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Venciendo los Leones que me separan de la visión de Mi Mismo -

SEMANA 2
DIA 8: - LA ORACION RESTAURA NUESTRAS VIDAS
“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia
y hallar gracia para el oportuno socorro.” (Hebreos 4:16)

Dios tiene secretos, los cuales revela a sus hijos; uno de ellos es la oración.

Con ella podemos ver y realizar maravillas, y milagros; podemos obtener el descanso y
la paz para nuestras almas; podemos cambiar los imposibles y recibir el bien que Dios
desea darnos.

Encontramos, además, que la oración es un secreto restaurador, porque en la


presencia de Dios siempre hallamos el agua de vida que quita nuestra sed, y hace
florecer nuestro desierto personal. (Juan 4:14)

No importa que situación estemos pasando; por difícil que sea, sin importar qué
profundidad tenga, si hacemos de la oración nuestra herramienta para cambiar,
restaurar, y sanar, todo será diferente. En las manos de Dios hay esperanza para todo
y para todos.

La principal actitud con la que debemos llegar a la presencia de Dios es la humildad; es


decir, debemos reconocer a plenitud la gran necesidad que tenemos de presentarnos
ante Él, llegar con todas nuestras debilidades, heridas y balances negativos, para
dejarnos sanar, dispuestos a seguir sus instrucciones. (1ra. Pedro 5: 6 – 7)

La humillación, el arrepentimiento, la búsqueda de Dios y la conversión de nuestros


caminos errados, constituyen el paso a seguir, que Él mismo establece, para que
nuestras vidas sean limpias y sanadas.

APLICACIÓN TEOTERÁPICA

La Biblia registra muchos ejemplos de vidas que fueron restauradas a través de la


oración; hermosas y conmovedoras historias de hombres y mujeres que encontraron en
el Señor “oportuno socorro”, cuando sus vidas atravesaban por momentos de crisis que
parecían irreversibles.

Por eso, el Señor nos invita a buscarlo, como nos enseña Isaías 55:6 “Buscad a
Jehová mientras pueda ser hallado, llamadle en tanto esta cercano.”

ENEMIGO A VENCER HOY: “rechazo”


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SEMANA 2
DIA 9: SOLO DIOS NOS PUEDE CAMBIAR

“Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la
grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán
a ser como blanca lana.” (Isaías 1:18)

Cuando pecamos, nos sentimos sucios, manchados y muchas veces pensamos que
estas manchas serán permanentes. La verdad sólo Dios puede quitarlas de nosotros, al
igual que como lo prometió a los israelitas. No tenemos porque ir por la vida sucios y
manchados para siempre.

La manera de hacerlo es acercándonos a Dios a través del arrepentimiento genuino, la


confesión y la oración. Dios mismo nos invita a acercarnos a su presencia a través de
la oración, para obtener restauración en nuestras vidas.

Toda persona que se acerque al Señor, no quedará defraudada. Entonces no sigamos


llevando más a nuestras espaldas las cargas de aflicción. Dejemos que Él las tome y
las sane. (Mateo 11:30)

Recordemos como Dios restauró la vida de Pedro. Este singular hombre pasó por
difíciles momentos, que a ninguno le gustaría vivir, como producto de su carácter
impulsivo, emocional e inestable; negó tres veces al Señor. ¿Cómo se sintió Pedro con
Dios y consigo mismo? Posiblemente creyó que no tenía perdón de Dios y que había
sido desechado para servirle.

Sin embargo, en medio de su crisis interior buscó a Dios en oración. Su llanto


comunicaba todo su arrepentimiento, y comenzaba el proceso de restauración de una
manera maravillosa.

Cuando Jesús resucitó, un ángel del Señor dijo a las primeras mujeres que
presenciaron el acontecimiento: “…decid a sus discípulos (entre ellos Pedro) que ha
resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros…” (Mateo 28:7). Jesús le
envió un mensaje personal. Con esto le estaba diciendo que su amor por él no había
cambiado, que le perdonaba y que aún formaba parte de sus planes.

APLICACIÓN TEOTERÁPICA

Quizás hoy podemos sentirnos derrotados como Pedro, pero a través de la oración
encontraremos el mejor método para que Dios restaure nuestra vida, y podamos
experimentar el perdón, la sanidad y la victoria total en nuestro ser.

ENEMIGO A VENCER HOY: “auto-compasión”


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SEMANA 2
DIA 10: ERRORES COMUNES
“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte cuando fuere
tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.”
(1 Pedro 5:6-7)

Los seres humanos somos propensos a caer en el error de creer que por nuestro nivel
de educación, logros personales, o campo de desarrollo social, merecemos
reconocimiento por lo que hagamos, viviendo en función de recibir el halago y honra de
los demás.

Pedro nos exhorta a que sin importar la circunstancia que vivamos en el presente,
asumamos una actitud de humildad, esperando del Señor el tiempo de
reconocimientos, exaltación y recompensa.

Cuando confiamos plenamente en Dios, cedemos a Él nuestros temores, problemas


diarios, y todo aquello que nos pueda llevar a dudar de lo que es para nuestra vida la
voluntad de Dios.

