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Jordi Sánchez Bosch

INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LA BIBLIA

CONSEJO DE DIRECCIÓN

José Manuel Sánchez Caro (Coordinador)


Alfonso de la Fuente Adánez
Rafael Aguirre Monasterio
Julio Trebolle Barrera
Santiago Guijarro Oporto
Escritos paulinos
PLAN GENERAL DE LA OBRA

/* 1. La Biblia en su entorno
*2. Biblia y Palabra de Dios
3a. El Pentateuco
3b. Historia, narrativa apocalíptica
*4. Los libros proféticos
*5. Libros sapienciales y otros escritos
/ *6. Evangelios sinópticos y Hechos de los Apóstoles
*7. Escritos paulinos
*8. Escritos joánicos y cartas católicas
*9. Literatura judía intertestamentaria (suplemento I)
10. Literatura y exégesis cristiana primitiva (suplemento II)

Instrumentos de trabajo
*I. La investigación de los evangelios sinópticos y Hechos de los EDITORIAL VERBO DIVINO
/
Apóstoles en el siglo XX
Avda. de Pamplona, 41
31200 ESTELLA (Navarra)
* Publicados 1998
466 Otras Cartas Paulinas
Bibliografía para el trabajo personal Capítulo XV
La comparación entre cartas paulinas indudables y discutidas no LA CARTA A LOS HEBREOS
dejará de ser útil por el mero hecho de que alguien tenga una idea for-
mada sobre el tema de la autenticidad. Visto que las distintas posicio-
nes deben mucho a problemas de situación histórica, será bueno insis-
tir en los fragmentos más doctrinales para poder apreciar su alto grado
de paulinidad.
La bibliografía citada en las notas puede orientarnos respecto de
los temas concretos. Recordemos que el trabajo palabra por palabra se
encuentra en las obras de Harrison, The Problem y Paulines, el cual,
dicho sea de paso, entiende que sus argumentos le llevan a defender la
autenticidad de Efesios y Colosenses, mientras que Kenny, A Stylome-
tric, si sólo contara el estilo, llegaría a admitir la autenticidad de doce
cartas, todas menos Segunda a Timoteo. La gran diferencia entre este capítulo y los dos anteriores es
De cara a una exégesis de detalle, nos atrevemos a proponer el que en él no figurará el tema de la autenticidad como «cuestión
comentario de Spicq (1969), aunque no coincidamos con él en la cues- abierta», puesto que, entre los exegetas del presente, hay unani-
tión de la autenticidad. Se puede encontrar en castellano el comentario midad al decir que la carta no fue escrita por el apóstol. Pero con
del gran patriarca de la exégesis J. Jeremias, Epístolas a Timoteo y a Tito eso, entendemos, no quedan cerradas, ni mucho menos, todas
(Madrid 1970). La tesis de la pseudonimia es defendida a gran altura, las cuestiones; habrá bastante que reflexionar sobre autor,
también en castellano, por N. Brox, publicado junto a otros comenta-
rios de K. Staab (citados). género literario, destinatarios, lugar y tiempo de composición y
motivos reales de la carta. Como en los capítulos anteriores, el
Se acercan a la profundidad de Spicq el de J. Roloff a la Primera segundo apartado desarrollará una lectura del texto en relación
a Timoteo: Der erste Briefan Timotheus (Solothurn 1988) y el de Holtz
con los que le sean más próximos. En el primero, nos pregun-
a todas las Pastorales (citado). Los demás quedan en un nivel algo más
divulgativo. Destacaríamos el de C. K. Barrett, The Pastoral Epistles taremos por las distintas cuestiones introductorias, pero desde
(Oxford 1963), J. L. Houlden, The Pastoral Epistles (Harmondsworth el texto mismo, junto con algunos paralelos neo testamentarios.
1976), V. Hasler, Die Briefe an Timotheus und Titus (Zúrich 1978), R. J.
Karris, The Pastoral Epistles (Wilmington 1979), A. T. Hanson, The Pas-
toral Epistles (Filadelfia 1982), O. Knoch, /. und 2. Jlmotheusbrief A. CUESTIONES GENERALES
Titusbrief (Würzburg 1988). Permítasenos añadir que de los artículos
citados de Sánchez Bosch sale una especie de síntesis doctrinal de las En línea con las introducciones anteriores, esta primera
Cartas Pastorales. parte constará de los siguientes puntos: autor aludido, comuni-
dad(es) destinataria(s), ocasión de la carta, estilo y vocabulario,
grandes divisiones.

1. Autor aludido
En las trece cartas anteriores la cuestión sobraba: todo el
mundo sabe quién es el Pablo apóstol que las encabezaba, aun-
que en algunas cartas el apóstol podía pasar a la categoría de
autor aludido. Pero Hebreos no tiene encabezamiento conocido,
si bien debió de tenerlo, en el caso de que sea una carta, pues
hasta eso es cuestión abierta. Heb 13,23s podría ser un dato
sobre el autor o un modo de aludir a un autor: cuenta que Timo-
468 Otras Cartas Paulinas

teo ha sido liberado y les promete: «si llega pronto, iré con él a La Carta a los Hebreos 469
veros». No dice siquiera: «supongo que querrá acompañarme»,
es decir, que no duda de su propia autoridad sobre Timoteo; lógi- mera, de simples convertidos (no discípulos directos) procedentes
camente se puede pensar que es, o se presenta, como Pablo. Los de lugares donde Cristo no había predicado. El anuncio que reci-
bieron es concretado en Heb 6,1 s como «renuncia (metanoia) a las
saludos de «los de Italia» del versículo siguiente también pueden obras muertas, fe en Dios, doctrina de los bautismos, imposición
sugerir que ambos están en Roma, donde el apóstol estuvo cier- de las manos, resurrección de los muertos y el juicio eterno».
tamente prisionero. El apelativo «hermanos» (3,1.12; 10,19;
13,22) podría ir en la misma dirección; de todos modos, no es Lo de la «fe en Dios» ha llevado a algunos comentaristas a
específico de Pablo, puesto que la Carta de Santiago lo usa pro- decir que se trata simplemente de gentiles, pues los judíos ya la
fusamente. En cualquier caso, estas indicaciones nos llevarían a tienen 2 . De todos modos, si la conversión no se ofrece sólo a los
un autor «aludido», no al autor real. gentiles, sino también a los judíos (cf. metanoeó en Hch 2,38;
3,19; metanoia en Hch 5,31), también se les puede ofrecer «fe en
Dios» en sentido amplio, cuando incluso a los cristianos se
2. Comunidad(es) destinataria(s) puede decir: «mirad que no haya en vosotros corazón malo de
No hay duda de que la carta se presenta como dirigida a incredulidad (apistias) y os apartéis del Dios viviente» (3,12; cf.
v. 19; 4,2; 10,22). Por otro lado, no podemos jugarnos el juicio
judeocrístianos'. Para la carta, más que para ningún otro escrito sobre el sentido primitivo de un escrito en una sola palabra: en
del Nuevo Testamento, existe sólo el pueblo de Israel: contiene 6,1, donde leemos «Dios», la versión primitiva podría haber
trece veces el término laos («pueblo»), exclusivamente en singu- dicho «Cristo» o «el Señor».
lar, y ninguna vez el término ethnos («nación»), que, en plural,
designaría a los gentiles. El término «Israel», además de en 11,22, Aparte de esta palabra, el texto encaja bastante bien con
aparece en 8,8.10, pero con una significación muy acusada: para una situación de judeocristianismo. Sobre todo a la luz de los
subrayar que con él se realiza la Nueva Alianza. Más aún, no abre Hechos de los Apóstoles, donde la enseñanza sobre los bautis-
la puerta a los gentiles en dos momentos en que lógicamente mos se hace necesaria porque ha habido el bautismo de Juan (cf,
debía abrirla: a) en 2,14s subraya la comunión de Cristo con la baptizó en Hch 1,5; 19,3-5; baptisma en Hch 1,22; 10,37; 13,24;
humanidad mortal, pero en el v. 16 la concreta diciendo: «Porque 18,25; 19,3s) y otros bautismos judíos (cf. Heb 9,10). Por otro
no ha acogido a los ángeles, sino que ha acogido a la descenden- lado, la «imposición de las manos», según Hch 8,17; 19,6, com-
cia de Abrahán»; b) en 4,6 también parece que esté abriendo la pleta la iniciación cristiana, confiriendo el Espíritu Santo.
puerta a los gentiles: «Queda lugar para que algunos entren (en El tiempo en que los destinatarios se convirtieron fue,
el descanso), ya que los que antes habían recibido el anuncio no según Heb 10,32-34, un tiempo bastante difícil: les tocó sostener
entraron». En cambio, en el v. 9 parece que limite esa entrada, «un largo combate de sufrimientos»: fueron «expuestos pública-
diciendo: «Queda lugar de descanso para el pueblo de Dios», es mente a oprobios y tribulaciones», «encarcelados» y expoliados
decir, según lo entendemos, algunos que ya son pueblo de Dios. de sus bienes. Aquí nos es lícito acordarnos de la «gran persecu-
ción» (Hch 8,1) que estalló después de la muerte de Esteban, en
La conversión de los destinatarios se sitúa bastante al princi- la que no faltó quien entrase «por las casas, arrancando a hom-
pio de la Iglesia, pues, según 2,3, «fue confirmada por los que bres y mujeres, para entregarlos a la cárcel» (v. 3). En tales cir-
habían oído» directamente a Jesús. Quiere decir que no se dirige cunstancias, no son de extrañar los expolios. Además, según opi-
ni a la primitiva comunidad de Jerusalén, ni a las primitivas nión común entre los estudiosos, aquella «gran persecución»
comunidades de Galilea; pero no hay que pensar necesariamente afectó exclusivamente a los judeocrístianos helenistas.
en una segunda generación cristiana: puede tratarse de la pri-
2
El comentario de H. F. Weiss, DerBriefan die Hebráer (Gotinga 1991) 70-
1
Cf. J. Sánchez Bosch, La Carta ais Hebreas i el judeo-cristianisme 72 ve en 70-72, ve en 6,lss «Topoi der traditionellen jüdischen Heidenmission»,
hellenista, ButllABC Suplement 4 (1984) 38-69. que sólo pueden dirigirse a los gentiles; la misma idea en el comentario de H.
Braun, An die Hebraer (Gotinga 1984).
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La Carta a los Hebreos 471
Aun en la hipótesis de que el autor se dirigiera en general a
todos los cristianos, nos parece claro que ha dado a su obra una (v. 14). Pero a los destinatarios de nuestra carta se les dice eso
cierta «coloración» de Iglesia primitiva, que coincide hasta en mismo en términos supraisraelíticos y suprajerosolimitanos: «os
ciertos detalles con la única fuente narrativa que tenemos sobre acercáis a la montaña de Sión..., la Jerusalén celestial y la Asam-
el tema: el libro de los Hechos de los Apóstoles. blea de los primogénitos inscritos en el cielo» (12,23). Con ello ha
juntado, como tantos judíos hacían mentalmente, dos monta-
ñas: la de Sión, donde estaba enclavado el Templo, y la del Sinaí,
3. Ocasión de la carta donde se reunió la «Asamblea (ekklésia) de los primogénitos», es
Respecto de la situación presente (es decir, aludida) de aque- decir, de los que salieron de Egipto.
llos cristianos, la carta no da muy buenas referencias. No han Todo eso puede decir algo a cualquiera que conozca el Anti-
madurado en la fe, a pesar de que llevan tiempo en ella y ya ten- guo Testamento, pero mucho más a personas que podían haber
drían que ser maestros (Heb 5,12). dejado su patria de origen para trasladarse a la tierra de las pro-
Ni siquiera son constantes en la asistencia a las reuniones: mesas y ahora se ven alejados de la Ciudad Santa y de su Tem-
algunos «tienen por costumbre» no asistir (10,25). Y parece que plo aún existente. Es decir, que si el autor de la carta no les
les falla la resistencia. La cosa es sociológicamente normal, escribe realmente a ellos, demuestra haber captado muy bien
pasados los primeros entusiasmos; pero puede resultar fatal si aquella situación y saber aprovecharla como símbolo de la exis-
vuelven los tiempos en que hay que «resistir hasta la sangre en tencia cristiana.
la lucha» (12,4). El tiempo de la presunta redacción de la carta, en su inter-
También eso encaja con la historia conocida del judaismo pretación más realista, queda implícitamente dicho: bastante
helenístico. La comunidad, iniciada en tiempo de Esteban después de la muerte de Esteban y suficientemente antes de la
(muerto, según parece, el año 36), podía (sociológicamente guerra judía y de la destrucción del Templo: es decir, entre los
hablando) mostrar signos de decadencia ya mucho antes del año años cincuenta y sesenta, pero quizás más durante los segundos
70, en que el Templo fue destruido. que durante los primeros.
