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Filosofía de la mente:
Visión panorámica y situación actual
Carlos Beorlegui
Conferencia dictada en la Universidad de El Salvador
18-agosto-2004. San Salvador.
7. La vuelta de las posturas
ción de los dos componentes, la men-
mentalistas
te y el cuerpo. Dentro de este apar-
tado se sitúan varias teorías:
La caída del conductismo supuso la
recuperación y el resurgir del concepto c.1) El funcionalismo.
de lo mental, reproduciéndose un abani- c.2) Los diversos emergentismos.
co de posturas explicativas tanto del con- c.3) El estructurismo.
cepto de mente como de la relación men- c.4) Y el neo-hilemorfismo.
te-cuerpo. El conductismo fue atacado
y superado directamente por dos nuevas Vamos a ir describiendo brevemente
teorías sobre lo mental, que surgen en cada una de estas posturas.
suelo norteamericano: a) la teoría de la
identidad (TI) o monismo/materialismo 7.1. La teoría de la identidad" o
fisicalista, y b) por el funcionalismo, la fi- monismo fisicalista'
losoff2 de la mente propia del cognitivismo. Tanto la TI como el funcionalismo
Pero también se irán defendiendo otras fueron, como hemos dicho, las teorías
posturas y fórmulas paralelas. Todas ellas que más directamente se desmarcan y ata-
se pueden clasificar en torno a tres pos- can las insuficiencias del conductismo y
turas, que iremos presentando sucesiva- adoptan posturas mentalistas. Para es-
mente: tas dos teorías, la mente y los estados
a) Monismos materialistas o mentales son realidades reales y objeti-
reduccionistas. vas, aunque difieran en la forma de en-
b) Dualismos interaccionistas. tender estas realidades. Ya indicamos
c) Y posturas intermedias o sintéti- que numerosas investigaciones en dife-
cas, que tratan de conjugar la uni- rentes campos científicos iban aportan-
dad del ser humano con la correla- do elementos para desmentir las tesis
45 Cfr. ROSS ANDERSON, A. (ed.), Controversia sobre mentes y máquinas, Barcelona, Tusquets, 1984;
TURING, A.M./PUTNAM, H. /DAVIDSON, D., Mentes y máquinas, Madrid, Tecnos, 1985; SEARLE,
John, Mentes, cerebros y ciencia, Madrid, Cátedra, 1985; GARDNES, H., La nueva ciencia de la mente, o.c., cap.
6; MARTÍNEZ-FREIRE, P. F., o.c., cap. 8, pp. 99 y ss.
46 Cfr. TURING, A. M., "¿Puede pensar una máquina?", en TURING, A.M./PUTNAM, H./
DAVIDSON, D., o.c., pp. 15-60. Este trabajo apareció, con el título "Computing Machinery and Intelligence",
en la revista Mind, 59 (1950), n° 236.
47 Véanse las críticas de Hubert DREYFUS y Joseph WEIZENBAUM: cfr. MARTÍNEZ-FREIRE, P.
F., o.c., pp. 105-112.
48 Cfr. PENROSE, R, L, La nueva mente del emperador, Madrid, Mondadori, 1991.
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de un sistema digital, sino también en tica (además de la pragmática). Las
conexiones paralelas, más complejas y computadoras tendrían dimensión
difíciles de explicar); otra linea crítica sintáctica, pero no dimensión semántica, es
afirma que la computadora, por más com- decir, no saben ni son conscientes de lo que
pleja y perfecta que se haga, es una abs- están haciendo. Esa es la diferencia ra-
tracción que no puede asemejarse a la dical entre, por ejemplo, un robot que
mente humana, en la medida en que no está construido para aparcar a la prime-
tiene sentidos para conectar e interactuar ra un coche, y un ser humano que lo hace
con el ambiente para recibir información de forma deficiente. Pero si el robot le
y responder a los estímulos externos; así, gana en precisión técnica, el ser humano
la computadora es una mente abstracta, sabe lo que está haciendo, y el robot no.
