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Iglesia de Dios (Israelita) Tema 18

LOS TRES CIELOS


Contestación a 2ª Corintios 12:1-6
Min. J. Enrique Pérez L.

Estimados hermanos esta es otra pregunta que me han


hecho, les pido que me disculpen por tardarme en la contestación,
espero que la respuesta pueda dejarlos satisfechos, pero sobre
todo, que es así como sea cree.

Los versículos a los cuales se solicita dar una explicación están en 2ª Corintios 12:1-6 [Reina
Valera Actualizada, 1989, Ed. Mundo Hispano. (En todas las citas de versículos se emplea la misma
versión a menos que se indique lo contrario).
1 Me es preciso gloriarme, aunque no es provechoso. Sin embargo, recurriré a las visiones
y revelaciones del Señor.
2 Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años —si en el cuerpo, no lo sé; si
fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe— fue arrebatado hasta el tercer cielo.
3 Y sé respecto a este hombre —si en el cuerpo o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo
sabe—
4 que fue arrebatado al paraíso, donde escuchó cosas inefables que al hombre no le es
permitido expresar.
5 ¡De aquel hombre me gloriaré! Pero de mí mismo no me gloriaré sino en mis debilidades.
6 Porque, si acaso quisiera gloriarme, no sería yo insensato, pues diría la verdad. Pero
desisto, para que nadie piense de mí más de lo que ve en mí u oye de mí.
Hermanos, es difícil de explicar esta parte de las Escrituras, cuánto más pasarla al papel, pero
espero darme a entender y no provocar confusión. Comencemos:

En estos versículos es indudable que Pablo está hablando de él mismo, esto lo podemos
comprobar cuando leemos el versículo 7 de este mismo capítulo. Podemos observar que Pablo recibió
varias revelaciones, y en esta ocasión quiere hablar en particular de una, en la cual vio cosas muy
interesantes pero de gran dificultad para poder ser expresadas.

Cuando el apóstol Pablo dice: “Conozco a un hombre”, Pablo se refiere así mismo, mostrando de
esta manera su humildad ya que si él hubiera querido gloriarse posiblemente hubiera dicho: “Nada
menos que yo fui arrebatado al tercer cielo”. Sin embargo, él habla de un hombre, el cual subió hasta
el tercer cielo, Pablo no sabe si fue en espíritu o en la carne que fue llevado hasta ese lugar, que
posteriormente le llama el paraíso, y seguramente ahí radica la duda.

Los tres cielos


Hasta el día de hoy hemos entendido que la Biblia habla de tres cielos, creemos que son los
siguientes:

El primer cielo
Este término es aplicable a toda la atmósfera terrestre, por eso le llamamos “el cielo
atmosférico”, es donde vuelan las aves: “ni en forma de cualquier animal que esté en la tierra, ni en
forma de cualquier ave alada que vuele en los cielos” (Deuteronomio 4:17, lea Génesis 1:20; 2:19;
Mateo 6:26). El cielo atmosférico es donde se forman las nubes, el roció y el granizo (Job 38:29; Isaías
55:10; Hechos 14:17; Génesis 7:11). Es donde soplan los vientos y torbellinos (Salmo 78:26; 2º Reyes
2:11).

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Segundo Cielo
Hemos llamado “sideral” al segundo cielo, en este se encuentran los cuerpos celestes, tales
como: El sol, la luna, las estrellas y las constelaciones. Todos estos cuerpos celestes están sujetos a
leyes que Dios les puso como expresa el profeta Jeremías (31:35-37): “Así ha dicho Jehovah, quien da
el sol para luz del día, y la luna y las estrellas para luz de la noche, el que agita el mar de manera que
rugen sus olas—Jehovah de los Ejércitos es su nombre—: Si esas leyes faltasen delante de mí, dice
Jehovah, entonces la descendencia de Israel dejaría de ser nación delante de mí, perpetuamente. Así
ha dicho Jehovah: Si se pueden medir los cielos arriba y se pueden explorar los cimientos de la tierra
abajo, entonces yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice Jehovah”.
También el libro de Job (38:33) expresa de lo siguiente: “¿Conoces las leyes de los cielos? ¿Podrás
establecer su dominio en la tierra?”.

