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Los​ ​Sum​ ​Sun​ ​Verdi

1
Agradecimiento infinito al pueblo, en su juntura,
manteniendo viva la esperanza, anhelada masa.
Enseñándonos el arte de sobrevivir.
Caminando juntos resuelto a vivir.
Aún queda tierra sin asfaltar.

2
“Siempre que se hace una historia
se habla de un viejo, de un niño o de si.
Pero mi historia es difícil,
no voy hablarles de un hombre común”

(S. Rodríguez)

“Comenzar a luchar por recuperar la cultura humana,


es decir el equilibrio y el respeto
entre todos los seres humanos
y entre todos los pueblos.
El aceptar que si hay alguna obligación,
es creer en la otredad;
en que el otro tiene el derecho
a pensar diferente,
en tanto haya respeto.
Y estamos hablando de realidades.
Son tan brutos que no aceptan que
nosotros somos una opción para ellos.
Nosotros queremos enseñarles a vivir,
queremos enseñarles como se habla con la naturaleza,
queremos enseñarle en base al respeto,
como es realmente el equilibrio de los seres humanos.

(Carlos Milla Villena)

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El absuelto por la historia de los vencidos,
quien con su vida volvió a hacer creíble
que el concepto humano y ser nuevo
estaba ajustado a su definición,
y no sólo era posible desarrollarlo
en una sociedad distinta al capitalismo,
sino que evidencia además,
el hecho de origen en el mundo inicial,
heredando el salto
de aquellas sensibles inteligencias
a esta vida rebelde, que ya hace falta.
En su memoria no todo está perdido.

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Pr​im​er​a​ ​P​arte
Ya no hay quien se reinterprete, sino desde su inquilino extrañamiento, el
existencialismo tecnológico consustanciado con su virtual desesperación y rodeado de
victoriosas derrotas. Somos parte de un planeta vitrina repintado cada fin de año para
volvernos espejo. Desde donde se gerencia la bomba lagrimal contra la causalidad del
llanto, se enumera la despersonalización para ir dispersando la alegría, y vuelve el
alma al cuerpo, cada vez q se cobran los dividendos por el sudor asalariado de nuestra
frente.

Una civilización reducida a la frialdad nos encasquilla la inquietud. Un bazar donde


estamos autorizados a mirar, no tocar. Irreconciliablemente extrañados ya, a lo q
éramos de humanos. Desasistidos por individualistas, pareciéramos cursis al ser
amables o críticos ante la poderosa jauría de los sistemas de seguridad. Suscritos estos
a dolosas injerencias, a la caza de desfalcar naciones y secuestrar gobiernos.

Sometidos sistemáticamente a un trasplante de identidad, nos han orillado a una


sustitución corrosiva de la emocionalidad. Estar hasta en la opinión, distantes de aquel
primer movimiento con q se estrenó la existencia. Darse cuenta de ello, casi poco
significa pero quizás es lo q mantiene viva la anhelada multitud. Supongo, algo muta
en nuestra inconformidad, enloquece de malestar, transgrede el rio de la operación
vacío para intentar estar a favor del principio naturaleza, aún teniendo la sed de por
medio.

El sábado 19 de Marzo 2016, mirando una impresionante luna desbordada en los ojos,
la más grande en 68 años, cuando tuvo su máximo acercamiento a los olores del
jasmín y la albahaca de la Tierra, llamaba la atención, la gran fiesta con la cual se
miraba terrenalmente el poder estético del cielo. Y nos preguntábamos, cómo sería el
esplendor del primer ser q miró las estrellas y cómo se nos hace necesario la cohesión
de la verdad con el lenguaje de los astros, y la tibia salud de la belleza de ser colectivo
en sociedad.

Lo aseveran los estudiosos de estos fenómenos, q esa luna pudiera causar por medio
de su energía, influencia en los códigos genéticos para la transformación emocional de
lo q somos. Redireccionar la inteligencia o empujar estas sociedades, hacia una
conmoción definitivamente sensible. Los Mayas lo predijeron, q este sería el tiempo
mejor de la generalidad acontecida como unidad vital desde q el mundo es mundo.

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Entonces bajando al infinito inicial, indagué para buscar el comienzo de las cosas, y
dormí pensando, imaginando y reescribiendo las intuiciones. Despertando con la
necesidad de saber urgentemente por q somos como somos para estarnos matando día
y noche, teniéndole tanto miedo a la muerte.
Menospreciando la incertidumbre de cómo será difícil y misterioso volver a nacer, q
aún no se sabe realmente como fue el embarazoso desarrollo del primer ser sobre la
tierra. Y la gente en los transcursos sólo se preocupa más por morir q es lo más seguro,
y no por volver a vivir q es imposible.

