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La renovación de la escena

tras el relevo del teatro narrativo


por los nuevos paradigmas posdramáticos:
el teatro discursivo, asociativo y relacional
por Agustina Aragón Pividal

Publicado en Anagnórisis: Revista de Investigación Teatral, nº. 10,


diciembre de 2014. Págs 165-204, ISSN: 2013-6986.
www.anagnorisis.es
(Se incorporan al final de este artículo dos cuadros o esquemas. El primero es una compara-
tiva de los cuatro paradigmas expuestos que puede resultar esclarecedora. El segundo re-
coge algunas referencias de cada uno de ellos a modo de ejemplo).
La renovación de la escena tras el relevo del teatro
narrativo por los nuevos paradigmas posdramáticos:
el teatro discursivo, asociativo y relacional
por Agustina Aragón Pividal
agustinaaragon@gmail.com
Real Escuela Superior de Arte Dramático

Abstract
El presente artículo se propone sistematizar tres paradigmas escénicos, a saber, narrativo,
discursivo y asociativo, mediante una comparativa de los principios estéticos y las herra-
mientas compositivas que los rigen. Dicha sistematización, bajo la premisa de producir co-
nocimiento, pone en relación la teoría y la praxis de estos paradigmas para contribuir a su
definición y análisis y comunicar o hacer comprender la práctica escénica contemporánea
a través de unas líneas básicas mínimas, pero fundamentales, cuya finalidad es contribuir
a divulgar las actuales investigaciones teatrales y ayudar a poner en práctica a los profe-
sionales del teatro la gran diversidad de formas teatrales existentes hoy en día. Final-
mente, se expone la idea de que el llamado “teatro relacional” pueda constituir un nuevo
paradigma teatral enmarcado dentro del teatro posdramático junto con el teatro discursivo
y asociativo.

Palabras clave
Teatro posdramático/Teatro discursivo/Teatro relacional/Teatro asociativo/Teatro narra-
tivo/Posmodernidad/Estética teatral/Paradigmas escénicos contemporáneos.
© del texto: 2014 Agustina Aragón Pividal. Todos los derechos reservados.
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Maquetación: Esther Aragón.


E
l teatro, para elevarse a la cate- vanguardias del siglo XX, como hemos
goría de arte, debe autorreflexio- dicho, de la representación, la fábula y
nar sobre su esencia, como ya el referente, en búsqueda de formas
otras formas artísticas lo hicieron en el experimentales para crear experiencias
siglo XX, cuando empezó el cuestiona- alternativas, heterogéneas y novedo-
miento de los géneros artísticos, de las sas, tanto desde lo teórico como desde
formas, pero también del fundamento, lo práctico, que den cuenta de las di-
de la representación, del modo de ver, versas realidades2 en las que está hoy
del estatus del artista y de la figura del inmerso el sujeto, y para proponer un
espectador, debe preguntarse sobre lo conocimiento más imaginativo de los
que le distingue del resto de artes, a la mundos simbólicos de los sujetos, da fe
vez que incorporar, tomar prestado, de ello. Es una consecuencia directa
jugar, investigar con formas nuevas que del pensamiento posmoderno, que ha
le son ajenas para ampliar su contenido propiciado una apertura o expansión
y/o su forma y transgredir, así, los lími- del teatro fuera del teatro como nunca
tes entre las artes. Y es que, actual- antes se había visto3 . La mezcla, la
mente, la práctica escénica no puede permeabilidad o la intermedialidad de
entenderse sin la práctica investigativa las artes es la estrategia para para su-
por la razón de que sólo ésta podrá ale- perar, subvertir o transgredir los límites
jarla de la simple práctica técnica y pro- en búsqueda de nuevos horizontes.
piciar una resistencia más fuerte a la Esta diversidad, esta riqueza teatral,
repetición seriada de procedimientos. alejada de la forma y del discurso único
No diferenciar estas dos prácticas (ar- y empobrecedor del hecho teatral como
tística y técnica) implica no considerar producto capitalista nacido del buen ofi-
el trabajo de los creadores escénicos cio de un profesional o artesano cualifi-
actuales como ejercicio cognitivo que cado, por un lado, y de la inspiración
aporta formas de conocimiento, sino del genio, por otro, surge, como ya
sólo como ejercicio de un oficio. De hemos explicado arriba, de varios cues-
esta forma, la búsqueda constante de tinamientos:
esencialidad y la permeabilidad son 1. Sobre el elemento literario. El
esas cualidades primordiales de todo rango jerárquico del texto literario-
arte que determinados creadores tea- dramático generaba una despropor-
trales están sabiendo explorar, de tal ción en el escenario que había que
manera que están convirtiendo en ob- equilibrar. Las palabras y las ideas
soleta aquella visión del teatro que no ya no pueden ser superiores al
se atreve con ese intento de transgre- resto de los elementos escénicos:
sión, aquella forma teatral que, como cuerpos, objetos, acciones, movi-
explica José Antonio Sánchez, está de- mientos, imágenes...
terminada por “ciertas formas del teatro 2. Sobre el espectador. Hay espec-
burgués de mediados del siglo XIX, que táculos sin mirada (como los del fút-
se resisten a dejar escapar de sí el bol o los toros), que entretienen.
concepto mismo de teatro”1. Hay espectáculos con mirada (como
Según todas las últimas investi- el teatro), que emancipan. El paso
gaciones teatrales, es un hecho irrefu- de uno (espectador entretenido) a
table que la pluralidad teatral a la que otro (espectador emancipado) es
hoy asistimos no ha tenido correlato en clave para estudiar el progreso del
otras épocas. El gran número de gru- hecho escénico, como veremos
pos teatrales que siguen surgiendo, li- más adelante4.
berados ya totalmente, a partir de las 3. Sobre la ficcionalidad, cuya su-

1
presión favorece que el cuerpo del posturas simplificadoras y reduccio-
actor, su fisicidad, su presenciali- nistas.
dad, su materialidad y la de los Sin duda, uno de estos cuestio-
objetos se descubran para propor- namientos, que está siendo calificado
cionar una experiencia sensible, por muchos investigadores como una
perceptiva y significativa en un es- transformación tan importante como la
pacio y en un tiempo compartidos5 del nacimiento del director de escena
sin ilusionismo y, por tanto, alejado hace dos siglos8, es el que domina el
del principio de verosimilitud, que es panorama de la investigación teatral: el
más ampliamente satisfecho por el nuevo papel del espectador en el acto
cine. teatral9, que ya no es solo de orden so-
Estos cuestionamientos, a los cial, más amplio aun hoy en cuanto que
que se busca respuesta en los cruces e se le pide o exige la construcción de re-
influencias artísticas, hunden su raíz en laciones, sino, diríamos, que hasta es-
la pregunta más amplia de por qué es tético, puesto que se amplía a la

necesario el teatro y se detectan en las relación que se da en el evento entre


composiciones y formas en todos los público y escena, entre espectador y
campos: dramatúrgico (se habla de objeto artístico10.
dramaturgia clásica frente a posclásica6 En este ensayo, queremos siste-
estética del rodeo7... ), interpretativo matizar, que no reducir, esta gran diver-
(crisis del personaje, actor frente a eje- sidad en tres paradigmas11 principales
cutante...), escénico (performance tea- para estudiar y analizar los principios
tral, teatro foro, teatro contexto, teatro estéticos básicos que los fundamentan
relacional, teatro conceptual, teatro co- y las estrategias o elementos composi-
munitario, bioescena...). Es el proceso tivos que los conforman. Estos paradig-
de la emancipación escénica, iniciada mas o sistemas teatrales son el
por Brecht, Meyerhold o Piscator y de- narrativo, el discursivo y el asociativo12.
nominado así por Bernard Dort, es la Sabemos que ninguno de estos para-
evolución hacia una escena emanci- digmas o formas teatrales se dan en la
pada de las subordinaciones y jerarqui- práctica escénica casi nunca en su “es-
zaciones impuestas, lo que supone la tado puro”13 en ningún espectáculo o
puesta en crisis de la representación evento teatral y lo aplaudimos, ya que,
como instancia fundamental del teatro como venimos diciendo, el teatro debe
occidental y que hace surgir un desafío expandirse creciente y constantemente,
para el investigador y para el creador: desechando el material gastado y,
repensar e implementar categorías siempre, mirando hacia adelante, debe
epistemológicas y axiológicas, revisar crear combinando, copiando e incorpo-
teorías críticas y metodologías evitando rando saberes (artísticos, políticos,

2
científicos, filosóficos, etc.) para com- de prácticas de dirección escénica, ma-
pletar un proceso turbulento, el de la in- teria en la que llevo explicando y po-
corporación de nuevos sistemas niendo en práctica estos paradigmas o
escénicos en el parnaso del teatro. En formas teatrales hace algún tiempo, in-
resumen: intentaremos teorizar sobre corporando cada año nuevas lecturas y
una forma o tipo ideal de producción análisis de puestas en escena14, tal vez
aun a sabiendas de las grandes dife- parezca que se presenta a modo de
rencias y dispersiones que componen discurso lineal que concluye o senten-
la familia. cia una verdad. Nada más lejos de
En primer lugar, el lector puede nuestra intención. La realidad es que
encontrar un análisis de los siguientes queremos presentar unas reflexiones o
principios estéticos para cada uno de notas periféricas que abran nuevos in-
los paradigmas propuestos: escenifica- terrogantes, surgidos de la investiga-
ción, tesis, línea de desarrollo, lógica, ción, pero también de la práctica
principio organizativo, estructura, mon- escénica, con el convencimiento de

taje y principio de ensamblaje, principio que es necesario hacer un esfuerzo por


de transmisión y efecto, representación definir y categorizar los actuales y di-
del mundo, procedimiento estético do- versos sistemas escénicos con afán di-
minante y relación con el texto. A conti- dáctico. Pensamos esto, por un lado,
nuación, realizaremos una breve porque, desde luego, es tarea propia
descripción de los elementos que los de la pedagogía la investigación teatral,
componen: modelos actorales, espacio la cual contribuirá a formar artistas de
y tiempo, objetos y espectador. La elec- todos los ámbitos escénicos más capa-
ción de estos principios estéticos y la citados para la creación innovadora y
forma de concretarse escénicamente original, alejados de prejuicios, normas
los elementos o componentes cons- aisladoras artísticamente y propuestas
truirá una puesta en escena enmarcada anquilosadas e ilustrativas, y, por otro,
primordialmente en uno u otro sistema porque, con ello, los profesores, esos
o paradigma escénico. Al final del en- profesionales, como dice Pavis, organi-
sayo proporcionaremos, a modo de zadores de saberes y estructuradores
ejemplo paradigmático, sin pretensión de metodologías, sólo estamos ofre-
de hacer una lista completa, algunas ciendo una teorización de nuestro pro-
referencias plásticas, cinematográficas pio quehacer teatral y de lo que vemos
y, por supuesto, teatrales, aunque de en teatros, espacios alternativos y
estas últimas también se irán dando a aulas asiduamente y que tiene ya un
lo largo de él. reconocimiento total y absoluto por
Aclarar que este trabajo, porque parte de público y crítica15, por mucho
es deudor de mi labor como profesora que algunos quieran obviar el hecho de