La conclusión es importante, porque la carta da a entender El final epistolar nos da una indicación geográfica: Italia
que fue escrita en la época del segundo Templo: habla continua- (Heb 13,24). Gramaticalmente, la noticia admite alguna otra
mente de él en tiempo presente, previendo a priori su destruc- interpretación: unos emigrantes de Italia, que están conmigo,
ción (8,13), pero desaprovechando la fuerza que el Templo des- saludan a la comunidad que está en Italia. En tal caso, Italia
truido podía dar a su argumento. sería el lugar de destino. Pero, si valen las alusiones al judeo-
cristianismo palestino, junto con el hecho de que el v. 23 atri-
Una de las cosas que debe de estar fallando en aquellos cris- buye (indirectamente) la carta a Pablo, el sentido obvio será que
tianos es precisamente la polémica frente a la Ley y el Templo, el apóstol, desde Italia, manda la carta a los «helenistas» de
que, en los inicios, fue su nota distintiva (cf. Hch 6,13s). Toda la Palestina.
carta viene a ser un remedio contra la añoranza del Templo, con-
tra el «oprobio» de verse separado del resto del pueblo de Israel. A pesar de que lo primero (el autor) no es seguro, podemos
Por eso, el autor tiene que animarles a llevar «el oprobio de preguntarnos si no lo será lo segundo (los destinatarios). Pero
Jesús», a quien tocó morir «fuera de las murallas», de igual queda para las «cuestiones abiertas».
modo que el cuerpo de los animales, cuya sangre es derramada
en sacrificio por los pecados, es quemado «fuera del campa- 4. Estilo y vocabulario
mento» (Heb 13,11-13).
Por fin llegamos a un escrito que no tiene los clásicos defectos del
Cualquier cristiano puede entender que «no tenemos aquí estilo de Pablo: tiene un plan de conjunto, una simetría y unas marcas
una ciudad permanente, sino que buscamos la que ha de venir» claras que nos ayudan a descubrir ese plan; tiene una serie de períodos
bien construidos y casi prefiere la subordinación a la yuxtaposición. No
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le faltan signos de puntuación, ni frases de simple transición de un p o r adelantado el título de lo q u e va a exponer 3 . Así, en 1,4, la
tema a otro. frase: «superior a los ángeles» nos da u n b u e n título p a r a 1,1-14
Lógicamente, en más de un momento, peca por recrearse en la (1); luego, en 2,17, «sumo sacerdote misericordioso y fiel» puede
forma o en el contraste estético a costa de la densidad de pensamiento. encabezar la sección 2,5-18; 3,1-6; 4,14-5,10 (2); asimismo, 5,10,
Pero no le faltan pensamientos profundos y enormemente originales, «sacerdote según el o r d e n de Melquisedec», d o m i n a 6,13-10,18
así como momentos de sentidísima emotividad por los que uno va des-
(3); igualmente, 10,39, «la fe» d o m i n a 11,1-40 (4). Pero el autor
cubriendo que aquí también el fondo es mucho más importante que la
forma. n o desea sólo hacer afirmaciones sobre Cristo, sino q u e es u n
pastor que siente el deber de exhortar, incluso con d r a m a t i s m o , a
En cuanto al lenguaje, se distingue por un grado superior de cul- sus fieles. De ahí, las secciones exhortatorias que intercala entre
tismo y por una variedad y riqueza mucho mayor. Pero, en cuanto que «1» y «2» (2,1-4), en el seno de «2» (3,7-4,13), entre «2» y «3»
nos ponemos a contar y medir las palabras, descubrimos que el autor (5,11-6,12), entre «3» y «4» (10,19-39) y después de «4» (12,1-29).
no ha renunciado en absoluto al lenguaje del Nuevo Testamento y que
mantiene una notable proximidad al lenguaje de Pablo. Finalmente (5), a u n q u e n o h a y a m o s podido hablar de u n «inicio
epistolar», sí describiríamos el c. 13 c o m o u n «final epistolar»,
El vocabulario de Hebreos se compone de 1.038 palabras; aparte con exhortaciones a c u m u l a d a s , referencias a la vida de comuni-
de los nombres propios, contiene 249 hápax (palabras que salen una d a d y u n a despedida en toda regla.
sola vez) del Nuevo Testamento y 157 palabras que no salen en las siete
cartas indudables. Con este vocabulario, el autor compone una obra de Bastará luego u n poco de atención a ciertos pasos del texto
4.942 palabras, lo cual da una proporción media de vocabulario de 4,76 p a r a descubrir algunas subdivisiones m á s y llegar al siguiente
(4.942 : 1.038), inferior a Segunda Corintios, que tiene 5,61 (4.448 :
esquema:
792) aun siendo menos extensa; es, pues, algo más repetitiva que aque-
lla carta, quizás porque desarrolla más los temas y renuncia a la acu- 1. Cristo, «superior a los ángeles» (1,1-14).
mulación de sinónimos.
a) Exordio (1,1-4).
También resulta impresionante el número discretísimo de hápax
del NT y de «hápax» respecto de Pablo. Obsérvese que Romanos, con b) Argumentación (1,5-14).
un número similar de palabras distintas (1.068), tiene 114 hápax del
Nuevo Testamento y 185 hápax paulinos (palabras que no salen en las c) E x h o r t a c i ó n (2,1-4).
otras seis cartas indudables). En cuanto a los hápax del Nuevo Testa- 2. Cristo, «sumo sacerdote misericordioso y fiel» (2,5-5,10).
mento, hay un dato significativo: 44 de ellos faltan en los Setenta y sólo
7 en la literatura griega profana: es decir, que se da un paso hacia el len- a) Como h e r m a n o n u e s t r o (2,5-18).
guaje aticista, pero sin apartarse del de los Setenta. El mayor aticismo
b) Cristo es « s u m o sacerdote fiel» (3,1-6).
de Hebreos es debido, pues, a la construcción de las frases más que a
las palabras usadas. c) E x h o r t a c i ó n (3,7-4,13).
Recojamos, en fin, los términos extraños al área (proto)paulina d) Cristo, «sumo sacerdote misericordioso» (4,14-5,10).
mas usados por Hebreos: arkhiereus («sumo sacerdote», 17x), dóron
(«don», 5x), erein («decir», 6x), iereus («sacerdote», 14x), katapausis e) Exhortación (5,11-6,12).
(«descanso», 8x), kataskeuazein («preparar», 6x), Melkhisedek («Mel-
quisedec», 8x), metokhos («partícipe», 5x), othen («de donde» se sigue, 3. Cristo, «sacerdote según el o r d e n de Melquisedec» (6,13-
6x), omnyein («jurar», 7x), proserkhesthai («acercarse», 7x), prosferein 10,18).
(«ofrecer», 20x), skéné ( «tienda», lOx).
a) P r e á m b u l o (6,13-20).
b) «Según el o r d e n de Melquisedec» (7,1-20).
5. Grandes divisiones
H a y u n b u e n grado de a c u e r d o en la partición de nuestra
carta, precisamente p o r q u e a m e n u d o el m i s m o texto nos sugiere ' Ya hemos citado el mérito de Vanhoye, La structure, en este campo.
474 Otras Cartas Paulinas
La Carta a los Hebreos 475
c) «Definitivamente consagrado» (8,1-9,28).
es original del todo al decir que realizó la «purificación» de los pecados
d) «Causa de salvación eterna» (10,1-18). (v. 3c; cf. 9,14.22s; 10,2)6 y menos al decir que se sentó «a la derecha»
de Dios (v. 3d; 8,1; cf. v. 13; 10,12; 12,2) \
e) Exhortación (10,19-39).
La superioridad de Cristo sobre los ángeles (v. 4a) aparece de
4. «La fe» (11,1-12,29). varias formas en la tradición evangélica 8 (y en la paulina Rom 8,39; 1
a) Los ejemplos antiguos (11,1-40). Cor 6,3; Col 2,18). Que eso sea porque ha heredado un «nombre» supe-
rior (v. 4b), se dice en Flp 2,9s.
b) Exhortación (12,1-29).
5. Conclusión epistolar (13,1-25). b) Argumento bíblico (1,5-14)
a) Exhortaciones finales (13,1-17). Los distintos textos subrayan sobre todo que a los ángeles se les
b) Despedida (13,18-25). trata como a servidores, nunca como a hijos. Así, en Sal 2,7 (v. 5a) 9 se
subraya que no sólo se le llama «hijo», sino «engendrado» en el «hoy»
de la eternidad (cf. 3,13). El texto de 2 Sm 7,14 se refiere claramente al
B. LECTURA DE LA CARTA descendiente de David. En el final del Cántico de Moisés, Dt 32,43 (v. 6:
«que lo adoren los ángeles de Dios»), ve la introducción del «primogé-
Desarrollamos el esquema propuesto, con especial atención a los nito» ,0, porque hay una victoria sobre los enemigos (como en Sal 2 y
posibles contactos con otros libros del Nuevo Testamento. A medida 110) y se entrevé una cierta distinción de personas (dice «de Dios» en
que vayamos avanzando, iremos dando la ulterior división en párrafos. vez de «sus ángeles»). El Sal 103,4 (v. 7) sirve para subrayar que los
ángeles aparecen sólo como «servidores» (leitourgoi). En Sal 44,7s (w.
8s) se llama dos veces «Dios» (o Theos como vocativo) a un cierto per-
1. Cristo, «superior a los ángeles» (1,1-2,4) sonaje: queda claro que es Cristo, porque se le unge (khristos significa
«ungido») y porque se distingue entre este «Dios» y «tu Dios».
a) Exordio (1,1-4)
Los w. 10-12 proyectan las ideas de los w. 2s sobre el Sal 101,26-
La falta de encabezamiento puede ser debida a la reutilización de 28, que literalmente se aplica a Dios, simplemente porque allí aparece
la carta para otros destinatarios (en esos casos, se solía omitir). De el título de «Señor» ". El v. 13 cita el Sal 110,1, al que ya se había alu-
todos modos, 1,1-4 no es un exordio epistolar (en el que, de un modo u dido en el v. 3d. La conclusión (v. 14) amplía: no sólo son servidores de
otro, vuelven a salir las relaciones remitente-destinatario), sino un Cristo, sino de todos los que van a «heredar» l2 la salvación.
exordio de discurso o una proposición, a la que sigue inmediatamente
una serie de pruebas de la Escritura.
La carta empieza dando una versión en positivo de la parábola de c) Exhortación: Estamos más obligados (2,1-4)
los viñadores infieles: después de los siervos, el Hijo (w. Is; cf. esp. Me Se comparan los dos Testamentos como dos regímenes de «pala-
12,6). «Nuestros padres» (v. Ib) no significa necesariamente que se bra» (w. Is): hasta 7,4 no se hablará de «Ley».
dirige a judíos 4 , aunque otros indicios nos llevarán por este camino.
Que Cristo sea «heredero» (v. 2b) proviene de Sal 2,8 y figura en Mt Si la transmitida por los ángeles l3 conlleva fuertes sanciones (v. 2),
21,38 par. «De todo» (ibíd.), enlaza con Col 1,15 («primogénito de toda cuánto más la salvación que nos ha traído el Señor (v. 3ab) y nos ha
creación»). Que todo fue hecho «por medio de él» (v. 2c) se dice tam-
bién en Col 1,16; 1 Cor 8,6; Jn 1,3.10. 6
lo encontramos en Ef 5,26; Tit 2,14; 2 Pe 1,9; 1 Jn 1,7.9.
La idea de «reflejo» (v. 3a: apaugasma), tomada de Sab 7,26, coin- ' lo encontramos en Mt 22,44 par; 26,64 par; Me 16,19; Hch 2,33s; 5,31;
cide con la de «imagen» en otros textos (Col 1,15; 2 Cor 4,4). Que él lo 7,55s; Rom 8,34; Ef 1,20; Col 3,1.
8
sostiene todo (v. 3b) es dicho equivalentemente en Col 1,17 \ Tampoco Cf. Mt 4,11b par; 13,41; 16,27; 24,31; 25,31; 26,53.
'Cf. Hch 13,33.
'"Cf. Col 1,18; Sal 89,28.
4
Cf. 1 Cor 10,1; Rom 4,1.1 ls.16-18. "12 Cf. 1 Cor 8,6; Ef 4,5: «un solo Señor».
' Cf. Hch 17,28, dicho de Dios. Cf. 6,12.17; 9,15; 11,7-9; 12,17; Rom 4,13s; 8,17.
11
Cf. Gal 3,19.
