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Humanidades

Pensamiento humanista. Segunda y parte final*

Filosofía de la mente:
Visión panorámica y situación actual
Carlos Beorlegui
Conferencia dictada en la Universidad de El Salvador
18-agosto-2004. San Salvador.
7. La vuelta de las posturas
ción de los dos componentes, la men-
mentalistas
te y el cuerpo. Dentro de este apar-
tado se sitúan varias teorías:
La caída del conductismo supuso la
recuperación y el resurgir del concepto c.1) El funcionalismo.
de lo mental, reproduciéndose un abani- c.2) Los diversos emergentismos.
co de posturas explicativas tanto del con- c.3) El estructurismo.
cepto de mente como de la relación men- c.4) Y el neo-hilemorfismo.
te-cuerpo. El conductismo fue atacado
y superado directamente por dos nuevas Vamos a ir describiendo brevemente
teorías sobre lo mental, que surgen en cada una de estas posturas.
suelo norteamericano: a) la teoría de la
identidad (TI) o monismo/materialismo 7.1. La teoría de la identidad" o
fisicalista, y b) por el funcionalismo, la fi- monismo fisicalista'
losoff2 de la mente propia del cognitivismo. Tanto la TI como el funcionalismo
Pero también se irán defendiendo otras fueron, como hemos dicho, las teorías
posturas y fórmulas paralelas. Todas ellas que más directamente se desmarcan y ata-
se pueden clasificar en torno a tres pos- can las insuficiencias del conductismo y
turas, que iremos presentando sucesiva- adoptan posturas mentalistas. Para es-
mente: tas dos teorías, la mente y los estados
a) Monismos materialistas o mentales son realidades reales y objeti-
reduccionistas. vas, aunque difieran en la forma de en-
b) Dualismos interaccionistas. tender estas realidades. Ya indicamos
c) Y posturas intermedias o sintéti- que numerosas investigaciones en dife-
cas, que tratan de conjugar la uni- rentes campos científicos iban aportan-
dad del ser humano con la correla- do elementos para desmentir las tesis

* La primera parte de este artículo se publicó en la Edición No. 7 de la Revista HUMANIDADES.


29 Cfr. RABOSSI. E., "Teoría de la identidad mente-cuerpo", en BRONCANO, F. (ed.), La mente
humana, Madrid, Trotta, 1995, pp. 17-42; CANDELA, J. A./ CAÑON, C./HORTAL, A., "Monismos,
Dualismos y Emergentismos", en DOU, A. (ed.), Mente y Cuerpo, Bilbao, Mensajero, 1986, pp. 19-64.
30 Cfr. RUIZ DE LA PEÑA, J. L., Las nuevas antropologías, Santander, Sal Térrea, 1983, pp. 138-155.
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exclusivamente ambientalistas del Nos vamos a detener en exponer el


conductismo. El aspecto interno e inna- monismo o materialismo fisicalista de H.
to de la estructura comportamental se Feig133 . Su teoría se puede sintetizar en
hacía cada vez más evidente. Así, los tres afirmaciones34 : a) La mente y los es-
avances en el estudio del cerebro tados mentales son realidades objetivas;
(neurofisiología) mostraban que existía b) La mente es el cerebro; c) El cerebro, y
en el interior del cerebro una organiza- en general toda entidad biológica, es en
ción interna autónoma que intervenía en último análisis una estructura física.
el origen y desarrollo de la conducta. Es Con la primera tesis se alejan del
lo que dará origen a la llamada teoría de conductismo y se sitúan en una postura
la identidad (TI) o monismo fisicalista. mentalista. No sólo se dan estados men-
Lo mismo ocurre desde el conjunto tales, sino que también es real el centro
de las ciencias cognitivas: se advierte que que aglutina esos estados, la mente y el
existe el ámbito de lo mental, como es- yo, la unidad de la conciencia, que fun-
tructura interna, que constituye el autor ciona como eslabón en la cadena central
y sujeto de la conducta, que no se limita de nuestra conducta. Eso no significa,
a responder miméticamente a los estí- según Feigl, que "subjetivo" quiera de-
mulos de fuera. Así surge el cir "no objetivo", puesto que lo subjeti-
funcionalismo, como teoría que distin- vo se puede expresar e inferir desde fue-
gue entre el soporte físico de lo mental ra por otro observador. Así, "subjetivo"
(hardware, cerebro), y la programación y "objetivo" pueden intercambiarse.
lingüística del mismo (software). Vamos La segunda tesis es la determinan-
a detenernos en este apartado en al pri- te y específica de esta postura. Para Feigl,
mera de estas teorías. La TI o monismo la mente no zs una realidad al margen
fisicalista es un conjunto de teorías, que del cerebro, sino que equivale al nombre
aunque tienen diferentes denominacio- que se le da al funcionamiento del cere-
nes31, y se diferencian en aspectos me- bro. Si no fuera así, iríamos contra el prin-
nores, tienen en común unas líneas fun- cipio de economía (the rule of
damentales que vamos a señalar. Los tra- parsimony) propio de la ciencia, defecto
bajos de esta amplia corriente denomi- de todo dualismo. El problema es que
nada TI se deben a los filósofos austra- habría que ver si la neurofisiología está
lianos U. T. Place y J. J. C. Smart, y al capacitada para explicar todo aquello de
filósofo alemán H. Feigl. La obra de que es capaz el ser humano. Feigl opina
Smart' fue la que posiblemente ejerció que sí, pensando que todo tipo de con-
la mayor influencia. La TI fue la que gozó ducta se puede explicar desde un elemen-
de mayor aceptación durante la década to cerebral. Incluso afirma que la con-
de los sesenta. ducta humana sería totalmente
31 Cfr. RABOSI, E., "La tesis de la identidad mente-cuerpo", o.c.; en BRONCANO, F. (ed.), La mente
humana, Madrid, Trotta, 1995, pp. 17-42; 23; CANDELA, J.A./CAÑON, C./HORTAL, A., o.c., pp. 19-32.
32 Cfr. SMART, J. J. C., "Sensations and Brain Processes", Philosophical Review, 68; incluido en BORST,
C.V. (comp.), The Mind-Brain Identity 7heory,, MacMillan, London, 1970.
33 Cfr.PEIGL, H., The "Mental» and the «Physical” , Minneapolis, 1967 /2' ed.),
34 Sigo a J. L. Ruiz de la Peña, o.c., pp. 138 y ss.
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predecible si domináramos totalmente el trata de afirmar la identidad estricta. Es


