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Hallazgos

ISSN: 1794-3841
revistahallazgos@usantotomas.edu.co
Universidad Santo Tomás
Colombia

Cepeda H., Juan


Problemas de Metafísica y Ontología en América Latina
Hallazgos, vol. 6, núm. 11, enero-junio, 2009, pp. 51-74
Universidad Santo Tomás
Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=413835199004

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HALLAZGOS - Revista de Investigación • Año 6 - No. 11 • enero-junio de 2009 • ISSN: 1794-3841 • pp. 51-72

Problemas de Metafísica y Ontología


en América Latina*

Juan Cepeda H.**

Resumen
Recibido: 6 de febrero de 2009 El problema del ser plantea algunos interrogantes específicos cuando se
Revisado: 29 de abril de 2009
Aprobado: 11 de mayo de 2009 le estudia desde América Latina: ¿los pueblos precolombinos se pregun-
taron por el ser?, ¿cómo se nos enseñó metafísica en el periodo colonial?,
¿desde Latinoamérica se han hecho propuestas originales en metafísica
y ontología?, y hacia futuro ¿se nos posibilita develar una ontología pro-
piamente latinoamericana? Este artículo evidencia algunos avances de
las probables respuestas a los citados interrogantes, fruto del desarrollo
del Proyecto de Investigación Problemas de Metafísica en América Latina
(2008-2010).

Palabras clave
Ontología, metafísica, Latinoamérica, ser, lógica de la negación.

* El presente artículo es un avance del Proyecto de Investigación Problemas de Metafísica en América Latina adscrito al Grupo de Investig-
ación Tlamatinime sobre Ontología Latinoamericana, grupo interinstitucional liderado por la Universidad Santo Tomás.
** Juan Cepeda H.: magíster en Filosofía Latinoamericana y docente-investigador de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Santo
Tomás, Bogotá (Colombia). Desde hace varios lustros desarrolla el proyecto de investigación personal Sentido de ser dentro de la línea de
una ontología latinoamericana. Correo electrónico: juancepeda@usantotomas.edu.co

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Problemas de Metafísica y Ontología en América Latina

Metaphysics and Ontological


problems in Latin America

Juan Cepeda H.

Abstract
The being issue raises some specific questions when it is studied from Recibido: 6 de febrero de 2009
Revisado: 29 de abril de 2009
Latin America: Did pre-Colombian people wonder about the being? Aprobado: 11 de mayo de 2009
How was metaphysics taught during the colonial period? Have anybo-
dy from Latin America came out with original proposals in metaphysics
and ontology? Is it possible to reveal a Latin-American ontology in the
future? In this article you will find some advancement of the possible
answers about the questions mentioned before which is the result of the
development of the Investigation Project Metaphysics problems in Latin
America (2008-2010).

Key words
Ontology, metaphysics, Latin America, being, logic of negation.

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Introducción Tras la conquista y, por supuesto, la occi-


dentalización de América Latina, natural-
El proyecto de investigación Problemas de mente los filósofos también se han cues-
Metafísica en América Latina está contextua- tionado acerca del ser; resulta evidente la
lizado, por un lado, en la disponibilidad, formación escolástica en las artes liberales
apertura y apoyo institucional de la Uni- que incluían el curso de metafísica; pero, a
versidad Santo Tomás por “incrementar la su vez, más allá de este contexto tradicional,
investigación en todas las disciplinas, com- emergen nombres como los de José Vascon-
prendidas las ciencias sociales y humanas” celos (1882-1959) o Rodolfo Kusch (1922-
(UIP, 2004, p. 16) y que en concreto para este 1979), quienes le apuestan a una propuesta
proyecto se evidencia en tiempo asignado propiamente latinoamericana. Sin embargo,
para investigar, más una pasantía de inves- cabe interrogarse por la historia del proble-
tigación en la Universidad Centroamerica- ma en nuestro continente y, para nuestro
na José Simeón Cañas de El Salvador1; por interés, por los documentos y la bibliografía
otro lado, también, se enmarca dentro del que, en general, dan cuenta del desarrollo
proyecto de investigación personal, Sentido de la Metafísica en América Latina.
de ser, que sobre problemática meramente
ontológica he venido avanzando por más Concepto de Metafísica
de tres lustros.
La Metafísica estudia el ser en cuanto ser. Se-
La filosofía sobre el ser se despliega a tra- gún Aristóteles, es la ciencia de las primeras
vés de toda la historia del pensamiento oc- causas y de los primeros principios, la cien-
cidental, en particular desde Parménides cia de la verdad del ser, de la identidad y la
(541-? a.C.) y Aristóteles (384-322 a.C.) hasta diferencia, de la esencia y los accidentes, del
Heidegger (1889-1976 d.C.) y Kusch (1922- ser en potencia y en acto, de lo uno, de lo di-
1979 d.C.), pasando por Escoto Eriúgena vino y de los contrarios. De estas cosas trata
(810-877 d.C.), Tomás de Aquino (1225-1274 Aristóteles en su Filosofía primera (1990)2. Es
d.C.), Duns Escoto (1266-1308 d.C.), Suárez decir, del ser en cuanto que está siendo: tó ón.
(1548-1617 d.C.), Spinoza (1632-1677 d.C.), Sí, la pregunta de Aristóteles, mentada por
Kant (1724-1804 d.C.) y Hegel (1770-1831 vez primera en el Libro Séptimo, interroga
d.C.), entre tantos otros. En un sentido u por lo-que-es, el-ser-siendo, no lo ser en abs-
otro, o casi sin sentido, no ha habido época tracto. Ón, en griego, es un participio activo.
que ignore tratar este sutil problema, inclu- En nuestra lengua castellana son voces en
sive, en nuestra época llamada posmoder- participio activo, por ejemplo: caminante,
na: cuenta de ello dan Lévinas (1906-1995), pensante, sonriente, amante; y como vemos
Deleuze (1925-1995), Derrida (1930-2004) y dan la idea de acción. Los participios acti-
Badiou (1937), por ejemplo. vos, en el griego de Aristóteles, son parte
de la conjugación verbal, son una forma de
acción, no están sustantivados. En castella-
1 Gracias a un convenio firmado entre las universidades José no, hoy día, sí son sustantivos: el caminante,
Simeón Cañas, de San Salvador, y Santo Tomás, de Bogo-
tá, aproveché esta pasantía de investigación en la universidad
jesuita salvadoreña, del 13 de octubre al 7 de noviembre de 2 Metafísica. 980a1-1093b30. La edición trilingüe de Valentín
2008, recopilando así una muy buena información bibliográfica García Yebra resulta muy valiosa en particular por el texto griego
y documental sobre Metafísica y Ontología en Centroamérica. traducido en paralelo al latín y al castellano.

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Problemas de Metafísica y Ontología en América Latina

la sonriente, el amante. Pero en griego, no. nes de la hoy llamada Latinoamérica no se


La Metafísica de Aristóteles pregunta por el preguntaron por algo tan abstracto como el
ser-siendo, por el ser-siente, por el ser que ser. Si es así o no, valdría preguntarse por
acaece efectivamente en lo que es. Una Me- las evidencias y no contentarnos meramen-
tafísica ontocéntrica, en cuanto se pregunta te con una respuesta que de por sí eviden-
por el ser, en cuanto éste es-lo-que-es, lo- cia bastante ingenuidad. Nos encontramos,
que-está-siendo. eso sí, con una grave dificultad: ¿hubo acaso
misioneros, maestros universitarios o con-
Aunque la Metafísica no se desarrolló so- quistadores que tuvieron la agudeza de pre-
lamente en esa dirección, este concepto es guntar a los aborígenes colonizados respecto
bastante genérico, pero clásico, para indicar del ser? Por prejuicios, seguramente que no,
el asunto clave del problema de una inves- o por lo menos no sabemos de documentos
tigación como la que acá se considera. Sin que den testimonio de ello, así explícita-
embargo, es pertinente hacer por lo menos mente. ¿De qué bibliografía disponemos?,
una aclaración: el término griego ón fue tra- ¿hay documentos que den cuenta de ello?
ducido al latín como ente, pero en castellano Veamos.
no hay traducción. Nosotros hemos venido
usando también el término ente para refe- El primer dato explícito de que se tiene refe-
rirnos al ser, con un agravante: lo hacemos rencia lo encontramos en el Vocabulario de la
indiferenciadamente: ser o ente. De todas lengua aymara, de Ludovico Bertonio, y que
maneras, no solamente los hispanohablan- data de 1612, con una edición facsimilar en
tes hemos caído en esta superficialidad, y dos volúmenes, de Julio Platzmann, en Lei-
cada vez más hemos ido hablando de ente pzig, de 1879, de los que da cuenta Rodolfo
(que de ser), razón por la cual, en 1927, Kusch (2000, II, p. 268). En dicho documen-
Heidegger (2006, p. 23) nos recordó nues- to se encuentra como vocablo aymara de ser
tro olvido del ser. La diferencia ontológica, o esencia: cancaña, relacionado también con
tan explicitada hoy en día (Heidegger, 2000, acontecer y asador (?). “Pero mucho más
pp. 277-391), radica en que, mientras el ente propio del sentir indígena sería el término
es la cosa objetuada ahí ante los ojos, el ser utcatha. Según el mismo autor significa ‘es-
puede estar más allá, más acá, sobre, desde el tar’” (Kusch, 2000, II, p. 268), cuyo prefijo ut
ente, o fundamentándolo. Y aunque ser se significa casa, que Kusch relaciona con es-
puede analizar en cuanto mera palabra, en tar-en-casa, o estar-sentado, por lo que tam-
este sentido no es el objeto de investiga- bién explicita el término utcaña, “el asiento
ción de la Metafísica, de la Filosofía pri- o la silla y también la madre o vientre don-
mera, ni de la Ontología. Solamente el ser de la mujer concibe” según el Vocabulario de
en cuanto que-es ha preocupado a la histo- Bertonio (Kusch, 2000, II, p. 269).
ria de la Metafísica.
Otro dato, también ofrecido por Kusch, se
¿Los pueblos precolombinos encuentra en el manuscrito del indio Joan de
se preguntaron por el ser? Santacruz Pachacuti yamqui Salcamaghua,
tal vez de 1613 (Chacama, on line), publicado
Resulta bastante común escuchar decir en por Jiménez de la Espada como Relación de
los ambientes académicos que los aboríge- antigüedades deste Reyno del Pirú en Madrid,

