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Guía de Padres

APRENDER
A VIVIR JUNTOS
Aprender a convivir es una de las principales tareas de la educación
Para llegar a nuestra plenitud como seres humanos necesitamos de otros. Aprender a vivir
juntos es indispensable para realizar cualquier actividad.
Gran parte de la labor que se realiza en cualquier asociación social, educativa o empresarial
requiere que varias personas, con habilidades distintas, se pongan de acuerdo y formen un
equipo de trabajo.
La paz y un mejor futuro para nuestra especie dependerá de que logremos desarrollar en
nosotros y en nuestros hijos habilidades para aceptar las diferencias, entendernos, colaborar
unos con otros y gozar de la convivencia.

El primer ambiente social en que el niño se desenvuelve es su hogar


Si ahí existe un clima de consideración y afecto, el niño aprenderá a expresarse, a relacionarse,
a satisfacer sus necesidades y a responsabilizarse paulatinamente de sus acciones y decisiones.
Los padres le damos al niño las primeras enseñanzas de convivencia y comunicación.
Nuestra atención y cariño, nuestras palabras, los límites que le marcamos, le sirven de modelo
para sus futuras relaciones.
Si intentamos ser más abiertos y sensibles, el niño aprenderá a relacionarse con los demás
en forma sincera y respetuosa; a escuchar y a expresar emociones, a ponerse en el lugar del
otro, a apreciar los puntos de vista diferentes a los suyos y a enriquecerse con el diálogo.

El dominio del lenguaje le permite una comunicación más plena y eficaz


El niño en edad escolar es capaz de expresar con claridad lo que necesita y lo que desea, y
también puede comprender lo que otras personas necesitan y desean. Ya tiene la suficiente
madurez para resolver de manera inteligente y pacífica los enfrentamientos que surgen
comúnmente entre las personas.
Los padres podemos enseñarle a dialogar, a solucionar conflictos, a ceder cuando es razonable
y a defender lo que es importante para él. Estas habilidades le darán seguridad para relacionarse
con personas —niños y adultos— diferentes a los miembros de su familia.

A medida que crece, los círculos de relación del niño se van haciendo más amplios
La escuela va ocupando un lugar cada vez más importante en su vida. En la escuela aprende
a participar en grupos y a colaborar con otros, a practicar la generosidad. Ahí surgen sus
primeros intentos para establecer vínculos personales significativos y de iniciarse en la amistad,
una de las experiencias humanas más gratas y significativas.

En el ambiente escolar, el niño entra en contacto formal con su cultura y la de otros


grupos humanos
En la escuela, su mundo se extiende tanto en el espacio como en el tiempo: ahí el niño se
entera cómo vivían y qué pensaban los hombres de otras épocas, y conoce las costumbres de
personas que viven en distintas regiones del planeta.
Si recibe una buena guía, el niño podrá valorar los puntos de unión por encima de los aspectos
que los que separan, comprenderá que las diferencias nos enriquecen y las similitudes nos
hermanan.
En la escuela el niño aprende a relacionarse con otros niños que tienen diferentes maneras de
ser y de pensar, y en ocasiones, diferentes costumbres a las de su familia.

Cuando el niño encuentra su lugar en la familia, en la comunidad y en el mundo,


descubre también su responsabilidad hacia los demás
Los padres podemos fomentar actividades que motiven a nuestro hijo a ir más allá de sus
intereses individuales, e invitarlo a luchar juntos en favor de la naturaleza, la comunidad, el
arte, la salud y de otros seres humanos menos favorecidos que nosotros.
Trabajar por los demás le ayudará a sentirse valioso y útil,
y lo orientará hacia el servicio y la solidaridad. 7
Guía de Padres

I. Ser padres en la etapa escolar.


La oportunidad de estar cerca

EJERCICIO DE REFLEXIÓN

¿Qué significa para usted ser madre? ¿Ser padre?


¿Para qué educa usted a su niño?
Con el fin de ayudar a su hijo a apreciar y disfrutar su niñez, cada semana,
junto con él, anote en una libreta los mejores momentos que haya vivido
y también las circunstancias difíciles por las que pasó. También escriba cómo
se siente usted ante sus cambios y reacciones.
Estas notas le servirán para estar más cerca de su hijo, pues a él le encantará
platicar con usted sobre los momentos agradables que pasaron juntos y la
manera en que resolvieron los problemas.
También puede pedirle a su hijo que escriba su propio diario y colabore en
esta libreta con su punto de vista.

Ser padres significa dar tiempo, comprensión y cariño a nuestro hijo


En la etapa escolar, el niño necesita enormemente que sus padres estemos con él, que le
demostremos nuestro amor con acciones, caricias y palabras, que lo tomemos en cuenta y lo
orientemos; que manifestemos interés por su desempeño en la escuela y le demos apoyo y
aliento en los momentos difíciles.
Algunos padres piensan que al entrar a la primaria, la educación de sus hijos pasa a ser
responsabilidad de la escuela, y entonces se desentienden de él: "Yo ya hice todo lo posible,
ahora les toca a los maestros”. Esto no es cierto y no debe ser.
Un niño desatendido por su familia no cuenta con el sustento necesario ni con la confianza para
realizar un trabajo satisfactorio en la escuela, y tampoco para superar los retos de un mundo
cada vez más complejo.

Ser padres nos compromete a favorecer el aprendizaje y el desarrollo del niño


El niño de primaria requiere un ambiente estimulante y las oportunidades y medios para cultivar
al máximo sus capacidades naturales.
En la edad escolar, sin darnos cuenta miramos a nuestro hijo con menor atención, pues su
desarrollo no es tan evidente como cuando era pequeño. Sin embargo, esta fase resulta una
de las más interesantes en la evolución de
Junto con ella, anote en una libreta los mejores momentos su aprendizaje.
que haya vivido Los padres hemos de aprender a observar a
nuestro hijo, dialogar con él y estar abiertos
para disfrutar lo que dice y lo que hace. Aun
cuando la capacidad del niño para pensar por
sí mismo va en aumento y el aplomo para
expresar sus ideas y para cuestionar nuestras
opiniones puede causarnos cierto asombro
e incomodidad, todavía quiere saber qué
pensamos y necesita nuestra respuesta.

Ser padres nos hace responsables de


ayudar a nuestro hijo a convertirse en
una persona autónoma
En la etapa escolar, el niño trata de complacer
a los adultos que quiere, y hace cualquier
cosa por semejarse a sus héroes. Los padres
todavía somos uno de ellos.
Por eso tenemos que estar concientes de lo
que le enseñamos, no sólo por lo que decimos,
sino también por la manera en que actuamos

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y nos relacionamos. El niño entiende las palabras, pero Un niño puede ser fuente interminable de sorpresas y
también las miradas y los silencios, el tono de voz, los gestos diversión
y los ademanes, nos observa todo el tiempo y adopta muchas Sus risas, sus juegos, sus reflexiones y su curiosidad, nos
de nuestras conductas y actitudes. dan ocasiones de disfrutar cada día, de aprender y de explorar
Además de ser modelos para nuestro hijo, es fundamental el mundo junto con él.
enseñarle a reflexionar sobre sus valores, a tomar decisiones De nosotros depende vivir la paternidad como una carga o
y asumir las consecuencias de sus acciones, así como a como un compromiso lleno de satisfacciones y alegría.
esforzarse para lograr las cosas por sí mismo.

Ser padres significa propiciar la vida social de nuestro


hijo
Mientras que, por un lado, el niño necesita nuestro ejemplo,
apoyo y amor, por otro, se independiza cada vez más.
Nuestro papel es darle confianza para relacionarse, ayudarlo
a adaptarse a la escuela, hacer amigos y llevarse bien con
los demás; hacerlo sentir útil a su familia, comprometido
con su comunidad y responsable de mejorar su entorno en
la medida de sus capacidades y posibilidades.
Un niño puede ser fuente interminable de
Ser padres requiere preguntarnos qué queremos lograr sorpresas y diversión
con la educación que damos a nuestro hijo
Para educar al niño debemos tener lo más claro posible qué
clase de persona queremos que sea, establecer metas claras
y buscar la manera de alcanzarlas.
Decir: “Yo educo a mi hijo como me educaron a mí” resulta
insuficiente, pues la vida y los problemas de hoy requieren
respuestas nuevas.

Ser padres exige prepararnos para cumplir lo mejor


posible nuestra tarea más importante
Saber educar no es una habilidad instintiva que podemos
dejar al azar, y tampoco basta el sentido común para educar
a un niño.
Esto no significa que necesitemos estudios muy elevados
para ser buenos padres, pero sí debemos reflexionar e
instruirnos para disponer de herramientas que nos lleven a
actuar con mayor eficacia.

Educar a un hijo es educarse también a Podemos aprovechar este periodo para aprender acerca de
sí mismo los temas que nos entusiasmen
Cuando un niño llega a la primaria, los padres
hemos completado un periodo fundamental
en su educación. Ahora comienza una nueva
etapa en la que hemos de encontrar formas
diferentes de guiarlo.
algunas de las pautas de educación que
habíamos utilizado en la etapa preescolar y
establecer con nuestro hijo nuevas
responsabilidades y formas de diálogo.
Nuestro pequeño se ha convertido en un niño
ávido de conocer y requiere ser tomado en
cuenta en mayor número de actividades.
Podemos aprovechar este periodo para
aprender acerca de los temas que nos
entusiasman y ser para él adultos interesantes
que le informan, le responden y lo cuestionan,
que le ofrecen una conversación rica y le
muestran una vida personal atractiva.

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Esté pendiente de su crecimiento físico Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones

Aprenda a observar a su niño, esté pendiente de lo que


le gusta y lo que necesita.

Comente sus observaciones con su pareja o con alguna


persona de su confianza.

Descubra cuáles son las capacidades naturales de su hijo


y proporciónele los medios necesarios para que logre
cultivarlas.

Dígale lo que siente al verlo crecer. Dele señales de que


lo aprecia, lo disfruta y se siente orgulloso por sus avances.

No se aleje ni se desentienda de su hijo. En la etapa


escolar lo necesita mucho.

Diviértase con su niño, goce el privilegio de acompañarlo


en su desarrollo.
Descubra cuáles son sus capacidades naturales
Reflexione sobre los objetivos que persigue al educar a
su niño.

Dedique tiempo para aprender acerca de los temas que


le interesen y platique de ellos con su hijo.

Aproveche todos los momentos apropiados para abrazarlo


y decirle cuánto lo quiere.

Dedique tiempo para aprender acerca de


Dele señales de que lo aprecia los temas que le interesen

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Guía de Padres

II. Necesidades de padres e hijos

EJERCICIO DE REFLEXIÓN

Los seres humanos tenemos diversas necesidades. Algunas son muy evidentes
(como la sed o el sueño), y de otras no nos damos cuenta tan fácilmente.
Conviene ser concientes de lo que nos hace falta para buscar la satisfacción
en los diferentes aspectos de nuestra vida.

¿Cuáles son las necesidades que usted ha logrado cubrir satisfactoriamente?


¿Qué hizo para satisfacerlas?
¿Cuáles necesidades no están cubiertas en su vida? ¿Qué sentimientos le
producen la falta de satisfacción de estas necesidades?
¿Le ha pedido a alguien que le ayude? ¿Cuáles son los cuidados que, según
usted, requiere su hijo? ¿Siente que le da lo que necesita de usted?

Todos los seres humanos, niños y adultos, tenemos necesidades que debemos satisfacer
para sentirnos bien
Estas necesidades no son lujos o caprichos sino aspectos indispensables para vivir como personas
sanas y felices. Las necesidades requieren ser satisfechas para librarnos de enfermedades y
desequilibrios emocionales, y también para avanzar hacia nuestra realización plena.

Existen dos clases de necesidades: básicas y de autorrealización


Las necesidades básicas se experimentan como algo que nos hace falta para vivir; las necesidades
de autorrealización, como un deseo de crecimiento y desarrollo.
Las necesidades básicas pueden ser fisiológicas —nutrirnos, descansar, hacer ejercicio, cuidar
nuestra salud— y emocionales —ocupar un lugar en la familia, pertenecer a un grupo, tener
amigos, amar y sentirnos queridos, comunicarnos, considerarnos valiosos, tener el reconocimiento
y respeto de otras personas.
Cuando hemos resuelto adecuadamente las necesidades básicas, nos sentimos motivados para
desarrollar nuestras capacidades y talentos, para cumplir nuestra vocación y ser solidarios con
otros. Experimentamos deseos de divertirnos,
disfrutar nuestro trabajo, darnos tiempo para
aprender lo que nos interesa, hacer planes
Para un niño, el desarrollo es un proceso excitante, atractivo para el futuro y encontrar sentido a nuestra
y emocionante vida.

Es indispensable satisfacer por igual


ambas clases de necesidades
Aunque, por lo general, las necesidades básicas
requieren ser resueltas con más urgencia, las
necesidades de autorrealización no pueden
ignorarse si queremos una vida sana y
completa. La persona que satisface estas
necesidades suele disfrutar mucho más la
vida. Esto es muy claro en los niños. Para
ellos es tan importante comer como jugar y
aprender.

Para un niño, el desarrollo es un proceso


excitante, atractivo y emocionante
Los niños sanos y seguros disfrutan el
crecimiento, se sienten contentos si adquieren
nuevas habilidades y cuando expresan sus

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fuerzas y talentos. Hay en ellos un deseo de crecer, de “ser
Esté atento a las necesiades de su hija
grandes”, de dejar atrás lo que ya dominan para medirse con
nuevos retos.

Los padres debemos dedicar gran parte de nuestro


tiempo, energía y recursos en favor de nuestros hijos
En la etapa escolar, los niños todavía no son autosuficientes
para atenderse a sí mismos y obtener todo lo que requieren.
Su desarrollo depende de que estemos pendientes de su
bienestar.