funcionamiento del cerebro. Llega inclu- la misma identidad que existe en frases
so a soñar con la posibilidad de crear una como "El lucero matutino es el lucero
máquina, denominada "cerebroscopio", vespertino" (Venus), "El agua es H2O",
en la que se reflejase físicamente la si- "Los genes son segmentos de moléculas
tuación del cerebro como expresión em- de ADN", o "El calor es energía cinética
pírica de cualquier estado mental. Por media".
tanto, y esto es lo central de esta teoría, Insistiendo en este punto, la TI no
para Feigl es equivalente la experiencia afirma sólo que ambas partes de la igual-
interior que cada sujeto tiene de un es- dad signifiquen lo mismo, sino que son
tado mental y la visión objetiva que el lo mismo. Así, se intenta reducir de este
científico u observador externo tiene del modo la Psicología a la Neurofisiología,
estado cerebral correspondiente. Se tra- llevando de fondo este intento la idea
taría, sin más, de dos caras de la misma de una futura unificación de la ciencia.
realidad. Las críticas más importantes a este
Feigl es consciente de que con esta modo de entender las cosas han sido las
afirmación está borrando la barrera en- siguientes:
tre lo subjetivo y lo intersubjetivo, y acep- a)Aplicando la distinción que hace
ta cruzar esa barrera, porque considera Frege entre denotar y significar, te-
que "lo privado es susceptible de una nemos que advertir que las expresio-
descripción pública" (intersubjetiva). nes anteriores (por ej.: "El lucero
Pero esta tesis está muy lejos de resultar matutino es el lucero vespertino")
evidente, puesto que, como hemos di- aunque tienen el mismo denotatum,
cho, la experiencia interior de cada suje- en este caso el planeta Venus, no tie-
to, los llamados qualia, difícilmente pue- nen el mismo contenido significati-
den reducirse y considerarse equivalen- vo (es decir, el modo con que cada
tes a su expresión cerebral externa (como expresión presenta el denotatum).
tampoco a su expresión o disposición Cada uno de los dos términos de la
conductual, como veíamos en el supuesta igualdad hacen referencia
conductismo). a dos niveles distintos de la realidad:
La afirmación central de la TI con- el fenoménico (el acceso introspec-
siste en defender que los fenómenos tivo y cualitativo) y el
mentales son idénticos a estados neurofisiológico (objetivo y científi-
neurológicos del sistema nervioso cen- co), que difícilmente podemos con-
tral. Un ejemplo que utilizan mucho es- siderar totalmente idénticos. Es po-
tos autores: el dolor es numéricamente sible que en ciertas frases que hemos
idéntico a disparos de las fibras-c del ce- señalado más arriba puedan ser acep-
rebro. Y es importante recalcar que la tadas en su profundidad, por ej., el
identidad de esta frase hay que enten- referido a los genes. Pero no es tan
derla en sentido estricto. No se trata de aceptable el referido a Venus, y me-
afirmar sólo que dolor y disparos de fi- nos aún la identidad entre dolor y
bras-c son realidades contiguas, esto es, disparos de fibras-c. Estas dificulta-
que se suceden de modo paralelo. No, se des hicieron que la TI fuera abando-
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nada, para plantear la alternativa del co es la condición de posibilidad de
eliminativismo", consistente en eli- lo biológico y de lo mental; pero no
minar, dentro de la propuesta es admisible, por no demostrable,
identitaria de la TI, la primera parte, que, producida la emergencia de lo
esto es, los estados mentales, redu- biológico y de lo mental a partir de
ciéndolos a meras descripciones de los lo físico, estos niveles nuevos y su-
estados cerebrales correspondientes. periores se reduzcan al anterior, y no
b) La segunda dificultad se refiere a lo tengan configuración y leyes de fun-
que se denomina el problema de la cionamiento distintas y autónomas.
realizabilidad variable. Es decir, la Las leyes de la biología son autóno-
plasticidad del cerebro es tal, que no mas de la física, así como las de la
se descarta que un mismo estado Psicología lo son respecto a la biolo-
cerebral permita diversos estados gía y a la física.
mentales; y al revés, un mismo esta-
do mental puede estar representado 7.2. El dualismo interaccionista
o realizado por diversos estados ce- de K. Popper y de J. Eccles36
rebrales. En este punto hay dos ti- Ambos autores coinciden en su postura
pos de problemas: uno práctico y dualista, aunque entre ambos existen
concreto: el estado actual de la diferencias muy significativas, que han
neurofisiología, que no sería capaz llevado a algunos autores a considerar la
de mostrar la identidad caso a caso postura de Popper no tanto como
de un estado mental con su corres- dualista sino como emergentista37 . El re-
pondiente y único estado cerebral; y sultado del diálogo entre los dos autores
otro teórico: es distinto el soporte fue su libro ccnjunto, El yo y su cerebrom,
cerebral de un estado mental y su compuesto por una primera parte filosó-
función dentro de su realización fica, firmada por Popper, una segunda,
conductual. Esta es la línea que se- de corte científico, firmada por Eccles
guirá el funcionalismo para superar (premio Nobel de medicina, y una de las
a la TI. máximas autoridades en neurofisiología),
c) Y la tercera dificultad está relaciona- y una tercera de diálogo entre ambos,
da con la hipótesis reduccionista que donde presentan sus opiniones sobre
propone la TI, presente en la tercera toda la temática cercana al tema mente-
tesis de Feigl. Difícilmente se podrá cuerpo, y donde se advierten las diferen-
admitir que todo se reduce a lo fisi- cias existentes entre ambos en temas
co, como pretende la TI. A las tesis centrales.
reduccionistas hay que replicar que Para entender la postura de Popper,
es necesario distinguir entre dos ni- tenemos que hacer referencia a su teoría
veles distintos: es cierto que lo fisi- de los tres mundos, propuesta por pri-
35 Cfr. RABOSSI, E., o.c., pp. 31 y ss.
36 Cfr. RUIZ DE LA PEÑA, J. L., o.c., pp. 174-199; CANDELA, J.A./CAÑON, C./HORTAL, A., o.c.,
pp. 33-44.
37 Cfr. CANDELA, J.A./CAÑON, C.,/HORTAL, A., o.c., pp. 51-55.
38 Barcelona, Labor, 1980.
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mera vez en su artículo "Epistemología razonamiento o de los mecanismos físi-


sin sujeto cognoscente"39 . Frente al cos que efectuaron el cálculo errado en
fisicalismo, que concibe la realidad como la computadora, hay una entidad abstrac-
un mundo material cerrado y configura- ta (las leyes de la lógica, que operan de-
do por leyes determinísticas, que para nunciando el error), que es, pues, prácti-
Popper constituye lo que denomina el ca y eficaz, que no está encarnada (esto
Mundo 1, el filósofo austríaco defiende es, no pertenecen al Mundo 1), pero que
la existencia también del Mundo 2 y del ejerce efectos causales sobre el Mundo
Mundo 3. El Mundo 1 está formado por 1 (acusando, por ejemplo, la disfunción
el conjunto de entidades físicas y bioló- de la computadora). Estas normas lógi-
gicas existentes previamente y al mar- cas no son entidades o propiedades físi-
gen de la acción humana. Pero el uni- cas, pero repercuten en objetos físicos;
verso en el que estamos no está com- son, pues, reales. Por eso que, en opi-
puesto sólo por realidades físicas natu- nión de Popper, el materialismo cerrado
rales, sino que también estamos rodea- no podrá nunca formular una teoría ma-
dos de productos culturales creados por terialista de la lógica.
el ser humano. Es el Mundo 3. La con- Otro aspecto que prueba la incon-
clusión es, por tanto, que si existe el sistencia de las posturas materialistas es
Mundo 3, tan real como el Mundo 1, su incompatibilidad con la teoría
como lo prueban la realidad de las he- evolucionista darwiniana, que defiende
rramientas, las teorías matemáticas, fi- el salto cualitativo entre lo físico y lo
losóficas, estéticas, etc., tiene que exis- mental. Si homologamos la mente con
tir el Mundo 2, la mente humana, que ha el cerebro, ignoramos el hecho de la evo-
sido el sujeto del Mundo. lución. En ese sentido, Popper defiende
Tras demostrar la existencia de la que la mente ha emergido (de ahí que,
mente, del Mundo 2, Popper se dedica a como decíamos, se suela situar también
demostrar las insuficiencias de la teoría a Popper entre los emergentistas) en el
de la identidad, por su fisicalismo cerra- proceso evolutivo, que nos muestra que
do. Esta teoría, según Popper, se refuta de la materia inorgánica se ha dado el
a sí misma al pretender, por un lado, ba- salto cualitativo a la materia viva, y de
sarse en razonamientos lógicos, y negar, ahí a la mente. Claro que con esto la teo-
por otro, realidad a las leyes de la lógica ría evolucionista no explica cómo es posi-
(parte del Mundo 3). Además, para el ble este salto, sino que se limita a consta-
fisicalista, como vimos, las leyes lógicas tar la emergencia de esta nueva realidad,
existen sólo como estados o disposicio- lo mental. Es evidente, como dice Popper,
nes cerebrales (Mundo 1). Pero Popper desde una postura epistemológica modes-
piensa que el que se pueda impugnar la ta, que la ciencia no explica nada, sino que
validez de un razonamiento, o se pueda se limita a constatar hechos.
descubrir el error de cálculo de una com- En el modo como entiende el origen
putadora, implica que, al margen de los de lo mental, a partir de la emergencia
procesos cerebrales movilizados en el desde la vida por complejificación del

