Está en la página 1de 38

Chaverri Fernández JM, Díaz Madriz JP, Cordero García E

Artículo de Revisión

Generalidades sobre fluidoterapia y desórdenes electrolíticos, enfoque en la


farmacia hospitalaria: Primera Parte
Chaverri-Fernández JMa*, Díaz-Madriz JPb, Cordero-García Ec

a
Farmacéutico. Máster en Administración de Empresas. Instituto Tecnológico de Costa Rica. Departamento de Farmacología, Toxicología y Farmacode-
pendencia. Universidad de Costa Rica.

b
Estudiante Interno. Facultad de Farmacia de la Universidad de Costa Rica..

C
Farmacéutica. Máster en Administración de Negocios. Docente del Departamento de Farmacología, Toxicología y Farmacodependencia de la Facultad
de Farmacia de la Universidad de Costa Rica.

*
Correspondencia Dr. José Miguel Chaverri. Correo electrónico jose.chaverri@ucr.ac.cr

RESUMEN

La correcta utilización de fluidos (cristaloides o coloides) y el manejo de los desórdenes electrolíticos relacionados con so-
dio, potasio, magnesio y calcio son temas de gran importancia a nivel hospitalario. El farmacéutico hospitalario como pro-
fesional de la salud debe estar en la capacidad de colaborar en lo que respecta a la optimización de los tratamientos y la
prevención de errores por el uso incorrecto de fluidos por vía intravenosa, electrolitos concentrados y otros medicamentos
relacionados. La revisión de distintas fuentes bibliográficas evidenció que es posible encontrar gran variedad y cantidad
de información, por lo que es importante que en cada centro de salud se establezcan protocolos que permitan realizar la
mejor monitorización al respecto, estableciendo controles cruzados y procesos que minimicen los errores al máximo. Es
de especial relevancia entonces que el farmacéutico hospitalario tenga conocimientos amplios en los puntos tratados en
esta revisión e incluya dentro de sus funciones el velar porque en los centros de salud a nivel nacional se cuente con las
herramientas necesarias para tratar satisfactoriamente a los pacientes en este sentido.

PALABRAS CLAVE: Fluidoterapia, desequilibrio hidroelectrolítico, infusión parenteral.

ABSTRACT

The correct use of fluids (crystalloids and colloids) and to know how to manage electrolytes disorders in the hospital setting
is a very important issue. The hospital pharmacist should be able to optimize the therapy regarding fluids and electrolytes
in order to prevent adverse events or errors related to this kind of therapy. It is possible to find a lot of scientific information
related to this topic recommending the availability of protocols that helps all the health system pharmacists in the preven-
tion of errors and manage the way electrolytes and fluids are administered to patients. The pharmacist should have the
knowledge regarding these topics to be able to improve the therapy the patient is receiving. The main goal of this article
is give the pharmacist useful information regarding fluid therapy emphasizing the importance to control and manage the
electrolytes and fluids in the organism in the proper way.

KEYWORDS: Fluid therapy, water-electrolyte imbalance, parenteral infusion.

28

Revista Pharmaceutical Care LA FARMACOTERAPIA


Publicación Académica de la Facultad de Farmacia
de la Universidad de Costa Rica
Pharmaceutical Care La Farmacoterapia . 2012;1(2):28-39.

Introducción razón la composición iónica de estos dos compartimientos


es muy similar, variando solamente en que la cantidad de
A pesar de lo complejo que es el cuerpo humano, la sus- proteínas en el espacio intravascular es mayor (2,6). El
tancia más importante de todo el organismo es el agua. El movimiento de líquido entre estos espacios es complejo en
agua corporal total (ACT) se distribuye libremente en prác- sujetos normales, pero resulta aun más complicado en es-
ticamente todo el cuerpo y su movimiento se da en respu- tados de edema o en estados de acumulación de líquidos
esta a los gradientes de concentración de solutos (1). El en lugares que normalmente carecen de fluidos.
ACT representa diferentes porcentajes del peso corporal
total (50-60%), los cuales pueden variar en las personas El volumen intravascular está determinado por las fuerzas
según el género, la cantidad de tejido adiposo (a mayor de Starling, es decir, la presión hidrostática y la presión on-
cantidad de tejido adiposo menos ACT) y la edad (en los cótica. El volumen de este compartimiento refleja si existe
niños un mayor porcentaje del peso corresponde al ACT) una adecuada circulación y si hay una buena distribución
(1,5). El ACT se distribuye en dos compartimientos may- de oxígeno y nutrientes (1,3). La osmolaridad por su parte
ores que se conocen como Líquido Extracelular (LEC) y está determinada principalmente por las partículas por litro
Líquido Intracelular (LIC), los cuales están separados por de agua de sodio (principal contribuyente), urea y glucosa.
membranas celulares y corresponden a una tercera parte y El valor normal de osmolalidad está en un rango de 280 a
a dos terceras partes del ACT, respectivamente (ver figura 295 mOsm/kg y su valor en una persona puede estimarse
1) (1,2,3,5,6,7). al multiplicar por 2 la concentración sérica de sodio. Un
valor más exacto se obtiene con la siguiente fórmula (4,5):

Resulta útil para el cálculo y las conversiones que la masa molecular del
BUN es de 28 g/mol y la glucosa 180 g/mol.

El término osmolaridad para propósitos clínicos es inter-


cambiable con osmolalidad (mOsm/kg), que viene a ser el
término más utilizado (1).

La permeabilidad de las partículas a través de la membrana


celular determina la tonicidad, es decir, la totalidad de os-
moles que son impermeables a la pared celular y por ende
son fisiológicamente activos (1,4). El movimiento de agua
entre el LEC y el LIC a través de la membrana celular es
regulado por los cambios en la tonicidad. El sodio se mueve
hacia fuera y el potasio hacia dentro de las células a través
de un transporte activo por bombas de Na+ K+ dependi-
entes de ATP, las cuales definen la cantidad de Na+ y K+
y el volumen de agua en cada uno de los compartimien-
tos mayores del cuerpo. De esta manera, en condiciones
normales, la cantidad total de sodio en el LEC determinará
el volumen del mismo y a la vez los cambios que se den
en la concentración plasmática de sodio, por efecto de la
tonicidad, serán los encargados de definir el volumen del
Fuente: Elaboración propia
LIC, a través de movimiento de agua según el gradiente de
concentración (1,3).
El LEC además, se subdivide por medio de una pared capi-
lar en el líquido intersticial y en el líquido intravascular o Terapia de reemplazo de fluidos por vía intravenosa
plasma. El líquido intravascular representa solamente una (IV).
cuarta parte del LEC y el restante corresponde al líquido
intersticial que constituye el líquido que está alrededor de Los fluidos intravenosos se utilizan principalmente para: te-
las células en los tejidos, en los huesos y en el tejido con- rapia de reemplazo de fluidos corporales, como vehículo
juntivo denso. para la administración de medicamentos y otras funciones
más específicas como diálisis peritoneal y cirugías cardio-
La pared capilar mencionada anteriormente, tiene una per- vasculares. Estos fluidos tienen diferentes componentes y
meabilidad casi total para los iones pequeños; por esta
29

Revista Pharmaceutical Care LA FARMACOTERAPIA


Publicación Académica de la Facultad de Farmacia
de la Universidad de Costa Rica
Chaverri Fernández JM, Díaz Madriz JP, Cordero García E Artículo de Revisión

y tonicidad, por lo tanto es importante conocer su contenido volumen a nivel gastrointestinal, poliuria y sudoración ex-
con el objetivo de entender el efecto que tendrán en el or- cesiva (1).
ganismo (9,10).
Por otro lado, los coloides son soluciones especialmente
Las soluciones intravenosas se clasifican comparando su útiles en estados de volumen extracelular normal o elevado
tonicidad con respecto a la del plasma. Los fluidos que se (ya que con menos volumen infundido se logra un aumento
aproximan a 290 mOsm/L se consideraran isotónicos, los mayor que con la misma cantidad de cristaloide) y en shock
fluidos con osmolalildad significativamente mayor a 290 no hemorrágico seguido de una infusión inicial de cristaloi-
mOsm/L (más de 50 mOsm) son considerados hipertóni- des (3,11).
cos y los fluidos con osmolalidad significativamente menor
a 290 mOsm/L (menos de 50 mOsm) se clasifican como Los coloides teóricamente están restringidos transitoria-
hipotónicas (5,9). mente al espacio intravascular, por lo que no producen
prácticamente ningún efecto sobre el LIC. Al permanecer
Las preparaciones isotónicas presentan una osmolalidad en el plasma provocan un aumento de la presión de este
similar a la del plasma y no provocan movimientos de volu- espacio, lo cual promueve un movimiento de volumen del
men entre el LIC y el LEC, por lo tanto al administrarse espacio intersticial al espacio intravascular igual o mayor
intravenosamente se mantienen en el LEC. Lo anterior a la cantidad de coloide administrado, con la desventaja
provoca que, teóricamente, una cuarta parte de la solución de que al disminuir el volumen del espacio intersticial se
se distribuya en el espacio intravascular y el resto en el aumentará la presión oncótica de este compartimiento, pro-
espacio intersticial. Una situación particular se da con la vocando después de pasado cierto tiempo, el regreso de
dextrosa al 5%, cuya osmolalidad es de 277 mOsm/L, y los fluidos (1,3).
por lo tanto es clasificada inicialmente como isotónica. La
dextrosa, el isómero dextrorotatorio de la glucosa, ingresa El uso de estos productos y su beneficio con respecto a
al torrente sanguíneo, es introducida a la célula para ser los cristaloides en pacientes críticos es controversial. Ex-
parte del metabolismo oxidativo y se convierte en dióxido isten revisiones sistemáticas que afirman lo siguiente: “No
de carbono y agua. Al convertirse en agua, la distribución existe evidencia de estudios aleatorizados controlados que
de la dextrosa al 5% se da tanto en LIC como en LEC. Al indiquen que la resucitación con coloides en estados de hi-
carecer el agua de tonicidad, la solución termina siendo cla- povolemia reduzca el riesgo de muerte al compararlo con la
sificada como hipotónica (3,6,9). resucitación con cristaloides en pacientes con traumas, que-
maduras o después de una cirugía. Los coloides no están
Los fluidos hipertónicos incrementan la presión osmótica asociados a un aumento de la supervivencia de los pacien-
del plasma y provocan el paso de líquido del LIC al LEC, te y son más costosos”. Lo anterior se debe probablemente
mientras que las soluciones hipotónicas reducen la presión a que los pacientes con sepsis, shock y otras condiciones
osmótica del plasma haciendo que los fluidos administrados críticas tienden a tener una permeabilidad capilar aumen-
invadan la célula. Se debe tener especial cuidado con las tada, por lo que no tienen la capacidad de retener los co-
soluciones hipotónicas de tonicidad menor a 150 mOsm/L, loides en el espacio intravascular. Algunos investigadores
ya que por vía intravenosa pueden causar hemólisis, y en creen posible que haya filtraciones en el espacio intersticial
células cerebrales edema y herniación (6,9). de los pulmones y otros órganos que contribuyan a que se
mantenga una disfunción orgánica (ver tabla 1) (1,11).
La terapia de reemplazo de fluidos por vía intravenosa (IV)
busca una variación en la condición del espacio intravas- Dentro de los usos de este tipo de preparaciones, está la
cular. Esta terapia consiste básicamente en la adición de resucitación con fluidos, donde la falta de volumen intravas-
cristaloides y coloides. Los cristaloides contienen agua y cular se correlaciona con disminución de la función cardía-
solutos pequeños como dextrosa, sodio, cloruro y otros ca y por ende hipoperfusión a órganos. Estos pacientes se
electrolitos, mientras que los coloides tienen un peso mo- presentan con taquicardia, hipotensión, membranas y mu-
lecular mayor y contienen agua, electrolitos, proteínas de cosas secas, relación nitrógeno ureico en sangre (BUN)/
mayor peso molecular o polímeros, que en estados no pa- creatinina sérica mayor de 10:1, y mareo. Se observa una
tológicos no atraviesen la pared capilar, manteniéndolos en mejoría en la frecuencia cardíaca después de la adminis-
el espacio intravascular (1,5,6). tración de coloides o cristaloides en bolo por vía IV según
las necesidades y condiciones del paciente (4,17).
Los cristaloides son sustancias que se distribuyen en los
distintos compartimientos corporales, por lo tanto no solo
aportan volumen al espacio intravascular. A pesar de lo
anterior, aumentar el volumen del LEC provocará que al
mismo tiempo se corrija el espacio intravascular, lo cual es
esencial en pacientes con pérdida de sangre, pérdidas de
30

Revista Pharmaceutical Care LA FARMACOTERAPIA


Publicación Académica de la Facultad de Farmacia
de la Universidad de Costa Rica
Pharmaceutical Care La Farmacoterapia. 2012;1(2):28-39.

Tabla 1. Composición, propiedades y cuidados de cristaloides y coloides.

Cristaloides
Producto Composición Distribución Concentración Indicación Cuidados
Cloruro de Sodio 154 mEq de Na+/L LEC Osmolalidad: -Volumen intra- Volúmenes altos
0,9% 154 mEq Cl-/L 287 mOsm/L vascular disminu- de NaCl puede
Agua Tonicidad: ido con normo- causar acidosis
2 8 7 m O s m / L tremia. -Diarreas hiperclorémica
(Isotónica) profusas de alta leve Además
tasa. puede generar
- Reposición edema si su uso
aguda de fluidos. es excesivo.
- Restauración de Expansión in-
volumen extrace- travascular: 250
lular y déficit de mL/L
cloruro y sodio.

Cloruro de Sodio 513 mEq de Na+/L Se provoca mov- Osmolalidad: -Contraer volu- Desmielinización
3% 513 mEq Cl-/L imiento del LIC al 1026 mOsm/L men del LIC en pontina central
Agua LEC Tonicidad: situaciones como (mayor riesgo en
1026 mOsm/L edema celular hiponatremias
(Hipertónica) secundario. crónicas).
-Corrección de
hiponatremia
Cloruro de Sodio 77 mEq de Na+/L 2/3 LEC y 1/3 LIC Osmolalidad: -Deshidratación Preferible no utili-
0,45% 77 mEq Cl-/L 154 mOsm/L por pérdidas zar cuando exista
Agua Tonicidad: cutáneas insen- depleción de volu-
154 mOsm/L sibles. men importante.
(Hipotónica) -Útil para esta- No administrar
blecer función en pacientes con
renal. presión intracra-
-No para terapia neal aumentada
de reposición
Dextrosa 5% Dextrosa 50 g/L 2/3 LEC y 1/3 LIC Osmolalidad: -Hipernatremia No recomendada
Agua 278 mOsm/L con pérdida para corrección
Tonicidad: importante de rápida de dé-
0 mOsm/L líquidos. ficit de volumen
(hipotónica) -Diabetes insípida intravascular o
nefrógena o extracelular.
central. Al aportar agua
-Rehidratación. sin sodio puede
-Provee calorías. darse una hipona-
-Mejora la función tremia dilucional
hepática. Expansión in-
-Previene el uso travascular: 100
innecesario de mL/L
proteínas.
-Previene la
cetosis
Fuente: Briceño, 2009; Fukagawa M, et al, 2008; Kristeller JL, et al, 2010

31

Revista Pharmaceutical Care LA FARMACOTERAPIA


Publicación Académica de la Facultad de Farmacia
de la Universidad de Costa Rica
Chaverri Fernández JM, Díaz Madriz JP, Cordero García E Artículo de Revisión

Continuación tabla 1. Composición, propiedades y cuidados de cristaloides y coloides.