que sólo realiza actos supuestamente in- Incluso, en escritos posteriores, Searle ha
teligentes porque el ser humano la pro- sido consciente de que había sido dema-
grama para eso. siado generoso con la computadora atri-
Las críticas que han dado más que buyéndole la dimensión sintáctica. Pero
hablar, y que han sido objeto de réplicas la sintaxis, y demás dimensiones del len-
y contrarréplicas, son las que ha realiza- guaje, sólo existen cuando hay una men-
do el filósofo de Harvard John Searle" . te humana. Por tanto, la sintaxis con la
La objeción más seria al programa de la que está construida la programación de
IA la realiza Searle con su llamado expe- una computadora, está sólo en la mente
rimento de la habitación china. Imagine- humana no en la máquina. Para mostrar
mos que, realizando el test de Turing, esto, Searle pone el ejemplo de dos jó-
hemos construido una computadora tan venes que se ponen de acuerdo, para
perfecta que enviándole todo tipo de transmitirse un mensaje (por ej., si está
preguntas en chino las responde perfec- o no el profesor en clase) conviniendo
tamente, de tal modo que la computa- en que si una ventana de clase está abier-
dora se comporta como si supiera chino. ta, significaría que el profesor no está, y
Para los defensores de la IA fuerte, ésta si está la ventana cerrada, significaría que
sería una prueba como para decir que sí está. Sería absurdo que alguien dijera
esa computadora es capaz de hablar chi- que la ventana habla y que es capaz de
no, y superaría el test de Turing. decir "sí" (está cerrada) y "no" (está abier-
En cambio, para Searle, este experi- ta). Los objetos materiales (al igual que
mento no demuestra que la máquina sabe una computadora) son meras apoyaturas
hablar chino, sino que simplemente está (significante) donde las mentes humanas
programada para actuar como si supiera sitúan sus mensajes y significados.
chino. La diferencia no es trivial, sino El argumento de la habitación china
fundamental, porque en el lenguaje hay ha tenido muchas críticas y contestacio-
que diferenciar, señala Searle, entre la nes, a las que Searle ha ido contestando
dimensión sintáctica y la dimensión semán- y contraargumentandos° . Pero no nos
49 Cfr. SEARLEJ, Mentes, cerebrosy máquinas, o.c; Id., El misterio de la conciencia, Barcelona, Paidós, 2000.
50 Cfr. LIZ, Manuel, Perspectivas actuales ertfiloso.fia de la mente, Tenerife, Gobierno de Canarias, 2001, capa
5° G. Searle) y 6° (Patricia y Paul Churchland).
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vamos a detener aquí en esta larga polé- les diferentes: un ser humano, un robot,
mica. La síntesis de la polémica nos in- o un extraterrestre. En principio, pode-
dica que ante el problema de la IA fuer- mos decir que los tres tienen el mismo
te se sitúan sobre todo dos posturas: la programa inteligente, que les capacita
de los reduccionistas, y la de los que con- para abrir la puerta, pero su base física
sideran elemento diferenciador de la no es la misma (neuronas, circuitos elec-
mente humana la consciencia y la pose- trónicos, y la materia de que podamos
sión de la dimensión semántica. Se pre- imaginar estén compuestos los cerebros
gunta Searle por qué habrá gente que de los extraterrestres).
esté dispuesta a aceptar que si una má- Pero la dificultad con la que se en-
quina actúa como si fuera consciente o cuentran los funcionalistas consiste en
hablara chino, significa que es igual a ser explicar el modo como interactúa el pro-
consciente y a hablar chino. Y la conclu- grama (software) sobre la base física
sión es que todavía hay muchos críticos (hardware) para realizar sus funciones. A
que no acaban de superar el prejuicio la hora de resolver la dificultad, los
subyacente en la postura conductista, funcionalistas se dividen en dos postu-
consistente en adoptar en el tema de lo ras: a) los funcionalistas "de primer or-
mental una postura extrínseca de obser- den" (Lewis, sobre todo), y b) los "de
vación externa de la conducta (es decir, segundo orden" (Putnam y la mayoría de
la postura de la tercera persona), sin acep- los funcionalistas).
tar que la conciencia es el elemento cla- a) Para el funcionalista "de primer or-
ve y diferenciador de la mente humana den", la función depende de las ca-
(enfoque de primera persona). racterísticas físicas o químicas de la
realidad material en la que se apoya.