Por su parte, Moisés llama “ejército del cielo” a todos estos astros: “No sea que al alzar tus ojos
al cielo y al ver el sol, la luna y las estrellas, es decir, todo el ejército del cielo, seas desviado a
postrarte ante ellos y a rendir culto a cosas que Jehovah tu Dios ha asignado a todos los pueblos de
debajo del cielo.” (Deuteronomio 4:19; lea los versículos siguientes Isaías 13:10; 1ª Corintios 15:40,
41). Leer también las citas de Génesis 1:16, 17; Mateo 24:29.

Tercer Cielo
Se supone que en el tercer cielo está Dios (digo se supone, por lo que a continuación explicaré):
Comenzaré considerando que al ser espíritu Dios no necesita de un cielo, ya que Él es un Ser
Omnisciente, Omnipresente, esto significa que Él está en todas partes, si Dios se encuentra en un solo
sitio y este es llamado el tercer cielo, entonces limitaríamos su “presencia” y esto estaría en desacuerdo
con lo que establece la misma Biblia. Es muy cierto que hay versículos como los que menciono a
continuación que dejan ver que Él se encuentra únicamente en el tercer cielo:
“Entonces escucha en los cielos, el lugar de tu morada, su oración y su plegaria, y ampara su
causa.” (1º Reyes 8:49);
“Yo salí de la presencia del Padre y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo y voy al
Padre.” (Juan 16:28);
“Porque Cristo no entró en un lugar santísimo hecho de manos, figura del verdadero, sino en
el cielo mismo, para presentarse ahora delante de Dios a nuestro favor” (Hebreos 9:24).
Estos versículos no contradicen de ninguna manera lo que la misma Biblia establece ni mucho
menos podemos negar la Omnipresencia de Dios, ya que encontramos lo siguiente: “¿Ocultaráse
alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No hincho yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?”
(Jeremías 23:24) ¿Qué debemos entender con que Dios hincha los cielos y la tierra? ¿Acaso no da a
entender este versículo que Dios lo ve todo?
“Oh Jehovah, tú me has examinado y conocido. Tú conoces cuando me siento y cuando
me levanto; desde lejos entiendes mi pensamiento. Mi caminar y mi acostarme has
considerado; todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi
lengua, y tú, oh Jehovah, ya la sabes toda. Detrás y delante me rodeas y sobre mí pones
tu mano. Tal conocimiento me es maravilloso; tan alto que no lo puedo alcanzar. ¿A
dónde me iré de tu Espíritu? ¿A dónde huiré de tu presencia? Si subo a los cielos, allí
estás tú; si en el Seol hago mi cama, allí tú estás. Si tomo las alas del alba y habito en el
extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si digo: "Ciertamente,
las tinieblas me encubrirán, y se hará noche la luz que me rodea," aun las tinieblas no
encubren de ti, y la noche resplandece como el día. Lo mismo te son las tinieblas que la
luz.” (Salmo 139:1-12);
“El Seol está desnudo delante de Dios, y el Abadón no tiene cubierta” (Job 26:6);
“Porque los ojos de Dios están sobre los caminos del hombre; él puede ver todos sus
pasos. No hay tinieblas ni oscuridad para que allí se puedan esconder los que hacen
iniquidad.” (Job 34:21, 22);
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“El Seol y el Abadón están delante de Jehovah; ¡cuánto más los corazones de los
hombres!” (Proverbios 15:11);
“Aunque caven hasta el Seol, de allá los tomará mi mano. Si suben hasta los cielos, de
allá los haré bajar.” (Amós 9:2);
“No existe cosa creada que no sea manifiesta en su presencia. Más bien, todas están
desnudas y expuestas ante los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.” (Hebreos
4:13).