Cristaloides
Producto Composición Distribución Concentración Indicación Cuidados
Solución Mixta 154 mEq de Na+/L LEC Osmolalidad: -Terapia de man- Usar con cuidado
(NaCl 0,9%, Dex- 154 mEq Cl-/L 565 mOsm/L tenimiento para en pacientes con
trosa 5%) Dextrosa 50 g/L Tonicidad: pacientes que no falla cardíaca
Agua 287 mOsm/L pueden utilizar vía congestiva, insu-
(Isotónica) oral. ficiencia renal se-
-Reposición de vera y en estados
fluidos, sodio, clo- clínicos donde
ruro y calorías exista edema
Lactato de 130 mEq Na+/L LEC Osmolalidad: -Semeja la com- Indicado en shock
Ringer 4 mEq K+ /L 273 mOsm/L posición elec- hemorrágico,
(NaCl 0,6%, 109 mEq Cl- /L Tonicidad: trolítica de la san- antes de que
Lactato de so- 3 mEq Ca2+/L 273 mOsm/L gre. esté disponible
dio 0,31%, KCl 28 mEq lactato/L (Isotónica) -Después de trau- el reemplazo
0,03%, Cloruro ma o cirugía. sanguíneo. Po-
de Calcio 0,02%, -Reposición agu- tasio no cumple
agua) da de fluidos (in- requerimientos
tercambiable son diarios por lo
NaCl 0,9%). que no debe ser
-El lactato actúa usada en man-
como un buffer, tenimiento. No se
por lo que incre- debe usar durante
menta el pH y transfusiones por
disminuyendo la el hecho de que el
acidosis. calcio precipita al
entrar en contacto
con la sangre.
Expansión in-
travascular: 250
mL/L
Solución 2 Dextrosa 50 g/L 2/3 LEC y 1/3 LIC Osmolalidad: - R e s t a u r a d o r Tomar en cuenta
(Dextrosa 5%, 51,3 mEq Na+/L 420,3 mOsm/L electrolítico el contenido de
NaCl 0,3%, KCl 20 mEq K+ /L Tonicidad: potasio en caso
0,149%, Agua) 71,3 mEq Cl- /L 122,56 mOsm/L de que se le ad-
ministre potasio
en otra solución
Precaución en pa-
cientes diabéticos
por contenido de
dextrosa
Fuente: Briceño, 2009; Fukagawa M, et al, 2008; Kristeller JL, et al, 2010

32

Revista Pharmaceutical Care LA FARMACOTERAPIA


Publicación Académica de la Facultad de Farmacia
de la Universidad de Costa Rica
Pharmaceutical Care La Farmacoterapia . 2012;1(2):28-39.

Continuación tabla 1. Composición, propiedades y cuidados de cristaloides y coloides.

Cristaloides
Producto Composición Distribución Concentración Indicación Cuidados
Solución DACA Dextrosa 10 g/L LEC Osmolalidad: -Deshidratación Uso de preferen-
(Dextrosa 1%, 133 mEq Na+/L 348,9 mOsm/L grave, hipovo- cia en adultos.
NaCl 0,5%, KCl 98,88 mEq Cl- /L Tonicidad: lemia o shock Tomar en cuenta
0,1%, Acetato 13,41 mEq K+ /L 279,8mOsm/L reversible. el contenido de
de Sodio 0,65%, 47,77 mEq HCO3- (Isotónica) -Deshidratación potasio en caso
agua) /L hiponatrémica de que se le ad-
sintomática para ministre potasio
completar la en otra solución
hidratación en
adultos
Solución 90 Dextrosa 20 g/L LEC Osmolalidad: Deshidratación Uso de preferen-
(Dextrosa 2%, 89,22 mEq Na+/L 329,83 mOsm/L grave, hipovo- cia en niños.
NaCl 0,35%, KCl 80 mEq Cl- /L Tonicidad: lemia o shock Tomar en cuenta
0,15%, Acetato 20 mEq K+ /L 280,3 mOsm/L reversible para el contenido de
de Sodio 0,4% y 29,4 mEq HCO3- completar la potasio en caso
agua) /L hidratación en de que se le ad-
niños ministre potasio
en otra solución

Albúmina Es considerada no inmunogénica, pero es costosa. Duración de la expansión del volumen a am-
bas concentraciones es de menos de 24 horas. Indicada para expansión de volumen en shock
hipovolémico, hipoproteinemia, falla hepática y como diluyente de la sangre antes de cirugía de
bypass cadiopulmonar.
No se deben usar más de 250 g en 48 horas. Está contraindica en pacientes con hipersensibilidad
a la albúmina y pacientes con anemia severa o falla cardíaca.
Se pueden diluir con NaCl o Dextrosa al 5%.
Contienen de 130 a 160 mEq de sodio por lo que se consideran isotónicas con el plasma
Albúmina 5% Usar en pacientes hipovolémicos.
500 mL infundidos equivalen aproximadamente a 500 mL de expansión intravascular.
La dosis para shock es de 500 mL infundidos tan rápido como el paciente pueda tolerarlo y repetir
cada 30 minutos. Una vez que el plasma esté cerca de lo normal la tasa no debe exceder los 2 a
4 mL/min. Para hiperproteinemia la tasa no debe superar de 5 a 10 mL/min
Albúmina 25% Usar en paciente donde el consumo de sodio y líquidos está restringido.
100 mL infundidos equivalen aproximadamente a 500 mL de expansión intravascular. Presión
oncótica 5 veces mayor a la del plasma normal (100 mmHg).
En caso de shock se debe administrar y una vez que el paciente esté cercano al valor de plasma
normal no se debe superar la administración de 1 mL/minuto. Para hiperproteinemia la tasa no
debe superar 2 a 3 mL/minuto
Fuente: Briceño, 2009; Fukagawa M, et al, 2008; Kristeller JL, et al, 2010

33

Revista Pharmaceutical Care LA FARMACOTERAPIA


Publicación Académica de la Facultad de Farmacia
de la Universidad de Costa Rica
Chaverri Fernández JM, Díaz Madriz JP, Cordero García E Artículo de Revisión

Continuación tabla 1. Composición, propiedades y cuidados de cristaloides y coloides.

Cristaloides
Producto
Dextran 40 Con bajo peso molecular este coloide expande en una o dos veces la cantidad que es infundida.
10% Está indicada para reposición de fluidos, tratamiento de shock por déficit de volumen por que-
maduras, traumas, hemorragias y cirugías.
Además se utiliza profilácticamente para pacientes con cirugías con alta probabilidad de provocar
una trombosis.
Este producto está contraindicado en pacientes con falla cardíaca, hepática o renal. Puede pro-
longar el tiempo de sangrado.
Para shock o expansión de volumen se administran 500 a 1000 mL a una tasa de 20 a 40 mL/
min inicialmente, luego pasar a 10 mL/kg/día. No se debe utilizar por más de 5 días y la cantidad
máxima diaria es de 20 mL/kg/día
Osmolalidad de 255 mOsm/L
Dextran 70 Está indicada en tratamiento de emergencia de shock hipovolémico. Se debe utilizar solo cuando
6% no es posible una transfusión sanguínea o cuando la situación es tan crítica que no hay tiempo
para determinar el tipo de sangre del paciente.
Tiene las mismas contraindicaciones del Dextran 40.
Para shock o expansión de volumen se administran 500 a 1000 mL a una tasa de 20 a 40 mL/min
y la cantidad máxima diaria es de 20 mL/kg/día.
Osmolalidad de 309 mOsm/L
Hetastarch 6% Solución coloidal sintética.
Almidón hidroxietil 500 mL infundidos equivalen a una expansión de 500 mL. Similar al glucógeno.
al 6% Indicado en shock hipovolémico. Para hemorragias y expansión de volumen se puede administrar
500 a 1000 mL o 20 mL/kg/día en un máximo de 1500 mL/día.
Cuando el aclaramiento de creatinina sea menor a 10 mL/min la dosis inicial se mantiene, pero las
dosis siguientes de disminuyen de un 25 a 50% de la dosis normal.
Contraindicado en hipersensibilidad al almidón, falla renal y cualquier condición con exceso de
retención de fluidos. No sustituye la sangre ni sus componentes.
Isotónico, aproximadamente 310 mOsm/L
Glóbulos rojos Se administran si los niveles de hemoglobina son menores a 6,5 – 9 g/mL, aunque no hay un
empacados valor determinado. Un paquete de 250 mL de glóbulos rojos empacados aumentan de 1,5 a 2 U
de hemoglobina
* Corregida por coeficiente osmótico de 0,93 (sales no se disocian completamente en solución)
Fuente: Briceño, 2009; Fukagawa M, et al, 2008; Kristeller JL, et al, 2010

34

Revista Pharmaceutical Care LA FARMACOTERAPIA


Publicación Académica de la Facultad de Farmacia
de la Universidad de Costa Rica
Pharmaceutical Care La Farmacoterapia. 2012;1(2):28-39.

Un método común para estimar el volumen diario de fluidos Sodio (Na+)


que debe recibir un paciente adulto se establece sumán-
dole a 1500 mL, 20 mL por cada kilogramo de peso arriba El sodio es el principal catión en el LEC y es responsable
de los 20 kg. De esta manera, un paciente de 60 kg debería mayoritariamente de la retención de líquidos y la osmolali-
recibir 2300 mL en un día. Es necesario adicionar cloruro dad, y es muy importante para la actividad neuromuscular.
de potasio (KCl) para cumplir con las demandas diarias de Los niveles de este electrolito en el cuerpo son regulados
potasio y evitar el descenso rápido de sus niveles en san- por los riñones y por la influencia de la aldosterona. El re-
gre. La cantidad de KCl usual es de 20 a 40 mEq por día, querimiento diario de sodio es de 2 a 4 gramos (5).
aunque se debe ajustar a la necesidad de cada paciente.
Un fluido típico utilizado en terapia de mantenimiento es la Hiponatremia
combinación de dextrosa al 5% y cloruro de sodio al 0,45%
(6). La hiponatremia se refiere a una concentración de sodio
menor a 135 mEq/L. Cuando el nivel de sodio sérico se
Desórdenes electrolíticos encuentra entre 125 y 135 mEq/L se habla de hiponatre-
mia leve, mientras que cuando la concentración es inferior
Los electrolitos son compuestos que al estar en solución a 125 mEq/L se habla de hiponatremia severa (1,18).
tienen la capacidad de conducir corriente eléctrica y formar
partículas conocidas como iones con carga positiva (catio- Es importante recalcar que la concentración depende de la
nes) o negativa (aniones). Estos electrolitos se distribuyen relación del volumen del LEC y la cantidad de sodio, por lo
en diferentes cantidades tanto en el LIC, como en el LEC tanto una cantidad de sodio normal, alta o baja puede re-
(ver tabla 2) (5). sultar en una concentración baja dependiendo del volumen
existente. Este desorden electrolítico se descubre normal-
Tabla 2. Distribución de los electrolitos en los compartimien- mente por exámenes de laboratorio de rutina y se puede
tos mayores del cuerpo asociar a una tonicidad baja, normal o elevada (1,18).

Hiponatremia hipotónica
Electrolito Valores Valor nor- Conversión
Normales mal en LIC En la hiponatremia hipotónica la concentración de sodio en
en Plasma el LEC es menor que la del LIC. En esta condición se da
Na+ 135 – 145 12 mEq/L 23 mg= 1 una expansión del LIC por un movimiento de líquido hacia
mEq/L mEq la zona más concentrada (1,3,18). Este tipo de hiponatre-
K+ 3,5 – 5 150 mEq/L 39 mg = 1 mia se clasifica, según el volumen en el LEC y la cantidad
de sodio, en hipovolémica, euvolémica e hipervolémica, es
mEq/L mEq
decir que a pesar de que haya una expansión en el LIC en
Ca2+ 8,5 – 10,5 0,0004 mg/ 40 mg = todos los casos y la concentración de sodio sea baja, el
mg/dL dL 1mmol volumen en el LEC puede estar en tres estados diferentes
Mg2+ 1,6 – 3 mg/ 28,8 mg/dL 24 mg = 1 (1,3,18).
dL mmol
Hiponatremia hipotónica hipovolémica
Cl- 98 – 107 5 mEq/L 35 mg = 1
mEq/L mEq La hipovolemia se define como un volumen disminuido en
Fuente:Sue DY, et al, 2008; Koeppen BM, et al, 2006 el espacio intravascular, aunque normalmente el LEC tam-
bién se encuentra disminuido o contraído (contracción hi-
El mantenimiento de los electrolitos dentro de su rango potónica). En este caso la cantidad de sodio es baja y es lo
normal de concentración permite un funcionamiento adec- que lleva a que el volumen del LEC esté disminuido. Ante
uado del organismo. Distintas patologías son capaces de esta disminución, se presenta un aumento de la hormona
provocar variaciones en las concentraciones de electrolitos antidiurética (HAD) que incrementa la sed y el consumo de
y llevar a consecuencias importantes que incluso pueden fluidos (1,3,18). Esta condición se puede presentar por dé-
poner en peligro la vida de los pacientes. Los desórdenes ficit en la ingesta de sodio, insuficiencia adrenal, nefropatías
electrolíticos relacionados con el sodio, potasio, calcio y con pérdidas de sales, uso de diuréticos tiazídicos, pérdidas
magnesio, son comúnmente asociados a emergencias car- de fluidos gastrointestinales y en el periodo postoperatorio
diovasculares y del sistema nervioso central, que son las agudo. En este desorden electrolítico es común encontrar
que se presentan más comúnmente en estancias hospital- disminución de la presión ortostática (3).
arias (17).

35

Revista Pharmaceutical Care LA FARMACOTERAPIA


Publicación Académica de la Facultad de Farmacia
de la Universidad de Costa Rica
Chaverri Fernández JM, Díaz Madriz JP, Cordero García E Artículo de Revisión

Hiponatremia hipotónica isovolémica anteriormente descritos y se presenta además, dificul-


tad para mantener el equilibrio.
En este tipo de hiponatremia, el volumen del LEC es normal
o un poco alto y la cantidad sodio es cercana a la normali- • Hiponatremia severa: Delirio, edema cerebral, dolor de
dad, por lo que se da un efecto de dilución. Este problema cabeza, convulsiones, herniación cerebral, paro respi-
se da ante una ingesta excesiva de agua, por hipotiroid- ratorio, coma y muerte (7).
ismo, deficiencia de cortisol, liberación de HAD por dolor
o náuseas y por el síndrome de secreción inapropiada de En caso de que se dé una corrección muy rápida de la hi-
hormona antidiurética (SSIHAD), que representa aproxima- ponatremia puede presentarse la mielinolisis pontina cen-
damente 60% de todos los tipos de hiponatremia crónica tral, que provoca un daño irreversible en el cerebro. Esta
(7). condición es más riesgosa conforme el paciente pasa más
tiempo en estado de hiponatremia y el riesgo es aun mayor
Hiponatremia hipotónica hipervolémica en estados de hiponatremias crónicas (1,4,6,18,19). Adi-
cionalmente, la hiponatremia crónica se ha asociado con
En la hipervolemia, el volumen del espacio intravascular dificultad para caminar, caídas, disminución de la densidad
está aumentado o expandido (expansión hipotónica) y es mineral ósea y por lo tanto aumento del riesgo de fracturas.
por esto que esta condición se relaciona con edema en Los pacientes con hiponatremia crónica tienen sintoma-
el espacio extracelular. En este desorden electrolítico se tología similar a la de pacientes con altos niveles de alco-
presenta una retención importante de sodio, que causa un hol en sangre. Una de las principales causas podrías ser el
aumento del LEC capaz de llevar a una concentración de uso de inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina
sodio disminuida. El aumento del sodio es provocado por (ISRS) (7).
patologías como falla cardíaca, cirrosis, estados hiperpro-
teinémicos y síndrome nefrótico (1,3,7,18). Tratamiento

Hiponatremia isotónica Como se mencionó anteriormente, en el tratamiento de la


hiponatremia se debe evitar la corrección rápida, y tratar de
Se observaba en pacientes con severa hipertrigliceridemia corregir el desorden subyacente.
o hiperproteinemia. Se considera esta situación como una
pseudohiponatremia (1,6). Al ser un desorden electrolítico que se presenta de distintas
maneras, el tratamiento contempla varias alternativas.
Hiponatremia hipertónica
• Si la hiponatremia es asintomática y leve, no requiere
Se tiende a presentar por la administración por vía intrave- de tratamiento o se aborda con NaCl 0.9%. (1,18).
nosa de manitol, uso de agentes de contraste radiopacos y
principalmente por hiperglicemia. Al aumentar la cantidad • Si se presenta una contracción de volumen extracelu-
de glucosa, se adiciona una gran cantidad de moléculas os- lar, se debe corregir el sodio mediante una preparación
móticamente activas al espacio extracelular, que provocan isotónica como cloruro de sodio al 0,9%. Con este trata-
que el agua intracelular salga con el objetivo de equilibrar el miento se remueve el estímulo hemodinámico para la
gradiente osmótico. Tras lo anterior, la osmolalidad aumen- liberación de HAD, permitiendo la excreción del agua
ta en el cuerpo, pero la concentración de sodio plasmático (1,18).
cae por la cantidad adicional de fluidos. Es una situación
que puede ser confundida con un exceso del agua corporal • En caso de que la hiponatremia esté asociada con un
total (ACT), cuando en realidad hay una disminución. Se estado edematoso se recomienda la restricción de con-
dice que el sodio en el plasma baja 1,4 mEq/L por cada 100 sumo de sodio y agua. Se debe promover la pérdida
mg/dL de aumento de la glucosa sanguínea (1,6). de agua en exceso mediante el uso de un diurético
de asa, más un reemplazo de la proporción de sodio
Síntomas y complicaciones de la hiponatremia perdido para asegurar la excreción de agua neta (1,18).