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1789. En dicho manuscrito se explica la la lengua castellana, y algo parecido con la


identidad del dios Viracocha, se dice que una lengua mataco4.
de sus formas de ser es Tunupa, que significa
“que va siendo el mundo”: que va siendo; en Mario Mejía Huamán propone algunos con-
este caso el gerundio siendo se dice en que- ceptos andinos con los cuales se posibilita
chua caspa que, a su vez, es el gerundio del un filosofar desde las categorías quechuas,
verbo cay, ser. entre los que propone: kay = esencia, ser,
haber, kashay = existencia (2004, pp. 88-
En un documento electrónico, Mauricio Lan- 98). Este indígena quechua, con estudios
gon comparte con sus amigos algunos datos de doctorado en filosofía, considera que la
de una investigación inconclusa (iniciada en pregunta ontológica griega (τι το ον;) guar-
1985). Según esos datos, en quechua cay y daría la misma acepción de dicha pregunta
casccacay significan ser, mientras cani, tiyani en quechua (iman kaq?): ¿qué es el ser?, e
y cachcani significan estar; en aymara can- inclusive propone la traducción de algunos
catha dice ser, el prefijo al o ali se usa para textos de la Metafísica aristotélica y del Ser y
decir lo concreto: ser alguien, ser algo, y ut- tiempo heideggereano a su lengua madre. Su
catha dice estar (Langon, on line)3. Parecie- obra es un valioso documento de estudio no
ra, pues, que la diferencia entre ser y estar solamente para los interesados en la Onto-
es patente en estas lenguas aborígenes. Sin logía, sino también de referencia para toda
embargo, la cosa no es tan sencilla, según la filosofía latinoamericana.
Langon, pues hay estudiosos como el lin-
güista peruano Rodolfo Cerrón Palomino o Como nuestra investigación no se reduce
el lingüista argentino Ricardo Nardi, quie- solamente a una problemática ontológica,
nes no consideran tan evidente la diferencia sino también metafísica, en el sentido am-
entre ser y estar en lengua quechua; aunque, plio, pero filosófico de este concepto, es de-
pudiera ser que en el quechua santiagueño cir, que busca responder a la pregunta por
sí. De todas formas los argumentos que cita aquello que está más allá de lo meramente
Langon abren interrogantes y mantienen la ente, por lo trascendente que ve la realidad
duda. En el mismo documento, también se no simplemente natural y física, entonces
trae a cuento el vemn (ser) mapuche y múlen, resulta bastante valioso el aporte que hace el
mlen, mëlen (estar); se enuncia que en gua- antropólogo mexicano Miguel León Portilla
raní también existen vocablos diferentes. en su Filosofía náhuatl. En el primer capítu-
En niwaklé, aunque también hay términos lo de este texto que data originalmente de
diferentes, parece ser que no hay compa- 1951, argumenta cómo los poemas nahuas
ración del sentido que dichos términos tie- evidencian efectivamente un saber auténti-
nen allí con el sentido de los términos de camente filosófico, desarrollado por los tla-
matinime, sabios-filósofos:
3 La fuente bibliográfica que usa Mauricio para dar cuenta de es-
tos datos es el diccionario Idiomas aborígenes de la República
Argentina: son 422 páginas editadas en 1942 por Espasa Calpe [...] quienes experimentan la necesidad
de Argentina-México, de Carlos Abregú Virreira (1896-1976). de explicarse el acontecer de las cosas,
Pero más adelante nos invita a consultar el Vocabulario de la o se preguntan formalmente cuál es su
lengua general del Perú, de 1608, un detallado estudio de fray
Diego González Holguín (1557-1620), quien ofrecerá “numerosas
variantes y distingue diversas raíces, mostrando la complejidad 4 En estos dos últimos casos, Mauricio se basa en los estudios
del asunto”. de Nélida Stell y María Teresa Viñas Urquiza, respectivamente.

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Problemas de Metafísica y Ontología en América Latina

sentido y valor, o yendo aún más lejos, fundamento de todo lo que es, origen de to-
inquieren sobre la verdad de la vida, el das las fuerzas cósmicas, “cabe quien está
existir después de la muerte, o la po-
el ser de todas las cosas, conservándolas y
sibilidad misma de conocer todo ese
trasmundo –más allá de lo físico– donde sustentándolas”. Según dice fray Alonso de
los mitos y las creencias habían situado Molina en su Vocabulario en lengua castella-
sus respuestas (León Portilla, 1983, pp. na y mexicana (folio 148, r), citado por León
55-56). Portilla (1983, p. 167) y que publicara el
franciscano originalmente en 1555 (Hernán-
Los documentos sobre los cuales elabora su dez, on line). Ometéotl trasciende el mundo
hermenéutica metafísica León Portilla son físico y palpable, pero es, a la vez, el que
los de la Colección de cantares mexicanos de la lo sustenta, todo ha sido fundamentado y
Biblioteca Nacional de México, que datan de está fundamentado en él, pues también es
1430 a 1519, y los Sterbende Göter und Christli- comprendido como el principio vital: ipal-
che Heilsbotschaft, conjunto de coloquios reco- nemohua-ni, aquél por quien se vive. Además
pilados por Sahagún “sobre la documenta- de que nadie le dio su propio ser: ayac oqui-
ción que halló en Tlatelolco, de las pláticas pic, nadie lo inventó a él: ayac oquiyocux5.
y discusiones tenidas por los doce primeros
frailes, llegados en 1524, con los indios prin- ¿En qué términos se nos
cipales y sus sabios acerca de temas religio- ofreció la metafísica
sos” (1983, p. 129), publicados por Walter en el periodo colonial
Lehmann en Stuttgart, 1949, en particular latinoamericano?
los del capítulo VII, según lo declara el mis-
mo León Portilla. Mauricio Beuchot ha publicado reciente-
mente un estudio sobre Lógica y metafísica en
Como sobre la tierra no hay nada durable la Nueva España, que nos ofrece varias luces
y, de pronto, nada verdadero (cf. poema del con respecto al desarrollo de la metafísica
folio 17 de los Cantares mexicanos), los tlama- escolástica en América Latina. Muy proba-
tinime encuentran el método para develar lo blemente, el dominico, Francisco Naranjo
verdadero (azo tle nelli in tlaltícpac = lo único (1588-1658) nos dejó un documento en len-
verdadero sobre la tierra): in xóchitl in cuícatl gua castellana escrito seguramente entre
(“flor y canto”), la poesía y el lenguaje me- 1637 y 1657 (Beuchot, 2006, p. 107). Es un
tafórico que revelan el interior del cielo. El comentario a algunas de las cuestiones de la
lenguaje poético verdadea. Según los tlama- primera parte de la Suma de teología de Santo
tinime, como detenidamente lo expone León Tomás, ya editado también por Beuchot.
Portilla. Y según Martín Heidegger (1987 y
1998), como ya es sabido. En la cuestión 12 no sólo hace comen-
tarios –a veces muy personales y creati-
Los tlamatinime sabían que la verdad se de- vos–, y resume y aun discute los de Ca-
yetano, sino que además añade dudas,
velaba en la poesía y es allí a donde acude
León Portilla para encontrar los “atributos
existenciales de Ometéotl en relación con 5 En una nota de pie de página, Miguel León Portilla llama
la atención sobre la relación que evocan los conceptos mo-
el ser de las cosas” (pp. 164-171). Ometéotl
yocoyatzin = señor que a sí mismo se inventa, con ens a se =
es, para los nahuas, el dios de dioses y el ser por sí (de la filosofía escolástica), y con el yo soy el que soy
del pensamiento bíblico.