39 Publicado en Conocimiento objetivo, Madrid, Tecnos, 1974, pp. 106-146.


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cerebro, Popper se desmarca de Eccles, Al conductismo le atribuyen varias insufi-


quien, llevado por su credo católico (en- ciencias: a) el holismo de lo mental, es de-
tendido de modo muy conservador, por cir, la convicción de los funcionalistas
cierto), defiende el origen de la mente de que, a diferencia de los conductistas,
en clave creacionista: el alma es creada la mente funciona como un sistema com-
directamente por Dios. El problema ven- plejo dotado de múltiples estados men-
drá a la hora de explicar, como ocurre tales internos interrelacionados entre sí,
con todo dualismo, cómo interactúa el formando entre ellos un todo sistemati-
alma con el cerebro. Para explicar esto, zado. Por tanto, la conducta humana no
Eccles elabora una modernización de la puede explicarse sólo como una mera
teoría cartesiana. Ya no se apela a la glán- respuesta mimética y automática a un
dula pineal, sino a la conjugación e estímulo externo; b) los estados menta-
interacción entre grupos de neuronas, les no están constituidos por disposicio-
que forman unidades abiertas, y grupos nes a la conducta según circunstancias
de psiconas, supuestas unidades con las externas, sino que tales disposiciones son
que estaría configurada la mente o el sólo un resultado de esos estados men-
alma. Como puede verse, estos plantea- tales. Es decir, los estados mentales cau-
mientos son muy poco plausibles y muy san la conducta. Es decir, la mente hu-
difíciles de aceptar. mana es una realidad compleja y
sistematizada, no reducible a una n-iera
7.3. Las posturas intermedias, unita- respuesta automática a los estímulos. Es
rias o sintéticas. lo que Putnam demuestra con su pará-
bola intuitiva denominada de los
7.3.1. El funcionalismo" superespartanos. Es decir, hay muchos
momentos en la conducta humana en que
a) Las tesis centrales del funcionalismo. un estado mental no se expresa con el
esperado estado conductual (uno puede
Esta teoría filosófica de lo mental surge tener dolor de muelas y puede evitar
para superar tanto el dualismo cartesia- expresarlo, y al revés: no tener dolor de
no como el conductismo y el monismo muelas y simular que lo tiene). Por tan-
fisicalista de la TI. Si el conductismo to, se da la realidad de lo mental, sin equi-
había imperado durante medio siglo, la valer sin más a meros estados o disposi-
TI había sido la teoría más aceptada a ciones conductuales. Se puede, pues,
continuación, siendo a su vez el postular estados mentales con ausencia
funcionalismo la teoría hegemónica des- de su manifestación externa o
de finales de los sesenta. conductual.
La dificultad mayor que advierten A la TI le achacan la no distinción
en el dualismo es la incapacidad de expli- entre la basefísica cerebral y la función que
car la interacción entre mente y cuerpo. representa un estado mental. Con lo cual
40 Cfr. GARCÍA-CARPIN rERO, M., "El funcionalismo", en BRONCANO, E (ed.), La mente humana,
o.c., pp. 43-76; PUJADAS TORRES, Luis M., La ascensión y caída de la teoría funcionalista de la mente, Palma
de Mallorca, Universitat de les Illes Baleares, 2002; PRIEST, S., o.c., cap. V, pp. 163-181; MARTINEZ-
FREIRE, P. E , o.c., caps. 7 y 8, pp. 77 y ss.
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no cabría igualar el soporte cerebral con distinguirse entre un funcionalismo
un estado mental, que realiza una fun- computacional, atribuido a H. Putnam,
ción determinada en el conjunto de la y un funcionalismo analitico, defendido
conducta. Para explicarlo, J. Fodor trae por D. Lewis" , pero aquí no nos vamos a
el ejemplo de dos modos o estrategias detener en tales distinciones, sino que me
de explicar una pieza del motor de un limitaré en presentar los aspectos más fun-
carro. Por ejemplo, el carburador. El teó- damentales del funcionalismo en general.
rico de la identidad cree que es suficien- El funcionalismo, por tanto, centra
te, para explicar qué es un carburador, su teoría en la noción clave defunción y
indicarnos las diferentes partes y mate- de descripción funcional. Una descripckinfun-
riales con los que está compuesto. En cional consistiría en la descripción de un
cambio, el funcionalista, sin negar la per- proceso causal, esto es, indicar cómo
tinencia de esa explicación, se fija más una serie de causas o impulsos externos
en la función que el carburador tiene y (inputs) dan lugar a una serie de respues-
realiza en el conjunto del motor. Así, son tas (outputs) mediante un cierto tipo de
dos aspectos diferentes y complementa- procesos. Sistemas capaces de una des-
rios: una cosa es saber de qué está hecha cripción semejante son, por ejemplo, una
una cosa, y otra, saber qué función reali- máquina expendedora de billetes, de be-
za en el conjunto del sistema. bidas, o cualquier otro producto, o una
Esta distinción sirve también cadena de montaje. El sistema mental
para advertir el error de las tesis puede describirse de modo similar, pu-
reduccionistas y eliminativistas, que pre- diendo advertirse a través de esta descrip-
tenden que todo se reduce a lo físico. ción los diferentes estados en los que pue-
Para los funcionalistas, una cosas es el de hallarse un sistema, o nuestra mente.
componente material de algo, y otra, su Según esta concepción de la mente
función. Esto, llevado al campo de lo y de los estados mentales, la imagen que
mental, significa que una cosa es el con- propone el funcionalismo (sobre todo el
junto de las aportaciones que la computacional, el primer Putnam) es la
neurofisiología pueda hacernos sobre los de la computadora. La diferencia que en
estados cerebrales correspondientes a un ella se da entre el soporte físico
estado mental y conductual, y otra muy (hardware) y el programa informático (soft-
distinta describir y señalar las caracte- ware), sería similar a la que hay entre el
rísticas del estado mental correspondien- cerebro y la mente respectivamente. En
te y su función en el conjunto del proce- esta distinción, se ve claramente que, a
so conductual. diferencia de la TI, una cosa es la nece-
Los principales autores del sidad del soporte físico cerebral, y otra
funcionalismo son H. Putnam", J. que la mente y los estados mentales se
Fodor" y David Lewis" . Suele también reduzcan a estados cerebrales. En con-

41 Cfr. PRIEST, S., o.c., 168-176.


42 Cfr. FODOR, J., La explicación psicológica, Madrid, Alianza, 1980 (texto original, 1968).
43 Cfr. PRIEST, S., o.c., pp. 176-181.
44 Cfr. GARCÍA-CARPINTERO, M., o.c., pp. 54 y ss.
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secuencia, el funcionalismo prevé que un rías y experimentos, pero el que más in-
mismo estado mental pueda estar sopor- fluyó fue el denominado Test de Turing4 ,
tado o posibilitado por soportes físicos consistente en imaginar que se constru-
o cerebrales muy diversos, como serían ye una computadora digital que
los casos hipotéticos de una mente arti- interactúa con un ser humano. Si colo-
ficial (computadora), una mente huma- cando dicha máquina y a un ser humano
na, o una mente extraterrestre (un en dos salas distintas, y ante las respues-
marciano, por ejemplo). Lo importante, tas a las preguntas que le envía el ser
pues, no es el soporte físico, sino el pro- humano no es capaz de distinguir éste si
grama lógico, el sistema mental. Por tan- el que responde es otro ser humano o
to, cabe suponer que diferentes soportes una máquina, habríamos superado el test
permitan realizar idénticas funciones de poder construir una inteligencia arti-
mentales: pensar, sentir dolor, tener una ficial que simule actuar como una inteli-
creencia, etc. gencia humana.
A estas pretensiones de la IA fuerte
b) El funcionalismo y /a inteligenciaartzfzcia145 le han hecho muchas críticas, orien-
tadas en la línea, en primer lugar, de que
El funcionalismo ha dado lugar a la una máquina no podrá hacer más que
llamada Inteligencia Artificial, empeño aquello para lo que le programe un ser
en construir artificios inteligentes, con humano, por lo cual, no podrá nunca
la pretensión que puedan imitar y suplir superar a su programador; otra línea crí-
a las inteligencias humanas. Pero hay que tica se orienta en la dirección de que las
distinguir entre la Inteligencia artificial capacidades de la mente humana no se
débil y la Inteligencia artificial fuerte. La reducen a las que pueden reproducirse
primera considera que una computado- por una máquina digital", sino que ac-
ra puede similar algunas funciones o es- túa muchas veces acortando el razona-
tados de la mente humana, y la segunda miento, los algoritmos, y de este modo
defiende que se puede llegar a construir habría siempre aspectos de la mente hu-
programas que sean iguales al pensamien- mana que no podrían ser compu-
to humano y a los diferentes estados de terizados" (esta línea de reflexión esta-
la mente humana. ría avalada por los avances de la teoría
Las tesis de la Inteligencia artificial conexionista del cerebro, que muestran que
(IA) tuvieron su origen en diferentes teo- el cerebro no funciona siempre al estilo