Para cuidar bien de nuestros hijos, tenemos que estar


bien nosotros
Tener una vida sana, equilibrada y estimulante es un beneficio
muy grande que repercute en nuestros hijos.
Aunque en ocasiones pareciera que las exigencias cotidianas
nos impiden satisfacer nuestras necesidades, para ayudar a
los demás tenemos que ayudarnos también a nosotros. Nadie
puede dar lo que no tiene.
No descuidemos nuestras necesidades pues
vamos acumulando molestias
Si descuidamos nuestras necesidades, vamos acumu-
lando molestias, resentimientos y frustraciones
Al renunciar a la propia satisfacción y alegría, corremos el
riesgo de enfermarnos o agotarnos, de sentirnos frustrados,
decaídos, de mal humor, enojados o violentos; de perder
energía y capacidad de pensar y actuar correctamente. Y en
este estado podemos lastimar a nuestros hijos de muchas
maneras. Además, si les resolvemos todo, los niños pueden
volverse dependientes y egoístas.

El sacrificio no siempre es una virtud


Si queremos que nuestros hijos aprendan a resolver sus
necesidades vitales y a respetar las de los demás, no hay
que desatender las nuestras.
Todos los miembros de la familia, chicos y grandes, hombres
y mujeres, deben ocuparse de sí mismos, del
cuidado de la casa y de apoyar a los demás.
El mejor regalo, además del amor y el cuidado, es el ejemplo
El mejor regalo que los padres podemos de una persona independiente, satisfecha, alegre y feliz
dar a nuestros hijos, además del amor
y el cuidado, es el ejemplo de una persona
independiente, satisfecha, alegre y feliz;
una persona que se siente útil, que
disfruta la vida y es buena amiga de sí
misma.

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Pruebe algunas de las siguientes Dese todo el descanso y la atención posible
recomendaciones

Esté atento a las necesidades de su niño. Escúchelo.


Aclaren juntos lo que le hace falta.

No descuide su propio bienestar. Dese todo el descanso


y la atención que sea posible.

Pida ayuda a su familia o a otras personas cuando se


sienta cansado o agobiado.

Dedique un momento del día para estar a solas y para


hacer lo que le gusta.

Platique en familia sobre lo que necesita cada uno y


busquen la manera de ayudarse unos a otros.

Dedique a su pareja y a cada uno de sus hijos un momento


del día en forma exclusiva.
Dedique un momento del día para estar
Abrace y déjese abrazar y acariciar por su familia. Propicie a solas
que todos se sientan queridos y aceptados.

Frecuente a sus amigos.

Dedique un rato cada semana a desarrollar sus talentos


y a servir a otros.

Busque en familia maneras de conciliar las necesidades


de cada uno con las de los demás.

No se sacrifique si eso lo hace sentir frustrado o enojado.

Abrace y déjese abrazar y acariciar


por su familia Frecuente a sus amigos

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Guía de Padres

III. Manejar los sentimientos.


Escuchar a nuestros hijos

EJERCICIO DE REFLEXIÓN

Los sentimientos son parte fundamental de nuestra vida y se manifiestan


en todas nuestras actividades y relaciones.
Un aspecto importante del manejo de los sentimientos es identificarlos,
ponerles un nombre.

Junto con su familia, anote en pequeñas tarjetas o papeles veinte sentimientos,


uno en cada tarjeta. Si es necesario, recurran a un diccionario, no dude en
hacerlo. Agrúpelos por “familias”: ¿Cuáles se parecen a la tristeza? ¿Cuáles
son similares al enojo? ¿A la frustración? ¿Al miedo? Note en qué se distinguen,
y si unos son más intensos que otros. Trate de encontrar situaciones en las
que sea natural sentir esas emociones. Tenga a la mano otras tarjetas para
anotar sentimientos nuevos e ir haciendo más grande su lista. Cuando
aparezcan emociones confusas en la familia, va a ser muy útil consultar su
lista de sentimientos con su hijo, para identificarlos y afrontarlos.

La capacidad de una familia para expresar y compartir los sentimientos es señal de


su salud y armonía
Tanto los adultos como los niños buscamos dentro del seno familiar el apoyo emocional que
nos fortalezca y nos guíe para poder enfrentar las exigencias del mundo externo.
Cuando la familia es capaz de permitir y comprender la expresión de sentimientos como el
miedo, el amor, el enojo, la ternura, la tristeza o los celos, el niño se sentirá seguro y capaz
de relacionarse con otras personas.

No hay sentimientos buenos ni malos


Los sentimientos nos sirven para relacionarnos con el mundo. Cada uno tiene su valor, su
utilidad y su significado, incluso a veces los sentimientos son indispensables para la supervivencia.
Por ejemplo, el miedo nos pone en alerta ante el peligro y nos permite protegernos, la ira nos
impulsa a defendernos y a luchar por lo que
queremos.
Los adultos como los niños buscamos apoyo emocional dentro Si lográramos experimentar las emociones
del seno familiar adecuadas en cada situación, fueran agradables
o dolorosas, y las aprovecháramos para
enriquecer nuestra vida, perderían su aspecto
negativo y podríamos aceptarlas y expresarlas
todas. Lo importante es darles una dimensión
apropiada sin exagerarlas ni negarlas.

Una cosa es expresar el sentimiento y


otra lastimar o destruir
Reconocer lo que sentimos es útil y necesario,
pero no tenemos que convertirlo en conductas
que hagan sufrir a otros. Está bien sentir
cualquier emoción, pero no realizar cualquier
acción: sólo somos responsables de lo que
hacemos.
Para el niño, aprender a manejar sus
emociones es tan importante en su desarrollo
individual y social, como aprender a pensar.
Necesita conocer y aceptar sus sentimientos
pero no dejarse llevar por ellos. Tiene que
saber eliminar la tensión y la angustia para

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poder llevarse bien con sus compañeros y ocupar su mente Ponernos en su lugar
en el conocimiento y la creación. Un niño preocupado o triste Por ejemplo, si su madrina le teje un chaleco para su
no tiene la misma energía para aprender que un niño tranquilo cumpleaños, él puede sentirse desilusionado y mostrar enojo:
y contento. “Es un regalo horrible, lo voy a tirar a la basura”. En vez de
decirle: “Está precioso, no seas malagradecido”, nuestra
PARA CUIDAR LA VIDA EMOCIONAL DE NUESTRO HIJO PODRÍAMOS reacción podría ser: “Sé que a ti no te gustan los chalecos
INTENTAR: y que esperabas otro regalo. Sin embargo, es necesario que
Ser concientes de lo que sentimos aprendas que los regalos siempre se agradecen y que las
Los padres tenemos que conocer, sentir y expresar nuestras personas nos los obsequian con cariño”. De esta manera no
emociones para poder enseñar a nuestro hijo a conocer, sentir pasamos por alto sus emociones, y al mismo tiempo lo
y expresar las suyas. educamos.
Hacer caso a los sentimientos del niño Aceptar sus sentimientos sin juicios
Reconocer los sentimientos de nuestro hijo implica escucharlo Es recomendable evitar criticar a nuestro hijo, burlarnos o
con atención, mirarlo a los ojos, dejar de hacer cualquier otra prohibirle que muestre emociones “negativas”.
cosa mientras nos habla. Es necesario que él sepa que para Cuando nos dice: “Estoy furioso. Los compañeros de mi
nosotros sus alegrías, tristezas o enojos son importantes. equipo no me ayudaron a hacer el trabajo”, y le respondemos:
Si su emoción es muy intensa, el niño puede preferir que nos “Tú tienes la culpa por escoger esos amigos inútiles”, le damos
quedemos en silencio junto a él, simplemente acompañándolo a entender que no nos importan sus sentimientos, así que
o que lo dejemos solo. no intentará decir más.
Cuidar el lenguaje de nuestro cuerpo
Cruzar los brazos y las piernas, levantar las cejas, mirar hacia
arriba, fruncir la boca, significa que estamos cerrados a la
comunicación. En cambio, expresiones como: “Ajá”, “Sí”,
Escúchelo con atención mientras le habla
“Mmm”, “Ya veo”, inclinarnos hacia el niño, asentir con la
cabeza, tocarlo y abrazarlo o mostrar una postura que le
indique “Te estoy escuchando”, lo invita a confiar en nosotros.
Ser sensibles a los mensajes corporales de nuestro hijo
Si observamos con cuidado su mirada, la expresión de su
rostro y su modo de caminar, podremos darnos cuenta de lo
que está sintiendo. “Tu voz suena triste, ¿quieres hablar de
eso?” “Tu gesto me hace pensar que hay algo que te molesta,
¿qué puedo hacer para que te sientas mejor?”
Si tenemos dudas acerca de lo que desea expresar nuestro
hijo, podemos poner sus palabras en forma de pregunta para
asegurarnos de que entendimos bien “Me parece que...” “¿Lo
que quieres decir es...?” “¿Tienes miedo de que...?”
No se trata de reproducir sus mismas palabras como una
grabadora, sino mostrarle que tratamos de comprenderlo.
Si nuestro hijo exclama: “¡Detesto a mi maestra!”, y nosotros
repetimos: “Detestas a tu maestra”, él nos contestará molesto:
“Eso es lo que acabo de decir”. En cambio, podemos hacer
el esfuerzo de identificar sus sentimientos y contestar: “Estás Si observamos su modo de caminar,
muy enojado con ella”, “Sientes que no aprecia tu trabajo”. podremos darnos cuenta de lo que está sintiendo
De esta manera el niño entiende mejor lo que le está pasando
y se siente comprendido.
Compartir sus deseos y hacerlos propios
Darle explicaciones lógicas de por qué no es posible comprarle
un balón, nos lleva a una discusión inútil. En cambio, decirle:
“Me encantaría regalarte el balón, sé que lo disfrutarías
muchísimo. Hoy no puedo comprarlo, pero voy a anotarlo en
mi lista de pendientes”, le hará sentir que comprendemos
sus deseos y queremos satisfacerlos, lo cual le permitirá
aceptar más fácilmente la limitación.
No negar o descalificar los sentimientos del niño
Mientras más tratamos de alejar sus sentimientos diciéndole:
“En realidad no sientes enojo, lo que te sucede es…” o “No
llores”, “No grites”, más se apegará a ellos y menos podrá
manejarlos y superarlos.

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No darle consejos
Escucharlo puede ser más útil que ofrecerle una solución Por lo general, los niños quieren que sepamos
cómo se sienten y qué piensan, no que les
demos consejos. Sólo con estar atentos
podemos ayudar al niño a aclarar sus
emociones y sus ideas para que él llegue a
sus propias conclusiones. Escucharlo puede
ser más útil que ofrecerle una solución.
No interrogarlo
Los sentimientos se sienten, no se piensan.
Por eso las preguntas tampoco son una buena
opción. “¿Por qué lloras?” “¿Qué te pasa?”
Las preguntas agregan un problema al
problema. Además de su tristeza o desaliento,
el niño tiene que buscar una explicación. En
ese momento no puede pensar con claridad.
A veces no sabe por qué siente lo que siente,
y si lo sabe, no siempre tiene ganas de decirlo.
Si simplemente lo acompañamos y tratamos
de reflejar su sentimiento: “Supongo que pasó
algo que te hizo enojar”, el niño se sentirá
comprendido y, cuando esté listo, hablará con
libertad.
En cambio, al darle señales de que lo entendemos, como No exagerar nuestras expresiones
asentir con la cabeza o decir: “Te parece injusto” o “Te sientes El niño percibe cuándo nuestro interés es sincero y cuándo
poco apoyado”, el niño percibe que reconocemos lo que siente no lo es. Si le damos la respuesta adecuada pero con frialdad
y que aceptamos su emoción. Así que puede animarse a o fastidio, su confianza hacia nosotros se mermará.
seguir hablando. Si reaccionamos exageradamente: “¡Es algo terrible!”
En realidad, el niño no necesita que estemos de acuerdo con “Pobrecito, debes estar deshecho!”, el niño podría sospechar
él ni que lo aprobemos. Incluso un juicio positivo como decirle: que estamos actuando, o bien, sentirse abrumado por tener
“Tienes toda la razón”, no lo anima a identificar lo que siente que cargar con nuestra aflicción además de la suya.
ni a buscar posibles soluciones. Recordar que detrás de la ira siempre hay otro
Dar un nombre a sus sentimientos sentimiento
El niño siente consuelo al escuchar la palabra que describe Tratemos de averiguar qué está detrás del enojo de nuestro
lo que está experimentando. Nombrar su sentimiento le ayuda hijo: ¿Se siente solo, herido, triste, celoso, inseguro? ¿Tiene
a reconocerlo y entenderlo: “Me parece que te sientes miedo?
decepcionado...” “Me imagino que estás preocupado...” Necesitamos observarlo y escucharlo con atención hasta
Desde luego se requiere mucha práctica y atención para ver encontrar la razón por la que está enojado y darle lo que
más allá de lo que el niño dice y para encontrar el nombre necesita: compañía, consuelo, seguridad, protección.
preciso a su sentimiento. No es lo mismo estar molesto que
furioso, desilusionado que frustrado, triste que angustiado.
Para darle una respuesta adecuada, necesitamos ser sensibles Dejemos que muestre emociones “negativas”
a una amplia variedad de emociones y tener un vocabulario y ayudémoslo a identificarlas
que nos permita describirlas. No tienen que ser palabras
complicadas pero sí lo más exactas posible.
Estar siempre de su lado
Es difícil imaginar lo que el niño siente cuando, en vez de
tratar de comprenderlo, lo culpamos y defendemos a la
persona que provocó su sentimiento.
Si nos dice: “¡Estoy furioso! La maestra no recibió mi trabajo
sólo porque lo entregué un día tarde”, y le respondemos:
“Las tareas deben entregarse a tiempo. Esa es tu
responsabilidad, ella tiene razón”, no nos estaríamos poniendo
de su lado. Apoyarlo sería: “Debes sentirte mal por no haber
podido presentar tu investigación después de trabajar tanto”.
Poco a poco, en la conversación, él mismo llegará a la
conclusión de que existen ciertas reglas y es necesario
ajustarse a ellas.

