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EL ACOSO ESCOLAR

Bullying es una palabra inglesa que significa intimidación. Desgraciadamente,


esta palabra está 'de moda' debido a los innumerables casos de persecución
y de agresiones que se están detectando en las escuelas y colegios, y que
están llevando a muchos escolares a vivir situaciones verdaderamente
aterradoras.
El bullying se refiere a todas las formas de actitudes agresivas, intencionadas
y repetidas, que ocurren sin motivación evidente, adoptadas por uno o más
estudiantes contra otro u otros.

La persona que ejerce el bullying lo hace para imponer su poder sobre el otro,
a través de constantes amenazas, insultos, agresiones o vejaciones, y así
tenerlo bajo su completo dominio a lo largo de meses e incluso años. La
víctima sufre callada en la mayoría de los casos. El maltrato intimidatorio le
hace sentir dolor, angustia y miedo, hasta tal punto que, en algunos casos,
puede llevarle a consecuencias devastadoras como el suicidio.
El hostigamiento y el maltrato verbal o físico entre escolares es bullying. Es
un acoso sistemático, que se produce reiteradamente en el tiempo, por parte
de uno o varios acosadores a una o varias víctimas.
La definición de Dan Olweus, psicólogo sueco-noruego y el primero en
abordar esta problemática, que recoge el informe 'El acoso escolar. De las
causas, origen y manifestaciones a la pregunta por el sentido que le otorgan
los actores' elaborado por Luis Evelio Castillo-Pulido, dice que 'un estudiante
se convierte en víctima de acoso escolar cuando está expuesto, de forma
reiterada y a lo largo del tiempo, a acciones negativas llevadas a cabo por
otro u otros estudiantes'.

Los expertos señalan que el bullying o intimidación implica tres componentes


clave:
-Un desequilibrio de poder entre el acosador y la víctima. Este desequilibrio
puede ser real o solo percibido por la víctima.
-La agresión se lleva a cabo por un acosador o un grupo que intentan dañar
a la víctima de un modo intencionado.
-Existe un comportamiento agresivo hacia una misma víctima, que se
produce de forma reiterada}
.
Tipos de acoso escolar o bullying:

Con frecuencia (y por desgracia) pueden aparecer varios tipos de bullying o


acoso escolar de forma simultánea:
- Físico
Consiste en la agresión directa a base de patadas, empujones, golpes con
objetos. También puede ser indirecto cuando se producen daños materiales
en los objetos personales de la víctima o robos.
- Verbal
Es el más habitual. Solo deja huella en la víctima. Las palabras tienen mucho
poder y minan la autoestima de la víctima mediante humillaciones, insultos,
motes, menosprecios en público, propagación de rumores falsos, mensajes
telefónicos ofensivos o llamadas, lenguaje sexual indecente…

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- Psicológico
Se realiza mediante amenazas para provocar miedo, para lograr algún objeto
o dinero o simplemente para obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere
ni debe hacer…
- Social
Consiste en la exclusión y en el aislamiento progresivo de la víctima. En la
práctica, los acosadores impiden a la víctima participar, bien ignorando su
presencia y no contando con él/ ella en las actividades normales entre
amigos o compañeros de clase.

¿Qué hacer si alguien sufre acoso escolar?

Cambios en el comportamiento del niño (se encierra en su habitación, no


quiera comer, está todo el rato tristón) y/o la negación del niño a querer ir a
colegio o a quedar con sus amigos pueden alertar a los padres de que su hijo
está pasando con un episodio de acoso escolar o bullying. ¿Qué se debe
hacer?
- Debemos mantenernos serenos y tranquilos, aunque sabemos que esto es
difícil. Tenemos que contenernos y apoyar psicológicamente a nuestro hijo.
- También es importante escuchar al niño y no poner en entredicho ninguna
de sus palabras.
- Evitar sentimientos de culpa por no habernos dado cuenta antes y porque
nuestro hijo haya sufrido.
- Bajo ningún concepto tomarnos la justicia de nuestra mano y mostrar
una actitud violenta con el colegio o con el agresor, si conocemos su
identidad.
- Animar al niño a que denuncie la situación frente a sus profesores y, si fuera
necesario, frente a la autoridad policial. Para eso antes hay que evaluar al
niño junto con un profesional (pediatra/psicólogo) para ver su grado de
ansiedad y su estado mental.

