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El Niño de Hoy y La Autoridad Bernard Aucoturier
El Niño de Hoy y La Autoridad Bernard Aucoturier
en la escuela
El niño de hoy
y la autoridad
Un tema educativo que se plantea en
muchas familias y profesores. Frente a las Bernard
Aucouturier
exigencias de estos “niños terribles” (enfant
terrible) que maltratan a sus familias, los
padres se encuentran con pocos recursos Catedrático (Tours - Francia)
bernardaucouturier@orange.fr
por haber fracasado en su rol. Sienten que El uso de la autoridad, esto es,
son incapaces de ejercer su función como
padres, que consiste en transmitir tranqui- crear frustraciones para que el
lidad a su hijo. Sin embargo, el niño tiene
un sentimiento de seguridad y de bienestar niño pueda crecer y convertirse
internos cuando siente el amor y la estabili-
dad como adulto de sus padres.
en un adulto responsable de sí
Ahora, son muchos los padres que mismo, respetuoso con el resto y
satisfacen de manera continua las nece-
sidades y deseos de sus hijos sin generar generoso.
frustraciones. Estos padres asumen el
rol de “colega a colega” con su hijo por-
que resulta más sencillo, les preguntan si a los 13. Los psiquiatras infantiles dicen
quieren ir a pasear o comer esto o lo otro, que “algunas familias están dirigidas por
lo que, en realidad, son decisiones que hombrecitos que no levantan tres palmos
debe tomar un adulto y el niño aceptar sin del suelo”.
rechistar. Muchos padres entregan a sus hijos
A menudo, los padres colman de rega- a ese sentimiento de omnipotencia, a
los a sus hijos para minimizar su senti- sus pulsiones primarias, mientras que la
miento de culpa. Así, el niño tiene el regalo frustración prepara al niño para la vida
antes incluso de desearlo. En caso de no social. No se atreven a reafirmar su auto-
conseguir la chuchería o juguete desea- ridad, a establecer unos límites frente a
dos, puede montar en cólera e insultar a su hijo todopoderoso; son incapaces de
sus padres, quienes se angustiarán por decir: “aquí no mandas tú, mando yo”. Se
tener que oponer resistencia a su hijo de 3 sienten desamparados y sobrepasados
años. Y, sin embargo, si no son capaces de por conflictos familiares permanentes,
decir “no” a un niño de 3 años, o incluso frente a unos niños que dictan las nor-
antes, éste no aguantará la frustración mas en casa.
La hipertrofia del yo
La patología de la hipertrofia del yo
domina el día a día. Si no se le planta cara
mediante la educación y la mediación,
los adultos con síndrome del emperador
podrían convertir al mundo en un lugar
Aunque el niño se sienta contrariado por las
insoportable.
Sin embargo, ¡cada vez hay más adul-
prohibiciones, en ningún caso le traumatizarán. tos así! Cierto es que no se trata de una
generación entera, pero sí de una mino-
Es más, se producirá el efecto contrario, ya que ría que pasa a la acción e impone su
mala educación: por ejemplo, una cita
éstas darán coherencia a su existencia y le acompañada de un retraso, un coche
estacionado en doble fila o en una plaza
ayudarán a encontrar el camino adecuado reservada para minusválidos, o bien
mantener una conversación por el móvil
y compartirla con todo el vagón. Y el ego-
De este modo, los niños crecen con la centrismo va más allá. Dentro de la fami-
idea de que el mundo debe obedecerles. lia, el adulto con síndrome del emperador
Aquéllos que obtienen las cosas antes cambiará de mujer si considera que ésta
incluso de haberlas deseado son, más ya no le atrae, tal y como cambia de
tarde, incapaces de esperar y de tolerar móvil o de coche. En el trabajo, el jefeci-
las frustraciones. Para ellos, la paciencia llo infligirá humillaciones para satisfacer
es una virtud desfasada. Estos niños, en su ego. En el ámbito político, la tónica
manos de los mandatos de sus pulsiones, dominante es la omnipotencia.
de sus exigencias y de su impaciencia Estas personas no han aceptado
corren el riesgo de convertirse en niños límites, pero tampoco nadie se los ha
tiranos, un tema de actualidad en el ámbito impuesto. La hipertrofia del yo es la con-
de la psicopatología infantil. Y, entonces, secuencia de una carencia educativa. Son
los padres se apresurarán a ir al psicólogo, adultos que no han sido educados, que no
quien les dirá: “no, no es una cuestión psi- han aprendido a ajustar su placer a la rea-
cológica, sino educativa”. lidad y, por consiguiente, a la realidad del
La espera deja un vacío, un senti- resto. Niegan a los demás, los “cosifican”.
miento de angustia, y ese vacío se va lle- El adulto todopoderoso no piensa en el
nando de inseguridad y de exigencias. La otro: ¿no sería entonces un saboteador de
exigencia y la impaciencia conllevan una relaciones? Estos adultos niegan las virtu-
sensación de malvivir; la impaciencia no des que caracterizan al ser humano, tales
es otra cosa que la falta de confianza en como la cortesía, la justicia, la compa-
uno mismo, de confianza en la vida. sión, la tolerancia, la buena fe, la lealtad.
