones
como la gonorrea y la clamidia.
2. Virus como el virus del papiloma humano (VPH) y el virus del herpes simple
(VHS): estos virus pueden infectar los órganos reproductivos y provocar
verrugas genitales, herpes genital y otros problemas.
3. Hongos como Candida: estos hongos pueden infectar la vagina y provocar
candidiasis vaginal.
En general, la interacción de los microorganismos patógenos con los sistemas
reproductivos puede provocar una variedad de síntomas, incluyendo dolor abdominal,
dolor durante las relaciones sexuales, secreción vaginal anormal, picazón y ardor en la
zona genital. El tratamiento depende del patógeno específico y puede incluir
antibióticos, antivirales y otros medicamentos para aliviar los síntomas. Es importante
tratar las enfermedades reproductivas de manera oportuna para prevenir
complicaciones graves como la infertilidad y el cáncer.
Interacción de microorganismos patógenos con el sistema
cardiovascular.
Algunos ejemplos de patógenos que pueden causar enfermedades cardiovasculares
incluyen:
1. Bacterias como Streptococcus y Staphylococcus: estas bacterias pueden invadir
el corazón y los vasos sanguíneos, provocando infecciones como la endocarditis
y la sepsis.
2. Virus como el virus de la gripe y el virus del VIH: estos virus pueden infectar el
corazón y los vasos sanguíneos, provocando inflamación y daño en los tejidos.
3. Parásitos como Trypanosoma cruzi: este parásito puede infectar el corazón y
provocar enfermedad de Chagas.
En general, la interacción de los microorganismos patógenos con el sistema
cardiovascular puede provocar una variedad de síntomas, incluyendo dolor en el
pecho, dificultad para respirar, fatiga, palpitaciones y mareo. El tratamiento depende
del patógeno específico y puede incluir antibióticos, antivirales y otros medicamentos
para aliviar los síntomas. Es importante tratar las enfermedades cardiovasculares de
manera oportuna para prevenir complicaciones graves como el fallo cardíaco y el
accidente cerebrovascular.

Interacción de microorganismos patógenos con el sistema músculo-


esquelético.
Algunos ejemplos de patógenos que pueden causar enfermedades músculo-
esqueléticas incluyen:
1. Bacterias como Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes: estas
bacterias pueden invadir los huesos y las articulaciones, provocando
infecciones como la osteomielitis y la artritis séptica.
2. Virus como el virus del herpes y el virus de la varicela-zóster: estos virus
pueden infectar los nervios y provocar dolor muscular y articular.
3. Hongos como Candida y Aspergillus: estos hongos pueden infectar los huesos y
las articulaciones, provocando inflamación y dolor.
En general, la interacción de los microorganismos patógenos con el sistema músculo-
esquelético puede provocar una variedad de síntomas, incluyendo dolor e inflamación
en los músculos y las articulaciones, fiebre y fatiga. El tratamiento depende del
patógeno específico y puede incluir antibióticos, antivirales y otros medicamentos para
aliviar los síntomas. Es importante tratar las enfermedades músculo-esqueléticas de
manera oportuna para prevenir complicaciones graves como la pérdida de movilidad y
el daño permanente a los huesos y las articulaciones.
Interacción de microorganismos patógenos con el sistema nervioso.
Los microorganismos patógenos pueden interactuar con el sistema nervioso de varias
maneras, incluyendo:
1. Infecciones del sistema nervioso central (SNC): algunas bacterias y virus
pueden causar infecciones en el cerebro y la médula espinal, lo que puede
provocar enfermedades como meningitis, encefalitis y abscesos cerebrales.
Estas infecciones pueden afectar la función cerebral y causar síntomas como
dolor de cabeza, fiebre, náuseas, vómitos, convulsiones y cambios en el estado
mental.
2. Toxinas producidas por microorganismos: algunas bacterias y hongos
producen toxinas que pueden afectar el sistema nervioso. Por ejemplo, la
toxina botulínica producida por la bacteria Clostridium botulinum puede causar
parálisis muscular y afectar la respiración. Las micotoxinas producidas por
algunos hongos pueden causar daño hepático y renal, así como trastornos
neurológicos.
3. Respuestas inmunitarias anormales: en algunos casos, la respuesta inmunitaria
del cuerpo a una infección puede causar daño al sistema nervioso. Por ejemplo,
la encefalomielitis autoinmunitaria experimental es una enfermedad
autoinmunitaria en la que el sistema inmunitario del cuerpo ataca las células
del cerebro y la médula espinal, lo que puede provocar síntomas neurológicos.
En resumen, los microorganismos patógenos pueden tener efectos significativos en el
sistema nervioso, lo que puede llevar a una variedad de enfermedades neurológicas y
trastornos. Es importante tomar medidas para prevenir la infección y buscar
tratamiento médico si se desarrollan síntomas neurológicos.