476 Otras Cartas Paulinas
La Carta a los Hebreos All
sido confirmada p o r los q u e le oyeron (v. 3c) l 4 , con t o d a clase de mila-
gros (v. 4 a ) , s y con «distribuciones» del Espíritu (v. 4 b ) l 6 . p a s a n a ser los «hijos de Abrahán» (v. 16) 24 : ya el v. 12 había h a b l a d o d e
«hermanos... en m e d i o de la c o m u n i d a d » , que es Israel. E s q u e va a
h a b l a r explícitamente de sacerdocio y éste, n o r m a l m e n t e , p r e s u p o n e
2. Cristo, «sumo sacerdote misericordioso y fiel» (2,5-5,10) u n a c o m u n i d a d existente. De todos m o d o s , el h o m b r e seguirá en el
horizonte 2 S . La «semejanza» con los h o m b r e s (v. 17a) 26 era necesaria
a) Como hermano nuestro (2,5-18) p a r a constituir al sacerdote misericordioso (v. 17b; cf. 4,14-5,10) y fiel
(v. 17c; cf. 3,1-6), q u e se o c u p a de las cosas de Dios (v. 17d: ta pros ton
C o m o transición del t e m a de la c o m p a r a c i ó n con los ángeles al de Theon; cf. 5,1; R o m 15,17) y purifica de los pecados (ilaskomai: v.
la c o m p a r a c i ó n con el sacerdocio conocido, el a u t o r m u e s t r a q u e Cristo 17d) 27 . El v. 18 cita u n caso extremo de aquella semejanza, b a s á n d o s e
p u e d e d o m i n a r el m u n d o nuevo (v. 5), n o sólo p o r ser s u p e r i o r a los e n las tradiciones evangélicas: la tentación 2 8 .
ángeles, sino t a m b i é n p o r lo que, c o m o h o m b r e , tiene d e inferior a
ellos. P r i m e r o establece el h e c h o (w. 5-9); luego justifica su convenien-
cia con la idea de q u e tenía q u e ser n u e s t r o «guía» (w. 10-15) y n u e s t r o b) Cristo es «sumo sacerdote fiel» (3,1-6)
sacerdote (w. 16-19).
C o m o p r e p a r a n d o la exhortación a n o a p o s t a t a r (3,7-4,13), el v. 1
- Cristo, inferior y superior (w. 5-9). El universo futuro n o está define a los h e r m a n o s c o m o «santos» y a Cristo c o m o s u m o s a c e r d o t e
s o m e t i d o a los ángeles (v. 5), sino a u n o q u e e m p e z ó siéndoles inferior d e n u e s t r a «confesión», es decir, d e u n a fe m a n t e n i d a h a s t a el m a r t i -
(w. 7a.9a), p e r o luego todo, incluidos los ángeles, fue s o m e t i d o a él (v. rio29. La tesis es que Jesús fue «fiel» a Dios Padre (v. 2a) c o m o Moisés
8). El s a l m o citado (Sal 8,5-7) coincide con Sal 110,1 en la idea de fue fiel en t o d a su casa (w. 2b.5, c i t a n d o N m 12,7). Pero Jesús tiene
«someter» ". Además, h a b l a de «hijo de h o m b r e » , q u e es u n título de m á s gloria (v. 3a) 30 , p o r q u e él m i s m o h a construido la casa (v. 3b.4) 3 1 y
Cristo, y dice que fue «coronado» (w. 7b.9), lo cual s u p o n e u n a lucha a d e m á s p o r q u e , en la casa de Dios, él está c o m o Hijo (v. 6a) 3 2 . E s t a casa
(v. 9) ": aquella q u e le llevó a gustar la m u e r t e (v. 9). s o m o s nosotros (v. 6b), es decir, la Iglesia 33 , si s o m o s valientes y n o s glo-
- Cristo, nuestro «guía» (w. 10-15). Dios, d e quien t a m b i é n se dice riamos en la e s p e r a n z a (v. 6c) 3 4 . Con lo cual h a vuelto a p r e p a r a r la
q u e t o d o fue h e c h o «por él y destinado a él» ", c o n s a g r ó (sacerdote) a siguiente exhortación.
Cristo (v. 10: teleioó)20 p a r a q u e p u d i e r a ser n u e s t r o guía (v. 10; cf. 12,2),
p u e s es p r o p i o del sacerdocio q u e sea ejercido p o r u n h o m b r e (v. 11; cf. c) Exhortación (3,7-4,13)
5,1), h e r m a n o y m i e m b r o de la c o m u n i d a d (v. 12, c i t a n d o Sal 21,23),
q u e confía en Dios, el cual le ha «dado» u n o s hijos (v. 13, c i t a n d o Is El peligro está en q u e los cristianos n o m a n t e n g a n la fidelidad de
8,17s) de su m i s m a «carne» (v. 14a). Cristo participó a fondo e n ella (v. Jesús. El fragmento forma u n a p e q u e ñ a homilía en tres partes: historia
14b) 21 . H a s t a la m u e r t e (v. 14c) 22 , con lo que logró vencer a la m u e r t e y (w. 7-19), aplicación (4,1-10), exhortación (w. 11-13).
al q u e la d o m i n a (v. 14d) 2 3 y convencer a los q u e n o vivían p o r m i e d o a - Historia (w. 7-19). La cita de Sal 95,7-11 (w. 7-11) se tiñe i n m e -
m o r i r (v. 15).
d i a t a m e n t e de aplicación: el «hoy» p e r m a n e n t e (mientras p o d a m o s
-Cristo, nuestro sacerdote (w. 16-19). H a s t a a h o r a sólo se h a b í a
decir: «hoy») de la advertencia (w. 7b.13ab.15a); la t e n t a c i ó n q u e les
h a b l a d o de ángeles y de h o m b r e s . Aquí se cita a los p r i m e r o s práctica-
m e n t e p o r última vez (12,22; 13,12 s o n incidentales) y los s e g u n d o s llegó (w. 8b.9a, a la luz de 2,18) a pesar de q u e h a b í a n visto las o b r a s
de Dios (v. 9b) c o m o a h o r a h a n participado de Cristo (v. 14); el e n d u r e -
,4
Cf. Le 1,2.4. c í . 6,13; 7,1; 4-6.9; 11,8.17.
25
" Cf. Rom 15,19; 2 Cor 12,12. Cf. anthrópos en 5,1; 6,16; 7,8.28; 8,2; 9,27.
26
16
Cf. Rom 12,3; 1 Cor 12,4.7-11. Cf. omoióma en Rom 8,3; Flp 2,7.
27
17
Cf. 1 Cor 15,25.27. Cf. ilastérion, 9,5; Rom 3,25; Husmos: 1 Jn 2,2; 4,10.
28
"» Cf. 2 Tim 2,5; 4,8. Cf. 4,15; 5,7s; Mt 4,1-11 par; 26,38-44 par; 27,46 par; Jn 12,27; 13,21.
29
19
Cf. Rom 11,36. Cf. 1 Tim 6,13.
20
Cf. 5,9; 7,11.19.28; Ex 29,9.22.26s.29.31.33-35. "'Cf. 2 Cor 3,7-11.
21
Cf. 5,7; 10,20; Rom 1,3; 8,3. " Cf. Mt 16,18.
,2
22
Cf. v. 9; 5,7; 9,15s; cf. Flp 2,7s. Cf. 1,2.5.8, 4,14; 5,8; 6,6; 7,3.28; 10,29.
2
' Cf. Rom 5,12.14.17.21; 1 Cor 15,26.54s; 2 Tim 1,10. "Cf. 1 Tim 3,15.
34
Cf. Rom 5,2-5.
478 Otras Cartas Paulinas La Carta a los Hebreos 479
3S
c i m i e n t o y la rebeldía en que algunos cayeron (w. 8 a . l 3 b . l 5 b . l 6 ) ; la b r a m i e n t o (v. Ib), evidenciado con u n a s vestiduras sacerdotales «para
cólera de Dios, que dejó caer a m u c h o s p o r el desierto (w. 10ab.l7) 3 6 ; h o n o r y gloria» (Lv 28,2): lógicamente, esta dignidad se o b t e n í a sólo
el j u r a m e n t o de que los rebeldes y descreídos n o e n t r a r í a n en su des- p o r vocación (v. 4; cf. Lv 28,1). E n c u a n t o a las funciones sacerdotales,
c a n s o (w. 11.18s). usa u n t é r m i n o conocido («lo que h a c e referencia a Dios»: v. l e ; cf.
-Aplicación (4,1-10). Podrían n o c u m p l i r s e las p r o m e s a s que se 2,17) y otro q u e desarrollará m á s adelante: «ofrecer dones y sacrificios»
n o s h a n h e c h o (4,1), p u e s t a m p o c o a ellos les sirvió la b u e n a noticia (w. l e . 3 ; cf. ce. 9 y 10). Cristo t a m p o c o b u s c ó aquella gloria (v. 5a) 44 : los
recibida p o r n o c o r r e s p o n d e r con la fe (v. 2). E n t r a r e m o s en su des- Salmos (2,7 y 110,4) atestiguan que fue l l a m a d o (w. 5b.6). Por otro
c a n s o los que h e m o s creído (entiende: «si creen, e n t r a r á n » : v. 3ab). Se lado, sus clamores en G e t s e m a n í son signo d e debilidad (v. 7a; cf. Mt
t r a t a del descanso q u e t o m ó Dios de sus o b r a s (v. 3c) 3 7 . David (¡el S a l m o 26,38-46 par); a d e m á s , si vale u n a c o n o c i d a conjetura, n o fue escu-
citado!) p r o c l a m a otra o p o r t u n i d a d , o t r o «hoy» (v. 7). Y n o se t r a t a de c h a d o (v. 7 fín)4S: así a p r e n d i ó a doblegar su voluntad (v. 8; cf. Mt
la e n t r a d a en la tierra de Israel, p u e s ese «descanso» ya lo obtuvo Josué 26,39.42 p a r ) . E n el v. 7 ya se h a m e n c i o n a d o la m u e r t e : el contexto
(v. 8) 38 , sino del «sábado» del pueblo d e Dios (v. 9), que conllevará des- kerigmático nos d a a e n t e n d e r que la «ordenación sacerdotal» de Cristo
c a n s a r de n u e s t r a s obras, c o m o Dios d e s c a n s a de las suyas (v. 10) 39 . (v. 9a: teleioó)"6 fue su m i s m a m u e r t e . Por ella, Cristo p a s a a ser causa
de salvación p a r a los que le obedecen c o m o él obedeció (v. 9b) 4 7 .
-Exhortación (w. 11-13). Si q u e r e m o s entrar, t e n e m o s que e c h a r
la rebeldía (v. 11) de los pliegues m á s ocultos de n u e s t r a alma, pues
h a s t a allí p e n e t r a la Palabra de Dios (v. 12): n a d a se le oculta (v. 13). e) Exhortación: Hay que progresar (5,11-6,12)
Da c u a t r o pasos a b s o l u t a m e n t e lógicos: estado actual de la c o m u -
d) Cristo, «sumo sacerdote misericordioso» (4,14-5,10) n i d a d (w. 11-14), posibilidades positivas (6,1-3), posibilidades negati-
vas (w. 4-8), esperanzas (w. 9-12).
S o n dos fragmentos con sentido completo: subraya c ó m o la mise-
ricordia de Cristo nos conecta con la d e Dios (w. 14-16) y c ó m o Cristo - Estado actual (w. 11-14). Si en 2,1-4 el peligro era la apostasía y
«aprendió» a ser misericordioso (5,1-10). e n 3,7-4,13 la «rebeldía» p o r la que p o d í a n q u e d a r excluidos del «des-
canso» d e Dios, aquí el p r o b l e m a es la «indolencia» (v. 11; 6,12), q u e les
- De Cristo a Dios (w. 14-16). Alude al ejercicio s u p r e m o del sacer- h a c e q u e d a r m u y p o r debajo de sus posibilidades espirituales: hay q u e
docio de Cristo: su e n t r a d a en el s a n t u a r i o del cielo, a la luz de la darles leche, en vez de a l i m e n t o sólido (v. 12) 48 , c o m o a niños que ni
e n t r a d a del s u m o sacerdote en el S a n t o d e los Santos (v. 14) 40 . Allí siquiera s a b e n h a b l a r c o r r e c t a m e n t e (v. 13) 49 y n o adultos, que distin-
e s t a b a el «propiciatorio», c o n s i d e r a d o c o m o t r o n o de Dios (cf. 8,5), el guen el bien del m a l (teleioi: v. 14)™.