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que son muy interesantes y originales. se enfrenta a Suárez y a otro jesuita eminen-
La cuestión 1a. trata de la teología como te: Gabriel Vásquez” (Beuchot, 2006, p. 118),
ciencia, esto es, como conocimiento al-
lo que confirma cierta originalidad por lo
canzable de Dios, y la cuestión 12a. es-
tudia el modo como puede el hombre menos en algunos aspectos del desarrollo
conocer a su Creador; constituye, pues, del pensamiento metafísico colonial latino-
un tratado del conocimiento de Dios, americano. El tema que resalta Beuchot, de-
impregnado de gnoseología y ontolo- sarrollado por Marín de Alcázar, es el de la
gía. Por eso hemos considerado este es-
crito como perteneciente al ámbito de identidad y la distinción en el ente; después
la metafísica, aunque el tema general de haber conceptualizado la identidad, se
es de teología (Beuchot, 2006, p. 108). dedica a argumentar las diferentes clases
de distinción real: adecuada e inadecuada,
Una de esas dudas de las que nos habla formal y fundamental, positiva y negativa,
Beuchot es aquélla de cuál sea la intelección potencial y actual, como absoluta y modal.
que constituye la bienaventuranza del hom-
bre; aunque Santo Tomás dijo que Dios es lo Esta metafísica, enseñada en México en
más cognoscible por esencia y, por tanto, no la segunda mitad del siglo XVII, que
muestra un dejo barroco encantador
lo es para los humanos. Francisco Naranjo en su complicación y tortuosidades,
argumenta que algo de esa esencia podrá fue un trabajo muy competente, serio y
ser entendida por el ser humano (aunque no digno de una atención especial por su
comprehendida), gracias a un proceso de manejo de conceptos tan difíciles como
importantes (Beuchot, 2006, p. 127 s).
semejanza, y en ello consiste su bienaven-
turanza. Y así, como esta duda y respuesta
Juan José Eguiara y Eguren (1696-1763),
original, hay otras más que Beuchot nos co-
publicó en 1746 sus Selectae dissertationes
menta (2006, pp. 110-115), para llegar a con-
mexicanae ad theologiam tribus tomis distinctae
cluir que éste es uno de los testimonios en
con marcado acento metafísico (y cultural
los que se demuestra que la enseñanza de la
hispano-mexicano). En la primera diserta-
filosofía en la Colonia no se reducía a mera
ción trata de la esencia (sin tratar, según el
memorización: “Eso nos da una idea dife-
modo tomista, el de la existencia) de Dios:
rente del oscurantismo que algunos autores
su esencia física y su esencia metafísica. En
han achacado sin fundamento, y movidos
la segunda disertación trata de los atributos
más por el prejuicio o el desconocimiento”
metafísicos y relaciones de Dios.
(Beuchot, 2006, p. 116) no solamente en la
Nueva España, sino también en toda Amé-
Alcanzamos a ver cierto predominio
rica Latina como en el Medioevo occidental. del tomismo, aunque a veces utiliza
también elementos escotistas y suare-
De 1669 datan las Disputationes in univer- cianos. En definitiva, Eguiara se nos
muestra como un excelente profesor de
sam Philosophiam Scholasticam quam Meta-
filosofía y teología, y, sobre todo, como
physicam scientiam universalissimam vocant un pensador serio, consistente y sólido
de Diego Marín de Alcázar (?-1708), jesui- (Beuchot, 2006, p. 139).
ta suareciano, pero que no por ello deja de
cuestionarle algunas veces y hasta oponér- El último autor que nos presenta Mauricio
sele, “como en el de la precisión que el in- Beuchot es Andrés de Guevara y Bazoazá-
telecto hace intuitivamente, punto en el que bal (1748-1801). En la edición de 1883 de sus

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Problemas de Metafísica y Ontología en América Latina

Institutionum elementarium philosophiae se Ferrer (1694-?), Methaphysica aristotelica de


incluye el apartado de Metafísica que es el Juan Antonio Ferraro (1717-?), entre otros
que acá más nos interesa. La parte de Onto- (Domínguez, s.f.); en el volumen II: Disputa-
logía la inicia con un preliminar sobre el en- tiones in Aristotelis Metaphysicam, anónimo,
tendimiento humano (según la costumbre e In metaphysicam de Manuel Balzátegui
argumentada por Wolff) y, luego, sí trata las (1715-1792), entre otros (Domínguez & Ta-
nociones de ente, esencia y existencia, los nács, s.f.); como lo que de metafísica encon-
atributos y modos del ente, su posibilidad e tramos en la Física especial y curiosa (Domín-
imposibilidad, sus propiedades trascenden- guez, Marquínez & del Rey, s.f.).
tales (cosa, ente, verdadero, bueno, algo,
uno), sus propiedades contrapuestas (iden- ¿Encontramos
tidad y distinción, similitud y diversidad) originalidad en algunas
y de sus especies (causa, efecto, sustancia, propuestas metafísicas
accidente), echando mano también de las latinoamericanas?
nuevas propuestas modernas:
Ya Mauricio Beuchot hacía notar algunos
Se nota que se esfuerza por introducir e aspectos originales en los estudios metafí-
integrar, y a veces preferir, algunas de las
sicos de algunos maestros escolásticos. Sin
doctrinas principales de la modernidad.
Por ejemplo, en cuanto a las causas, trata embargo, acá la pregunta interroga por algo
de incorporar las causas ocasionales de más de fondo: si ha habido algún autor la-
algunos racionalistas, como Descartes y tinoamericano que haga alguna propuesta
Malebranche, en seguimiento de aquél. novedosa, propia, original, en el campo de
Dentro del tema de la cantidad, discute
las cantidades infinitisimales, manejadas la Metafísica o de la Ontología. Pues bien,
por Leibniz. En el punto de la cualidad, con las indagaciones hasta ahora llevadas a
trae a colación las cualidades primarias cabo observo la necesidad de hacer juicio-
y secundarias de Locke, y las discute. sos estudios en la producción filosófica de
Asimismo, estudia la sustancia a la luz
José Vasconcelos (1882-1959), Enrique Dus-
de Leibniz, Wolff y Boscovich, y trata de
compaginarlas con las tradicionales, con sel (1934), Juan David García Bacca (1901-
la ayuda de escolásticos modernizados 1992), Germán Marquínez Argote (1930),
como Jacquier (Beuchot, 2006, p. 146). Rodolfo Kusch (1922-1979) y Agustín Ba-
save Fernández del Valle (1923-2006), por lo
A su vez, en la Nueva Granada se encuen- menos. Vamos a detenernos someramente
tran varios manuscritos de nuestro periodo en tres de ellos.
colonial, actualmente editados en la Biblio-
teca Virtual del Pensamiento Filosófico en Co-
Tratado de metafísica de José
lombia, dirigida por Manuel Domínguez
Miranda, del Instituto Pensar y la Pontificia Vasconcelos
Universidad Javeriana. En el volumen I, so-
bre metafísica, encontramos: De uso et abuso Vasconcelos, en su Tratado de metafísica
doctrinae divi Thomae de Juan Martínez de (1929, p. 7) dice, ya en sus primeras pági-
Ripalda (1641-1707), Divina essentia et atri- nas, que la Metafísica “como Ontología [es]
butis de Mateo Mimbela (1663-1737), Dispu- ciencia del ser en sí. Definiremos el ser en sí,
tationes in libros de Methaphysica de Ignacio en términos estéticos” que ampliará poste-

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riormente, pero que ya nos da un horizonte La metafísica “trata de encontrar la raíz y


de novedad bastante particular, por cuanto la fuente del ser” (Vasconselos, 1929, p. 39),
su propuesta implica que vayamos más allá pues ella siempre trata de los primeros prin-
de la comprensión meramente racional (en el cipios y de las entidades primarias. Pero de-
sentido de la ratio occidental); su propuesta bemos escoger el camino que nos lleve de
implica que el centro de gravedad de nues- lo simple a lo complejo, iniciando por lo
tro conocimiento no esté en el puro Logos que Bergson llama datos inmediatos, que nos
racional, sino en el sentimiento: “el alma acerquen a las entidades dinámicas primarias:
suele encontrar una gravedad y acomoda-
ción en el sentimiento. El sentimiento de lo No son sensación ni son idea, no son
percepción ni son formas; recordando
divino” (Vasconselos, 1929, p. 9).
el léxico schopenhaueriano diríamos que
no son representación; digamos que son
El filósofo mexicano se adelanta bastante únicamente noúmeno; no voluntad sino
tiempo, entonces, a la propuesta heidegge- residuo inexpresado del noúmeno,
reana y a la crítica posmoderna: inexpresado pero positivo. Emplean-
do la terminología cartesiana diríamos
que son el sum independientemente
[...] el estado contemporáneo del cono- del cogito: con cogitatio y sin ella, son
cimiento alcanza ya tal grado de uni- (Vasconselos, 1929, p. 41).
dad, que no es posible pensar con la
sola razón, ni se puede hacer filosofía
sin hacer también y al mismo tiempo Aunque el ser no se puede reducir a mera
arte, sin caer en religión. Y al hablar idea o imagen representada, “de allí salen
de caer me refiero a esa gravedad que todas las ideas y todas las imágenes; en su
atrae al alma hacia su esencia (Vascon-
profundidad reside la única certidumbre,
selos, 1929, pp. 9-10).
la realidad de nuestra propia existencia”
(Vasconselos, 1929, p. 42), y en cuanto fun-
Y ya refiriéndose al problema del ser dice
damento mismo de toda la existencia –dice
explícitamente:
Vasconcelos– que se podría utilizar indis-
La sustancia del ser, el ser emocional tintamente este sinónimo de ser: existencia.
que la mística siempre ha descubierto Aunque el sentido que le da a este término
como eje y esencia de la realidad se no es un sentido abstracto, general, puesto
mueve, se descompone, se relaciona
que se refiere más bien a la existencia-hu-
con sus afines en forma, no dialéctica,
sino tal y como los diferentes temas de mana, a mi-existencia, y por ello dirá que
la sinfonía, conforme a ley más bien este punto de partida es un dato concreto
emocional [...]. Muchos filósofos dejan (Vasconselos, 1929, p. 50), del cual, como ya
de sentir el mundo (Vasconselos, 1929, se dijo, se parte, para lograr una compren-
pp. 16 y 17).
sión más amplia de toda la existencia –que
en el fondo tal vez quiera decir de todo el
Vasconcelos comprende cómo la razón le
ser–, a cuya esencia pertenece una natura-
ha ganado a la emoción para expresarse en
leza dinámica “vivificada” siempre por una
sus argumentos, pero “el desprestigio de la
corriente fluída, “elementos de fuerza en lu-
emoción no debe alarmarnos” (Vasconselos,
cha confusa” (Vasconselos, 1929, p. 62): un
1929, p. 26), porque desde la Grecia deca-
fluído de la voluntad, como él mismo afir-
dente se vino cogiendo costumbre de ver en
mó, un fluído de la emoción.
lo extraño simplemente barbarie, dice.