Y encontré la lejanía, donde reside en movimiento el espacio ilimitado de la semilla, q


el tiempo de la Tierra comprende 4570 millones de años, un tercio del total
transcurrido desde la explosión q nos violentó como ADN, el cual estiman tuvo lugar
hace 13700 Millones de años, quedando nosotros a unos 150 millones de kilómetros
del sol. Hijos de ese brillo y protegidos por la ecuación de la causalidad q resuelven las
distancias, continuamos respirando todavía. Sin embargo, a pesar de tanta energía
recibida de la direccionalidad mayor del firmamento concluimos: pareciera no hemos
entendido nada con venir a este maravilloso y multi diverso mundo. Sólo insistir en la
obsesión de darle la vuelta a punta de tecnología inanimada, sin compasión ni
espiritualidad, y alcanzarlo por la espalda para concretar derribar con la mayor
brutalidad, la madre más impresionante de todas las causalidades.

El adiós de la luna fue otra cosa, una agonía no podía faltar ni otra luz prestada para
verse. Imantados con el huracán de lo imprevisto, tampoco perdieron su soledad ni la
claridad acompañada. Desde el fortuito iniciático estamos hechos de golpe en golpe,
de atracción en atracción, perturbados por la gravedad, impactados, giratorios y
cautivos, hundidos hasta el centro del nervio, inclinados, disparados y condensados
juntos en la exacta circularidad de lo indestructible y extraordinario. De su fuerza
hemos resistido, por una suerte de universo amoroso hasta dejarnos caer en la calma a
veces, como un remanso al cuerpo. Demencialmente negándonos sí, ser esa
circularidad genética y cósmica debido a una arrogancia plana, un agujero ciego de
poder, una locura de pretender ser más importante q lo inconmensurable. Apenas eso,
una millonésima invisible vida ante la magnitud de ese otro mundo sobre amado en la
mirada, q no cabe en la ilusión, q insiste en darnos el documento de adopción como la
placenta de esa densa matemática viva que somos. Sembrada en signos vitales por
doquier, en los diversos perfiles de este globo q alguna vez fue el parque donde
paseamos los sueños. Hablo por lo q sé hoy, no por los q inicialmente fueron
nombrados: los Sum sun verdi.

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La benevolencia de los mantos, es resultado de un calor abrigo, desde el interior hasta
la superficie, incluyendo en la sangre fluidos termales en medio de las dorsales
oceánicas del dolor, cuando uno se descubre tan solo frente a este aglomerado de
galaxias.

Es en el intenso tardío, en la fusión parcial de la parte más colectivamente íntima del


cromosoma, al final de los escudos ligeros redondeados por la erosión de la vida,
amarrados a los cinturones estéticos de la estupidez, q volteamos a ver, aunque nos
asuste con doctrinas la mitología y la mono diosidad de origen séctico del vaticano.

Los primeros seres humanos q mostraron signos de espiritualidad, fue por su


desnudez no por temeridad ni por mandato, y tenían nombre de sinuosidad: los Sum
sun verdi. Quienes antes de enterrar a sus muertos continuaban la fiesta de vivir,
conversaban, bailaban con ellos y le hacían el equipaje con cartas, pictogramas y
alimentos livianos para sostener un poquito más la respiración, como hilo umbilical
de la vida y su complemento. Muy distinto a las subsiguientes civilizaciones,
temblaron de pavor ante lo desconocido. Y casi paralizados ante la maravilla
reiteraron el colmo de equivocar todavía más la historia de aquella vida cotidiana, al
crear el pensamiento mágico para mal comprender por miedo, al no tener coraje de
reconocerse impactados. Desde entonces, no damos la cara a la belleza, nos delata,
bajamos los ojos y recordamos ancestralmente con escalofrío, la mentira original, el
error de origen.

Increíble, q las pruebas del credo más sofisticado, los diarios sobre la explicación de
sus acontecimientos y los dibujos sobre arena sólida no aparecieron por primera vez,
sino en sus ojos de piedra brillante, como Venus en el cielo por las tardes.

Vivieron ida y vuelta a veces, o reposados. Con el habla más desconocida, sin
vocabulario semejante, una lengua aislada sin parecido ni pertenencia a ninguna
forma lingüística conocida. Era conmovedor oírlos recordar y sentir lo intra real o la
dimensión azul celeste de la evocación en la comprensión de sus aladas
interpretaciones, describen a sus ascendientes de una manera exquisita y supra
sensible, q pareciera los vieran orbitar. Eran expertos en transmitir información
precisa y suponer hipótesis más allá de lo habitual, ubicando lo cultural como
estructura, como identidad, muy lejos de la distracción, la injerencia transcultural y la
desviación de ser gente

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Segunda P​arte

Celebrados, a través de la producción de agricultura y cría excesiva, generaron


abundancia de adyacencias convirtiéndose en custodios de planicies aluviales,
ciertamente por allá en las riberas caudalosas y memorables del Éufrates y Tigris.