¿Alguien podrá negar la Omnipresencia de Dios? Es imposible que el hombre se esconda de Dios
y del escrutinio de su Palabra. Por lo tanto Dios está en los cielos, Dios está en medio de sus huestes,
pero eso no le impide estar observando nuestras vidas, el escritor del libro de Crónicas dice: “Pero, ¿es
verdad que Dios ha de habitar con los hombres sobre la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los
cielos no te pueden contener. ¡Cuánto menos este templo que he edificado!” (2º Crónicas 6:18).
Por lo tanto, Dios está en el primer cielo, está en el segundo, está en el tercer cielo y aún está en
medio de todos nosotros. ¿Acaso habrá alguien que pueda ocultarse de Dios? ¿Dónde será ese lugar?…
¿Dónde podremos estar que Dios no nos vea? Por lo tanto el tercer cielo es el lugar donde sus huestes
celestiales le dan pleitesía al Eterno Dios; es decir, ahí se están los ángeles, arcángeles, serafines y
querubines, y el Hijo de Dios se encuentra ahí, pero Dios está en todas partes observando todas
nuestras acciones buenas o malas y no podremos mentirle cuando el juzgue a cada uno de nosotros:
“Si dices: "En verdad, no lo supimos," ¿no lo entenderá el que examina los corazones? El que vigila tu
alma, él lo sabrá y recompensará al hombre según sus obras.” (Proverbios 24:12).
Es indudable que cuando las Escrituras hacen alusión al trono de Dios se refiere a este tercer
cielo, por ejemplo: “Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos: Santificado sea tu
nombre” (Mateo 6:9) ¿A cuáles de los tres cielos se refiere este versículo? “Pero acerca de aquel día o
de la hora, nadie sabe; ni siquiera los ángeles en el cielo, ni aun el Hijo, sino sólo el Padre” (Marcos
13:32) ¿En qué cielos se encuentran los ángeles? “Tú eres Jehovah; tú hiciste los cielos, los cielos de
los cielos y todo su ejército, la tierra y todo lo que hay en ella, los mares y todo lo que en ellos hay. Tú
sostienes con vida a todos; los ejércitos de los cielos te adoran.” (Nehemías 9:6). ¿En qué cielos se
encuentran adorando a Dios? Este mismo cielo es al que ascendió Jesucristo y de ese cielo ha de
descender por segunda vez (Hechos 1:11; 1ª Tesalonicenses 4:16). De manera que El Todopoderoso
es “Dios de los cielos” (Jonás 1:9), o “Jehovah el Dios de los cielos” (Esdras 1:2), en esos cielos se
encuentra la gloria de Dios, pero Dios llena los cielos, de los cielos, de los cielos.

¿En qué cielos se encuentra los ángeles?


No podemos negar que Dios tiene un lugar especial en donde se encuentran las cortes celestiales
adorando día y noche al Dios Eterno, un ejemplo es el que se encuentra en Isaías 6:1-3, pero los seres
que componen las cortes no son unos cuantos, Juan el teólogo dice que son millares de millares los
que sirven a Dios (Apocalipsis 5:11). Estos no son Omnipresentes, por lo tanto ellos si necesitan de un
lugar especifico en donde puedan estar honrado y adorando al único Dios verdadero (Génesis 28:12;
Daniel 7:10; Lucas 2:13).

En ese tercer cielo se encuentra la “gloria de Dios”, Jesús le dijo a Marta “…—¿No te dije que si crees
verás la gloria de Dios? (Juan 11:40). Esteban vio la gloria de Dios: “Pero Esteban, lleno del Espíritu
Santo y puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba de pie a la diestra de
Dios. Y dijo: —¡He aquí, veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios!”
(Hechos 7:55, 56). Lo que Jesús dijo que vería Marta es la “gloria de Dios”, y Esteban vio la “gloria de
Dios”. ¿Qué es la gloria de Dios? La palabra Gloria en Griego es “δόξα dóxa” y de acuerdo al Léxico
Griego-Español del NT de A.Tuggy, Ed. Mundo Hispano nos dice: “G1391- δόξα, Gloria, grandeza,
esplendor, magnificencia, señorío, honra, honor, alabanza, resplandor”. De acuerdo a esta definición,
Esteban vio un resplandor, pero Dios no se puede encontrar en un trono, en una silla, Dios está en

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todo lugar. Lo que Esteban vio fue una parte muy mínima de lo que realmente es Dios, mediante la
simbolización de su poder, además esta fue una visión (1º Reyes 19:11-13), provocada por un estado
de éxtasis resultado del estado de dolor extremo. Así que Dios se ha mostrado de una forma mínima
de lo que verdaderamente es, el Hijo de Dios es el que puede expresar que lo conoce. Dios lo llena
todo, no podemos imaginarnos lo grande, lo inmenso que es nuestro Creador, al cual sea la gloria y la
alabanza, bendito sea Él por los siglos de los siglos.