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No tratar de reflejar los sentimientos si son demasiado Además, si el sentimiento del niño tiene que ver con nosotros,
dolorosos o si el niño no está preparado para enfrentarlos. nos costará más trabajo mantener la calma.
Si nos dice: “¡Qué bueno que no me saqué esa porquería de “¿Por qué siempre tengo que recoger la mesa?”. Nuestra
trofeo!”, el sentimiento oculto puede ser de fracaso, frustración respuesta puede ser: “Te sientes molesto, sientes que no es
o envidia, pero es difícil que en ese momento el niño tenga justo”.
la capacidad de aceptar sus sentimientos. -“Claro que no es justo, a mi hermano siempre le toca lo más
A casi nadie le gusta hablar de lo que le duele o le fácil”.
avergüenza. Debemos saber respetar su silencio y -“¿Te gustaría que los dos tuvieran las mismas obligaciones?”.
nunca forzarlo o invadir su intimidad -“Sí, y no voy a recogerla si él no ayuda”.
Darle la libertad de hablar hasta donde él decida y en el A veces, las respuestas del niño nos desafían a seguir tratando
momento que esté listo, sin presionarlo para que nos cuente de que él se sienta comprendido, para después ayudarlo a
más de lo que quiere. considerar otros puntos de vista y tener una percepción del
Los padres debemos tener la paciencia y el respeto para problema más equilibrada.
esperar el momento oportuno en el cual nuestro hijo esté
listo para la comunicación. Y él debe tener siempre la libertad Se necesita mucha paciencia —con nuestro hijo y con
de aceptar o no nuestro apoyo. nosotros mismos—, constancia, respeto y aceptación,
Proponerle distintas opciones para expresarse para mantenernos dispuestos a entenderlo con una
Cuando el niño está muy alterado, una actividad física como actitud amorosa y serena
correr, golpear el piso con los pies, lanzar una pelota, gritar, Algunas veces sus reacciones y sus respuestas no se parecerán
pegar a un muñeco o un cojín, puede aliviar la tensión. Un en nada a lo que los libros dicen. Otras, no lo entenderemos
recurso excelente es dibujar o escribir los sentimientos. ni se nos ocurrirá qué decirle, pero a medida que practiquemos,
En cambio, frases como: “Deja de gritar”, “Ya cálmate”, nuestra sensibilidad se irá desarrollando y será más fácil
“Contrólate”, no sirven para tranquilizarlo. ayudarlo. Nuestro niño responderá de manera positiva si
Evitar actitudes que cierren la comunicación percibe un interés sincero y un sentimiento amoroso.
Si por ejemplo nuestro hijo regresa de la escuela preocupado
porque sus calificaciones no fueron buenas:
-Quitando importancia a lo que sucedió y haciendo promesas:
“No te preocupes, eso les sucede a todos. Seguro que el mes
próximo te irá mejor.”
-Amenazándolo: “La próxima vez que repruebes te sales del
equipo de fútbol!”
-Comparándolo: “Deberías aprender de tu primo. Ha sido el
primero de su clase desde que entró a la escuela.”
-Ignorándolo: “Vete a tu cuarto y no te quiero oír”.
Siempre podemos encontrar una manera positiva para
hacer sentir a nuestro hijo que estamos
de su lado
“Esto no debe gustarte nada”, “¿Cómo te Podemos encontrar una manera para hacer sentir a nuestro
sientes con esas calificaciones?”, “¿Por qué hijo que estamos de su lado
crees que sucedió?”, “¿Cómo crees que puedes
resolverlo?”, “¿Qué piensas hacer para
mejorar?”, “¿Cómo te puedo ayudar?”
Escucharlo no significa que aprobamos su
conducta, simplemente le demostramos que
nos importa y que estamos dispuestos a
apoyarlo y a colaborar con él. Después de
hablar con nosotros, es probable que el niño
tenga más claridad para ver las cosas y
encontrar soluciones.

Una cosa es leer ejemplos resumidos de


posibles conversaciones con un niño, y
otra, tener a nuestro hijo enfrente bañado
en lágrimas
No podemos esperar que estas sugerencias
funcionen a la perfección desde la primera
vez. Quizá nos sintamos incómodos haciendo
algo a lo que no estamos acostumbrados o
nos parezca poco natural y que el niño pueda
resistirse a este tipo de diálogos.
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Haga caso a los sentimientos de su hija Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones

Reconozca sus emociones. Nómbrelas y expréselas de


manera clara.

Haga caso a los sentimientos de su hijo, escúchelo con


interés, paciencia y cariño.

Deje de realizar cualquier otra actividad y procure estar


presente en cuerpo y mente mientras escucha a su hijo.

Cuide su lenguaje corporal, póngase en una posición que


indique que está usted escuchando de verdad.

Enseñe a su hijo a reconocer y a expresar sus emociones.

No juzgue al niño por sus sentimientos. Acepte de manera


natural todas sus emociones.

No permita que el niño lleve a cabo Trate de ponerse en el lugar de su hijo y de imaginar
acciones agresivas cómo se siente.

No dé consejos ni busque soluciones al problema de su


hijo a menos que él lo pida y lo necesite. Por lo general,
él desea simplemente que usted lo escuche.

Si tiene dudas acerca de lo que el niño quiere decir, repita


sus palabras en forma de pregunta para asegurarse de
que lo entendió bien.

Procure aumentar el número y la variedad de palabras


que usa para describir los sentimientos.

No permita que al mostrar sus emociones, el niño lleve


a cabo acciones agresivas o destructivas en contra de sí
mismo o de los demás.

Recuerde que detrás del enojo siempre hay otro


sentimiento. Trate de averiguar cuál es.

Detrás del enojo siempre hay otro Cuando su niño esté afectado por una emoción, no lo
sentimiento. Trate de averiguar cuál es
interrogue en ese momento, no lo critique ni lo haga
sentir culpable.

Busque siempre una manera positiva de hacer sentir al


niño que está de su lado y quiere apoyarlo.

No hable con nadie del problema del niño a menos que


él esté de acuerdo.

Tenga paciencia si no logra, desde el principio, ayudar a


su niño a manejar sus sentimientos.

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Guía de Padres

IV. Comunicación en la familia.


Hablar a nuestros hijos

EJERCICIO DE REFLEXIÓN

La comunicación es un aspecto fundamental en la vida familiar, y por eso


conviene ser conscientes de cómo escuchamos y cómo nos expresamos.

Durante un día completo, observe qué le dice a su hijo y cómo le habla,


cuáles son sus primeras palabras en la mañana, cómo lo despide cuando se
va a la escuela, cómo le pide un favor, de qué platican a la hora de la comida,
durante la tarde o cuando se van a dormir, qué tipo de comunicación se da,
cuál es su tono de voz, sus gestos, sus ademanes y cuál es la respuesta de
su niño cuando usted le habla.
¿Cómo podría mejorar su comunicación? Anote tres ideas para lograr esa mejoría.

La comunicación no es un mero intercambio de palabras sino un acto de confianza,


sinceridad y comprensión
Una buena comunicación se logra si escuchamos con atención e interés, y si hablamos con
claridad y franqueza. Para comunicarnos necesitamos estar dispuestos a exponer honestamente
nuestras opiniones, pero también a aceptar puntos de vista diferentes a los nuestros.

El elemento clave de la buena comunicación es el respeto


Respeto no significa que estemos siempre de acuerdo, sino que nos escuchemos, que tanto
los padres como los hijos expresemos ideas y sentimientos sin temor a ser rechazados o
juzgados. La principal barrera que se opone a la buena comunicación es nuestra tendencia a
evaluar, aprobar o reprobar las afirmaciones de los demás.

Es muy importante observar cómo nos comunicamos


Existen varias formas de comunicación, y quizá las hayamos usado todas, pero hay alguna que
empleamos con mayor frecuencia.
Una comunicación agresiva nos lleva a ofender y a utilizar gritos, palabras hirientes y hasta
golpes para controlar a nuestro hijo. Estas conductas le pueden causar daños físicos y psicológicos,
y además van creando en él hostilidad y
resentimiento. El ambiente familiar se daña
No es conveniente evaluar, aprobar o reprobar las afirmaciones con la agresión. Cuando falta el respeto todos
de su hijo salimos lastimados.
No es válido decir: “Yo soy así, enojón y
violento. Eso es lo que aprendí”. Todas las
persona somos libres para cambiar y
responsables del tipo de relación que
establezcamos con nuestro hijo.
Un niño merece ser tratado siempre con
dignidad y consideración para que viva seguro
y aprenda a comunicarse.
En la comunicación pasiva evitamos intervenir
en cuestiones conflictivas, con el fin de evitar
roces o problemas. Al decir: “Como tú quieras”
o “Me da igual”, y al renunciar a la autoridad,
perdemos el respeto de nuestro hijo y lo
hacemos sentir inseguro, pues no le damos
la enseñanza y el apoyo que aún requiere de
nosotros.
Una manera muy destructiva de ser pasivos
es ignorar a nuestro hijo, ser distantes,
comportarnos como si no tuviera que ver con

19
He aquí algunas sugerencias para lograrlo:
No hablemos del niño, hablemos con él Identificar el tipo de mensajes que
enviamos a nuestro hijo
Es común que demos órdenes: “Ya levántate”,
“Acábate la sopa”; interroguemos: “¿Qué
hiciste en toda la tarde?”; amenacemos: “Si
no terminas la tarea, ni sueñes en salir a
jugar”; aconsejemos: “Deberías prestarle el
rompecabezas a tu hermana, así ella te deja
usar sus pinturas ”; critiquemos: “¡Es el colmo
que seas tan sucio! ¿Nadaste en el lodo o
qué?”; demos sermones: “Los niños aplicados
y responsables son los que logran algo en la
vida...”
Este tipo de mensajes no tienen que ver con
nosotros, no comunican nuestras ideas,
nuestros sentimientos o nuestras necesidades.
Así no hablamos con el niño, sino hablamos
de él.
Ser concientes de lo que queremos
comunicar y lo que deseamos obtener
El mensaje debe referirse a nuestros
sentimientos y necesidades; debe expresar
nosotros. Es triste cuando el niño se esfuerza por conseguir lo que nos está afectando. Si estamos hablando por teléfono,
nuestra atención, nos habla, nos llama, y ni siquiera lo lo que queremos es silencio para poder escuchar, no que el
miramos. niño esté quieto; si vamos a tener visitas, queremos que la
En la comunicación afirmativa respetamos y nos damos a casa esté ordenada y limpia, no que nuestro hijo deje de
respetar. Elegimos el momento oportuno para expresar lo jugar. El objetivo de nuestro mensaje sería la comprensión
que necesitamos, exponemos nuestros principios, ideas y y ayuda de nuestro hijo.
sentimientos, pero también consideramos las necesidades, Expresarnos con claridad a fin de que el niño nos
ideas y sentimientos de nuestro hijo. entienda
Ser afirmativos con nuestros hijos significa también compartir La comunicación eficaz es específica, concreta, y nos permite
con ellos los asuntos que les afectan, explicarles algún hecho lograr lo que deseamos. Se limita a expresar nuestros
que ha ocurrido o una decisión que hemos tomado, por sentimientos, aclarar lo que queremos que suceda y a explicar
ejemplo, la próxima llegada de un hermanito, o la nuestros motivos.
determinación de la madre de trabajar fuera de casa, o bien, Es importante incluir tres aspectos en la comunicación:
consultarles y pedir su opinión sobre si construimos una 1) Describir la conducta del niño: “Cuando la ropa y los
nueva habitación o arreglamos su recámara, o si es necesario juguetes están regados en el suelo…”
cambiarlos de escuela. 2) Expresar nuestros sentimientos ante las consecuencias
Conviene que los niños sepan que la familia completa está de esa conducta: “me siento incómoda…”
invitada a participar en las discusiones de los asuntos
importantes; que lo que cada uno de nosotros haga o piense Seamos conscientes de lo que queremos
es parte de la vida de todos los demás. comunicar y lo que deseamos obtener
Para lograr una relación sana y satisfactoria en la familia,
debemos cultivar este estilo de comunicación.

Un aspecto clave de la comunicación familiar es escuchar


Escuchar significa poner todos los sentidos para comprender
lo que el otro expresa. Las recomendaciones del capítulo 3
pueden a ayudarnos a aprender a escuchar a nuestro hijo y
a ampliar nuestros recursos de comunicación.

Así como es necesario aprender a escuchar, también


tenemos que aprender a hablar con nuestro hijo
A veces, las conductas del niño nos incomodan o nos disgustan.
Cuando esto sucede, es importante expresar nuestras
necesidades con claridad y encontrar la manera de enviar
mensajes para que sean tomados en cuenta.