c) Insuficiencias o limitaciones del Pero esta respuesta, que tiene la ven-
funcionalismo taja de ser más científica y verifica-
No cabe duda de que el gran mérito del ble (en la medida en que no habría
funcionalismo consistió en superar cla- conflicto entre la tesis de la eficacia
ramente las insuficiencias del causal de la mente y la tesis de la
conductismo y de la TI. Frente al completitud causal del mundo físi-
conductismo, advirtió la objetividad de co), le acerca de tal modo a la TI que
lo mental, con su teoría del holismo de no vemos cómo se diferencia de ella.
lo mental, por la que se acepta que den- b) El funcionalista "de segundo orden",
tro de lo mental se dan diferentes esta- en cambio, considera que un estado
dos mentales que interactúan entre sí. Y mental es múltiplemente realizable,
frente a la TI, no reduce los estados men- en la medida en que puede realizar-
tales a estados cerebrales, sino que dis- se a través de diversos apoyos mate-
tingue entre la base física cerebral (que riales. Por lo tanto, no puede darse
está en diferentes estados) y la función una relación biunívoca entre una fun-
de los diferentes estados mentales. Así, ción y una única base material. Así,
como ya dijimos, la función mental de los estados mentales son autónomos
abrir una puerta la pueden realizar suje- de su base física. De este modo,
tos construidos con elementos materia- como ya señalamos en su momento,
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este funcionalismo "de segundo or- ternas de la mente, que coincide con
den" contiene argumentos eficientes el denominado problema de los
para defender la autonomía de la Psi- qualia. Como veíamos con Searle, el
cología (caracterizada con propieda- funcionalismo no se ha desmarcado
des de segundo orden, sobre las pro- suficientemente en este punto de la
piedades de primer orden o físicas). óptica de tercera persona del
Pero este tipo de funcionalismo tie- conductismo y de la TI.
ne la misma dificultad que el dualis- El gran problema del funcionalismo
mo a la hora de explicar la eficacia está en que, atrapado por la atrayen-
causal de lo mental sobre lo físico. te metáfora de las computadoras, ha
Imaginemos dos individuos que tie- caído en el error de pensar que el ni-
nen el mismo estado mental (ver un vel de la programación (software)
objeto ante ellos que les interese está totalmente aislado, separado y
atraparlo) pero tienen diferentes es- es indiferente a cualquier base ma-
tados cerebrales. Según el terial (hardware) en el que se apoya.
funcionalista "de segundo orden", los Ahí está su error y las dificultades
dos realizarían la misma conducta, que siempre tendrá para explicar la
puesto que tienen el mismo estado eficacia causal de un programa so-
mental, pero el sentido común pone bre su base física. Y de hecho, pode-
en entredicho tal conclusión. mos decir que cae en un dualismo
Una segunda dificultad del larvado. Las dificultades del
funcionalismo, común al funcionalismo las pretenden superar
conductismo y a la TI, está en que las teorías emergentistas, como va-
no sabe responder al problema de- mos a ver.
nominado de "espectro invertido",
que se da como caso ejemplar en el 7.3.2. Los emergentismos
defecto denominado daltonismo. Las posturas emergentistas son muy plu-
Aquí no se da correlación entre fun- rales, y no siempre defienden posturas
ción y realidad física extrínseca. Pue- similares. Pero lo que tienen en común
den estar dos sujetos con el mismo es que sí importa, a diferencia de los
estado mental (ver rojo), pero, si los funcionalistas, la referencia a nuestro
estados mentales están cerebro, esto es, a la base física de lo
funcionalmente caracterizados, los mental. En esta denominación de
dos individuos están en distinto es- emergentismo se sitúan tanto M. Bunge,
tado mental (están ante realidades fí- como J. Searle, en cierta medida K.
sicas distintas). Popper, y otros autores menos conoci-
Y la tercera dificultad consiste en dos, como los españoles J.L. Pininos" y
no saber dar cuenta de la concien- J. Monserrat52 . Lo central del
cia, esto es, de las experiencias in- emergentismo, consiste en afirmar que la
51 CE PINTT J,OS, J. L., La mente humana, Madrid, Salvat, 1969 (Madrid, Temas de Hoy, 1991).
52 CE MONSERRATJ, Epistemología evolutiva y teoría de la ciencia, Madrid, UPCO, 1987; Id., La percep-
ción visual La arquitectura delpsiquismo desde el enfoque de la percepción visual, Madrid, Biblioteca Nueva, 1998.