¿Cómo fue qué subió Pablo (sí es que subió) hasta ese tercer cielo?
No podemos afirmar que Pablo haya subido físicamente hasta donde se encuentra el trono de
Dios, ya que David dijo: “Los cielos de los cielos son de Jehovah; pero él ha dado la tierra a los hijos
del hombre.” (Salmo 115:16) Y el profeta Isaías dice que la tierra fue hecha para ser habitada: “Porque
así ha dicho Jehovah —el que ha creado los cielos, él es Dios; el que formó la tierra y la hizo, él la
estableció; no la creó para que estuviera vacía, sino que la formó para que fuera habitada—: "Yo soy
Jehovah, y no hay otro” (Isaías 45:18). El único que descendió de los cielos y ascendió es Jesucristo,
pero ningún mortal ha podido ni podrá penetrar los cielos donde se encuentra el trono de Dios (Juan
3:13).

Ahora, si Pablo entró al tercer cielo, lo tuvo que hacer como lo hizo Juan el teólogo, por ejemplo
en Apocalipsis 4:1, 2 [RV1909] dice: “Después de estas cosas miré, y he aquí una puerta abierta en el
cielo: y la primera voz que oí, era como de trompeta que hablaba conmigo, diciendo: Sube acá, y yo te
mostraré las cosas que han de ser después de éstas. Y luego yo fuí en Espíritu: y he aquí, un trono que
estaba puesto en el cielo, y sobre el trono estaba uno sentado.” De manera que, esta es la única
manera que el mortal podrá entrar al cielo, en espíritu, a través de una visón, pero nunca físicamente.

De manera que los tres cielos, a los cuales nos referimos, son: atmosférico, astral y donde se
encuentra el trono de Dios, esto ha sido avalado por un concilio de la Iglesia de Dios (Israelita),
pero leamos con mucho cuidado la forma de cómo se redactó el acuerdo: El acuerdo conciliar
número 39 del concilio de 1979 dice así:

“Que los tres cielos que son mencionados en la Biblia son tres cielos literales, pues así
los consideran los judíos. Pero que así como los diferentes términos de nuestra lengua,
también tienen su sentido figurado.”
Los tres cielos interpretados como figura de retórica
Si usted lee cuidadosamente este acuerdo conciliar, nos dice que los tres cielos, son literales,
pero que también tienen un significado figurado, ¿Cuál sería ese significado figurado? Su servidor
recibió los primeros conocimientos bíblicos y doctrinales por el Min. Joel Linares Suárez y varias
veces le escuché explicar dicho tema, y no contento con esto investigué con otros hermanos del
ministerio y me hicieron saber exactamente lo mismo, esto es lo que creemos: Leyendo lo que dice 2ª
Pedro 3:5-7 dice: “Pues bien, por su propia voluntad pasan por alto esto: que por la palabra de Dios
existían desde tiempos antiguos los cielos, y la tierra que surgió del agua y fue asentada en medio del
agua. Por esto el mundo de entonces fue destruido, inundado en agua. Pero por la misma palabra, los
cielos y la tierra que ahora existen están reservados para el fuego, guardados hasta el día del juicio y
de la destrucción de los hombres impíos”. Pedro está diciendo que el mundo antiguo, fue destruido por
los medios ya mencionados; el diluvio no aniquiló al mundo antiguo, sino que lo dejó en ruina. La
gente mala y los animales murieron ahogados, perdiendo así su vida física antes de tiempo. El texto en
versión de las Américas dice: “Cierto ellos ignoran voluntariamente, que los cielos fueron en el
tiempo antiguo…”. De esta manera entendemos que cuando se dice los cielos que fueron, se
refiere al periodo de tiempo que abarca desde la creación hasta el diluvio, y se intuye que: estos cielos
y esta tierra perecieron. Pero el versículo 7, habla de los “cielos actuales” (LBLA); “ahora cielos” o “mas
los cielos de ahora y la tierra” [Reina Valera 1909, AF, Dios Habla Hoy, Nacar Colunga, etc.]: Significa
entonces que figuradamente los cielos y la tierra que perecieron por medio del diluvio, se refiere la

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gente que vivió en ese periodo, al que ya hemos hecho mención. Por lo tanto, cielos en esta cita de la
Biblia representa a los reinos humanos estando en su plenitud, de manera que los seres humanos de
ese entonces perecieron por medio de las aguas.

