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1) No es el primer cielo:

Sabemos que Dios está en todas partes, pero hay un sitio en el que está su trono,
su habitación principal y ese es el cielo al que se refiere la oración como “que
estás en los cielos” Mat 5:34. En 2 Corintios 12:1-5 el apóstol Pablo nos enseña
un misterio primordial, que el trono de Dios está muy lejos de nosotros,
inalcanzable. Nos habla de la existencia de 3 cielos: el primero, el segundo y el
tercer cielo. El primer cielo es el cielo de las aves, de las nubes, de la lluvia, del
frío y el calor; se trata de la atmósfera terrestre, ese que nosotros vemos de color
azul durante los días. El que respiramos y por medio del cual escuchamos los
sonidos. En ese cielo no está el trono de Dios.

2) No es el segundo cielo:
El segundo cielo es el espacio sideral, en donde se encuentran las estrellas, el sol,
la luna, las galaxias, etc. Según la página AstroMía, el universo mide 93 mil
millones de años luz (de acuerdo a conclusiones de los astrónomos), haciendo
referencia que es lo que se puede ver, lo que no, está más allá; suponiendo que
tengan razón, es un tamaño inmenso. Pero ahí no está el trono de Dios.

3) Está en el tercer cielo:


¡Ahí sí está el trono de Dios! en el tercer cielo, un lugar inimaginable y
“escondido” a los ojos de los humanos, libre de pecado, libre de maldad, de
iniquidad. Un sitio de dimensión no conocida por los humanos y solo revelada
mediante su Palabra Santa. Hubo una ocasión cuando Dios “abrió un portal”
hacia su trono, referido en Éxodo 24:9-11, en el que asistió Moisés, los
sacerdotes y los 70 ancianos de Israel, quienes después de consagrarse,
estuvieron en presencia del Altísimo y nos da detalles del recinto porque
menciona su piso como un embaldosado de zafiro, una piedra preciosa.

II.- EL CIELO ES EL TRONO DE DIOS

1) Simboliza un lugar alto:


1 Rey 8:27.-“Empero ¿es verdad que Dios haya de morar sobre la tierra? He aquí
que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener: ¿cuánto menos esta
casa que yo he edificado?” Job 11:7 y 8.- “¿Alcanzarás tú el rastro de Dios?
¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso? Es más alto que los cielos: ¿qué
harás? Es más profundo que el infierno: ¿cómo lo conocerás?” Salmo 68:18.-
“Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, Tomaste dones para los hombres…”

2) Simboliza un lugar inalcanzable:


Ni siquiera influenciamos el primer y segundo cielo, menos el tercero. Job 38:31-
37.- ¿Podrás tú impedir las delicias de las Pléyades, O desatarás las ligaduras del
Orión? ¿Sacarás tú a su tiempo los signos de los cielos, O guiarás el Arcturo con
sus hijos? ¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos? ¿Dispondrás tú de su potestad
en la tierra? ¿Alzarás tú a las nubes tu voz, Para que te cubra muchedumbre de
aguas? ¿Enviarás tú los relámpagos, para que ellos vayan? ¿Y dirante ellos:
Henos aquí? ¿Quién puso la sabiduría en el interior? ¿O quién dio al
entendimiento la inteligencia? ¿Quién puso por cuenta los cielos con sabiduría?
Y los odres de los cielos, ¿quién los hace parar?

3) Simboliza un lugar santo:


En el Antiguo Testamento, en el libro del Éxodo se nos muestra un modelo a
escala del cielo, se trata del tabernáculo, dividido en tres partes ¡y no es una
coincidencia! El atrio simboliza el primer cielo, el lugar santo simboliza el
segundo cielo y el lugar santísimo (la presencia de Dios) representa el tercer
cielo. Recordemos que entre el lugar santo y el santísimo existía una división de
tela llamada velo. Normalmente nos imaginamos un velo de novia, transparente,
pero no, se trataba de un tejido grueso y pesado como de una frazada abrigadora.
Un telón describe mejor su consistencia. Nadie podía pasar ese velo porque todos
somos pecadores, solamente el sacerdote principal ya consagrado, una vez al año,
y con sangre de un sacrificio de animales, símbolo del sacrificio de Cristo. Nada
inmundo puede entrar al cielo. Ningún pecador, solo redimidos. Sin Santidad
nadie verá al Señor, Hebreos 12:14.