59
Problemas de Metafísica y Ontología en América Latina

De todas maneras hace falta hacer un estu- ma de expresarse para no caer en contradic-
dio pormenorizado de lo que entiende por ciones. Por ello, muy relacionado con el pro-
emoción Vasconcelos. Evidentemente no se blema metafísico, vale citar este texto ya de
trata de una pasión afectiva o algo seme- sus últimas páginas, que nos puede ayudar
jante. La emoción le pertenece al reino de a comprender mejor su intención:
lo espiritual y, más propiamente, al reino
de lo estético. Pero acá debemos mencionar Si donde el intelectualismo dice idea,
nosotros ponemos fuerza, entonces el
que su Metafísica es solamente el primer es-
intelectualismo riguroso y nuestro sis-
labón de la trilogía sobre monismo estético tema coinciden. Y tiene el nuestro, so-
que él se propone: Metafísica-Ética-Estética, bre los otros sistemas, la ventaja de que
en la última de las cuales explicará a pro- si se pone fuerza en vez de idea, todo el
fundidad su sentido de lo emocional, y que problema del dualismo y el monismo
se vuelve vano; porque si hay contra-
fijará explícitamente los principios metodo- dicción, quizás inevitable, entre mate-
lógicos de su investigación (Vasconselos, ria y forma, el problema se simplifica
1929, pp. 101-173), pero que ya nos deja cla- cuando no hablamos de materia que es
ro que el estudio del ser no puede quedar sustancia y de forma que es idea, sino
de fuerza que es sustancia en movi-
escindido de otros estudios particulares.
miento (Vasconselos, 1929, p. 335).
La unidad del conocimiento debe reflejar la
unidad de lo que es, de la sustancia, como la
llama Vasconcelos: Metafísica natural estabilizada
y problemática de Juan David
Es una misma la sustancia en todos
sus extremos, apariencias y manifes- García Bacca
taciones; pero que se producen en su
seno, series de creaciones ligadas; bro- Juan David García Bacca publicó en 1963
tes de una energía que va pasando por
su Metafísica natural estabilizada y problemá-
etapas, de un estado dinámico a otro
estado dinámico, variando cada uno tica, metafísica espontánea también queriendo
de estos estados conforme a ritmos y hacer una propuesta original. Tan original
direcciones que van transformando la que basta leer el parágrafo primero (divi-
especie de la sustancia misma; nos la dido en A, B, C, ABC) para comprobarlo
van dando ya en materia, sub especie
(García, 1963, pp. 11-13); allí se nos ofrecen
temporal, ya en idea, sub especie “ae-
ternitatis”, ya en belleza, sub especie unos “simples” datos, que luego serán ex-
divina (Vasconselos, 1929, p. 286). plicados en el desarrollo de la primera parte
de la obra, en la que se comprueba su verda-
Lo que no se identifica, en manera alguna, dera “complejidad”. Se puede decir que la
con el panteísmo (Vasconselos, 1929, p. 316), segunda parte de la obra también se reduce
sino con la unidad en el ser que conlleva na- a siete datos “simplemente”, pero en dicha
turalmente la unidad del conocimiento… exposición y explicación se va la mayor par-
“Física que disocia, Ética que organiza y te del documento (García, 1963, pp. 83-516).
Estética que realiza” (Vasconselos, 1929, p. Aunque, finalmente, uno toma nota que el
317). Como tantos otros filósofos lo han he- documento completo –que al parecer fue
cho notar, hay un problema en el lenguaje a empezado a redactar a lápiz en diciembre
la hora de expresarnos en la unidad, razón de 1958 y finalizado por febrero de 1960– no
por la cual Vasconcelos busca la mejor for- son más que “unos” prolegómenos, sencilla-

60
HALLAZGOS - Revista de Investigación • Año 6 - No. 11 • enero-junio de 2009

mente… La primera parte consta de los pro- [indica] estado de principio absoluto” en
legómenos generales y la segunda parte de esta explicación absoluto “significa estado
los prolegómenos especiales. suelto, o desligado de todo antecedente,
condición, presupuesto” (García, 1963, pp.
Este documento es, sin lugar a dudas, en 15-16). Primero es, por ejemplo, estar ya
América Latina, uno de los más rigurosa- siendo: la pared, yo… Primario podría ser
mente redactados y de los más complejos saberse siendo: yo. Primordial sería saberse
escritos filosóficos. Imposible aún dar buena siendo estando siendo: yo consciente de mi
cuenta de él, pero que lo dicho sea un incen- ser. Elemental (dato bruto) es algo primero
tivo para investigar en profundidad la obra que no ha de ser primario: la pared, ahí, sin
de este serio pensador hispano-venezolano. más. “El pensar proporciona datos primor-
diales” (García, 1963, p. 21). Y pensar es algo
Cuando se quiere ahondar en la Metafísica real, “encajado realmente en lo real”, pero
y la Ontología ya se encuentra uno, de an- de manera particular: cuando se piensa en
temano, en algún punto de partida comen- real, existente, idéntico, diverso, es… no
zando a usar palabras y datos del horizonte se piensa como cuando se piensa en cosas
propio de la Metafísica o la Ontología. Su- o entes; real, existente, es… son, a diferencia
pongo que así puedo sintetizar los primeros de las cosas, enseres y posibilitan hacer de
tres párrafos (Dato inicial A: A.I.10 a A.I.13), las cosas seres, por lo que García Bacca los
sin violentar la esquematicidad y la inten- categoriza como poderes metafísicos y, así, “la
ción de rigurosidad lógica aprovechada por Ontología comienza por estar siendo en es-
García Bacca a través de todo el texto. Sin tado preontológico; a saber, el ser, en estado
embargo, acá no se puede seguir con esta de enser; lo primario, en estado de primero”
disciplina porque, de seguro, este avance (García, 1963, p. 23).
de investigación resultaría bastante más ex-
tenso que el documento original, debido a Estas distinciones resultan ser fundamen-
que lo dicho exige su propia explicación (no tales, pues a partir de ellas se elabora toda
solamente del sentido de lo que el autor está la indagación prolegomenal que nos propo-
diciendo, sino también del sentido de lo que ne García Bacca. Con datos elementales o
el intérprete está entendiendo), tarea nada brutos y primeros no se hace metafísica; so-
fácil de todas formas. lamente con datos primarios y primordia-
les se entra en Metafísica y Ontología (con
Según García Bacca, hay datos primeros y da- datos primeros se desarrollan las ciencias
tos primarios; los primeros no entran en Me- lógico-matemáticas). Es así como ser, cosa,
tafísica, pero los primarios sí. También hay real, significado… no significan lo mismo que
datos elementales (brutos) y datos primordia- tradicionalmente se comprende en Metafí-
les; el dato elemental es un dato primero que sica. Y la cosa se pone mucho más compleja
no puede ser a la vez primario, mientras el cuando García Bacca explica, además, los
dato primordial es, a la vez, primero y prima- estados de cosas: inflexible, inevitable e ineli-
rio (García, 1963, p. 17). Una de las explica- minable. Baste citar: “el estado de inflexi-
ciones que ofrece García Bacca es que “pri- ble conviene, como estado propio, y en el
mero indica estado de comienzo absoluto” sentido dado a la palabra, a lo matemático,
(está ahí de sopetón, de golpe) y “primario geométrico, algebraico…; el estado inevi-

61
Problemas de Metafísica y Ontología en América Latina

table, a realidades metafísicas; el estado de o dicho con más severas apariencias


ineliminable, a lo ontológico” (García, 1963, verbales: los sentimentales nos suelen
ser dados (casi) determinados por el es-
p. 77).
tado actual de nuestro cuerpo mientras
que las sentimentalidades nos suelen
Toda la segunda parte de este texto, titulada ser dadas con (casi) indeterminación
prolegómenos especiales, gira en torno a los sen- respecto de sentimentales y más aún
timientos. Dato curioso: vimos ya cómo Vas- respecto del estado actual de nuestro
cuerpo (García, 1963, p. 504).
concelos centraba su propuesta metafísica
alrededor de las emociones y de lo estético.
En fin, las sentimentalidades son propias
Ahora, García Bacca sustenta la suya a partir
del alma, no del cuerpo, y poseen tanto el
de los sentimientos. Veamos en qué sentido.
sentido como lo sentido (García, 1963, p.
514). Por ellas es que comprendemos el [ob-
El sentimiento es aquello por medio de lo
jetivo] universo como [nuestro] mundo, un
cual se realizan los sentidos. Éstos “se ha-
mundo que se puede presentar en tres es-
cen” sentimientos, “producen” sentimien-
tados: morada-mansión, laboratorio-hotel y
tos. El sentido “es algo así como el tipo de
mercado-hospedería (García, 1963, pp. 137-
significado peculiar a sentimientos” (Gar-
497). Estos estados evidencian una primera
cía, 1963, p. 93). A su vez, García Bacca
transformación del universo en mundo –a
clasifica los sentimientos en sentimentales y
cuyo detallado estudio se dedica García Bac-
sentimentalidades. Un sentimental es un sen-
ca–; pero también son evidencia de la trans-
timiento corpóreo y una sentimentalidad es
formación metafísica, es decir, de la Metafísi-
un sentimiento incorpóreo. Mientras el sen-
ca. Ésta no puede seguir siendo una ciencia
timental se da en mi naturaleza corporal y
de interpretación, sino de transformación: una
es “mío”, la sentimentalidad va “más allá”
transformación a través de sentimentalidades.
de mí; al sentimental le es propio lo sentido
mientras a la sentimentalidad le es propio el Las metafísicas escisiones de potencia-
sentido de… Los ojos ven (sienten lo dado acto, sustancia-accidentes, esencia-
en la visión): “la vista tiene lo sentido de sí, existencia… cuerpo-alma, formas a
mas no el sentido de sí” (p. 258), ni los ojos priori-material, paralelismo-causalidad
mutua, harmonía preestablecida-oca-
ni la vista se saben sintiendo, no tienen [su
sionalismo, son puras teorías que, sean
propio] sentido. Lo sentido en los ojos, he ahí verdaderas o falsas, adolecen de una
su sentimental; el sentido de los ojos, he ahí deficiencia sospechosa: nuestra reali-
su sentimentalidad. Las sentimentalidades dad no se entera en sí y por sí misma de
ellas, ni antes de plantearlas la filosofía
son como sentimientos que desbordan de mi
o psicología, ni después de plantearlas;
yo: “tal color de la pared es chillón, tal otro y menos nos responde a ella, a pesar
de tal vestido es triste, cara alegre de una de estar siendo ella su propio ser. Se-
persona, rasgos desapacibles de otra, color remos todo eso, y más; pero en estado
amenazante del cielo antes de una tempes- natural de neutralidad óntica. Y tal esta-
do de neutralidad óntica está siendo,
tad…” (García, 1963, p. 261). justamente, morada nuestra; habitamos
y volvemos habitable tal neutralidad
Los sentimentales se hallan fondeados óntica con la sentimentalidad de fami-
en lo físico actual y las sentimentalida- liaridad, que simplemente prescinde de
des están flotando sobre sentimentales; tales escisiones o grietas ónticas, y nos