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mente ha emergido o surgido de la evo- c) Emergentismo unitarista o sistemista:
lución del cerebro. Por tanto, el cerebro la mente es el sistema o estructura
sí importa a la hora de tener un concep- específica emergida en la evolución,
to de lo mental. Así, para esta postura, y esa especial estructuración o com-
la mente es el sistema o la estructura plejidad de lo cerebral es lo que le
específica con la que está configurado permite a la mente humana poseer
nuestro cerebro, fruto del proceso de sus especiales características, y
evolución biológica como ha sido for- interactuar sobre la base neuronal del
mado. Ahora bien, el problema de esta cerebro para dirigir la conducta.
teoría es que se puede defender esto y no
coincidir después en qué idea se tenga de En realidad, esta tercera acepción es la
esa estructura mental, y con la ontología que se suele denominar propiamente
o antropología que se tenga de fondo. emergentismo. Pero esta pluralidad de po-
Así, considero que se puede ser sibilidades es quizás una consecuencia
emergentista y al mismo tiempo defen- de la gran ambigüedad que tiene la pala-
der la TI, el dualismo o una postura sin- bra emergentismo, como indica P. Laín
tética o unitarista del ser humano. Todo Entralgo" . Para Laín, si consultamos un
esto condicionado a la suposición de que diccionario de español, emerger es la ac-
el emergentismo, en su sentido más es- ción de salir a la superficie (por ej., un
tricto, no implica más que afirmar que la submarino) una realidad que estaba ocul-
mente es un fruto de la evolución del ta. Pero en esta emergencia, la realidad
cerebro. Veámoslo: oculta no experimenta ningún cambio.
a) Emergentismo coincidente con la TI: Ahora bien, no es esto lo que quiere de-
el cerebro humano habría evolucio- cir la teoría emergentista, puesto que en
nado de especies animales anterio- el proceso evolutivo lo que emerge, el
res, y es lo que le habría capacitado cerebro, sí que experimenta novedad: se
para las específicas propiedades que trata de un nuevo cerebro, una nueva
posee. Pero la mente y los estados estructura de lo cerebral, a la que deno-
mentales se reducirán a estados ce- minamos "mente". Por tanto, lo central
rebrales. en el emergentismo que estamos consi-
b) Emergentismo dualista (es el de derando es la distinción entre el sistema y
Popper): la mente es resultado de la las partes del cerebro.
evolución y complejificación del ce- Vamos a presentar lo central de las
rebro, pero la mente sería distinta y posturas del emergentismo de M. Bunge
funcionaría al margen de lo cerebral y de J. Searle.
(Mundo 2), interactuando con él de
la forma que fuera.
53 Cfr. Nuestro cuerpo. Teoría actual, Madrid, Espasa-Calpe, 1988; y Cuerpo y alma, Madrid, Espasa-
Calpe, 1991.
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a) El monismo emergentista sistema. Esta es la postura defendida por
de M. Bunge54 Bunge, entendiendo por mente al sistema
Para entender la postura de Bunge hay total del cerebro, que debido a su com-
que comenzar por su noción de sistema, plejidad posee las específicas cualidades
que define como una entidad compleja, que advertimos en una mente humana,
compuesta por varios componentes que entre las que destaca su prodigiosa plas-
se relacionan entre sí de modo que se ticidad.
comportan como una totalidad unitaria Así, la mente es el sistema cerebral,
y no como un mero agregado desorde- que no coincide con el mero funciona-
nado de partes. Se dan multitud de siste- miento físico del cerebro, como defien-
mas, cada una de las cuales tienen sus de la TI, y que posee tal complejidad
propias cualidades: fisiosistemas, que, dada su plasticidad, puede
quimiosistemas, biosistemas, psicosis- reprogramarse (recursividad) y ser cons-
temas, sociosistemas, etc. ciente de sí mismo.