Si no lo hacemos así, entonces no estamos siendo humildes y caemos en el segundo


error: creer que por nuestras capacidades y talentos podemos alcanzar cualquier
objetivo o meta que nos propongamos.

Dios está en nuestra vida justamente para hacernos saber que sin Él no somos nada;
debemos reconocer que Él está siempre ahí “listo para ayudarnos”. La humildad
desafortunadamente no adorna la vida de la mayoría de las personas; por lo tanto, nos
es difícil reconocer y aceptar el amoroso cuidado de Dios.

Nuestro ego y autosuficiencia nos impiden recibir este maravilloso regalo; y en


ocasiones hasta rechazar el que otros de nuestra familia nos presten ayuda. No
seamos necios. A pesar de nuestra dureza y terquedad, Dios está interesado en
levantarnos y en aligerar nuestras cargas. (Juan 15:5)

APLICACIÓN TEOTERÁPICA

Ver esta actitud de Dios hacia mí y hacia las situaciones que vivo, me debe llevar a
tomar acciones claras de cambio; dejar la pasividad y el conformismo de creer que:
“Soy así, y ya no puedo cambiar”, “yo soy así y así me quedo”.

Al tener una clara visión de quiénes somos y de lo qué somos para Dios, viviremos una
vida de sujeción y sostenimiento a la perfecta voluntad de quien controla todas las
circunstancias.

ENEMIGO A VENCER HOY: “conformismo”


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SEMANA 2
DIA 11: EL PERMANENTE CUIDADO DE DIOS
“echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.” (1
Pedro 5:7)

En el transcurso de la vida es frecuente encontrarnos con situaciones, que pueden


sacarnos de nuestra habitual calma.

Cuando recibimos a Cristo como Señor y Salvador, nos acogemos a la buena nueva de
no ser ya nosotros los que vivimos, sino que es Jesús el que comienza a vivir nuestra
vida, pero a pesar de conocer esto, no disfrutamos el descanso que Él nos da, y esta
verdad parece diluirse, comenzando entonces a vivir situaciones de estrés y
desasosiego. (Gálatas 2:20)

Debemos tener claro que por mucho que nos esforcemos NUNCA podremos tener bajo
control TODAS las circunstancias que se presenten en nuestra vida y en la de los que
amamos; a pesar de todo lo que hagamos, siempre hay algo que se sale de nuestras
manos.

El ejemplo más común es el de preocuparnos por nuestros hijos cuando estos salen,
viajan o se enferman; tenemos que asumir que por mucho que los protejamos siempre
estarán expuestos a sufrir algún percance y ésto no debe ser motivo para que la paz
nos abandone. La clave para disfrutar la vida es entender lo que dice 1ra. Pedro 5: 7,
Dios está al mando y tiene cuidado de nosotros.

Hay situaciones, lugares y personas que nos permiten comprender que definitivamente
y sin lugar a otra alternativa necesitamos depender de Dios, entregándole nuestra vida
y familia.

Reconocer nuestra necesidad y pedir ayuda, requiere de humildad, la misma que


muchas veces no tenemos. Hay otro elemento que no nos deja entender y disfrutar el
amoroso cuidado de Dios: el pecado; pensar que por causa del mismo, nuestros
problemas no le interesan a Él.

APLICACIÓN TEOTERÁPICA

No debemos caer en la trampa del enemigo y sucumbir a su engaño. Dios solo espera
que nos volvamos a Él para llevar nuestras cargas. Actuemos y no vivamos de forma
pasiva viendo como pasa la vida. Recordemos algo importante: “DEBEMOS
SOMETERNOS NO A LAS CIRCUNSTANCIAS, SINO A QUIEN CONTROLA LAS
CIRCUNSTANCIAS.”

ENEMIGO A VENCER HOY: “auto-condena”


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SEMANA 2
DIA 12: LA ESENCIA DE LA BENDICION
“Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga
de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.” (Números 6:24-26)

La bendición verdadera no es simplemente el equivalente a la prosperidad económica,


las posesiones o el éxito.

En el Nuevo Testamento, el término más usado al trasmitir bendición viene del vocablo
griego, de donde nacen nuestras palabras elogio y elogiar. Literalmente significa hablar
bien de… o expresar alabanza. Este tipo de bendición consistía en invocar de forma
verbal, el poder de Dios en la vida de otro.

Una bendición es la forma de pedir que el favor divino de Dios repose sobre nosotros.
A través de este pasaje entendemos lo que debe ser una bendición:

 El deseo que Dios nos dé su favor y protección.


 Que seamos complacidos.
 Se apiade y compadezca de nosotros en la debilidad.
 Nos dé su aprobación ante lo que emprendamos.
 Nos dé su paz.
La esencia de la bendición de Dios radica en la seguridad de que le pertenecemos y
que Él se deleita en ello con nosotros. Conocer ésto es motivo suficiente para que
experimentemos hoy la más suprema satisfacción y realización personal; ésto es lo que
significa poseer la bendición de Dios.