45 Cfr. ROSS ANDERSON, A. (ed.), Controversia sobre mentes y máquinas, Barcelona, Tusquets, 1984;
TURING, A.M./PUTNAM, H. /DAVIDSON, D., Mentes y máquinas, Madrid, Tecnos, 1985; SEARLE,
John, Mentes, cerebros y ciencia, Madrid, Cátedra, 1985; GARDNES, H., La nueva ciencia de la mente, o.c., cap.
6; MARTÍNEZ-FREIRE, P. F., o.c., cap. 8, pp. 99 y ss.
46 Cfr. TURING, A. M., "¿Puede pensar una máquina?", en TURING, A.M./PUTNAM, H./
DAVIDSON, D., o.c., pp. 15-60. Este trabajo apareció, con el título "Computing Machinery and Intelligence",
en la revista Mind, 59 (1950), n° 236.
47 Véanse las críticas de Hubert DREYFUS y Joseph WEIZENBAUM: cfr. MARTÍNEZ-FREIRE, P.
F., o.c., pp. 105-112.
48 Cfr. PENROSE, R, L, La nueva mente del emperador, Madrid, Mondadori, 1991.
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de un sistema digital, sino también en tica (además de la pragmática). Las
conexiones paralelas, más complejas y computadoras tendrían dimensión
difíciles de explicar); otra linea crítica sintáctica, pero no dimensión semántica, es
afirma que la computadora, por más com- decir, no saben ni son conscientes de lo que
pleja y perfecta que se haga, es una abs- están haciendo. Esa es la diferencia ra-
tracción que no puede asemejarse a la dical entre, por ejemplo, un robot que
mente humana, en la medida en que no está construido para aparcar a la prime-
tiene sentidos para conectar e interactuar ra un coche, y un ser humano que lo hace
con el ambiente para recibir información de forma deficiente. Pero si el robot le
y responder a los estímulos externos; así, gana en precisión técnica, el ser humano
la computadora es una mente abstracta, sabe lo que está haciendo, y el robot no.
que sólo realiza actos supuestamente in- Incluso, en escritos posteriores, Searle ha
teligentes porque el ser humano la pro- sido consciente de que había sido dema-
grama para eso. siado generoso con la computadora atri-
Las críticas que han dado más que buyéndole la dimensión sintáctica. Pero
hablar, y que han sido objeto de réplicas la sintaxis, y demás dimensiones del len-
y contrarréplicas, son las que ha realiza- guaje, sólo existen cuando hay una men-
do el filósofo de Harvard John Searle" . te humana. Por tanto, la sintaxis con la
La objeción más seria al programa de la que está construida la programación de
IA la realiza Searle con su llamado expe- una computadora, está sólo en la mente
rimento de la habitación china. Imagine- humana no en la máquina. Para mostrar
mos que, realizando el test de Turing, esto, Searle pone el ejemplo de dos jó-
hemos construido una computadora tan venes que se ponen de acuerdo, para
perfecta que enviándole todo tipo de transmitirse un mensaje (por ej., si está
preguntas en chino las responde perfec- o no el profesor en clase) conviniendo
tamente, de tal modo que la computa- en que si una ventana de clase está abier-
dora se comporta como si supiera chino. ta, significaría que el profesor no está, y
Para los defensores de la IA fuerte, ésta si está la ventana cerrada, significaría que
sería una prueba como para decir que sí está. Sería absurdo que alguien dijera
esa computadora es capaz de hablar chi- que la ventana habla y que es capaz de
no, y superaría el test de Turing. decir "sí" (está cerrada) y "no" (está abier-
En cambio, para Searle, este experi- ta). Los objetos materiales (al igual que
mento no demuestra que la máquina sabe una computadora) son meras apoyaturas
hablar chino, sino que simplemente está (significante) donde las mentes humanas
programada para actuar como si supiera sitúan sus mensajes y significados.
chino. La diferencia no es trivial, sino El argumento de la habitación china
fundamental, porque en el lenguaje hay ha tenido muchas críticas y contestacio-
que diferenciar, señala Searle, entre la nes, a las que Searle ha ido contestando
dimensión sintáctica y la dimensión semán- y contraargumentandos° . Pero no nos

49 Cfr. SEARLEJ, Mentes, cerebrosy máquinas, o.c; Id., El misterio de la conciencia, Barcelona, Paidós, 2000.
50 Cfr. LIZ, Manuel, Perspectivas actuales ertfiloso.fia de la mente, Tenerife, Gobierno de Canarias, 2001, capa
5° G. Searle) y 6° (Patricia y Paul Churchland).
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vamos a detener aquí en esta larga polé- les diferentes: un ser humano, un robot,
mica. La síntesis de la polémica nos in- o un extraterrestre. En principio, pode-
dica que ante el problema de la IA fuer- mos decir que los tres tienen el mismo
te se sitúan sobre todo dos posturas: la programa inteligente, que les capacita
de los reduccionistas, y la de los que con- para abrir la puerta, pero su base física
sideran elemento diferenciador de la no es la misma (neuronas, circuitos elec-
mente humana la consciencia y la pose- trónicos, y la materia de que podamos
sión de la dimensión semántica. Se pre- imaginar estén compuestos los cerebros
gunta Searle por qué habrá gente que de los extraterrestres).
esté dispuesta a aceptar que si una má- Pero la dificultad con la que se en-
quina actúa como si fuera consciente o cuentran los funcionalistas consiste en
hablara chino, significa que es igual a ser explicar el modo como interactúa el pro-
consciente y a hablar chino. Y la conclu- grama (software) sobre la base física
sión es que todavía hay muchos críticos (hardware) para realizar sus funciones. A
que no acaban de superar el prejuicio la hora de resolver la dificultad, los
subyacente en la postura conductista, funcionalistas se dividen en dos postu-
consistente en adoptar en el tema de lo ras: a) los funcionalistas "de primer or-
mental una postura extrínseca de obser- den" (Lewis, sobre todo), y b) los "de
vación externa de la conducta (es decir, segundo orden" (Putnam y la mayoría de
la postura de la tercera persona), sin acep- los funcionalistas).
tar que la conciencia es el elemento cla- a) Para el funcionalista "de primer or-
ve y diferenciador de la mente humana den", la función depende de las ca-
(enfoque de primera persona). racterísticas físicas o químicas de la
realidad material en la que se apoya.
c) Insuficiencias o limitaciones del Pero esta respuesta, que tiene la ven-
funcionalismo taja de ser más científica y verifica-
No cabe duda de que el gran mérito del ble (en la medida en que no habría
funcionalismo consistió en superar cla- conflicto entre la tesis de la eficacia
ramente las insuficiencias del causal de la mente y la tesis de la
conductismo y de la TI. Frente al completitud causal del mundo físi-
conductismo, advirtió la objetividad de co), le acerca de tal modo a la TI que
lo mental, con su teoría del holismo de no vemos cómo se diferencia de ella.
lo mental, por la que se acepta que den- b) El funcionalista "de segundo orden",
tro de lo mental se dan diferentes esta- en cambio, considera que un estado
dos mentales que interactúan entre sí. Y mental es múltiplemente realizable,
frente a la TI, no reduce los estados men- en la medida en que puede realizar-
tales a estados cerebrales, sino que dis- se a través de diversos apoyos mate-
tingue entre la base física cerebral (que riales. Por lo tanto, no puede darse
está en diferentes estados) y la función una relación biunívoca entre una fun-
de los diferentes estados mentales. Así, ción y una única base material. Así,
como ya dijimos, la función mental de los estados mentales son autónomos
abrir una puerta la pueden realizar suje- de su base física. De este modo,
tos construidos con elementos materia- como ya señalamos en su momento,
Religiosidad - Edición No. 8
9-1,31,„ha 115
Humanidades
este funcionalismo "de segundo or- ternas de la mente, que coincide con
den" contiene argumentos eficientes el denominado problema de los
para defender la autonomía de la Psi- qualia. Como veíamos con Searle, el
cología (caracterizada con propieda- funcionalismo no se ha desmarcado
des de segundo orden, sobre las pro- suficientemente en este punto de la
piedades de primer orden o físicas). óptica de tercera persona del
Pero este tipo de funcionalismo tie- conductismo y de la TI.
ne la misma dificultad que el dualis- El gran problema del funcionalismo
mo a la hora de explicar la eficacia está en que, atrapado por la atrayen-
causal de lo mental sobre lo físico. te metáfora de las computadoras, ha
Imaginemos dos individuos que tie- caído en el error de pensar que el ni-
nen el mismo estado mental (ver un vel de la programación (software)
objeto ante ellos que les interese está totalmente aislado, separado y
atraparlo) pero tienen diferentes es- es indiferente a cualquier base ma-
tados cerebrales. Según el terial (hardware) en el que se apoya.
funcionalista "de segundo orden", los Ahí está su error y las dificultades
dos realizarían la misma conducta, que siempre tendrá para explicar la
puesto que tienen el mismo estado eficacia causal de un programa so-
mental, pero el sentido común pone bre su base física. Y de hecho, pode-
en entredicho tal conclusión. mos decir que cae en un dualismo
Una segunda dificultad del larvado. Las dificultades del
funcionalismo, común al funcionalismo las pretenden superar
conductismo y a la TI, está en que las teorías emergentistas, como va-
no sabe responder al problema de- mos a ver.
nominado de "espectro invertido",
que se da como caso ejemplar en el 7.3.2. Los emergentismos
defecto denominado daltonismo. Las posturas emergentistas son muy plu-
Aquí no se da correlación entre fun- rales, y no siempre defienden posturas
ción y realidad física extrínseca. Pue- similares. Pero lo que tienen en común
den estar dos sujetos con el mismo es que sí importa, a diferencia de los
estado mental (ver rojo), pero, si los funcionalistas, la referencia a nuestro
estados mentales están cerebro, esto es, a la base física de lo
funcionalmente caracterizados, los mental. En esta denominación de
dos individuos están en distinto es- emergentismo se sitúan tanto M. Bunge,
tado mental (están ante realidades fí- como J. Searle, en cierta medida K.
sicas distintas). Popper, y otros autores menos conoci-
Y la tercera dificultad consiste en dos, como los españoles J.L. Pininos" y
no saber dar cuenta de la concien- J. Monserrat52 . Lo central del
cia, esto es, de las experiencias in- emergentismo, consiste en afirmar que la