3
que la filosofía y el pensamiento pos- conflictos internos que externos.
moderno ha propiciado cambios sus- • La trama, obligatoriamente, debe
tanciales en muchos órdenes, y, entre acabar en un final abierto, construir
ellos, en el teatro, que ya no es posible lagunas narrativas, desarrollarse
ignorar. episódicamente y, haciendo perder
Por último, antes de acabar, fuerza a la causalidad, añadir más
aclarar un último tema que considera- casualidades. Las escenas in media
mos relevante. El paradigma narrativo, res (empezadas o sin acabar), la in-
paradigma que “representa” al poder serción de comentarios intrusivos,
hegemónico mediante la transmisión un planteamiento retardado o di-
encubierta de una ideología burguesa y luido en ella, la ruptura de la conti-
liberal y un discurso falsificador16, ha nuidad temporal o la propuesta de
querido evolucionar hacia una cierta tramas posibles para una misma
apertura por parte de algunos drama- historia son otras de las exigencias
turgos y estudiosos. Jean Pierre Sarra- posclásicas.
zac y su estética del rodeo17, que • El espectador ha de ordenar la
contrapone a la estética del reflejo, trama y, por lo tanto, se transforma
afirma que esta apertura se viene en espectador completivo, en cola-
dando desde los inicios del siglo XX y borador dramatúrgico.
nos recuerda que ya Strindberg, Vitrac, • Se introduce al narrador y se juega
Adamov o Pasolini, con sus juegos de con distintas figuras: narrador polifó-
sueño, y Becket o Koltés son muestras nico, narrador-personaje (en vez de
de que se ha estado intentando avan- omnisciente), etc.
zar en otras posibles formas dramáti- Sin embargo, estos intentos ya
cas no clásicas. Agapito Martínez18, han tenido su renovación en la posmo-
David Bordwell19 o Raúl Hérnandez20 dernidad y en el teatro posdramático,
(tanto en teatro como en cine) descri-
ben algunas de sus características:
• Espacio vacío y, por lo tanto, con
posibilidades para llenarse.
• Alteraciones temporales, lo cual im-
plica hacer al tiempo protagónico en
la trama y sustraerlo de la invisibili-
dad a la que estaba sometido en la
dramaturgia clásica.
• En cuanto al personaje, el elemento
en el que más ha experimentado
este teatro para eludir la cautividad
de la psicología, se puede hablar de
personajes faltos de trazos, contra-
dictorios o incoherentes, pero tam-
bién de personajes múltiples o
aquellos que desarrollan más sus

4
como queremos demostrar en este en- mentos de poder de la sociedad, tam-
sayo21. bién debe eliminar lo que “hace Poder,
Ni que decir tiene que todo lo el poder de lo que el teatro representa
aquí expresado es fruto de una investi- (reyes, príncipes, maestros, sistema),
gación en curso sobre un campo muy pero, además, el poder del teatro
vasto y que está expuesto, por lo tanto, mismo (texto, diálogo, actor, director,
con la sincera finalidad de ser revisado estructura)”25 para, así, eliminar todos
por la autora con la incorporación de los elementos que permiten la ordena-
nuevas y fructíferas lecciones y modifi- ción jerárquica de la obra en función de
cado por cuantas aportaciones cual- un sentido totalitario.
quier lector considere pertinentes y Pasemos ahora a explicar qué
positivas22. es lo que cada paradigma escenifica.
Mientras que lo que vemos en escena,
lo que transcurre ante la mirada del es-
PRINCIPIOS ESTéTICOS23 pectador, lo que “representa” es, en el
teatro narrativo, una fábula o una histo-
Escenificación ria ficcional articulada a través de la ló-
Lyotard y Cornago, en su definición de gica de una acción, en el discursivo se
escenificación o puesta en escena, pa- pone en escena una demostración arti-
recen estar de acuerdo: la escenifica- culada a través de la lógica de un razo-
ción es lo que “hace visibles unas namiento. Por su parte, en el modelo
cosas y oculta otras”, “es una estrate- asociativo, se “presentan” acciones y/o
gia de poder, de afianzamiento de unos imágenes relacionadas con un tema,
valores o resistencia contra otros domi- un motivo o un concepto y articuladas a
nantes”, dice el primero; es “un modo través de variaciones subjetivas de
de ordenar la realidad para su repre- dicho tema insertas en una red concep-
sentación, de jerarquizarla y valorarla tual más amplia. El carácter de estas
en función de una estrategia de poder”, acciones es siempre performativo, es
afirma el segundo24. Ambas definicio- decir, son acciones en vivo que enfati-
nes tienen su base en un pensamiento zan la condición procesual del espectá-
deleuziano: toda representación, como culo.
apoyo que es de una organización so- Aunque, como vemos, se da
cial, es un ejercicio de poder, es decir, esta diversidad de lo puesto en escena
un sistema jerarquizado de estables va- de los distintos paradigmas, retomando
lores regula la representación o, de otro lo dicho al principio, sin embargo, cada
modo, hay un sistema de poder, es forma de escenificación responde a
decir, de prácticas discursivas y de una sola y clara iniciativa valorativa
prácticas performativas o conductuales sobre la realidad que representa o pre-
tras cada representación, un sistema senta. Esta explicación contiene una
de ordenación o jerarquización de prin- afirmación que a los defensores del te-
cipios y elementos. Pues bien, dice De- atro narrativo no les satisface: que no
leuze, de la misma manera que el hay contenidos imparciales, objetivos,
teatro debe eliminar o sustraer los ele- que todo lo representado (muy fácil de

5
variadas formas: lectura, idea funda-
mental, idea controladora... Todas ellas
refieren a lo mismo: la visión de la obra
(y del mundo) que el creador o creado-
res escénicos quieren transmitir al pú-
blico. Agapito Martínez28 explica, de
forma didáctica y con bastante detalle,
cómo, a partir de una fábula, se deduci-
ría dicha visión y ésta podría enun-
ciarse mediante una formulación, que
entender cuando hablamos de otras debería o convendría que siempre ex-
prácticas culturales distintas del teatro presara la transformación que, desde
que, por ejemplo, representan la mas- un determinado valor, positivo o nega-
culidad o la feminidad, la superioridad o tivo, se da en ella y la causa originaria
la inferioridad, la dominación o la sumi- de dicha transformación. Esta fórmula,
sión) tiene un valor, un discurso, que se que tal vez pudiera parecer larga y algo
intenta trasladar al espectador me- tortuosa, es, a la hora de diseñar la
diante estrategias, más o menos, legíti- puesta en escena (personajes, esceno-
mas. grafía etc.), muy efectiva. Por poner un
Pero aún hay algo más que aña- ejemplo, utilizaré la obra Woyzeck, de
dir. No son los paradigmas aquí trata- Georg Büchner, cuya tesis podría ser
dos iguales en el sentido de que no es algo así: “De cómo una sociedad capi-
lo mismo el teatro que concede un sitio talista, sustentada en la racionalidad, el
privilegiado al texto fabular en la esce- cientificismo y la moral cristiana, crea
nificación que aquel que lo concede o a una estructura de desigualdades que
la materialidad en toda su extensión conduce a los más débiles y pobres a
(cuerpo, movimiento, objetos, acción) o la alienación, los cuales, a su vez, tien-
a ambos, la palabra y la materialidad. den a reproducir los mismos mecanis-
Como explica Cornago, dice mucho de mos de violencia sobre otros más
una sociedad que impere una u otra débiles, sin que exista posibilidad al-
forma teatral26. A lo largo del artículo, guna de justicia humana ni salvación
sin necesidad de insistir especialmente divina”.
en ello, se verá por qué afirmamos Aprovechando la idea de que se
esto. pueda transmitir mediante una fórmula
lo que el creador artístico quiere contar,
Tesis27 vamos a intentar proyectarlo a los otros
Esta categoría se ha dado en llamar, en dos paradigmas a continuación. Espe-
el paradigma narrativo, de muchas y ramos que resulte clarificador.

6
El paradigma o teatro discursivo, der a un modelo establecido, pero me-
cuya seña distintiva es la apertura a diante expresiones muy distintas: en
problemáticas de la realidad, en su in- este caso, la tesis (realidad falsada), la
tento por proporcionar una explicación antítesis (realidad desvelada) y, claro
de los acontecimientos a través de con- está, la relación estructural, todo ello
flictos de poder y explotación social, mediante una oración adversativa, es
política o histórica, revela en la escena decir, una oración en la que se contra-
la relación estructural entre los hechos dice el significado de la oración a la
con la finalidad de modificar la mirada que se une mediante la correspon-
del espectador, su percepción sobre un diente conjunción. Así, esta oración
hecho o problema y tratar de descu- desvelará que el cambio que explica o
brirle una realidad oculta. Con ello, se que hace comprender el teatro narra-
falsa la tesis oficial, normativizada, so- tivo como necesario e incuestionable
cialmente aceptada, pero el paradigma no lo es y que cualquiera que llegue a
muestra ambas: la mencionada tesis discernir esto (es decir, a entender la
oficial y, por supuesto, la que se intenta relación estructural) es capaz de trans-
desvelar. Es así como llegamos a la formar esta situación y, por lo tanto, la
fórmula del teatro discursivo, que, sociedad y el mundo. Se deduce de
como la del narrativo, deberá respon- esta fórmula que el teatro discursivo,

7
contra lo que opinan sus detrac- las instituciones transnacionales de
tores, no es ideológico, sino crí- adopción propugnan que ésta es un
tico, como explica César de acto altruista que salva vidas y pro-
Vicente29. duce bienestar (escondiendo un in-
Como anteriormente, tercambio mercantil provechoso
vamos a poner algún ejemplo. para ambas partes), paradójica-
En primer lugar, la que podría ménte, sólo produce dolor y pérdida
ser la tesis de Madre coraje, de de identidad en el adoptado”.
Bertold Brecht, que, aunque La tesis en el teatro asocia-
mantiene una fábula, considera- tivo es una afimación del mundo y la
mos que pertenece al paradigma opinión que ésta le merece al crea-
discursivo: “Pensar que la guerra dor, es decir, esta tesis refleja un
(violencia que siempre responde estado de hechos y un punto de
a intereses ocultos) es una vista. La frase o fórmula empleada

forma de ganarse la vida, con- será, por lo tanto, una frase enun-
lleva, paradógicamente, per- ciativa afirmativa o negativa.
derla”. El segundo ejemplo, más El ejemplo que nos gustaría
contemporáneo, es el montaje poner es del montaje Infierno de
discursivo testimonial de Rimini Romeo Castellucci, cuya tesis po-
Protokoll Black Tie, cuya tesis dría ser algo como: todo artista
podría enunciarse así: “Mientras tiene la responsabilidad, ante el co-