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HALLAZGOS - Revista de Investigación • Año 6 - No. 11 • enero-junio de 2009

hace morar confiados, con la confianza principio de participación: inclusión de


no formulada de los niños, en nuestra las partes en el todo por una vincula-
realidad […] (García, 1963, p. 265). ción espacio-temporal, y entes que son
en la medida en que se parecen par-
cialmente al Ser Absoluto; 3) principio
Tratado de metafísica: teoría de de sentido: todo cuanto hay es pensable
con disposición tendencial y conexa; 4)
la habencia de Agustín Basave principio de contexto: todo cuanto hay se
ofrece en marco existencial; 5) principio
Otra propuesta original de Metafísica en de sintaxis: todo cuanto hay se presenta
América Latina nos la ofrece el mexicano articulado en función de algo (Basave,
1982, p. 35).
Agustín Basave Fernández del Valle. De
hecho, inicia su Tratado de metafísica con un
primer capítulo intitulado Hacia una nueva Aunque Basave destaca la diferencia habi-
metafísica. El sabor zubiriano se evidencia da entre haber, ser y estar, no profundiza en
desde los primeros renglones, pero con la ello. Pero sí enfatiza la crisis que padece la
intención de trascenderlo: metafísica, pues, según él, no ha habido fi-
lósofo que explique en qué consiste ser, por lo
Zubiri entiende por realidad lo que que se mantiene en trance de muerte; así las
las cosas son “de-suyo”, en sí y por cosas, se debe abandonar el problema del ser
sí, formalidad absoluta de las cosas –cuyo olvido anda en conjunto con el olvido
a secas. Yo entiendo que es preciso
de Dios–, para proponernos el estudio de la
trascender la realidad, ir más allá de las
cosas reales para llegar a todo cuanto habencia (Basave, 1982, pp. 45-58), con una
“hay”, al campo de la “habencia” metodología apropiada que no se podrá re-
(Basave, 1982, p. 26). ducir a meramente deductivo ni exclusiva-
mente inductivo (Basave, 1982, pp. 59-65).
Explica que la habencia abarca no sólo la
cosa real, sino también al ente ideal, al ente Dedica dos capítulos a cuestiones ontológi-
posible y al ente ficticio: las cosas, los suce- cas generales: ser en concreto, ser en abstrac-
sos y las posibilidades. Se comprende “como to, ser subsistente, esencia y existencia, las
ofertividad contextual, como presencia sin- propiedades del ser, los predicamentos del
táctica plural e ilimitada, como urdimbre ser, realidad y nada, estructura de la reali-
omnienglobante de entes reales, entes idea- dad, objetos reales e ideales, e inclusive una
les, entes posibles y entes ficticios con todas óntica de los valores (Basave, 1982, pp. 111-
sus relaciones, implicaciones, complicacio- 158), pero siempre deja claro e insiste en que
nes y confluencias” (Basave, 1982, p. 28). ser y ente no se identifican con la habencia.

Además de los principios lógicos de la Meta- Los capítulos centrales de su obra, los dedi-
física clásica, la Metafísica de la habencia ha ca Basave a exponer propiamente su teoría
descubierto otros cinco peculiares6, a saber: de la habencia: dinámica, tiempo y espacio,
sistema categorial, cosmovisión general,
1) Principio de presencia: todo cuanto sentido y sin-sentido… de la habencia (1982,
hay está de algún modo presente; 2)
pp. 185-249). Finalmente, trata de algunos
temas particulares relacionados: óntica ta-
6 La explicación analítica de los primeros principios de la habencia natológica, metafísica del amor, esencia de
será desarrollada a lo largo del séptimo capítulo (pp. 93 a 110).

63
Problemas de Metafísica y Ontología en América Latina

la socialidad, metafísica de la historia, teolo- simal que haría las veces de Dios. De todas
gía metafísica, habencia y vida humana (pp. formas, algo muy valioso de la propuesta
251-424). En su último capítulo refuerza el de López de Mesa es que, finalmente, los
sentido de la habencia: saberes alcanzarán la unidad cosmológica
y, así, ontológica:
[...] abarca, según nuestra intención
significativa, absolutamente todo lo que es, […] en un instante de conciencia in-
lo que no es relativamente y lo que puede telectiva viviremos la eternidad, nos
ser. La habencia no deja nada fuera de sí. saciaremos de eternidad, y nos con-
Desde el principio ninguna cosa, persona, fundiremos con ella. Nuestro espíritu
suceso, ente real o ideal, posibilidad y será su contenido de eternidad, y de
horizonte puede escapársele, sea lo este modo, ciencia, religión y filosofía
que fuere o pudiere ser o no haber sido sintetizadas en un acto de saber infini-
(Basave, 1982, p. 438). to imbuirán el cosmos en nosotros, y a
nosotros nos devolverá la Posibilidad
Ya habrá el espacio apropiado para indagar Absoluta, en la vivencia inefable de
una ecuación indestructible [...] (Vélez,
originalidad filosófica en otras propuestas;
1960, p. 910).
particularmente, el caso de Rodolfo Kusch
será tratado acá, pero más adelante, a pro-
Sin embargo, como el mismo Jaime Vélez
pósito de nuestra cuarta y última problemá-
Correa anota, no queda claro cómo una po-
tica investigativa.
sibilidad pueda ser absoluta. Tendría más
sentido hablar de la imposibilidad de un
A propósito de la recepción filósofo, como el mismo Fernando González
heideggereana, ¿qué Ochoa (1895-1964) se describe: “Toda expli-
posibilidades tenemos de cación mata aquello que pretende explicar,
develar una ontología porque lo fragmenta […]. Se trata de que
latinoamericana? todo es uno y de que la razón forma con-
ceptos abstractos y nos tapa la Intimidad”
Entre los pensadores colombianos del siglo
(Vélez, 1960, p. 931). Es Javier Henao Hi-
XX, Jaime Vélez Correa, en su Proceso de la
drón quien tal vez mejor nos acerque al pen-
filosofía en Colombia, explica las ideas meta-
samiento metafísico de González Ochoa, en
físicas de algunos de ellos. Al primero que
particular a su diferencia entre ser y existen-
hace referencia es a Luis López de Mesa
te: Dios no piensa, luego es; el ser humano
(1884-1967), para quien la permanencia y el
piensa, luego no es sino que existe (Henao,
cambio son coesenciales al ser, lo que con-
1994, pp. 225-232).
lleva que “el ser para ser tiene que existir,
manifestarse, actuar fuera” (Vélez, 1960, p. El propósito central del trabajo de Fer-
905). Dicho ser pareciera que deviene de nando González en el campo de la me-
su propia posibilidad (posibilidad-de-ser): tafísica, consistió en elaborar un modo
“De ahí el proponerme yo supocitisiamen- de comunicación que lograra sustituir
el mundo ideológico (artificial) del oc-
te una preentidad en el principio –mental- cidente “cristiano”. En este arte nuevo,
mente hablando– del mundo, no un ser ni destinado a transmitir la desnudez de
un no ser, sino la Posibilidad Absoluta de las presencias, cada un es al mismo
todo ser” (Vélez, 1960), posibilidad infiniti- tiempo el viaje y el viajero. O expresan-
do la acción con el empleo de gerun-

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HALLAZGOS - Revista de Investigación • Año 6 - No. 11 • enero-junio de 2009

dios, es el itinerario que se recorre a los estudios metafísicos, o particularmente


mediante el padeciendo-entendiendo- ontológicos, son: Jaime Vélez Sáenz, Claren-
siendo (Henao, 1994, p. 232).
ce Finlayson, Félix Antonio Wilches, Luis
Eduardo Nieto Arteta, Cayetano Betancur,
Julio César Arroyave Calle (1914-1992), co-
Andrés Holguín y Danilo Cruz Vélez, a los
mentado rápidamente por Vélez Correa, se
que habría que adjuntar, por lo menos, a
gana un puesto más destacado a la hora de
Publio Restrepo González.
analizar su obra desde el horizonte de la
Metafísica y la Ontología, particularmente
En el ámbito latinoamericano los más repre-
aquella de matiz heideggereano. En su Fi-
sentativos, tal vez, sean: Alberto Wagner de
losofía en América desarrolla una de sus tres
Reyna, Carlos Astrada, Ernesto Mayz Valle-
partes a la Filosofía del ser y los valores y
nilla, Raúl Echauri e, indiscutiblemente, Ro-
allí se evidencia el horizonte heideggereano
dolfo Kusch. Sin embargo, se encuentran dos
al tratar temas como el ser y el no ser, meta-
juiciosos estudios sobre la recepción de Hei-
física y tecnología, ser y estar, etcétera.
degger en América Latina: uno, de Andrea
Cortés-Boussac, profesora de la Universidad
La consideración del ser de que hemos
venido dando cuenta, frente al no ser Sergio Arboleda, intitulado Heidegger-Latino-
o la nada, adquiere proporciones gi- américa (2006) y que, a decir de ella misma, es
gantescas, al tomar en cuenta el “es- la síntesis de su tesis de doctorado; el otro,
tar”, del cual sólo se había advertido de Armando Martínez Garnica, profesor de
la circunstancia de alternar con el ser
como simples formas verbales. Pero la Universidad Industrial de Santander, inti-
el solo hecho de constituir una alter- tulado Crónica de la recepción de Heidegger en
nativa “ser” o “estar”, para efectos de Hispanoamérica (2006). Los autores allí desta-
la conjugación, ya estaba significando cados no son pocos. Y si nos vamos a lo con-
que en ello “había algo” que era nece-
creto de la indagación de sus obras, la tarea
sario tomar en cuenta en un examen de
la metafísica que centra toda su fuerza es abrumadora. Por esto, mejor será para el
en “el ser”. Si el “no ser” o “la nada” objetivo que acá nos convoca detenernos so-
implican dos posiciones metafísicas lamente en uno de ellos, cuya obra es cada
diversas o diferentes del ser; y el “es-
vez más estudiada por los filósofos latinoa-
tar” implica una alternativa con el ser;
necesariamente “el no ser” y “la nada” mericanos, por ahora en Argentina, Uruguay
van a representar un nuevo papel me- y Colombia, que se sepa: Rodolfo Kusch, a
tafísico con el “estar” (Arroyave, 1979, quien ya habíamos anunciado.
p. 191).
Tal vez la obra más conocida del filósofo ar-
Aunque no cita a Rodolfo Kusch, parece gentino Rodolfo Kusch sea América profun-
evidente que estas reflexiones sean poste- da. Ya acercándonos al final de dicha obra
riores al análisis que argumenta el filósofo encontramos unos cortos renglones que me
argentino. De todas maneras, su obra me- han llamado bastante la atención. El men-
recerá un estudio detallado, a fin de valorar tado texto dice así: “Una manzana cae por-
los aportes a la filosofía colombiana. que se reintegra al suelo. Ha sido semilla,
ha madurado y luego se ha desprendido del
Otros filósofos estudiados por Jaime Vélez árbol, para reintegrarse al suelo. Ésta es una
Correa y que, sabemos, hacen algún aporte verdad y quizá la primera” (Kusch, 1962, II,