51 CE PINTT J,OS, J. L., La mente humana, Madrid, Salvat, 1969 (Madrid, Temas de Hoy, 1991).
52 CE MONSERRATJ, Epistemología evolutiva y teoría de la ciencia, Madrid, UPCO, 1987; Id., La percep-
ción visual La arquitectura delpsiquismo desde el enfoque de la percepción visual, Madrid, Biblioteca Nueva, 1998.
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mente ha emergido o surgido de la evo- c) Emergentismo unitarista o sistemista:
lución del cerebro. Por tanto, el cerebro la mente es el sistema o estructura
sí importa a la hora de tener un concep- específica emergida en la evolución,
to de lo mental. Así, para esta postura, y esa especial estructuración o com-
la mente es el sistema o la estructura plejidad de lo cerebral es lo que le
específica con la que está configurado permite a la mente humana poseer
nuestro cerebro, fruto del proceso de sus especiales características, y
evolución biológica como ha sido for- interactuar sobre la base neuronal del
mado. Ahora bien, el problema de esta cerebro para dirigir la conducta.
teoría es que se puede defender esto y no
coincidir después en qué idea se tenga de En realidad, esta tercera acepción es la
esa estructura mental, y con la ontología que se suele denominar propiamente
o antropología que se tenga de fondo. emergentismo. Pero esta pluralidad de po-
Así, considero que se puede ser sibilidades es quizás una consecuencia
emergentista y al mismo tiempo defen- de la gran ambigüedad que tiene la pala-
der la TI, el dualismo o una postura sin- bra emergentismo, como indica P. Laín
tética o unitarista del ser humano. Todo Entralgo" . Para Laín, si consultamos un
esto condicionado a la suposición de que diccionario de español, emerger es la ac-
el emergentismo, en su sentido más es- ción de salir a la superficie (por ej., un
tricto, no implica más que afirmar que la submarino) una realidad que estaba ocul-
mente es un fruto de la evolución del ta. Pero en esta emergencia, la realidad
cerebro. Veámoslo: oculta no experimenta ningún cambio.
a) Emergentismo coincidente con la TI: Ahora bien, no es esto lo que quiere de-
el cerebro humano habría evolucio- cir la teoría emergentista, puesto que en
nado de especies animales anterio- el proceso evolutivo lo que emerge, el
res, y es lo que le habría capacitado cerebro, sí que experimenta novedad: se
para las específicas propiedades que trata de un nuevo cerebro, una nueva
posee. Pero la mente y los estados estructura de lo cerebral, a la que deno-
mentales se reducirán a estados ce- minamos "mente". Por tanto, lo central
rebrales. en el emergentismo que estamos consi-
b) Emergentismo dualista (es el de derando es la distinción entre el sistema y
Popper): la mente es resultado de la las partes del cerebro.
evolución y complejificación del ce- Vamos a presentar lo central de las
rebro, pero la mente sería distinta y posturas del emergentismo de M. Bunge
funcionaría al margen de lo cerebral y de J. Searle.
(Mundo 2), interactuando con él de
la forma que fuera.

53 Cfr. Nuestro cuerpo. Teoría actual, Madrid, Espasa-Calpe, 1988; y Cuerpo y alma, Madrid, Espasa-
Calpe, 1991.
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a) El monismo emergentista sistema. Esta es la postura defendida por
de M. Bunge54 Bunge, entendiendo por mente al sistema
Para entender la postura de Bunge hay total del cerebro, que debido a su com-
que comenzar por su noción de sistema, plejidad posee las específicas cualidades
que define como una entidad compleja, que advertimos en una mente humana,
compuesta por varios componentes que entre las que destaca su prodigiosa plas-
se relacionan entre sí de modo que se ticidad.
comportan como una totalidad unitaria Así, la mente es el sistema cerebral,
y no como un mero agregado desorde- que no coincide con el mero funciona-
nado de partes. Se dan multitud de siste- miento físico del cerebro, como defien-
mas, cada una de las cuales tienen sus de la TI, y que posee tal complejidad
propias cualidades: fisiosistemas, que, dada su plasticidad, puede
quimiosistemas, biosistemas, psicosis- reprogramarse (recursividad) y ser cons-
temas, sociosistemas, etc. ciente de sí mismo.
Cada sistema tiene dos tipos de pro- Pero para Bunge la mente no es de
piedades: resultantes y emergentes. Pro- naturaleza espiritual, ni la entiende al
piedades resultantes son las propiedades margen de la realidad física del cerebro.
de las partes del sistema, y las emergen- De ahí que su teoría la denomina monismo
tes son las del sistema en su globalidad. emergentista, porque se trata de defender
Para que un sistema sea tal, tiene que un monismo de sustancias y un dualismo de
tener al menos, como es fácil suponer, propiedades. Es decir, es un monismo de
una propiedad emergente. sustancias, porque, según él, no hay más
Aplicado esto al cerebro, Bunge en- realidad que lo material; y dualismo de
tiende que funciona como un sistema. propiedades, puesto que el cerebro tiene
Ahora bien, para entender esto de modo propiedades físicas, pero también men-
adecuado, Bunge diferencia entre tres tales, las propias del sistema en su tota-
modos de entender el funcionamiento del lidad. La mente es sólo una propiedad
cerebro: del cerebro (del sistema cerebral).
a)neuronismo: el cerebro es un conglome- El planteamiento de Bunge es de
rado de neuronas, por lo que para estu- gran interés, al plantear la interesante teo-
diar su funcionamiento basta con saber ría sistemista del cerebro, pero lo que no
el funcionamiento de las neuronas; resulta tan convincente es su concepción
b)holismo: el cerebro funciona siempre y materialista de la realidad. Así, Popper
para todas sus funciones como un con- le achaca la incompatibilidad entre su
junto inseparable; monismo materialista y la aceptación de
c)sistemismo: el cerebro tiene diferentes la teoría evolutiva. Como vimos en su
funciones, unas propias de partes del sis- crítica a la TI, para Popper, si la teoría
tema total (neuronas o subsistemas ce- de la evolución la tomamos en serio, te-
rebrales) y otras, del conjunto total del nemos que aceptar saltos cualitativos en