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nocimiento de que la sociedad tiende perversa30, es decir, muestra las ac-
a su autodestrucción intentando al- ciones desordenadas, pero no alea-
canzar el progreso y el desarrollo ili- toriamente, sino con el fin de
mitados, de contarlo. favorecer que esa lógica clásica no
sea reconocible.
Línea de desarrollo
El sistema narrativo construye una Principio organizativo
línea de acción o cadena de hechos Es el principio que ordena la suce-
consecutivos en progresión dramá- sión de las partes. Si antes decía-
tica, lo que conlleva no hacer explí- mos que el sistema o paradigma
cita u ocultar, más bien, la asociativo vincula una serie de ac-
articulación discursiva. En cambio, el ciones según un juego de pareci-
sistema discursivo se articula en una dos, no podía ser de otra forma que
cadena de argumentos siguiendo la este paradigma teatral se organi-
línea del discurso. Este discurso zase a base de repeticiones y varia-
suele estar expuesto mediante ideas ciones, es decir, la obra escénica
incompatibles o ilógicas para el sen- no está compuesta por una organi-
tido común, es decir, mediante argu- zación cronológica y lineal, sino
mentos paradógicos, pero según un orden más incierto hecho
coherentes desde la perspectiva crí- de rimas o ecos. El sistema discur-
tica. El sistema asociativo, por su sivo se ordena según oposiciones o
parte, no se desarrolla mediante en- confrontaciones de ideas, mientras
cadenamientos, sino a través de una que el narrativo, como ya habremos
sucesión de acciones siguiendo una deducido, lo hace conforme a un
línea de composición. La unión de orden temporal cronológico, lineal o
estas acciones es asociativa o de co- no.
rrespondencias, exhibiendo un juego
de parecidos formales y de ideas. Estructura u ordenación de las
partes
Lógica Si el sistema o paradigma narrativo
En correlación con las líneas de más clásico utiliza la tradicional y
desarrollo de los paradigmas narra- poderosa estructura de ordenación
tivo, discursivo y asociativo -como de planteamiento, nudo y desen-
hemos visto, cadena de hechos, ca- lace, el discursivo tiende a emplear
dena de argumentos y sucesión de la estructura básica de la Retórica,
acciones, respectivamente-, la lógica a saber: exordio (introducción
empleada por el primero es la causal donde el espectáculo busca la aten-
aristotélica, que sigue los principios ción del público, pero, sobre todo,
de identidad y no contradicción; la ló- su benevolencia y simpatía), narra-
gica dialéctica es la que maneja el tio (o exposición, la parte más larga,
segundo, que, aunque sigue los mis- donde se incluyen todas las cir-
mos principios mencionados de iden- cunstancias: quién, qué, cuándo,
tidad y no contradicción, desordena cómo, dónde, por qué, etc.), argu-
la continuidad causal-temporal y mentatio (parte en la que se aducen
construye la lógica de tesis-antítesis- razones que confirman la propia po-
síntesis; y el tercero, finalmente, pre- sición y se refutan las de la parte
senta la causalidad deconstruida, de contraria) y, finalmente, peroratio
forma que, intentando huir de la ló- (epílogo conclusivo donde se resu-
gica clásica, se sirve de una lógica men los argumentos aportados)31.

9
Dentro de su ambigüedad, el mente, está en la sucesión métrica
asociativo, al no construirse de forma de estas unidades.
encadenada, sino mediante sucesión Las partes en el montaje del
de cuadros, permite una estructura muy sistema asociativo, al contrario que
variada a base de un motivo y sus va- en los dos anteriores, como no
riaciones, patrones rítmicos, principios sigue un desarrollo y consiste ex-
matemáticos, juegos o, incluso, sin es- clusivamente en apilar momentos
tructura. De la misma forma que intenta de manera aleatoria -principio de
una antilógica, también este paradigma ensamblaje de aleatoriedad por el
pretende deconstruir las dos estructu- que se guía-, son más bien frag-
ras anteriores y recurrir a otras más in- mentos de-focalizados que no re-
usuales. miten a un entero o a una
totalidad, sin principio ni final. Al
Montaje contrario que en el narrativo, en
El montaje, en el sistema narrativo, este sistema, sin sujeto que haga,
sigue a la estructura, es decir, viene a sin tiempo ni espacio, es decir, sin
desenvolver las articulaciones propias contexto, el espectador recons-
de un desarrollo. Las escenas o partes, truye el todo por indagación o in-
por lo tanto, se conciben como deta- ducción mediante una hipótesis,
lles32 de un entero, como un aisla- pero la unión siempre aparecerá
miento de una porción de la obra, que como casual y desordenada, por-
recogen una acción hecha por un su- que de lo que se trata es de que
jeto en un espacio y un tiempo que el estos fragmentos nos provoquen
espectador, por deducción, tiene que sorpresas, conexiones inespera-
reconstituir en un todo. Estas partes das y produzcan nuevas resonan-
responden a un principio de ensam- cias en el espectador. Las
blaje, el de la necesitariedad, ya que se transiciones no son cortes ni inte-
siguen unas a otras de manera necesa- rrupciones, sino tránsitos entre
ria. De acuerdo con esta forma de en- fragmentos, tránsitos convenciona-
tenderse las partes, las transiciones lizados siempre en un tempo, que,
deberán ser un corte en falso, un corte curiosamente, no participan del
que no se note, es decir, un simple ritmo del resto del espectáculo por-
paso en el entero. que lo que se pretende, justa-
De forma muy diferente, el mon- mente, es un espectáculo,
taje del paradigma discursivo es la pro- aparentemente, arítmico. La finali-
pia estructura y, por lo tanto, las partes dad última del montaje asociativo
(cuadros, episodios) se establecen es expresar lo caótico y casual, re-
como unidades, significativas por sí huir el orden y alejarse de la idea
mismas y ensambladas, como es ló- de totalidad.
gico, por el principio de inteligibilidad, lo
que significa que, para ir avanzando en Principio de transmisión y
la lectura de las partes, es imprescindi- efecto
ble haber dado sentido a las anteriores. El narrativo utiliza como principio
Las transiciones, por su parte, hacen de transmisión el principio de iden-
explícito el corte, es decir, se hacen tificación para producir un efecto
evidentes como interrupciones de la evidente en el espectador: la con-
propia representación, y el ritmo, final- sabida catarsis, ya sea entendida

10
como purificación curativa del hegemónicas, la práctica cultural, en
alma mediante la experiencia de la este caso, el teatro, reconstituye lo es-
compasión y el miedo o como en- tablecido, lo construido a través de la
señanza moral. representación de lo evidente.
El discursivo utiliza el prin- Por su parte, el paradigma dis-
cipio de análisis y, dentro de la tra- cursivo pretende reconstruir el mundo
dición del teatro épico de Brecht, porque, afirma, dicha evidencia está
practica el distanciamiento con el falsificada y, así, para revelar lo que re-
efecto de convencer o persuadir al almente es el mundo, hay que desvelar
espectador para moverle a la ac- sus antagonismos: clases, individuos,
ción. ideas, realidades... El encuentro de dos
El asociativo, a través de realidades antagónicas hace posible,
asociaciones inesperadas, inédi- según el teatro político, imaginar la re-
tas o irreconocibles, crea el des- construcción o la reformulación del
concierto y la perplejidad en el mundo.
espectador, que mira estupefacto El asociativo parte de la idea de
lo que ocurre en la escena, lo que la descomposición de lo compuesto, de
provoca una apertura sensorial y la deconstrucción”35 de lo construido y,
cognitiva y es condición indispen- en su intento por forzar lo que creemos
sable para pensar una vida dife- real, transmite la idea de que el mundo
rente y más intensa. De lo que se está por descubrir, percibir, experimen-
trata es de interrumpir los hábitos tar, sentir por primera vez. Este descu-
de percepción y propiciar la pér- brimento, que, a la fuerza, anula el
dida de la evidencia, por eso pro- logos regulador, desestabiliza, de ahí
duce encuentros improbables con que el espectáculo asociativo requiera
una finalidad: transgredir ideas mayor exigencia de acercamiento de la
prefijadas por la cultura. mirada mediante la obstrucción de una
visión inmediata y evidente sobre las
Representación del mundo cosas. Así, en vez de proporcionar, por
El teatro narrativo propone un tanto, una visión o representación del
mundo con el que empatizar, en el mundo, procura una percepción sensi-
que reconocerse. Por lo tanto, las ble del mundo a través de la asociación
representaciones inscritas en este de sensaciones sorprendentes a modo
paradigma intentarán hacernos de sinestesias. La consecuencia de
pasar por incuestionable un todo ello será, por tanto, una mayor exi-
mundo que compartimos en la evi- gencia de interpretación y esfuerzo
dencia de lo común, pretenderán para la lectura. Aunque Derrida rechaza
“reconducir lo diverso a lo idéntico que exista un método de desconstruc-
y, por ende, a lo intercambiable”33, ción, sin embargo, sí que ve imprescin-
ser “el reflejo fiel, acabado y per- dible que el movimiento deconstructivo
fecto del supuestamente objetivo se fije unas estrategias, cuya finalidad
mundo exterior”34. Por eso, el tea- sean las de abrir la lectura y hacer es-
tro narrativo emplea el método de tallar su sentido. Se trata de una inter-
la reconstitución de la realidad ex- pretación productiva y transformadora,
terior. Si esta realidad ya se nos que da lugar a un nuevo texto. A modo
da ordenada, es decir, constituida de apunte incompleto, pues no es pro-
según unas prácticas discursivas piamente ésta la materia de la que trata

11
dad, en su intento de desvelar lo
metafórico de todo lenguaje, lite-
raliza la metáfora en la escena,
un recurso deconstrutivo muy
usado37.
2) Principio de la diferencia.
Desde que Nietzsche ya nos si-
tuara en la era de la posmetafí-
sica y nos ubicara en la filosofía

este ensayo36, a continuación enun-


ciamos sucintamente algunas estrate-
gias que el paradigma asociativo está
explorando en su camino de bús-
queda de nuevos lenguajes teatrales,
surgidas a partir de dos de los princi-
pios o ideas filosóficas centrales del
pensamiento posmoderno, y que,
además, a menudo, derivan en el uso
de unos determinados tropos o figu-
ras retóricas escénicas:
1) Deconstruir, descifrar las oposi-
ciones, el binarismo, la dualidad,
que siempre privilegia uno de los
elementos por encima del otro. De
este principio se deriva la estrategia
de la inversión de la jerarquía. Una
de estas jerarquías, la de la causa-
lidad (la causa precede al efecto)
se desconstruirá, se descompondrá de la diferencia, la repetición38, o copia
haciendo preceder el efecto a la de modelos, también de actos perfor-
causa, lo cual implica suprimir el mativos que construyen el mundo y al
origen. Este principio y estrategia ser humano, se ha convertido en una
son básicos en el teatro posdramá- de las estrategias deconstructivas prin-
tico, ya que generan muchas de las cipales del teatro asociativo. En la repe-
características de este paradigma tición, primero, se revela que ya el
que estamos viendo a lo largo de original es una copia y, segundo, que,
este ensayo. A su vez, de esta es- por ella, aparecen las diferencias. Así, a
trategia se favorece el uso de los partir de la repetición y de su campo de
tropos de intercambio, que tan ha- expansión, se piensa y se trabaja con
bitualmente vemos en la escena estrategias como la intertextualidad39, el
posmoderna, como son el hipérba- cambio de estilo (muy habitualmente la
ton, anacoluto, préstamo... Ade- parodia), la fragmentación (que rompe
más, en esta dinámica de la estructura lineal y que conduce al
desjerarquización, la posmoderni- montaje de unidades heterogéneas y,

12
por eso, con posibilidades de or- En el discursivo, se injerta un añadido,
denamientos y agrupaciones que crea discontinuidad, con intención
que produzcan trayectorias de explicativa y desveladora. Los injertos
lectura diversas), la cita (que siempre suponen una artibitrariedad de
hace comparecer a otros enun- asociación que hace el artista, pero que
ciadores en el discurso, pero queda legimitada por el propio dis-
donde éstos aparecen descuar- curso, haciendo que el espectador es-
tizados40), lo excluido y lo margi- tablezca sus apropiadas conexiones
nal41. En este caso, son los intelectuales.
tropos o figuras de adjunción, En el asociativo, se construye un
como acumulación, antítesis, collage (que ya desarrollaran varios
paradoja, repetición, compara- movimientos artísticos a lo largo de
ción, oxímoron..., las exploradas todo el siglo XX), una yuxtaposición de
en este paradigma teatral. los elementos o materiales con los que
se trabaja simultánea y casualmente
Procedimiento estético dominante dispuestos, sin coordinación, que no se
El procedimiento estético del teatro subordinan a una composición tradicio-
narrativo es el desglose, que es un nal, es decir, que no siguen unas reglas
compositivas preestablecidas, sino que
se componen en una agrupación sin ar-
ticulación ni lógica aparente, aunque sí
que se da una coherencia entre el dis-
curso y la forma, es decir, entre lo que
se quiere contar y cómo se cuenta.
Este collage, según señala Martínez42,
podría ser tanto de lenguajes artísti-
ticos (danza, poesía, cine, etc.),
como de estilos (decorados, vestua-
rio, actuación, etc.) o dramatúrgico
(textos dramáticos, ensayos, noticias
periodísticas, etc.).