Son seres humanos que han abandonado ban inhibidos, carecían de autoestima,
el “sentimiento humano”. tenían dificultades para autoafirmarse,
Hoy en día, el hecho de que los adul- existir y reprimían sus deseos. Ahora,
tos sufran y se sientan culpables por no los niños quieren vivir sus deseos y pla-
ser buenos padres les lleva a permitir que ceres, y vemos cómo surge una patología
sus hijos pasen horas delante de la tele- asociada al vínculo con la realidad: los
visión o jueguen con juegos electrónicos niños ya no están reprimidos, padecen
sin límite de tiempo, y no se atreven a una hipertrofia del yo, son incapaces de
decirles que paren. Y, mientras, el niño soportar al resto, las normas o las frustra-
está inactivo ante la pantalla, es depen- ciones. Cuando crecen, son personas con
diente de las imágenes que absorbe sin las que es difícil convivir, son esos enfants
filtro alguno. Ese niño vulnerable corre el terribles (como yo les llamo), que agre-
riesgo de encerrarse en el mundo virtual, den verbalmente, y a veces hasta física-
de alejarse de la realidad, y de dejar que mente, a los educadores, excluyéndoles,
se instalen ideas, fantasmas de domina- despreciándoles, e incluso insultándoles.
ción, de agresión y de aniquilación del De esos niños, algunos corren el riesgo
resto. En este caso, la familia y el colegio de convertirse en personas violentas, si
desempeñan un papel fundamental, que es que no lo son ya, y pueden ser peligro-
consiste en formarle para que sea capaz sos para los demás y para sí mismos. Los
de cuestionar las imágenes y prepararle profesores se dan cuenta de que no son
para su entendimiento. autónomos porque, incluso con 8 años, se
Los niños carecen de límites, sí, todos comportan como si fueran bebés, y entre
los especialistas están de acuerdo en ese los colegiales, se percibe una mezcla de
punto, pero entonces, ¿por qué es algo que autonomía y de infantilismo. Es cierto que
no cambia? ¿Por qué cada vez se ven más puede que la inseguridad de los padres y
comportamientos incívicos en la calle, su sentimiento de culpa les lleven a pro-
en el colegio? ¿Por qué? Creo que desde digar demasiado amor para compensar
hace 30 años tratamos de atribuir cual- su malestar, encerrando así a sus hijos
quier comportamiento disfuncional o tras- en una burbuja afectiva de la cual sólo se
torno de la conducta del niño a carencias podrán zafar rebelándose.
afectivas o traumas, y puede que el pro- Antes, a los niños primero se les edu-
blema esté únicamente en la educación. caba, y si quedaba tiempo, se les daba
Antiguamente, los niños que no cumplían cariño. No siento nostalgia del pasado,
las expectativas de los adultosesta- pero sí es verdad que educar a un niño
puede resumirse en tres palabras: cariño, Fue algo muy saludable como contra-
normas, cultura. punto a las restricciones sociales; ahora
Los psiquiatras, psicólogos y especialis- ha alcanzado un grado excesivo. Sí, el ser
tas infantiles dan la voz de alarma: “¡alto al humano tiene la necesidad de sentirse
ego infantil!”. Al parecer, el “niño tirano” se querido para poder forjar su personalidad,
está convirtiendo en un fenómeno social. pero también necesita frustraciones por-
Deseado, adorado, adulado, mimado, con- que debe afrontar la realidad (“no soy el
sentido; ya no tolera la autoridad ni las más guapo ni el más fuerte ni el más inte-
normas, ni tan siquiera la más mínima ligente”) la realidad del resto y la realidad
negativa. Son adictos al placer inmediato. de la vida. Estos niños padecen intoleran-
Un “niño tirano” es primero un niño rey, cia a la frustración en cuanto no consi-
que dispone de todos los bienes mate- guen lo que quieren, cuando las cosas no
riales posibles (videojuegos, televisión, salen como a ellos les gustaría o el resto
tableta electrónica, teléfono) y que, ade- no se comporta como ellos desean. Y así
más, se ha hecho con el poder en casa. no van por buen camino. Los niños que
Los padres se sienten impotentes y des- niegan la autoridad parecen seguros de
armados, y repiten que ya no saben qué sí mismos, pero en realidad son vulnera-
hacer. Son niños que generan una sensa- bles a nivel psicológico. La sociedad de
ción de angustia en su entorno; desde el consumo y su culto al placer inmediato;
niño de 3 años que no obedece, que come el placer individual, el individualismo y la
y duerme únicamente cuando quiere, incomunicabilidad, que están a la cabeza
hasta el adolescente que ha retirado la de las prioridades; y el discurso contra-
palabra a sus padres. dictorio de algunos padres sobre la edu-
cación contribuyen al nacimiento del
Una transformación social “niño rey”. Vivimos en un mundo en pleno
Hace varios decenios, se observa- proceso de transformación, en el que los
ban más bien patologías asociadas al adultos han relegado al olvido el modelo
principio del placer. Fue una época en la educativo autoritario para dejar paso al
que las responsabilidades profesionales, enfoque permisivo del laisser faire. Desde
familiares y sociales tenían mucho peso, hace 50 años, las normas han cambiado
y en la que había muy poco espacio para tanto que los adultos ya no saben qué sis-
el placer y el hedonismo. En la década tema tomar como referencia.
60-80, asistimos al movimiento contrario: ¿Acaso es la consecuencia del legado
“disfrutar de la vida”, “prohibido prohibir”. del psicoanálisis? Del legado de Françoise