El Segundo cielo y la tierra, se refieren al mundo, a la gente que ha vivido desde el diluvio
hasta nuestros días, pero ¿Cuándo han de ser destruidos esta tierra y estos segundos cielos? Pedro nos
dice así: “Mas los cielos que son ahora (Segundos), y la tierra, son conservados por la misma palabra,
guardados para el fuego en el día del juicio, y de la perdición de los hombres impíos” (2ª Pedro 3:7
[Reina Valera 1909]). Así como Dios dice por su palabra que fueron creados los cielos y la tierra, así
como con su palabra fue derramado un diluvio y destruyó a la humanidad de ese tiempo, guardando a
ocho personas, así ha de destruir estos cielos y esta tierra con fuego a la orden del Todopoderoso. Esto
se va a llevar a cabo al final de los mil años. Entonces vendrán a establecerse unos nuevos cielos.

Pero hay una pregunta: ¿Con qué clase de fuego? Nosotros tenemos conocimiento de un fuego
con el cual calentamos nuestros alimentos, puede ser hecho con leña, gas, u otra forma, sin embargo,
ese fuego nunca podría destruir a Satanás ya que él es un espíritu (Éxodo 35:2); hay un fuego de parte
de Dios que sirvió para que los hijos de Israel pudieran caminar aun de noche por el desierto, y aun
podemos decir que era para mantenerse con una temperatura ideal… (Números 9:15; Salmo 78:14;
105:39). Sin embargo, el fuego con el cual purificara la tierra después de los mil años va a tener el
poder no solamente de purificación sino aun de destruir a todo espíritu que no se haya sujetado a la
voluntad de Dios, de ese fuego, Dios nos ha de proteger, por eso dice Isaías (43:2) “Cuando pases por
las aguas, yo estaré contigo; y cuando pases por los ríos, no te inundarán. Cuando andes por el fuego,
no te quemarás; ni la llama te abrasará”. Por lo tanto este fuego debe de ser especial.

Surge otra pregunta ¿Cómo sabía Juan que la tierra sería destruida con fuego? La respuesta la
tenemos en las palabras de Jesús: “Y cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la
verdad; pues no hablará por sí solo, sino que hablará todo lo que oiga y os hará saber las cosas que
han de venir” (Juan 16:13).
¿Cuándo serán destruidos los segundos cielos y la tierra?
Por lo que nos dice la segunda carta de Pedro 3:7, esos cielos son conservados para el fuego en
el día del juicio, y de la perdición de los hombres impíos. ¿Cuándo van a ser destruidos los impíos?
Apocalipsis 20:4-6 nos dice que al final de los mil años. Entonces será derramado fuego del cielo y
todos los impíos serán destruidos, entonces se establecerán los nuevos cielos y la nueva tierra así lo
dice el libro de Apocalipsis 21:1: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la
primera tierra pasaron, y el mar ya no existe más”. [RV] Y el profeta Isaías lo reitera: “Porque he aquí
que yo creo cielos nuevos y tierra nueva. No habrá más memoria de las cosas primeras, ni vendrán
más al pensamiento” (Isaías 65:17) “Porque como permanecerán delante de mí los cielos nuevos y la
tierra nueva que yo haré, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre, dice Jehovah”
(Isaías 66:22). Estos cielos serán destruidos cuando se establezca el reino eternal. Cuando únicamente
sean mantenidos en este reino los justos, los que han obedecido y puesto en práctica la voluntad de
Dios.

De manera que cuando Pablo habla del tercer cielo, en una forma figurada puede entenderse al
reino Eternal. Aunque es válido hacer notar que algunos piensan que se refiere al reino milenial y otros
al reino Eternal. Sin embargo si nos apegamos a las Escrituras y al simbolismo, entonces lo correcto
sería afirmar que sería el tiempo cuando se establezcan la restauración de los cielos y la tierra nueva.
Entonces de ahí en adelante sería el “tercer cielo” y estos van a entrar en vigor en el momento en que
se establezca el reino Eternal.