Testimonian con hechos y revelaciones un sentimiento remozado y fascinante al ser la


primera civilización del planeta, comprobado en la actualidad con preciso
microanálisis en el pabellón de cirugía antropológica más adelantado al q historia
alguna, haya tenido acceso.

De los Sum sun verdi, inmigrantes de rostros negro se sabe lo suficiente, pero de
dónde surgieron sigue encubierto con un gran entramado y, traspone el sitial de la
investigación científica, incomoda, perturba y pone de cabeza la prepotencia
cognitiva, al no saber de dónde llegaron y como nacieron tan avanzados. Aunque con
ellos también aparecieron en su desarrollo superior, los rasgos negativos de nosotros
en sociedad, citemos los excedentes, el poder sacerdotal y los acumuladores, es
inequívocamente la inicial civilización, el ancestro de nuestros ojos, el eco de la voz q
hoy los nombra.

Se convirtieron en relieve por su simplicidad, no crearon grandes reinos, sí la gran


biblioteca de Asurbanipal y el lenguaje humano escrito más antiguo q se conoce,
inventaron jeroglíficos pintados en lienzos impenetrables. Mirar para ellos era como
hablar en verso, circunscritos caían como a un pozo profundo, desatando con anzuelos
la imaginación, la estética sensible de lo inusual, las inéditas palabras para facilitar el
ritmo de las voces del habla y la percusión del caminar.

De la Lista Real de los Sum sun verdi, lo particular es q sus tiempos no parecen
posibles, porque los códigos numéricos son otros. La longevidad no es tal sino q la
multiplicación por unidades de 600 como si fueran unos, los hace hoy
exageradamente viejos y sobrenaturales. Después de estos últimos 100 años, la
simbología de lo funcional, iconos, tablillas y ciudades descubiertas como mariposas
dentro de los gusanos, han obligado colocar en su justo sitio el nombre de los Sum sun
verdi. Además de exaltar el secreto, el método de su idioma parte por parte, su
salvedad de vivir, este gesto quita la telaraña al resplandor obviado, empezando por
los hondos caminos interiores de la madre tierra hasta llegar al simple y modesto pero

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no menos hermosa invención, el ladrillo crudo, y no obeliscos gigantescos, enormes
esfinges, estatuas imponentes y descomunales faraones.

Apasionados del cielo, conocían los ciclos de los eclipses lunares y eran capaces de oír
sonidos estructurados venidos del universo. Habían dividido el firmamento en tres
caminos. Inferior q llegaba hasta los pies. Donde únicamente se veía el mar, lo
llamaron casa de agua. El camino central, era el del aire.

Desataron la relación del Sol con el sistema de soles girando alrededor de una estrella
central llamada Alción. A nuestra galaxia entera, La Vía Láctea, le toma 25.900 años
completar una órbita alrededor de Alción. Como se ve, los planetas giran alrededor del
Sol, y La Vía Láctea alrededor de una galaxia mayor, un universo circular. Lo
sorprendente es q los Sum sun verdi hayan podido saber esto, o los Mayas q también lo
hablaron en su momento, como la constelación de Orión.

Estos seres brillantes, creadores también del zodíaco, tenían gran sentido de la
amistad, y compartían solidariamente sus desgracias y el humor desde que dieron con
la risa. No obstante surgir como de la nada, y tan rápido alcanzar un nivel de creación
muy alto, fueron los primeros en desarrollar la escritura, hacer literatura, organizar
una biblioteca y crear el lenguaje musical, a pesar de esa virtud no pudieron alterar su
visión adelantada de lo posterior, se suponían predestinados al dolor.

Hablaban de una Tierra como ellos mismos, por cuyo cielo y en su profunda cavidad
desfilaban movimientos de origen desconocido y ruidos desconcertantes q
perturbaban la latitud del pulso. Dejándolos grabados y suficientemente descritos en
incrustaciones de piedra para facilitar el hallazgo de esas encrucijadas del estruendo,
las tales impredecibles estrellas caídas y las indescriptibles calles ciegas en la
oscuridad honda del infinito. Además, haciendo hincapié en la veracidad por vía
notable e ineludible, q conocían muy bien la rotación de planetas, y sus órbitas
alrededor del Sol. Esto último, los facultaban en la incidencia del conocimiento de las
premoniciones, por medio de la sabiduría exacta de los secretos de los cielos. Eso los
conmovía, porque sabían y estaban conscientes del significado de tener acceso a la
intersección de los dioses, sus consecuencias por usar ese poder y materializar cruzar
los límites.