Los síntomas de la hiponatremia son, en su mayoría, de • En SSIADH se recomienda restricción de fluidos intra-
tipo neurológico. Los pacientes pueden no presentar sínto- venosos en un 50 a un 60% de lo estimado para un día,
mas o hasta presentar coma y muerte (7,17). con el problema de que el aumento de la concentración
sucede lentamente. Se pueden usar sales hipertónicas
• Hiponatremia leve: Dolor de cabeza, náuseas, vómito, sumadas a furosemida, pero el efecto de este trata-
fatiga, confusión, anorexia, calambres, reflejos dis- miento es temporal (1,18). Otra opción son los antago-
minuidos. nistas del receptor de arginina vasopresina conocidos
como vaptans, los cuales promueven la excreción de
• Hiponatremia moderada: Se mantienen los síntomas
36

Revista Pharmaceutical Care LA FARMACOTERAPIA


Publicación Académica de la Facultad de Farmacia
de la Universidad de Costa Rica
Pharmaceutical Care La Farmacoterapia . 2012;1(1):28-39.

agua libre por el riñón y a la vez conservan electrolitos. El • Diuresis osmótica: Se da por hiperglicemia y glicos-
conivpatan y el tolvaptan están aprobados por la FDA, y uria en pacientes con diabetes mellitus mal controlada.
resultan efectivos en el tratamiento de la causa de fondo, También se presenta ante el uso de manitol por vía in-
sin embargo se necesitan más estudios y experiencia clíni- travenosa y una producción endógena aumentada de
ca para determinar con certeza en que pacientes son real- urea (1,17,18).
mente útiles (19).
• Diabetes insípida: En esta patología se provoca hip-
En cuanto a la tasa de corrección, se tomará en cuenta ernatremia secundaria a una pérdida no osmótica de
la condición neurológica del paciente. En pacientes asin- agua libre y se presenta como diabetes insípida cen-
tomáticos, la concentración plasmática de sodio no de- tral donde hay una disminución de la liberación de
bería de aumentarse en más de 0,5 a 1,0 mEq/L/h y no HAD y como diabetes insípida nefrogénica donde la
en menos de 10-12 mEq/L durante las primeras 24 horas disminución es en la efectividad de HAD. La diabetes
y 18 mEq en 48 horas (17,19). En casos más severos, insípida central se puede dar por trauma en la cabeza,
la corrección puede ser más rápida y con soluciones más cirugías, tumor en la pituitaria y aneurismas, mientras
concentradas. En hiponatremia severa sintomática se debe que la diabetes insípida nefrogénica puede darse por el
utilizar una solución salina hipertónica al 3%. En este caso, uso de litio, enfermedad túbulo intersticial, hipocalce-
la concentración plasmática de sodio debe ser aumentada mia e hiperkalemia (1,17,18).
de 1 a 2 mEq/L/h en las primeras 3 a 4 horas, y el aumento
máximo no debe superar los 12 mEq/L durante las primeras Síntomas y complicaciones
24 horas (18). La siguiente fórmula permite realizar una es-
timación del déficit de sodio en hiponatremia (17). La hipernatremia afecta principalmente al cerebro, ya que
la adición de solutos en el compartimiento extracelular pro-
voca una salida de agua hacia esta zona, encogiendo las
células. Lo anterior puede llevar a estado mental alterado,
pensamiento irracional y pérdida de la conciencia. Además,
Hipernatremia se pueden presentar debilidad, irritabilidad, coma y convul-
siones (1,18,20). Los síntomas sugestivos de pérdida exce-
La hipernatremia se define como una concentración sérica siva de agua son hipotensión, taquicardia y oliguria (1,18).
mayor a 145 mEq/L. A diferencia de la hiponatremia, siem- Una historia de poliuria y nocturia es importante para es-
pre está asociada a una tonicidad aumentada, donde la os- tablecer un diagnóstico de hipernatremia por diabetes in-
molalidad del plasma es superior a 300 mOsm/kg. La toni- sípida (1,18).
cidad aumentada provoca una contracción del volumen del
líquido intracelular, ya que el agua se mueve hacia el espa- Tratamiento
cio extracelular para mantener el equilibrio osmótico (1,3).
Inicialmente, por la hiperosmolaridad del paciente, se debe
Esta condición se presenta ocasionalmente cuando se da calcular el déficit de la cantidad de agua. Lo cual se hace
la administración de una cantidad elevada de solutos en mediante la siguiente fórmula (18):
forma concentrada, como por administración de soluciones
salinas hipertónicas y de soluciones hipertónicas de bicar-
bonato de sodio (1,17,18).
*El ACT se estima multiplicando el peso del paciente en kg por 0,5 en
También se puede presentar con un consumo insuficiente
mujeres y 0,6 en hombres
de agua. El consumo mínimo diario es aproximadamente
de 600 a 700 mL que se suman a 500 o 600 mL que cor- Según la pérdida encontrada, se administran los líquidos
responden al aporte de agua que se genera del metabo- por vía oral, sonda nasogástrica o por vía intravenosa con
lismo, lo cual es suficiente para afrontar las pérdidas diarias dextrosa al 5% (18). La tasa de corrección en la hiperna-
aproximadas de 1170 mL (1,17,18). tremia también es muy importante. En este desorden, las
células cerebrales realizan una adaptación osmótica con
Además, se presenta ante pérdidas excesivas de agua libre
el fin de restaurar el volumen celular normal, aumentando
por vía renal o por diarrea, fiebre, sudoración y esfuerzo
rápidamente la cantidad de iones inorgánicos a expensas
excesivo en climas calientes (1,17,18).
de la función celular. Si se hace una corrección rápida de la
Las pérdidas renales se presentan por: hipernatremia se corre el riesgo de producir edema cerebral
(1). La recomendación es corregir la hipernatremia en no
• Medicamentos: diuréticos de asa y solutos isoosmóti- más de 12 mEq/L/día o 0,5 mmol/L/hora, aunque esto no
cos (1,18). es necesario en pacientes que tienen poco tiempo de tener
el desorden electrolítico (1). En la hipernatremia asociada
37

Revista Pharmaceutical Care LA FARMACOTERAPIA


Publicación Académica de la Facultad de Farmacia
de la Universidad de Costa Rica
Chaverri Fernández JM, Díaz Madriz JP, Cordero García E Artículo de Revisión

• Diabetes insípida nefrogénica: mantener una dieta baja 10. C.C.S.S, Lista Oficial de Medicamentos (LOM)
en sodio más un diurético tiazídico, antiinflamatorios no 2010.
esteroideos (AINES) que potencian la acción de la HAD
y el amiloride que puede ser útil para pacientes que 11. Perel, P., Roberts I., and Pearson M. Colloids ver-
usan litio (1,18). sus crystalloids for fluid resuscitation in critically ill patients
(Review). CLIB, 2009; 3.
• Diabetes insípida central: se utilizan productos con HAD
sintética, como vasopresina acuosa (5 -10 unidades bid 12. Pizarro, D., Dengue, Dengue Hemorrágico. A.P.C.,
o tid, SC) o desmopresina acetato, que no tiene efecto 2009; 21(1): 8-17.
vasopresor pero sí actividad de HAD (IV, SC, 2 – 4 mcg/
día o spray nasal). Además, también se recomienda el 13. Casal, F.G., et al. Guias para el manejo clínico de
uso de AINES, diuréticos tiazídicos con dieta hiposódi- la enfermedad diarreica aguda. 2009; Disponible en: http://
ca y otros medicamentos que potencian la HAD como www.binasss.sa.cr/libros/diarreica.pdf
la clorpropamida, clofibrato y la carbamacepina (1,18).
14. Information, D.M.C.M. 2003 [cited 2011 27/07];
En la parte II de esta revisión bibliográfica, se continuará Baxter Healthcare Corporation]. Disponible en: http://dai-
abordando los diferentes electrolitos y las alteraciones aso- lymed.nlm.nih.gov/dailymed/drugInfo.cfm?id=2881.
ciadas con ellos.
15. Josephson, D. Blood and Blood Products Admin-
Referencias istration in Intravenous Infusion Therapy for Nurses. Prin-
ciples & Practice. Segunda Edición. New York: Thomson;
1. Sue, D.Y. and Bongard F.S. Fluid, Electrolytes, & 2004. p. 412-454.
Acid/Base. Current, Diagnosis & Treament. Primera Edición.
New York: McGraw Hill; 2008. p. 14-71. 16. Lacy, C., Armstrong L., and Lance L. Lexi-Comp´s
Drug Information Handbook. 2010-2011. Ohio: Lexi-Comp;
2. Koeppen, B.M. and Stanton, B.A. Sistema Renal. 2010.
In: Berne y Levy. Fisiología. Quinta Edición. Madrid: Else-
vier; 2006. p. 511-553. 17. American Heart Association Guidelines for Cardio-
pulmonary Resuscitation and Emergency Cardiovascular
3. Briceño, L.F. Principios de Fluidoterapia. Utilización Care: Part 10.1: Life-Threatening Electrolyte Abnormalities.
Clínica de soluciones parenterales. Segunda Edición (Ter- J Am Heart Assoc. 2005; 112
cera reimpresión). San José: EDNASS; 2009.
18. Fauci, A., Braunwald, E., Kasper, D., Hauser, S.,
4. Fukagawa, M., Kurokaw K., and Papadakis M. Flu- Longo, D., et al. Harrison Principios de Medicina Interna.
id & Electrolyte Disorders. Current Medical. Diagnosis & Vigésima Edición. Estados Unidos: Mc Graw Hill; 2011
Treatment. Edición Cincuenta y Dos. New York: McGraw
Hill LANGE; 2008. p.870-897 19. Theresa, H., Current Therapeutic Options for Hy-
ponatremia: Indications, Limitations, and Confounding Vari-
5. Kee, J.L., Paulanka, B.J. and Polek, C. Handbook ables. Pharmacotherapy. 2011; 31(5 Pt 2): 18S-24S.
of fluid, electrolyte , and acid-base imbalances. Tercera
Edición. Nueva York; DELMAR CENGAGE; 2010. 20. Graham, S., et al., Implementation of a High Alert
Medication Program. The Perm J. 2008; 12(2).
6. Kristeller, J.L. Fluids, electrolytes, and nutrition. In
The Phamacotherapy Preparatory Course. Primera Edición. 21. ACLS advisor. Curr Clinicl Strat Pub, 2011.
EEUU: Continuing Pharmacy Education. 2010; I61-96.
22. Joint Comission International and World Health
7. Patterson, J.H., The Impact of Hyponatremia. Phar- Organization. Control of Concentrated Electolyte Solutions.
macotherapy 2011; 31(5 Pt 2): 5S-8S. Patient Safety Solutions. 2007; 1(5).

8. Charfen, M.A. and Fernández-Frackelton M. Dia- 23. Velez, E., et al., Proteína relacionada con la hor-
betic Ketoacidosis. Emerg Med Clin N Am 2005; 23: 609- mona paratiroidea: efectos autocrinos y paracrinos en los
628. vasos sanguíneos y en el glomérulo renal. Endocrinol Nutr.,
2000; 47(3): 89-92.
9. Sharon, M. Principles of Parenteral Fluid Adminis-
tration. Plumer´s principles & practice of intravenous thera- 24. Dowling, T., Quantification of Renal Function. In
py. Octava Edición. Estados Unidos: Lippincott Williams & Pharmacotherapy: A Pathophysiological Approach. Octava
Wilkins; 2007. Edición. New York: McGraw Hill; 2008. p. 705 - 908.
38

Revista Pharmaceutical Care LA FARMACOTERAPIA


Publicación Académica de la Facultad de Farmacia
de la Universidad de Costa Rica
Pharmaceutical Care La Farmacoterapia. 2012;1(2):28-39.

25. Zaloga, G. and B. Chernow, Hypocalcemia in Criti- Agradecimientos


cal Illness. The J Am Med Assoc, 1986; 256(14): 1924-1929.
Al Hospital Clínica Bíblica y a todo su personal por la ac-
26. Cholst, I., et al., The influence of hypermagnesia cesibilidad y facilidades para tener la oportunidad de poner
on serum calcium and parathyroid hormone levels in New en práctica lo aprendido durante la realización de esta in-
England Journal of Medicine, 1984; 310(19): 1221-1225. vestigación. Especialmente a la Dra. Jessica Taborga y al
Dr. Esteban Zavaleta Monestel.
27. Practices, I.f.S.M. ISMP’s List of High-Alert Medi-
cations. 2008; Disponible en: http://www.ismp.org/tools/ Apoyo financiero
highalertmedications.pdf.
Ninguno de los autores contó con ningún tipo de financia-
28. Rhoney, D.H., Cost and Resource Allocation Issues miento por parte de terceros durante la realización de la
in Managing Hyponatremia: The Pharmacist´s Role. The presente revisión bibliográfica.
Pharmacotherapy, 2011; 31(5 Pt 2): 25S-30S.
Declaración de conflicto de intereses
29. Kohn, L., J. Corrigan, and M. Donaldson, To err is
human: building a safer health system., Primera Edición. Los autores del presente documento declaran no tener
Washington: Institute of Medicine. 2000. p.26-65 conflictos de intereses en particular que puedan afectar la
credibilidad del artículo.
30. Koczmara, C. High Alert Medications: No Room for
Errors. 2003; Disponible en: http://www.ismp-canada.org/
download/hnews/HNews0308.pdf.

31. Memphis Hospitals. High Risk Medications Meth-


odist Healthcare 2004 [citado 2011 30/5]; Disponible en:
http://www.methodistmd.org/pdf/highriskmeds.pdf.

32. Kirschling, T., The Handbook of Storing & Securing


Medications. Segunda Edición. Estados Unidos: Joint Com-
mission Resources; 2009. Pág.71-118

33. The Cleveland Clinic Foundation. In Adult IV Medi-


cations Manual. Primera Edición. 2004.