Es muy cierto que tanto en el reino milenial como en la eternidad no sabemos cómo será, Pablo
nos dice apoyándose en el profeta Isaías los siguiente: “Más bien, como está escrito: Cosas que ojo no

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vio ni oído oyó, que ni han surgido en el corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los
que le aman.” (1ª Corintios 2:9) Y si lo que sabemos del milenio es poco, ¿Cuánto realmente sabemos
de la eternidad? Nada. La Biblia no nos habla nada sobre la eternidad, salvo lo que está escrito en
Apocalipsis 21 y 22.

Así que el tercer cielo, a donde Pablo llegó, se puede deducir que fue llevado hasta el reino
eterno en el cual escuchó palabras que no eran fáciles de ser expresadas. Para explicar esta parte
pongo el siguiente ejemplo: ¿Cómo pudiéramos explicarle a un ciego de nacimiento lo que es un árbol,
una flor, un color, si nunca ha podido ver nada de eso?, sería difícil. Creo que Pablo al entrar en esa
visión vio cosas que son difíciles de poder explicar a los creyentes y de compararlas.

Pero entonces ¿Qué vamos a entender por paraíso? Es muy cierto que este tercer cielo, Pablo le
llama “paraíso” o al menos así lo podemos deducir. Si nosotros nos introducimos en el milenio, nos
podemos dar cuenta que el milenio se convertirá en un verdadero paraíso, y no dudamos que también
la eternidad.

¿Qué se entiende por paraíso?


La palabra paraíso aparece en el Nuevo Testamento solamente en 1ª Corintios 12:4 y Lucas
23:43 y Apocalipsis 2:7. En el AT Salomón utilizo el termino de “pardés” (Eclesiastés 2:5; Cantares
4:13) para dar a entender un jardín o parque, de ahí que muchos lexicógrafos opinan que se debe de
traducir como jardín o parque. También se dice que en la lengua persa y documentos del siglo VI a.
E.C., se habla de la palabra “pairidaeza” y también se entiende como parque o jardín. Y en Griego es
“páradeisos” que trasmite la idea de Jardín o parque hermoso (Diccionario Certeza; Diccionario Bíblico
J.D. Douglas, Merrill C. Tenney. EDITORIAL MUNDO HISPANO). Los tres versículos que citan la palabra
“paraíso” en el NT, hablan de cosas distinatas, en ninguno de los tres debemos de entender que se
habla de lo mismo, lo explicaré:

Como ya dejamos asentado, el paraíso que menciona Pablo en la primera carta a los Corintios
habla de un tiempo en el cual fue trasladado Pablo, donde se le permitió ver y oír cosas que no
conciernen al hombre mortal, por no ser parte de la revelación de Dios al hombre. También puede
significar el tercer cielo donde se encuentra el trono de Dios y en una forma de visión fue hasta ese
lugar como lo hizo el apóstol Juan.

En cuanto al paraíso que menciona Jesucristo al ladrón, SIGNIFICA SU IGLESIA. Hasta el día de
hoy la Iglesia de Dios (Israelita) cree que el paraíso que Jesucristo le menciona al ladrón es la
Iglesia, por las siguientes razones: Jesús le dijo al ladrón: “… De cierto te digo, que hoy estarás
conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43 [RV1909]). Primero, es necesario señalar que este versículo está
mal traducido. Pero veamos su explicación: si tomamos el versículo tal como dice, muchos piensan que
el paraíso es el cielo, la pregunta sería ¿Jesús al morir se fue al cielo? La respuesta es NO, él bajó a la
sepultura “Dícele Jesús: No me toques: porque aun no he subido á mi Padre: mas ve á mis
hermanos, y diles: Subo á mi Padre y á vuestro Padre, á mi Dios y á vuestro Dios” (Juan 20:17).
Entonces ¿Jesús le mintió al ladrón? No. Más bien este versículo está mal traducido ¿Cómo debe de ser
traducido este versículo? Todos los que tienen conocimiento del griego, expresan que la forma correcta
de traducir este versículo es la siguiente y es así como nosotros la debemos de entender: “Y él le dijo:
“Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en el Paraíso” (Lucas 23:43). En ese momento Jesús le
está diciendo que él estaría en el paraíso: “Te digo hoy…”, que estarás conmigo en el paraíso. Es
perfectamente entendible de esta manera.

