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El documento habla sobre la importancia de tener a Dios como la fuente de alegría y esperanza, especialmente durante tiempos de crisis y calamidad. Aconseja que cuando los problemas golpeen o cuando nada esté seguro, la respuesta debe ser confiar en que Dios recogerá los pedazos y se apoderará de la persona. También discute cómo Cristo trae esperanza a la vida de los pecadores y llama a los creyentes a mantener la firmeza y confianza en Él.
El documento habla sobre la importancia de tener a Dios como la fuente de alegría y esperanza, especialmente durante tiempos de crisis y calamidad. Aconseja que cuando los problemas golpeen o cuando nada esté seguro, la respuesta debe ser confiar en que Dios recogerá los pedazos y se apoderará de la persona. También discute cómo Cristo trae esperanza a la vida de los pecadores y llama a los creyentes a mantener la firmeza y confianza en Él.
El documento habla sobre la importancia de tener a Dios como la fuente de alegría y esperanza, especialmente durante tiempos de crisis y calamidad. Aconseja que cuando los problemas golpeen o cuando nada esté seguro, la respuesta debe ser confiar en que Dios recogerá los pedazos y se apoderará de la persona. También discute cómo Cristo trae esperanza a la vida de los pecadores y llama a los creyentes a mantener la firmeza y confianza en Él.
fundamentales en la vida, los padres, su apoyo y respaldo sean quitados. Tenemos entonces, pidiendo misericordia y una consecuencia de no tener misericordia. La actitud de muchas personas ante la negativa de alguien sería: “así nos vamos”. Porque el hombre es así, tiende a acercarse donde calienta el sol, o donde recibe beneficios. La sociedad nos impulsa a movernos de ciudad en ciudad impulsados solamente por metas cegadas en el exitismo y el amor al dinero: donde está el trabajo allá estoy yo. Y no es que esté mal mudarse a un lugar donde sea ofrecido trabajo, por que de hecho el trabajo no tiene nada de malo, el asunto aquí es el corazón que sólo ama el trabajo y sus beneficios y no a quien ha creado el trabajo. ¿Cuál es la respuesta ante una gran calamidad que nos destruyera? El salmista dice: no importa, Dios me recogerá, Dios recogerá mis pedacitos [INTENCIÓN DEL TEXTO ASAF PROYECTADO], Jehová se apoderará de mi. Que potente y profunda declaración. No me importa nada, Jehová se apoderará de mi. Entonces, cuando los problemas golpeen tu puerta, cuando nada tengas seguro, cuando tu estabilidad y seguridad sean quitadas, cual será tu respuesta?. Si Dios es la fuente de tu alegría, podrás decir: aunque sea destruido, Dios me recogerá, Dios se apoderará de mi. Cuando la crisis de nuestro país nos llegue golpeando ferozmente, que diremos?. Un corazón profundamente enraizado en Dios por medio de Cristo tendrá su esperanza y gozo en el Dios que gobierna el mundo y su vida. I. Será mi esperanza que ordenará mis pasos (V. 11-14) Resulta absolutamente complejo guardar la calma cuando todo va mal. Es facil caminar por la senda iluminada, cuando el sol está radiante. Pero qué difícil es transitar por un lugar que no está iluminado. Nuestros pasos se vuelven torpes y se hace difícil avanzar. Podemos dar vueltas en círculos y caer una y otra vez con la misma piedra. Nuestra vida está llena de episodios en los cuales nos sentimos tan angustiados que no podemos ver claramente el camino. Cada quien puede dar testimonio de malas decisiones toda vez que han sido presa de la desesperación. El Señor llama a sus hijos a ser sobrios, nos llama a estar firmes y confiar en el, nos dice: “en el mundo tendréis aflicción pero confiad, yo he vencido al mundo” (Jn. 16.33). El asunto con el descontrol es que conduce nuestros pasos de manera alocada. Hay una razón por lo cual esto ocurre: cuando dejamos que la desesperación entre en nuestras vidas, le abrimos la puerta a algo que ostenta tomar el lugar que pertenece a Cristo. Y esto es lógico, puesto que Cristo viene a nuestras vidas precisamente a traernos esperanza. La misión más próxima de cristo en nuestra vida es la de traer esperanza a la vida de los pecadores que no tenían manera de salvarse. Cuando entra la desesperanza, entonces entra lo que Dios por medio de Cristo ya venció en la cruz y lo que abiertamente declara de manera contraria. Cristo es salvación, Cristo es esperanza, el Evangelio son buenas