39

Revista Pharmaceutical Care LA FARMACOTERAPIA


Publicación Académica de la Facultad de Farmacia
de la Universidad de Costa Rica
Medicina Intensiva 46S1 (2022):1-13

ISSN: 0210-5691
Sociedad Española
de Medicina Intensiva, Crítica
y Unidades Coronarias
Federación Panamericana
e Ibérica de Sociedades
de Medicina Crítica Incluida en:
y Terapia Intensiva Index Medicus/MEDLINE

Volumen 34, Número 5. Junio-Julio 2010 EMBASE/Excerpta Medica

medicina intensiva
SCOPUS

Editorial Descontaminación: un tratamiento sin


indicaciones
Diagnóstico precoz del fracaso renal agudo E. Palencia Herrejón y P. Rico Cepeda
M. Rodríguez López y A. Roglan Piqueras 334
291
Revisión
Originales
www.fepimcti.org Hemofiltración de alto volumen en shock
Concordancia en pacientes críticos entre las séptico
ecuaciones diseñadas para la estimación C.M. Romero, P. Downey y G. Hernández
del filtrado glomerular y el aclaramiento de 345
creatinina en orina de 24h
G. Seller-Pérez, M.E. Herrera-Gutiérrez, Nota clínica
E. Banderas-Bravo, R. Olalla-Sánchez,
www.semicyuc.org R. Lozano-Sáez y G. Quesada-García Hiperinfección por Strongyloides stercoralis
294 J. Llagunes, E. Mateo, J.J. Peña, P. Carmona y
J. de Andrés
Sincronía auriculo-ventricular en pacientes 353
portadores de marcapasos con estimulación
VDD. Estudio descriptivo de un periodo de Cartas al Director
14 años
A. Canabal Berlanga, M. Sánchez Casado, Administración accidental de dosis tóxicas
J.M. Díaz Borrego, A. Raigal Caño y de adrenalina intravenosa a un lactante de
P. Sánchez Rodríguez 5 meses
303 M.S. Holanda Peña, J.L. Teja Barbero,
J. Velasco Montes y M. López Sánchez
Síndrome de Distrés Respiratorio Agudo, 357
durante la pandemia de Influenza A H1N1
2009 en Ecuador Diagnóstico tardío de un caso de porfiria
G. Paredes y C. Cevallos aguda intermitente en una unidad de
310 cuidados intensivos
A.J. Betbesé, L. Zapata, C. Martínez-Brú y
Puesta al día: El enfermo crítico con C. Herrero
infección grave 358
Neumonía asociada a la ventilación Muerte encefálica aparente tras sobredosis
mecánica de baclofén
E. Diaz, L. Lorente, J. Valles y J. Rello R. Salas De Zayas, F. San José Pacheco,
318 C. Dolera Moreno y L. Zoila Peiró
359
Debates en Medicina Intensiva:

www.medintensiva.org
Empleo de Descontaminación Imágenes en Medicina Intensiva
Digestiva Selectiva
Embolia aérea pulmonar como complicación
Pro descontaminación selectiva de punción venosa central
M. Sánchez García J. Bayón, M. Martín e I. Lozano
325 360

Actividad acreditada
en base a la encomienda de gestión concedida por los Ministerios
de Educación, Cultura y Deporte y de Sanidad y Consumo
ciales de Médicos con
2,1 créditos equivalentes a 10 horas lectivas. COMISIÓN
DE FORMACIÓN
www.elsevier.es/medintensiva www.formacion.elsevier.es/medicinaintensiva CONTINUADA DEL SNS

5(68&,7$&,Ð1'(/3$&,(17(&216(36,6<SHOCK6e37,&2

Fisiopatología del shock séptico

Luis Chiscano-Camóna,b,c, Erika Plata-Menchacaa,b, Juan Carlos Ruiz-Rodrígueza,b,c


y Ricard Ferrera,b,c,*

a
Servicio de Medicina Intensiva, Hospital Universitario Vall d’Hebron, Barcelona, España
b
Grupo de Investigación Sepsis Organ Dysfunction and Resuscitation (SODIR), Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR),
Hospital Universitari Vall d’Hebron, Barcelona, España
c
Departament de Medicina. Universitat Autònoma de Barcelona. Barcelona. España

PALABRAS CLAVE Resumen La sepsis y el shockVpSWLFRVRQHOUHVXOWDGRGHXQDUHVSXHVWDLQDGHFXDGDGHOKXpVSHG


Sepsis; DXQDLQIHFFLyQORTXHSURGXFHGLVIXQFLyQRUJiQLFD/DSURJUHVLyQGHHVWDDIHFFLyQVHPDQLÀHVWD
Shock séptico; SRUODDSDULFLyQGHHVWDGLRVFOtQLFRVVXFHVLYRVGHULYDGRVGHODUHVSXHVWDLQÁDPDWRULDVLVWpPLFD
Respuesta VHFXQGDULDDODDFWLYDFLyQGHGLIHUHQWHVPHGLDGRUHVLQÁDPDWRULRVTXHFRQGXFHQDODGLVIXQFLyQ
LQÁDPDWRULD RUJiQLFD+D\JUDQFDQWLGDGGHHYLGHQFLDVREUHHOSDSHOGHODHQGRWR[LQDHQODSDWRJpQHVLVGHOD
Citocina; VHSVLV\HOSDSHOIXQGDPHQWDOTXHWLHQHHQHOLQLFLRGHODUHVSXHVWDLQÁDPDWRULDHQODVHSVLVFDX-
Endotelio; VDGDSRUPLFURRUJDQLVPRV*UDPQHJDWLYRV/DDFWLYDFLyQGHODFDVFDGDGHFRDJXODFLyQHQORVSD-
Endotoxina; FLHQWHVFRQVHSVLVHVSDUWHGHODUHVSXHVWDLQPXQLWDULDDGDSWDWLYDGHOKXpVSHGDODLQIHFFLyQ(O
0LFURFLUFXODFLyQ HQGRWHOLRHVHOEODQFRSULQFLSDOHQODVHSVLVHOFXDOHVPHWDEyOLFDPHQWHDFWLYR\SXHGHUHVSRQGHU
DGLYHUVRVHVWtPXORVÀVLROyJLFRV\SDWROyJLFRV DFWLYDFLyQHQGRWHOLDO $GDSWDUORVWUDWDPLHQWRVD
SDFLHQWHVHVSHFtÀFRVHVXQDHVWUDWHJLDREOLJDGD\SHUVRQDOL]DGDSDUDFHQWUDUVHHQODFRKHUHQFLD
KHPRGLQiPLFD/DLQYHVWLJDFLyQIXWXUDGHEHUHVSRQGHUDVLODVHVWUDWHJLDVGLULJLGDVDUHFOXWDU
PLFURFLUFXODFLyQSXHGHQPHMRUDUORVGHVHQODFHVFOtQLFRVGHORVSDFLHQWHV
‹(OVHYLHU(VSDxD6/8\6(0,&<8&7RGRVORVGHUHFKRVUHVHUYDGRV

KEYWORDS Pathophysiology of septic shock


Sepsis;
6HSWLFVKRFN
Abstract 6HSVLVDQGVHSWLFVKRFNUHVXOWIURPDQLQDGHTXDWHKRVWUHVSRQVHWRDQLQIHFWLRQ
,QÁDPPDWRU\
ZKLFKFDXVHVRUJDQG\VIXQFWLRQ7KHSURJUHVVLRQRIWKLVFRQGLWLRQLVPDQLIHVWHGE\WKHRFFX-
UHVSRQVH
UUHQFHRIVXFFHVVLYHFOLQLFDOVWDJHVUHVXOWLQJIURPWKHV\VWHPLFLQÁDPPDWRU\UHVSRQVHVHFRQ-
&\WRNLQH
GDU\WRWKHDFWLYDWLRQRIGLIIHUHQWLQÁDPPDWRU\PHGLDWRUVOHDGLQJWRRUJDQG\VIXQFWLRQ7KHUH
(QGRWKHOLXP
LVDKLJKEXUGHQRIHYLGHQFHRQWKHUROHRIHQGRWR[LQLQWKHSDWKRJHQHVLVRIVHSVLVDQGLWVFUXFLDO
Endotoxin;
UROHLQWULJJHULQJWKHLQÁDPPDWRU\UHVSRQVHLQVHSVLVFDXVHGE\JUDPQHJDWLYHEDFWHULD7KH
0LFURFLUFXODWLRQ
FRDJXODWLRQFDVFDGHDFWLYDWLRQLQVHSVLVSDWLHQWVLVSDUWRIWKHKRVW·VDGDSWLYHLPPXQHUHVSRQVH
WRLQIHFWLRQ7KHHQGRWKHOLXPLVWKHPDLQWDUJHWLQVHSVLVZKLFKLVPHWDEROLFDOO\DFWLYHDQGFDQ

$XWRUSDUDFRUUHVSRQGHQFLD
Correo electrónico:UIHUUHU#YKHEURQQHW 5)HUUHU 

https://doi.org/ 10.1016/j.medin.2022.03.017

0210-5691/ © 2022 Elsevier España, S.L.U. y SEMICYUC. Todos los derechos reservados.
 /&KLVFDQR(3ODWD0HQFKDFD-&5XL]5RGUtJXH]HWDO

UHVSRQGWRYDULRXVSK\VLRORJLFDODQGSDWKRORJLFDOVWLPXOL$GDSWLQJWUHDWPHQWVWRVSHFLÀFSD-
WLHQWVZLOOEHDPDQGDWRU\DQGSHUVRQDOL]HGVWUDWHJ\WRIRFXVRQ´KHPRG\QDPLFFRKHUHQFHµ
)XWXUHUHVHDUFKVKRXOGDQVZHUZKHWKHUVWUDWHJLHVWRUHFUXLWPLFURFLUFXODWLRQFDQLPSURYHFOLQL-
FDORXWFRPHV
‹(OVHYLHU(VSDxD6/8\6(0,&<8&$OOULJKWVUHVHUYHG

Introducción TXHFRQGXFHQDGLVIXQFLyQRUJiQLFD2 (ÀJXUD (VWRLQFOX\H


GLIHUHQWHVSURFHVRVÀVLROyJLFRVFRPRODDFWLYDFLyQGHGLIH-
La sepsis y el shockVpSWLFRVRQHOUHVXOWDGRGHODUHVSXHVWD UHQWHVOtQHDVFHOXODUHV PRQRFLWRVPDFUyIDJRVQHXWUyÀORV
LQDGHFXDGDGHOKXpVSHGDXQDLQIHFFLyQTXHRFDVLRQDGLV- FpOXODVHQGRWHOLDOHVSODTXHWDV ODSURGXFFLyQORFDO\VLVWp-
IXQFLyQGHXQRRPiVyUJDQRV1/DUHVSXHVWDLQÁDPDWRULDHQ PLFDGHFLWRFLQDVODHVWLPXODFLyQGHODFDVFDGDGHSURWHt-
ODPD\RUtDGHORVLQGLYLGXRVHVDGDSWDWLYD\FRQWULEX\HD QDVSODVPiWLFDV FRPRHOVLVWHPDGHOFRPSOHPHQWR OD
FRQWURODUODLQIHFFLyQ6LQHPEDUJRHQODVHSVLVVHSURGXFH DFWLYDFLyQGHODVYtDVGHFRDJXODFLyQLQWUtQVHFD VLVWHPDGH
XQGHVHTXLOLEULRHQWUHORVPHFDQLVPRVSURLQÁDPDWRULRV\ FRQWDFWR \H[WUtQVHFD\HOVLVWHPDÀEULQROtWLFRODSURGXF-
DQWLLQÁDPDWRULRV/DSURJUHVLyQGHHVWDFRQGLFLyQVHFDUDF- FLyQGHPHGLDGRUHVOLStGLFRV\ODDFWLYDFLyQGHODYtDGHO
WHUL]DSRUODDSDULFLyQVXFHVLYDGHHVWDGLRVFOtQLFRVTXHVRQ y[LGRQtWULFR 12 ODSURGXFFLyQGHUDGLFDOHVOLEUHVODHVWL-
HOUHVXOWDGRGHODUHVSXHVWDLQÁDPDWRULDVLVWpPLFDVHFXQGD- PXODFLyQGHORVOLQIRFLWRV%\7\VXVSURGXFWRV\IHQyPHQRV
ULDDODDFWLYDFLyQGHGLIHUHQWHVPHGLDGRUHVLQÁDPDWRULRV GHSURWHROLVLV3HQWUHRWURV4

Figura 1 (YROXFLyQGHODVHSVLV&RQODLQWHUDFFLyQGH3$03\'$03FRQODFpOXODSUHVHQWDGRUDGHDQWtJHQRVVHLQLFLDODFDVFDGD
LQÁDPDWRULDGHODLQPXQLGDGLQQDWD\DGDSWDWLYD/DLQÁDPDFLyQFDXVDGDxRWLVXODU\VHFXQGDULDPHQWHGLVIXQFLyQRUJiQLFD(Q
DOJXQRVSDFLHQWHVVHJHQHUDXQHVWDGRGHLQPXQRSDUiOLVLVFDUDFWHUL]DGRSRUODDSDULFLyQGHLQIHFFLRQHVQRVRFRPLDOHV\RSRUWXQLVWDV
\ UHDFWLYDFLRQHV YLUDOHV GHELGR D OD DSRSWRVLV GHO WHMLGR LQPXQLWDULR\ OD LQFDSDFLGDG UHODWLYD GH ODV FpOXODV7 '$03 damage-
associated molecular patterns; 3$03pathogen-derived molecular patterns; 7/5 toll-like receptor.
Medicina Intensiva 46S1 (2022):1-13 3

Alteraciones celulares y moleculares ULDHOFRPSOHPHQWR\HOVLVWHPDÀEULQROtWLFR(O/36DFW~D