Sabían más de los pasadizos del silencio q del ruido. Hablaban en frases cortas para no
perderse en el grito, extraviarse en el camuflaje ni desacreditar la persistente y
desconcertante raíz del habla. Al reacomodar los conceptos con el paso del tiempo, por

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el exceso de invención se asumieron híbridos pobladores de la tierra, cosidos a otras
tergiversaciones y pareados con lo imposible.

Los Sum sun verdi cuando decidían no corrían riesgos. Iban ciertos de suprimir la
necesidad de no ignorar la antigua vejez de lo desconocido sin someter, como
develando cuidadosamente una invención. Podían hacer lo deseado pero eso no los
signaba de importantes, sino lo sumado de novedad para lo mejor de su comunal
manera de vivir. Eran leves y andaban sin preconcepciones ni plan, extasiados con lo
sorprendente. Tan ajenos en el crear q ni cuenta se daban quien había sido el mejor, ni
quien se incorporaba o no, porque lo significativo estaba en el hacer escogido, no si te
ayudaban o valoraban. Nadie extrañaba a nadie cuando no llegaba, porque en ese
mundo no era posible perderse. Eran atraídos por las noches para mirar y comprender
su correspondiente oscuridad. A veces pernoctaban en los ríos para esperar la
musicalidad del agua y sus detalles y aprender hablar sus armonías, antes de decirse
con los otros. No había interés en nada sino vivir cada día sin aspirar más, y esa
distracción le proveía lo distinto.

Hasta q desenterraron la rueda como una insinuación de otro nivel, el mundo de los
Verdi cambió hermosamente adicional, al conocer la risa y rodar jugando. Allí fueron
alegremente complementados, los mismos serios sujetos obstinados encargados de
meter en la mirada el Cosmos, entendieron al fin q para algo se vivía, y era para
llenarse de alegría.

Consustanciados en el quehacer comunal, donde lo mirado era naturaleza, fuese


gente, ave o árbol. Pasaban dibujando huellas, sin percatarse q nos soñaban,
facilitándonos sus maneras y revelaciones para q no continuáramos desde la nada.

Iban por los caminos desconocidos como quien nace en su casa y se va desprendiendo
para saber más del espacio. Sin cansarse cada quien descansaba, si quería esperar
hallazgos. Vivían para describir el cielo y trazar los opuestos interiores, el parte de los
imaginarios. Nadie ordenaba, ni explicaba ni formaba, vivir era suficiente para hacerlo
y compartir lo develando en proceso. Se andaba sin sabiduría porque no había
pretensión de hacer daño. No existían niveles ni grados por lo tanto nadie era superior
o inferior.

Desordenaban con risa lo perfectamente organizado como una planta desprendida


cuyo techo era el sol, o el agua para beber entre las manos. Nadie estaba pendiente de

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ver a nadie, eso hacía inexistente la soledad o compañía, o dar instrucciones porque
cada quien escogía su andar. No se estaba preparado para la defensa por no haber
armas sino herramientas, ni a quién matar o de quién salvarse. Se alimentaban de lo
necesario, y lo carecido no se lo quitaban a nadie porque no existía el hacer falta,
excepto el vestido de la noche y su inextinguible diversidad.

El tiempo para adecuar la vida no estaba entre sus preocupaciones. Al no existir el


futuro no existía la esperanza. Al no existir el pasado nada perdías porque no era
posible depender. Y sin presente no se atribulaba con prisa el comprender, ni las horas
tenían valor dado q aún no estaban inventadas. No había ganancia debido a q lo
necesario estaba a la mano y sobraba, como sobraba vivir donde quisieras con quien
quisieras, bastaba ir a fundar. No había ejército, puesto que se desarrollaba la más
inexistente concepción del miedo, vivir en paz sin q se conociera la palabra y sin temer
a alguien o algo la planificación para destruirlos. No tenían asignadas palabras como
la ira o el odio, ni el ataque o defenderse porque había lo necesitado para todos y
habilitado por todos.