«trono de gracia» (v. 16) 41 e n el que Cristo nos i n t r o d u c e . Cristo está
a c r e d i t a d o c o m o «compasivo» (v. 15a), p u e s llevó su semejanza en todo -Posibilidades positivas (6,1-3). Hay que superar la catequesis ini-
a n o s o t r o s h a s t a la tentación (v. 15b; cf. 2,17s), a u n q u e n o h a s t a el cial (la frase es ciertamente exagerada) en el sentido de c a m i n a r hacia la
p e c a d o (v. 15c) 42 . madurez, pues n o hay que estar siempre poniendo los cimientos (v.
l a b c ) s l . El autor confía en que Dios les irá «ordenando» que así lo hagan
-La «formación sacerdotal» de Cristo (5,1-10). Se d e ñ n e el sacer- (v. 3). De paso, nos d a u n a lista de «cimientos», a los cuales él cierta-
docio del Antiguo Testamento (w. 1-4) y se aplica la definición a Cristo mente, se m a n t i e n e fiel. El primero es el p a s o de las obras m u e r t a s a la
(w. 5-10). Su origen c o m ú n con los h o m b r e s débiles (v. l a ; 2b; cf. 2,11), fe en Dios (v. led; mejor expresado, H c h 20,21). Los dos siguientes tie-
evidenciado p o r la expiación que tiene q u e ofrecer p o r sí m i s m o (w. nen, c o m o h e m o s dicho, u n cierto sabor a Hechos de los Apóstoles: la
2b.3) 4 3 , lo hace m á s compasivo (v. 2a). N o es m e n o s claro su e n c u m - enseñanza sobre los bautismos (v. 2a) y la «imposición de las manos» (v.

"Cf. Ex 17,1-7. 44
Cf. Flp 2,6-8; Rom 15,3.
,6
Cf. Nm 14,29.32; 1 Cor 10,5. " Algún copista piadoso tacharía «no» y añadiría: «por reverencia»; la
" Cf. Gn 2,2. conjetura, según la edición crítica de Nestle-Aland, es de Harnack.
" Cf. Jos 22,4. 46
Cf. 2,10; 7,11.19.28; Lv 29.
"Cf. Ap 14,13. 47
40
Cf. Rom 5,19.
Cf. 1,3; 8,ls; 9,24; Lv 16,2-14. 48
Cf. 1 Cor 3,1-3; 1 Pe 2,2.
41 4v
Cf. 6,19s; 10,19s; 12,22s. Cf. 1 Cor 13,11; Ef 4,14.
42 v
Cf. 2 Cor 5,21; Jn 7,18; 8,46; 1 Pe 2,22; Is 53,9. Cf. Rom 12,2.
41
Cf. 7,27s; 9,7; Lv 16,6.15s. " Cf. 1 Cor 3,10.
480 Otras Cartas Paulinas La Carta a los Hebreos 481
2b), que confiere el Espíritu Santo. Siguen dos temas que llenan el Nuevo Como preámbulo, la carta teoriza sobre el juramento: a) se hace
Testamento y no dejan de estar presentes en la carta: la resurrección de por algo superior: en el caso de Dios, Dios mismo (w. 13s.l6a; cf. Gn
los muertos (v. 2c) " y el juicio futuro (v.2d; 4,12; 9,27; 10,27; 12,23; 13,4). 22,16); b) se hace para cumplirlo, y se ha cumplido (v. 14; añade «con
- Posibilidades negativas (w. 4-8). Estos versículos no se refieren longanimidad», porque algo tardó: cf. 11,1 ls); c) se hace para conven-
directamente a los «indolentes» (5,11; 6,12), en cuya recuperación con- cer a quien contradice, por lo cual quiso Dios que contáramos con la
fía (w. 3.9-12), sino a la apostasía como evolución posible de aquel seguridad de dos cosas inconmovibles (el juramento y el ser de Dios: w.
estado intermedio. Posiblemente, se refiere a los que han recaído en el 16b-18). Eso nos da una esperanza, que es como un áncora que pene-
judaismo (v. 6a: parapesontas)" y, por eso, se solidarizan con los que, tra, igual que el sumo sacerdote el día de la Expiación, más allá del velo
persiguiendo a los cristianos, continúan crucificando y exponiendo a (v. 19; cf. 4,1; Lv 16,2.12), porque Cristo, sacerdote eterno según el
público oprobio a Cristo (v. 6cd: anastaurountas... paradeigmatizontas, orden de Melquisedec, entró allí como precursor (v. 20; cf. 5,6.10;
en presente) M . Se están privando de una lluvia continua de bendiciones 7,1.10s.l5.17)
(v. 7) y están produciendo cardos y espinas (v. 8: ekferousa, en presente).
La carta considera «imposible» (v. 4a) que ésos sean «renovados b) «Según el orden de Melquisedec» (7,1-28)
por la penitencia» (v. 6b; cf. 10,26). Quizás quiere decir que la simple
conversión del corazón a Dios no les va a salvar mientras no vuelvan al Se ha nombrado tres veces a Melquisedec en vistas a este capítulo;
redil. También de paso nos da una descripción poética (quién sabe si a partir de 7,17 ya no se le nombrará más, porque habrá cedido el
exigida por un cierto sentido del arcano) de la iniciación cristiana: una puesto a Jesús. EÍ argumento procederá del modo siguiente: Melquise-
«iluminación» que es el bautismo (v. 4a)", un «gustar el don celestial» dec, «tipo» de Jesús (w. 1-3); inferioridad del sacerdocio levítico res-
que es la eucaristía (v. 4b)S6, un «participar del Espíritu Santo» (v. 4c; pecto del de Melquisedec (w. 4-10); inferioridad intrínseca del sacer-
cf. 2,4c; 10,29), gustar la «bella» Palabra de Dios (v. 5 a ) " y los «mila- docio levítico (w. 11-19); superioridad intrínseca del sacerdocio de
gros» del mundo futuro (v. 5b; cf. 2,4b). Cristo (w. 20-25); conclusión (w. 26-28).
-Esperanzas (w. 9-12). De vosotros -les dice- pienso todo lo con- -Melquisedec, «tipo» de Jesús (w. 1-3). Melquisedec es el rey de
trario (v. 9), pues Dios no olvida vuestras obras de amor (v. 10b) ss pasa- Salem que se encontró con Abrahán a la vuelta de una batalla con otros
das y presentes (v. 10c). Pero deseo que pongáis empeño en ello (v. 11): reyes. De él se recuerda que era «sacerdote del Dios Altísimo» (v. Ib; cf.
que imitéis a los que, por la fe y la constancia (v. 12b; cf. resp. 11,1-40 Gn 14,18), que bendijo a Abrahán (v. Id; cf. Gn 14,19) y que Abrahán le
y 12,1-13), heredaron las promesas (v. 12c; cf. w. 13-20). presentó los diezmos del botín (v. 2a; cf. Gn 14,20). La carta añade (v.
2bc) que «Melquisedec» significa «rey de justicia» y «Salem» (proba-
blemente, Jerusalén), «paz».
3. Cristo, «sacerdote según el orden de Melquisedec» (6,13-10,18) Es normal, además, que en la crónica sobre un rey se nombre a su
padre, su madre, así como el inicio y el fin de su reinado 60 : nada de eso
a) Preámbulo (6,13-20)
ocurre con Melquisedec: en ello el autor ve (v. 3) una «semejanza» con
El bloque central de la carta se inaugura con las promesas hechas el Hijo de Dios (cf. 1,10-12) y lo relaciona con lo de «sacerdote para
a Abrahán. «Promesa»-«prometer» figuran entre los términos preferi- siempre» (Sal 110,4).
dos por la carta™: enlaza con su idea de «marcha» hacia la tierra pro- -Sacerdocio levítico y sacerdocio de Melquisedec (w. 4-10). Muy
metida. Aquí, en cambio (6,13; 7,ls.4-6.9), se nombra a Abrahán como grande tiene que ser Melquisedec cuando el patriarca le entregó los
simple pedestal en el que colocar a Melquisedec. diezmos (w. 4.6a; cf. 2a; Gn 14,20), mientras que los levitas los reciben
de los hijos de Abrahán (v. 5); además, los levitas son mortales, mien-
"Cf. 11,19.35; 13,20. tras que Melquisedec, el «sin genealogía», vive (w. 6a.8b; cf. 3b): el
" Cf. 10,29; Gal 5,4. mismo Leví, que estaba en las entrañas de Abrahán, pagó aquellos diez-
,4
Cf. 1 Tes 2,14-16. mos (w. 9s). Igualmente, si Melquisedec bendijo a Abrahán (v. 6b; cf.
"Cf. 10,32; Ef 5,14. Id; Gn 14,19), se deduce que le es superior, puesto que el inferior es
w
Cf. Jn 6,31-35.41.48-51.58; 1 Cor 10,3.16s. bendecido por el superior (v. 7).
"' Cf. rema en 1,3; 11,3; Rom 10,8.17; Ef 5,26; 6,17.
w
Cf. 10,24; Gal 5,6.13; 1 Tes 1,3.
w
Cf. 4,1; 6,12-15.17; 7,6; 8,6; 9,15; 10,23.36; 11,9.11.13.17.33.39; 12,26
Cf. 1 Re 15,ls respecto de Abías.
482 Otras Cartas Paulinas
Lectura de la Carta 483
-Inferioridad intrínseca del sacerdocio levítico (w. 11-19). Si el
sacerdocio levítico, que tiene la Ley a su favor, diera u n a verdadera con- -La «tienda» verdadera (8,1-6). El v. 1 r e s u m e expresiones ante-
sagración (teleiósis; cf. w . 19.28; 2,10; 5,9), n o se pasaría a u n sacerdo- riores s o b r e la e n t r a d a de Jesús en el cielo (1,3; 4,14; 6,19); si en 6,19
cio «según el orden de Melquisedec» (v. I I ) 6 1 , ya que c a m b i a n d o el ya se h a b l a b a del «velo» (Ex 26,31), aquí se m e n c i o n a la t i e n d a com-
sacerdocio t a m b i é n hay que c a m b i a r la ley (v. 12). El nuevo sacerdocio pleta, c o n s t r u i d a p o r Dios (v. 2; cf. N m 24,6) y c o n t e m p l a d a p o r Moisés
se atribuye (w. 17.21: SI 110,4) a u n o de la tribu de Judá, a la q u e Moi- en el Sinaí (v. 5b, c i t a n d o Ex 26,30). Es curioso q u e Cristo ya h a b l a r a
sés n o concede n i n g u n a función sacerdotal (w. 13s); lo es, a d e m á s , a de «templo n o h e c h o p o r m a n o de h o m b r e » (Me 14,58) y, sin e m b a r g o ,
semejanza de Melquisedec (v. 15; cf. w . 3.8): es decir (v. 16), n o p o r el H e b r e o s hable exclusivamente de «tienda» 7 2 : es, e n t e n d e m o s , u n a
«mandato» 6 2 de u n a ley «carnal» 63 , sino p o r la fuerza M de u n a vida indes- opción literaria de la que n o faltan paralelos 7 3 ; a d e m á s , conserva la
tructible. El m a n d a t o anterior es a n u l a d o p o r ser débil 6S e inútil (v. 18): c o m p a r a c i ó n con la tienda del cielo, a cuya i m a g e n se c o n s t r u y ó tam-
es sólo el «introductor» (epeisagógé)66 de u n a esperanza mejor (v. 29). bién el Templo de Jerusalén 7 4 . E n aquella «tienda», Cristo tiene q u e rea-
lizar su «liturgia» (w. 2a.6a) 7 \ es decir, la función sacerdotal de ofrecer
-Superioridad intrínseca del sacerdocio de Cristo (w. 20-25). El dones y sacrificios (v. 3; cf. 5,1). E n la tierra ya hay quien los ofrezca (v.
sacerdocio levítico es introducido sin j u r a m e n t o (v. 20); el de Cristo, 4), a u n q u e son sólo «sombra» de los celestiales (v. 5a) 7 6 . Cristo, en cam-
con j u r a m e n t o (v. 2 1 , citando Sal 110,4; cf. 6,13-18), p o r t r a e r n o s u n bio, es «mediador» (v. 6b) 7 7 de u n mejor «testamento» que t r a e mejores
«testamento» mejor (v. 22) 6 7 . Los d e Aarón son m u c h o s , p o r q u e m u e - «promesas» (v. 6; cf. 6,13).
r e n (v. 23); Cristo, en cambio, q u e d a p a r a siempre (v. 24) 6 8 y s i e m p r e
intercede p o r nosotros (v. 25c) M. - Un nuevo testamento ( w . 7-13). Da la cita c o m p l e t a d e J r 31,31-
34 (w. 8b-12) 7 8 . Los ú n i c o s c o m e n t a r i o s s o n que, si se p a s ó a u n o
- Conclusión (w. 26-28). Elogio de Cristo, especialmente a la luz nuevo, es p o r q u e el a n t e r i o r fallaba (v. 7-8a; cf. v. 9 = J r 31,32) y que,
d e 5,1-4: s e p a r a d o de los p e c a d o r e s (v. 26c, cf. 4,15), ensalzado sobre el p o r el m e r o h e c h o de h a b e r u n o nuevo, el a n t e r i o r p a s a a ser «viejo»,
cielo (v. 26d) 7 0 ; q u e n o necesita ofrecer sacrificios p o r sí m i s m o (v. 27; es decir, p r ó x i m o a la d e s a p a r i c i ó n (v. 13) 79 . P e r o p a r a decir eso n o
cf. 4,3; «cada día» es exagerado); q u e se ofreció u n a sola vez (v. 27 fin) 71 h a c í a falta u n a cita t a n larga. P o r eso volverá a citar el texto en
y, p o r m á s q u e estuvo t e n t a d o y dio signos de debilidad (cf. 2,18; 4,15; 10,16s, s u b r a y a n d o la n u e v a p r o x i m i d a d a Dios (w. lOs; 10,16; cf.