en la sepsis y el shock séptico HQHOHQGRWHOLRYDVFXODULQKLELHQGRODDFFLyQGHDQWLFRDJX-
ODQWHVHQGyJHQRVLQGXFLHQGRODVtQWHVLVGHUDGLFDOHVOLEUHV
/DUHVSXHVWDLQÁDPDWRULDIUHQWHDXQDLQIHFFLyQVHLQLFLD HLQFUHPHQWDQGRODVtQWHVLVGH12
PHGLDQWHHOUHFRQRFLPLHQWRGHPROpFXODVGHULYDGDVGHOSD- $GHPiVODHQGRWR[LQDDFWLYDORVPDFUyIDJRVLQGXFLHQGROD
WyJHQR pathogen-derived molecular patterns>3$036@ y VtQWHVLVGHFLWRFLQDV\ORVQHXWUyÀORVFDXVDQGROHVLyQHQGRWH-
GHULYDGDV GHOKXpVSHG damage-associated molecular pat- OLDOPHGLDQWHODSURGXFFLyQGHDQLRQHVVXSHUy[LGR\HQ]LPDV
terns >'$03@ .(OUHFRQRFLPLHQWRGHHVWDVPROpFXODVSRU SURWHROtWLFDV10(OVLVWHPDGHOPRQRFLWRPDFUyIDJRHVODSULQ-
UHFHSWRUHVHVSHFtÀFRV toll-like receptors>7/5@ HQODVX- FLSDOGLDQDGHODDFFLyQGHO/36(OVXHURKXPDQR\ODVPHP-
SHUÀFLHGHODVFpOXODVSUHVHQWDGRUDVGHDQWtJHQRV &3$ LQL- EUDQDVFHOXODUHVFRQWLHQHQSURWHtQDV\UHFHSWRUHVTXHVH
FLDODFDVFDGDGHWUDQVFULSFLyQGHVXVWDQFLDVTXHSURGXFHQ XQHQGHIRUPDHVSHFtÀFDDO/36SDUDUHJXODUODFRPSOHMDUHV-
LQÁDPDFLyQDXPHQWRGHOPHWDEROLVPRFHOXODU\DFWLYDFLyQ SXHVWDLQPXQROyJLFDGHOKXpVSHGDHVWDWR[LQDEDFWHULDQD
GHODLQPXQLGDGDGDSWDWLYD5)XQFLRQDQFRPR&3$ODVFpOX- $GHPiVVHKDQFDUDFWHUL]DGRIDFWRUHVVROXEOHVTXHVHXQHQD
ODVGHOVLVWHPDPRQRFLWRPDFUyIDJRODVFpOXODVGHQGUtWLFDV ODHQGRWR[LQD\PRGXODQVXVHIHFWRVELROyJLFRVFRPRODSUR-
ORVOLQIRFLWRV%\FXDOTXLHUFpOXODGHORUJDQLVPRTXHH[SUHVH WHtQDGHXQLyQDO/36 LPS-binding protein >/%3@ \ODSURWHtQD
HQVXPHPEUDQDGHWHUPLQDQWHVDQWLJpQLFRVUHODFLRQDGRV EDFWHULFLGDLQFUHPHQWDGRUDGHODSHUPHDELOLGDG bacterici-
FRQSURWHtQDVGHOFRPSOHMRPD\RUGHKLVWRFRPSDWLELOLGDG dal permeability increasing protein >%3,@ (O&'UHFHSWRU
&XDQGRODLQÁDPDFLyQHVH[FHVLYDFDXVDGDxRWLVXODU\VH- GHO/36WLHQHHOSDSHOGHWUDQVIHULUODVHxDOGHO/36YtD7/5
FXQGDULDPHQWHGLVIXQFLyQRUJiQLFD$VLPLVPRHQDOJXQRV 7DPELpQWLHQHLQWHUpV\DSOLFDELOLGDGODSUHVHSVLQDRVHJ-
SDFLHQWHVODLQÁDPDFLyQH[FHVLYDVHDFRPSDxDSRVWHULRU- PHQWR1WHUPLQDOGHO&'TXHVHXWLOL]DFRPRELRPDUFDGRU
PHQWHGHXQHVWDGRGHLQPXQRSDUiOLVLVFDUDFWHUL]DGRSRUOD de la sepsis$VLPLVPRGXUDQWHODKHPRDGVRUFLyQGHHQ-
DSDULFLyQGHLQIHFFLRQHVQRVRFRPLDOHVLQIHFFLRQHVRSRUWX- dotoxina en los pacientes con sepsis13VHKDQGHVFULWRH[WHQ-
QLVWDV\UHDFWLYDFLRQHVYLUDOHVGHELGRDODDSRSWRVLVGHOWHML- VRVFDPELRVHQODPRGXODFLyQGHODUHVSXHVWDLQÁDPDWRULD
GRLQPXQLWDULRHLQFDSDFLGDGUHODWLYDGHODVFpOXODV7/D /DXQLyQGH3$03\'$03DODV&3$LQGXFHXQDDFWLYDFLyQ
UHVSXHVWDLQPXQROyJLFDGLVPLQXLGDIUHQWHDGHWHUPLQDGDV FHOXODUTXHOOHYDDODWUDQVORFDFLyQQXFOHDUGHOIDFWRU1)N%
infecciones8VHGHEHDIHQyPHQRVFRPRODPHWLODFLyQGHO HQODVFpOXODV%DFWLYDGDV\HQFRQVHFXHQFLDODH[SUHVLyQ
$'1HQORVPRQRFLWRV GHFLWRFLQDVSURLQÁDPDWRULDV LQWHUOHXFLQD>,/@,/,/
8QRGHORVLQGXFWRUHVGHODVHSVLVPHMRUFRQRFLGRVHVOD  IDFWRUGHQHFURVLVWXPRUDODOID>71)Ş@HLQWHUIHUyQ
HQGRWR[LQDROLSRSROLVDFiULGR /36 GHODVEDFWHULDV*UDP >,)1@ 'HIRUPDVHFXQGDULDVHSURGXFHODDFWLYDFLyQGH
QHJDWLYDV9+D\P~OWLSOHVSUXHEDVGHODLPSOLFDFLyQGHOD RWUDVFLWRFLQDV ,)1\,/,/ GHOVLVWHPDGHFRPSOHPHQ-
HQGRWR[LQDHQODSDWRJpQHVLVGHODVHSVLV/DDGPLQLVWUDFLyQ WR\GHODFDVFDGDGHFRDJXODFLyQDVtFRPRODUHJXODFLyQD
GH/36DDQLPDOHVGHH[SHULPHQWDFLyQHLQGLYLGXRVVDQRV ODEDMDGHORVFRPSRQHQWHVGHOVLVWHPDLQPXQLWDULRDGDSWD-
UHSURGXFHODPD\RUSDUWHGHODVDOWHUDFLRQHVKHPRGLQiPL- tivo14(QODWDEODVHPHQFLRQDQORVHIHFWRVGHORVSULQFL-
FDVGHULYDGDVGHOshockVpSWLFR\ODGLVIXQFLyQPXOWLRUJiQL- SDOHVPHGLDGRUHVLQÁDPDWRULRVHQODVHSVLV
FD(QHOVLVWHPDFDUGLRYDVFXODULQFUHPHQWDODIUHFXHQFLD /RVQHXWUyÀORVDGHPiVVHOLEHUDQHQVXVIRUPDVLQPDGX-
FDUGLDFD\HOtQGLFHFDUGLDFR\GLVPLQX\HODVUHVLVWHQFLDV UDVGHVGHODPHGXODyVHD$ODFWLYDUVHSRUORVPHGLDGRUHV
YDVFXODUHVVLVWpPLFDVORTXHSURGXFHKLSRWHQVLyQ(QODPL- SUHVHQWDQFDSDFLGDGIDJRFtWLFDUHGXFLGD/RVQHXWUyÀORV
FURYDVFXODWXUDDFWLYDODFRDJXODFLyQODKHPRVWDVLDSULPD- DFWLYDGRVIRUPDUiQUHGHVH[WUDFHOXODUHVHQHOWHMLGRLQÁD-

Tabla 1 3ULQFLSDOHVPHGLDGRUHVLQÁDPDWRULRVHQODVHSVLV

(OHPHQWR &DUiFWHU /XJDUGHVtQWHVLV $FFLRQHVPiVLPSRUWDQWHV


IL-1 3URLQÁDPDWRULD &pOXODVPRQRQXFOHDUHV 3LUyJHQRLQGXFWRUGHVtQWHVLVGH,/,/\71))DFWRU
TXLPLRWiFWLFRGHQHXWUyÀORVPRQRFLWRV\OLQIRFLWRV
,QGXFWRUGHPHGLDGRUHVOLStGLFRVHVWLPXODVtQWHVLVGH12
IL-2 $QWLLQÁDPDWRULD /LQIRFLWRV7 )DFWRUGHFUHFLPLHQWRGHFpOXODV7LQGXFHODSUROLIHUDFLyQ
FRODERUDGRUHV GHWRGRVORVWLSRVGHVXESREODFLRQHVGHOLQIRFLWRV7\FpOXODV
WLSR%DFWLYDV(VWLPXODODVtQWHVLVGHLQWHUIHUyQJDPPD
HLQGXFHOLEHUDFLyQGH,/71)Ş\ş
IL-4 $QWLLQÁDPDWRULD /LQIRFLWRV7 $FW~DHQHOPDFUyIDJREORTXHDQGRODVtQWHVLVGHFLWRFLQDV
FRODERUDGRUHV WLHQHDFWLYLGDGFLWRWy[LFDHLQKLEHODSURGXFFLyQGH12
PDVWRFLWRV\EDVyÀORV
IL-6 3URLQÁDPDWRULD 0RQRFLWRVPDFUyIDJRV 3LUyJHQRLQGXFWRUGHVtQWHVLVGHLQPXQRJOREXOLQDV
y células endoteliales GLIHUHQFLDFLyQGHOLQIRFLWRV%DFWLYDFLyQGHOLQIRFLWRV7
DQWLLQÁDPDWRULD \ÀEUREODVWRV \PRGXODFLyQGHKHPDWRSR\HVLV6HHQFDUJDGHODVtQWHVLV
GHSURWHtQDVGHIDVHDJXGDHQHOKtJDGR
IL-8 3URLQÁDPDWRULD 0RQRFLWRVPDFUyIDJRV )DFWRUTXLPLRWiFWLFR\DFWLYDGRUGHQHXWUyÀORV5HJXODOD
células endoteliales SURGXFFLyQGHSURWHtQDVGHDGKHVLyQ\ODIRUPDFLyQGH
\ÀEUREODVWRV OtSLGRVELRDFWLYRVTXHLQGXFHQODDPSOLÀFDFLyQGHODOHVLyQ
LQÁDPDWRULDORFDO\OHVLyQWLVXODU
 /&KLVFDQR(3ODWD0HQFKDFD-&5XL]5RGUtJXH]HWDO

Tabla 1 3ULQFLSDOHVPHGLDGRUHVLQÁDPDWRULRVHQODVHSVLV(cont.)
IL-10 $QWLLQÁDPDWRULD /LQIRFLWRV7OLQIRFLWRV% ,QKLEHODVtQWHVLVGHFLWRFLQDVUDGLFDOHVOLEUHV\12OD
PRQRFLWRV\PDFUyIDJRV H[SUHVLyQGH0+&FODVH,,ODSUROLIHUDFLyQGHOLQIRFLWRV7
FRODERUDGRUHV\ODDFWLYLGDGSURFRDJXODQWHGHOIDFWRUWLVXODU
(VWLPXODORVOLQIRFLWRV%HOGHVDUUROORGHFpOXODV7
FLWRWy[LFDV\ODSURGXFFLyQGHOLQIRFLWRV\PDVWRFLWRV
IL-11 $QWLLQÁDPDWRULD &pOXODVGHOHVWURPD )DFWRUGHFUHFLPLHQWRKHPDWRSR\pWLFR,QPXQRPRGXODFLyQ
GHPpGXODyVHD LQKLELHQGRHO1)ŧ%\ODVtQWHVLVGH,/,/LQWHUIHUyQ
\71)
IL-12 3URLQÁDPDWRULD 0RQRFLWRVPDFUyIDJRV $FWLYDFLyQGHOLQIRFLWRV7+HVWLPXODODSURGXFFLyQ
\OLQIRFLWRV% \FLWRWR[LFLGDGGHORVOLQIRFLWRV7FLWRWy[LFRV\FpOXODV
natural killer(VWLPXODODSURGXFFLyQGHLQWHUIHUyQJDPPD
IL-13 $QWLLQÁDPDWRULD /LQIRFLWRV7+\7+ 5HJXODFLyQGHODIXQFLyQGHPRQRFLWRV\OLQIRFLWRV%0RGXOD
\OLQIRFLWRV7 ODSURGXFFLyQGH,/,/71)SURWHtQDLQÁDPDWRULDGHO
FLWRWy[LFRV&' PDFUyIDJRWLSR,QWHUYLHQHHQODH[SUHVLyQGHPROpFXODV
GHVXSHUÀFLHHQPRQRFLWRV\PDFUyIDJRV LQWHJULQDV$J0+&
FODVH,,UHFHSWRU&'\)&< HLQKLEH1)ŧ%
IL-15 3URLQÁDPDWRULD &pOXODVPRQRQXFOHDUHV (VWLPXODODSUROLIHUDFLyQGHOLQIRFLWRV7\FpOXODV
FpOXODVHSLWHOLDOHV PRQRQXFOHDUHVLQGXFHODJHQHUDFLyQGHFpOXODVFLWROtWLFDV
ÀEUREODVWRV\FpOXODV HLQKLEHODDSRSWRVLV
endoteliales
IL-18 3URLQÁDPDWRULD 0DFUyIDJRVPRQRFLWRV (VWLPXODODSURGXFFLyQGHLQWHUIHUyQJDPPDDFWLYD
OLQIRFLWRV7\%\FpOXODV OLQIRFLWRV7+HVWLPXODQGRODSURGXFFLyQ\ODFLWRWR[LFLGDG
GH.XSIIHU GHFpOXODV7FLWRWy[LFDV\FpOXODVnatural killer
71)Ş 3URLQÁDPDWRULD 0DFUyIDJRVPRQRFLWRV 3URGXFHÀHEUHDQRUH[LD\SpUGLGDGHSHVR$SRSWRVLV
OLQIRFLWRV%\FpOXODV17 FLWRWR[LFLGDGFHOXODULQHVSHFtÀFDHVWLPXODODUHVSXHVWD
FpOXODVHQGRWHOLDOHV SUROLIHUDWLYDGHORVOLQIRFLWRV7PRGXODODVUHVSXHVWDV
PLRFLWRV\DVWURFLWRV GHORVOLQIRFLWRV7\%DXPHQWDODVtQWHVLVGHPROpFXODV
GHDGKHVLyQIDFLOLWDQGRODDGKHUHQFLDGHORVOLQIRFLWRVDODV
FpOXODVHQGRWHOLDOHVDXPHQWDODIDJRFLWRVLV\ODDGKHUHQFLD
GHORVQHXWUyÀORVDODVFpOXODVHQGRWHOLDOHV\VXPLJUDFLyQ
IXHUDGHORVYDVRVDXPHQWDODDJUHJDFLyQSODTXHWDULD
ODFRDJXODFLyQSRUPHGLRGHODXPHQWRGHODVtQWHVLV\
OLEHUDFLyQGHOIDFWRUWLVXODUDXPHQWDODÀEULQROLVLVPHGLDQWH
HODXPHQWRGHODVtQWHVLVGHW3$HVWLPXODODVtQWHVLVGH,/
,/H,/$&7+\SURVWDJODQGLQDV$XPHQWDOD
JOXFRJHQROLVLV(VWLPXODODDQJLRJpQHVLVODOLEHUDFLyQ
GHFRODJHQDVDV\ODPXOWLSOLFDFLyQGHÀEUREODVWRV
71)ş 3URLQÁDPDWRULD /LQIRFLWRV7FLWRWy[LFRV &DXVDFLWROLVLVDSRSWRVLVQHFURVLVGHFpOXODVWXPRUDOHV
DFWLYDGRV&'OLQIRFLWRV ,QGXFHODH[SUHVLyQGH$JGHKLVWRFRPSDWLELOLGDGFODVH,
7K&'OLQIRFLWRV% VREUHODPHPEUDQDGHFpOXODVHSLWHOLDOHV\GHPROpFXODV
\DVWURFLWRV GHDGKHVLyQVREUHODPHPEUDQDGHOLQIRFLWRVIDFWRU
HVWLPXODGRUGHOFUHFLPLHQWRGHOLQIRFLWRV%DFWLYDGRV
DFWLYDFLyQGH301\GHRVWHRFODVWRVDFWLYLGDGDQWLYLUDO
$GUHQRPHGXOLQD +RUPRQD &RGLÀFDGDSRUHOJHQ ,GHQWLÀFDGDLQLFLDOPHQWHFRPRXQYDVRGLODWDGRURWURV
péptida ADM.(O$'0 HIHFWRVGHO$'0VRQODHVWLPXODFLyQGHOFUHFLPLHQWRGH
de efecto es un péptidoTXH nuevos YDVRVVDQJXtQHRV (DQJLRJpQHVLV \HODXPHQWRGH
YDVRGLODWDGRU VHHQFXHQWUDHQWRGRV ODWROHUDQFLDGHODVFpOXODVDOHVWUpVR[LGDWLYR\HOGDxR
ORVWHMLGRV\HQOD KLSy[LFR
FLUFXODFLyQVLVWpPLFD
%UDGLFLQLQD 9DVRGLODWDGRU La actividad del VLVWHPD /DEUDGLFLQLQDFDXVDYDVRGLODWDFLyQSRUPHGLRGHOD
FDOLFUHtQDFLQLQDSURGXFH VHFUHFLyQGHSURVWDFLFOLQDVy[LGRQtWULFR\HOIDFWRU
EUDGLFLQLQDSRU KLSHUSRODUL]DQWHGHULYDGRGHOHQGRWHOLR/DEUDGLFLQLQD
GHVGREODPLHQWR es un potente YDVRGLODWDGRU dependiente del endotelioTXH
SURWHROtWLFR de su SURYRFDODFRQWUDFFLyQGHOP~VFXOROLVRQRYDVFXODUDXPHQWD
SUHFXUVRUFLQLQyJHQR la SHUPHDELOLGDGYDVFXODU\WDPELpQHVWiUHODFLRQDGRFRQ
FLQLQyJHQRGHHOHYDGR HOPHFDQLVPRGHOGRORU(QFLHUWRVDVSHFWRVDFW~DGHPDQHUD
SHVRPROHFXODU &(30  VLPLODUDODKLVWDPLQD\DOLJXDOTXHHVWDVHVHFUHWD
PHGLDQWHODHQ]LPD de la en las vénulas y no en las DUWHULRODV
FLQLQRJHQDVD
Medicina Intensiva 46S1 (2022):1-13 5