54 Cfr. Bunge, M., The Mind-Body Problem. A PsychobiologicalApproach, Oxford, 1980 (trad. El problema
mente-cerebro, Madrid, Tecnos); Id., Epistemología, Barcelona, 1980; Ruiz de la Peña, J. L. , Las nuevas
antropologías, o.c., pp. 156-173.
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ella, de tal modo que de lo físico llega- realidades diferentes: la mente


mos, tras la complejificación de lo quí- (como causa) y el efecto (como una
mico y biológico, a lo mental. Y aunque realidad ontológicamente distinta).
no sepamos definir la esencia de lo men- Decirque el cerebro es la causa de la
tal, sí parece que esta complejificación mente es semejante a decir, por ejem-
de la realidad nos induce a superar el plo, que la solidez de la superficie de
materialismo y a defender un mundo más madera de mi mesa es causada por la
abierto que el concebido por el materia- naturaleza de la madera (por la cons-
lismo. Además, la concepción humanis- titución física propia de la madera).
ta de la antropología que defiende Bunge 3) Así, las mentes no son realidades inde-
parece también que no se compagina muy pendientes del cerebro, sino resulta-
bien con su materialismo cerrado, con do de su propia constitución. Por tan-
su idea de lo material reducida a lo sim- to, se puede mantener la noción fun-
plemente físico (fisicalismo). cional de los estados mentales y de la
mente, pero unido a la realidad física
d) El emergentismo de J. Searle " del funcionamiento del cerebro.
Searle no se define explicitamente como 4) Searle considera que las característi-
emergentista, aunque su postura es sin cas más importantes de la mente son
duda en este apartado donde mejor se la consciencia, la subjetividad, la li-
sitúa. En su crítica al funcionalismo, ya bertad, etc., rasgos que sólo son acce-
veíamos cómo le achaca no dar impor- sibles desde una mirada intros-pectiva.
tancia a la base cerebral en la que se apo- Por tanto, entiende que hay que supe-
yan la mente y los estados mentales. Así, rar el planteamiento conductista y
Searle considera que se da una estrecha cientista de tercera persona, y aceptar
relación entre los estados mentales y la como necesario el enfoque introspec-
base cerebral. tivo de primera persona.
Para defender su postura, elabora una serie Entiendo que esta postura es si-
de afirmaciones o postulados de los que voy milar a la de Bunge, pero le falta quizás
a entresacar los más fundamentales56 . referirse explicitamente a cómo entien-
de la realidad de lo mental (en término
1) Los cerebros causan las mentes, en el de sistema), y cómo, en consecuencia,
sentido de que la mente y los esta- cabe explicarse la relación entre el siste-
dos mentales son el resultado de la ma y las partes. La noción de sistema tie-
actividad cerebral. ne la ventaja de hacer plausible la no
2) Causar las mentes o los estados men- identidad entre lo mental y la base
tales no hay que entenderlo en un neuronal del cerebro, aunque su relación
sentido dualista, como si fueran dos es necesaria.

55 Cfr. SEARLE, John, Mentes, cerebrosy ciencia, Madrid, Cátedra, 1985; Id., El misterio de la conciencia,
Barcelona, Paidós, 2000; Id., Mente, lenguaje y sociedad, Madrid, Alianza, 2001.
56 Cfr. SEARLE, J., Mentes, cerebros y ciencia, o.c.,p. 45.

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7.3.3. El estructurismo dinámico formación de un cerebro nuevo, se cons-


de P. Laín Entralgo " tituye ex novo una realidad nueva (aun-
P. Laín Entralgo, basándose en la filoso- que no de la nada). Así, podríamos defi-
fía de Zubiri y en los avances de las cien- nir a esta postura como constitucionismo
cias antropológicas, en especial la estructuris. ta, o como estructurismo dinámico,
neurofisiología, denomina a su postura haciéndose referencia con estos dos tér-
estructurismo, muy cercana al emergentismo. minos a los dos momentos de la idea que
Se desmarca tanto de los dualismos se tiene de la mente: el dinámico
como de los monismos fisicalistas por (constitucionismo) y el estructural
las razones que se han dicho en su mo- (estructurismo).
mento, a través de otros autores. Consi- Esta teoría se configura sobre va-
dera también que el emergentismo tiene rias afirmaciones o ideas centrales":
un nombre inadecuado para indicar los a) Todo lo que hay está constituido
contenidos de lo que esta postura quiere por sustantividades, o realidades
defender, ya que emerger es sinónimo de sustantivas, esto es, conjunto de no-
salir a la luz algo que estaba oculto pero tas que forman estructuras con sufi-
completamente constituido. Y el ciencia entitativa para existir. Cada
emergentismo hace referencia a la con- estructura tiene notas adventicias y
formación de una realidad nueva (el notas esenciales (constitutivas y
complejo cerebro humano, y la mente, constitucionales).
como estructura dinámica de la realidadhu- b) La realidad es dinámica, está dan-
mana) en un momento determinado del do de sí de modo constitutivo, no
proceso evolutivo. consecutivo. Así, se dan diversos
Tampoco le parece adecuado el dinamismos, denominados dinamis-
concepto de brotar que usa a veces su mos de variación, alteración o
maestro Zubiri para ese mismo fenóme- alteridad, mismidad, suidad y
no de emerger, porque brotar también socialidad o convivencia.
es sinónimo de saltar el agua de una c) Dentro de las sustantividades vi-
fuente, pero sin que suponga que en ese vas, el dinamismo de la mismidad hace
brotar el agua surja como una realidad que cada ser vivo sea un autos, en la
nueva, sino como el momento de apare- medida en que posee un centro que
cer a la superficie tras estar antes oculta. controla y orienta su propia realidad;
Por eso, Laín considera que el concepto es decir, está dado a sí mismo, en-
más adecuado sería el de constitucionismo. cargado de su propia supervivencia.
En el momento en que se da ese salto Pero, por evolución, ese dinamismo
cualitativo, mutacional, tanto en el ori- no sólo genera otros seres vivos igua-
gen de cada ser humano, como en la con- les, sino que en el dar de sí está la
57 Además de los dos libros citados más arriba, en nota 53, Laín ha expresado su postura en otros libros
como Alma, cuerpo, persona (1995), Idea del hombre (1996),y Qué es el hombre. Evolución y sentido de la vida,
Oviedo, Ediciones Nobel, 1999.
58 Cfr. LAÍN, Pedro, Qué es el hombre. Evolución y sentido de la vida, o.c., pp 29-67; y 135 y ss.; Id., "El
problema alma-cuerpo en el pensamiento actual", en MORA, Francisco (ed.), El problema cerebro-mente,
Madrid, Alianza, 1995, pp. 17-35.
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posibilidad (por mutación) de gene- g) Por tanto, la psique es definida por
rar otras especies. Zubiri y por Laín como la estrutura
d) El modo como se producen esas dinámica de la realidad humana. Así, esa
mutaciones es a través de constituir- nueva estructuración de lo humano
se nuevas estructuras esenciales que (configurado por dos subestruturas
configuran realidades nuevas (espe- o dos subsistemas) es la que le cons-
cies nuevas). Así, la propia realidad tituye como una realidad diferente,
material viva da de sí realidades más dotada con habitudes diferentes y es-
complejamente estructuradas, hasta pecíficas de su especie. Por tanto, la
llegar a la especie humana. realidad humana está dotada con la
e) El proceso evolutivo da de sí (aun- habitud de la intelección, una intelec-
que no por sí), por elevación, la espe- ción sentiente, que le vierte
cie humana. Este salto es tan constitutivamente a la realidad, pero
cualitativamente diferente que no le aparta de su base sentiente,
Zubiri entiende que en él la materia animal.
viva da desde sí, pero no por sí, esa h) En definitiva, el concepto de men-
elevación. El que hace que desde la te equivale en Laín y en Zubiri al de
materia viva se produzca la eleva- una estructura, o sistema, dinámica.
ción hasta lo humano es el cosmos, Lo específico de la realidad humana
como la super-sustantividad que tie- es su nueva estructuración o siste-
ne el poder de hacer que la realidad matización, no tanto en el nivel ce-
ejercite y actualice sus potencialida- rebral (que también), sino en el con-
des (la estructura es más que la suma junto de su realidad. El problema está
de las partes, las notas, por lo que en especificar qué sea esa estructura
tiene un poder sobre ellas). Ahora o sistema. Por de pronto, no es una
bien, el cosmos nos lleva a la pre- realidad con existencia independiente
gunta sobre el fundamento o esen- de la materialidad de lo corpóreo,
cia de sí, lo que nos plantea ya una pero sí de una naturaleza distinta de
pregunta metafísica y teológica. Pero lo material. Laín utili7a para enten-
no es el momento de profundi7ar en derlo el ejemplo de un conjunto ma-
esa cuestión. temático. El tres de un conjunto de
f) La sustantividad humana es enten- tres manzanas no es una manzana
dida por Zubiri y por Laín como una más, ni es de la naturaleza de las
única sustantividad o sistema único manzanas. Pero no es sin más una
de notas, configurada por dos realidad abstracta como en el con-
subsistemas, el soma u organismo y junto matemático, sino que, al igual
la psique, cada una de las cuales está que afirmaba Bunge, todo sistema,
constituida por su correspondiente para ser considerado como tal, tiene
conjunto de notas, pero que no for- que tener al menos una propiedad
man una sustantividad autosufi- emergente nueva. En la postura de
ciente, sino que la única sustantivi- Zubiri y de Laín, esa idea es mostra-
dad es la que constituye el conjunto da al indicar que la estructura posee
total de cada ser humano. un plus (un poder) sobre las notas.
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Humanidades