¿Por que ocurre el acoso escolar?

Tenemos que tener presente que quien ejercer el acoso no deja de ser un
niño/a con su depósito vacío y con muchas necesidades emocionales no
cubiertas en el que la mejor manera que ha encontrado para tapar ese hueco
ha sido ejercer el acoso. Suelen ser niño/as con mucha inseguridad y
sensación de inferioridad. El acoso o bullying es un ataque a la diversidad,
cualquier cosa que sea diferente a nosotros o a la norma social nos
atemoriza, nos incomoda y nos hace sentir inferiores. Por ello, para ésto/as
niño/as el hecho de ejercer el acoso contra alguien les hace confirmar su
identidad y les da una posición de superioridad frente a los demás. Debemos
evitar etiquetarlos como acosadores porque estos niño/as son mucho más
que eso y también precisan nuestra ayuda.

Como podemos detectarlo


Debemos detectar estas señales:

 Reticencia o miedo a ir al colegio.


 Quejas o malestar físico a la hora de ir al colegio.

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 Evitación de actividades con sus compañero/as, como por ejemplo ir a
excursiones o campamentos.
 Evita hablar de lo que hace en el colegio.
 Pérdidas o despistes de material escolar.
 Cambios en el estado de ánimo: apatía, tristeza, irritabilidad. Debemos
tener en cuenta que en niño/as y adolescentes la ira y el enfado es una
manera de manifestar la tristeza.
 Cambios en el sueño o en el apetito.
 Mayor retraimiento e introversión.
 Comienza a morderse las uñas.
 Aparecen golpes, hematomas, rasguños.
 No dice lo que piensa/siente.
 Sensación de que está en estado de alerta de manera constante.

Como se puede prevenir el acoso en el aula?

De este modo, dadas las consecuencias terribles que comporta es


fundamental prevenir y erradicar cualquier tipo de acoso escolar. Debemos
concienciar a los alumnos de la gravedad del acoso, del dolor que genera y
de los terribles resultados que puede producir como es el suicidio. El objetivo
debe ser educar para que no se ejerza acoso y actuar y denunciar el acoso
cuando sean conocedores que este está teniendo lugar.

Tenemos que transmitir a los sujetos que sin víctimas de acoso, la mejor
opción para frenar la conducta de maltrato es comunicarlo a una persona
adulta, como puede ser un profesor o los padres. A continuación te citamos
algunos consejos para prevenir la aparición de acoso escolar.

1. Estar atento de posibles cambios


La conducta de acoso pese a producirse en la escuela suele presentarse
cuando ningún adulto o profesor está delante. Por este motivo
frecuentemente no la observamos de forma directa pero sí podremos percibir
las consecuencias que esta genera. Como ya hemos mencionado el acoso
comporta malestar en la víctima que se expresa externamente como cambios
en la conducta, en su estado de ánimo, en su rendimiento escolar.

Así pues, es fundamental que los mayores estemos atentos de cómo


evolucionan y progresan los niños o adolescentes para detectar cualquier
cambio en su comportamiento que nos pueda indicar que algo no va bien y
debemos indagar cuál es la causa.

2. Educar en el no acoso
Como ya avanzamos un punto muy importante es educar y hablar del tema
en el aula. Hablar de un tema no hace que este suceda, es decir, informar del
acoso en el aula no incita a realizar comportamientos violentos, sino todo lo
contrario puede prevenir su aparición ya que formamos en la no realización
de estos actos y enseñamos también el modo de proceder si somos víctimas

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o testigos de acoso. Comunicaremos también que siempre hay solución y
que pueden recibir ayuda.

Debemos explicar qué es el acoso y las consecuencias terribles que


comporta, ya que pese a ser niños pueden comprender la gravedad de la
situación, utilizando siempre un modo de transmitir acorde a sus edades.

3. No subestimar a los niños


Suele suceder que cuando nos hacemos mayores olvidemos como nos
sentíamos o las preocupaciones que teníamos de pequeños y que cuando un
niño o adolescente nos expresa alguna preocupación, problema o malestar
puede que restemos importancia, pensando que es cosa de niños y que se
les pasará enseguida.