Tabla 1 3ULQFLSDOHVPHGLDGRUHVLQÁDPDWRULRVHQODVHSVLV(cont.)
Ð[LGRQtWULFR 9DVRGLODWDGRU (QGRWHOLRYDVFXODU6H (O12DOLQKLELUODDGKHVLyQSODTXHWDULDDOHQGRWHOLR
FRDJXORSDWtD VLQWHWL]DDSDUWLUGHO YDVFXODUGDxDGRFRQWULEX\HDHYLWDUHOSDVRLQLFLDOTXHOOHYD
QLWUyJHQRGHODJXDQLGLQD DODDFWLYDFLyQ\FRQHOORODDJUHJDFLyQROLEHUDFLyQ
WHUPLQDOGHODPLQRiFLGR SODTXHWDULD8QDSURGXFFLyQH[FHVLYDGH12FDXVDOD
/DUJLQLQDSRUODDFFLyQ UHODMDFLyQGHODVDUWHULDV\XQDSUHVLyQVDQJXtQHD
GHXQD12VLQWHWDVD H[FHVLYDPHQWHEDMD
12V SURGXFLHQGR12
\/FLWUXOLQD
3URVWDJODQGLQDV 'LYHUVR 6HVLQWHWL]DQDSDUWLU /DVSURVWDJODQGLQDVWLHQHQHIHFWRHQODUHVLVWHQFLDYDVFXODU
HQIXQFLyQ GHORViFLGRVJUDVRV FRUWLFDOUHQDOSURGXFHXQDXPHQWRGHOÁXMRVDQJXtQHR
de tipos de HVHQFLDOHVSRUODDFFLyQ FRUWLFDOUHQDOHOFRQVLJXLHQWHDXPHQWRGHOYROXPHQ
SURVWDJODQGLQDV GHGLIHUHQWHVHQ]LPDV LQWUDFHOXODU\GLVPLQXFLyQGHODUHVLVWHQFLDSHULIpULFD
SURVWDFLFOLQD,2 FRPRFLFORR[LJHQDVDV 'HHVWDPDQHUDMXQWRFRQODKRUPRQD $'+ y la DOGRVWHURQD
3*,2  OLSRR[LJHQDVDVHO UHJXODQYtDKRUPRQDOODSUHVLyQDUWHULDO,QWHUYLHQHQ
SURVWDJODQGLQD FLWRFURPR3 HQODUHVSXHVWDLQÁDPDWRULDYDVRGLODWDFLyQDXPHQWR
E2 3*(2) y SHUR[LGDVDVHWF GHODSHUPHDELOLGDGGHORVWHMLGRVTXHIDFLOLWDHOSDVR
SURVWDJODQGLQD de los leucocitosDQWLDJUHJDQWHSODTXHWDULRHVWtPXORGH
)Ş 3*)Ş) ODVWHUPLQDFLRQHVQHUYLRVDVGHOGRORUHWF
Endotoxina o 3URLQÁDPDWRULR 'LYHUVRVFRPSRQHQWHVGH (OLQGXFWRUGHODUHVSXHVWDLQÁDPDWRULDPHMRUFRQRFLGR
OLSRSROLVDFiULGR ODSDUHGGHODVEDFWHULDV HVODHQGRWR[LQDROLSRSROLVDFiULGR /36 GHODVEDFWHULDV
/36 *UDPSRVLWLYDV *UDPQHJDWLYDV/DDGPLQLVWUDFLyQGH/36HQ
SHSWLGRJOXFDQRV H[SHULPHQWDFLyQDQLPDOHLQGLYLGXRVVDQRVUHSURGXFHOD
PXUDPLOGLSpSWLFRV PD\RUSDUWHGHODVDOWHUDFLRQHVKHPRGLQiPLFDVGHOshock
iFLGROLSRWHLFRLFR  VpSWLFR\ODGLVIXQFLyQPXOWLRUJiQLFD(QHOVLVWHPD
H[RWR[LQDV H[RWR[LQD$ FDUGLRYDVFXODULQFUHPHQWDODIUHFXHQFLDFDUGLDFD\HOtQGLFH
de Pseudomonas FDUGLDFR\GLVPLQX\HODVUHVLVWHQFLDVYDVFXODUHVVLVWpPLFDV
aeruginosa7667 KDVWDODKLSRWHQVLyQ$QLYHOPLFURYDVFXODUODHQGRWR[LQD
GHOVtQGURPHGHshock DFWLYDODFRDJXODFLyQ\ORVVLVWHPDVGHFRQWDFWR
Wy[LFRHVWDÀORFyFLFR GHOFRPSOHPHQWR\ÀEULQROtWLFR$FW~DHQHOHQGRWHOLR
WR[LQDHULWURJpQLFDGHO LQKLELHQGRODDFFLyQGHDQWLFRDJXODQWHVHQGyJHQRV
HVWUHSWRFRFRJUXSR$  SURGXFLHQGRUDGLFDOHVOLEUHVHLQFUHPHQWDQGRODSURGXFFLyQ
\DQWtJHQRVULFNHWWVLDOHV GH12$GHPiVDFWLYDORVPDFUyIDJRVLQGXFLHQGRODVtQWHVLV
YtULFRV\I~QJLFRV GHFLWRFLQDV\ORVQHXWUyÀORVFDXVDQGROHVLyQHQGRWHOLDO
OLSRDUDELQRPDQDQR  PHGLDQWHODSURGXFFLyQGHDQLRQHVVXSHUy[LGR\HQ]LPDV
SXHGHQGHVHQFDGHQDU SURWHROtWLFDV
ODUHVSXHVWDLQÁDPDWRULD

PDGRTXHLQPRYLOL]DQDOSDWyJHQR\HVWLPXODQRWUDVVXV- FXDOLWDWLYDVHQODV&3$ORVOLQIRFLWRV%\7ODVFpOXODV1. y
WDQFLDVLQÁDPDWRULDV(VWRVSURFHVRVFRQOOHYDQODDFWLYDFLyQ ORVQHXWUyÀORV7DPELpQGHVFULEHQDOWHUDFLRQHVHQODSUR-
GHODFDVFDGDGHODFRDJXODFLyQ18 (ÀJXUD 'HKHFKRORV SRUFLyQGHODVFpOXODV7UHJXODGRUDVHOLQFUHPHQWRHQOD
SDFLHQWHVVpSWLFRVFRQXQDHYROXFLyQFOtQLFDGHVIDYRUDEOH H[SUHVLyQGHODSURWHtQDprogrammed cell death protein-1
SUHVHQWDQXQDXPHQWRGHODVUHGHVGHQHXWUyÀORWLVXODU19 3' KLSRJDPPDJOREXOLQHPLDKLSHUFLWRFLQHPLDGLVIXQ-
(OVLVWHPDGHOFRPSOHPHQWRWDPELpQHVWiLPSOLFDGRHQOD FLyQGHOVLVWHPDGHFRPSOHPHQWR\HOLPSRUWDQWHSDSHOGH
ÀVLRSDWRORJtDGHODVHSVLV7DQWRODIUDFFLyQD &D FRPR ODVUHGHVH[WUDFHOXODUHVGHQHXWUyÀORHQHOGHVDUUROORGHOD
VXUHFHSWRU &D5 VRQDFWRUHVUHOHYDQWHV7UDVODXQLyQFRQ LQIHFFLyQ24/RVDXWRUHVSURSRQHQTXHVXHVWXGLRFRQGX]FDD
ORVQHXWUyÀORVHVWHHOHPHQWRGHOVLVWHPDGHFRPSOHPHQWR XQWUDWDPLHQWRSHUVRQDOL]DGR(VWH~OWLPRDVSHFWRQRVH
SHQHWUDHQODFpOXODGRQGH3$03\'$03LQGXFHQODUHG WUDWDHQHVWDUHYLVLyQ
QHXWURItOLFDTXHJHQHUDGDxRR[LGDWLYR\FRDJXORSDWtDFD-
UDFWHUL]DGDSRUXQHVWDGRSURWURPEyWLFR\EORTXHRÀEULQROt-
tico208QDDFWLYDFLyQH[FHVLYDGH&DFDXVDDSRSWRVLVGHORV Endotelio y coagulopatía en la sepsis
OLQIRFLWRV\GLVIXQFLyQGHORVQHXWUyÀORV21
([LVWHXQDKHWHURJHQHLGDGRYDULDELOLGDGLQWHULQGLYLGXDO /DDFWLYDFLyQGHODFDVFDGDGHODFRDJXODFLyQHQHOSDFLHQWH
FRQVLGHUDEOHHQODUHVSXHVWDLQÁDPDWRULDGHVFULWDTXHVH VpSWLFRVHUHFRQRFHFRPRSDUWHGHXQDUHVSXHVWDLQPXQLWD-
PRGXODSRUYDULRVIDFWRUHVFRPRODKLSRJDPPDJOREXOLQH- ULDDGDSWDWLYDGHOKXpVSHGDODLQIHFFLyQ256LQHPEDUJROD
PLD22ORTXHPRWLYDGLÀFXOWDGHVHQHOGLDJQyVWLFR\HOWUDWD- FRDJXODFLyQLQWUDYDVFXODUGLVHPLQDGD &,' TXHSXHGHDSD-
PLHQWR 23  %HUPHMR0DUWLQ HW DO KDQ GHVFULWR KDVWD UHFHUHQSDFLHQWHVFRQVHSVLVHVHOUHVXOWDGRGHXQDDFWLYD-
LQPXQRIHQRWLSRVGLVWLQWRVDVRFLDGRVFRQODLQPXQRVXSUH- FLyQGHVPHGLGD\GHOHWpUHDGHODFRDJXODFLyQ266HWUDWDXQ
VLyQ\HOGHVHTXLOLEULRLQPXQROyJLFRHQODVHSVLV/RVIHQRWL- VtQGURPHDGTXLULGRFDUDFWHUL]DGRSRUDFWLYDFLyQGHORVIDF-
SRVTXHGHVFULEHQVRQODVDOWHUDFLRQHVFXDQWLWDWLYDV\ WRUHVGHODFRDJXODFLyQRULJLQDGRVDUDt]GHXQGDxRHQHO
 /&KLVFDQR(3ODWD0HQFKDFD-&5XL]5RGUtJXH]HWDO

Figura 2 )LVLRSDWRORJtDGHODVHSVLV/DXQLyQGH3$03\'$03DODV&3$LQGXFHXQDDFWLYDFLyQGHHOHPHQWRVLQÁDPDWRULRVTXH
FRQOOHYDODSURGXFFLyQGHFLWRFLQDVODDFWLYDFLyQGHQHXWUyÀORVODDFWLYDFLyQGHOVLVWHPDGHOFRPSOHPHQWR\GHODFDVFDGDGH
FRDJXODFLyQ\FDXVDUiGLVIXQFLyQRUJiQLFDHQFDVRGHXQDUHVSXHVWDGHVHTXLOLEUDGD&,'FRDJXODFLyQLQWUDYDVFXODUGLVHPLQDGD
&3$ FpOXOD SUHVHQWDGRUD GH DQWtJHQRV ,/ LQWHUOHXFLQD '$03V damage-associated molecular patterns; *&6)*0&6) IDFWRU
HVWLPXODGRU GH FRORQLDV /3% LPS-binding protein; 3$03 pathogen-derived molecular patterns; 526 HVSHFLHV UHDFWLYDV GH
R[tJHQR 71)IDFWRUQHFURVLVWXPRUDO 7/5: toll-like receptors.

OHFKRPLFURYDVFXODUTXHSXHGHOOHJDUDFDXVDUGLVIXQFLyQ WURPERÀOLDHQOD&,'34'HKHFKRVXFRQFHQWUDFLyQSODVPi-
RUJiQLFDGHSHQGLHQGRGHVXPDJQLWXG$OFDQ]DXQDJUDQ WLFDVHKDUHODFLRQDGRFRQGLVIXQFLyQRUJiQLFD\PRUWDOLGDG
YDULHGDGGHHQWLGDGHVFOtQLFDVFRQIHQyPHQRVKHPRUUiJL- en la sepsis357DPELpQKD\XQDUHJXODFLyQDODEDMDGHORV
cos en etapas iniciales28DOWHUDFLRQHVHQODVSUXHEDVGHFRD- LQKLELGRUHVGHODWURPELQD36\HOSODVPLQyJHQRHLQFUHPHQ-
JXODFLyQ R LVTXHPLD GLVWDO GH ODV H[WUHPLGDGHV SRU WRGHOLQKLELGRUGHODFWLYDGRUGHOSODVPLQyJHQRORTXHFDX-
IHQyPHQRVWURPEyWLFRV296RQORVIDFWRUHVFODYHTXHFRQ- VDXQEORTXHRÀEULQROtWLFR7DPELpQVHREVHUYDUHGXFFLyQGH
WULEX\HQHQOD&,'ODDFWLYDFLyQGHODFDVFDGDGHODFRDJX- ODVFRQFHQWUDFLRQHVSODVPiWLFDVGHSURWHtQD&SRUORTXHVH
ODFLyQODDJUHJDFLyQSODTXHWDULD\HOGDxRHQGRWHOLDO KDFRQYHUWLGRHQIDFWRUSURQyVWLFRGHPRUWDOLGDG38
/DLQKLELFLyQGHODVSURWHtQDVSURFRDJXODQWHVSRUHOHQGR-
WHOLRVHSURGXFHDWUDYpVGHORVVLVWHPDVDQWLFRDJXODQWHVÀ-
Activación de la cascada de coagulación VLROyJLFRV OD YtD GH OD SURWHtQD & HO VLVWHPD GH OD
\EORTXHRÀEULQROtWLFR DQWLWURPELQD,,,\HOLQKLELGRUGHO)7(QODVHSVLVVHSURGXFH
XQDGLVPLQXFLyQGHHVWRVLQKLELGRUHVSRUFRQVXPRUHGXF-
/DVHSVLVVHFDUDFWHUL]DSRUXQHVWDGRSURWURPEyWLFRMXQWR FLyQGHVXVtQWHVLVRGHJUDGDFLyQPHGLDQWHHODVWDVDV/D
FRQEORTXHRÀEULQROtWLFR\DPERVVRQORVPHFDQLVPRVIXQ- FRQVHFXHQFLDGHHOORHVODDSDULFLyQGHXQHVWDGRSURWURP-
GDPHQWDOHVGHOD&,'+D\XQDVHULHGHPHGLDGRUHVLQÁDPD- EyWLFRFDUDFWHUL]DGRSRUXQDFRDJXODFLyQDFWLYDGDHLQVXÀ-
WRULRVTXHSURPXHYHQODDFWLYDFLyQGHODWURPELQDHQODYtD FLHQFLDGHORVVLVWHPDVLQKLELGRUHVGHODFRDJXODFLyQ
FRP~QGHODFRDJXODFLyQFRPRSDUWHGHODUHVSXHVWDGHO
KXpVSHGDODLQIHFFLyQ30(OIDFWRUWLVXODU )7 SRUVXSDUWH
FRPRDFWLYDGRUGHODYtDH[WUtQVHFDVHH[SUHVDHQPDFUyID- Disfunción endotelial
JRVPRQRFLWRV\FpOXODVHQGRWHOLDOHV31/DDFFLyQFRQMXJDGD
GH3$03\'$03HVHOIDFWRUGHWHUPLQDQWHSDUDHOLQLFLRGHO (OHQGRWHOLRHVHOyUJDQRGLDQDIXQGDPHQWDOGHODVHSVLV39 y
SURFHVR$GHPiVLQWHUYLHQHQRWURVPHGLDGRUHVKXPRUDOHV VHFDUDFWHUL]DSRUVHUPHWDEyOLFDPHQWHDFWLYR\WHQHUOD
FRPR,/,/71)ŞHODVWDVDFDWHSVLQD*\HOVLVWHPDGHO FDSDFLGDGSDUDUHVSRQGHUDGLYHUVRVHVWtPXORVÀVLROyJLFRV\
FRPSOHPHQWRTXHWDPELpQVRQIDFLOLWDGRUHVGHOSURFHVR32 SDWROyJLFRV(QWUHVXVIXQFLRQHVHVWiQHOPDQWHQLPLHQWRGH
,QFOXVRODVUHGHVH[WUDFHOXODUHVGHQHXWUyILORVDFWLYDGRV ODKHPRVWDVLD\ODÁXLGH]GHODVDQJUH(OHQGRWHOLRGHVHP-
WDPELpQHVWiQLPSOLFDGDV33 SHxDXQSDSHOFODYHHQODUHJXODFLyQGHODSUHVLyQDUWHULDO\
1RVHSURGXFHH[FOXVLYDPHQWHXQDDFWLYDFLyQGHODFDVFD- HVIXQGDPHQWDOHQORVPHFDQLVPRVLQÁDPDWRULRV/DVFpOX-
GDGHODFRDJXODFLyQVLQRGHORVHOHPHQWRVTXHODUHJXODQ ODVHQGRWHOLDOHVPDQWLHQHQXQGHOLFDGRHTXLOLEULRGHOWRQR
FRPRHOVLVWHPDILEULQROtWLFRTXHVHDOWHUDQ\HQWUDQHQ YDVFXODUODDGKHVLyQGHODVFpOXODVVDQJXtQHDV\ODFRDJXOD-
GLVIXQFLyQ6HKDOODQYDORUHVHOHYDGRVGHOLQKLELGRUWLVXODU FLyQ3RUGLYHUVRVPHFDQLVPRVHOHQGRWHOLRHVFDSD]GH
GHSODVPLQyJHQRTXHSURGXFHQXQYLUDMHDXQHVWDGRGH FRQWURODUHOWRQRYDVRPRWRUPDQWHQHUODÁXLGH]GHODVDQ-
Medicina Intensiva 46S1 (2022):1-13 