5,7s), n o tiene debilidad (v. 28). E n r e s u m e n : que es el Hijo (v. 28c; cf. 4,16; 6,19s) y el p e r d ó n d e los p e c a d o s (v. 12; 10,17; cf. 1,3; 2,17;
1,2.5.8) y, c o m o empieza a desarrollarse a continuación, fue definitiva- 5,1.3).
m e n t e c o n s a g r a d o (v. 28d).
-Los antiguos sacrificios (9,1-10). P r i m e r o describe la distribu-
ción y a l g u n o s objetos i m p o r t a n t e s d e la «tienda» (w. 1-5); luego, los
c) «Definitivamente consagrado» (8,1-9,28) sacrificios m á s i m p o r t a n t e s que en ella se realizan (w. 6-10). Según Ex
26,33.35, a c o n t i n u a c i ó n del texto citado en H e b 8,5, el velo s e p a r a el
Dividiremos los dos capítulos en seis párrafos y d a r e m o s u n título
«Santo», d o n d e estaba el altar y el candelabro, del «Santo de los San-
a c a d a u n o , con la salvedad de q u e los m i s m o s contenidos, aparecidos
tos», d o n d e estaba el a r c a del «testamento». N u e s t r o texto, p o r sepa-
en su m a y o r p a r t e a n t e r i o r m e n t e , saltan de u n párrafo a otro. Son los
rarlos m á s , h a c e del S a n t o u n a p r i m e r a t i e n d a (v. 2) y coloca el S a n t o
siguientes: la «tienda» verdadera (8,1-6), u n nuevo t e s t a m e n t o (w. 7-
de los S a n t o s en u n a s e g u n d a tienda (v. 3). S u b r a y a q u e el arca conte-
13), los antiguos sacrificios (9,1-10), el sacrificio de Jesús (w. 11-14), la
nía las tablas del «testamento» (v. 4; cf. Dt 10,5) y tenía e n c i m a los que-
m u e r t e del testador (w. 15-22), la liturgia del cielo (w. 23-28).
r u b i n e s q u e d a b a n s o m b r a al propiciatorio (v. 5; cf. Ex 25,20), cober-
t u r a d e o r o del a r c a que era c o m o el lugar de e n c u e n t r o e n t r e Dios y los
61
Cf. Gal 3,21. hombres80.
62
Cf. Rom 7,8-13.
" Cf. Rom 7,14-8,13. 72
"Cf. Rom 1,4.16. Cf. 9,2s.6.8.11.21; 11,9; 13,10.
65
Cf. 7,28; Rom 8,3; Gal 4,9. " Cf. Sal 26,6; 41,5.
74
66
Cf. Gal 3,24s: paidagógos. Cf. Sab 9,8.
67
Cf. 2 Cor 3,6.14. " Cf. Rom 3,25.
68
Cf. Rom 9,5; 2 Tim 4,18. "Cf. Col 2,17.
77
w
Cf. Rom 8,34. Cf. Gál3,19s.
78
70
Cf. 1 Cor 15,47-49. Cf. Rom 11,27 = Jr 31,33a.34de.
71
Cf. Rom 6,9s. ™Cf. 2 Cor 3,14.
8,1
Cf. Ex 25,22; Lv 16,2; Nm 7,89.
484 Otras Cartas Paulinas
La Carta a los Hebreos 485
La separación en dos tiendas le sirve p a r a decir que u n a se q u e d a
en la tierra, m i e n t r a s la otra s u b e al cielo. E n la p r i m e r a se celebran los 16s) 86 . Por otro lado, la a n t i g u a alianza sí se hizo con sangre (w. 18-22;
múltiples sacrificios ordinarios (v. 6; cf. 8,4-5a) del presente, que n o Ex 24,6-8; 29,12.16), con u n a serie de aspersiones que c u l m i n a n en las
p u e d e n santificar la conciencia (v. 9), p u e s sólo consisten e n cuestiones p a l a b r a s : «Ésta es la s a n g r e del testamento» (v. 20, c i t a n d o Ex 24,8),
de comida, bebida y en b a u t i s m o s que d a n u n a justicia m e r a m e n t e que nos c o n d u c e n d i r e c t a m e n t e a las que h e m o s citado de la institu-
externa (v. 10) 81 . E n la segunda, e n t r a u n a vez al a ñ o sólo el s u m o sacer- ción eucarística.
dote, purificándose a n t e s con sangre (v. 7; cf. Lv 16,2.14s.l8s): eso
-La liturgia del cielo (w. 23-28). Las «copias» del culto celeste
indica q u e Dios m a n t i e n e c e r r a d o el c a m i n o de los fieles h a s t a él mien-
necesitan u n a purificación (v. 23a; cf. 8,5), renovada c a d a a ñ o p o r la
tras siga en pie la p r i m e r a tienda (v. 8).
p o c a virtud de la sangre ajena (v. 25bc; cf. v. 13). Cristo, e n c a m b i o ,
-El sacrificio de Jesús (w. 11-14). E n el Templo de Jerusalén, el e n t r ó en el m i s m o cielo, a n t e el m i s m o r o s t r o de Dios (v. 24; cf. 4,14),
S a n t o de los Santos, a d e m á s de ser imitación (cf. 8,5), q u e d a b a c o m o p a r a ofrecerse a sí m i s m o (v. 26 fin; cf. v. 14) en sacrificio irrepetible
signo de lo q u e n o p o d í a m o s (9,7s). Cristo, en c a m b i o , e n t r ó en la (w. 25a; cf. 7,27), realizado e n el fin de los t i e m p o s (v. 26b) 8 7 , p e r o abar-
tienda verdadera, la «no-hecha-por-mano-de-hombre» (v. I I ) 8 2 p a r a c a n d o t o d o el t i e m p o desde la creación (v. 26a). Tan definitivo c o m o la
i n t r o d u c i r n o s en ella 83 , c o m o h a b í a indicado, i n m e d i a t a m e n t e des- m u e r t e y el juicio final (v. 27): entró «llevando» los pecados de «los
p u é s d e la m u e r t e de Jesús, la r o t u r a del velo del Templo p o r el m e d i o m u c h o s » (v. 28a, a l u d i e n d o a Is 53,12) 88 ; saldrá sin m i r a r al p e c a d o (v.
y de a r r i b a abajo (Mt 27,51 p a r ) . La e n t r a d a del s u m o s a c e r d o t e en el 28b; cf. 4,15; 7,26), sólo a recoger a los q u e le esperan (v. 28c) 8 9 .
S a n t o de los S a n t o s estaba p r e c e d i d a de u n sacrificio de becerros y
m a c h o s cabríos (9,12a; cf. Lv 16,2.6-11). Con la s a n g r e del b e c e r r o
u n g í a el p r o p i c i a t o r i o (Lv 16,14) y luego «santificaba» al p u e b l o con d) «Causa de salvación eterna» (10,1-18)
u n a p u r e z a m e r a m e n t e ritual (v. 13; cf. Lv 16,18s). Cristo e n t r ó u n a 90
C o m o p u r a s o m b r a (v. la) , el sacerdocio levítico n o d a la «madu-
sola vez y o b t u v o u n a r e d e n c i ó n e t e r n a (v. 12b), p o r q u e su s a n g r e tiene
rez» (v. le; cf. 7,11.19; 9,9). Por eso, el día de la Expiación se repite cada
u n valor i n f i n i t a m e n t e s u p e r i o r (v. 14a) 84 : r e p r e s e n t a la total «ofrenda»
a ñ o (v. I b ) 9 ' y n u n c a h a cesado, p o r q u e la gente n u n c a se siente purifi-
d e sí m i s m o , c a p a z de «purificar» h a s t a el fondo de la conciencia (v.
14c)8\ c a d a (v. 2); es sólo u n r e c u e r d o d e los pecados (v. 3) 92 , ya q u e la sangre
de animales es incapaz de «borrar» el p e c a d o (v. 4; cf. 9,13.25). P o r eso
- La muerte del testador (w. 15-22). Del texto de J e r e m í a s (citado Cristo, e n t r a n d o en el m u n d o (v. 5a) 93 , recita Sal 40,7-9 (w. 5b-8): Dios
en 8,8-12) n o se d e s p r e n d e ni q u e haya u n m e d i a d o r ni que tenga que n o se complace en los sacrificios de la Ley (w. 5b-6.8) y p o r eso ofrece
intervenir la sangre. Se d e s p r e n d e sólo de las p a l a b r a s de la institución o t r o (v. 7) que, evidentemente, será a c e p t a d o (v. 9): el «cuerpo» de Cristo
eucarística: «la sangre de mi testamento» (Mt 26,28; Me 14,24) o «el (v. 10).
nuevo t e s t a m e n t o e n m i sangre» (Le 22,20; 1 Cor 11,25). El k e r i g m a d e
A la vista de los inútiles sacrificios diarios (v. 11), s u b r a y a que
1 Cor 5,3 concreta que Cristo «murió» p o r n u e s t r o s pecados; R o m 3,25
Cristo ofreció «un solo sacrificio» eficaz (v. 12) que le p e r m i t e «sen-
{«propiciatorio en su sangre») a ñ a d e la c o m p a r a c i ó n con el rito a n u a l
de la Expiación, al q u e aludía H e b 9,11-14, s u b r a y a n d o que con ello se tarse» a la derecha de Dios (v. 12b) c o m o q u i e n h a c o m p l e t a d o su o b r a
lograba la «redención» (apolytrósis) de los p e c a d o s p a s a d o s . Todos y espera sólo q u e Dios a c a b e d e someterle los enemigos bajo sus pies
estos elementos, m á s la «promesa» y la «heredad» (cf. 1,14; 6,12s), con- (v. 13; cf. 1,13; Sal 110,1). Con ello p u e d e aplicar a los fieles el verbo
figuran n u e s t r o v. 15. teleioó (v. 14; cf. 11,40; 12,2): aquella «consagración» que era p r o p i a de
Cristo (2,10; 5,9; 7,28). Todo eso lo confirma J r 31,33s (w. 15-17; cf.
Lo q u e sí figura en el texto griego de Jeremías es la p a l a b r a 8,10.12) h a b l a n d o del p e r d ó n de los pecados. Porque, si hay p e r d ó n , ya
diathéké, q u e significa «testamento», a u n q u e sea t r a d u c c i ó n inexacta n o h a c e n falta otras ofrendas (v. 18).
del h e b r e o berít, q u e significa «alianza». La t r a d u c c i ó n «testamento»
sirve al a u t o r p a r a decir que era necesaria la m u e r t e del «testador» (w. 86
También Gal 3,17 juega con la idea de «testamento».
87
Cf. Gal 4,4.
81 88
Cf. v. 13; Rom 14,17; Mt 3,11 par. Cf. Mt 26,28; Me 14,24; Rom 5,15s.
82 89
Cf. v. 24; Me 14,58; 2 Cor 5,1. Cf. Rom 8,19.23.25.
8, 90
Cf. 4,16; 6,19s; Rom 5,2. Cf. 8,5; Col 2,17.
84 91
Cf. Rom 3,25; 5,9. Cf. 9,7.25; Gal 4,9s.
8, 92
Cf. 2 Cor 7,1; Ef 5,26. Cf. M t 3 , l l par.
93
Cf. Jn 1,27; 6,38.