Cada sistema tiene dos tipos de pro- Pero para Bunge la mente no es de
piedades: resultantes y emergentes. Pro- naturaleza espiritual, ni la entiende al
piedades resultantes son las propiedades margen de la realidad física del cerebro.
de las partes del sistema, y las emergen- De ahí que su teoría la denomina monismo
tes son las del sistema en su globalidad. emergentista, porque se trata de defender
Para que un sistema sea tal, tiene que un monismo de sustancias y un dualismo de
tener al menos, como es fácil suponer, propiedades. Es decir, es un monismo de
una propiedad emergente. sustancias, porque, según él, no hay más
Aplicado esto al cerebro, Bunge en- realidad que lo material; y dualismo de
tiende que funciona como un sistema. propiedades, puesto que el cerebro tiene
Ahora bien, para entender esto de modo propiedades físicas, pero también men-
adecuado, Bunge diferencia entre tres tales, las propias del sistema en su tota-
modos de entender el funcionamiento del lidad. La mente es sólo una propiedad
cerebro: del cerebro (del sistema cerebral).
a)neuronismo: el cerebro es un conglome- El planteamiento de Bunge es de
rado de neuronas, por lo que para estu- gran interés, al plantear la interesante teo-
diar su funcionamiento basta con saber ría sistemista del cerebro, pero lo que no
el funcionamiento de las neuronas; resulta tan convincente es su concepción
b)holismo: el cerebro funciona siempre y materialista de la realidad. Así, Popper
para todas sus funciones como un con- le achaca la incompatibilidad entre su
junto inseparable; monismo materialista y la aceptación de
c)sistemismo: el cerebro tiene diferentes la teoría evolutiva. Como vimos en su
funciones, unas propias de partes del sis- crítica a la TI, para Popper, si la teoría
tema total (neuronas o subsistemas ce- de la evolución la tomamos en serio, te-
rebrales) y otras, del conjunto total del nemos que aceptar saltos cualitativos en
54 Cfr. Bunge, M., The Mind-Body Problem. A PsychobiologicalApproach, Oxford, 1980 (trad. El problema
mente-cerebro, Madrid, Tecnos); Id., Epistemología, Barcelona, 1980; Ruiz de la Peña, J. L. , Las nuevas
antropologías, o.c., pp. 156-173.
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55 Cfr. SEARLE, John, Mentes, cerebrosy ciencia, Madrid, Cátedra, 1985; Id., El misterio de la conciencia,
Barcelona, Paidós, 2000; Id., Mente, lenguaje y sociedad, Madrid, Alianza, 2001.
56 Cfr. SEARLE, J., Mentes, cerebros y ciencia, o.c.,p. 45.
acto, está abierta a múltiples potenciali- esta problemática tan interesante tanto
dades y posibilidades. dentro de la tradición filosófica de siglos
Además, la filosofía aristotélica anteriores, como también dentro de las
está anclada en la categoría de sustancia propuestas y teorías sobre la mente den-
(hypokeimenon), propia de un dualismo tro de lo que los anglosajones denomi-
ontológico, que habría sido superado por nan tradición continental.
la categoría zubiriana de sustantividad, en De hecho, si analizamos a fondo la
la que la esencia no es una realidad mis- historia de esta nueva filosofía de la
teriosa que se sitúa debajo de los acci- mente y se tienen también en cuenta los
dentes, como soporte y apoyo de los nuevos centros de interés teóricos que
mismos, sino en el conjunto de notas hoy día ocupan a los filósofos de la ac-
esenciales (constitucionales y constitu- tual filosofía de la mente, advertiremos,
tivas) que conforman y constituyen el como vamos a indicar a continuación,
fundamento, o esencia, de cada cosa real. que a medida que se va avanzando en la
De este modo, tendríamos que concluir definición de lo mental, dentro de las
que la filosofía hilemórfica, a pesar de polémicas entre las diversas teorías, ad-
tener elementos muy sugerentes, tendría- vertimos que se vuelven a recuperar an-
mos que considerarla hoy día como fun- tiguas posturas y conceptos que se creían
damentalmente superada. superados y obsoletos.
La dificultades que las teorías inicia-
8. ¿Hacia una convergencia les sobre lo mental han ido encontrando
de tradiciones en la actual filosofia en al empeño de validar sus planteamien-
de la mente? tos, les ha ido advirtiendo de algunas
Como puede verse, la reflexión sobre lo graves insuficiencias en sus enfoques
mental o psíquico ha experimentado en teóricos. Esas deficiencias creo que han
las últimas décadas un intenso y profun- sido las siguientes:
do replanteamiento, en el que se han ido a) La negativa a enfocar el tema de
dando múltiples y variadas posturas, re- lo mental desde la vertiente
novando casi las mismas posiciones introspectiva o enfoque de primera
que se habían defendido en momentos persona. De ahí sus problemas a la
anteriores de la historia de la filosofía hora de resolver el problema de los
desde los griegos. qualia o en las pretensiones de vali-
Aunque, como decíamos al princi- dez del proyecto de la IA fuerte (ol-
pio, al hablar hoy en día de filosofía de la vido o minusvaloración de la dimen-
mente, o de nueva filosofía de la mente, se sión semántica del lenguaje).
