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inculcar a los hijos la fe en el Dios verdadero.

Acá se nos propone que uno de los pilares


fundamentales en la vida, los padres, su apoyo y respaldo sean quitados. Tenemos entonces, pidiendo
misericordia y una consecuencia de no tener misericordia. La actitud de muchas personas ante la negativa
de alguien sería: “así nos vamos”. Porque el hombre es así, tiende a acercarse donde calienta el sol, o
donde recibe beneficios. La sociedad nos impulsa a movernos de ciudad en ciudad impulsados solamente
por metas cegadas en el exitismo y el amor al dinero: donde está el trabajo allá estoy yo. Y no es que esté
mal mudarse a un lugar donde sea ofrecido trabajo, por que de hecho el trabajo no tiene nada de malo, el
asunto aquí es el corazón que sólo ama el trabajo y sus beneficios y no a quien ha creado el trabajo. ¿Cuál
es la respuesta ante una gran calamidad que nos destruyera? El salmista dice: no importa, Dios me
recogerá, Dios recogerá mis pedacitos [INTENCIÓN DEL TEXTO ASAF PROYECTADO],
Jehová se apoderará de mi.
Que potente y profunda declaración. No me importa nada, Jehová se apoderará de mi. Entonces,
cuando los problemas golpeen tu puerta, cuando nada tengas seguro, cuando tu estabilidad y seguridad
sean quitadas, cual será tu respuesta?. Si Dios es la fuente de tu alegría, podrás decir: aunque sea
destruido, Dios me recogerá, Dios se apoderará de mi. Cuando la crisis de nuestro país nos llegue
golpeando ferozmente, que diremos?. Un corazón profundamente enraizado en Dios por medio de Cristo
tendrá su esperanza y gozo en el Dios que gobierna el mundo y su vida.
I. Será mi esperanza que ordenará mis pasos (V. 11-14)
Resulta absolutamente complejo guardar la calma cuando todo va mal. Es facil caminar por la
senda iluminada, cuando el sol está radiante. Pero qué difícil es transitar por un lugar que no está
iluminado. Nuestros pasos se vuelven torpes y se hace difícil avanzar. Podemos dar vueltas en círculos y
caer una y otra vez con la misma piedra. Nuestra vida está llena de episodios en los cuales nos sentimos
tan angustiados que no podemos ver claramente el camino. Cada quien puede dar testimonio de malas
decisiones toda vez que han sido presa de la desesperación. El Señor llama a sus hijos a ser sobrios, nos
llama a estar firmes y confiar en el, nos dice: “en el mundo tendréis aflicción pero confiad, yo he vencido
al mundo” (Jn. 16.33).
El asunto con el descontrol es que conduce nuestros pasos de manera alocada. Hay una razón por lo cual
esto ocurre: cuando dejamos que la desesperación entre en nuestras vidas, le abrimos la puerta a algo que
ostenta tomar el lugar que pertenece a Cristo. Y esto es lógico, puesto que Cristo viene a nuestras vidas
precisamente a traernos esperanza. La misión más próxima de cristo en nuestra vida es la de traer
esperanza a la vida de los pecadores que no tenían manera de salvarse. Cuando entra la desesperanza,
entonces entra lo que Dios por medio de Cristo ya venció en la cruz y lo que abiertamente declara de
manera contraria. Cristo es salvación, Cristo es esperanza, el Evangelio son buenas

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