III.- ACCESIBLE SOLO POR MEDIO DE JESUCRISTO

1) Por medio de su sacrificio.-


La entrada al tercer sitio del Tabernáculo del Testimonio, modelo del trono de
Dios, era solo permitida al sumo sacerdote, quien representaba a todo el pueblo,
pero también era figura del Señor Jesucristo Hebreos 9:11 menciona: Mas
estando ya presente Cristo, pontífice de los bienes que habían de venir, por el
más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es á saber, no de
esta creación; Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, mas por su
propia sangre, entró una sola vez en el santuario, habiendo obtenido eterna
redención. También los judíos en el tiempo del Señor Jesucristo llamaban a la
entrada del tabernáculo “el camino”, a la entrada al lugar santo “la verdad” y al
velo del lugar santísimo “la vida” (véase Juan 14:6).

2) Hay muchas moradas.-


Juan 14:2 dice: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay: de otra manera os
lo hubiera dicho: voy, pues, a preparar lugar para vosotros”. ¿Cuantas moradas
hay? La morada de Cristo junto a su pueblo medirá 2,160 km cada uno de sus
lados y también su alto. ¡Cabrán muchísimas! Así es, al inicio de la eternidad
junto a Cristo, Dios trasladará su casa (el cielo) hacia la nueva tierra que él hará
al destruir el pecado y morará con los creyentes en Cristo, para siempre y
seremos felices por siempre (Apoc. 21:3).

3) Será morada eterna con los creyentes.-


¿Quieres vivir en el cielo? No se trata de tener alitas y tocar arpitas entre nubes
de algodón. ¡No!, se trata de la experiencia jamás imaginada por tu mente, un
lugar asombroso in-imaginado por el ser humano. Un lugar reservado para ti,
accesible solo y únicamente mediante la fe en Jesucristo, en su muerte vicaria y
en su muerte expiatoria. La Nueva Jerusalén por la eternidad será la morada de
los que creímos en Jesucristo. Por lo tanto, en nuestro diario vivir, el anhelar el
cielo es lo que debe mover nuestra vida en santidad y obediencia a nuestro Señor.
Filipenses 3:20.- “Mas nuestra vivienda es en los cielos; de donde también
esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”. Mateo 6:20, 21.- “Mas haceos
tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompe, y donde ladrones no minan
ni hurtan: Porque donde estuviere vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón”.
Lucas 10:20.- “Mas no os gocéis de esto, que los espíritus se os sujetan; antes
gozaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos”.

CONCLUSION

El modelo de oración del “Padre Nuestro”, nos indica que debemos orientarnos
en nuestras oraciones hacia el cielo, hacia el trono de Dios para alcanzar
misericordia, solo a través de nuestro Señor Jesucristo. También debemos
Buscar, Porfiar, Anhelar el cielo, porque ahí está Cristo, como dice Colosenses
3:1.- SI habéis pues resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está
Cristo sentado a la diestra de Dios. Hagámonos estas preguntas ¿Tu mente se
orienta hacia el cielo cuando oras? ¿Es claro el concepto que tienes del cielo
donde está el trono de Dios? ¿Sabes que ningún pecado puede entrar a la
presencia de Dios? ¿Ya estás listo para estar en la presencia de Dios? ¿Sabes que
la Nueva Jerusalén será el “cielo” por la eternidad? ¿Buscas, anhelas el cielo?
¿En dónde está tu tesoro? ¿Tu vida está orientada hacia el cielo con Dios?.
¡Cuidado! si no es así, porque podría estar orientada hacia el infierno, el otro
lado.

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