Relación con el texto


El papel del texto es, sin duda, el de-
bate que mayor resonancia tiene en
el teatro contemporáneo, segura-
mente por lo que la palabra y, sobre

recurso de la continuidad cronólo-


gica y lógica entre los detalles de
la totalidad previa; del discursivo,
el injerto, y del asociativo, el co-
llage, que son ambos recursos de
la discontinuidad. En el narrativo,
se desglosa el espacio de una na-
rración y el tiempo de una acción.

13
todo, la palabra
escrita tiene de
herramienta cons-
tructora y fijadora
de ideas y costum-
bres y, por lo
tanto, “símbolo de
verdad y civiliza-
ción, el espacio
opuesto a la bar-
barie, que sería la
carencia de pala-
bra, es decir, de
razón”43. Logos y
fábula unidos: el
primero regulando
la justificación ló-
gica del mundo, la segunda siendo el espejo, el reflejo, convertido en drama, de este
logos44. De hecho, es el paradigma narrativo, que, como decíamos más arriba, repre-
senta un mundo común incuestionable, el que no ha podido sustraer el hecho escénico
de la dependencia a la palabra y a su literariedad y, así, la puesta en escena narrativa
evidencia su supeditación al texto, ya que la estructura del propio texto constituye la
estructura de la escenificación. Ya Hegel decía que el teatro es la transcripción literaria
de un fragmento de vida esencialmente conflictivo, dialéctico y agónico. El texto, base
de la representación, se aparece aquí bajo dos formas: el diálogo teatral, que es mayo-
ritario en el texto, y las acotaciones. éste, en principio, simple guión para una represen-
tación, por arte del dramaturgo, se convierte en pieza de literatura dramática cuando
trabaja con los mismos patrones que la poesía o la novela (a saber: belleza lingüística,
recursos estilísticos audaces, sonoridad fonética, réplicas agudas, ingeniosas e inteli-
gentes, coherencia lógica de personajes y acciones, reproducción de un mundo ideoló-
gico enmarcado en un momento histórico, etc.), pero que, sin embargo, no son los que
dotan al teatro de su especificidad.
El texto como discurso (ya sea testimonio o documento) es, en el paradigma dis-
cursivo, un elemento más que no decide la puesta en escena. éste y el resto de ele-
mentos se proponen en total concordancia para construir la estructura discursiva.
La palabra y su distancia con las cosas, ahora abierta, ha sido, como sabemos,
por lo tanto, muy cuestionada en la posmodernidad, de ahí que el teatro posdramático
o asociativo haya experimentado con ella como si de un “fantasma” se tratara. En este
teatro, el componente textual, cuando lo hay, se presenta, en primer lugar, en simulta-
neidad con el resto de signos (propia de la lectura de imágenes) en lugar de en una
disposición lineal (propia de la lectura de los textos). A este proceso se le ha dado en
llamar la “democratización de la escena” porque acaba con el predominio jerárquico de
la palabra, a la que se le concede, como ya se ha dicho reiteradamente, la misma im-
portancia que al espacio, al sonido, a la luz, al movimiento o al cuerpo del performer.
En muchos de estos casos, se trabaja el componente maleable y sonoro de la palabra
para cuestionar la necesidad o no de su presencia en la escena y, sobre todo, para
cuestionar su sentido, como expone Deleuze de forma lúcida: “Si Carmelo Bene tiene
con frecuencia necesidad de una obra originaria, no es para hacer de ella una parodia
a la mode, ni para agregar literatura a la literatura. Por el contrario es para sustraer la
literatura, por ejemplo sustraer el texto, una parte del texto y ver qué sucede. Que las
palabras cesen de hacer “texto”... Es un teatro-experimentación, que incluye más amor

14
hacia Shakespeare que todos los comentarios sobre él”45. Para alcanzar esta finalidad,
la palabra se trabaja como una acción más, se subraya su “suceder” junto al cuerpo,
por eso se centra en su materialidad sonora, sus dimensiones paradógicas, sus posibi-
lidades declamatorias y oratorias, sus intensidades extremas, distorsiones vocales...,
es decir, todo lo que implique su deformación. Esto significa que se da un “reposiciona-
miento de la palabra en el conjunto de la teatralidad, que no su desaparición”46, palabra
a la que se le aplica la deconstrucción para reasignarle otras funciones distintas a la de
contar una fábula o conferir un sentido. Derrida, aludiendo al teatro artaudiano, explica
que la palabra será en estos espectáculos una “escritura jeroglífica cuyos elementos fo-
néticos se coordinan con elementos visuales, pictóricos, plásticos”47.
En casos más extremos, el texto dramático puede desaparecer por completo,
siendo sustituido por una partitura de acciones, imágenes, gestos, sonidos..., es decir,
por todo aquel lenguaje que no emplee códigos lingüísticos.

RECURSOS DE COMPOSICIóN

A continuación, empezando por las formas actorales y terminando por el especta-


dor, vamos a establecer las diferencias principales de cómo son utilizados, tratatos
y trabajados los elementos o componentes que conforman los tres paradigmas
aquí estudiados. En la medida de lo posible, junto a la teoría y para mayor clari-
dad, ilustraremos las ideas con prácticas escénicas concretas.
En cuanto al modelo actoral, en el sistema narrativo, como es sabido, el
actor es un personaje: representa a un sujeto de ficción en una trama también fic-
cional. Los tipos pueden ser rol, figura y tipo. Su cuerpo es un cuerpo semiótico o
cuerpo-signo. El teatro discursivo lo convierte en orador-hablante, que dirige obli-
gatoriamente su discurso y su mirada directamente al público, mientras que el aso-
ciativo lo muda en ejecutante u operador, performer, quien no es ni actor ni
personaje48, sino cuerpo-materia-objeto, ya que su actuación es un estar haciendo
en escena (ésa es su dimensión performativa) exponiendo al espectador la mate-
rialidad de su cuerpo y de su voz. Su cometido es llevar a cabo procesos de corpo-
rización en los que su cuerpo, siempre tratado en su fisicidad y, a veces, como un
objeto, se transfigura, se violenta en un intento por separar al actor y su cuerpo del

15
personaje y centrar la recepción en el y orador/ejecutante, un tiempo que
cuerpo fenoménico49. Recientemente, dura lo que dura la argumentación/ac-
Chevallier ha hecho una clasificación ción. Sin embargo, el tiempo presente,
básica de siete modelos actorales en el tiempo significante, aún puede ser
este tipo de teatro muy sugerente y útil experimentado, sentido de forma dife-
que vale la pena examinar50. rente en ambos paradigmas. En el pri-
Sobre el uso que en cada para- mero, la vida, entendida como sucesión
digma se hace de los objetos, decir de acontecimientos, de cosas que
que, en el narrativo, es un uso funcio- pasan y nos pasan, se paraliza para
nal-mimético y, a veces, poético-meta- dar paso a la reflexión; en el segundo,
fórico; en el discursivo, los objetos son el tiempo de la vida se ve distorsionado
o reales o simbólicos, y, en el asocia- porque se desintegra el tiempo enten-
tivo, se da o una descontextualización dido como un continuum, lo cual es la
del objeto o un uso inadecuado del inequívoca señal de la disolución del
mismo, pero, sobre todo, destaca por sujeto organizador, de la supresión de
su característica de transformación, de la pregunta “quién representa a quien”
cambio a través del uso que hace de él para dar paso al mostrarse a sí mismo,
el ejecutante, un uso que, en principio, a la presencia y al tiempo de la presen-
está abierto a cualquier posibilidad y cia en vez de al representarse un
que el ejecutante irá concretando, ce- tiempo. Una vez suspendida la unidad
rrando en su interactuación con él. En de tiempo como principio y final, es
palabras de Deleuze, “Los accesorios y decir, una vez abandonada la visión te-
los objetos esperan su destino, o sea, leológica lineal del tiempo (no hay un
la necesidad que los va a otorgar el tiempo que empieza ni un tiempo que
personaje”51. acaba, es un proceso abierto que po-
Veamos ahora el tiempo. En el dría empe-
narrativo, el tiempo es el argumental de zar en otro
la fábula y siempre es un tiempo de fic- momento y
ción, lineal o no, continuo o disconti- acabar en
nuo, y, por eso, este tiempo está en el otro mo-
nivel del significado, es parte indispen- mento), el
sable de él. Sin un tiempo cronológico tiempo se
ficcional no hay teatro narrativo. En los convierte
paradigmas discursivo y asociativo, el en imagen,
tiempo es un tiempo real, el del pre- la imagen-
sente, y, por tanto, un tiempo de viven- tiempo, que
cia y disfrute conjunto entre espectador es exhi-

16
bida, presen- de representación55 es un espacio mi-
tada en estado mético y ficcional, que se narra en la fá-
puro (trascen- bula, aunque, estéticamente, puede
dental) en vez estar estilizado o ser poético. Los espa-
de como tema u cios del teatro asociativo son, en primer
objeto empírico, lugar, por lo general, espacios múlti-
para dar cuenta ples, heterogéneos, “espacios de dis-
de la distorsión posición variable” y “de configuraciones
del tiempo “des- espaciales que brindan posibilidades
viado” de lo ha- desconocidas”56 hasta llegar a espacios
bitual. tan conflictivos que impiden la mirada
El espacio, fácil del espectador, y, en segundo, es-
otro de los ele- pacios que no refieren a ninguna reali-
mentos de com- dad exterior, sino que son un continuo
posición real57. Estos espacios, que pueden ma-
escénica, recibe, en cada uno de los terializarse más o menos estilizados,
tres paradigmas, un tratamiento des- pueden estar pictorizados, cuando se
igual. Lehmann hace una distinción por han visto muy influidos por la pintura en
tamaño básica entre espacio dramático su composición visual, o pueden pre-
y posdramático. El modelo del primero sentarse como instalaciones para re-
sería el espacio mediado, ya que “el crear más una atmósfera y dirigir la
marco de la escena funciona como un atención hacia una experiencia que
espejo que permite que el mundo ho- busca la interacción del espectador con
mogéneo del observador se reconozca el entorno.
en el mundo igualmente cerrado del El teatro discursivo, por su parte,
drama”52, mientras que los del segundo puede o diseñar el espacio como el del
serían o el pequeño, donde “la distan- asociativo que acabamos de ver o,
cia entre actores y espectadores llega a dentro de su más propia idiosincrasia,
reducirse tanto que la proximidad física conformarlo como un espacio real que
y fisiológica se superpone a la significa- puede ser no convencional, cuando
ción mental, de modo que se origina un propone un site specific, sea alterado o
espacio de una tensa dinámica centrí- no con escenografía, o espacio público
peta en la que el teatro se vuelve un de intervención, cuando se programa
momento de energías vividas conjunta- un evento de transformación de un es-
mente”53, o el grande, con un efecto pacio público (nótese que ambos espa-
centrífugo, que o “sobredetermina la cios son espacios de comunalidad
percepción de los demás elementos o entre actores y espectadores o sólo
elude el dominio de la mirada”54. En entre espectadores. En el último punto
cuanto a su uso y significación, en el sobre teatro relacional de este ensayo,
teatro o paradigma narrativo, el espacio tratamos más pormenorizadamente los