Referido al tema de la mente o psi- y de Santo Tomás. Esta postura se da


que, la estructura o sistema entre quienes siguen considerando váli-
psicorgánico nos permite compren- dos los planteamientos escolásticos me-
der que las operaciones y cualidades dievales, como ocurre entre algunos
de lo mental no se reducen a las de ámbitos católicos conservadores. En al-
la base física del cuerpo o del cere- gunos casos, se apoyan en afirmaciones
bro, con lo que nos situamos más allá de algunos funcionalistas (como
de los monismos materialistas o Putnam) que consideran que su noción
fisicalistas. Pero tampoco nos situa- formal de lo mental (programa sintáctico
mos en una postura similar al dualis- de computadora) es bastante similar al
mo sustancialista, puesto que la es- deforma aristotélica.
tructura es siempre una estructura No cabe duda de que los plantea-
de las notas concretas, aunque no se mientos hilemorfistas son los más cer-
reduce a ellas. canos, dentro de las diferentes teorías de
i) Por tanto, esta realidad tan com- la historia de la filosofía, a las tesis ac-
pleja pero tan real es lo que parece tuales más válidas e interesantes de la
ser lo mental, la psique, o como la actualidad, que hemos situado en el apar-
queramos llamar. Así, la psique es un tado sintético o unificador. El
componente de lo humano, pero no hilemorfismo se situó entre el materia-
autosuficiente, esto es, no es una lismo reduccionista y el dualismo, pero
sustantividad, sino un subsistema del se trata de una concepción metafísica ya
sistema total que es cada ser huma- superada y poco válida para constituir
no. De ahí que no podamos aplicar a una filosofía que dialogue
esta realidad la condición de ser in- fructíferamente con la ciencia actual. Es
mortal, al estilo de Platón. Pero sí es lo que consideran tanto Zubiri como
suficiente como para apoyar en ella Laín. Para éstos, la idea de materia y de
todas las tesis sobre la dignidad hu- sustancia en la que está anclado el
mana (ética y religiosa) que han de- hilemorfismo, estaría superada por una
fendido siempre los diferentes huma- metafísica y antropología apoyada en las
nismos. De ahí que esta postura, al categorías de materia y sustantividad, tal
igual que los emergentismos, podrían y como las entiende X. Zubiri.
servir de base óntica a la dimensión En efecto, en la relación que se
funcional que quiere indicarse cuan- da en el hilemorfismo entre materia y
do se afirma que el ser humano tie- forma, la materia actúa como realidad
ne "alma". Aunque tanto Zubiri pasiva ante la acción configuradora de
como Laín indican que no utilizan la forma. En cambio, para Zubiri y la
esa palabra en su teoría por lo carga- ciencia física, la materia es
da que está de semántica dualista y constitutivamente activa, no pasiva.
religiosa. Además, la relación entre acto y poten-
cia del hilemorfismo está también enten-
7.3.4. El neo-hilemorfismo dida como una relación demasiado ce-
También hay quien hoy en día conside- rrada, advirtiéndose en cambio que la
ra válido el hilemorfismo de Aristóteles realidad, más que estar orientada a su
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acto, está abierta a múltiples potenciali- esta problemática tan interesante tanto
dades y posibilidades. dentro de la tradición filosófica de siglos
Además, la filosofía aristotélica anteriores, como también dentro de las
está anclada en la categoría de sustancia propuestas y teorías sobre la mente den-
(hypokeimenon), propia de un dualismo tro de lo que los anglosajones denomi-
ontológico, que habría sido superado por nan tradición continental.
la categoría zubiriana de sustantividad, en De hecho, si analizamos a fondo la
la que la esencia no es una realidad mis- historia de esta nueva filosofía de la
teriosa que se sitúa debajo de los acci- mente y se tienen también en cuenta los
dentes, como soporte y apoyo de los nuevos centros de interés teóricos que
mismos, sino en el conjunto de notas hoy día ocupan a los filósofos de la ac-
esenciales (constitucionales y constitu- tual filosofía de la mente, advertiremos,
tivas) que conforman y constituyen el como vamos a indicar a continuación,
fundamento, o esencia, de cada cosa real. que a medida que se va avanzando en la
De este modo, tendríamos que concluir definición de lo mental, dentro de las
que la filosofía hilemórfica, a pesar de polémicas entre las diversas teorías, ad-
tener elementos muy sugerentes, tendría- vertimos que se vuelven a recuperar an-
mos que considerarla hoy día como fun- tiguas posturas y conceptos que se creían
damentalmente superada. superados y obsoletos.
La dificultades que las teorías inicia-
8. ¿Hacia una convergencia les sobre lo mental han ido encontrando
de tradiciones en la actual filosofia en al empeño de validar sus planteamien-
de la mente? tos, les ha ido advirtiendo de algunas
Como puede verse, la reflexión sobre lo graves insuficiencias en sus enfoques
mental o psíquico ha experimentado en teóricos. Esas deficiencias creo que han
las últimas décadas un intenso y profun- sido las siguientes:
do replanteamiento, en el que se han ido a) La negativa a enfocar el tema de
dando múltiples y variadas posturas, re- lo mental desde la vertiente
novando casi las mismas posiciones introspectiva o enfoque de primera
que se habían defendido en momentos persona. De ahí sus problemas a la
anteriores de la historia de la filosofía hora de resolver el problema de los
desde los griegos. qualia o en las pretensiones de vali-
Aunque, como decíamos al princi- dez del proyecto de la IA fuerte (ol-
pio, al hablar hoy en día de filosofía de la vido o minusvaloración de la dimen-
mente, o de nueva filosofía de la mente, se sión semántica del lenguaje).
suele considerar sólo las diversas postu- b) La reivindicación de lo corpóreo en
ras aparecidas dentro de la filosofia de las teorías mentalistas, tanto para rei-
ámbito anglosajón, a raíz de la supera- vindicar la importancia de lo cere-
ción del conductismo y la aparición de bral frente al funcionalismo, como
las ciencias cognitivas, entre los años también dentro del funcionalismo a
cincuenta y setenta del siglo pasado, cree- la hora de explicar la interacción en-
mos sin embargo que sería una limita- tre el programa (software) y la base ma-
ción reducirnos a ese ámbito y no situar terial (hardware). Un funcionalismo
Religiosidad - Edición No. 8
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Humanidades
extremo llevaría a una concepción cional. Según Damasio, lo emotivo
idealista y solipsista de la realidad. es el sistema que la vida humana tie-
Así, la IA, en su empeño por aseme- ne, como restos de su pasado ani-
jarse a la inteligencia humana, parte mal, de tomar rápidas decisiones,
del engaño de idear una especie de previas y más seguras que las racio-
cerebro (programa y base material) nales. Lo racional vendría después,
que se sitúa aislado del mundo real, para completar desde la consciencia
tanto en los estímulos que recibe el trabajo de desbroce previo que ya
(inputs) como en sus reacciones de habría realizado, apoyado en la se-
respuesta (outputs). guridad de lo instintivo, la estructu-
c)En la recuperación de la corporalidad ra emocional que nos constituye por
hay que situar también el creciente nuestra base biológica' . Vemos,
interés que en las investigaciones de pues, que la realidad de lo mental nos
la actual filosofía de la mente tiene conecta con la compleja realidad
la reflexión sobre los sentimientos. Es unitaria que constituye al ser huma-
un síntoma de que la concepción tra- no.
dicional de la mente se reducía a con- d) Y por último, en las disputas entre la
siderarla reducida al ámbito de la ra- perspectiva de la tercer persona, que-
cionalidad pura. Hoy día se habla tan- riendo dar cuanta de lo mental des-
to de "inteligencias múltiples" (H. de la postura del observador exter-
Gardner)" , como de "inteligencia no (propia de la tradición
emocional" (Goldman)" , y de adver- anglosajona) y de la primera, con la
tir la importancia de lo emocional centralidad del enfoque introspecti-
sobre la racionalidad (A. Damasio)" vo (propia de la tradición continen-
Tradicionalmente se consideraba que tal, y también de J. Searle), va co-
lo emocional era el ámbito de lo irra- brando hoy día fuerza la perspectiva
cional, campo distinto y al margen denominada de segunda persona
de lo racional. Hoy día se va siendo (Antoni Gomila)" . Esta perspecti-
consciente, por un lado, de la enor- va nueva, quizás habría que deno-
me riqueza y complejidad de lo emo- minarla comunitarista o social (segun-
tivo, así como, por otro, de la estre- da persona del plural), abre horizon-
cha relación entre lo racional y lo tes insospechados y valiosísimos en
emocional, e incluso de la centralidad el acercamiento al problema de lo
de lo emocional como base de lo ra- mental. Supone una concepción di-