20
3) Establecer el efecto o la consecuencia de lo que hace: Debemos estar concientes de que estos mensajes no
“porque es importante para mí vivir en una casa limpia y siempre dan resultado
ordenada...” No garantizan que el niño va a mostrarse cooperativo y
La palabra porque es muy importante. Cuando el niño entiende considerado y que va a cambiar su conducta voluntaria e
la razón de un comportamiento puede encontrar una buena inmediatamente, pero pueden funcionar mejor que otras
razón para llevarlo a cabo. maneras de comunicarnos con él: constituyen una forma
A veces los niños nos dan sorpresas muy gratas. Si decimos: respetuosa de hablar, no ofenden al niño, no lo lastiman o
“La mesa está limpia. Me gustaría que quedara igual cuando lo avergüenzan, y no lo juzgan o lo hacen sentir culpable.
termines tu tarea para que podamos cenar a gusto”. Él puede
contestar con un simple: “Mmm”, pero lo hace. Usar mensajes claros y respetuosos no sólo cambian
la conducta del niño sino que transforman también a
Es probable que la comunicación funcione si hemos los padres
aprendido a escuchar a nuestro hijo. La efectividad del Actuar así nos da más fuerza para enfrentar situaciones, nos
mensaje depende de la calidad de nuestra relación con él pone en contacto con nuestros verdaderos sentimientos; nos
Cuando el niño siente que lo queremos y nos interesa lo que hace más honestos y claros para percibir nuestras necesidades
siente, es posible que esté más dispuesto a escucharnos y y para aceptar que son importantes y tenemos el derecho de
a ser sensible a nuestras necesidades. defenderlas; nos permite conocer mejor a nuestros hijos y
La manera en que nos expresamos corresponde realmente reduce la tentación de maltratarlos o castigarlos.
a nuestro sentimiento. No sirve tratar de fingir una serenidad
que no sentimos. Si el niño está corriendo en la azotea, Es muy agradable descubrir lo dispuestos que están
tenemos que expresar el miedo de que se caiga. Podemos los niños a ayudar y a hacernos sentir bien, cuando
ser firmes y poner límites sin ser ofensivos o irrespetuosos. conocen nuestros sentimientos y necesidades.
No demos órdenes al niño, a menos que sea necesario. Si lo
obligamos a someterse siempre a nuestros mandatos, puede Ser firmes y poner límites no significa ser
volverse pasivo y esperar que alguien le diga qué hacer, o ofensivos o irrespetuosos
bien desobedecer y desafiar nuestra autoridad.
Un buen mensaje centrado en nosotros puede entenderse
como una solicitud de ayuda: “Anoche terminé de trabajar
muy tarde; quisiera dormir un poco más y no puedo hacerlo
con tanto ruido”. Ponemos en manos del niño la decisión de
ayudarnos.
Tampoco le damos siempre la solución. Le dejamos la
responsabilidad de pensar cómo resolver las cosas. Los niños
suelen ser ingeniosos y encuentran arreglos que no se nos
hubieran ocurrido.
Podrían decidir irse a jugar a casa del vecino o comunicarse
con notas escritas o con señas.
Escuchemos con interés las razones que tiene para no cooperar.
A veces el niño prefiere seguir haciendo lo que le gusta y no
está dispuesto a considerar nuestros deseos.
Decimos:“Tus zapatos tienen tierra y están ensuciando el
piso”. Él responde: “No están ensuciando”. Lo entendemos: Los niños suelen ser ingeniosos y
“Te estás divirtiendo y no tienes ganas de interrumpir el juego encuentran arreglos
para limpiarlos”. Y él nos comprende: “No. Bueno, voy a
darles una sacudida”. Al niño le resulta más fácil cambiar si
sabe que entendemos que le cuesta hacer el esfuerzo. Al
escucharlo, bajamos sus defensas para negarse a ayudarnos.
No caiga en la tentación de usar la fuerza o el castigo. “Si
no limpias tus zapatos en este momento, no vas a ir al día
de campo el domingo”. Esta respuesta no es paciente con el
niño ni tampoco con nosotros que estamos intentando cambiar
la manera de comunicarnos. El deseo del niño de ayudarnos
y ser solidario se propicia día a día con afecto y respeto.

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Pruebe algunas de las siguientes No descuide el lenguaje de su cuerpo
recomendaciones

Comuníquese con su pareja y sus hijos siempre en forma


respetuosa. Los niños aprenden de sus padres todo el tiempo.

No descuide el lenguaje de su cuerpo. Procure que sus gestos,


la expresión de los ojos, el movimiento de las manos o el
tono de voz no contradigan sus palabras.

Aproveche el momento oportuno para expresar a su familia,


de manera clara y directa, cuáles son sus ideas, necesidades,
preferencias y deseos.

Nunca insulte a su hijo ni levante el tono de voz. Los gritos


hacen que el niño se bloquee, se encierre en sí mismo y no
pueda entender lo que le decimos.

Trate de aceptar puntos de vista diferentes a los suyos y de


admitir que puede estar equivocado.
Aproveche el momento oportuno para
Invite a su niño a participar en las discusiones importantes expresar sus ideas
y en los asuntos que le afectan.

No insulte a su hijo ni lo ignore. Mantenga con él una


comunicación abierta, clara y respetuosa.

Tenga claro qué quiere comunicar y qué desea lograr con su


mensaje. Hable de usted, no de los demás.

Procure que su comunicación sea clara, específica y concreta.

Construya su mensaje según estas sugerencias: describa la


conducta del niño, exprese sus sentimientos ante esa conducta
y establezca la consecuencia.

Si el niño se niega a cooperar, escuche sus razones antes de


juzgarlo o sacar conclusiones.

No caiga en la trampa de usar la fuerza o el castigo.

Trate de aceptar puntos de vista diferentes Procure que su comunicación sea clara

22
Guía de Padres

V. Resolver problemas y
conflictos en la familia

EJERCICIO DE REFLEXIÓN

Los problemas y los conflictos forman parte inevitable de la vida y de la


convivencia. Lo importante es nuestra actitud al asumirlos y nuestra habilidad
para resolverlos.

¿Qué tipo de problemas suelen enfrentar sus hijos? ¿Y usted? ¿Qué hacen
para solucionarlos? ¿Surgen alguna vez conflictos en su familia? ¿Entre cuáles
miembros de la familia suelen darse estos conflictos? ¿Qué razones los
provocan con mayor frecuencia? ¿Cómo los resuelven?

Los padres desearíamos que nuestros niños vivieran lejos de cualquier problema
Por lo general, tratamos de proteger a nuestros hijos de la frustración o del dolor sin darnos
cuenta de la gran capacidad que tienen para resolver las situaciones difíciles a las que están
expuestos. Antes de que lo intenten, nosotros ya tenemos la solución, les damos una ayuda
que no necesitan o tomamos decisiones que ellos son capaces de asumir.
Cuando hacemos nuestros los problemas de los hijos y tomamos la responsabilidad de resolverlos,
nos echamos a cuestas no sólo una carga sino también una tarea que no los ayuda. Cuando
aceptamos que el problema del niño es de él y no nuestro, podemos apoyarlo mucho mejor.

Enfrentar dificultades es parte de su crecimiento


Desde que nace, el niño tiene que ir superando diversas condiciones para sobrevivir: tiene que
aprender a comer y a respirar, pues nadie puede hacerlo por él.
Conforme el niño crece, va desarrollando la capacidad de solucionar problemas de la misma
manera como va desarrollando otras habilidades. Cada vez que el niño logra superar un obstáculo
acumula recursos para enfrentar el siguiente.

Los niños disfrutan resolviendo retos


Los niños escogen diferentes estrategias, las prueban, y ellos mismos deciden si son eficaces
o tienen que buscar otras distintas. Es una delicia observar a un grupo de muchachos construyendo
su guarida entre las ramas de un árbol,
decorando la escuela para una fiesta o
ensayando para presentar una obra de teatro.
Los padres podemos ayudar a nuestra hija a desarrollar Casi siempre disfrutan más la preparación
habilidades para resolver problemas
que el resultado final.

Los padres podemos ayudar a nuestro


hijo a desarrollar habilidades para
resolver problemas si le damos la
oportunidad de enfrentarlos y una
orientación adecuada
Es importante estar disponibles y escuchar
al niño cada vez que tenga una dificultad,
para mantener una relación de confianza, pero
no resolver el problema por él. Nuestro papel
es estimularlo a superar obstáculos, no
eliminarlos de su camino.

¿Qué pasos debemos seguir para


solucionar problemas?
Identificar el problema
El solo hecho de reconocer y definir el problema
con claridad, plantearlo en forma sencilla,

23
concreta y específica, es un gran paso para Hablar con nosotros y sentirse comprendida puede ayudarla
su solución. La clave es escuchar al niño con a poner en claro los sentimientos
verdadera atención y tratar de descubrir lo
que realmente lo aflige, pues a menudo lo
que parece ser el problema no lo es. Hablar
con nosotros y sentirse comprendido puede
ayudarlo a poner en claro los sentimientos y
a comprender mejor su dificultad.
Analizar el problema
Es decir, examinarlo más a fondo para descubrir
su verdadera causa: “¿Quisieras que revisemos
el problema?” “¿Qué sucede?” “¿Cuál podría
ser la causa?”. Es importante ayudar al niño
a identificar cuál es su parte en el asunto.
Al asumir su responsabilidad, en vez de culpar
a otros, adquiere el poder de hacer algo para
resolverlo.
Explorar las posibilidades de solución con
el niño
“Si quieres lograr esto, ¿qué tienes que hacer?”.
Nuestro trabajo como padres es ayudar al
niño a descubrir que cada problema puede
tener muchas soluciones; animarlo a expresar
cualquier idea que llegue a su mente, no
importa qué tan loca o impráctica parezca. A esta fase se le Enseñémosle a agradecer la ayuda y la
participación de los demás en la solución
llama “lluvia de ideas”, y la única regla es no criticar ni
descalificar ninguna aportación.
Si al niño no se le ocurren buenas ideas, podríamos darle
algunas sugerencias como: “Qué crees que pasaría si...”, pero
hay que hacerlo después de que él haya hecho sus propuestas,
y reducir las sugerencias al mínimo.
Elegir una solución
“¿Cuál idea será mejor...?” Conviene discutir y comparar con
el niño las diferentes opciones para que él escoja la que le
parezca más adecuada; ayudarlo a evaluar cada acción que
necesita llevar a cabo y preguntarle: “¿Qué crees que suceda
si haces esto... o esto otro?”
La solución de problemas es un proceso en el que las respuestas
no son correctas o incorrectas. Cada una implica distintos
aspectos positivos y negativos, y es una decisión personal
optar por una solución o por otra.
Establecer un compromiso
El niño tiene que encontrar el momento para actuar, la forma
de hacerlo, el lugar y la situación apropiados: “¿Qué decidiste No siempre resultan las cosas como pensamos. Tampoco
hacer?” “¿Cuándo lo vas a hacer? ¿Dónde? ¿Cómo?” existen garantías de que la solución que eligió el niño sea
De él depende esforzarse honestamente para resolver sus perfecta. Los problemas y las soluciones tienen que revisarse
dificultades; de nosotros, ayudarlo a anticipar los obstáculos y resolverse. Cuando descubrimos que el primer intento no
posibles; a tener claro qué recursos tiene para llegar a la fue satisfactorio, conviene plantear otra solución y modificarla
solución, qué personas están involucradas en el problema y las veces que sea necesario.
quiénes pueden ayudarlo. Reconocer y agradecer la ayuda y participación de los
Cuando se establece un compromiso, es necesario fijar un demás en la solución
plazo para revisar los resultados obtenidos y verificar si el Desarrollar la gratitud permite al niño apreciar y darse cuenta
problema de verdad se resolvió: “¿Cuándo podemos discutir del afecto y solidaridad que lo rodea, lo hace sentirse
de nuevo este asunto?” acompañado.
Examinar los efectos de las acciones Cuando los problemas se resuelven de esta manera, se pueden
Es recomendable preguntar qué ha sucedido, qué ha hecho estrechar y profundizar las relaciones con los demás, haciendo
el niño, si ya solucionó el asunto, cómo sabe que ya resolvió que todos se sientan satisfechos.
el problema y qué consecuencias tiene el haberlo resuelto.

24
Sólo es posible aplicar esta forma de solucionar las El primer paso es establecer de quién es el problema.
dificultades si el niño quiere hacerlo y si está sereno Es necesario identificar quién tiene alguna necesidad
No se pueden resolver problemas en medio de una emoción insatisfecha, quién está teniendo dificultades o desea algo
fuerte, por eso es importante que seamos oportunos y que que no se está cumpliendo.
no lo presionemos. Si el problema es suyo, él es quien debe El niño tiene un problema cuando olvidó su cuaderno de
decidir si está dispuesto a enfrentar el proceso de solucionarlo; tareas en la escuela, perdió el suéter, rompió su juguete o
si el problema interfiere con nuestras necesidades, entonces sacó malas calificaciones. En este caso, no hay que crear
los padres somos los indicados para buscar la solución. además un conflicto al hacer nuestra su dificultad, sino ayudar
a nuestro hijo a resolverla usando los pasos descritos antes.
Cuando dos o más personas tienen puntos de vista Otras veces, el niño tiene satisfechas sus necesidades pero
diferentes sobre un problema, surgen los conflictos su comportamiento nos afecta: deja sus cosas tiradas en el
Un conflicto es una situación tensa entre dos o más personas, piso, maltrata un mueble, grita cuando estamos hablando,
en la que sienten que sus necesidades no están satisfechas. nos interrumpe. Entonces el problema es nuestro y es necesario
Los conflictos se deben a que ambas partes creen tener la comunicarle nuestros sentimientos y necesidades —en
razón pues sólo consideran su propio punto de vista y ocasiones de manera enérgica—, para que esté dispuesto a
desconocen lo que el otro piensa, siente y necesita. buscar la solución junto con nosotros: “Tenemos que arreglar
Los conflictos son una parte natural y sana de la convivencia; este asunto pues me siento incómodo e insatisfecho” “Sé que
si los enfrentamos, se convierten en oportunidades de no quieres hablar de esto, pero sería conveniente que
conocernos, acercarnos y apoyarnos. charláramos” “No podemos dejar las cosas así, no estoy contento”.
Algunas familias acostumbran hablar de los problemas y Un requisito para llegar a un acuerdo es escuchar con interés
tratan de solucionarlos, otras los dejan pasar, pretenden que a nuestro niño y hablarle de nuestras necesidades.
no existen o los posponen, esperando que desaparezcan
solos.
La tensión va aumentando hasta que un día
alguien explota
Es natural que los niños y los padres nos resistamos
a enfrentar un conflicto
Cuesta trabajo pasar por el proceso incómodo, y a veces
doloroso, de aceptar nuestra responsabilidad, de buscar
soluciones que satisfagan a todos y de comprometernos a
cambiar nuestra conducta.
Cuando los conflictos familiares se resuelven en el momento
en que surgen, es más fácil solucionarlos pues no se mezclan
con otros asuntos; en cambio, cuando no se atienden, la
tensión va aumentando hasta que un día alguien explota y
el conflicto se hace más grave.