No se preguntaban el estar vivo, algunos decían para esperar las noches y entrar a la
belleza. Ni se acosaban intentando saber cómo existieron, había quien completaba
porque no se estaba muerto. Sin centrarse en proveer el desorden interior ni toparse
con el desasosiego de insistir, menos tener el extravío de acechar estigmatizarlo todo.
Ni fracaso ni derrotas, la naturaleza proveía y nunca se pensó algo más. La indisciplina
ni el escalar eran término porque carecían de amo. Correr para atrás era un placer y
nada estorbaba ni la ausencia, llegar de último no era conocido. Aprendían del viento a
estar intranquilos y lo otro, esconderse en el desierto como en un bosque. No les
llamaba la atención volar porque era demasiado agradable hacerlo donde habitaban.

Amaban más lo secundario por eso se extasiaban con Venus, principio de la ética
apartada, a pesar de su brillo los 365 días convencionales. Les consternaba mucho el
lucero del alba, sobre todo porque no intercambiaban nada, no se volvían redundancia,
ni se debían compensación sagrada. Además porque en Venus veían sus rostros como
un espejo. Se reclinaban como si las simples comparaciones fueran con ellos, y a nadie
le interfería el incurrir en el trueque de esa liberación.

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Tercera P​arte
Los Sum sun verdi, descritos por las posteriores etnias de los tiempos remotos,
habrían sido con precisión milimétrica, la primera generación de este planeta q habló
con emociones. Al parecer no eran negros ni blancos ni amarillos sino trasparentes,
pero la exposición a los astros por ser principio cultural y antesala en la fértil praxis
diaria, los fueron pigmentando.

La transparencia le permitía a los conocedores de la claridad, saber dónde estaba el


dolor cuando enfermaban y el placer al alegrarse, pero hasta los actuales momentos
no se ha acertado saber transparentes o no, de dónde y q dolor estaban hechas las
emociones.

La inteligencia emocional se medía por la solidaridad y la preocupación en cuanto a la


conjunción sensible con lo vital. No existía la matemática ni la escritura tal cual como
la conocemos sino la imaginación, la memoria y los dedos de manos y pies que
aprendieron de los niños. Afuera únicamente estaban expresados en pinturas signadas
por naturalezas silvestres, archivando en las rocas la descripción detallada de lo
imprevisto.

Miraban lejos sin esperar nada ni a nadie, apenas jugaban a reconocer hasta lo
máximo de lo distante. Tomaban fuerza para adentrarse hasta el fondo del intersticio
donde se contabilizaba y protegía lo develado como intracultura, y saberse. Después
occidentalmente lo llamaron, herencia al futuro. Y algunas religiones lo identificaron
como núcleo de la esperanza. No era nada de eso, aunque el poder de otras
civilizaciones lo sistematizaron para controlar el trabajo, la edad y el rendimiento.
Además de buscar precisar hasta dónde soporta y q nivel alcanza el ser, estar expuesto.

En su niñez se consumaba el sentido natural, donde mirar lejos era jugar hasta donde
alcanzan ver los ojos con sentimiento, ir diversificando las opciones íntimas para cada
vez tener más apego por la tierra donde se acuesta el cuerpo. Nunca, hasta donde
hemos logrado auscultar, algún Sum sun verdi se fue, por lo q creemos q vivían en el
mundo, teniendo el planeta como casa.

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Allí no se han encontrado vestigios sobre sí pedían sagradamente alimentos mirando
el cielo sino q surcaban y cosechaban en el suelo donde oscilaban. La misma
naturaleza también sembraba, las aves cargaban en su canto la semilla de la
diversidad, la lluvia con el viento enseñaban los sistemas de riego y los seres vivos
comían lo necesario, como era menester.

Lo incomprensible sigue siendo su origen étnico, teorías dicen haberlos vistos salir del
mar Caspio, de los corredores festivos de la India, de la estratófera y sus abismales. Y
hay quienes están plenamente convencidos de saberlos viajeros transcontinentales.

Lo más indicador es q los Sum sun verdi lógicamente, hayan venido de otra parte,
como nómadas o sedentarios. Y seguramente adoptaron, recrearon y transformaron
rápidamente la estructura cultural de sus antecesores con la idea de su genialidad,
pero esa inexactitud genética de procedencia, sigue siendo el problema para la ciencia.
Y lo más desconcertante es sobre los esqueletos hallados en la necrópolis real, las
excavaciones de su hábitat estaban cubiertas de radioactividad.

Lo q sobrevive en equilibrio viene de los Sum sun verdi, traen la inmortalidad de lo


vivido hasta ahora, no la eternidad de lo por existir. Vivir es rocío de su oportunidad.
Sellaron el mundo interior con intracultura para estar más seguros de no crear la
palabra final, y desde luego morir. A partir del parto como vértigo en la piel,
tornándose color, ya nadie pudo volverlos a ver por dentro, entonces, aparecieron
palabras como fracaso o batalla.