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Problemas de Metafísica y Ontología en América Latina

p. 222)7. Lo importante está en que seamos hipostásicamente en el ser humano. Lo ve-


pura semilla (Kusch, 1962, II, p. 227). getal no se comprende algo así como una
naturaleza totalmente otra, sino que, de an-
Lo que nos quiere decir Kusch no solamente temano, también ya está como naturaleza
es que la manzana cae; no solamente es que nuestra, humanizada… en una especie de
la manzana se reintegra al suelo. Eso, por mestizaje natural. Para el filósofo argentino,
demás, es evidente. Lo que nos quiere de- en el mestizaje “la vida predomina sobre el
cir Kusch es que la manzana también quiere, espíritu, la emoción sobre la idea, la unión
ahora, desprenderse y caer. Ella lo quiere sobre la oposición” (Kusch, 1953, t. I, p. 39).
así. Ha madurado, dice el filósofo argentino, y ¡Somos a una con la naturaleza! En Kusch,
se ha desprendido. No es simplemente que el mestizaje no se da, primeramente, como
cayó, que se cayó, como accidentalmente. un entrecruce entre las mal llamadas razas,
No: ella se ha desprendido, en su madurez. sino, fundamentalmente, como unidad de lo
humano con lo vegetal, sin contradicción.
Ontología desde la naturaleza La lógica de Occidente, el logos griego, acá
tiene otra comprensión: el ser “en la Amé-
[vegetal] rica mestiza concilia la barbarie, la incons-
ciencia, el no ser” (Kusch, 1953, t. I, p. 82).
Propuesto así el asunto, sea éste un motivo
para echar una mirada a la obra escrita de En nuestra América no disponemos de las
Rodolfo Kusch, cuya Obra completa ha sido condiciones de posibilidad para dilucidar la
editada entre 2000 y 2003. Su primera obra esencia de una razón pura, ni deberíamos
publicada, La seducción de la barbarie, data de quererlo –a no ser cuando vuelve a impo-
1953. En dicha obra, el autor parte de una nérsenos una forma de pensar que no habla
metafísica de lo vegetal, pues, al fin y al cabo, de lo nuestro ni desde nosotros mismos–.
nuestro ser se enraíza en su ambiente natu- Nosotros queremos develar nuestra identi-
ral. Kusch dice: “Con el vegetal, el paisaje dad desde nuestro ser más propio, auténti-
destruye y participa, al mismo tiempo, del co; queremos desprendernos de lo que nos
ser, pero deja siempre entre paréntesis la mantiene siendo, queremos desprendernos
posibilidad de toda definición en grande” de lo que estamos asidos (y como atados),
(Kusch, 1953, t. I, p. 26). “El vegetal se true- al igual que la manzana, no para dejar de
ca, en el mundo humano, en divinidad, en ser, ni para no ser, ¡todo lo contrario!, bus-
destino, con el carácter de vegetal hiposta- camos desprendernos para reintegrarnos a
siado. Es la primera forma que participa de la originalidad de ser, sin menosprecio por
la fijeza del espíritu, aunque no llegue a él” el suelo, por la tierra o por lo vegetal. Si
(Kusch, 1953, t. I, p. 29). negamos nuestras propias raíces, jamás po-
dremos develar nuestro ser, nuestra identi-
Al parecer, según Kusch, lo vegetal habla dad. Pero esto quiere decir, a su vez, que no
de lo divino del espíritu que se muestra podemos inclinarnos a uno de los extremos
sin perjuicio de no comprendernos íntegra-
7 Como la exposición temática lleva un ritmo lineal, cronológico,
me permitiré citar, en las referencias bibliográficas, el año de
mente: no somos Occidente, pero somos ya
publicación original, para que el lector lo tenga en cuenta, pero de Occidente; ni somos puramente indios,
serán citadas las páginas teniendo como referencia los cuatro pero lo indígena está en nosotros, como lo
volúmenes de la Obra completa.

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HALLAZGOS - Revista de Investigación • Año 6 - No. 11 • enero-junio de 2009

negro, lo mulato, lo zambo y lo mestizo. estar sobre el ser” (Kusch, 1962, t. II, p. 194).
“El choque que se produjo entre la moda- El estar es propio de la cultura indígena: los
lidad precolombina de concebir el ser y la indios están ahí, sin más, sin preocupaciones,
española, genera el momento actual y para sin afán, proyectándose en unidad con la
comprenderlo no basta quedar en sólo uno naturaleza, con el cosmos total. Seguramen-
de los extremos” (Kusch, 1953, t. I, p. 97): te, será válido hacer una estadística de los
América yace, como su paisaje, entre dos ejemplos que presenta Kusch en todas sus
facetas del ser, entre lo indeterminado y lo obras mostrando el mero estar aborigen: en
definido, entre el sentimiento de privación América profunda la cultura de los indios es,
y el de plenitud (Kusch, 1953, t. I, p. 99). pues, una cultura del estar más que del ser (o
de lo que se es); el estar “encierra todo lo que
En consecuencia, nuestra concepción de ser el quechua había logrado como cultura. Su-
deberá dar cuenta de estas tensiones y de pone un estar ‘yecto’ en medio de elementos
esta diversidad, una diversidad ontológica cósmicos, lo que engendra una cultura está-
y vital, para nada contradictoria. También tica” (Kusch, 1962, t. II, p. 110).
fue Rodolfo Kusch quien en ésta, su primera
obra publicada, afirmó que “la grandeza de Sin embargo, a decir verdad, más allá de su
una cultura o de una civilización, su apogeo aparente estatismo que en principio toma-
está en la forma de concebir el ser” (Kusch, mos como simple quietud, ausencia de mo-
1953, t. I, pp. 101 s). vimiento, más allá, se encierra un amplio y
profundo dinamismo interno (Kusch, 1962,
Ontología del estar t. II, p. 116), el dinamismo que corresponde
a la presencia (tal vez no tan fenomenológica)
Casi diez años después de haber publicado de lo mágico, de lo divino, de lo espiritual
La seducción de la barbarie, Kusch publicó, y emocional.
en 1962, su América profunda. Este libro se
Y siendo, como es, la cultura quechua
podría considerar una investigación docu- una cultura de meseta, sometida a la
mental, cosa no tan común en él, quien gus- naturaleza y encuadrada dentro del
ta más del trabajo de campo. Naturalmente, ámbito de su rejilla mágica, está su-
también esta clase de trabajo se hace eviden- mergida en eso que llamamos la ira
de dios, la cual esconde una emoción
te en la citada obra, pero quería aclarar que,
mesiánica, que engendra un comporta-
en general, América profunda gira en torno miento espiritual. En ese sentido se nos
a un documento escrito, el manuscrito del escapa a nuestra manera de ver las co-
indio Joan de Santa Cruz Pachacuti yamqui sas, por cuanto ya hemos perdido esa
experiencia emocional (Kusch, 1962, t.
Salcamayhua, escrito por el año 1600, a pe-
II, p. 117).
dido del padre Ávila.... Pero como el tema
que ahora nos convoca es la Ontología, nos
Y hemos perdido esa emocionalidad interna
centraremos en éste.
–dice Kusch–, porque nos hemos occidenta-
lizado; tomando distancia del horizonte de
En América profunda inicia Kusch la categori-
comprensión precolombino se nos fue im-
zación del estar con preeminencia sobre el ser.
poniendo una comprensión meramente ra-
Allí, literalmente, dice que “sólo cabe hablar
cional, radicalmente logocéntrica, que ya no
en América de un probable predominio del