suele considerar sólo las diversas postu- b) La reivindicación de lo corpóreo en
ras aparecidas dentro de la filosofia de las teorías mentalistas, tanto para rei-
ámbito anglosajón, a raíz de la supera- vindicar la importancia de lo cere-
ción del conductismo y la aparición de bral frente al funcionalismo, como
las ciencias cognitivas, entre los años también dentro del funcionalismo a
cincuenta y setenta del siglo pasado, cree- la hora de explicar la interacción en-
mos sin embargo que sería una limita- tre el programa (software) y la base ma-
ción reducirnos a ese ámbito y no situar terial (hardware). Un funcionalismo
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extremo llevaría a una concepción cional. Según Damasio, lo emotivo
idealista y solipsista de la realidad. es el sistema que la vida humana tie-
Así, la IA, en su empeño por aseme- ne, como restos de su pasado ani-
jarse a la inteligencia humana, parte mal, de tomar rápidas decisiones,
del engaño de idear una especie de previas y más seguras que las racio-
cerebro (programa y base material) nales. Lo racional vendría después,
que se sitúa aislado del mundo real, para completar desde la consciencia
tanto en los estímulos que recibe el trabajo de desbroce previo que ya
(inputs) como en sus reacciones de habría realizado, apoyado en la se-
respuesta (outputs). guridad de lo instintivo, la estructu-
c)En la recuperación de la corporalidad ra emocional que nos constituye por
hay que situar también el creciente nuestra base biológica' . Vemos,
interés que en las investigaciones de pues, que la realidad de lo mental nos
la actual filosofía de la mente tiene conecta con la compleja realidad
la reflexión sobre los sentimientos. Es unitaria que constituye al ser huma-
un síntoma de que la concepción tra- no.
dicional de la mente se reducía a con- d) Y por último, en las disputas entre la
siderarla reducida al ámbito de la ra- perspectiva de la tercer persona, que-
cionalidad pura. Hoy día se habla tan- riendo dar cuanta de lo mental des-
to de "inteligencias múltiples" (H. de la postura del observador exter-
Gardner)" , como de "inteligencia no (propia de la tradición
emocional" (Goldman)" , y de adver- anglosajona) y de la primera, con la
tir la importancia de lo emocional centralidad del enfoque introspecti-
sobre la racionalidad (A. Damasio)" vo (propia de la tradición continen-
Tradicionalmente se consideraba que tal, y también de J. Searle), va co-
lo emocional era el ámbito de lo irra- brando hoy día fuerza la perspectiva
cional, campo distinto y al margen denominada de segunda persona
de lo racional. Hoy día se va siendo (Antoni Gomila)" . Esta perspecti-
consciente, por un lado, de la enor- va nueva, quizás habría que deno-
me riqueza y complejidad de lo emo- minarla comunitarista o social (segun-
tivo, así como, por otro, de la estre- da persona del plural), abre horizon-
cha relación entre lo racional y lo tes insospechados y valiosísimos en
emocional, e incluso de la centralidad el acercamiento al problema de lo
de lo emocional como base de lo ra- mental. Supone una concepción di-
ferente del ser humano, y la apertura tablecer la relación existente entre una
a estrategias diferentes a la hora de teoría de la mente y sus consecuencias
estudiar los rasgos de la mente hu- éticas, antropológicas y sociológicas.