Algunos se consagraron intermediarios de los dioses, otros se hicieron amos de lo


acumulado y emplearon gente para cuidar. Algo incidió en las manos y apuraron más
el cielo. Y ya no llovía sólo para el designio justo de la cosecha sino q otro antifaz
intervino y aró los números y sobró. Allí salta exhaustivo la organización de los
excesos. Surge la inmigración y exportación del hambre, y el temor colateral a la
pobreza de la muerte. Tal una sombra ajena fueron cambiando, como quien brilla
pálidamente.

Y ya nunca hicieron creer q seguían ahí, cuando se estaban yendo Antes de los Sum sun
verdi, probablemente existían formas de vida en el planeta, pero hasta ahora y de
acuerdo a los escritos en cómo empezó, sigue siendo un misterio. Lo sí confirmado por
sus develaciones, es q el origen de la Tierra y los secretos de la existencia, están
asociados a los pormenores del cielo de sus ojos, diríamos quizás gente de agua, luz,
viento, tierra, fuego o deidades amándolos Investigaciones certifican q los entendidos

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del génesis, los virtuosos del conocimiento, de aquí, allá o de donde sean, nunca
tuvieron acceso a la creación del ser, suponen sí, q acaeció con el extremo mínimo
margen de error.

La cultura de los Sum sun verdi y la sociología de los acontecimientos de las alturas
fueron escaneadas y reproducidas por comunidades adyacentes. Fue la narrativa entre
dos ríos del poema de la creación, considerado como el más antiguo de la historia por
ejemplo, el q sirvió de influencia iniciática a diversas y posteriores religiones; ​“​Cuando
en las alturas, el Cielo no había recibido nombre, y abajo, el suelo firme, la Tierra, no había sido llamado;
nada, salvo el primordial el sol, y algún planeta desconocido lo que les dio luz a todos; sus aguas se
entremezclaron. Ninguna caña se había formado aún, ni tierra pantanosa había aparecido. Ninguno de los
dioses había sido traído al ser aún, nadie llevaba un nombre, sus destinos eran inciertos; fue entonces
cuando se formaron los dioses en medio de ellos”

Las historias de hace pocos años, impulsadas y motivadas a aprender como ciertas en
nuestro -academia occidental- ya no son inocentes y se han vuelto torpemente
sospechosas. Vienen deliberadamente copiadas, reinventadas, transformadas e
impuestas como sabiduría de sanación.

La raíz con la q se ha nutrido nuestro pensamiento incide en una suerte de estafa


mágica, ideológica y espiritual. La certeza de nuestros antepasados, densa en
evidencias, la han proscrito, desaparecido, para dar paso al quebranto del
oscurantismo.

Es de hacer notar encarecidamente, las guerras de estos últimos tiempos, también


incluyen con mayor énfasis la destrucción y saqueo del patrimonio universal de esos
recuerdos ancestrales. Explícitamente a objeto de posesionar a ultranza el comic de
cordel amañado q se viene historiando desde un pasado interesado, subvencionado
por el consabido trans poder imperial.

Intereses políticos, económicos, religiosos, territoriales, temen q estas evidencias no


pudiesen contener las acciones científicas distantes de tarifas, como astrónomos,
teólogos, arqueólogos, y obligarlos a mirar la intracultura, detrás del lado izquierdo
del corazón, sobre los verdaderos inicios de la existencia. Conmoción q derribaría
multitud de teorías conjugadas para la dominación: colosales mentiras reiteradas
como barreras de miedo e intimidación, desnudez de la saturación de plagios

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reestructurados o modificados. Visibles en la filosofía espiritual de la estafa,
contrabandeada como verdad absoluta en aras de una macro economía del engaño.

Se podría indagar a fondo este asunto, pero hay mucha arrogancia académica
ignorante como carne de cañón, para aceptar q la base de nuestro pensamiento está
equivocado. No se trata de inventar a diestra y siniestra como detectados perdidos,
sino reconocer su navegación dirigida hacia laberintos tormentosos. Movidos por la
globalización de la injerencia, q usufructúan el margen de error de aquella civilización
en vez del acierto. Posesionando y empoderando así, una mentira como verdad
mediática. Ahí también un eslabón perdido, explica tantas guerras, tanta necesidad de
excedente y miseria humana. Creo, tampoco es inminente matarnos por instituir otro
mundo, si todavía no hemos develado de dónde vino el q existió bellamente, su
intracultura y genes colectivos. Ni hemos resuelto exterminar el q está destruyendo el
resto.