¿Qué dio a entender Jesús como paraíso? De acuerdo a lo que nos dice Isaías 51:3 [RV1909]:
“Ciertamente consolará Jehová á Sión: consolará todas sus soledades, y tornará su desierto como
paraíso, y su soledad como huerto de Jehová; hallarse ha en ella alegría y gozo, alabanza y voz de
cantar”. Ya dijimos que un paraíso es un huerto, y en ese huerto hay árboles, los árboles están

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representando a los hombres, en este caso a todos los justos. “A ordenar á Sión á los enlutados, para
darles gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar del luto, manto de alegría en lugar del espíritu
angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya” (Isaías 61:3
RV1909) De manera que lo que Jesús le está diciendo al ladrón, simplemente por haber creído en él y
haber mostrado arrepentimiento, le dijo que él está formando parte de ese plantío de Jehová, de ese
paraíso, que no es otra cosa que su pueblo (Iglesia) que estará en el milenio. (Mas adelante hare un
estudio sobre la forma en que se salvo el ladrón sin necesidad de bautizarse).

Ahora bien, el paraíso que hace mención el libro de Apocalipsis 2:7: “El que tiene oído, oiga lo
que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venza le daré de comer del árbol de la vida que está en medio
del paraíso de Dios”. Este versículo debe de entenderse de una forma figurada, ya que la vida eterna
de acuerdo a este versículo la obtenemos comiendo del árbol de la vida el cual se encontraba en el
paraíso. La vida eterna la vamos a obtener haciendo la voluntad de Dios. Debemos de recordar que
Adán y Eva fueron sacados literalmente del paraíso, porque podrían nuevamente tener la vida si
comían del fruto del árbol de la vida y vivir para siempre.

Decimos que este versículo debe de ser tomado en una forma figurada ya que para estar en ese
paraíso primero es necesario resucitar, y no se deja ver que para resucitar es necesario comer del árbol
de la vida. Si resucitamos es como si estuviéramos comiendo del árbol de la vida. Otros han dicho que
el árbol de la vida es Jesús del cual comemos y este es el que nos da la vida (Juan 6:51-55). Pero esa
promesa son a los que han salido victoriosos, y esto se puede saber hasta que morimos. Es cierto que
en Apocalipsis (22:2) se habla de un árbol que ha de servir para la sanidad de las naciones, y que
hemos dicho que tiene que ser literal, pero en Ezequiel habla del reino milenial y ahí dice: “Junto al río,
en sus riberas de una y otra parte, crecerá toda clase de árboles comestibles. Sus hojas nunca se
secarán, ni sus frutos se acabarán; cada mes darán sus nuevos frutos, porque sus aguas salen del
santuario. Sus frutos servirán para comida, y sus hojas para medicina" (Ezequiel 47:12). Ezequiel no
habla de un árbol sino de muchos árboles… sin embargo, hemos dichos que habla del árbol de la vida.

Cada Iglesia que menciona el libro de Apocalipsis capítulo 2 y 3 dan al final una promesa de vida
eterna la cual debe de ser razonada para saber si es literal o simplemente nos habla de una forma
figurada. Ahora si es simplemente una promesa de comer, es indudable que el árbol de la vida va estar
en el reino y quienes tengan acceso a ese lugar podrán comer literalmente de ese árbol, pero no para
alcanzar la vida eterna, ya que la vida eterna se obtiene desde el momento en que resucitamos.

Conclusión:
De manera que, los tres cielos que menciona Pablo se han entendido de dos formas: literalmente y
figuradamente. Los cielos literalmente hablando serían, el atmosférico, sideral y donde está el trono de
Dios. Los cielos figuradamente serían tiempos en los cuales hubo personas y que fueron destruidas
hasta que se establezca el único reino de Dios, estos son: De la creación de Adán hasta el diluvio, del
diluvio hasta que termine los mil años y el tercer cielo o los nuevos cielos y tierra nueva será hasta que
se establezca el reino eternal. Queridos hermanos, debemos de esforzarnos en esta vida para poder
lograr estar en el reino de Jesucristo y en el reino eternal, esto requiere sacrificio y voluntad, si nos
limpiamos con la palabra de Dios lo lograremos.

Hermanos, espero que haya quedado clara la respuesta. Dios les bendiga a ustedes y a su familia.

Su hermano en Cristo Min. J. Enrique Pérez L.

México D.F., a 28 de agosto del 2011.

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