A los padres nos toca hacer el esfuerzo de resolver los


conflictos con los niños
Si queremos una buena relación con nuestros hijos necesitamos
trabajar todos los días, no dejar cabos sueltos, ni asuntos
sin resolver.
En un conflicto cada uno defiende sus necesidades, pero los Se trata de que toda la familia sea tomada
padres tenemos que aprender a armonizarlas. Cuando en cuenta en la búsqueda de una solución
imponemos nuestro punto de vista usando la fuerza o cuando
el niño se resiste a negociar y lo dejamos hacer lo que él
quiere, en realidad el conflicto no se resuelve. Si uno gana,
el otro pierde, y es común que éste quede herido o resentido.
Un conflicto se resuelve verdaderamente cuando todos ganan.

Para resolver un conflicto, es necesario crear un


ambiente de entendimiento
Antes de emplear una nueva estrategia para resolver los
conflictos es indispensable que el niño la conozca y esté
dispuesto a utilizarla. Necesitamos darle detalles de los pasos
a seguir y explicarle cuáles son nuestras razones y qué
queremos lograr. Se trata de que toda la familia sea tomada
en cuenta en la búsqueda de una solución.

25
A veces las posiciones se perciben tan opuestas que
Evitemos las posiciones extremas y opuestas
parece imposible encontrar una solución en la que
todos nos pongamos de acuerdo
Los padres necesitamos salir en la noche, no podemos dejar
solo a nuestro hijo y él se niega a quedarse a dormir en casa
de su tía.
La dificultad está en considerar solamente las soluciones en
conflicto —ir o no ir a casa de la tía, salir o no salir esa
noche—, y no las necesidades en conflicto. Cuando nos
escuchamos y ponemos nuestra atención en lo que cada uno
verdaderamente necesita, pueden surgir acuerdos. Si las
necesidades de ambos están claras, somos capaces de
encontrar mejores soluciones.
Al sentirse comprendido, nuestro hijo puede entender que
no se trata de que sólo él modifique su conducta, sino que
nosotros también estamos dispuestos a cambiar. Si
compartimos el problema, tenemos que compartir también
la solución.
Puede ser que el niño no quiera dormir lejos de casa porque
su grupo de amigos al día siguiente va a reunirse muy
temprano a planear la posada de la escuela y él quiere
participar. Los padres no podemos cambiar la fecha del
compromiso.
Es conveniente invitar a nuestro hijo a buscar juntos una
solución aceptable para todos.
Es recomendable que sea el niño quien proponga las primeras
opciones, pero que no sea el único; todos tenemos que
sentirnos libres para inventar respuestas: se trata de provocar
una “lluvia de ideas”, y mientras más, mejor.
Las opciones podrían ser: pedir a la tía que sea ella quien
vaya a nuestra casa a acompañar a nuestro hijo; regresar
más temprano y pasar por él a casa de la tía; pedirle al vecino
que lo invite a dormir. Cuando las necesidades están claras,
aparecen las soluciones. Entonces es posible analizarlas y
tomar juntos la mejor decisión.
Solucionar en conjunto los conflictos aleja a
los niños de posiciones como: “Todo o nada”
o “Tú o yo”. Es recomendable que sea ella quien proponga las primeras
opciones

26
Permítale enfrentar los problemas solo Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones

No intente proteger a su hijo de situaciones difíciles, no


le ayude si no lo necesita, y no tome decisiones que él
pueda asumir.

Comparta con él algunos de sus problemas personales y


muéstrele su manera de resolverlos.

Ayude a su hijo a desarrollar habilidades para resolver


problemas y dele la oportunidad de enfrentarlos.

Haga la prueba de seguir junto con su niño los pasos para


resolver problemas descritos en este capítulo.

Cuando surja un conflicto, no imponga su punto de vista


usando la fuerza o la autoridad; tampoco acepte que su
hijo ignore las necesidades de los demás.

Comparta algunos de sus problemas personales Trate de solucionar y negociar los conflictos con su hijo
y cómo los resolvió escuchándose mutuamente y buscando juntos un arreglo
aceptable para ambos.

Ayúdelo a respetar las necesidades de los No imponga su punto de vista usando


demás la fuerza o la autoridad

27
Guía de Padres

VI. Rivalidad entre hermanos

EJERCICIO DE REFLEXIÓN

Cuando dos o más personas comparten la vida cotidiana, es natural que


surjan conflictos. La convivencia entre hermanos no es la excepción.

Recuerde cómo se llevaba con sus hermanos y hermanas cuando era niño.
¿Estaban mucho tiempo juntos? ¿A qué jugaban? ¿Había pleitos entre ustedes?
¿Se apoyaban unos a otros? ¿Alguno de los hermanos era el consentido? ¿Qué
relación tienen ahora?

En la estrecha convivencia de los hermanos es muy frecuente la aparición de pleitos


y desacuerdos
La rivalidad y los celos entre hermanos también es un hecho normal al que hay que hacer
frente con inteligencia, sensibilidad, cariño y buen humor. El origen fundamental de la rivalidad
entre los hermanos es la competencia por el afecto y la preferencia de los padres. Es común
que todos los hermanos se sientan celosos.

En general, los pleitos entre hermanos se originan por cuestiones aparentemente sin
importancia
Un pleito entre hermanos puede comenzar por no querer compartir los juguetes; por conseguir
la “mejor” silla; por ser el último en bañarse; por escoger el programa de televisión; por la
forma en que tratamos a cada uno; por los diferentes permisos que damos al hijo mayor y al
más pequeño, o por las cosas que les compramos o no les compramos.

Hay que tomar en cuenta que los celos tienen que ver con las emociones, no con los
objetos o privilegios
Si un niño piensa que favorecemos a su hermana porque le dimos el mejor regalo en su
cumpleaños, el que le regalemos a él algo mejor no cambia en nada su creencia. Es su
sentimiento lo que tenemos que atender.
Cuando un niño está celoso, lo mejor es ayudarlo a que se exprese francamente: “Sé que te
gustaría quedarte despierto otro rato, como tu hermano, pero es tu hora de ir a la cama; tú
necesitas dormir más que él”. “Te molesta que tu hermana use tus juguetes sin permiso";
"Estás enojada porque salí a dar una vuelta
con tu hermano y quieres que esté contigo".
La forma de resolver los conflictos entre hermanos es la misma Una vez que el niño se siente comprendido,
que se utiliza para solucionar los conflictos con otra persona podemos empezar a pensar, junto con él, en
las posibles soluciones.

La forma de resolver los conflictos entre


hermanos es la misma que se utiliza para
solucionar los conflictos con cualquier
persona
Es aconsejable seguir los mismos pasos:
escuchar para identificar el problema,
analizarlo, generar varias soluciones, elegir
la mejor para todos, establecer compromisos.
Después, revisar los resultados y dar las
gracias a los que ayudaron a resolverlo.
No importa quién empezó el pleito, los dos
hermanos tienen un problema y es necesario
solucionarlo para que ambos vuelvan a estar
en paz. Averiguar cómo se originó la dificultad
sólo lleva a los niños a echarse la culpa el
uno al otro. Cada uno tiene responsabilidad
en el conflicto y también responsabilidad en
la solución.

28
Si los niños no toman la iniciativa para resolver sus diferencias, Los niños tienen que encargarse de
los padres tenemos que intervenir para ayudarlos; no es resolver sus problemas
conveniente dejar un conflicto sin arreglar.

Como el problema no es nuestro, los niños tienen que


encargarse de resolverlo
En este caso, los padres sólo hemos de ayudarlos pero no
imponer soluciones. Si siempre tratamos de arreglar sus
conflictos, les quitamos la oportunidad de aprender a resolverlos
entre ellos.
Para facilitarles el proceso de solución, tenemos que escuchar
con atención —y sin tomar partido— a ambos niños para que
ellos empiecen a escucharse entre sí y su comunicación vaya
cambiando:
Lidia: Manuel no me quiere prestar su bicicleta. Hoy es el
día de andar en bici en la escuela.
Madre: Es el día especial de las bicicletas, ¿no es cierto? Y
tienes muchas ganas de ir.
Lidia: Sí. Todos los de mi salón van a ir. Sólo yo no tengo
en qué andar. Si ven que nos tratamos con cariño y respeto
Manuel: No se la presto porque no sabe cuidarla. Ayer la como pareja, aprenderán a ser sensibles
dejó afuera mojándose con la lluvia. Mira, está toda enlodada.
Madre: Te preocupa que esté sucia, que se oxide y se eche
a perder.
Manuel: Pues claro.
Cuando son capaces de escucharse, los niños entienden la
posición del otro hermano y están más dispuestos a buscar
la manera de resolver el conflicto. Al final, ellos acaban
hablándose directamente el uno al otro sin que sea necesaria
nuestra intervención.
Nuestra presencia imparcial y nuestra manera de escuchar
a cada uno sin juzgarlo, les hace sentirse libres para inventar
y proponer soluciones.
Lidia: Te prometo que hoy sí voy a cuidártela.
Manuel: De todos modos no se puede usar así como está.
Le hace falta una buena arreglada y se la voy a dar esta
tarde.
Lidia: Yo la puedo lavar ahorita, y, si quieres, puedo limpiar
las llantas. Acuérdate qué bien te ayudé el otro día. cariño y respeto como pareja, si observan que los atendemos
Manuel: Bueno, pero cuando regreses la vuelves a lavar y a ellos y a otras personas con afecto y consideración,
la dejas debajo del tejado. aprenderán a ser sensibles a las necesidades de otros y a
Cuando tienen a la vista las posibles soluciones —entre más, convivir en armonía.
mejor—, es normal que ya se encuentren más tranquilos para
discutirlas, analizarlas y decidir juntos cuál es la mejor. Así Equilibrar las necesidades en conflicto de dos o más
les será más fácil aceptar un compromiso. niños requiere esfuerzo y reflexión
Necesitamos tratar a todos los hijos con justicia y equidad,
Si las discusiones se desarrollan de manera abierta, y pero no podemos darles exactamente lo mismo. Cada niño
buscamos resolverlas, se convierten en excelentes o niña es una persona única, con necesidades propias y una
oportunidades de aprendizaje edad y personalidad distinta.
En la vida siempre habrá pleitos y conflictos, pero al usar Tenemos que pensar muy bien para decidir qué es importante
consistentemente el proceso de solución de problemas, tanto proporcionar a cada uno de los hijos en un determinado
a los niños como a los padres nos resulta cada vez más fácil momento, y no dar demasiadas explicaciones al otro niño de
y empieza a formar parte de nuestra manera natural de por qué hicimos o le dimos esto a su hermano o hermana.
enfrentar las dificultades. Debemos evitar justificaciones como: "No puedo comprarte
los patines porque tu hermana necesita zapatos". El niño
A pesar de que no es posible eliminar totalmente los podría sentir que no sólo lo privamos del objeto que desea,
conflictos, sí podemos prevenir que se desborden o sino también de nuestro afecto. Es mejor plantearle la situación
que ocurran con frecuencia de otra manera: "Tienes muchas ganas de esos patines, yo
Desde luego, es importante ser concientes de que somos
modelos para nuestros hijos. Si ven que nos tratamos con
29
Las comparaciones no ayudan a nuestros
Las comparaciones afectan a nuestros hijos hijos
No nos damos cuenta de cómo promovemos
la competencia entre nuestros hijos al elogiar
a uno o al criticar a otro: “Carmelita es tan
inteligente que saca puros dieses, en cambio
Luis no puede con la escuela”. Tampoco hay
que poner de ejemplo a un niño ante sus
hermanos: “Deberías ser como Ricardo; él no
deja todo tirado ni ensucia la ropa como tú”.
La competencia entre los hermanos puede
tener un efecto negativo sobre sus habilidades
y talentos. A los que hacemos menos, las
comparaciones les provocan desánimo y les
impiden avanzar a su propio ritmo, y a los
que elogiamos, los hacemos sentir culpables
o les imponemos una presión que no siempre
pueden soportar. Los niños son diferentes y
así debemos aceptarlos.

Tampoco hay que dar por hecho que los


hermanos van a ser inseparables, sólo
porque son hijos de los mismos padres
quisiera dártelos, pero ahora tengo que hacer otros gastos; Algunos padres insistimos en que nuestros hijos “se lleven
vamos a ahorrar juntos para poder comprarlos". La cuestión bien” y participen en las mismas actividades, aun cuando sus
no es explicar los hechos sino escuchar al niño, comprender intereses sean totalmente distintos. No queremos admitir
sus emociones y ponernos de su lado. que cada niño es una persona individual y puede sentirse
identificado o no con otra persona individual.
A veces los padres no podemos evitar sentir preferencia Si evitamos forzar a nuestros hijos a estar juntos todo el
por alguno de los hijos tiempo, a compartir los mismos amigos y los mismos juegos,
Si intentamos negar nuestra inclinación o nos dejamos llevar más adelante nos sorprenderemos de lo cercanos y leales
por ella, haremos la vida muy difícil, no sólo a los hermanos que pueden llegar a ser el uno con el otro.
afectados, sino también al preferido. Los hijos perjudicados La relación entre dos hermanos es cosa de ellos y son ellos
se sentirán resentidos y lastimados, y el niño favorecido se quienes deben decidir cómo la manejan. Nuestro papel como
sentirá culpable de quitar a sus hermanos el afecto de sus padres es crear la atmósfera de equidad, comprensión y
padres. afecto para que florezcan los vínculos entre todos los miembros
Es necesario ser honestos con nosotros mismos y admitir de la familia.
que en un determinado momento, nos sentimos más atraídos
por uno de nuestros hijos que por los otros. Darnos cuenta
de esta situación, humana y normal, nos da claridad para
apreciar la relación única que mantenemos con cada uno de
nuestros hijos, y nos ayuda a proporcionar a todos la atención
La relación entre dos hermanos es cosa de ellos
y cuidados que requieren.