59 Cfr. GARDNER, H., Inteligencias múltiples, Barcelona, Paidós, 1985.


60 Cfr. GOLFMAN, Daniel, Inteligencia emocional, Barcelona, Kairós, 1996.
61 Cfr. DAMASIO, A. R., El error de Descartes, Barcelona, Crítica, 1996.
62 Cfr. BRONCANO, F, "Las emociones: territorios intermedios en la mente", y MOYA, C. J., "Emo-
ciones, racionalidad y responsabilidad", ambos en MARTÍNEZ-FREIRE, P. F (ed.)., Filosofía actual de
la mente, Málaga, Universidad de Málaga (Rey. Contrastes), 2001, pp. 217-240 y 241-255, respect.
63 Cfr. GOMILA, A., "La perspectiva de segunda persona: mecanismos mentales de la intersubjetividad",
en MARTINEZ-FREIRE, P. F. (ed.), Filosofía actual de la mente, Málaga, Universidad de Málaga (Con-
trastes), 2001, pp. 65-86.
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ferente del ser humano, y la apertura tablecer la relación existente entre una
a estrategias diferentes a la hora de teoría de la mente y sus consecuencias
estudiar los rasgos de la mente hu- éticas, antropológicas y sociológicas.
mana. Ya no habría que investigar al Cada teoría de lo mental conlleva,
individuo aislado, sino dentro de ac- de modo implicito o explícito, una idea
tividades grupales, que son donde se determinada del ser humano. Lo curioso
advierten en su más honda realidad es que en la nueva filosofía de la mente
la esencia de la actividad mental. La parece que se habla de lo menta] al mar-
adopción de esta nueva perspectiva gen de una concepción unitaria de lo
no invalida las dos posturas anterio- humano. Como si eso no se tuviera en
res, que siguen siendo necesarias, cuenta, y, por tanto, como si no se tuvie-
pero se ven obligadas a reorientarse ra que dilucidar una concepción de per-
desde la nueva perspectiva de que sona consecuente con la idea de lo men-
hablamos. tal. Y junto con una idea de ser humano,
En definitiva, estos temas, tan cen- un modelo de sociedad y unas reflexio-
trales dentro de la tradición filosófica con- nes éticas consecuentes a cerca de la dig-
tinental (importancia de lo corpóreo, de nidad humana.
la introspección, de la dimensión social Ya dijimos que en el contexto de la
del ser humano), están siendo objeto de historia del problema, si nos remonta-
reflexión y de recuperación por parte de mos a las culturas prefilosóficas
la filosofía de la mente anglosajona, como (homérica y bíblica, sobre todo ésta), el
consecuencia de las propias insuficiencias tema del alma, la afirmación de que el
de las diversas teorías, advertidas tanto ser humano tiene alma, surge precisa-
por la crítica interna como por filósofos mente dentro del empeño de dotar de
de corte continental" . dignidad ética, ontológica y religiosa al
ser humano. A este empeño le llamába-
9. Filosofia de la mente y modelos mos dimensión funcional del alma. Se dice
antropológicos que el ser humano tiene alma para indi-
Podría terminar aquí mis reflexiones, car que posee un valor superior al con-
pero considero fundamental hacer refe- junto de las realidades mundanas, lo que
rencia a la estrecha relación existente le hace a su vez imagen de Dios. A la
entre las diferentes teorías sobre la men- hora de dar cuenta de qué entendemos
te y el modelo antropológico que se ha- por alma, esto es, al pretender dilucidar
lla en su base o trasfondo. A pesar de su dimensión óntica, se irán produciendo
esta realidad tan evidente, no siempre múltiples teorías y posibilidades. Así, el
se explicita esta relación, ni tampoco se apoyo de las pretensiones éticas y hu-
tiene en cuenta. Y sin embargo, hacer manistas tendrá que buscarse entre las
explicita esta relación aclara muchas co- diferentes teorías de lo mental que per-
sas y sitúa la reflexión en su punto ade- mitan implementar tales enfoques huma-
cuado. Esto es importante de cara a es- nistas. En cambio, uno tiene la impre-

64 Cfr. MARTÍNEZ-FREIRE, P. E (ed), Filosofía actual de la mente, Suplemento 6 (2001) de Contrastes


(Málaga), 2001.
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sión de que en el trasfondo de las diver- ciencia de que no se necesita ser dualista
sas posturas sobre la filosofía de la men- para asegurar la diferencia ontológica y
te de base anglosajona, se da una con- ética del ser humano. Se puede ser hu-
cepción fundamentalmente mecanicista manista sin necesidad de defender la
y reduccionista del ser humano. Se ve al dualidad sustantiva del ser humano,
ser humano como una máquina más o puesto que el dualismo, como hemos vis-
menos compleja, de la que interesa sólo to, resulta hoy día muy difícil de soste-
descubrir su compleja estructura y fun- ner y de compaginar con los planteamien-
cionamiento. Pero parece que se olvida, tos científicos y filosóficos más actuales
y se deja de lado, la pregunta sobre su y convincentes.
sentido, valor y dignidad. De ahí que resulten más adecuados
En ese sentido, no se ve cómo pue- y aceptables los planteamientos interme-
den compaginarse las pretensiones de dios o sintéticos, aunque necesitados de
preeminencia ética del ser humano con reorientar y completar desde los nuevos
teorías de lo mental como el conductismo avances sobre los sentimientos y la radi-
y los diversos monismos fisicalistas, en cal condición interpersonal y social del
la medida en que reducen al ser humano ser humano. Como vemos, pues, la filo-
a una mera máquina física no diferente sofía de lo mental tiene que situarse de
de los demás animales, a no ser que se modo imprescindible dentro una visión
sitúe tal diferencia en una complejidad completa del ser humano, que no olvide
meramente cuantitativa. tampoco su esencial condición social y
Y en relación al dualismo, por otro politica. La filosofía de lo mental no pue-
lado, lo que parece evidente es, al lado de, en definitiva, cultivarse y entender-
de la dificultad que supone defender la se al margen de un correcto modelo
naturaleza independiente de lo espiritual antropológico que le sirva de fundamen-
y su interacción con lo corporal, la cons- to y apoyo adecuado.

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