17
eventos de este último tipo.), En cual- efecto y del grado de actividad que se
quiera de los casos, siempre intentará pretende en el espectador. Sin em-
limpiar el espacio de elementos que bargo, es bien distinto el camino y los
creen una atmósfera o ambiente que elementos elegidos entre los paradig-
puedan producir un efecto hipnótico en mas expuestos para tratarlo.
el del espectador. En el teatro narrativo, el espec-
El último componente del que tador, siempre con ocasión de una re-
queremos hablar, y casi el más impor- presentación, es decir, una ficción
dramatizada donde
se figura una refe-
rencia con un sig-
nificado
determinado y se
reafirma lo ya co-
nocido, es un mero
receptor de un
mensaje impuesto,
alejado de cual-

tante, por la gran transformación su- quier pertinencia


frida y por la elevada consideración que estética, que per-
en el planteamiento de los eventos es- manece distanciado, desinteresado,
cénicos se le está dando, es el espec- sólo ocupado por el acto de reflexión
tador. Desde el principio, el teatro ha privada e individual. El espectador, en
permanecido muy atento a la reacción este paradigma, no hace intervenir sus
latente del público. El público teatral es, sentidos. Este teatro “enseña”, como
de hecho, uno de los elementos que diría displicentemente Ranciere58, y el
más ha diferenciado al teatro, junto a espectador puede “participar” única-
su singular potencial de presentación, mente cuando concurre como mero ob-
de, primero, otras formas narrativas o servador reconociendo obedientemente
dramáticas (cine o televisión), cuyo pú- las formas que han sido creadas para
blico está en diferido, y, segundo, de él para poder reconstruir las indicacio-
cualesquiera otra forma artística más nes de la obra59. Aquí, el espectador es
antigua que éstas, en las que la figura consciente de que alguien ha hecho
del espectador tiene una idiosincrasia algo para exhibirlo delante de él y, así,
más silenciosa. En fin, desde siempre, el acto teatral sólo se entiende porque
ha sido inseparable el hecho teatral del un alguien (director) hace (pone en es-

18
cena) un algo (obra teatral)60 para otro sidad de presentar lo que ocurre en la
alguien (espectador). escena, pero, sobre todo, ahora sí que
Con el teatro discursivo, como tiene la necesidad de que el espectador
dice Ranciere, comienza la liberación esté presente y disponible “para acoger
de la obra de la relación causa-efecto, lo que ahora en el presente surge”63 y
propia del régimen representativo dar sentido a lo que siente. La condi-
donde el espectador sale con la lección ción general de este paradigma va
bien aprendida, y, por lo tanto, co- desde la de agredir al espectador (mú-
mienza la interpretación activa. En este sica estridente, danza hermética, su-
tipo de teatro, el espectador observa, presión del embelesamiento), pasando
pero, sobre todo, selecciona, compara por movilizarlo físicamente (entra y sale
e interpreta gracias a que el espectá- para ver o no ver, se le mueve del sitio
culo dircursivo ofrece esta posibilidad, para que mire desde distintos lugares,
ya que el director de escena o creador se le obliga a permancer de pie, se le
no impone una visión al espectador, invita insistentemente a que realice una
sino que le “hace pensar” la visión. Los acción54), interpelarlo, interrogarlo o
espectadores son, dice Ranciere, “es- exigirle que se exprese directamente o
pectadores distantes, pero intérpretes a través de medios técnicos (pidiéndole
activos del espectáculo que se les pro- que resuma una acción que acaba de
pone”61. ocurrir o que, a través de su móvil, con-
En el modelo
asociativo, la referen-
cia representada fic-
cionalmente ya no
existe y se ha desinte-
grado el sentido, por lo
que el espectador,
como afirma Leh-
mann, se encuentra
en la disyuntiva de no
pensar nada (lo cual
es imposible) o de leer

el espectáculo tacte en directo con el performer55),


tal y como se hasta hacer que la ideación o concep-
presenta en el ción de la obra se asiente en la presen-
aquí y ahora y cia real del espectador en la escena y
no dejar de sea él mismo el constructor del pro-
mirar, para sentir, lo que está pre- ducto artístico final56.
sente62. Este “teatro del presentar”, Por último, explicar lo que cada
como lo llama Chevallier, tiene la nece- uno de los tres paradigmas pretende

19
producir o provocar en la sociedad. El teatro denominadas “relacionales” por Bourriaud72 o
narrativo, siendo un teatro consensuador, “colaborativas” por Laddaga73, que la crea-
pretende la cohesión social, es decir, una so- ción escénica se fundamente en una realidad
ciedad armónica y sin conflictos ni disensos. percibida como relacional. Es decir, este tea-
El teatro discursivo, como teatro emancipa- tro, deriva de las prácticas participativas del
dor que es, es decir, de lucha antagónica teatro discursivo y asociativo, ya no produce
que contradice las estructuras de domina- una obra, sino un acontecimiento (hic et
ción, “pretende una correlación de fuerzas nunc), un acontecimiento siempre experi-
que dé lugar a una acción revolucionaria del mentado y construido por los espectadores
espectador”57, es decir, tiene la pretensión de en sus efectos e impredecible por su natura-
efectuar una transformación social. Final- leza procesual74, que se interroga sobre la
mente, el teatro asociativo, que es, por anto- relación entre la producción artística escé-
nomasia, el teatro de la transgresión, nica y una forma de ciudadanía democrática
pretende generar una actividad constructora pero divergente.
de nuevas producciones artísticas, para ha- El objetivo del teatro relacional es
cerlo, simultáneamente, de nuevas realida- traspasar la frontera entre espectador y obra
des, a través de la participación extrema y para, primero, constatar la capacidad artís-
democrática del espectador. tica e intelectual de los espectadores, que
pasan de consumidores de significados (tea-
tro narrativo) a generadores de “significantes
ALGUNOS APUNTES SOBRE EL TEATRO RELACIONAL: e, incluso, de contenido simbólico”75, es
¿NUEVO PARADIGMA? decir, constatar lo que un espectador puede
hacer en un contexto nuevo y, segundo, fran-
Pues bien, esta última forma teatral, que ha quear la frontera entre teatro y realidad76. Si
otorgado una atención especial al especta- el teatro narrativo “hace ver”, el discursivo
dor en el acontecimiento escénico al subra- “hace pensar” y el asociativo “hace sentir”,
yar la dimensión sensorial del acto teatral68, este teatro relacional se coloca un paso más
este teatro posdramático o asociativo, que allá: “hace hacer” (o “deja hacer”) al especta-
ha pasado de una ontología de la obra a una dor en una suerte de diálogo horizontal insti-
ontología del espectador, es decir, de la pre- tuido para que la obra pase de producto a
gunta qué es la obra a la pregunta qué es el instrumento, de espectáculo a aconteci-
receptor, está dando un paso más adelante miento, de objeto a proceso.
con el teatro relacional a partir de otra pre- Bourriaud plantea una clasificación en
gunta: cómo hacer que la obra produzca dos posibles tipos de prácticas relacionales77
comportamientos subjetivos y/o políticos y, (extrapolables al teatro relacional)78: eventos
por ende, cómo hacer que el espectador, que producen momentos o espacios de so-
junto con el performer o ideador, se convierta ciabilidad o eventos que producen objetos
en cosujeto69. productores de sociabilidad. Así, la construc-
De este teatro aún no se ha hablado ción de un evento de teatro relacional tiene
demasiado, porque, parafraseando a Lad- las mismas premisas que la de un evento ar-
daga70, cómo hablar de un teatro que es irre- tístico relacional: el ideador, incubador o con-
conocible desde las producciones ceptor79 propone un modo de vida social
convencionales y disciplinarias, desde las artificial a una comunidad experimental, de
producciones de “teatro musical”, “teatro fí- tal manera que ni agente ni espectador cono-
sico”, “teatro de texto”, “teatro visual”71... Sin cen de antemano qué clase de relaciones se
embargo, creemos que es posible establecer darán ni lo que sucederá en el evento ni la
algunas características o, incluso, notas bá- obra final a la que dará lugar. Este evento
sicas que puedan guiar la construcción de un transcurre a partir de una serie de confronta-
evento relacional. ciones: con los otros, con los objetos, con los
Para empezar, explicar que teatro re- dispositivos, etc. Las decisiones que el es-
lacional es una nueva forma teatral que in- pectador vaya tomando en el transcurrir
tenta, a partir de las prácticas artísticas afectarán a la discursividad del propio artista,
20
20
es decir, que el discurso que el conceptor tos”, pero ése no es un “estar político”, sino
tiene previamente no será más que una hi- un estar de disfrute, de diversión, ya que, al
pótesis, que podrá derivar en otros diferen- no poner en tensión las diferencias, evita los
tes discursos, en otros sentidos, encuentros antagónicos y, por ende, falsea o
elaborados conjuntamente por los especta- disfraza la realidad conflictiva intrínseca a la
dores que lo construyen. Este teatro del interrelación de los individuos.
acontecimiento relacional tiene su razón de Para finalizar, queremos contestar a
ser cuando se presenta como improbable, las preguntas que Claire Bishop hace a los ar-
lleno de posibilidades abiertas que no ha tistas de estas prácticas. Intenta ponerles en
sido posible anticipar por ninguno de los aviso sobre la necesidad de juzgar las relacio-
congregados al evento. nes que produce el arte relacional, sobre qué,
Para Bourriaud, además, todas cómo y para quién se hace el evento relacio-
estas prácticas tienen un carácter social y nal, porque, de lo que se trata, es de cuestio-
político, ya que pretenden ser intersticios nar la cualidad de las relaciones. La pregunta
de comunicación y de interacción en los lógica, según ella, es qué tipo de relación se
que se crean situaciones espacio-tempora- produce en el evento de teatro relacional que
les ajenas a las formas de socialización im- construimos, para quién y por qué. Contes-
puestas en la vida cotidiana, es decir, tando a estas preguntas, creemos que el tea-
pretenden producir las condiciones para tro relacional debe crear dispositivos que
crear un mundo de microutopías, preten- produzcan relaciones antagónicas, es decir,
den, en fin, “construir un terrritorio político que todo dispositivo que intente poner en re-
perdido, destrozado por la violencia deste- lación a personas, a subjetividades, debe
rritorializante del capitalismo mundial inte- tener en cuenta el disenso, debe propiciar
grado”80. Sin embargo, junto con Bishop81, que ciudadanos demócratas expresen su
creemos que construir este territorio es agonismo (así lo llama Mouffe, es decir, anta-
crear un modus vivendi basado en formas gonismo sin violencia82) en un espacio y un
de relación sin conflicto, relaciones armóni- tiempo compartidos de debate83.
cas, en las que se da la coexistencia, la in- Por último, como anticipamos al princi-
clusión de todas las diferencias y que esta pio, añadimos dos cuadros o esquemas. El
noción de inclusión armónica, este con- primero es una comparativa de los tres para-
senso universalizador es falsificar la reali- digmas aquí explicados que puede resultar
dad. Los dispositivos puestos al servicio de esclarecedora. El segundo recoge algunas re-
los espectadores en este tipo de eventos ferencias de cada uno de ellos a modo de
pueden estar creados, sí, para propiciar el ejemplo.
diálogo distentido en un simple “estar jun-
21
Paradigmas teatrales contemporáneos
Principios estéticos