JUHHLQWHUYHQLUHQODUHVSXHVWDLQÁDPDWRULD(QFRQGLFLRQHV WLFR ODFRODSVDELOLGDGGHODYHQDFDYDLQIHULRUHOiUHDGH


ÀVLROyJLFDVVHFDUDFWHUL]DIXQGDPHQWDOPHQWHSRUVXVSUR- ORVYHQWUtFXORVL]TXLHUGR\GHUHFKRDOÀQDOGHODGLiVWROH\
SLHGDGHVDQWLWURPEyWLFDVDQWLFRDJXODQWHVSURÀEULQROtWLFDV HYDOXDFLyQGHODIXQFLyQGLDVWyOLFDGHO9,PHGLDQWHHOHVWX-
\DQWLDJUHJDQWHVSODTXHWDULDV&RPRFRQVHFXHQFLDGHOD GLRGHODVRQGDV(·H·\6(VWRVMXQWRFRQSDUiPHWURVFOt-
HVWLPXODFLyQ GH YDULDV FLWRFLQDV 71)Ş ,/ \ RWURV QLFRVFRPRODIUHFXHQFLDFDUGLDFDODSUHVLyQDUWHULDO
PHGLDGRUHVLQÁDPDWRULRVFRPRHOFRPSOHPHQWRDFWLYDGR  VLVWyOLFD\GLDVWyOLFD\ODGRVLVGHFDWHFRODPLQDVSXHGHQ
HVWDVSURSLHGDGHVHQGRWHOLDOHVVHYHQSURIXQGDPHQWH GLIHUHQFLDUIHQRWLSRVFDUGLRYDVFXODUHVPDFURKHPRGLQiPL-
DOWHUDGDV\VHSURGXFHXQDWUDQVIRUPDFLyQHQGRWHOLDO cos en el shockVpSWLFRSDFLHQWHVFRQUHVXFLWDFLyQySWLPD
GHQRPLQDGD´DFWLYDFLyQGHOHQGRWHOLRµ(VWDVHFDUDFWHUL]D SDFLHQWHVFRQGLVIXQFLyQGHO9,SDFLHQWHVKLSHUFLQpWLFRV
SRUXQDVXSHUILFLHHQGRWHOLDOSURFRDJXODQWHXQEORTXHR SDFLHQWHVFRQGLVIXQFLyQGHOYHQWUtFXORGHUHFKR\SDFLHQWHV
ÀEULQROtWLFRPHGLDGRSRUOLEHUDFLyQPDVLYDGHOLQKLELGRUGHO FRQKLSRYROHPLDSHUVLWHQWH(VWDDSUR[LPDFLyQGLDJQyV-
DFWLYDGRUGHOSODVPLQyJHQRODH[SUHVLyQGHPROpFXODVGH WLFDFRQHFRFDUGLRJUDItDGHVGHHOLQLFLRGHOVRSRUWHDO
DGKHVLyQ\ODSURGXFFLyQGHPHGLDGRUHVLQIODPDWRULRV\ SDFLHQWHVpSWLFRVHKDHYDOXDGRFRPRODRSFLyQPDFURKH-
DJHQWHVYDVRDFWLYRV PRGLQiPLFDGHIXWXUR518QDGHODVOtQHDVDFWXDOHVGHLQYHV-
WLJDFLyQHVODUHVWULFFLyQGHODUHVXFLWDFLyQFRQÁXLGRVHQ
IDYRUGHOXVRSUHFR]GHFDWHFRODPLQDV52SRUORTXHODHYD-
Agregación plaquetaria OXDFLyQPHGLDQWHHVWRVIHQRWLSRVSXHGHD\XGDUHQODFDWH-
JRUL]DFLyQGHORVSDFLHQWHV\HQHVWXGLRVTXHFRQGX]FDQD
/DWURPERFLWRSHQLDHQODVHSVLVVHGHEHDGLYHUVRVIDFWRUHV XQDPHMRUDGHORVGHVHQODFHVFOtQLFRV1RVRORHOH[FHVRGH
)XQGDPHQWDOPHQWHORVPHGLDGRUHVLQÁDPDWRULRVVXSULPHQ ÁXLGRVJHQHUDUHVXOWDGRVDGYHUVRV53VLQRTXHODDGPLQLVWUD-
ODSURGXFFLyQSODTXHWDULD2WURPHFDQLVPRHVHODXPHQWR FLyQPX\SUHFR]GHYDVRFRQVWULFWRUHVQRLQGLFDGRVSXHGH
GHOFRQVXPRGHELGRDTXHODVSODTXHWDVSDUWLFLSDQHQOD FRQGXFLUDXQDKLSRSHUIXVLyQWLVXODUVHFXQGDULDDYDVRFRQV-
&,'DOVHUDFWLYDGDVSRUODWURPELQDHOVLVWHPDGHFRPSOH- WULFFLyQH[FHVLYD543RURWUDSDUWHODFRQJHVWLyQYHQRVDLQ-
PHQWR\HOIDFWRUGHYRQ:LOOHEUDQG )Y: 42 GXFHDOWHUDFLRQHVHQORVSDWURQHVGHIOXMRYHQRVRHQORV
yUJDQRVDEGRPLQDOHV\VHSXHGHHYDOXDUDSLHGHFDPDPH-
GLDQWHLPDJHQSRUHFRJUDItD'RSSOHU(VWDVDOWHUDFLRQHVVH
Alteraciones hemodinámicas macrovasculares KDQDVRFLDGRGHPDQHUDFRQVLVWHQWHFRQODGLVIXQFLyQRUJi-
y microvasculares en la sepsis y el shock QLFDFRQJHVWLYD\GHVHQODFHVFOtQLFRVDGYHUVRV55(QFRQMXQ-
séptico WRODHFRFDUGLRJUDItD\'RSSOHUGHOVLVWHPDYHQRVRSRGUtDQ
VHUGHXWLOLGDGSDUDHVWDEOHFHUXQOtPLWHDODDGPLQLVWUDFLyQ
Alteraciones macrocirculatorias en la sepsis GHÁXLGRVHQODUHDQLPDFLyQLQLFLDO\HQHWDSDVSRVWHULRUHV
GXUDQWHHOWUDWDPLHQWRKHPRGLQiPLFRGHODVHSVLV6LQHP-
$QLYHOPDFURKHPRGLQiPLFRVHKDFRQVLGHUDGRKLVWyULFD- EDUJRLQFOXVRFRQODHFRJUDItDODGLVIXQFLyQHQGRWHOLDO\HO
PHQWHTXHHOVKRFNVpSWLFRRFXUUHHQGLIHUHQWHVIDVHV(QOD DXPHQWRGHODSHUPHDELOLGDGYDVFXODUVXSRQHQXQUHWRLP-
SULPHUDIDVHKD\XQDKLSRYROHPLDFDXVDGDSULQFLSDOPHQWH SRUWDQWHGHELGRDTXHODYLGDPHGLDGHORVÁXLGRVDGPLQLV-
SRUSpUGLGDVUHODWLYDVGHYROXPHQGHELGDVDODXPHQWRGHOD WUDGRVGLVPLQX\HFRQVLGHUDEOHPHQWH\ODVDOWHUDFLRQHV
FDSDFLWDQFLDYHQRVD\ODGLVPLQXFLyQGHOYROXPHQHVWUHVDGR PDFURFLUFXODWRULDVYDORUDGDVSRUHFRJUDItDSRGUtDQVHUWUDQ-
TXHGHWHUPLQDHOUHWRUQRYHQRVR437DPELpQLQÁX\HQHQOD VLWRULDVGXUDQWHWRGRHOSURFHVRTXHLPSOLFDODUHDQLPDFLyQ
KLSRYROHPLDODVSpUGLGDVDEVROXWDVGHYROXPHQGHELGDVD KHPRGLQiPLFDHQVHSVLV
ÀHEUHGLVPLQXFLyQGHODLQJHVWDVDQJUDGRSpUGLGDVJDV- 'HODPLRFDUGLRSDWtDDVRFLDGDDVHSVLVVHSXHGHGHVWDFDU
WURLQWHVWLQDOHVHWF/DVHJXQGDIDVHHVODKLSHUGLQiPLFDGH DOJXQDVGHÀQLFLRQHV/DGLVIXQFLyQVLVWyOLFDVHKDGHÀQLGR
ODVHSVLV\ODWHUFHUDGLVIXQFLyQFDUGLDFDTXHFRQGXFHD HQWpUPLQRVGH)(6LQHPEDUJRHVWHSDUiPHWURUHTXLHUH
GLVIXQFLyQPXOWLRUJiQLFD44DXQTXHODFDUGLRPLRSDWtDDVR- GHHYDOXDFLyQGLQiPLFDDQWHVGHHVWDEOHFHUHOGLDJQyVWLFR
FLDGDDVHSVLVVHSXHGHDGHODQWDU\HVWDUSUHVHQWHGHVGHHO 7UDVXQDGHFXDGRYROXPHQGHUHVXFLWDFLyQHQVREUHYLYLHQWHV
inicio45 de shockVpSWLFRVHREVHUYDXQDXPHQWRGHOJDVWRFDUGLDFR
(VWDVIDVHVSXHGHQVHULQWHUFDPELDEOHVVLHPSUHFDUDFWH- \HOGLiPHWURWHOHGLDVWyOLFRGHO9, '7'9, \GLVPLQXFLyQGH
UL]DGDVSRUVHUXQSUREOHPDSULQFLSDOPHQWHGHFDUiFWHUGLV- OD)(SDUDGyMLFDPHQWHHQFRPSDUDFLyQFRQORVQRVXSHUYL-
WULEXWLYR/DIDVHWHPSUDQDKLSHUGLQiPLFDVHFDUDFWHUL]D YLHQWHVHQORVTXHVHREVHUYDQEDMRV'7'9,\DOWDV)(SRU
SRUDOWRJDVWRFDUGLDFREDMDVUHVLVWHQFLDVSHULIpULFDVHKL- UHVXFLWDFLyQLQDGHFXDGD\RVREUHHVWLPXODFLyQDGUHQpUJL-
SRYROHPLDUHODWLYD'HVSXpVKD\XQDIDVHKLSRGLQiPLFDFRQ FD/DGLODWDFLyQYHQWULFXODU\ODGLVPLQXFLyQGHOD)(FR-
EDMRJDVWRSREUHSHUIXVLyQGLVWDO\GLVIXQFLyQPXOWLRUJi UUHVSRQGHQDPHFDQLVPRVGHSURWHFFLyQYHQWULFXODUDO
nica46 HVWUpV56
&OiVLFDPHQWHODHYDOXDFLyQPDFURKHPRGLQiPLFDVHKD /DGLVIXQFLyQGLDVWyOLFDVHFDUDFWHUL]DSRUXQGHWHULRURGH
OOHYDGRDFDERPHGLDQWHFDWHWHUL]DFLyQGHODDUWHULDSXOPR- ODUHODMDFLyQ\ODGLVWHQVLELOLGDGGHO9,(OHVWXGLRGHOD
QDU6LQHPEDUJRHOHPSOHRGHODHFRFDUGLRJUDItDKDPHMR- IXQFLyQGLDVWyOLFDVHUHDOL]DPHGLDQWHGLYHUVDVWpFQLFDVGH
UDGRVXVWDQFLDOPHQWHHVWDHYDOXDFLyQGLULJLpQGRODKDFLDXQ HYDOXDFLyQGHOOOHQDGRYHQWULFXODUDWUDYpVGH'RSSOHU
PD\RUGLQDPLVPR$GHPiVGHODHYDOXDFLyQGHODIUDFFLyQ WUDQVPLWUDODVtFRPRHOJUDGRGHUHODMDFLyQDWUDYpVGHO
GHH\HFFLyQ )( HQODHFRFDUGLRJUDItDVHSRGUtDLQFOXLU DQiOLVLVGHOPRYLPLHQWRSRU'RSSOHUWLVXODUDQLYHOGHODQLOOR
RWURVSDUiPHWURVGHFDUDDWLWXODUODÁXLGRWHUDSLDGHVRSRU- PLWUDOODWHUDO\PHGLDO58/DH[LVWHQFLDGHGLVIXQFLyQGLDVWy-
WHYDVRDFWLYRRLQRWUySLFR486HSURSRQHTXHHVWRVVHDQ lica en pacientes con shockVpSWLFRVHDVRFLDFRQSHRUSUR-
DGHPiVGHOD)(GHOYHQWUtFXORL]TXLHUGR 9, HOiUHDGHO9, QyVWLFR 59 \ODDSDULFLyQGHKLSHUWHQVLyQSXOPRQDUHQ
HO97,DyUWLFR LQWHJUDOYHORFLGDGWLHPSRGHOÁXMRWUDQVDyU- SDFLHQWHVFRQQHXPRQtD\VtQGURPHGHGLVWUpVUHVSLUDWRULR
 /&KLVFDQR(3ODWD0HQFKDFD-&5XL]5RGUtJXH]HWDO