Interacción de microorganismos patógenos con el sistema tegumentario.


Los microorganismos patógenos también pueden interactuar con el sistema
tegumentario (piel, cabello y uñas) de varias maneras, incluyendo:
1. Infecciones cutáneas: algunas bacterias, hongos y virus pueden causar
infecciones en la piel, lo que puede provocar enfermedades como la dermatitis,
el acné, la celulitis y las verrugas. Estas infecciones pueden causar síntomas
como picazón, enrojecimiento, inflamación y dolor.
2. Toxinas producidas por microorganismos: algunas bacterias y hongos
producen toxinas que pueden afectar la piel y los tejidos cercanos. Por ejemplo,
la toxina producida por la bacteria Staphylococcus aureus puede causar el
síndrome del shock tóxico, que puede provocar fiebre, erupción cutánea y fallo
multiorgánico.
3. Respuestas inmunitarias anormales: en algunos casos, la respuesta inmunitaria
del cuerpo a una infección puede causar daño a la piel y los tejidos cercanos.
Por ejemplo, la psoriasis es una enfermedad autoinmunitaria en la que el
sistema inmunitario del cuerpo ataca las células de la piel, lo que puede
provocar escamas, picazón y dolor.
En resumen, los microorganismos patógenos pueden tener efectos significativos en el
sistema tegumentario, lo que puede llevar a una variedad de enfermedades de la piel y
trastornos. Es importante tomar medidas para prevenir la infección y buscar
tratamiento médico si se desarrollan síntomas cutáneos.

Bacterias y hongos causantes de mastitis bovina.


Los microorganismos patógenos responsables de la mastitis son bacterias
(Estafilococos, Estreptococos, Coliformes) pero también pueden ocasionar problemas
Mycoplasma, hongos y levaduras. De una manera didáctica, la mastitis se puede
subdividir en dos categorías (contagiosa y ambiental) según la fuente de la infección.
La prevención y el tratamiento adecuado de la mastitis bovina son importantes para
garantizar la salud del ganado y la seguridad de los productos lácteos.

Desinfección, Bioseguridad y fundamentos de prevención y control de las


enfermedades de importancia veterinaria.
La desinfección es una medida importante para prevenir la propagación de
microorganismos patógenos en las instalaciones y equipos utilizados en la producción
de leche. Se recomienda desinfectar regularmente las áreas donde se ordeña a las
vacas, los utensilios de ordeño y los recipientes de almacenamiento de leche. Es
importante utilizar desinfectantes efectivos y seguir las instrucciones del fabricante
para su uso adecuado.
La bioseguridad también es una medida importante para prevenir la introducción de
enfermedades en el ganado. Esto incluye medidas como limitar el acceso de personas
y vehículos a las instalaciones, mantener un control adecuado de los animales que
ingresan a la explotación y asegurarse de que el personal que trabaja con los animales
siga prácticas higiénicas adecuadas.
El control y prevención de enfermedades también implica la identificación temprana
de los casos de mastitis bovina y la implementación de un tratamiento adecuado. Esto
puede incluir el uso de antibióticos y otros medicamentos, así como la eliminación de
los animales infectados para evitar la propagación de la enfermedad.
En resumen, la prevención y el control de la mastitis bovina son importantes para
garantizar la salud del ganado y la seguridad de los productos lácteos. La desinfección,
la bioseguridad y el tratamiento adecuado son medidas clave para lograr este objetivo.

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