NARRATIVO DISCURSIVO ASOCIATIVO RELACIONAL

Constelación de imá-
Escenificacion Una fábula Una demostración Encuentro
genes

Línea Cadena de Cadena Sucesión de Sucesión


de desarrollo hechos de argumentos imágenes de situaciones

Principio Orden Orden


En eco En acontecimientos
organizativo temporal de confrontaciones

Causal
Lógica Dialéctica Antilógica Del clinamen
aristotélica

Principio
Identificación Distanciamiento Desconcierto Interrelación
de transmisión

Apertura
Reconocimiento
Efecto Catarsis Persuasión sensorial
del otro
y cognitiva

Cohesión Transformación Reconfiguración


Finalidad Perturbación
social sociopolítica de lo social

Mundo con el que Mundo que


Representación Mundo que desvelar Mundo en el que
empaticar experimentar
del mundo y por reconstruir comparecer
y por reconstituir y por deconstruir

Actitud Reflexión Inmersión Tomas


Tomas de posición
del espectador individualizada en experiencia de decisiones
Paradigmas teatrales contemporáneos
Procedimientos estéticos de composión

NARRATIVO DISCURSIVO ASOCIATIVO RELACIONAL

Hipótesis sobre
Transformación Tesis, antítesis Proposición
Tesis maneras alternativas
y su causa y relación estructural y punto de vista
de sociabilidad

Procedimiento
estético Desglose Injerto Collage Decollage
dominante

Estructuras
Sucesión
Estructura Exordio-narratio- de juegos,
Planteamiento- de cuadros
u ordenación argumentatio- dispositivos sociales,
nudo-desenlace con estructuras
de las partes peroratio experimentos
variadas
sociológicos

Elemento básico
Acciones en vivo y
de la dramaturgia Sucesos Argumentos Reglas
tableaux
escénica

Elemento
Tema
principal Narración Discurso Dispositivo
y variaciones
de composición

Partes
Detalles Unidades Fragmentos Situaciones
del montaje

Principio
Necesitariedad Inteligibilidad Asociaciones Decisiones
de ensamblaje

Cortes
Pasajes Interrupciones Rupturas Disrupciones
que no se noten
El texto El texto en una serie
El texto
El texto determina como un elemento de instrucciones
como discurso.
la puesta en escena. más y en disonan- y el texto enunciable.
Tratamiento Tratamiento
Tratamiento cia. Tratamiento Tratamiento
del texto de la palabra
de la palabra de la palabra a de la palabra
a partir
mimético-naturalista partir de su fuerza en su carácter
de su fuerza retórica
poética performativo

Actor Personaje Orador experto Ejecutante Espec-actor

Alteraciones
Tiempo Cronológico Real y presente Vivido
temporales

Carácter público
Espacio Carácter mimético Carácter tribuna Carácter instalativo
(común)
Referencias de los paradigmas escénicos84

NARRATIVO DISCURSIVO ASOCIATIVO RELACIONAL

Teatro político (Pis-


Kantor
cator)
Grotowski
Teatro épico
Jon Jesurum
Drama burgués (Brecht)
Wooster Group
Teatro social Agit-prop
La Zaranda
Teatro clásico Teatro comunitario
Bob Wilson
Teatro posclásico: Teatro documento
Christoph Marthaler Rimini Protokoll
Lepage Teatro verbatim
Heiner Goebbels Teatro foro (Boal)
Anatoli Vassiliev Teatro testimonio
Forced Entertainment Roger Bernat
Guy Cassiers Teatro del oprimido
She She Pop Teatro participativo
Thomas Ostermeier (Augusto Boal)
Frank Castorf Teatro inmersivo
Eimuntas Nekrosius Peter Weiss
Christian Lupa (Fac- Teatro interactivo
Big Art Group Peter Brook (US)
tory, Imagine) Juan Domínguez
Teatrales Simon McBurney Living Theatre
Fernando Renjifo Sonia Gómez
Yuri Butusov Rimini ProtoKoll
Esteve Grasset Brooks y Casado
Oscar Korsunovas Milo Rau
Oscar Gómez Hanna Hurtzig
Simon Stone Lola Arias
Angélica Lidell
Christiane Jatahy Lucía Miranda
Romeo Castellucci
Katie Mitchell Toloza y Azcona
Rodrigo García
Krzysztof Warlikowski Mapa Teatro
Ricci e Forte
Michael Thalheimer Yuyachkani
Jan Lawers
Wajdi Mouawad Rabih Mroué
Matarile Teatro
Teatro de autoficción Groupov
René Pollesch
William Kentridge
Falk Richter
La Resentida
El Conde de Torrefiel
Lagartijas Tiradas
al Sol
Cine alemán de abs-
Griffith tracción geométrica
Hitchcock Cine surrealista
Welles Cine dadá
Cine de arte y ensayo Cine documental Chris Marker (Sans
Bergman Cinema verité soleil)
Fellini (Ocho y medio) Eisenstein Pialat
Cinematográficas
Fassbinder Dziga-Vertov Win Wenders
Truffaut Straub y Huillet Fellini (Y la nave va)
Chabrol Jancsó Cassavettes
Antonioni Resnais (El año pa-
Kubrik sado en Marienbad)
Cine neorrealista Godard (Vivir su vida)
Bresson (Pickpocket)

Arte situacionista Pintura abstracta Instalación


Arte de contexto Arte de instalación inmersiva
Pintura figurativa Arte de acción
Plásticas Arte de interven- Arte conceptual
ción Arte de acción participativa
Artivismo Arte relacional:
Tiravanija, Torres
Notas
gia construida, pero, a la vez, improvisada, de
1
Sánchez, J. A. (1999): Dramaturgias de la ima-
tal manera que el espectáculo funcionaba sólo
gen. Cuenca, Universidad de Castilla-La Man- bajo la relación que se creaba, primero, entre
cha. Pág. 11. las parejas de desconocidos que se generaban
2
Como explica Cornago hablando ya de la reno- entre los espectadores y, segundo, entre éstos y
vación teatral de Brecht, Vilar o Strehler, “nuevas un ordenador omnisciente y omnipresente, a la
formas para aprehender una realidad más com- vez que funcionaba como la gran figura demiúr-
pleja y contradictoria (…) que escapa a la míme- gica del teatro tradicional.
sis verista”. Cornago, ó. (2001): Discurso teórico 11
Hemos decidido llamarlos paradigma, al modo
y puesta en escena en los años sesenta: la en- de Kuhn, o sistema, por convención y claridad,
crucijada de los realismos. Madrid, CSIC. Pág. pero a sabiendas, coincidiendo en esta opinión
633. con Laddaga, de que estos términos implican la
organización de unos componentes que forman
3
Sánchez, J. A.: “El teatro en el campo expan-
una estructura cerrada. Sin embargo, no es esa
dido” (en línea). Quadern portatils, nº 16.
la idea que advertimos de estos paradigmas, ya
http://www.macba.cat/uploads/20081110/QP_16_ que son más bien tendencias u orientaciones
Sanchez.pdf. Consulta 25/11/2013. (orientación o tendencia narrativa, discursiva y
4
En el epígrafe de este ensayo referido a “Recur- asociativa) que, como tales, están en constante
sos de composición” hablando del espectador. modificación. Sin embargo, nosotros optamos
5
As,í Deleuze afirma que “el espectáculo em- por este término, ya que un paradigma estético
pieza y termina en el momento en el cual se engloba un conjunto común de prácticas cultura-
hace”. Deleuze, G. (2003): “Un manifiesto les y sistemas de pensamiento. Laddaga, Rei-
menos”, en Deleuze, G. y Bene, C.: Superposi- naldo (2010): Estética de la emergencia. Buenos
ciónes. Buenos Aires, Artes del Sur. Pág. 79. Aires, Adriana Hidalgo.
6
Hernández Garrido, R. (2012): Incoherencia de 12
Estos tres sistemas que aquí estamos descri-
la trama y contradicción del personaje. Bilbao, biendo y analizando están propuestos de forma
Artezblai. parecida, pero con variantes, por Agapito Martí-
7
Sarrazac, J-P (2011): Juegos de sueño y otros nez, en el campo teatral, quien se refiere a ellos
rodeos: alternativas a la fábula en la dramaturgia. como sistemas narrativo, persuasivo y asocia-
México, Toma, Ediciones y Producciones Escé- tivo, y Bordwell y Amiel, en el campo cinemato-
nicas y Cinematográficas. gráfico, quienes los refieren como narración
8
Dicho esto, no podemos dejar de mencionar clásica y de arte y ensayo, narración histórico-
que, para Lehmann, el nacimiento del director de materialista y narración paramétrica o montajes
escena, como muy bien explica, tuvo una clarí- narrativo, discursivo y de correspondencia, res-
sima causa: “eliminar la convención de los textos pectivamente. Martínez, Agapito (2006): Cua-
y liberarlos de los ingredientes arbitrarios, irrele- derno de dirección teatral. Madrid, Ñaque.
vantes y destructivos propios de la 'gran cocina' Bordwell, David (1996): La narración en el cine
de los efectos teatrales”, lo cual significa que “el de ficción. Madrid, Paidós Ibérica. Amiel, Vicent
teatro de director (o de un colectivo, es decir, la (2005): Estética del montaje. Madrid, Abada Edi-
dirección entendida tal y como la entendemos tores. Nótense las diferencias: Martínez llama al
desde Craig o Stanislavski) es una premisa indis- sistema que nosotros denominamos discursivo
cutible para el dispositivo posdramático”, en opo- persuasivo, Bordwell categoriza a los tres bajo
sición a lo que ahora muchos piensan, sin visión el sustantivo “narración”, mientras que Amiel lo
de pasado como vemos: que la dirección es una hace bajo el sustantivo “montaje”. Coincidimos
reminiscencia del teatro dramático. Lehmann, H- más con Amiel, ya que montaje refiere a con-
T (2013): Teatro posdramático. Murcia, CEN- trucción y eso es lo que, a lo largo de este en-
DEAC. Pág. 91. sayo, intentaremos hacer: describir la
9
Chevallier, J-F (2012): El teatro hoy en día. Bil- contrucción, la estructura y las leyes de compo-
bao, Artezblai. Epígrafe “El espectador invitado”. sición de los tres sistemas escénicos. También
10
Un ejemplo brillante de este nuevo papel son nos acerca, más que con Martínez, el que nom-
los diseñados para el público por Roger Bernat. bre al asociativo como “de correspondencia”, ya
En su puesta en escena Pendiente de voto, por que es ésta, al fin y al cabo, la relación que se
ejemplo, el espectador era obligado a debatir da entre los elementos que intervienen en lo es-
temas políticos y sociales con otro espectador cénico en este sistema. Denominarlo “persua-
desconocido sentado a su lado para poder reali- sivo” creemos que refiere al efecto sobre el
zar un voto conjunto a una pregunta previamente espectador (que sería, como se verá en este en-
hecha desde un ordenador a toda la sala. Estas sayo, hacerlo a través de una sola de las cate-
aportaciones eran totalmente necesarias para gorías del sistema), mientras que denominarlos,
que el espectáculo progresase en una dramatur- en su conjunto, “narración” es una nomenclatura