Probablemente a través de la indescifrable escaramuza de la guerra prolongada por lo


originario, nuestro papel histórico pareciera ser apurar a profundidad la caída del
sistema, como implosión q va indetenible por la debacle total del planeta. Por lo q
conceptual y temporalmente, el llamado otro mundo posible quizás espera por la
muerte de nosotros.

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Pieza pre-diluviana, joya arqueológica de la antigua mesopotamia (2100-3500 ac)

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Cuarta P​arte

Iraq, entre el 10 y 14 de abril del 2003, eeuu con otra mentira puesta en la boca de Dios,
saqueó el museo de antigüedades de Bagdad, allí se encontraba la mayor colección de
tablillas, tesoros y figuras de valor incalculable para la comprensión del origen de la
gente. El 80% de un poco más de 170.000 objetos fueron robados y quemados
incluyendo la biblioteca nacional de Bagdad. Eso no es otra cosa q malversación de la
evidencia para garantizar la continuidad del sistema internacional de la globalización
de la esclavitud.

Futuro del recuerdo reincidente citamos a Nicolás Copérnico 1473-1543, enterrado con
su densa sabiduría en la catedral de Frombork, Polonia por los mismos q negaban sus
confirmaciones, tal vez aislando una prueba, teniendo preso a un muerto como si no
volaran las ideas. Astrónomo q formuló la teoría heliocéntrica del Sistema Solar,
ideada primeramente por Aristarco de Samos. Galileo Galilei, 1564-1642 también
astrónomo, filósofo, ingeniero, matemático y físico italiano, relacionado con la misma
teoría heleocéntrica, la revolución científica, y el renacimiento igual a Copérnico.
Sometidos estos sabios, a la manía persecutoria de la iglesia católica, un adelanto del
mc cartismo imperial contra todo almado que se aparte de la cosmovisión
convencional impuesta, sea verdad o mentira. De ahí, q la santa sede de aquel tiempo
dictaminó, el 24 de febrero de 1616, eyectando desinformación: sostener q el Sol no se
mueve y son los planetas los q giran a su alrededor (heliocentrismo) es absurdo en
filosofía y una herejía formal porque contradice muchos lugares de la Escritura. De
forma automática, se incluyeron en la lista de libros prohibidos todos los q enseñaran
dichas doctrinas q según ellos iban contra la fe y la Biblia.

La Iglesia católica con su palabra llena de penosos plagios, reacomodos con


incongruencia, sumando la extraña masacre a los Templarios; el incendio de la
biblioteca de Alejandría, bóveda pública donde reposaba el conocimiento del ser
humano, la historia y la prehistoria de la humanidad; y por otro lado la invasión al
Tíbet desapareciendo profundos textos de civilizaciones primeras; la destrucción de
los códices Mayas por los Españoles con su ejército de paramilitares son las
consecuencias dolorosas con la cual se trata de traficar como original, las versiones
mercantiles últimas del origen de la vida.

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En 2006 la película Annunakis, una trilogía donde mostraba la primera civilización los
“seres que vienen del cielo”. Ubicaba la llegada a la tierra hace más de 400.000 años y
su regreso del planeta a unos cinco siglos y medio antes del año cero. Década y media
después, nada se sabe sobre esta producción. La primera película de larga duración en
donde objetivamente se demostraría cómo aquella sociedad inicial fue transformada
por genialidades extraordinarias.

Como percibimos y ha de esperarse de la innumerable pobreza millonaria de los


miserables, la mortecina de plata de la alcurnia mundial, adjuntamente descerebrada
espiritualmente, la civilización de mayor invención no es bien vista por el nuevo orden
internacional. Perturba pues, permite darse cuenta de dónde viene la equivocación y el
plagio del pensamiento actual del mundo, enaltecido como su propiedad intelectual
ejemplar, de hecho, la escritura cuneiforme escrita originalmente sobre tablillas de
arcilla húmeda, mediante un tallo vegetal biselado en forma de cuña, lo q orientó su
nombre dejó discípulos en muchos lugares, fue adoptada por otros idiomas inspirando
a los alfabetos del antiguo persa y tantos otros, de donde nos llegan informaciones
aclaratorias sobre estos enunciados.

Conocimientos de alto nivel sobre las estrellas, agricultura, cría de animales e incluso
la estructura social fue desprendida al mundo q conocemos hoy, por avanzados
sistemas de convivencia; los Sum sun verdi.

Reescribir lo inicial de la forma en q originalmente fue, seguramente cuesta la paz o no


queda otro camino. De no suceder lo definitorio, resguardarán con escudos de misiles
el cielo; y los q no pudieron cruzar para no estar del lado aborrecido, deberán
abstenerse o esgrimir credenciales oficiales.