El niño necesita atención personal y merece que le


dediquemos un tiempo exclusivo
Este momento, sólo para él, lo hace sentirse especial y le da
la oportunidad de estar cerca de nosotros sin tener que
competir con sus hermanos. Lo importante es que, cuando
estemos con él o ella, preparemos actividades adecuadas a
su edad, a sus intereses y a sus habilidades.
Cuando hacemos sentir a cada hijo que es amado, ni más ni
menos que sus hermanos, pero de forma única, es natural
que disminuyan las rivalidades en la familia, pues cada niño
se sentirá tan seguro y atendido en la posición que ocupa
que no necesitará buscar un lugar a costa de sus hermanos
ni ser mejor que ellos.

30
Ignore los chismes entre sus hijos Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones

Acepte como natural la rivalidad y los celos entre hermanos.

Escuche a su niño cuando se sienta celoso y permita que


se exprese. Recuerde que los celos tienen que ver con
emociones, no con objetos.

Ignore los chismes entre sus hijos, ocúpese de la situación


y no del niño que causó el problema.

No se preocupe de quién empezó el pleito, ayude a los


dos hermanos a solucionar el conflicto.

Utilice los pasos para resolver conflictos cuando surjan


rivalidades entre sus hijos.

No permita que un conflicto entre los miembros de la


familia se quede sin resolver.

Sea lo más imparcial posible No ofrezca soluciones ni consejos a sus hijos cuando
intentan arreglar sus diferencias, sólo escúchelos y trate
de entender a ambos.

Sea lo más imparcial posible, no apoye ningún punto de


vista ni tome partido por nadie.

Intente ser un buen modelo para sus niños. Trate a su


pareja, a sus hijos y a otras personas con respeto y
consideración.

Encuentre un equilibrio para tratar a todos los hijos con


justicia y equidad, aunque no pueda darles exactamente
lo mismo.

Sea honesto y admita su preferencia por alguno de sus


hijos, para estar atento a las necesidades de todos sus
hijos y evitar situaciones injustas.

Dedique atención personal y un tiempo exclusivo a cada niño.


Encuentre un equilibrio para tratar a
sus hijos con justicia y equidad
No compare a sus hijos ni ponga a uno de ellos como
ejemplo frente a los demás.

Permita que los niños decidan si quieren o no estar con


sus hermanos.

Enseñe a sus hijos que es más importante compartir que


competir por lo que queremos, principalmente por el
cariño y la atención de los padres.

31
Guía de Padres

VII. Divertirnos juntos

EJERCICIO DE REFLEXIÓN

La vida familiar no consiste sólo en resolver conflictos; gran parte del tiempo que
compartimos puede emplearse simplemente en disfrutar el hecho de estar juntos.

Durante un día normal, observe y anote cuáles son las actividades que realiza
con sus hijos. ¿Qué hacen para disfrutar y divertirse juntos? ¿Qué tanto se ríe
con su familia? ¿Cuáles son los mejores momentos del día?

La etapa escolar nos da a los padres excelentes oportunidades para divertirnos con
nuestros hijos
Cuando entra a la primaria, un niño ya es suficientemente independiente como para bañarse,
vestirse, ordenar sus cosas, ayudar en las tareas domésticas, jugar solo y tomar muchas
decisiones. Esto cambia nuestra relación y nos permite periodos más amplios de convivencia
para participar en actividades que todos disfrutemos.
Es una buena época para que los padres disfrutemos con el niño actividades que todavía quiere
hacer con nosotros. El reto es que le resulten agradables y atractivas.

El tiempo que pasamos juntos padres e hijos se aprovecha mejor cuando lo planeamos
A veces no sabemos qué hacer el fin de semana o en las vacaciones, y podemos perder un
tiempo precioso para convivir con nuestros hijos. Resulta menos fácil organizarnos para el ocio
que para el trabajo, pues pensar lo que haremos en los tiempos libres requiere de mayor
imaginación y creatividad.
Sin embargo, acostumbrarnos a preparar actividades fuera de la rutina, como visitar a familiares
o amigos, organizar paseos y recorridos a lugares interesantes, practicar un deporte, participar
en los festejos tradicionales y en las convivencias escolares, da a nuestros hijos sorpresas,
alegrías y placeres inesperados.
El campo nos da ocasiones estupendas para divertirnos juntos, por ejemplo, trepar a un árbol
y comer sobre las ramas (podemos usar una canasta y una cuerda para subir la comida),
inventar personajes que viven aventuras emocionantes en el monte o dibujar mapas para
encontrar tesoros.
Aunque los juegos que surgen todos los días
de manera espontánea pueden resultar muy
La etapa escolar nos da a los padres excelentes oportunidades divertidos, los padres podemos preparar, por
para divertirnos con nuestros hijos lo menos una o dos veces a la semana, alguna
actividad original que nos permita pasar un
rato agradable.

Los juegos tradicionales y los deportes


son un recurso valioso para entretener
a los niños
Podemos jugar con ellos a las escondidas, al
lobo, a la roña, a los encantados, al avión, a
las canicas o cualquier juego con la pelota,
como quemados o futbol.
Los juegos cooperativos en los que todos
ganan o todos pierden refuerzan la unión
familiar. Por ejemplo, alguien piensa en un
objeto, animal o personaje. Los demás hacen
preguntas, y él sólo puede contestar sí o no,
hasta que alguien descubra qué es.
También podemos jugar al reportero:
entrevistar a los miembros de la familia; hacer
preguntas sobre la escuela, el trabajo, sobre
hechos importantes de su historia, cuáles han

32
Nuestras tradiciones y costumbres se enseñan de una Organizar fiestas sin ningún motivo
generación a otra particular cantar juntos, bailar, cambiar la
letra a las canciones, decirlas con mímica,
recitar poemas al revés.
Buscar juegos que a todos nos gusten. Por
ejemplo, esconder un objeto y guiar hacia él
a los “buscadores” con la indicación “caliente”
o “frío” según se acerquen o se alejen de él.
O “dictar” un dibujo igual al que nosotros
trazamos en papel sin que nadie lo viera. Por
ejemplo, si hicimos un gato, podemos decir:
“Dibuja un círculo, agrega dos pequeños
triángulos en la parte superior del círculo,
ahora, un círculo mayor debajo del primero...”.
Y ver quién hace el dibujo más parecido al
nuestro. Otro juego es escribir o dibujar con
el dedo, en la espalda o los pies del niño, para
que identifique de qué se trata.

El niño puede encontrar diversión en todo


lo que hace
Con un poco de imaginación, incluso las tareas
domésticas, como lavar los platos o limpiar
sido sus momentos más felices, cómo era la vida cuando la casa, pueden convertirse en juego. Podríamos trabajar en
eran chicos; qué quieren hacer cuando crezcan; cuáles son equipo “contra reloj” para levantar todo lo que quedó fuera
sus deseos; qué les molesta; quiénes son sus amigos. de su lugar marcando el tiempo que nos lleva. ¿Vamos
La hora de irse a dormir es un momento privilegiado de haciéndolo más rápido cada vez?
convivencia. La costumbre de contar y leer cuentos cuando Tal vez un día estemos de humor para hacer la limpieza en
el niño ya está en la cama crea un ambiente de intimidad y cámara lenta, hacer relevos pasándonos el plumero o la
comprensión. escoba unos a otros o lavar al ritmo de la música.
Nuestras tradiciones y costumbres se enseñan de una
generación a otra. Éste es un buen momento para que los El momento de cocinar y de comer en familia es ideal
padres enseñemos a nuestros hijos los juegos y juguetes para una convivencia gozosa
tradicionales de nuestro país. Podemos buscar formas originales de arreglar la comida en
los platos o decorarla con flores; quizás alguna vez queramos
Crear situaciones creativas le da encanto a la usar colores vegetales y cocinar un arroz azul o una pasta
convivencia morada; preparar una cena especial en los cumpleaños. Para
Para divertirnos en familia no hace falta ni dinero, ni muchos que una noche cualquiera se vuelva memorable, basta hornear
elementos; necesitamos simplemente algo de creatividad, y decorar galletas entre todos (unas galletas Marías fritas en
estar juntos y disponernos a disfrutar. mantequilla y revolcadas en azúcar glass hacen unos
Un día cualquiera puede volverse especial si le agregamos
un poco de imaginación. Algunos ejemplos: Crear situaciones creativas le da encanto
Mensaje sorpresa esconder en la lonchera una nota con un a la convivencia
chiste, una adivinanza o una invitación: “Ya quiero que
regreses. Inventé un juego nuevo”.
Tertulia romántica decir versos, platicar o cenar a la luz
de las velas.
Tarde de nostalgia buscar fotografías viejas de la familia
y compartir lo que cada uno sepa acerca de la persona
fotografiada. Otra opción es ocultar una parte de la foto y
tratar de adivinar de quién se trata sólo por los ojos, las
manos o el peinado.
Función de gala si hay una película que toda la familia
quiere ver en la televisión, arreglar de modo especial los
asientos, preparar palomitas, invitar a algún amigo.
Noche de aficionados cantar, bailar, hacer teatro, presentar
una función de títeres (hechos en casa con trapos o calcetines).
Campamento usar sábanas, cojines, escobas, mesas, sillas,
etcétera, para levantar tiendas de campaña dentro de la casa.

33
El momento de comer es ideal para una convivencia gozosa

polvorones deliciosos para la merienda). Se trata de usar lo Si vamos a tener que esperar en algún lado, conviene llevar
que tengamos a nuestro alcance para crear momentos gratos. con nosotros una libreta y un lápiz para jugar timbiriche,
Otra posibilidad es cubrir la mesa con un mantel de papel gato, submarinos, ahorcados, tripas de gato o laberintos. El
blanco y darles crayolas a los niños. Ese día se vale pintar tiempo pasa muy rápido cuando sabemos utilizarlo.
y comer. Si logramos mantener limpio el papel y nos gustan
los dibujos, podríamos colgarlo como una obra de arte familiar. La variedad de actividades que compartimos en familia
Organizar una cena de disfraces puede mantener ocupados nos permite llegar a conocernos mejor y a estar más
a los niños toda la tarde si cada uno inventa su traje y lo cerca unos de otros
prepara con papeles de color, colores, plumas, trapos, toallas Al final del día, es muy agradable repasar con los hijos lo que
o lo que esté a mano. Tiene que ser sorpresa para los demás. hicimos juntos, cuáles fueron los mejores momentos y qué
meta logramos. Podemos también agradecernos unos a otros
Podemos aprovechar cualquier situación de espera o la alegría que nos dimos.
un viaje largo en el autobús para jugar o contar cuentos:
Narrar una historia inventada entre todos.
Uno empieza con una frase: “Había una vez un pirata...”, y
otro continúa: “que tenía un palacio en el fondo del mar...”.
Los demás van agregando acontecimientos y detalles hasta
que se da por terminada la narración. Cada niño puede
intervenir varias veces. Podemos aprovechar cualquier situación
Coleccionar palabras decidimos un tema, por ejemplo, para jugar
países, objetos, animales, calles o personajes de programas
de televisión. Repasamos en silencio el abecedario en nuestra
cabeza. Cuando uno de los niños grite: “¡Basta!”, decimos
cuál letra estábamos pensando en ese momento. Por ejemplo
“O” con el tema “animales”. Un niño dice: “oso”, otro encuentra
la palabra “orca”, “ocelote”, “hormiga”. “Hormiga es con
hache. No vale”. Cuando no encontremos otro animal,
cambiamos de letra.
Cadena de nombres el primer jugador dice el nombre de
una fruta o verdura: “limón”; el siguiente dice un nombre
con la última letra: “naranja”; el que sigue agrega: “aguacate”,
el siguiente, “elote”, y así hasta que ya no encuentren nombres.
La última persona que encuentre un nombre, dirá cuál es el
siguiente tema.

34
La diversión es una parte indispensable Pruebe algunas de las siguientes
para la salud
recomendaciones
No piense en la diversión como pérdida de tiempo, es una
parte indispensable para la salud y para que la vida
merezca vivirse.

Póngase de acuerdo con toda la familia sobre las actividades


que planean hacer durante el día.

Cumpla, en lo posible, los compromisos que haya


establecido con el niño. Si llegara a fallar, explíquele a su
hijo las razones y fije una nueva fecha.

Observe a su niño para saber qué es lo que más disfruta.

Sorprenda a su familia con actividades diferentes.

Inventen sus propios juegos: organicen cantos, bailes,


rondas, representaciones con disfraces.

Cumpla los compromisos que haya establecido Cocinen juntos. Que su hijo ayude con actividades seguras
como pelar chícharos, revolver el agua de limón o batir
los huevos. Si usted le enseña a manejar las situaciones
que pueden ser peligrosas como cortar con un cuchillo o
encender la estufa, él se sentirá muy bien. Pero supervíselo
cuando esté en la cocina.

Consulte los periódicos y entérese de las actividades que


se organizan en su comunidad para los niños. Muchas de
ellas son gratuitas. Aprovéchelas.

Cuando participen en juegos de mesa cuide de no ganar


siempre usted, pero también de no dejar que su niño
siempre sea el vencedor. Deje que el azar y la pericia
creciente de su hijo le den gratas sorpresas.

Propicie momentos y actividades agradables para estar


juntos. Cuando su hijo sea grande, siempre recordará
con cariño su vida familiar.