486 Otras Cartas Paulinas La Carta a los Hebreos 487
e) Exhortación (10,19-39) cristiana (v. 26b) 104 , se h a n vuelto «contrarios» (v. 27c) "": h a n «piso-
P r e p a r a n d o m u c h o la frase, llega a la constatación de ciertas grie- teado» al Hijo de Dios (v. 29b: katapateó)l06, h a n c o n s i d e r a d o profana la
tas en la vida c o m u n i t a r i a (w. 19-25); sigue u n a seria advertencia sobre «sangre del testamento» con la que h a b í a n sido santificados (v. 29c) 107
los peligros a que están a b o c a d o s (w. 26-31); finalmente, les exhorta a y h a n p r o v o c a d o al Espíritu (v29d) , 0 8 . Con respecto a 6,4-8, e n t e n d e m o s
resistir, r e c o r d a n d o sus a n t i g u a s victorias (w. 32-39). que se refiere a los que h a n recaído en el j u d a i s m o : se h a n desconec-
t a d o del sacrificio de Cristo y n o les q u e d a n i n g u n o q u e p u e d a b o r r a r
- Grietas en la vida comunitaria (w. 19-25). Los fieles p e n e t r a n en el p e c a d o voluntario (v. 26b). Respecto de ellos, el a u t o r p r o n u n c i a
el s a n t u a r i o a cara descubierta, c o m o es p r o p i o de los discípulos de a m e n a z a s terribles (w. 27.31), m u c h o m á s m e r e c i d a s (v. 29a) q u e las
Jesús (v. 19a) 94 , «en la s a n g r e de Cristo» (v. 19c): c o m o si ellos p u d i e r a n
que r e c a e n sobre los q u e c o n c u l c a r o n la Ley de Moisés (v. 28, c i t a n d o
t o m a r aquella sangre en las m a n o s . E n su «camino» (v. 20; cf. 9,8) atra-
Dt 16,6; cf. H e b 2,1-4), p u e s es el m i s m o Dios quien h a a n u n c i a d o el
viesan el «velo» (cf. 6,19; 9,3), que es la «carne» d e Cristo (otra alusión
a la eucaristía), p u e s t o q u e Cristo es s u m o sacerdote en la casa de Dios, castigo (v. 30a) { m , p r e c i s a m e n t e contra su p u e b l o (v. 30b, c i t a n d o Dt
q u e s o m o s nosotros (v. 2 1 ; cf. 3,6). 32,36).
- Exhortación a la resistencia (w. 32-39). El r e c u e r d o d e sus anti-
E n s u c o m p a ñ í a n o s «acercamos» (v. 22a: proserkhómetha, como
guas victorias debe servirles a h o r a de revulsivo: p o c o d e s p u é s de su
en 4,16) al s a n t u a r i o , i m i t a n d o al s u m o s a c e r d o t e en el día d e la
b a u t i s m o (fótisthentes: v. 32b; cf. 6,4) les tocó sufrir u n a «lucha atlé-
E x p i a c i ó n (Lv 16): «purificamos» (v. 22c: rantizó, c o m o en 9,13.19.21)
n u e s t r o c o r a z ó n " , así c o m o el s u m o s a c e r d o t e ofrecía u n sacrificio tica» (v. 32b: athlésis)"°, que bien p o d e m o s e n t e n d e r c o m o persecución:
p o r s u s p r o p i o s pecados 9 6 , y n o s l a v a m o s el c u e r p o c o n a g u a l i m p i a estuvieron expuestos, c o m o en u n teatro, a la b u r l a (v. 33a) 1 "; estuvie-
c o m o él lo h a c í a (v. 22d) 9 7 . Aquí c u e s t a p o c o ver el b a u t i s m o 9 8 e n el ron j u n t o a los «encadenados» (v. 34a) " 2 y sufrieron la confiscación de
á m b i t o d e la fe (v. 22b). A la fe le s i g u e n la e s p e r a n z a (v. 23) 9 9 y el sus bienes (v. 34b) " 3 . Hay que tener «valentía» p a r a con los h o m b r e s (v.
a m o r activo (v. 24; cf. 6,10) 100 . P r o b a b l e m e n t e r e p r e s e n t a n las vesti- 35a; cf. 3,6) y c u m p l i r la voluntad de Dios (v. 36a) " 4 , p u e s nos tiene pro-
d u r a s del q u e e n t r a e n el s a n t u a r i o (según Lv 16,4)"". E n este con- m e t i d o (v. 36b; cf. 6,13) u n gran p r e m i o (v. 35b) " \
texto, las «reuniones» (v. 25) son esenciales, c o m o lo era la p r e s e n c i a El c u m p l i m i e n t o d e la p r o m e s a es a n u n c i a d o ( w . 37s) c o n la
del p u e b l o el día d e la Expiación l 0 2 . S o b r e t o d o la r e u n i ó n e u c a r í s - cita d e H a b 3,2cd.3 (modificada p o r m e d i o d e Is 26,20). El v. 38
tica 103 , e n la q u e se t o c a c o n las m a n o s el m i s t e r i o d e la «carne» y la invierte el o r d e n d e H a b a c u c , e m p e z a n d o p o r lo positivo (fe-salva-
s a n g r e d e Cristo.
ción) p a r a p o d e r c o m p l e t a r lo negativo (v. 39: m i e d o - c o n d e n a c i ó n ) .
-Peligros que amenazan (w. 26-31). La c o s t u m b r e d e faltar a las E n la fe se s u b r a y a su a s p e c t o d e «resistencia» a n t e el p e l i g r o " 6 , lo
r e u n i o n e s p u e d e llevar a algo peor: la apostasía p r o p i a m e n t e dicha (cf. c o n t r a r i o d e u n a « r e t i r a d a » p o r m i e d o (ypostelló-ypostolé: w.
3,12), q u e a q u í n o m b r a con t é r m i n o s m e n o s inocentes de lo q u e p a r e - 38b.39a) " 7 , así c o m o su p r o y e c c i ó n a la salvación futura. P a b l o h a b í a
cen: «los que p e c a n voluntariamente» (v. 26a). Resulta q u e el ú n i c o u t i l i z a d o el m i s m o texto d e H a b a c u c ( R o m 1,17; Gal 3,11; cf. R o m
p e c a d o «voluntario» q u e se m e n c i o n a e n t o d o el Antiguo Testamento es 10,9), a ñ a d i é n d o l e u n m a t i z de justificación-por-la-fe q u e n o e n c o n -
el del s u m o sacerdote Alquimo (2 M a c 14,3), que profanó la Tierra tramos en nuestra carta.
S a n t a con múltiples asesinatos (1 M a c 7,8-24) y e n c i m a quería d e s t r u i r
u n m u r o del Templo de Jerusalén (ib 9,54-56). E n n u e s t r o caso, es el d e 104
Cf. 1 Tim 2,4; 2 Tim 2,25; 3,7; Tit 1,1.
aquellos que, después de h a b e r tenido «conocimiento de la verdad» ",, Cf. 1 Tes 2,15.
"* Cf. Mt 7,6.
,07
94
Cf. 2 Cor 3,12. Cf. v. 19; Me 14,24.
m
9,
Cf. 8,10, citando Jr 31,33. Cf. Mt 12,32 par; Ef 4,30.
96
Cf. 5,2s; 7,27s; 9,7; Lv 16,6.15s. "K Citando Dt 32,35 según Rom 12,19.
110
97
Cf. Lv 16,4: lousetai ydati pan to soma; Ez 36,25. Cf. Flp 1,27; 4,3.
111
98
Cf. 6,2; cf. 1 Cor 6,11; Ef 5,26; Tit 3,5. Cf. 1 Cor 4,9.
1,2
99
Cf. 3,6; 6,11.18; 7,19; 11,1. Cf. 11,36; 13,3; Flp l,7.13s.l7.
m
Como en 1 Cor 13,13; 1 Tes 1,3; 5,8. '" Cf. Hch 8,3: si entraban por las casas, ¡algo se llevarían!
114
101
Cf. Rom 13,12.14; Gal 3,27s; 1 Tes 5,8. Cf. Le 22,42; Hch 21,14.
102
Cf. Lv 16,7: para tés synagógés ton yión Israel. '" Cf. 2,2; 11,6.26; 1 Cor 3,8.13s.
116
"" Cf. 1 Cor ll,18.20.33s: synerkhomenón ymdn. Como en 1 Tes 3,2.5-7.10; Le 22,32.
117
Cf. Gal 2,12.
488 Otras Cartas Paulinas
Lectura de la Carta 489
4. «La fe» (11,1-12,29)
Noé (v. 7) 124 c u m p l e m á s e x a c t a m e n t e la definición del v. 1: cons-
N i n g ú n otro d o c u m e n t o del Nuevo Testamento tiene, c o m o nues- truye el a r c a contra t o d a apariencia, y se salva c o m o h e r e d e r o de la jus-
t r o c. 11, c u a r e n t a versículos seguidos dedicados a la fe. E n el conjunto ticia según la fe 12\
de la carta, el sustantivo pistis aparece 32 veces (en las siete paulinas
- Época de Abrahán (w. 8-22). Al creyente p o r a n t o n o m a s i a , 2 6 se le
indudables, 92); el sustantivo contrario, apistia, 2 veces (Pablo, 4); el
considera modelo de la obediencia de la fe (v. 8a) l 2 7 , p o r q u e salió de su
verbo pisteuó, sólo 2 veces (en Pablo, 42). De u n m o d o o de otro, tam-
e n t o r n o sin saber d ó n d e iba (v. 8)' 2 8 y vivió c o m o extranjero en la
bién H e b r e o s relaciona siempre la fe con la P a l a b r a d e Dios (cf.
m i s m a tierra de las p r o m e s a s (v. 9a) 1 M ; a d e m á s , vivía en tiendas (v. 9b)
3,7s.l2.15s.l9; 4,2s). E n 12,2 la exhortación q u e c o r r e s p o n d e a n u e s t r o
p o r q u e aspiraba a u n a c i u d a d construida p o r Dios (v. 10) 13°. También la
a p a r t a d o vincula, p o r fin, explícitamente a Cristo con la fe, p e r o la vin-
descendencia le llegó p o r la fe (w. l i s ) m , así c o m o a Isaac y a J a c o b (v.
culación n o p u e d e ser m á s total: se le coloca en el principio y en el fin
13a; cf. w . 9 c . l i a ) . El m i s m o A b r a h á n se llama «extranjero y advene-
de ella. dizo» (v. 13; cf. Gn 23,4): d e a h í d e d u c e el a u t o r que b u s c a b a u n a nueva
patria (v. 14) 132 en el cielo (v. 16a) 133 , p u e s n o pensaría en volver a la
a) Los ejemplos antiguos (11,1-40) antigua (v. 15). Por eso Dios les h o n r a l l a m á n d o s e su Dios 134 .

Nuestro capítulo consta f u n d a m e n t a l m e n t e de u n a serie de ejem- E n los w . 13-16 la reflexión se extiende a todos los p a t r i a r c a s anti-
plos antiguos (w. 2-38), introducidos p o r u n a célebre definición (v. 1) y guos. E n el v. 17 vuelve a a p a r e c e r A b r a h á n con el sacrificio de su hijo
seguidos p o r u n r e s u m e n final (w. 39s). P o d r í a m o s dividirlo del m o d o «único» (v. 17b: monogénés)'". Si estuvo dispuesto a sacrificar al q u e
siguiente: i n t r o d u c c i ó n (v. 1), de la creación a Noé (w. 2-7), época de tenía que darle la descendencia p r o m e t i d a (v. 18) 136 fue p o r fe en aquel
A b r a h á n (w. 8-22), época d e Moisés (w. 23-31), ejemplos a c u m u l a d o s q u e resucita a los m u e r t o s (v. 19) 13? : lo recibió de nuevo c o m o u n a n u n -
(w. 32-38), conclusión (w. 39s). cio de la resurrección de Cristo (en parabolé: v. 19b; cf. 13,20). Tanto las
bendiciones de Isaac (v. 20; cf. Gn 27,27-29.38-40) y de Jacob (v. 2 1 ; cf.