Podemos percibir, como q todo da vuelta alrededor de nosotros, si, eso nos hacemos
creer. Alrededor del esplendor, nosotros henchidos, q grandeza. Atareados en
marearnos para ejercitar la brutalidad de la inteligencia: la de practicar destruir lo
total, como si fuese fábrica volverlo hacer. Lo único sideral de ésta incongruencia es q
tal actitud, cabe en la lógica de este mundo con fiebre, por lo q estaríamos
comenzando la necesidad, de volver a definir el término humano, y optar por algo más
acorde a su actitud.

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Si lo pensamos bien, lo humano hoy, no es más q un torpe ser gris sin espiritualidad;
deseoso de injerencia y hegemonía. La humanidad o humanidiestra en este caso, sería
la sumatoria de toda esa manipulación y miseria del humano. Donde el humanismo,
sustentaría la teoría y práctica perversa de esa fecalidad.

Del mínimo margen de error de la creación aquella, de la q hablaron los Sum sun verdi,
fue desde donde los consabidos mediocres de la carencia de este globalizado mundo
enfermo, desarrollaron la torre de babel de la economía burguesa, el
plagio-pensamiento imperial de los Griegos como democracia representativa, y lo
subliminal como arma invasiva inmediata y masificada, de los « ​ ​medios medios​»​, de la
información veraz del capital.

Predestinados al dolor estaban, decían los pobladores de la primera juntura de gente


en este planeta, o acaso lo intuían, al saber q nosotros, los de ahora, vendríamos con
todo a destruir para congraciarnos y enarbolar la última bandera fecal, el final del para
siempre.

Ellos, q conocían con propiedad las distancias siderales, los cronómetros de la tierra,
el origen de lo inadmisible, ya nos intuían, en el extravío. Penosamente nosotros,
después de tanta sabiduría hurtada y acaparada, no hemos logrado saber ni siquiera,
de dónde carajo vinieron ellos. Acaso lanzados de un cohete contentivo de ADN desde
las bases aéreas del firmamento, de otra galaxia. Inesperadamente apareados con
seres emocionalmente supra inteligentes y ajenos a las raíces de este planeta. O
desprendidos desde vitales desvelos, enamorados de la ocurrencia. Ciudadanos del
cielo, luego tradujeron unos. La muerte es ganancia, oraron otros, quizás refiriéndose
al individualismo de ciertos sistemas. Seguramente obviando q las civilizaciones
amorosas, por no decir otra cosa, no mueren, como se percibe en este caso. Lo cierto
no dan los tiempos, ni adolecen de contradicciones y dudas estas preocupaciones para
tan aceleradas revelaciones.

Irradiaron sí, sin mezquindad aquel conocimiento. No lo vendieron ni ejercieron poder


al poseer la clave de los primeros organizados de la existencia. Lo descuidaron a
conciencia en las caminerías frecuentes ​«​del vendrá​»​, para q cualquiera tropezará con
él. Desgraciadamente no fueron los más indicados los q encontraron ese cuantioso
cargamento de conocimiento unitarios.

Demasiada lejanía para ser fácilmente vistos en la difusa historia primera, por los
telescopios de miradas años luz o por la soberbia ingratitud. La comprimida

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civilización de los forjadores de gentes, los acuñadores de neologismos y
distribuidores de la belleza por igual, nunca más vista con aquella sensibilidad, parece
hacerse sentir y permitirnos oír su latido, en la ventana de la vía láctea. Donde
miramos también aquellos, quienes todavía creemos posible quitar la venda, en
nombre de los genésicos, los cuales inauguraron las lágrimas al descubrir q podían
recordar el futuro.

Y en lo personal, portador de este ​mensaje genético​, q junto a la vía láctea explotará,


pero es Dios en su mística armonía, el único dador de la medida y la proporción, alfa y
omega; Polvo cósmico fuimos por cada explosión. De dónde vino, no me perturba,
quizá resuelva con ello el «registro akáshico». Ahora, con el alimento humano pero el
mejor de todos; el amor. Dejaré registro imaginario en escritura cuneiforme, en la cual
confirmo, fijando mi nombre, que en nuestros cuerpos entretejidos, bajo la cruz del
sur, mi beso permanece en un segundo que se hace eternidad, vértigo implacable. Y
así, como el dolor decodificado, tras el cual los Sum sun verdi, nos proyectaron en sus
recuerdos, donde también existiría su ​mensaje​ y el mío, inclusive.

13.04.2018

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Texto: Carlos Angulo, Kalkaruwa

Arte: Eduardo Bol.

Arte Portada: Kalkaruwa

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