mana. Ya no habría que investigar al Cada teoría de lo mental conlleva,
individuo aislado, sino dentro de ac- de modo implicito o explícito, una idea
tividades grupales, que son donde se determinada del ser humano. Lo curioso
advierten en su más honda realidad es que en la nueva filosofía de la mente
la esencia de la actividad mental. La parece que se habla de lo menta] al mar-
adopción de esta nueva perspectiva gen de una concepción unitaria de lo
no invalida las dos posturas anterio- humano. Como si eso no se tuviera en
res, que siguen siendo necesarias, cuenta, y, por tanto, como si no se tuvie-
pero se ven obligadas a reorientarse ra que dilucidar una concepción de per-
desde la nueva perspectiva de que sona consecuente con la idea de lo men-
hablamos. tal. Y junto con una idea de ser humano,
En definitiva, estos temas, tan cen- un modelo de sociedad y unas reflexio-
trales dentro de la tradición filosófica con- nes éticas consecuentes a cerca de la dig-
tinental (importancia de lo corpóreo, de nidad humana.
la introspección, de la dimensión social Ya dijimos que en el contexto de la
del ser humano), están siendo objeto de historia del problema, si nos remonta-
reflexión y de recuperación por parte de mos a las culturas prefilosóficas
la filosofía de la mente anglosajona, como (homérica y bíblica, sobre todo ésta), el
consecuencia de las propias insuficiencias tema del alma, la afirmación de que el
de las diversas teorías, advertidas tanto ser humano tiene alma, surge precisa-
por la crítica interna como por filósofos mente dentro del empeño de dotar de
de corte continental" . dignidad ética, ontológica y religiosa al
ser humano. A este empeño le llamába-
9. Filosofia de la mente y modelos mos dimensión funcional del alma. Se dice
antropológicos que el ser humano tiene alma para indi-
Podría terminar aquí mis reflexiones, car que posee un valor superior al con-
pero considero fundamental hacer refe- junto de las realidades mundanas, lo que
rencia a la estrecha relación existente le hace a su vez imagen de Dios. A la
entre las diferentes teorías sobre la men- hora de dar cuenta de qué entendemos
te y el modelo antropológico que se ha- por alma, esto es, al pretender dilucidar
lla en su base o trasfondo. A pesar de su dimensión óntica, se irán produciendo
esta realidad tan evidente, no siempre múltiples teorías y posibilidades. Así, el
se explicita esta relación, ni tampoco se apoyo de las pretensiones éticas y hu-
tiene en cuenta. Y sin embargo, hacer manistas tendrá que buscarse entre las
explicita esta relación aclara muchas co- diferentes teorías de lo mental que per-
sas y sitúa la reflexión en su punto ade- mitan implementar tales enfoques huma-
cuado. Esto es importante de cara a es- nistas. En cambio, uno tiene la impre-
sión de que en el trasfondo de las diver- ciencia de que no se necesita ser dualista
sas posturas sobre la filosofía de la men- para asegurar la diferencia ontológica y
te de base anglosajona, se da una con- ética del ser humano. Se puede ser hu-
cepción fundamentalmente mecanicista manista sin necesidad de defender la
y reduccionista del ser humano. Se ve al dualidad sustantiva del ser humano,
ser humano como una máquina más o puesto que el dualismo, como hemos vis-
menos compleja, de la que interesa sólo to, resulta hoy día muy difícil de soste-
descubrir su compleja estructura y fun- ner y de compaginar con los planteamien-
cionamiento. Pero parece que se olvida, tos científicos y filosóficos más actuales
y se deja de lado, la pregunta sobre su y convincentes.
sentido, valor y dignidad. De ahí que resulten más adecuados
En ese sentido, no se ve cómo pue- y aceptables los planteamientos interme-
den compaginarse las pretensiones de dios o sintéticos, aunque necesitados de
preeminencia ética del ser humano con reorientar y completar desde los nuevos
teorías de lo mental como el conductismo avances sobre los sentimientos y la radi-
y los diversos monismos fisicalistas, en cal condición interpersonal y social del
la medida en que reducen al ser humano ser humano. Como vemos, pues, la filo-
a una mera máquina física no diferente sofía de lo mental tiene que situarse de
de los demás animales, a no ser que se modo imprescindible dentro una visión
sitúe tal diferencia en una complejidad completa del ser humano, que no olvide
meramente cuantitativa. tampoco su esencial condición social y
Y en relación al dualismo, por otro politica. La filosofía de lo mental no pue-
lado, lo que parece evidente es, al lado de, en definitiva, cultivarse y entender-
de la dificultad que supone defender la se al margen de un correcto modelo
naturaleza independiente de lo espiritual antropológico que le sirva de fundamen-
y su interacción con lo corporal, la cons- to y apoyo adecuado.