-Introducción (v. 1). La definición de la fe q u e nos d a la carta Gn 48,14-20), c o m o las profecías de José a n t e s de m o r i r (v. 22; cf. Gn
tiende a lo m a t e m á t i c o : algo así c o m o la «base» (ypostasis) y el «argu- 50,24s), p r o c e d e n de la fe en Dios c o m o d u e ñ o del futuro (v. 20a: peri
mento» (elegkhos) q u e nos lleva de algo q u e n o se ve (v. I b ) " 8 a algo que mellontón).
n o se tiene (v. l a ) " 9 . P o r s u p u e s t o q u e la P a l a b r a de Dios está en el
-Época de Moisés (w. 23-31). E s c o n d i e n d o a Moisés recién
fondo de dicho p a s o .
nacido, los p a d r e s de Moisés d e m o s t r a r o n u n a fe en Dios superior al
- De la creación a Noé (w. 2-7). El p r i m e r «ejemplo» (v. 2) s o m o s t e m o r del F a r a ó n (v. 23; Ex 2,2s), digna d e ser r e c o r d a d a en t i e m p o de
nosotros m i s m o s c u a n d o creemos en la creación: que la «Palabra de persecución. Saliendo en b u s c a de sus h e r m a n o s (w. 24-26; cf. Ex
Dios» hace visible lo n o visible (v. 3) l2°. 2,11), deja atrás h o n o r e s (v. 24b), placer (v. 25b) y riquezas (v. 26a), pre-
La fe de Abel (v. 4) se d e m u e s t r a p o r sus mejores ofrendas (pues firiendo la persecución j u n t o al p u e b l o de Dios (v. 25a), es decir, el
r e n u n c i a a lo visible p a r a dárselo al Invisible), p o r la aceptación divina
(Gn 4,4) y p o r q u e h a b l a después de m u e r t o , fóné aimatos: Gn 4,10 m. Si 124
habla es que h a e n t r a d o en la inmortalidad; si se le reconoce «justo» es Cf. Gn 6,7s.l3-18; Is 54,9; Eclo 44,17s; Mt 24,37-39.
ns
q u e h a creído, p u e s n o se concibe u n a «justicia» sin la fe. Cf. Ez 14,14.20; Flp 3,9.
126
Cf. Rom 4,3.9.11-13.16-21; Gal 3,6-9.14.
127
De E n o c se s a b e sólo que n o m u r i ó p o r q u e h a b í a a g r a d a d o a Dios Cf. Rom 1,5; 10,16.
128
(v. 5 ) m , cosa q u e n o ocurriría si n o creyera q u e existe 123 y que p r e m i a a ,2S
Cf. Gn 12,1.4; Hch 7,2s.
los que le b u s c a n (v. 6). Cf. 6,13; Gn 13,12.14-18; Hch 7,4-7.
""Cf. 9,11.27; 2 Cor 5, ls.
"' Cf. Gn 11:30; 15,6; 17,17; 18,10-12; Rom 4,16-21; 9,8s; Gal 4,22s.
1,2
" 8 Cf. Rom 4,18-20; 2 Cor 5,7. Cf. Ef2,19; 1 Pe 1,17; 2,11.
"* Cf. Rom 8,24s. '" Cf. 3,1; 2,22; 2 Cor 5,2.
120 1,4
Cf. Rom 4,18: «llama al no ser como ser». Cf. Gn 26,24; 28,13; 31,53; Ex 3,6.15s; 4,5; 1 Re 18,35; 1 Cr 29,18; Sal
121
Cf. 12,24; Mt 23,35 par. 46,10; Mt 22,32 par; Hch 3,13; 7,32.
122 '"Cf. Gn 22,2.16; Rom 8,32.
Cf. Gn 5,22; Eclo 44,16.
121 '" Citando Gn 21,12, como Rom 9,7.
Cf.Snt 2,19. 1,7
Cf. Rom 4,17.
490 Otras Cartas Paulinas
La Carta a los Hebreos 491
«oprobio de Cristo» (v. 26b), en vistas al p r e m i o eterno (v. 26c). Tam-
bién c a m b i ó la vista del F a r a ó n p o r la visión de Dios en la zarza en algún sentido, t o d a s las secciones exhortatorias a n i m a n a los cre-
a r d i e n t e (v. 27; cf. Ex 2,15; 3,3-6). Celebró la p a s c u a y d e r r a m ó la san- yentes a r e s p o n d e r a los ejemplos recibidos.
gre, c o m o defensa contra el E x t e r m i n a d o r (v. 28; cf. Ex 12,11-13). La fe E n el capítulo 12 distinguimos algunos párrafos m á s afirmativos
hace q u e el M a r Rojo sea p u e n t e p a r a u n o s y t u m b a p a r a otros (v. 29;
y solemnes y otros m á s prácticos y directos. P r o p o n e m o s la siguiente
cf. E x 14,16-30). La fe hizo q u e cayeran las murallas de Jericó (v. 30; cf.
división del material: la i m a g e n de la c a r r e r a (12,1-4), la i m a g e n de la
Jos 6,15s.20) y se salvara la mujer q u e se p u s o de p a r t e de los conquis-
disciplina p a t e r n a (w. 5-11), consecuencias (w. 12-17), la i m a g e n del
t a d o r e s (v. 3 1 ; cf. Jos 2,1.9-13).
m o n t e s a n t o (w. 18-24), consecuencias (w. 25-28).
-Ejemplos acumulados (w. 32-38). E n todo el Antiguo T e s t a m e n t o
- La imagen de la carrera (12,1-3). La g r a n lección de los ejemplos
h u b i e r a p o d i d o e n c o n t r a r ejemplos d e fe con los q u e llenar varios capí-
recibidos es la «resistencia» (ypomenó-ypomoné: w . 1-3.7; 10,32.36),
tulos, p e r o le vienen a la m e m o r i a los m á s próximos a la e n t r a d a e n la
u n a d e las actitudes m á s inculcadas en t o d o el Nuevo Testamento 1 4 3 ,
tierra (Jueces y P r i m e r o de S a m u e l ) y los m á s próximos a su t i e m p o .
referida m a y o r i t a r i a m e n t e a la persecución.
La e n u m e r a c i ó n empieza (v. 32) p o r u n a serie de n o m b r e s p r o -
Q u e d a m á s d e n t r o del área p a u l i n a la i m a g e n de la «competición»
pios: Gedeón (Jue 6,10-8,33), B a r a c (Jue 4,6-5,15), S a n s ó n (Jue 13,24-
(agón: v. 1) l44 , i m a g i n a d a casi s i e m p r e c o m o u n a carrera. Nuestro texto
16,30), Jefté (Jue 11,1-12,7), David y S a m u e l (cf. 1 S m 16,1-13) y los
le a ñ a d e los héroes del capítulo anterior, c o m o u n a «nube» d e especta-
profetas (cf. Dt 18,15-22). E n la e n u m e r a c i ó n siguiente n o faltan alu-
d o r e s (v. l a ) c a p a z de m a n d a r «lluvias» de aplausos, p e r o t a m b i é n
siones, p o r lo m e n o s probables, a h e c h o s concretos: S a n s ó n l u c h a n d o
rayos y t r u e n o s . Asimismo i n c o r p o r a la idea b a u t i s m a l de «despojarse»
c o n el león (v. 33d; cf. J u e 14,5s), los jóvenes en el h o r n o (v. 34a; cf. Dn
del p e c a d o (v. Ib) , 4 S p a r a revestirse d e Cristo: es el «lastre» q u e hay que
3,23-25), la resurrección o b r a d a p o r Elias (v. 35a; cf. 1 Re 17,20-23), las
soltar p a r a p o d e r correr. Además, t e n e m o s d o n d e mirar: a Cristo «ade-
t o r t u r a s infligidas a E l e a z a r (v. 35b; cf. 2 M a c 6,19.28), burlas, azotes,
lantado» (v. 2a: arkhégos)'46 y «premiador» (ibíd.: teleiótés, «consagra-
c a d e n a s y cárceles en la época m a c a b e a (v. 36) 138 , la lapidación d e Este-
dor»; cf. 10,14; 11,40) de n u e s t r a fe.
b a n (v. 37a) l 3 9 , el m a r t i r i o de Isaías (v. 37b) 140 , la ascética d e los profe-
tas (v. 3 7 d ) " " y de J u a n Bautista (Mt 3,4 p a r ) , las h u i d a s al desierto e n T a m b i é n es b a s t a n t e p r o p i a del á r e a p a u l i n a la incorporación de
época m a c a b e a (2 M a c 5,27; 6,11; 10,6). También es posible ver la his- la «cruz» c o m o t e m a actual"". N u e s t r o texto (v. 2c; cf. 6,6; 11,26; 13,13)
toria d e David en el v. 33abc (cf. esp. 2 S m 7,5-17; 8,15). Pero es m á s le atribuye t o d a su carga de «vergüenza» y oprobio. A la luz de la «con-
i m p o r t a n t e ver c ó m o e n t r e a n é c d o t a y anécdota, van a p a r e c i e n d o la fe tradicción» q u e él sufrió, t e n e m o s q u e enfocar n u e s t r o «combate» pre-
y la justicia (v. 33; cf. w . 4.7; 10,38), la fuerza y la debilidad (v. 34; cf. sente, p u e s todavía n o h e m o s «resistido» h a s t a la sangre ( c o m p á r e s e v.
w . 11.17; 1,3; 7,16), la redención final (v. 35c; cf. 9,15) y la r e s u r r e c c i ó n 3 con v. 4) l 4 8 . Es c o h e r e n t e ver a h í los m i s m o s c o m b a t e s atléticos q u e
(v. 35ad; cf. v. 19; 6,3; 13,20). e n 10,32-34 (cf. v. 32: athlésin), c u a n d o los q u e h a b í a n crucificado a
- Conclusión (w. 39s). A p e s a r de todo, tuvieron que e s p e r a r p o r Cristo u n a vez e s t a b a n volviendo a crucificarle en la p e r s o n a de sus dis-
algún t i e m p o p a r a disfrutar las p r o m e s a s (v. 39): la «consagración» cípulos (6,6) 149 .
final (cf. 10,14) les llegará j u n t o con nosotros, p u e s estaba prevista p a r a -La imagen de la disciplina paterna (w. 5-11). Surge espontánea-
n o s o t r o s (v. 4 0 ) ' " . m e n t e la queja c o n t r a Dios. El «consuelo» (v. 5) es que n o se nos cas-
tiga p o r u n a culpa, sino q u e se nos «educa» con dureza, c o m o a los
n i ñ o s e s p a r t a n o s : lo dice la E s c r i t u r a (w. 5s, citando Prov 3,1 ls), lo
b) Exhortación (12,1-29)
h a c e n t o d o s los p a d r e s (v. 7), excepto con los ilegítimos (v. 8); m u c h o
E s posible q u e los p r i m e r o s lectores de la carta se sintieran bas- m á s d e b e m o s permitírselo a Dios (v. 9), q u e nos educa p a r a h a c e r n o s
t a n t e «retratados» en las descripciones anteriores (es la g r a n «cuestión
abierta» respecto d e la carta); en cualquier caso, el presente capítulo y,
141
Cf. Mt 10,22; 24,13s par; Rom 5,3s; 8,25.
144
Cf. Rom 15,30; 1 Cor 9,25; Flp 1,30.
145
"> Cf. resp. 2 Mac 7,7; 3,26; 14,27.33 y 1 Mac 9,53; 13,12. Cf. Rom 13,12; Ef 4,22.25; Col 3,8.
,w 146
Cf. Hch 7,58s. Cf. Hch 3,15.
,4 147
° Cf. Martls 5 2,4. Cf. Rom 6,6; 1 Cor l,13.17s.23; 2,2.8; fuera de Pablo apenas traspasa el
141
Cf. 1 Re 19,13.19; 2 Re 2,8.13. nivel anecdótico; cf Hch 2,36; 4,10; Ap 11,8.
142 148
Cf. 9,26; cf. Mt 11,11 par. Cf. 2 Mac 13,14.
"•> Cf. 1 Tes 2,14-16.
492 Otras Cartas Paulinas
La Carta a los Hebreos 493
participar de su s a n t i d a d (v. 10; cf. 10,14) y s a b r á sacar de esa «gimna-
sia» (v. 11c: gegymnasmenoi)lw frutos sosegados de justicia (ibíd.) ISI. Por contraste, está a l u d i e n d o a la Jerusalén de ahora (Gal 4,26),
así c o m o a los d e m á s h e r m a n o s que u n día tuvieron la p r i m o g e n i t u r a
-Consecuencias (w. 12-17). Las rodillas a g a r r o t a d a s son u n gran
(v. 16) y a h o r a h a n sido b o r r a d o s del Libro (cf. Ap 3,5) p o r Dios, juez
p r o b l e m a p a r a la carrera (v. 12)1S2: h a y q u e ponerlas en forma. Y hay
d e todos (v. 23c; cf. 4,12s; 6,2; 9,27; 10,27.30; 13,4).
que m a r c a r bien el c a m i n o , p a r a q u e el cojo n o se acabe de desviar, sino
que se cure (v. 13). Esos cojos p u e d e n ser los «indolentes» (5,11; 6,12), - Consecuencias (w. 25-28). Pero Dios es juez de todos, y quizás
que están faltando a las r e u n i o n e s (10,25): se p o d r í a n convertir en m á s de los q u e estuvieron m á s cerca de él: si n o e s c a p a r o n los q u e sólo
apóstatas q u e pisotean al Hijo de Dios (10,29) y vuelven a crucificarlo h a b í a n recibido oráculos, m u c h o m e n o s los q u e estuvieron en el m i s m o
(6,6). cielo (v. 25; cf. v. 23; 10,28s). P o r q u e Dios va a «remover» el m i s m o cielo
(v. 26, c i t a n d o Ag 2,6.21), a h o r a q u e en él q u e d a n c r i a t u r a s «removi-
La cohesión d e n t r o de la c o m u n i d a d y el deseo de ver u n día al
S e ñ o r (v. 1 4 ) ' " p u e d e n ayudarles a q u e d a r d e n t r o . Pero p u e d e ocurrir bles» (v. 27). El «reino» c o m o tal es inconmovible (v. 28a; cf. 1,8): en él
q u e alguien, p o r algún resentimiento (v. 15b, citando Dt 29,17, q u e se e n c o n t r a m o s gracia (v. 28b) l 6 4 y p o d e m o s d a r u n culto a g r a d a b l e a Dios
refiere a la idolatría), deje la gracia (v. 15a) ' ,4 y atraiga a otros consigo (v. 28c) , 6 S , q u e es u n fuego q u e c o n s u m e (v. 29) l 6 6 .