Observe a su niño para saber qué es lo Cocinen juntos. Pero supervíselo cuando
que más disfruta esté en la cocina

35
Guía de Padres

VIII. El descubrimiento de la amistad


y el sentido de pertenencia

EJERCICIO DE REFLEXIÓN

Uno de los mayores bienes que podemos tener es un amigo. La amistad es


algo que se cultiva y se disfruta.

¿Qué es para usted la amistad? ¿Quiénes son sus amigos? ¿Hace cuánto
tiempo los conoce? Trate de describirlos. Platique con su hijo sobre sus
relaciones con los amigos, cómo han enriquecido su vida cada uno de ellos,
qué han hecho por usted y en qué los ha apoyado usted a ellos. ¿Conoce a
los amigos de su hijo? ¿Le simpatizan? Pídale que le cuente acerca de ellos.

Al llegar a primaria, el niño empieza a hacer verdaderos amigos


En sus primeros años, el pequeño se relaciona con otros niños para satisfacer sus necesidades,
pero a partir de los seis o siete años ya es capaz de percibir las necesidades de los demás,
tomar en cuenta el punto de vista del otro e interesarse por la igualdad, la justicia y la
reciprocidad: “Si yo te presto mis colores, tú me dejas andar en tu bici”. “Si me convidas de
tu torta, yo te doy parte de mi naranja”. La relación ya no es unilateral, ahora el niño busca
al mismo tiempo su satisfacción y la de su amigo.

A lo largo de la vida escolar, la amistad va cambiando de una situación de juego a


una relación en que las emociones son el elemento primordial
Al principio, los intereses de los chicos varían mucho y las amistades también son inconstantes.
Tienen dificultades para tener más de un amigo a la vez: “Ya no me quiero llevar contigo, ahora
prefiero a...”.
Con el paso del tiempo, las aficiones se hacen más estables y los vínculos se vuelven más
fuertes y duraderos. Los niños desarrollan la necesidad de establecer una relación estrecha,
se encariñan, tratan de estar juntos siempre que pueden, se apoyan mutuamente, disfrutan
de su compañía y sufren cuando se disgustan entre sí.

En la preadolescencia, entre los nueve y diez años, los niños y niñas empiezan a tener
mejores amigos
Con estos amigos los niños comparten secretos
y se dan información que nadie más conoce.
Al llegar a primaria, el niño empieza a hacer verdaderos amigos Esto le da a la relación un encanto y una alegría
que hace mucho bien al niño. Su mejor amigo
lo acompaña, está dispuesto a prestarle sus
cosas, se interesa por su bienestar, es leal,
servicial, no lo acusa y puede confiar en él.
El mejor amigo, con sus conflictos, emociones
y alegrías, es parte fundamental del desarrollo
del niño y lo prepara para sus relaciones de
adolescente y para la intimidad adulta con
los amigos y la pareja.

Pero el niño no sólo tiene amigos, también


forma parte de grupos
A partir de la edad en que entra a la escuela
primaria, los juegos del niño se vuelven más
estructurados y requieren más participantes.
Tiene que haber perseguidores y perseguidos,
buenos y malos, pilotos y pasajeros. En este
momento, el juego grupal es una experiencia
de participación muy poderosa y llena de
sentido.

36
Ser miembro de un grupo le da al niño una sensación de evitar”. Esto le muestra al niño nuestra firmeza y autoridad,
de pertenencia y lo hace sentir seguro y aceptado y al mismo tiempo nuestro amor por él y nuestra preocupación
Al inicio de la etapa escolar, los niños forman grupos con por su bienestar.
objetivos poco claros y con miembros que cambian
continuamente, pero a partir de los nueve o diez años, los Al hablar de los amigos o miembros del grupo de nuestro
grupos se vuelven más estructurados y permanentes, y hijo, debemos tener cuidado de no denigrarlos ni
aparecen las pandillas. Los miembros son generalmente del criticarlos
mismo sexo y dejan fuera intencionalmente a los del sexo El niño está identificado con sus amigos, hagan lo que hagan.
contrario. Inventan requisitos especiales para pertenecer; Lo que nos corresponde es explicar las razones por las que
tienen que pasar pruebas para ser aceptados; establecen es inconveniente una determinada conducta, sin calificar al
reglamentos y mantienen normas morales estrictas. Ante amigo o amiga que la llevó a cabo: “Que lástima que Lupita
todo, les preocupa el sentido de justicia. y Arturo decidieran robar en la tienda, eso perjudica a otros
En esta edad los niños se comprometen y se identifican con y puede ocasionarles a ellos problemas serios”. De esta
sus compañeros de una manera muy intensa. Empiezan a manera separamos la conducta de la persona y no agredimos
descubrir en su experiencia el sentido del “nosotros”, pero a los amigos que él aprecia.
al mismo tiempo que adquieren una identidad con su grupo, Es importante tratar de permanecer siempre del lado de
detectan las diferencias de los que no son parte de él. nuestro hijo independientemente de su conducta: “El que tú
Pertenecer a una pandilla los hace enfrentarse con otros y tus amigos arrojaran piedras a la ventana del Sr. López le
grupos. Es común que se organicen verdaderas guerras en ha causado muchos trastornos. Entiendo que es difícil no
las que se vale casi todo. hacerlo cuando todos los demás están metidos en eso de

Los grupos ejercen una presión muy fuerte en los niños


La influencia del grupo por lo general es positiva y motiva al Los padres tenemos que dar a nuestro hijo
niño a realizar actividades interesantes, divertidas y generosas. la libertad de experimentar la amistad
Sin embargo, a veces lo obliga a comportamientos con los
que no siempre se siente tranquilo ni cómodo, y el niño los
acepta porque necesita pertenecer y ser aceptado. En grupo,
los niños llegan a ser tan crueles o irresponsables como no
se les ocurriría ni podrían serlo en forma individual.
Los padres tenemos que dar a nuestro hijo la libertad de
experimentar libremente la amistad, y al mismo tiempo,
sabiendo que aún es influenciable y absorbe con facilidad
ideas y valores de su entorno, vigilar su seguridad, estar al
tanto de quiénes son sus compañeros, qué es lo que hace
con ellos, y sobre todo, fortalecer su personalidad y su
capacidad de juicio.

Los padres debemos trabajar intensamente en la


autoestima de nuestro hijo para prevenir que se sienta
indefenso ante la presión del grupo
Un niño seguro y satisfecho puede ser firme, defender sus
convicciones y atreverse a decir “no”, si considera que algo Cuando el niño forma parte de un grupo no
es inapropiado. Y podrá decir “no” si ha aprendido a hacerse conveniente es necesario marcar límites
responsable de sus actos y a tomar decisiones, si no le hemos
exigido una obediencia absoluta y le hemos demostrado
confianza y aceptación.

Sin embargo, cuando el niño empieza a formar parte


de un grupo no conveniente, es necesario marcar límites
Si su seguridad está en riesgo, hemos de decirle directamente
que no puede reunirse con ciertos niños: “Lo siento mucho,
pero no tienes permiso de ir a casa de Diego, porque no se
sabe cuidar ni sabe cuidar a sus amigos”.
Es muy probable que el niño se rebele y alegue que él tiene
el derecho de juntarse con quien se le antoje. Una posible
respuesta sería: “Entiendo que esto te moleste, pero hay
ciertas cosas que te pueden causar daño y que voy a tratar

37
Conocer a los padres de los amigos de nuestro hijo nos da una Al niño le toma mucho tiempo aprender
idea de cuáles son los valores y las reglas de las otras familias a expresar y manejar sus emociones
adecuadamente, y en el camino es normal
que se den pleitos y conflictos, seguidos
de reconciliaciones
A los seis o siete años niños y niñas todavía
responden con manazos y jaloneos si se
sienten molestos o frustrados, y lloran
fácilmente por las agresiones de sus
compañeros. Con el crecimiento, disminuyen
los golpes y aumenta la agresión verbal, sobre
todo entre las niñas. Pueden usar palabras
ofensivas, criticar o ignorar a algún compañero
o compañera para hacerlos sentir excluidos.
A menos que sean demasiado frecuentes o
les causen angustia, no hay que preocuparse
demasiado con las peleas de los niños. Es
recomendable evitar involucrarnos direc-
tamente en el problema de nuestro hijo y
enseñarle a resolver los conflictos buscando
acuerdos, sin agredir ni lastimar.
Todos los niños tienen dificultades con
sus amigos de vez en cuando, pero
romper vidrios, pero, ¿puedes pensar en alguna forma de cuando la situación de rechazo se hace permanente,
decirle a tus amigos que no quieres hacer algo, cuando ellos puede trastornar la vida de un niño y hacerla desdichada
te están presionando? ¿Qué crees que deberías hacer ahora, La señal de que existe un verdadero problema es que el niño
respecto al señor López? Me parece adecuado que estés sufre y se angustia por estar solo. Los amigos son un apoyo
dispuesto a disculparte. ¿Piensas que hay otra manera de importante para su autoestima. Un niño sin amigos se siente
que el grupo compense el daño? ¿Quieres que te ayude en triste y pierde confianza en sí mismo aun cuando tenga logros
algo?”. en otros campos.
El niño tiene que resolver un problema complejo: asumir con A pesar de sus esfuerzos por formar parte de un grupo, el
responsabilidad las consecuencias de su comportamiento, niño puede ser rechazado si no tiene las habilidades necesarias
demostrar su lealtad a los amigos y asegurar su pertenencia para relacionarse adecuadamente: si es agresivo verbal o
al grupo. físicamente, si molesta a los demás, si desorganiza o interrumpe
los juegos, o si se muestra demasiado débil o inseguro.
Conocer a los padres de los amigos de nuestro hijo nos
da una idea de cuáles son los valores y las reglas de Quedar aislado del grupo o ser rechazado por los amigos
las otras familias
Esto nos ofrece además la oportunidad de llegar a acuerdos
para fijar límites y permisos a todos los niños del grupo y
descalificar frases como: “A Juanita sí le dan permiso...”,
porque sabemos que a Juanita no le dan permiso. Un niño sin amigos se siente triste y pierde
La costumbre de llevar y recoger a nuestros hijos de los confianza en sí mismo
lugares donde se reúne con sus amigos, le hace sentirse
cuidado y nos permite conocer los ambientes en los que
participa.

También podemos promover la participación del niño


en grupos que realizan actividades positivas
Los niños que se proponen metas y objetivos valiosos y que
han sido animados por sus padres para conseguirlos, tienen
menos probabilidades de verse involucrados en compor-
tamientos que puedan poner en riesgo su seguridad y su
salud.

38
fortalecer su autoestima.
Ayúdelo a desarrollar las capacidades de
convivencia Enseñarle a desarrollar las capacidades de convivencia
necesarias para funcionar adecuadamente en un grupo:
ser honesto en el juego, participar con entusiasmo en las
actividades comunes, proporcionar atención, cuidados y afecto
a sus compañeros, así como apoyarlos en sus problemas.
Tenemos que utilizar todos los recursos a nuestro alcance
para enseñar a nuestro hijo a expresar sus sentimientos de
una manera clara y adecuada, a relacionarse sin agredir ni
perjudicar a otros. Hacerle ver que en lugar de competir: “A
que salto más alto que tú”, “Seguro te gano en las canicas”
o “Yo tengo un avión más grande que el tuyo”, puede acercarse
al otro niño con suavidad, observarlo y percibir cómo se
siente en ese momento: “Qué buen salto, casi llegas a los
tres metros” “Me gustaría jugar contigo a las canicas” “Qué
divertido es volar aviones”.
Ayudarle a manifestar abiertamente su simpatía y
afecto por los amigos hacerles saber que disfruta de su
compañía, comentar lo que le resulte interesante o divertido
y dar muestras de afecto como una palmada o un chocar de
manos.
Quedar aislado del grupo o ser rechazado por los amigos Invitarlo a practicar en familia las habilidades para
puede ser una de las experiencias más dolorosas de la escuchar poner atención a lo que dice el otro, no hacer otra
niñez cosa mientras le habla, mostrar que comprende los
Las consecuencias emocionales del aislamiento pueden ser sentimientos de su compañero. En el capítulo III de este
graves y duraderas. Los niños rechazados necesitan ayuda, apartado (pág. 13) se ofrecen sugerencias para aprender a
pues si no solucionan la situación, pueden volverse aún escuchar.
más introvertidos, o bien, agresivos y desmedidamente Practicar con él la resolución de conflictos seguir juntos
competitivos. los pasos necesarios y procurar que esto se vuelva un hábito
natural en todas sus relaciones, de modo que logre resolver
¿Qué podemos hacer los padres para ayudar a nuestro sus desacuerdos y defender sus derechos respetando los de
hijo a hacer amigos? los demás. El capítulo V de este apartado (pág. 23) sugiere
Los padres tenemos poco que hacer directamente en estas formas de solucionar problemas y conflictos.
situaciones, pero sí podemos ayudar a nuestro hijo a superar Ayudarle a desarrollar su capacidad de conversar hablar
sus dificultades de relación. Tal vez nos resulte útil probarde todo lo que interese a los miembros de la familia: ideas,
algunas de las siguientes recomendaciones: sentimientos, experiencias, problemas, logros, sueños y
Mantenernos cerca de él escucharlo, tratar
de comprenderlo y hacerle sentir que cuenta
Ayúdela a sentirse segura. No la obligue
con nosotros; averiguar las causas de su
aislamiento a través de lo que él mismo nos
diga y hablando con su maestro.
Tratar de no sobreprotegerlo ni exigirle
demasiado; el niño necesita tener encuentros
sociales, pero no debemos forzarlo a vivir
situaciones muy difíciles, pues eso le impedirá
superarlas.
Reforzar su autoestima es fundamental;
crear condiciones para que él adquiera
seguridad y confianza; animarlo y darle apoyo
para desarrollar las habilidades para las que
tenga más facilidad y ayudarlo a distinguirse
en algo especial. Así conseguirá sentirse más
seguro y logrará el respeto, primero de sí
mismo, y luego de sus compañeros. En el
segundo capítulo del apartado Aprender a ser
(pág. 103) se dan algunas sugerencias para

