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“BULLYING”

UN FENÓMENO QUE PUEDE PROVOCAR DEPRESIÓN.

El bullying o maltrato escolar es muy común hoy en día en nuestra

sociedad, es un problema que nos involucra a todos, por lo tanto es un tema de

interés social porque incluye o agremia con más frecuencia a los adolescentes y

niños. El bullying es el maltrato físico y psicológico que recibe un niño por parte de

otro u otros, que se comportan con él cruelmente con el objetivo de someterlo y

asustarlo, con vistas a obtener algún resultado favorable para los acosadores o

simplemente a satisfacer la necesidad de agredir y destruir que éstos suelen

presentar. Este tema implica una serie de repeticiones continuas de las burlas o

las agresiones y puede provocar la exclusión social de la víctima.

Existen distintas formas de bullying, está el bullying físico directo, que es contra el

cuerpo, ya sea pegando o empujando a la víctima: también está el bullying físico

indirecto, donde los abusos son contra la propiedad de la víctima, que pueden ser

acciones como robar o romper pertenencias de la víctima además está el bullying

verbal, este es el más frecuente y va desde insultos, burlas y calumnias; después

está el Bullying psicológico, donde los agresores atacan primero por

la autoestima y fomentan la inseguridad y el temor; por último está el bullying

social, donde los agresores aíslan al individuo del grupo.

En lo particular considero que el bullying no distingue edad, color, clase social o

religión, este siempre está presente lamentablemente, más en lo educativo. Es

algo muy real y es necesario atender este tema. Ningún sector de la sociedad está
libre de él, es así como México ocupa el primer sitio a escala internacional en el

número de casos de acoso escolar, sobre todo en la educación básica, afecta más

a alumnos de primaria y secundaria tanto públicas como privadas.

La gran mayoría de los adolescentes que son víctimas de este abuso es en ciertos

casos porque no se pueden defender físicamente o porque tienen problemas,

inseguridades o tristezas en su vida y por causa de eso los demás aprovechan

para torturarles la vida sin importar el tamaño del daño que puede provocar.

La detección temprana es fundamental para resolver y evitar en el niño o

adolescentes daños psicológicos y emocionales permanentes. Para identificar

quien está siendo víctima del bullying podrían tomarse estos signos: la primera

seria cambios en el rendimiento escolar; quizás la persona nunca ha sido el

primero de la clase, pero si está siendo acosado, puede bajar su promedio de

manera repentina. También, puede perder el interés en sus deberes escolares. Le

suelen faltar útiles escolares y dice que los ha perdido y no sabe dónde. Otro

signo es que no quiere ir a clases, cuando siempre ha deseado ir. La segunda

problemas psicosomáticos; estos aparecen justo antes de volver a clases, luego

de las vacaciones o los fines de semana. El niño tiende a presentar malestares

como alteraciones gastrointestinales, dolores inexplicables, opresión en el

pecho. Igualmente, puede presentar alteraciones del apetito o del sueño, ansiedad

Estas señales de manera aislada no siempre conducen a una víctima de bullying,

pero si se identifican más que de una aparte de las ya mencionadas, es porque la

persona está siendo parte de ella.


No sólo los que sufren el Bullying son dañados sino también los victimarios, esto

parte desde casa porque la mayoría de las personas ejerce el maltrato a raíz de

problemas similares que puedan tener en su hogar, por lo general los victimarios

se sienten solos, no tienen la atención necesaria de papá o mamá por varios

factores, uno de ellos podría ser que están divorciados y cada uno mantiene su

tiempo ocupado dejando un lado a su hijo, otro factor sería que los papás viven

juntos, pero se la pasan discusión por dinero, es así como los adolescentes que

agreden usan la extorsión como una manera de sobre llevar los problemas que

tienen en casa, con eso saben ocultar el dolor de ellos y para que la gente no se

dé cuenta practican el bullying, así se sienten y se ven poderosos ante los demás,

sobre todo fuertes .

El bullying siempre se ha practicado y se sigue practicando, lo que casi no se sabe

o es difícil de reconocer es que a personas les sucede. Por lo general este tipo de

personas que son víctimas saben ocultar muy bien lo que les sucede puesto que

en todo momento sienten el miedo de ser agredidos si delatan a las victimarias,

temen a recibir más amenazas, golpes e insultos. En muchas ocasiones cuando

reciben golpes y les llega a salir un moretón evaden el tema con los padres

diciendo que se pegaron con algún objeto, e incluso llegan a culpar a los

hermanos más pequeños si es que tiene.

Muchos adolescentes se suicidan por miedo de hablar, consideró que no hay que

quedarse callados, porque el sentir temor es normal, quizás nuestros padres

pasaron por eso, lo más viable sería hablar con alguien de confianza o con una

autoridad educativa si es que no queremos recurrir a nuestros padres.


Las personas piensan que al hablar con un adulto de esto puede empeorar las

cosas, en algunos casos es posible, pero si todo se trata con discreción y de modo

adecuado se puede solucionar.

En las instituciones educativas muchos de los padres piensan que al cambiar a

sus hijos de escuela solucionarán el problema, pero en ciertos casos no es así,

esto puede provocar un daño mayor ya que están emocionalmente inestables por

el gran cambio que implica y puede que sufran el mismo maltrato y este provoque

un mayor trauma y ya no lo puedan superar.

La herramienta más importante es la comunicación. Por un lado, en la casa. Hay

que tener mucho cuidado y tacto para abordar este tema con los hijos. Es posible

que si el chico o la muchacha esté siendo víctima de un acoso, procure ocultarlo o

al menos, minimizarlo, sin ser verdaderamente conscientes del daño que podrían

estar recibiendo. Es recomendable crear un círculo de confianza. Que los hijos

confíen en sus padres para poder contarles estos casos, pero sin sentirse

avasallados, o débiles. A nadie le gusta mostrarse vulnerable a los demás.

Porque eso significa para ellos que están demostrando cierta debilidad.

En México lamentablemente no nos damos cuenta que dejamos solos a los niños

y niñas, además de que no hay autoridades que se preocupen por lo que les

sucede y encuentren soluciones efectivas. Los que hemos sufrido bullying en la

escuela recordamos que nuestros compañeros no nos defendieron, y que los

maestros y otros adultos minimizaron los hechos. A muchos nos produjo más dolor

psicológico que físico, y nos preguntamos por qué se permitió el abuso sin
sanciones y sin tratamiento. Una consecuencia grave es que en la mayoría de los

casos se opta por ya no asistir más a la escuela por esta causa.

El bullying no es un juego. Los mexicanos debemos hacer algo y no dejar que

sucedan más casos como el de miles de personas, debemos evitarlos reforzando

la autoridad positiva de los maestros, involucrando a los padres, hablando con los

alumnos francamente del asunto, con el apoyo de psicólogos, pedagogos y

modelos de rol como artistas y deportistas. Sobre todo, se necesita el valor de

intervenir a tiempo, no ser cómplices con el silencio o festejando al abusivo. ¿Tú

qué harías si eres testigo de un caso de bullying? ¿Lo detendrías o te quedarías

parado sin hacer nada?

Alejandra Elizabeth Montoya López.


6to “A

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