(v. 1 5 c ) ' " . T a m b i é n p o r interés material p o d r í a alguien «prostituirse»
(pecar p o r dinero) y p e r d e r la p r i m o g e n i t u r a (v. 16; cf. v. 2 3 : «la Iglesia 5. Conclusión epistolar (13,1-25)
de los primogénitos»), c o m o Esaú, q u e se j u g ó definitivamente la ben-
dición (v. \7)™. El impacto del c. 11 se h a mantenido, según h e m o s intentado mos-
trar, a lo largo del c. 12: los ejemplos de los antiguos tenían q u e defender
-La imagen del monte santo (w. 18-24). La conjunción entre el a los cristianos de la tentación de apostasía. El c. 13, p o r su parte, n o da
Sinaí y el m o n t e Sión (donde se ubicaba el Templo) sintetiza los temas
la sensación de iniciar u n t e m a nuevo, sino de concluir la carta c o m o tal.
doctrinales de la carta. E n el Sinaí, Dios m a r c ó distancias entre lo
sagrado y lo profano (el adjetivo bebélos aparecía en el v. 16): con fenó-
m e n o s meteorológicos (w. 18-19a)'", con u n a voz que aterraba (v. 19) '** a) Exhortaciones finales (13,1-17)
y con la orden de m a t a r a t o d o animal q u e se acercara (v. 20" w ; hasta el
p u n t o de q u e el m i s m o Moisés se asustó (v. 21) l6°. Nosotros, en cambio, E m p i e z a con u n a b a t e r í a de exhortaciones sobre los t e m a s clási-
n o h e m o s de t e n e r m i e d o p o r q u e h e m o s sido introducidos en la «mon- cos d e la parénesis (que m i r a m á s a la c o n d u c t a q u e a la fe: w . 1-6). E n
taña» d o n d e está la tienda verdadera (v. 22a; cf. 8,5) y en la «ciudad» u n s e g u n d o m o m e n t o (w. 7-17), e n m a r c á n d o l a s e n d o s referencias a
celestial (v. 22b; cf. 11,10.16; 13,14), q u e t a m b i é n se llama Jerusalén 1 6 1 . los «dirigentes» ( w . 7.17), i n t r o d u c e t e m a s específicamente eclesiales,
Allí está la Iglesia de los primogénitos (v. 23a; cf. v. 16; 1,6)l62 inscritos e n clara referencia al c o n t e n i d o de la carta.
en el Libro de Dios (v. 23b) l 6 3 , y Dios m i s m o , y los justos «consagrados» La exhortación general cabría, en m o r a l clásica, en el á m b i t o del
(v. 23d; cf. 10,14; 11,40), y el m e d i a d o r de la Nueva Alianza (v. 24a; cf. q u i n t o ( w . 1-3), del sexto (v. 4) y del s é p t i m o m a n d a m i e n t o (w. 5s),
9,15), y su sangre, m á s eficaz q u e la de Abel (v. 24b; cf. 9,14; 11,4). p e r o la c a r t a se fija m á s en la perfección de la virtud q u e e n la evitación
del p e c a d o . Lo p r i m e r o es el a m o r fraterno (v. I) 167 , e x p r e s a d o c o m o
<v Cf. 1 Tím 4,7s. «hospitalidad» (v. 2; cf. 6,10) l 6 8 y solidaridad c o n los presos y maltrata-
,s
'Cf. Flp 1,11; Sant 3,18. dos (v. 3; cf. 10,34; 11,25) 169 . A la u n i ó n m a t r i m o n i a l le atribuye u n a
1,2 g r a n dignidad y p u r e z a (v. 4a), n o extensible, ciertamente, a la fornica-
Cf. Is 35 3.
'" Cf. Mt 5,8; 1 Cor 13,12; 1 Jn 3,2. ción ni al adulterio (v. 4 b ; cf. 12,16) 1?0 . Los «dirigentes» (égoumenoi: w .
1,4
Cf. 10,29; Gal 5,4. 7.17.24)'" s o n los q u e les a n u n c i a r o n la Palabra (v. 7a), es decir, según
'" Cf. Dt 29,17: «o una familia, o una tribu...».
1.6
Según Gn 27,30-40; cf. 6,4; 10,26.
1.7 164
Cf. Exl9,16.18s;Dt4,lls. Cf. v. 16; 4,16; 10,29.
1.8
Cf. Ex 20,18s; Dt 5,25-27; 18,16. " , Cf. v. 2; 8,5; 9,9.14; ll,5s; 13,16.
lw 166
Cf. Ex 19,12s; 1 Cor 29-32. Citando Dt 4,24; 9,3; cf. v. 18; 10,27; 1 Cor 3,13.15; 2 Tes 1,8.
167
"" Citando Dt 9,19; cf. 2 Cor 3,12s.l8. Cf. Rom 12,10; 1 Tes 4,9.
'"Cf. Ap 21,1 Os. ""También Gn 18,2s; 19,1-3; Rom 12,13.
1W
"2 También Ex 4,22; Jr 38,9; Sab 18,13. También Mt 25,36.39s.
,?0
'"Cf. Flp 4,3; Ap 21,27. También 1 Cor 6,9s; Gal 5,19-21; Ef 5,5.
171
Cf. títulos paralelos en Rom 12,8; 1 Tes 5,12; 1 Cor 12,28; Gal 6,6; Flp 1,1.
494 Otras Cartas Paulinas
La Carta a los Hebreos 495
2,3, antiguos discípulos del Señor. Hay que obedecerles (v. 17a)172 por-
que se inquietan por nosotros (v. 17b)173 como quien tiene que dar con la sangre del testamento eterno (v. 20d) l82 . Él tiene que hacernos
cuenta de nuestras almas (v. 17c). En el v. 24 añadirá que hay que salu- «madurar» (v. 21a)183 en orden a hacer su voluntad (v. 21b)184 y serle
darles a todos. Entremezclados con las alusiones a los «dirigentes», agradables (v. 21c)18S por medio de Jesucristo, a quien sea la gloria por
encontramos un buen número de «pensamientos» (w. 7-9 y 14-16) y los siglos (v. 2Id) 186 .
exhortaciones (w. 11-13). Finalmente, define la carta como una breve palabra de exhorta-
Resumimos: Cristo durará siempre, mientras que el Antiguo Tes- ción (v. 22) l87 , les comunica que Timoteo ha sido liberado y que espera
tamento está acabando (v. 8; cf. 8,13); no podemos sustituir la gracia de ir a verlos junto con él (v. 23) y saluda a los dirigentes (v. 24a; cf. w.
Dios por la «fortaleza» que nos ofrece cierto tipo de comidas (v. 9; cf. 7.17) y a todos los «santos» (v. 24b)188. Los de Italia se añaden a su
4,16; 9,10; 12,15), ya que nosotros tenemos una comida muy superior saludo (v. 24), que se expresa de la forma más clásica posible (v. 25).
a aquella que sólo podían comer los sacerdotes (v. 10) m.
La exhortación central (w. 11-13) parte de un detalle del rito del C. CUESTIONES ABIERTAS
día de la Expiación: que los cuerpos de animales cuya sangre era lle-
vada al Santo de los Santos (por tanto, los que más se acercaban a R e c o r d a m o s que, p o r su falta de e n c a b e z a m i e n t o epistolar
Dios) eran quemados fuera del campamento (v. 11; cf. Lv 16,27). y p o r el estilo p r o p i o de cierta retórica helenista, se h a llegado a
Entiende que por eso Jesús murió fuera de las murallas (v. 12) y a decir q u e la Carta de s a n Pablo a los Hebreos ni era carta, ni era
nosotros nos toca salir de la Jerusalén actual, llevando el oprobio de de s a n Pablo, ni iba dirigida a cristianos hebreos. E n t r e los estu-
Cristo (v. 13)'". De ahí se deduce (w. 14-16) que vamos camino de la diosos se considera c e r r a d a la cuestión de si el m i s m o apóstol
ciudad definitiva (v. 14)l76 y que, como sacrificio, ofrecemos la ala- r e d a c t ó la carta, pero siguen abiertas todas las demás: su grado
banza y la confesión de su nombre (v. 15)177, así como la comunión con de p r o x i m i d a d al apóstol, la posibilidad de que sea r e a l m e n t e
los demás (v. 16)l78. u n a c a r t a y esté dirigida a h e b r e o s (mejor dicho: a judíos hele-
nistas), así c o m o u n a m a y o r a p r o x i m a c i ó n en c u a n t o al autor, el
b) Despedida (13,18-25) lugar y el tiempo de su composición.
La carta, como hemos dicho, no contiene nada específicamente E n el fondo, se trata de dos cuestiones de matiz (hasta qué
epistolar en su introducción, pero sí en la presente despedida. Además p u n t o Hebreos es carta y hasta qué p u n t o es paulina) y u n a cues-
de una bendición algo más solemne (w. 20s), contiene alusiones a su tión de fondo, realismo o ficción: si los destinatarios y el m a r c o
situación personal (v. 18), a su esperanza de verles (v. 19), al tipo de
carta que les ha escrito (v. 22) y a su compañero Timoteo (v. 23). Ter- histórico en que viven son los que la carta sugiere (judeocristia-
mina con saludos (v. 24) y con una bendición-sello (v. 25). Hay que nos que vivían en Palestina antes del a ñ o 70) o bien son cristia-
reconocer -las «cuestiones abiertas» dirán algo más- que se trata del nos gentiles de Occidente, a los que se quiere impresionar a tra-
fragmento más paulino de toda la carta. vés de u n mensaje p r e s u n t a m e n t e llegado «de lejanas tierras». Lo
segundo es el caso, en nuestra opinión, de la Carta de Santiago.
La gran bendición (w. 20s) tiene distintos parentescos: el Dios de
la paz ( 2 0 a ) m resucitó a Cristo (v. 20b) '80, pastor de las ovejas (v. 20c)1S1 Lo p r i m e r o puede ser el caso de la Carta a los Hebreos, a u n q u e
la cuestión está lejos de q u e d a r definitivamente aclarada.
172 E n r e s u m e n , pues, d e b e m o s afrontar tres cuestiones: epis-
m
Cf. 1 Tes5,12s; 1 Cor 16,16.
174
Cf. 2 Cor 11,28. tolaridad de Hebreos, p a u l i n i d a d de Hebreos, realismo de
Cf. 6,4; Ex 29,32; Lv 8,31.
'"Cf. 10,33; 11,26; 12,2. 182
176
Cf. 11,10.16; 12,22. Cf. 9,14s.21; Mt 26,28 par; 1 Cor 11,26.
177
Cf. 3,1; 4,14; 10,13; Flp 2,17. "" Cf. 10,5; 11,3; 1 Cor 1,10; 1 Tes 3,10.
,84
™ Cf. 10,33; Rom 12,1; Flp 4,18. Cf. 10,7.9s.36; Rom 12,2; 15,32.
m
Cf. Rom 15,33; 16,20; Flp 4,9; 1 Tes 5,23. "" Cf. v. 16; ll,5s; 12,28; Rom 12,ls; 14,18.
186
'""Cf. 11,19; Rom 4,24; 8,11; 10,9. Cf. dirigido a Cristo: Rom 16,26; 2 Tim 4,18; 2 Pe 3,18.
•»' Cf. Jn 10,3.11-16; 1 Pe 2,25; 5,4. '"' Cf. 6,18; 12,5; Rom 12,8; 15,4s.
""Cf. 3,1; 6,10; 10,19.

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