39
Propiciar situaciones que favorezcan la convivencia con otros Si el sufrimiento del niño ante el rechazo
niños fuera de la escuela es muy intenso y no logra superar su
dificultad para relacionarse, es necesario
buscar ayuda profesional
Poner en práctica estas sugerencias puede
ayudar a nuestro hijo, pero hay que tener en
cuenta que la responsabilidad de encontrar y
hacer amigos es del niño, que la amistad es
su decisión.

metas. Es necesario encontrar tiempo para platicar con él:


en la comida, al irse a dormir, mientras viajamos de un sitio Podremos enseñarle cómo hacer sentir bien
a otras personas
a otro. Es recomendable propiciar pláticas interesantes en
familia y con otras personas, fomentar lecturas y experiencias
valiosas que le den temas de conversación.
Propiciar situaciones que favorezcan la convivencia
con otros niños fuera de la escuela y que lo hagan
sentir útil es conveniente dar a nuestros hijos oportunidades
de establecer una red de relaciones amplia y de compartir
diferentes actividades con otros chicos. Podría ser participar
en un equipo deportivo, en las fiestas tradicionales de la
comunidad, en actividades de protección a la naturaleza, así
como realizar acciones que beneficien a otros como escuchar,
consolar, proteger, apoyar, compartir, cooperar y dar. Sin
forzarlo ni exigirle, vamos fomentando en el niño un interés
sincero por otras personas y un aprendizaje de las habilidades
sociales
Dar ejemplo hacerle ver cómo nos integramos en un grupo
de amigos, en un equipo deportivo o en la asociación de
padres de familia de la escuela. Si es posible, participar en
grupos en los que convivan padres e hijos, ya sea dentro de
la escuela o en otras instituciones.
La forma en que nos relacionamos es un modelo para el niño.
Por eso, es conveniente invitarlo a participar en algunos
encuentros con nuestros amigos para que se dé cuenta del
afecto que les tenemos. En esas ocasiones podremos enseñarle
cómo hacer sentir bien a otras personas, cómo comportarse
en un conflicto, cómo aceptar las críticas o cómo apoyar a
quien lo necesita.
Procurar que el ambiente en el hogar sea afectuoso y
acogedor a los amigos de nuestro niño les gustará visitar
nuestra casa si se sienten bienvenidos, libres y en confianza,
si son tratados con respeto y generosidad.

40
Pruebe algunas de las siguientes Fomente la relación de su hijo con otros niños
recomendaciones

Fomente la relación de su hijo con otros niños.

No trate de ser un amigo más para su hijo. Usted tiene


otro papel.

No intervenga en la relación de su hijo con otros niños,


pero esté al tanto de quiénes son y qué hace con ellos.

Conozca a los amigos de su hijo y anímelo a invitarlos a


casa. Procure que se sientan bienvenidos y en confianza.

No se preocupe demasiado por las peleas de su hijo, a


menos que sean demasiado frecuentes o le causen angustia.

Esté atento a la calidad de las relaciones de su niño,


observe si tiene problemas serios para hacer amigos y
averigüe las causas de su aislamiento.
No califique a los amigos de su hijo
Utilice todos los recursos a su alcance para enseñarle a
manejar sus sentimientos, a ser sensible a las necesidades
de otras personas y a solucionar conflictos.

Propicie pláticas interesantes en familia, fomente lecturas


y experiencias que le den temas de conversación.

Ponga todo su empeño en el fortalecimiento de la


autoestima de su hijo.

Dele oportunidades de compartir diferentes actividades


con otros niños fuera de la escuela y de realizar acciones
que beneficien a otros.

Muéstrele qué tan valiosa es para usted la amistad. Permita


que participe en algunos encuentros con sus amigos y
que se dé cuenta del afecto que les tiene.

Marque límites con firmeza cuando el niño se vincule a


un grupo problemático. Demuéstrele que se interesa por
su seguridad y bienestar. Ponga todo su empeño en el fortalecimiento
de la autoestima
Si su hijo participó en algún hecho inapropiado, ayúdelo
a reflexionar y a buscar una compensación a lo que hizo.

Platique con él sobre los principios y valores importantes


para él. Hágalo pensar si vale la pena abandonarlos por
seguir los deseos de alguien más.

No critique ni califique a los amigos de su hijo. Sólo


explique las razones por las que es incorrecto su
comportamiento.

Conozca a los padres de los amigos de su hijo. Lleguen


a acuerdos para fijarles límites y permisos.

41
Guía de Padres

IX. Familia, tradiciones


y comunidad

EJERCICIO DE REFLEXIÓN

Saber de dónde venimos, quiénes son nuestros antepasados, qué lugar


ocupamos en la familia y en la comunidad, nos ayuda a construir nuestra
historia y nos da el sentimiento de pertenecer a algo valioso que hay que
cuidar.

¿Participa en forma regular en actividades de servicio a la comunidad junto


con su hijo? ¿Hace algo para cuidar el medio ambiente?
¿Con qué frecuencia se reúne con sus familiares? ¿Qué sabe usted de las
historias de la familia? ¿Las platica con su hijo?
Si no tiene un álbum de fotos y recuerdos de la familia, haga uno junto con
su pareja y su hijo. Elabore un árbol genealógico. Investigue quiénes fueron
los abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, tanto de usted como de su pareja,
cuántos hijos tuvieron, con quién se casaron. Recupere todas las historias
interesantes de la familia.

A medida que crece, la vida social del niño va abarcando círculos más amplios. Uno
de esos círculos es la familia extensa
Es fundamental que el niño conozca a su familia, que se relacione con sus abuelos, primos,
tíos y otros parientes de una manera personal, que los busque, les pregunte y los quiera. Estos
vínculos pueden llegar a ser muy importantes para él.
Las fiestas tradicionales, los bailes, las ceremonias y los aniversarios son ocasiones excelentes
para que el niño conviva con sus familiares y se haga consciente de que pertenece a una familia
y ocupa una posición dentro de ella.
La familia es un testigo vivo de la historia del niño, de sus orígenes y sus tradiciones.
Cuando los hijos son adoptados, la historia de la familia que lo adopta le proporciona origen,
apoyo, seguridad y confianza.

Las costumbres, anécdotas y usos


familiares permiten al niño hacerse una
idea del espíritu de continuidad que se
Es recomendable permitir que nuestro hijo escuche a los abuelos da a lo largo de las generaciones
Conforme va creciendo, el niño empieza a
interesarse por su procedencia. Necesita saber
de dónde viene, cómo se formó su familia.
Quiere conocer los cuándo, los porqué, los
cómo y los dónde.
Compartir la costumbre de platicar y revisar
de vez en cuando los álbumes de fotografías
y ver cómo éramos de pequeños, reconocer
al abuelo en su juventud, saber qué aspecto
tenía el bisabuelo que no conoció, da a nuestro
hijo momentos de verdadera alegría.
Es recomendable dar oportunidades a nuestro
hijo de escuchar a los abuelos narrar sus
andanzas juveniles, sus juegos y travesuras
de la niñez; de saber cómo se vivía en tiempos
de los bisabuelos; en qué trabajan los adultos
de la familia, cómo eran las calles, los hogares,
los coches; de qué manera se relacionaban
muchachos y muchachas, dónde se veían y
qué hacían los domingos.

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Además de escuchar, al niño le gusta contar
a sus familiares sus propios relatos; tiene Interesarnos unos por otros nos ayuda a todos
gran necesidad de elaborar versiones
personales de los hechos y de hacer suyas
las historias que va conociendo.
Así va construyendo su historia, se pone en
contacto con los valores que vienen del pasado
y lo hacen ser lo que es, y adquiere la
conciencia de que forma parte de una tradición
que él tendrá que continuar.

El niño tiene mucho que recibir de su


familia, pero también mucho que dar
El niño aprende en su familia a pensar en los
demás, a entender la necesidad de ocuparse
de otras personas, a acompañarnos y a
participar en las atenciones y cuidados a los
miembros de la familia: puede acompañar a
la abuela si está sola o cortar flores para su
cumpleaños; hacer un dibujo para adornar
la casa del primo recién casado; escribir una
carta al tío que trabaja en otra región y que
quizá se sienta solo.
Interesarnos unos por otros nos ayuda a todos, nos acerca
a los demás y nos da un sentido de familia y comunidad. Es necesario inculcar en nuestro hijo una
conciencia ecológica
Nuestro hijo también es miembro de una comunidad
Al niño le afecta todo lo que sucede en la sociedad en la que
vive y, por lo tanto, tiene el derecho a opinar sobre lo que ahí
sucede; a ser tomado en cuenta, a compartir con los otros
miembros de esa sociedad las acciones que tienen que ver
con la vida comunitaria.

Los niños no sólo desean conocer el mundo, necesitan


también actuar en él
Es natural que los niños se esfuercen por formar parte de lo
que les interesa y les atañe; que busquen colaborar con otros
niños y adultos, y se organicen para luchar no sólo por sus
propios intereses, sino por objetivos mucho más vastos y
generosos.

Toda comunidad presenta necesidades que sus


miembros tienen que atender
La responsabilidad de los padres es dar las facilidades y Es necesario inculcar en nuestro hijo una conciencia ecológica.
alentar a nuestros hijos a participar en la solución de esas Es un asunto de supervivencia cuidar el ambiente natural y
necesidades. Por eso debemos compartir con ellos el por ello debemos enseñarle a ahorrar el agua —un recurso
compromiso de estar al tanto de los problemas y carencias del que depende la vida y que se está agotando sin que nos
de nuestro medio, así como motivarlos a conocer lo que demos cuenta—, a sembrar árboles, a proteger a los que ya
sucede a su alrededor, a proponer acciones y a comprometerse existen, a aprovechar la electricidad de una manera racional,
a realizar la parte que les corresponde. a no tirar basura en la calle, en el río o en el campo, a respetar
Desde luego, los padres también tenemos que actuar, mantener a los animales, a convertir el patio de cachivaches en un
el compromiso con el grupo que elegimos, y no dejarlo para jardín, etcétera.
“cuando se pueda”.

El niño también es parte del planeta


La Tierra es la casa de todos y de todos es la responsabilidad
de cuidarla. Lo que hagamos ahora tiene un impacto que
afectará la realidad futura de una manera que no podemos
prever.

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Debemos enseñarle a aprovechar la electricidad de una
manera racional

Si queremos una verdadera transformación de las


condiciones y la calidad de vida en nuestro país y en
nuestro planeta, tenemos que favorecer la participación
de nuestros hijos en los asuntos comunitarios
En la participación comunitaria no se trata sólo de impulsar
proyectos, sino de promover el crecimiento de quienes
participan en ellos.
Los niños se transforman al ayudar a otros. Las actividades
de servicio les enseñan a ser comprensivos, generosos,
asertivos, sensibles, fuertes, colaboradores y organizados.
Pero no sólo los niños se transforman. Al colaborar en un
ambiente de igualdad y respeto, también se modifican los
vínculos entre niños y adultos. Los padres descubrimos que
podemos dejar atrás prácticas autoritarias y que es posible
avanzar juntos por caminos que nos llevarán a disfrutar de
nuestra mutua compañía y a acercarnos a nuestros sueños.

Hacer algo por los demás es una manera de agradecer


lo que otros nos han dado y la ayuda que hemos recibido Hacer algo por los demás es una manera de
Los actos que hacemos en favor de alguien más se enlazan agradecer lo que otros nos han dado
en una cadena interminable. No podemos imaginar hasta
dónde llegan los beneficios, hasta qué punto transforman la
vida de otras personas —algunas que incluso no conocemos
ni conoceremos nunca. Si hacemos un hábito el ayudar a los
demás, nuestros niños también lo harán.
Tenemos que empezar ahora, aprovechar esta etapa de la vida
de nuestros hijos en que la solidaridad, la bondad y la justicia
son naturales en ellos, para encaminarlos a la creación de un
mundo más amable, compasivo y alegre.

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Pruebe algunas de las siguientes Organice reuniones en las que los
mayores puedan narrar anécdotas
recomendaciones

Propicie que su hijo conviva con sus familiares de una


manera personal.

Fomente la participación de su hijo en las celebraciones


de la familia, pero no lo fuerce a asistir a todas.

Póngase de acuerdo con su pareja sobre cuáles son las


actividades a las que es importante que todos asistan.
Hágaselo saber a su hijo con anterioridad.

Investigue y cuéntele a su niño las historias familiares.


Anímelo a escribirlas o a platicarlas a alguien más.

Organice reuniones en las que los mayores puedan narrar


anécdotas y compartir sus recuerdos.

Procure estar al tanto de la vida de sus familiares. Si


alguno necesita apoyo o compañía, hable con su hijo y Procure estar al tanto de la vida de sus
su pareja sobre la manera como podrían ayudar. familiares

Reflexione con su niño acerca de lo que significa la solidaridad


y sobre la necesidad de ocuparse de otras personas.

Acostúmbrese a enviar notas, cartas, pequeños regalos


a las personas que usted quiere. También a su hijo.

Permita a su niño opinar sobre lo que sucede en su familia


y en su comunidad. Dele oportunidad de decidir en los
asuntos que le afectan.

Invite a sus hijos a buscar proyectos en los que cada uno


pueda aportar sus ideas y habilidades. Participen juntos
en un ambiente de igualdad y respeto.

Inculque en su hijo una conciencia ecológica. Enséñele a


cuidar el ambiente natural, a mantenerlo limpio y a
aprovechar racionalmente los recursos.

Promueva en su niño el sentido de gratitud. Acostúmbrese a enviar notas

Desarrolle en la familia el hábito de hacer algo por los


demás.

Invite a sus hijos a mejorar su entorno.

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