Pero contrariamente esta información que nos comunica el niño debemos


tenerla en cuenta, e indagar más sobre el hecho y cómo se siente el niño. Ya
que si ignoramos la cuestión estamos transmitiendo al niño que no nos
importa cómo se siente, consiguiendo que no nos vuelva a contar nada en el
futuro, al mismo tiempo que estamos pasando por alto una posible situación
de acoso que podríamos prevenir o en la que podríamos intervenir.

Toda información que nos expresa un niño o adolescente es importante y


más si se muestra preocupado o con malestar. No debemos normalizar el
acoso o la violencia entre niños ya que son igual de graves y crueles y no son
“cosas de crios”.

4. Actuar ante la mínima sospecha


Ante la mínima sospecha o indicador de posible acoso debemos indagar y
actuar si fuera necesario. En estas circunstancias, ante la duda, es mejor
actuar e informarnos de qué está sucediendo, y no restarle importancia, pues
las consecuencias por no hacer nada son realmente graves y mucho peor
que actuar preventivamente.

5. Comunicación familia-escuela
Es importante que el colegio trabaje de manera conjunta con la familia para la
adecuada educación del niño. La comunicación entre padres y profesores es
fundamental para detectar posibles cambios en la conducta del niño y
conocer toda la información vinculada a él en los distintos contextos.

Asimismo, si detectamos una situación de acoso es necesario informar a las


familias tanto de la víctima como del agresor. Como es lógico sus padres
deben ser los primeros en conocer lo que está sucediendo para poder
empezar a trabajar de manera conjunta. De igual forma es útil proporcionar a
los padres la información pertinente sobre acoso, para que sepan qué implica
y cuáles son los mejores modos de actuación.

6. Trabajo de habilidades en el aula

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Trabajar habilidades positivas en el aula como puede ser la empatía, el
respeto, la asertividad, etc, es importante. A veces nos centramos solo en el
conocimiento académico, olvidando otro tipo de formación que también es
importante como el entrenamiento en buenas conductas, para favorecer que
la dinámica del grupo clase sea mejor, haya menos conflictos. Del mismo
modo, con el aprendizaje de estas habilidades se verán beneficiados otros
ámbitos en la vida de los niños.

Sobre todo en niños, es necesario repetir y mantener presente los distintos


conocimientos que queremos que adquieran, puesto que si solo los tratamos
una vez, de manera puntual, es menos probable que aprendan la información.

7. Trabajar una buena comunicación


Trabajar y entrenar cómo comunicarnos de forma adecuada es fundamental
para lograr una mejor relación entre los compañeros de clase. Comunicarnos
no siempre es fácil y más hacerlo de manera adecuada. Hay niños que
desarrollan modos incorrectos, como conductas agresivas para comunicar su
malestar o niños que al no saber como exteriorizar lo que siente se lo quedan
para ellos, repercutiendo así que podamos actuar si fuera necesario.

9. Establece una relación de confianza


Mantener una relación de confianza con el menor tanto en el colegio como en
casa es fundamental para que pueda expresarnos cómo se siente o qué le
preocupa. Para trabajar la confianza es necesario que el niño o adolescente
perciba que le escuchamos, que nos interesamos por lo que le sucede y que
le damos importancia a las cosas que nos comunica. Este aprendizaje
debemos hacerlo desde bien pequeños para que sea más fácil establecer
este vínculo de confianza.

Si el niño siente que no le damos valor a las cosas que nos cuenta y que no
actuamos para intentar ayudarlo, será imposible establecer una relación de
confianza y por tanto será muy difícil que nos cuente los problemas que
puede tener ya que no verá en nosotros un apoyo.

10. Trabajar la autoestima


Niveles adecuados de autoestima, entendida como el sentimiento que
tenemos hacia nosotros mismo, la valoración que hacemos de nosotros, son
fundamentales para el buen funcionamiento del sujeto. Vinculado con el
acoso, las afectaciones en la autoestima se pueden observar tanto en la
víctima, que puede mostrar bajos niveles desde el inicio o verse reducidos
por culpa del acoso, como en los agresores, ya que en muchas ocasiones la
conducta violenta se realiza como modo de expresión, de desahogo del
propio malestar.

Así pues, será imprescindible trabajar la autoestima, reforzando una buena


valoración de uno mismo y establecer un buen nivel de esta habilidad que se
mantenga pese a que las condiciones del entorno no acompañen.

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