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Problemas de Metafísica y Ontología en América Latina

nos permite sentir, con apasionamiento vital, Indios, porteños y dioses, y la otra, De la mala
lo que creemos, lo que discernimos, lo que vida porteña. Naturalmente, en ambas, como
pensamos. Pero, de fondo, no hemos podido en las posteriores, Kusch lo que busca es
dejar de ser lo que somos, ni podremos dejar desentrañar la esencia de lo americano, el
de mostrarnos como estamos: se hace paten- ser de esta América nuestra (Sudamérica), y
te, entonces, cierta ambivalencia, una como en ellas se ve que va discerniendo cada vez
forma de contradicción en nosotros mismos un poco más el problema del estar latinoame-
que no es otra cosa que la patencia interior ricano con respecto al ser. Kusch define al ser
que se da entre el ser logocéntrico, hereda- como una realidad dura, inflexible y lógica,
do desde los griegos y los latinos por medio relacionada con la devoción occidental por la
de los hispanos, y el estar aborigen, hereda- ciencia (Kusch, 1966, t. I, pp. 245-247), mien-
do por el mestizaje y la hibridación cultural tras el estar hace relación a la magia sagra-
de nuestros ancestros indios. El problema da y limpia de la naturaleza, a la pureza de
del ser [nos] comprende [en] la pura ratio de la vida, incluso, la de los vegetales (Kusch,
Occidente, “el problema del mero estar [nos] 1962, t. II, p. 247). En el ser humano, el ser
comprende [en] la pura vida de un sujeto” tiene que ver con ser alguien mientras el estar
(Kusch, 1962, t. II, p. 220), en lo emocional indica la mera vida ahí, pura, sin más.
que nos apasiona y logra expresarse ya en la
danza de los carnavales, ya en la rica estética Ser se liga a servir, valer, poseer, dominar,
origen. Para ser es preciso un andamio
de nuestro arte, ya en el cálido abrazo de los
de cosas, empresas, conceptos, todo un
amigos que se reencuentran... o, inclusive, en armado perfectamente orgánico, por-
el sentimiento agresivo que no ha logrado que, si no, ninguno será nadie. Estar, en
aún encauzarse por vías más armónicas so- cambio, se liga a situación, lugar, condi-
cialmente o solidarias. ción o modo, o sea a una falta de armado,
apenas a una pura referencia al hecho
simple de haber nacido, sin saber para
Entonces, el estudio de la América profunda qué, pero sintiendo una rara solidez en
ha develado, entonces, cierta relación escin- esto mismo, un misterio que tiene anti-
dida entre el ser y el estar, con predominio guas raíces (Kusch, 1966d: I, 426).
de este último, como ya se dijo. Kusch com-
prende que el ser “surge del estar. El estar, Y aunque aparente o lógicamente opuestos,
brinda al ser los elementos para su dinámi- no se excluyen: ser y estar:
ca” (Kusch, 1962, t. II, p. 202), es decir, que
[...] quizá se vinculen como la copa de
en la raíz del ser se encuentra el estar. Lo que
un árbol con sus raíces. Por una parte,
suena a una lógica al revés, pues Occidente uno es esa frondosa definición que hace
nos ha enseñado que el fundamento (arkhé) de sí en el aire, y, por la otra, uno tra-
está en el ser: ¡el ser es! Lo que conlleva que ta de palpar por debajo de sus propias
volvamos a lo dicho más arriba: el ser no es raíces que lo sostienen (Kusch, 1966d).
sin el estar, es decir, la manzana no cae, sino
porque quiere, porque quiere reintegrarse al Ontología de la afectividad
suelo. Nuestro suelo, pues, nos convoca…
En 1970, Rodolfo Kusch publicó El pensa-
Pocos años después de América profunda, en miento indígena y popular en América, su quin-
1966, Rodolfo Kusch publicó dos obras: una, ta obra. En ella nos trae ya en sus primeras

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páginas el dato sobre ser en aymara del está”; quinto, duración, como cuando se está
Vocabulario de la lengua aymara de Ludovico escribiendo, leyendo o escuchando; y sexto,
Bertonio. De allí se deduce que la forma de disponibilidad o finalidad, como cuando se
comprender del indio deviene del sentir, está de paso, o se está por decir algo, o se está
del sentir afectivo y no del mero ver obje- por hacer aquello (Kusch, 1970, t. II, p. 528).
tivo. Los términos ontológicos (ser, esencia,
estar) dan cuenta de ello. Por la misma ra- A Rodolfo Kusch le parece que en todos es-
zón, seguramente, por el horizonte de com- tos casos el verbo estar se da con funciones
prensión con que aprehendemos “las cosas” señalativas y que, en cuanto tal, no compro-
y “los aconteceres”, es que en Occidente no mete al sujeto, pues la intervención de éste
se ha desarrollado una ontología de la afec- resulta totalmente anónima, de forma no
tividad. Ésta se ha visto con recelo. ¡Otro esencial, circunstancia que nos lleva a de-
de tantos prejuicios de Occidente! Prejuicio velar en los hablantes el hecho de escindir
evidenciado particularmente desde Des- entre lo que está y lo que es. Y aquí valga
cartes, pasando por Kant y Scheler, según una aclaración: el ser implica directamen-
Kusch. Y, naturalmente, en absoluto, se han te al sujeto (en latín subiectum, en griego
estudiado las consecuencias heredadas por υποκειµενον), mientras que el estar, según
los mestizos, del cambio drástico de com- explica Kusch, lo elude, y sólo aparece cir-
prensión y aprehensión conceptual con que cunstancial o accidentalmente. En cuanto
se obligó a expresarse en una lengua y una accidente, según las categorías metafísicas
cosmovisión extrañas. Alguna referencia de Occidente, resulta indefinible; con ello se
hace al respecto William Sayres en un artí- logra “una honrosa autonomía”.
culo publicado en 1955 y citado por Kusch
(1970, t. II, p. 295); pero nos queda la inquie- Visto así, cabe pensar que en el verbo
estar se da un concepto de inusitada ri-
tud y el interés por develar una ontología de
queza. Sabemos que estar proviene del
la afectividad que, desde nuestro horizonte stare latino, estar en pie, lo cual impli-
latinoamericano, permitirá tal vez una com- ca una inquietud. El ser, en cambio, en
prensión más íntegra –y también tal vez cuanto proviene de sedere, estar sentado,
más auténtica, por lo menos para nosotros. connota un punto de apoyo que condu-
ce a la posibilidad de definir. Un mun-
do definible, a su vez, es un mundo sin
Tras del método de investigación miedo, en cambio un mundo sometido
al vaivén de las circunstancias, es un
mundo temible. Entonces la oposición
A decir verdad, tampoco Kusch ahonda entre estar en pie y estar sentado impli-
en una tal ontología de la afectividad. Sin ca una referencia a la oposición entre
embargo, sí encontramos unas cuantas pá- inquietud y reposo. Y a su vez, ¿en qué
ginas que profundizan la ontología del estar: consiste la inquietud de estar no más?
¿Será que comprende ese orden de la
inicia ofreciéndonos seis sentidos del estar; vida donde se entrecruzan el pensar
a saber, primero, como ubicación, cuando lúcido y causal con otro que no lo es,
se está en casa; segundo, estado de ánimo, el seminal, donde falta la definición y
como cuando se está alegre; tercero, co- en donde irrumpe verticalmente lo
innombrable ante la visión del así de
rrespondencia, como cuando se dice “está
la realidad? La elección en el habla
bien”, es decir, estamos de acuerdo; cuarto, de América de un verbo estar sobre
entendimiento, como cuando se expresa “ya otro de acción más comprometida, ¿se

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Problemas de Metafísica y Ontología en América Latina

deberá entonces a que existe una ape- t. II, p. 558). Con dicho método nos halla-
lación a una verdad, esa que pregunta ríamos en un campo residualizado por la
por los innombrables, como si se bus-
actitud racional occidental y que habla de
cara otra forma de ser o estar sentado?
(Kusch, 1970, t. II, p. 529). la verdad de nuestro puro existir, el estar.
Naturalmente, este método de la negación
¿Cuál es, pues, esta forma de ser que hace “niega lo meramente dado a nivel percepti-
patente el estar? Es decir, ¿cómo ha devenido vo o de conceptualización inmediata, y lle-
en nosotros el mero estar? Pues bien, según ga a la profundidad del fenómeno” (Kusch,
Kusch, en un “no más que vivir”, una cierta 1970, t. II, p. 559), al trasfondo humano.
sensación de despojo en medio de la riqueza
natural latinoamericana (Kusch, 1970, t. II, p. Sin embargo, dicho método no ha queda-
534) y en contraste con un mundo que se va do claro. Pero a él se dedicará Kusch en los
construyendo mecánicamente, técnicamente. años siguientes, como se evidencia por su
Lo indefinible e innombrable ante lo definido producción textual. Tenemos un escrito de
y técnicamente puesto ahí y así. Lo vivido sin 1973 intitulado Lógica de la negación para
más del “no más que vivir”, como vivir con- comprender América y su siguiente libro: La
templativo y sin afán, seminal y autóctono, negación en el pensamiento popular, de 1975.
ante el quehacer “activo” que ejecuta proce-
El sustrato de la lógica de la negación
dimientos lógicos, que construye mundos,
es lo emocional. La emocionalidad no
que se sustenta en el logos racional ya dado es totalmente irracional, sino que cuenta
de antemano, pero jamás cuestionado como con una racionalidad invertida y simé-
prejuicio de comprensión existencial. “Estar trica y cumple con la función de propo-
ner una lógica que parta de lo negativo,
es, en suma, ubicarse en esa encrucijada que
o mejor, de lo que es antagónico respec-
se abre en el así” (Kusch, 1970, t. II, p. 535) y to a la propuesta intelectual, y que por
desde donde habrá que discernir nuestra ac- tanto tiene una función compensativa y
titud ante el quehacer [propio de Occidente], por eso fundamental, ya que hace a la
es decir que se nos abre, precisamente allí, la existencia misma. […] Mediante la ne-
gación se desciende al campo de verdad
posibilidad de estar, ahí, ante nuestra propia
en el que se desempeña el existir. Éste
historia (Kusch, 1970, t. II, p.). no se concibe sino en el horizonte de su
estar. Se trata, en suma, de todo lo que
Pero este develamiento del estar le va mos- condiciona el ser del existente (Kusch,
1973, t. II, p. 562 s).
trando a Rodolfo Kusch las exigencias de
un adecuado método de investigación al
Entonces, el método de la negación no es
puro vivir, en el que lo seminal, lo aborigen,
que trate con indeterminaciones e irracio-
lo popular y emocional se hagan patentes
nalidades, sino con determinaciones del
como forma de ser concreta y particular.
existir hasta ahora vistas peyorativamente
Así es como ya en las últimas páginas de
por Occidente, o inclusive ni siquiera vistas
El pensamiento indígena y popular en América
y, por consiguiente, aún no debidamente
se pregunta si “¿podemos idear un método
estudiadas. Las facetas del ser que se po-
que se base en la negación, y que consista en
drán comprender desde lo emocional, en lo
invertir el sentido lógico y científico, y parta
afectivo-afectuoso de lo que es, posibilitán-
de la negación para entrar en la pregunta to-
donos, así, una mirada ojalá más íntegra de
tal por la posibilidad de ser?” (Kusch, 1970,