25
fallida en cuanto que es, justamente, lo que claramente tres estéticas cinematográficas: el
tanto el cine como el teatro posmoderno han cine clásico, moderno y posmoderno, siendo el
suprimido, la narración. moderno el que adopta estas características pos-
13
No cabe duda de que Brecht, el iniciador del clásicas. Cito a Sasa Markus para evidenciarlo:
teatro discursivo y creador del distanciamiento, “William Sisca cita como propiamente moderna la
sin embargo, no escatima en fabular con todos autorreflexibilidad aplicada, por ejemplo, en Per-
los ingredientes dramáticos a su alcance: per- sona u Ocho y medio, películas formalmente in-
sonajes (aunque no psicológicos), mímesis de transitivas que incluyen fragmentación espacial y
acciones reales, lógica y progresión narrativa... temporal, ruptura del flujo narrativo, introducción
por cierto, al igual que en cine Einsenstein o de elementos ajenos al argumento, etc. Según
en teatro más contemporáneo el grupo de Hutcheon, estos mismos códigos de expresividad
danza-teatro DV8. moderna se ven ahora como unos clichés narrati-
14
Dar las gracias a todos los alumnos por sus vos, que, junto a las pautas de expresión clásica,
aportaciones y sus trabajos prácticos durante quedan parodiados y desafiados dentro del con-
este tiempo. texto del cine posmoderno”. Markus, Sasa
15
Veremos a lo largo de este ensayo y al final (2011): La parodia en el cine posmoderno. Barce-
del mismo ejemplos de estos espectáculos que lona, UOC. Pág. 35.
son programados con regularidad en las salas 22
Muchos colegas y amigos, imposible enumerar-
de teatro. los aquí, han contribuido con sus aportaciones
16
En un ensayo de Chevallier titulado “El teatro desinteresadas a este estudio. A todos, gracias.
del presentar y la resistencia al neolibera- 23
Algunos de estos principios están aplicados
lismo”, este filósofo y director de escena des- aquí al teatro a partir de su aplicación para el
vela cómo el teatro del representar (narrativo) cine por Vicent Amiel. Amiel, Vicent (2005): Esté-
encubre una ideología neoliberal burguesa y tica..., op. cit.
cómo el teatro del presentar (posdramático o 24
Cornago, ó. (2004-2006): “La teatralidad como
asociativo) puede constituir un acto de resis- crítica a la Modernidad” (en línea). Tropelías, nº
tencia a esta ideología “buscando que surjan 15-14. http://artesescenicas.uclm.es/archivos_su-
eventos inesperados impropios de entrar en el bidos/textos/271/teatralidad_modernidad_cor-
eje de la intercambiabilidad”. Chevallier, J-F nago.pdf. Consulta 12/12/2013.
(2006): “El teatro del presentar y la resistencia 25
Deleuze, G. (2003): “Un manifiesto...”, op. cit.,
al neoliberalismo” (en línea). Líneas de fuga, pág. 95.
nº 20. 26
Cornago, ó. (2004-2006): “La teatralidad...”,
http://data0.eklablog.com/proyecto3/perso/pdf/t op. cit.
eatro%20del%20presentar%20y%20resisten- 27
Tomamos tesis, en el paradigma narrativo, en
cia%20al%20neoliber.pdf. Consulta 15/1/2014. un sentido amplio como proposición afirmativa e
Son curiosas en este sentido las siguientes pa- hipotética sobre unos hechos demostrables; en el
labras de la creadora Beatriz Catani: “Sí discursivo, es obvio que el enunciado debe reco-
pienso que me gusta del teatro (que además ger una tesis y su antítesis, y, en el asociativo,
es lo específico), que la gente esté allí. Que tesis lo referimos a otra posible acepción que es
sea tan antieconómico, tan inútil, tan despro- la de ofrecer alguien una opinión sobre algo.
porcionado el esfuerzo con lo obtenido. Por 28
Martínez, Agapito (2006): Cuaderno..., op. cit.,
eso me interesa también aumentar esa rela- pág. 52.
ción “negativa”, radicalizar ese no beneficio, 29
Vicente, César de (2013): La escena constitu-
que se convierta casi en un puro gasto, en una yente. Madrid, Centro de Documentación Crítica.
economía de la pérdida por nada o casi”. Ca- Pág. 71 y ss.
tani, Beatriz (2007): Acercamientos a lo real. 30
“Perversión, porque el orden de las cosas (en
Buenos Aires, Artes del Sur y también en línea los modelos científicos) y el orden del discurso
http://artesescenicas.uclm.es/archivos_subi- (en las producciones intelectuales) no están des-
dos/textos/178/BeatrizCatani_OscarCor- ordenados banalmente, sino que están hechos
nago_Conversaciones.pdf. Consulta perversos. No están volcados, opuestos, inverti-
25/11/2013. dos, sino cambiados de orden de un modo que
17
Sarrazac, J-P (2011): Juegos de sueño..., op. las lógicas precedentes no pueden reconocerlos
cit. ni siquiera como 'otro por sí mismo'. Encontrar
18
Martínez, A. (2006): Cuaderno..., op. cit. una lógica puede ser el nuevo desafío a la cien-
19
Bordwell, D. (1996): La narración..., op. cit. cia de la cultura”. Así lo expresa Omar Cala-
20
Hernández, R. (2012): Incoherencia..., op. brese en las páginas 187 y 188 de su libro La era
cit. neobarroca (Cátedra, 1994) refiriéndose a la dife-
21
Señalo aquí que el cine también distingue rente conformación del espacio cultural. Es decir,

26
el teatro asociativo pretende ser esa nueva 38
Para más sobre el concepto filosófico y tea-
forma cultural que busca y quiere encontrar una tral de repetición, véase Deleuze, G. (1995):
lógica diferente. Repetición y diferencia. Barcelona, Anagrama y
31
El grupo lisboeta Estudantes per Empréstimo, Chevallier, J-F (2007): “Deleuze y el teatro 1: el
un grupo formado por estudiantes de secunda- teatro de la repeticion” (en línea).
ria y universitarios y especilizado en teatro foro http://www.proyecto3.net/deleuze-y-el-teatro-1-
(que es una de las formas teatrales discursivas el-teatro-de-la-repeticion-a1602382. Consulta
más característica), participó en el Encuentro 01/03/2014.
de Teatro Comunitario en 2011 en la Universi- 39
“Un entramado de significaciones que remite
dad Autónoma de Madrid. Allí escenificó un y se entrecruza con otros textos de forma inin-
montaje de teatro legislativo en el que cada una terrumpida e infinita”. Peretti, C. (1989): Jac-
de estas partes se hacía perfectamente evi- ques Derrida: texto y deconstrucción. Madrid,
dente: el exordio consistía en una presentación Anthropos. Pág. 144.
del grupo en la que definían la dinámita del tea- 40
Abril, Gonzalo. (2003): Cortar y pegar. Ma-
tro foro; la narratio estaba formada por peque- drid, Cátedra. Pág. 21 y ss.
ños sckeches en los que los actores leían 41
“Una lectura deconstructiva es, contraria-
diferentes noticias del periódico sobre el tema mente a la lectura hermenéutica, una lectura
que trataban, la implantación de un nuevo que sospecha, una lectura que vigila las fisuras
carné universitario; la argumentación, en este del texto, una lectura de síntomas que rechaza
caso dramatizada, representaba un caso parti- por igual lo manifiesto y la pretendida profundi-
cular de un estudiante, sus padres, las secreta- dad del texto, una lectura que lee entre líneas y
ria de la universidad y un banquero en el que en los márgenes, para poder, seguidamente,
se daban razones a favor y en contra del carné, escribir sin línea: una lectura siempre atenta al
permitiendo que el público también argumen- detalle, que se abre a las estructuras disimula-
tase interpretando alguno de estos papeles, y, das, a los elementos marginados y marginales
por último, la peroratio, en este caso en forma para descubrir un texto semejante y, a la vez,
de debate con el público, resumía argumentos muy distinto”. Peretti, C. (1989): Jacques De-
y ofrecía posibles soluciones para impedir que rrida..., op. cit., pág. 152.
el nuevo carné, que consideraban una estafa, 42
Martínez, Agapito (2006): Cuaderno..., op. cit
se implantara. 43
Cornago, óscar (2005): “El acontecimiento de
32
Calabrese, Omar (1994): La era..., op. cit. Ca- la palabra tras el fin de la historia” (en línea).
pítulo 4. http://artesescenicas.uclm.es/index.php?sec=te
33
Chevallier, J-F (2006): “El teatro del presentar xto&id=183. Consulta 22/10/2013.
y la resistencia..., op. cit. 44
Derrida lo eleva hasta una concepción de la
34
Cornago, ó. (2001): Discurso teórico..., op. escena teológica. Derrida, J. (1989): La escri-
cit., pág. 633. tura y la diferencia. .
35
“Deconstrucción”, noción que Derrida (según 45
Deleuze, G. (2003): “Un manifiesto...”, en De-
él mismo explicó, sólo empleó esta palabra dos leuze, G. y Bene, C.: Superposiciones. Buenos
veces, pero toda la posmodernidad se la apro- Aires, Artes del Sur. Pág. 78.
pió después) explica que no es una operación 46
Carnevali, Davide (2010): “La crisis del drama
negativa (ni supresión ni inversión ni destruc- en la contemporaneidad” (en línea).
ción ni transgresión), en sentido positivo, expli- http://ddd.uab.cat/pub/trerecpro/2010/hdl_2072
cita una operación de análisis para desmontar _83182/Davide_Carnevali_-_Treball_de_re-
estructuras y ver cómo están construidas, cómo cerca.pdf. Consulta 13/11/2013.
funcionan, pero también para encontrar las fisu- 47
Derrida, J. (1989): La escritura... op. cit., pág.
ras o grietas y participar de su resquebraja- 329.
miento, de su descomposición. Peretti, Cristina 48
Dirá Deleuze en su famoso “Un manifiesto
de (1989): Jacques Derrida: texto y deconstruc- menos”: “El hombre de teatro ya no es autor,
ción. Barcelona, Anthropos. actor o director. Es un operador. Por operación
36
Sobre figuras estilísticas en el escenario, la hay que comprender el movimiento de la sus-
autora de este ensayo prepara el artículo “Figu- tracción, de la imputación, pero ya recubierto
ras poéticas y deconstrucción en la escena por el otro movimiento, que hace nacer y proli-
posdramática”. ferar algo inesperado, como en una prótesis”.
37
La compañía Mabouu Mines y su director Lee Deleuze, G. y Bene, C. (2003): Superposicio-
Brauer montó el espectáculo Casa de muñe- nes, op. cit., págs. 77 y 78.
cas. él mismo explicó que, para ponerla en es- 49
Erika Fischer-Lichte lo expone en su texto Es-
cena, utilizó esta estrategia, por lo que, tética de lo performativo diciendo que el
presentó al espectador un espacio escénico-es- cuerpo, en las realizaciones escénicas más
cenográfico que era una casa de muñecas lite- contemporáneas y en el arte de la perfor-
ralizando así la metáfora. mance, expone su materialidad, su físico estar-

