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CAUSA DE LA VIOLENCIA ESCOLAR

El acoso escolar o bullying (término en inglés), es un fenómeno común en los entornos


escolares de nuestros países de la América Latina y el Caribe, que afecta por igual a niñas,
niños y adolescentes sin distinción de edad, etnia o nivel socioeconómico.

Tanto si supone violencia física, psicológica o ambas, el acoso escolar tienen un impacto
significativo de corto, mediano y largo plazo en la vida de los niños, niñas y adolescentes
involucrados, ya sea como agresores, víctima u observadores. Este tipo de violencia es
relevante porque afecta negativamente a la víctima, disminuyendo su autoestima y
confianza, lo que puede conllevar a que padezcan de frecuentes estados de ansiedad,
depresión, autoagresión e incluso conducir al suicidio.

En la región, el acoso escolar o bullying impide a niños, niñas y adolescentes que sufren
estos maltratos, ejercer sus derechos fundamentales y gozar de experiencias
enriquecedoras de educación, interacción social, desarrollo y libre expresión de la
personalidad, participación y a sentirse a salvo en la escuela como lugar desde donde es
posible construir sociedades más justas y pacíficas.

Muchos de los actos de acoso escolar han sido, y siguen siendo constantemente
considerados parte integrante de la experiencia escolar, propias de la dinámica del patio de
recreo y una lección más de la escuela en la que, como anticipo de la vida, niños, niñas y
adolescentes aprenden a “resistir”, a “defenderse”, a “hacerse respetar” e incluso a
devolver el golpe.
Abordar esta compleja situación es su justa dimensión, sin minimizarla, es sin lugar a dudas,
una responsabilidad de toda la comunidad educativa. Sin embargo, también debe concitar
el compromiso de las administraciones públicas y escuelas.En su artículo titulado Bullying:
un miedo de muerte, la psicóloga y periodista Henar L. Senovilla afirma que las causas que
pueden hacer aparecer el acoso escolar son incalculables. El bullying en el colegio tiene
muchas formas de manifestarse y ocasiona perjuicios ilimitados.

En general, las causas o factores que provocan el acoso en los centros educativos suelen
ser personales, familiares y escolares. En lo personal, hay ocasiones en las que el acosador
se ve superior, bien porque cuenta con el apoyo de otros atacantes, o porque el acosado es
alguien con muy poca capacidad de responder a las agresiones. En la mayoría de las
ocasiones, el acosador lo que quiere es ver que el acosado lo está pasando mal.El bullying
puede darse en cualquier tipo de colegio, público o privado, pero según algunos expertos,
cuanto más grande es el centro escolar más riesgo existe de que haya acoso escolar. A esta
característica, hay que añadir la falta de control físico y de vigilancia en los centros
educativos. Sería recomendable que en los pasillos hubiera siempre alguien, profesores o
cuidadores, para atender e inspeccionar a los alumnos. Esto ayuda a la detección temprana
del bullying.Aparte de eso, el tratamiento que se da a los alumnos es muy importante. La
falta de respeto, la humillación, las amenazas o la exclusión entre el personal docente y los
alumnos llevan a un clima de violencia y a situaciones de agresión. El colegio no debe
limitarse solo a enseñar, pero debe funcionar como generador de comportamientos
sociales.

No podemos olvidar que la educación en valores es una de las claves para acabar con el
acoso escolar. De ahí, la importancia de que tanto los padres como los profesores (y el
resto del equipo escolar) se involucren en la detección de los casos de acoso escolar, así
como en el apoyo a las víctimasEn el terreno familiar, el origen de la violencia en los
chavales puede residir en la ausencia de un padre o en la presencia de un padre violento.
Esa situación puede generar un comportamiento agresivo en los niños y llevarles a la
violencia cuando son adolescentes. Además de eso, las tensiones matrimoniales, la
situación socioeconómica o la mala organización en el hogar, también pueden contribuir a
que los niños tengan una conducta agresiva.

En resumen, las causas del bullying pueden residir en los modelos educativos que son un
referente para los niños, en la ausencia de valores, de límites y de reglas de convivencia; en
recibir castigos a través de la violencia o la intimidación y en aprender a resolver los
problemas y las dificultades con la violencia.

En cualquier caso, es importante estudiar el caso de que cada niño en concreto para
comprender qué hay detrás de esa agresividad hacia algunos de sus compañeros. Dar
apoyo desde la empatía es importante para acabar con las situaciones de acoso escolar.

Cuando un niño está expuesto constantemente a esas situaciones, acaba por registrar
automáticamente todo en su memoria, pasando a exteriorizarlo cuando lo vea oportuno.
Para el niño que practica el bullying, la violencia es solo un instrumento de intimidación.
Para él, su actuación es correcta y, por lo tanto, no se autocondena, lo que no quiere decir
que no sufra por ello.Hablamos de bullying cuando hay golpes o empujones, pero también
ante los apodos, las amenazas verbales, las burlas o la exclusión. Todo ello puede acabar
afectando a la víctima tanto física como emocionalmente. Sin embargo, también es
importante ponerse en el lugar del agresor para descubrir el por qué de esa actitud
agresiva.

A todos los padres nos preocupa que nuestro hijo o hija pueda estar siendo víctima de
bullying. La observación y la comunicación son dos de las claves para lograr darnos cuenta
cuanto antes de que algo está ocurriendo en el entorno de nuestro hijo. Incluso, aunque
nuestro pequeño no esté siendo la víctima, sino un testigo de agresiones hacia otro
compañero, es importante que hablemos sobre el acoso, ya que podríamos ayudar a otro
niño a salir de esta situación.

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