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la realidad total y existente: “sólo mediante Pues bien, hacia lo emocional es que dirige
la negación habremos de lograr la entrada sus indagaciones en el pensamiento popu-
en el estar simple, que es lo mismo que la lar, nuestro filósofo, no hacia lo racional.
inmersión en una totalidad real del existen- Es más, llega a cuestionar las ideas claras y
te” (Kusch, 1973, t. II, p. 563). Y una realidad distintas de tinte cartesiano (Kusch, 1975, t.
que, en cuanto objeto de estudio, no puede II, p. 582). El conocimiento objetivo del Oc-
ser nuevamente violentada: la voluntad de cidente logocéntrico por el endiosamiento
ser de lo no occidental exige, hasta cierto de la razón nos ha llevado a la pérdida de
punto y en ciertos aspectos, la negación de sentido. El camino del sujeto hacia el objeto
Occidente (Kusch, 1973, t. II, p. 565). Natu- nos ha llevado a perder el norte: lo objeti-
ralmente, Occidente debe aprender a escu- vo y seguro nos ha cosificado también. El
char, a respetar, a sentir… anti-discurso de la negación nos señala, no
las cosas y los objetos, sino los significados
El último texto que traeremos a colación será y el sentido (Kusch, 1975, t. II, pp. 586-588)
el de 1975 que, como ya se dijo, es titulado La que develan la naturaleza afectiva de nues-
negación en el pensamiento popular. Para iniciar, tro ser y lo emotivo del ser. Inclusive, Kusch
evoquemos la diferencia en la que han ahon- llega a afirmar explícitamente:
dado filósofos de todos los tiempos entre el
pensamiento culto y el pensamiento popu- No puede haber una aprehensión de
un sentido sagrado si no es sobre la
lar, lo cual indica que este último no va más
negación de las cosas, en este caso del
allá de la opinión (doxa). Sobre esto Kusch trabajo y la casa como cosas, y la trans-
replica diciendo simplemente que cuando formación de los mismos en símbolos.
hablamos “de pensar culto y de pensar po- A su vez, y en tanto son simples sím-
pular no enunciamos dos distintos modos de bolos, aparecerá la verdad fundante, ya
no en el plano del simple conocimiento
pensar, sino dos aspectos de un solo pensar” profano sino de la revelación de lo sa-
(Kusch, 1975, t. II, p. 575): los dos, pues, no grado (Kusch, 1975, t. II, p. 591).
se oponen; por el contrario, seguramente,
se complementan. La seguridad que brinda Lo sagrado de la existencia. Lo sagrado de
el pensamiento culto y científico también le la vida. Lo sagrado de ser y de estar-siendo.
ofrece la opinión, aunque no al servicio de la Pero, no de la existencia como concepto abs-
ciencia, sino al mero hecho de vivir y, así, no tracto y metafísico, ni de la vida en cuanto
sabemos si esta seguridad del pensamiento conocimiento de la episteme biológica, ni
popular, “de la opinión, es fundante en ma- del ser definición de lo más indefinible que
yor grado que la científica” (Kusch, 1975, t. II, se da en el ente. Se trata de la comprensión
p. 576). ¿Acaso la verdad es puramente cien- existencial de ser como sentido del acto de
tífica, meramente científica? La plurivocidad vivir cada instante con significado emotivo,
de la verdad, ¿no habla en la plurivocidad de enraizado en la sacralidad sentiente de la
las opiniones? O la complejidad de la reali- vida humana.
dad ¿no habla en la complejidad de lo diver-
so que ofrece la opinión? ¿Y las emociones Vivir es saber; saber es pensar siendo, y se
no hacen parte de nuestra realidad? piensa desde la contemplación de la exis-
tencia vital. Pensar no es conocer, pues lo

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Problemas de Metafísica y Ontología en América Latina

que se conoce son las cosas. “El análisis de Si la lógica de vivir es una lógica simé-
la opinión o doxa lleva entonces a distinguir tricamente invertida a la lógica cientí-
fica, cabe afirmar que la lógica como
entre conocer y pensar. Se conoce la cosa,
ciencia o la ciencia misma son apenas
pero lo que es fundante es la posibilidad un episodio de la lógica del vivir.
de que eso que se conoce entre en el saber”
(Kusch, 1975, t. II, p. 593), gracias a un es- En suma: existo, luego pienso, y no al
fuerzo de tipo emocional para su compren- revés. Primero se da mi posibilidad de
ser y luego pienso. Porque lo que pien-
sión existencial. El saber tiene sentido para so está comprometido y motivado por
el acto de vivir; si no, nos cosifica. El saber, esa posibilidad (Kusch, 1975, t. II, p.
así entendido, apunta a la sacralidad de la 612 s).
vida (Kusch, 1975, t. II, p. 595), aunque esto
no suene a discurso epistemológico y obje- Dentro de mis posibilidades de ser está la
tivo; entendiéndose así como antidiscurso. posibilidad de pensar, pero pensar corres-
Luego, concluye Kusch: ponde a la tarea (y esfuerzo) de existir, de
vivir. Pensar el ser es una posibilidad del
Lo dicho hasta ahora nos interna en pensamiento, pero no se puede –en los mis-
un campo ontológico. Porque, si se mos términos– pensar el estar: éste se siente,
toma en cuenta el campo no denota-
ble de la emocionalidad, o un pensar nos afecta, nos motiva, desde la experiencia
que incluye el antidiscurso, desembo- de nuestro puro vivir. Occidente ha pensado
camos forzosamente en la prioridad el ser y ha propiciado una cultura metafísica
del estar sobre el ser. [Y más adelante y logocéntrica; a Latinoamérica le conviene
pregunta:] ¿Es que Occidente ha sido
evidenciar el estar propiciando una cultura
y es una cultura que se destaca por la
forma de afirmar el ser, pero que no ha de la vida y la emotividad, lo que promueve
comprendido el sentido del estar? Por una ontología del estar y de la afectividad.
eso el déficit en el conocimiento de la Al ser hay que sembrarlo en el estar para
emocionalidad […] (Kusch, 1975, t. II,
comprender toda su riqueza.
p. 597 y 598).

El estar es la condición, por su nega-


Lo objetivo, lo verificable, lo que se ve, ha tividad, de la posibilidad de ser. Es la
sido develado en la lógica del ser; lo emo- infraestructura de la posibilidad. Sólo
tivo, afectivo y no objetivamente verificable es posible mi proyecto existencial si
hay negatividad en el horizonte en el
se devela por la “lógica de la negación” del
que me he instalado. [...] Entonces cabe
estar. He aquí, en pocas palabras, la pro- pensar que la negación no niega real-
puesta ontológica de Rodolfo Kusch: en tér- mente, sino que afirma, ya que movi-
minos de Occidente, diríamos que se reduce liza la instalación de la última afirma-
a una ontología del estar, nada más; pero ción que es la nuestra, hasta el punto de
que trasciende el nivel del simple yo, y
desde nuestro horizonte de comprensión la- entra en lo profundo de uno; en todo
tinoamericano, entendemos que se trata de uno es lo que los otros también son. En
una ontología de la afectividad que devela el fondo de todo no estoy yo, sino que
el puro vivir, es decir, que se trata de una estamos nosotros (Kusch, 1975, t. II, pp.
647 y 672).
ontología existencial porque expresa el ser
desde nuestro propio ser y en él se nos va
Con Kusch se desplaza, entonces, la filoso-
la vida, es decir, se hace patente también el
fía del individuo y la subjetividad del yo,
mero vivir, el puro existir.

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HALLAZGOS - Revista de Investigación • Año 6 - No. 11 • enero-junio de 2009

a la constitución de un horizonte de com- de esta obra que estamos comentando: el


prensión ontológico que propone una filo- estar es “la tierra virgen sobre la cual he
sofía en plural, del nosotros, desde el mero montado mi posibilidad de ser, para asumir
vivir que patentiza el estar. Pero, no olvi- desde ahí todo el sacrificio para mi ser ame-
demos que es una propuesta, entre tantas ricano” (Kusch, 1975, t. II, p. 673). Estamos
otras; es una posibilidad, que abre un ca- así convocados a desprendernos de la lógica
mino efectivo de la filosofía latinoamerica- de Occidente: a querer caer al piso, a nuestro
na, entre tantos otros. Nos conduce a estar suelo, y desde este mismo suelo germinar
con sentido de nuestra propia existencia, a bajo un horizonte de comprensión no co-
escucharnos y a sentirnos. El estar se nos sificante ni individualizante que, como se
ofrece, además, como una categoría episte- percibe desde la propuesta kuscheana, nos
mológica de esas que le exige Occidente a posibilite no una mera ontología de la ratio
sus otros para sopesar su pensamiento. Ésta y del logos, sino una ontología desde la afec-
es una ganancia, por añadidura. Lo funda- tividad, desde la emoción y el sentimiento,
mental es que ella nos permite comprender como corresponde a la forma de ser y de es-
el ser desde nosotros mismos. Como dice tar de los latinoamericanos.
Kusch en los dos o tres últimos renglones

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