27
en-el-mundo, una forma de corporización teatro, para ser teatro, ha de culminar en una
nueva que se ha llevado a cabo a través de obra.
cuatro procedimientos: 1) la inversión de la re- 61
Ranciere, J. (2010): El espectador..., op. cit.,
lación entre actor y papel, es decir, que el pág. 19.
cuerpo aparezca como mente corporeizada y 62
Lehmann, H-T (2013): El teatro posdramá-
no que el actor le preste su cuerpo a una tico..., op. cit.
mente, que es en lo que se basa el viejo con- 63
Ya Marinis, en 1982, en su libro Semiótica del
cepto de encarnación (pone como ejemplo a teatro, habla de “teatro de presentación” para
Grotowski); 2) el realce y la exhibición de la sin- definir el teatro en el que prevalece la autorre-
gularidad del cuerpo del actor/performer, es ferencialidad sobre la relación a otro (a una his-
decir, que el movimiento del actor se convierte toria) y que no parte de un texto, pero
en el más importante objeto de la realización últimamente Chevallier y su premiado ensayo
escénica deconstruyéndose la noción de perso- El teatro hoy en día ha puesto de actualidad
naje, ya que sus movimientos no pueden inter- esta denominación.
pretarse como signos, sino que la atención del 64
Esto ocurría en el espectáculo Las posicio-
espectador se fija en los tempos, intensidades, nes, de Los Torreznos, que transcurría simple-
direcciones, etc. (pone como ejemplo a Bob mente a base de un aplauso prolongado de los
Wilson); 3) hacer hincapié en la vulnerabilidad, espectadores con sus pequeñas variaciones de
fragilidad e insuficiencia del cuerpo del actor intensidad y que ellos mismos describen como
sacando a escena cuerpos deformes, enfermos “trabajo de acción que juega en relación con el
o “monstruosos”, con lo que se focaliza el papel protagonista del público”, a lo que aña-
cuerpo fenoménico por encima del semiótico den: “La comodidad de estar sentado mirando
(como ejemplo, Romeo Castellucci), y 4) el se enfrenta a la necesidad de interpretar lo que
cross-casting, es decir, poniendo cuerpos con no se entiende. Lo que ocurra puede resultar
diferencias sexuales, raciales, etc. a interpretar seductor o ser intrascendente. En cualquier
los personajes (como ejemplo, Frank Castorf). caso, no podemos librarnos del aquí y ahora,
Véase Fischer-Lichte, Erika (2011): Estética de es lo que cuenta”. Como vemos, una clara
los performativo. Madrid, Abada Editores. puesta en práctica de algunos de los principios
50
Sobre todo, porque estas siete modalidades del teatro asociativo o teatro del presentar.
las establece, primero, como tipología revisable 65
Ambas acciones sorprendian a los especta-
y, segundo, con la finalidad de descubrir lo ope- dores en la puesta en escena Dies irae, cinco
rativamente eficaz para el espectador de cada episodios en torno al fin de la especie del grupo
tipo de ejercución. Véase Chevallier (2012): El Teatro Sotterraneo.
teatro hoy en día, op. cit., epígrafe “Modalida- 66
Otra vez sirva como ejemplo la pieza mencio-
des actorales”. nada Las posiciones, de Los Torreznos, que, a
51
Deleuze, G. (2003): “Un manifiesto..., op. cit., través del aplauso continuado del público, ex-
pág. 79. plora sobre el comportamiento de los especta-
52
Lehmann, H-T (2013): Teatro posdramático, dores (así explican el concepto de su obra) y
op. cit., pág. 277. les lleva a idear un evento en el que son los es-
53
Lehmann, H-T (2013): Teatro posdramático, pectadores quienes, gracias a su participación,
op. cit., pág. 278. lo construyen, lo hacen.
54
Lehmann, H-T (2013): Teatro posdramático, 67
Vicente, C. de (2013): La escena..., op. cit.,
op. cit., pág. 278. pág. 78.
55
Es mucho y muy extenso lo que se ha escrito 68
Más o menos, Chevallier (El teatro hoy..., op.
e investigado mucho sobre el espacio en el tea- cit., págs. 21 y 22) lo explica así: a la experien-
tro narrativo y, sobre todo, desde la semiótica. cia sensorial del espectador que está plena-
Corvin, Michael (1997): “Contribución al análisis mente presente en lo que acontece le sucede
del espacio escénico en el teatro”, en Boves inmediatamente el estadio de dar sentido al
Naves, María del Carmen: Teoría del teatro. sentir y, al alcanzar sentido, piensa en cómo
Madrid, Arco Libros. emprender acciones reales fuera del foro tea-
56
Fischer-Lichte, Erika (2011): Estética..., op. tral.
cit., págs. 226. 69
Así, Chevallier (El teatro hoy..., op. cit., pág.
57
Lehman los denomina “metonímicos”. Leh- 44), a través de una prosa poético-filosófica,
mann, H-T (2013): Teatro posdramático, op. habla del artista-espectador y del espectador-
cit., pág. 279. artista, dos figuras cuya tendencia natural es
58
Ranciere, Jacques (2010): El espectador desear e intentar ser siempre el otro: “El límite
emancipado. Castellón, Ellago Ediciones. al cual tiende el artista-espectador es volverse
59
Luhmann, Niklas (2005): El arte de la socie- puro espectador porque ya no hay nada que
dad. México, Herder. modificar en la escena. El límite al cual se
80
Es la idea reguladora del teatro narrativo: el acerca el espectador-artista consiste en aban-

28
donar la función corriendo para volverse ya el que el evento mismo que ha tenido lugar para
creador de su vida”. llegar a la obra es el producto artístico. Sán-
70
Laddaga, Reinaldo (2010): Estética de la chez, José A.: “La estética relacional: comenta-
emergencia. Buenos Aires, Adriana Hidalgo. rio al libro de Nicolás Bourriaud” (en línea).
Pág. 11. http://joseasanchez.arte-a.org/node/640. Con-
71
A pesar de toda la práctica relacional que tanto sulta el 13/02/2014.
Bourriaud como Laddaga han investigado en sus 75
Sánchez, José A. (2007): Prácticas de lo real
estudios, desde la teoría, muy poco se ha pen- en la escena contemporánea. Madrid, Visor.
sado y escrito sobre ella, aunque ya Lehmann Pág. 260.
habla de ellas, un poco por encima, en su libro 76
Nótese que el teatro relacional para ser teatro
Teatro posdramático en el año 1999 (pág. 298) y desarrolla una mirada subsidiaria, es decir, la de
algo más en el artículo que diez años después unos espectadores a otros, que será fluctuante
escribió sobre la continuidad de este teatro: “Al- e intercambiable.
gunas notas sobre el teatro posdramático una 77
Bourriaud, N. (2008): Estética... op. cit., pág.
década después”, en Bellisco, M.; Cifuentes, M. 37.
J. y écija, A. (2011): Repensar la dramaturgia. 78
Sánchez, José A. (2007): Prácticas..., op. cit.,
Murcia, CENDEAC. Pág. 329. pág. 262.
72
Quien las define en su libro Estética relacional 78
Así los denomina José Antonio Sanchez. Sán-
como “obras que producen espacios, tiempo re- chez, José A. (2007): Prácticas..., op. cit., pág.
lacionales, experiencias interhumanas que tratan 261.
de liberarse de las obligaciones de la ideología 80
Bourriaud, N. (2008): Estética..., op. cit., pág.
de la comunicación de masas, de los espacios 127.
en los que se elaboran; generan, en cierta me- 81
Bishop, Claire (2007): “Antagonismo y estética
dida, esquemas sociales alternativos, modelo relacional” (en línea). http://salonkritik.net/10-
críticos de las construcciones de las relaciones 11/2010/08/antagonismo_y_estetica_relacio.php
amistosas (…) La obra de arte se presenta como . Consulta 10/03/2014.
un intersticio social, dentro del cual estas expe- 82
Para Mouffe, el antagonismo no se da entre lo
riencias, estas nuevas 'posibilidades de vida' se rentable o lo no rentable (economía), sino entre
revelan posibles”. Bourriaud, N. (2008): Estética modos de ser y de vivir de las colectividades, de
relacional. Buenos Aires, Adriana Hidalgo. Págs. los pueblos, es decir, entre identidades diferen-
53 y 54. tes. Igual que no es posible erradicar de la polí-
73
Quien, antes de hacer un exhaustivo y compa- tica el conflicto, no es acertado entender a los
rativo examen de muchas de ellas, las define oponentes como meros competidores de intere-
como “iniciativas de escritores y artistas, en ses contrapuestos que llegarán a un acuerdo a
nombre de la voluntad de articular la producción través de la negociación (neoliberalismo), ni es
de imágenes, textos o sonidos y la exploración posible la reconciliación por deliberación (deli-
de formas de la vida en común, que renuncian a berativos). La oposición amigo/enemigo es
la producción de obras de arte o a la clase de constitutiva de la política. Mouffe, Chantal
materialización de las realizaciones más comu- (1999): El retorno de lo político. Barcelona, Paidós.
nes de las últimas vanguardias, para iniciar e in- 83
En breve, sobre este tema, verá la luz nuestro
tensificar procesos abiertos de conversación (de estudio más profundo sobre las características del
improvisación) que involucren a no artistas du- arte y la estética relacional, sus principales críticas
rante tiempos largos en espacios definidos, y su relación con la teatralidad.
donde la producción estética se asocie al despli- 84
Esta selección es, por supuesto, muy personal y
gue de organizaciónes destinadas a modificar acotada, ya que se deriva del estudio o visonado
estados de cosas en tal o cual espacio y que por la autora en salas o teatros de determinados
apunten a la constitución de 'formas artificiales montajes de dichos grupos o director@s. Es decir,
de vida social', modos experimentales de coexis- no tiene ninguna pretensión de abarcar todo el es-
tencia”. Laddaga, Reinaldo (2010): Estética..., pectro de creadores ni creaciones contemporá-
op. cit., pág. 21. neas, lo cual es imposible, y, además, cualquiera
74
José A. Sánchez, en su reseña al libro de Bou- de estas inscripciones está abierta a revisión conti-
rriaud Estética relacional, afirma que la obra en nua por su autora o lector de este ensayo.
estos eventos ya no es el producto final, sino

29
Imágenes utilizadas de puestas
en escena
Págs, 2 y 3: Black Tie, de Rimini Protokoll. Págs. 14 y 15: Teatro legislativo, de Estu-
Págs. 4 y 5: Infierno, de Romeo Castellucci. dantes per Empréstimo.
Págs. 6 y 7: Pendiente de voto, de Págs. 16 y 17: Más menos cero, de
Roger Bernat. Christoph Marthaler.
Pág. 8: Dies irae, de Soterraneo. Págs. 18 y 19: Todo el cielo sobre la tierra
Págs. 10 y 11: Golgota Picnic, de Ro- (El síndrome de Wendy), de Angelica Li-
drigo García. dell.
Págs. 12 y 13: Las posiciones, de Los Pág. 21: On the concept of the face, de
Torreznos. Romeo Castellucci.

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