APLICACIÓN TEOTERÁPICA

Ser una persona bendita es conocer, sentir y disfrutar de la seguridad que sólo Dios da.
Es la experiencia de sentirnos escogidos, protegidos, valorados y amados por Él.
(Isaías 43:1)

ENEMIGO A VENCER HOY: “depresión”


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SEMANA 2
DIA 13: EXPERIMENTANDO SALUD TOTAL
“Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.” (Salmo 147:3)

Muy bueno conocer que tenemos un Dios, que está interesado en nuestro bienestar.
Un Padre amoroso, que nos recibe como hijos necesitados, nos abraza, sana nuestras
heridas y enjuga nuestras lágrimas, esperando luego que le sonriamos, llenos de cariño
y gratitud.

Dios cicatriza todas nuestras heridas, mengua nuestro dolor y nos hace ver las
dificultades como verdaderos trampolines hacia la victoria. Todos los seres
humanos necesitan ser tratados por el “médico por excelencia”, presentándose delante
de Él cada día, anhelando su presencia y buscándola incesantemente.

Aprender a deleitarme cada momento de mi vida en sus tiernos brazos, es el primer


paso hacia una restauración total. (Salmo 37:4)

Al deleitarnos en su presencia cada día, aprendemos a confiar, descansar y a creer


que ninguna dificultad, por grande que sea, tiene el tamaño de Dios; entonces
podemos extasiarnos en Su compañía experimentando gozo y fortaleza, adquiriendo
una dimensión de dominio sobre cualquier problema, esperando con certeza la pronta
respuesta que vendrá.

Aprendamos a dejar nuestras cargas en las manos de Dios; descansemos en Él;


permitámosle actuar; dejemos de oír la voz del desanimo, la preocupación o la derrota.
(Salmo 37: 5)

Finalmente pongamos nuestra fe en acción. Comencemos a pensar, actuar y decidir


como hombres y mujeres nuevos.

APLICACIÓN TEOTERÁPICA

Tengamos presente, hoy más que nunca, el ver las dificultades como las mejores
oportunidades que nos da Dios, para experimentar que hemos aprendido a depositar
nuestra fe en un Dios poderoso y verdadero, para quien nuestras “gigantescas cargas”
no son más que minúsculos granos de arena.

ENEMIGO A VENCER HOY: “indisciplina”


Venciendo los Leones que me separan de la visión de Mi Mismo -
SEMANA 2
DÍA 14: EL QUE SE VUELVE A DIOS
“Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto,
temeroso de Dios y apartado del mal.” (Job 1:1)

De esta manera describen las Escrituras a este hombre acaudalado del país de Uz, al
este de Palestina. Sin lugar a dudas, Job era un varón íntegro, que buscaba agradar a
Dios apartándose del mal. Como consecuencia, Dios lo bendecía abundantemente con
todo lo que un hombre pudiera desear: salud, familia, bienes, riquezas, fama y honra.

Sin embargo, un día la aflicción tocó la vida de Job y como todos nosotros, este
hombre también fue pasado por fuego, como se pasa el oro para limpiarlo, purificarlo y
hacerlo más precioso.

Le fue quitado todo aquello que pudiera hacerlo sentir seguro, tranquilo y confiado,
todo aquello por lo cual él se sentía orgulloso. Todo… menos lo único que no le puede
faltar al hombre para vivir, aquello sin lo cual inminentemente morimos, aquel aliento de
vida que puede sostenerle en las más duras condiciones, en las mas insólitas
circunstancias… tenia a Dios, al Omnipotente Dios, al Padre de amor, al Salvador.

La pobreza, la soledad, y la enfermedad, aunque lograron que Job se sintiera


miserable y renegara del día en que nació, no le hicieron perder su confianza en el Dios
que un día le había bendecido en extrema abundancia. Aunque no podía entenderlo, ni
había explicación que le satisficiera, siempre buscó la respuesta y la salvación en el
mismo Dios. ¡Y la encontró!

También nosotros podemos ser probados, purificados y limpiados. Es posible que


necesitemos aprender a depender más de Dios y menos de las personas, cosas o
circunstancias.

Puede ser, que necesitemos aprender que Él es lo único que necesitamos para vivir. Si
en medio de la prueba, nos mantenemos íntegros, no apartamos la mirada del Señor, y
buscamos la respuesta y la salvación en Él, siempre la encontraremos.

APLICACIÓN TEOTERÁPICA

Lo más extraordinario es que la voluntad de Dios siempre es buena, agradable y


perfecta y el tener una excelente actitud: “de humildad, y fidelidad”, en medio de la
aflicción, hace que esa buena voluntad se cumpla, que sus buenos propósitos para con
nosotros se lleven a cabo, y… finalmente terminemos tan bendecidos, tan prosperados,
tan enriquecidos, -hasta el doble de lo que éramos y teníamos-, como sucedió con este
hombre extraordinario de la Biblia.

Decida hoy convertir su aflicción en la más grande bendición de su vida.

ENEMIGO A VENCER HOY: “deseo de no haber nacido”

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