DJXGR/DGLVIXQFLyQGLDVWyOLFDHVIDYRUHFLGDSRUHOHGHPD IiFLODVXPLUHQWRQFHVTXHODPHMRUR[LJHQDFLyQHVWiUHOD-
PLRFiUGLFRFRQVHFXHQFLDGHODXPHQWRGHODSHUPHDELOLGDG FLRQDGDFRQODPHMRUtDHQODPLFURFLUFXODFLyQ\HVWDDVX
FDSLODU\ODH[WUDYDVDFLyQSURWHLFDWLVXODUORFXDODOWHUDOD YH]FRQODVXSHUYLYHQFLD80
GLVWHQVLELOLGDGFDUGLDFD60 /DDGDSWDFLyQGHOWHMLGRPLFURYDVFXODUGHVXMHWRVVDQRV
/DLQÁXHQFLDGHIDFWRUHVELROyJLFRVHVIXQGDPHQWDOHQOD VHSURGXFHSULQFLSDOPHQWHSRUPHFDQLVPRVODDFFLyQGHO
ÀVLRSDWRORJtDGHODGLVIXQFLyQYHQWULFXODU\VHUHODFLRQDQFRQ VLVWHPDVLPSiWLFRSHULYDVFXODU\ODFpOXODHQGRWHOLDO81$GH-
ODH[SRVLFLyQGHOPLRFLWRDP~OWLSOHVSURGXFWRVGHGLYHUVD PiVORVKHPDWtHV82SXHGHQOOHJDUDIXQFLRQDUFRPRVHQVRUHV
tQGROHSURGXFLGRVGXUDQWHHOSURFHVRLQÁDPDWRULR\GDxRFH- LQWUDYDVFXODUHVGHWDOIRUPDTXHODGLVPLQXFLyQGHODFRQ-
OXODU '$03 $VXYH]ORVSURFHVRVLQÁDPDWRULRVUHODFLRQD- FHQWUDFLyQGHODVDWXUDFLyQGHR[tJHQRLQGXFHOLEHUDFLyQGH
GRVFRQDJHQWHVLQIHFFLRVRVSXHGHQSRWHQFLDUHVWHIHQyPHQR 12\ODFRQVLJXLHQWHGLODWDFLyQFDSLODU(QODVHSVLVORVPH-
SRUPHGLRGHODSURGXFFLyQGH3$03FRPRVRQHO/36HOiFL- FDQLVPRVLPSOLFDGRVHQODPLFURFLUFXODFLyQPiVDOOiGHOD
GROLSRWHLFKRLFRODÁDJHOLQD\HO$'1EDFWHULDQRHOPDQDQR GLVIXQFLyQHQGRWHOLDOVRQHOGHVHTXLOLEULRGHODKRPHRVWDVLV
HQKRQJRV\$51YLUDOGHFDGHQDVLPSOHRGREOH HQWUHVXVWDQFLDVYDVRFRQVWULFWRUDV\YDVRGLODWDGRUDV\OD
DOWHUDFLyQGHJOXFRFiOL]7\POHWDO83ORKDQGHPRVWUDGRVL-
PXODQGRXQVtQGURPHGHUHSHUIXVLyQHQPRGHORVH[SHUL-
Alteraciones microcirculatorias en la sepsis PHQWDOHV(VWRVHVWXGLRVWDPELpQVHKDQOOHYDGRDFDERHQ
SDFLHQWHVVpSWLFRV\ODSUHVHQFLDGHGLVIXQFLyQHQGRWHOLDO
/DPLFURFLUFXODFLyQHVOD]RQDWHUPLQDOGHOWHMLGRYDVFXODU VHKDUHODFLRQDGRFRQODJUDYHGDGGHODGLVIXQFLyQRUJiQL-
FX\RGLiPHWURHV—P/DVDUWHULRODVODVYHQDVSRVFD- ca84\ORVGHVHQODFHVFOtQLFRV85.
SLODUHVFDSLODUHVYpQXODVVHHQFDUJDQGHODWUDQVIHUHQFLD (QODVHSVLVODLQWHUDFFLyQHQWUHODVXSHUÀFLHHQGRWHOLDO\
GHR[tJHQRODUHJXODFLyQGHOLQWHUFDPELRGHVROXWRVHO ODVFpOXODVFLUFXODQWHVWDPELpQVHHQFXHQWUDDOWHUDGD(O
WUDQVSRUWHKRUPRQDO\ODWUDQVIHUHQFLDGHQXWULHQWHV/DV JURVRUGHOJOXFRFiOL]HVWiSURIXQGDPHQWHDOWHUDGRDVtFRPR
DOWHUDFLRQHVHQHVWHVLVWHPDLQGXFLGDVSRUODVHSVLVFRUUHV- VXVSURSLHGDGHVUHJXODGRUDVSDUDODLQWHUDFFLyQFHOXODUTXH
SRQGHQDXQDGLVPLQXFLyQHQODGHQVLGDGFDSLODU\XQDDOWH- OLEHUDVXVWDQFLDVQHFHVDULDVSDUDHOPHWDEROLVPR/DDF-
UDFLyQHQODSHUIXVLyQGHODPLFURYDVFXODWXUD(VWiQ WLYDFLyQGHODFRDJXODFLyQWDPELpQDOWHUDODKRPHRVWDVLV
LPSOLFDGDVODGLVIXQFLyQHQGRWHOLDOODFRPXQLFDFLyQFHOXODU FDSLODU\ODGLIXVLyQ88GHOR[tJHQRHQWUHORVWHMLGRV)LQDO-
\ODDGKHVLYLGDGLQWHUFHOXODU PHQWHODDGKHVLyQFHOXODUDHVWHWHMLGRGDxDGRKDFHXQ
/DUHVXFLWDFLyQGHOshockVpSWLFRVHKDEDVDGRFRQYHQFLR- SDSHOLPSRUWDQWH(OIHQyPHQRGHrolling, tanto de leucoci-
QDOPHQWHHQFRUUHJLUODVDOWHUDFLRQHVGHODPDFURFLUFXODFLyQ WRVFRPRGHSODTXHWDVVHHQFXHQWUDDXPHQWDGRHQHOSD-
DWUDYpVGHYDULDEOHVFRPRODUHVSXHVWDDODLQIXVLyQGHFULV- FLHQWH VpSWLFR OR TXH SRWHQFLD D~Q PiV OD FDVFDGD
taloides63RHOVRSRUWHYDVRDFWLYR646LQHPEDUJRH[LVWHHYL- LQÁDPDWRULD$GHPiVHOSULQFLSDODFWRUGHODR[LJHQDFLyQ
GHQFLDH[SHULPHQWDO\FOtQLFDTXHUHODFLRQDHOGHWHULRURGHOD WLVXODUHOKHPDWtHVHGHIRUPDSRUODVDOWHUDFLRQHVHQOD
PLFURFLUFXODFLyQFRQODGLVIXQFLyQRUJiQLFD\ODPRUWDOLGDG65 SDUHGHQGRWHOLDO89FRQORFXDOGLVPLQX\HODHIHFWLYLGDGGH
(QSDUDOHORDODVDOWHUDFLRQHVPDFURFLUFXODWRULDVTXHKDQ HVWDFpOXODSDUDODVHFUHFLyQWDQWRGH12FRPRGHR[tJHQR
VLGRREMHWRGHHVWXGLRHQHOFRQFHSWR“early goal-directed (VWRSURORQJDHOGHVDMXVWHHQWUHSHUIXVLyQ\R[LJHQDFLyQ90
therapy”66H[LVWHQDOWHUDFLRQHVPLFURFLUFXODWRULDVTXHDIHF-
WDQDODSHUIXVLyQ\HVWiQUHODFLRQDGDVFRQHOGHVDUUROORGH
GLVIXQFLyQPXOWLRUJiQLFD\PRUWDOLGDG'HODPLVPDPDQHUD Coherencia hemodinámica
TXHHQHOshockGLVWULEXWLYRGHRULJHQVpSWLFRHVWDVDOWHUD-
FLRQHVVHKDQGHVFULWRHQHOVtQGURPHGHUHVSXHVWDLQÁDPDWR- (QHVWHVHQWLGR,QFHHWDOSURSRQHQFyPRRSWLPL]DUHOYR-
ULD VLVWpPLFD VHFXQGDULR D shock FDUGLRJpQLFR   OXPHQGHÁXLGRSDUDPD[LPL]DUODFDSDFLGDGGHODPLFURFLU-
KHPRUUiJLFR69\FLUXJtDPD\RU FOiVLFDPHQWHODFLUXJtDFDU- FXODFLyQSDUDWUDQVSRUWDUR[tJHQRDORVWHMLGRV(OFRQFHSWR
diaca) GH´FRKHUHQFLDKHPRGLQiPLFDµVHUHÀHUHDTXHHOWUDWD-
/RVPRGHORVH[SHULPHQWDOHVKDQPRVWUDGRTXHODVDOWHUD- PLHQWRJHQHUDOKDELWXDOSDUDHOshockVHEDVDHQPHMRUDUHO
FLRQHVTXHODVHSVLVRFDVLRQDHQHOVLVWHPDPLFURYDVFXODU ÁXMRFDSLODU6LQHPEDUJRDSHVDUGHXQÁXMRFDSLODU
VRQODGLVPLQXFLyQGHODFDSLODULGDG\VXGHQVLGDG y la va- QRUPDOHOWUDQVSRUWHSXHGHVHULQHÀFD]SRUODH[LVWHQFLDGH
ULDELOLGDGHQODSHUIXVLyQ(VWRVPRGHORVVHKDQHVWXGLDGR DOWHUDFLRQHVGHODGLIXVLyQGHQXWULHQWHV\R[tJHQR/RVWLSRV
HQGLIHUHQWHVVLWXDFLRQHVPHGLDQWHODDGPLQLVWUDFLyQGHHQ- GHSpUGLGDGHFRKHUHQFLDKHPRGLQiPLFDVHFODVLILFDQHQ
GRWR[LQD\HOHIHFWRVHKDHYDOXDGRHQGLIHUHQWHVWHMLGRV JUXSRV ÀJXUD KHWHURJHQHLGDGHQODSHUPHDELOLGDGFD-
FRPRODSLHOODOHQJXDHOWHMLGRHVSOiFQLFRHOKtJDGRR SLODUGHQWURGHOPLVPRWHMLGRKHPRGLOXFLyQTXHLQFUHPHQ-
LQFOXVRWHMLGRFHUHEUDO WDODGLÀFXOWDGSDUDODGLIXVLyQGHVXVWDQFLDVDXPHQWRGH
'HELGRDTXHODDOWHUDFLyQHQODPLFURFLUFXODFLyQHVSULQ- UHVLVWHQFLDVYDVFXODUHVLQGXFLGDVXREVWUXFFLyQDOÁXMRGH
FLSDOPHQWHDGDSWDWLYDHVLPSRUWDQWHLQYHVWLJDUFyPROD UHWRUQRYHQRVR\HGHPDWLVXODUVHFXQGDULRDODXPHQWRGH
VHSVLVSXHGHOOHJDUDSURGXFLUHVWRVFDPELRV(QFRQGLFLRQHV SHUPHDELOLGDGFDSLODUFRQGLIXVLyQGHVXVWUDWRVDIHFWDGD
H[SHULPHQWDOHVVHKDGHPRVWUDGRTXHODKLSR[LDWLVXODU (OREMHWLYRGHOWUDWDPLHQWRGHEHVHUUHVWDEOHFHUODFRKH-
GHÀQLGDSRUSUHVLyQSDUFLDOGHR[tJHQRGLVPLQXLGDHQSUH- UHQFLDKHPRGLQiPLFD3RUORWDQWRORVIXWXURVHVWXGLRVGH-
VHQFLDGHUHDFFLRQHVFRQDFWLYLGDGredox, SURGXFHKLSRSHU- EHQWHQHUHVWHDVSHFWRFRPRREMHWLYRFHQWUiQGRVHHQORV
IXVLyQHQHOWHMLGR/DGLUHFFLyQGHHVWDUHDFFLyQHVHQHVWH HIHFWRVÀVLRSDWROyJLFRVHQODPLFURFLUFXODFLyQ8QDHVWUDWH-
VHQWLGR\QRDOUHYpVHQWDQWRTXHORSULPDULRHVODKLSR[LD JLDEDVDGDHQODDGPLQLVWUDFLyQGHDJHQWHVYDVRSUHVRUHVH
QRODKLSRSHUIXVLyQ(QHVWXGLRVUHDOL]DGRVHQODPLFURFLU- LQRWUySLFRV\WUDQVIXVLyQGHKHPRGHULYDGRVQRWHQGUiHO
FXODFLyQVXEOLQJXDOVHKDGHPRVWUDGRTXHXQDPHMRUtDGHOD PHMRUUHVXOWDGRVLQRVHORJUDPHMRUDU\PDQWHQHUHOÁXMR
KLSR[LDWLVXODUFRQGXFHDXQDPHMRUtDGHODSHUIXVLyQ(V HQHOWHUULWRULRPLFURYDVFXODU92(VWHDVSHFWRVHKDGHPRV-
Medicina Intensiva 46S1 (2022):1-13 9

Figura 3 $OWHUDFLRQHV GH OD PLFURFLUFXODFLyQ DVRFLDGDV FRQ OD SpUGLGD GH OD FRKHUHQFLD KHPRGLQiPLFD /DV DOWHUDFLRQHV TXH
FRQOOHYDQODSpUGLGDGHODFRKHUHQFLDKHPRGLQiPLFDFRQGXFHQDKLSR[LDWLVXODU+HWHURJHQHLGDGFDSLODUODSUHVHQFLDGHFDSLODUHV
SHUPHDEOHVDOODGRGHRWURVREWXUDGRVUHVXOWDHQXQDR[LJHQDFLyQKHWHURJpQHDGHOWHMLGR+HPRGLOXFLyQODUHVXFLWDFLyQOOHYDDOD
KHPRGLOXFLyQ\HOORKDFHTXHKD\DPHQRUSURSRUFLyQGHKHPDWtHVSRUORTXHKD\PHQRUSURSRUFLyQGHWUDQVSRUWHGHR[tJHQR
&RQVWULFFLyQWDSRQDPLHQWRODVVXVWDQFLDVLQÁDPDWRULDVDOWHUDQODUHJXODFLyQGHOWRQRYDVFXODUTXHDOWHUDHOÁXMRFDSLODU\SRU
HQGHJHQHUDDQRUPDOLGDGHVGHODSUHVLyQKLGURVWiWLFD\RQFyWLFDTXHFRQOOHYDQXQDDOWHUDFLyQHQODGLIXVLyQGHOR[tJHQRWLVXODU
(GHPDVHFXQGDULRDXQDVLWXDFLyQGHIXJDFDSLODUDFDEDSRUHPSHRUDUHOWUDQVSRUWHGHR[tJHQRSRUDOWHUDFLyQGHODFRUUHFWD
FLUFXODFLyQGHOKHPDWtH

WUDGRHQHQVD\RVFOtQLFRV93'XELQHWDOGHPRVWUDURQTXHHO (VWRVKDOOD]JRVDSXQWDQDTXHHOIHQyPHQRGHYDVRFRQVWULF-
DXPHQWRGHODSUHVLyQDUWHULDOPHGLDSRUHQFLPDGH FLyQLQDSURSLDGDSXHGHVHUSHUMXGLFLDO\FRQVWLWXLUXQDQXH-
PP+JFRQGRVLVFUHFLHQWHVGHQRUDGUHQDOLQDSXHGHPH- YDGLDQDWHUDSpXWLFD 101 (OHIHFWRYDVRGLODWDGRUGHOD
MRUDUHOJDVWRFDUGLDFRODSUHVLyQSXOPRQDUODVUHVLVWHQFLDV GREXWDPLQDSXHGHUHVXOWDUGHXWLOLGDGFRPRPHGLGDSDUD
YDVFXODUHVVLVWpPLFDV\ORVGLYHUVRVSDUiPHWURVPDFURKHPR- UHFOXWDUODPLFURFLUFXODFLyQ1027DPELpQVHKDQREWHQLGRUH-
GLQiPLFRV6LQHPEDUJRHVWRQRHVFDSD]GHPHMRUDUODSHU- VXOWDGRVSURPHWHGRUHVFRQDQiORJRVGHODSURVWDFLFOLQD
IXVLyQPLFURYDVFXODUHLQFOXVRSXHGHVHUSHUMXGLFLDO94OR TXHVRQSRWHQWHVYDVRGLODWDGRUHVDUWHULRODUHVTXHSXHGHQ
FXDOORFRQYLHUWHHQXQIDFWRUSURQyVWLFR95(OUHFOXWDPLHQWR FXPSOLUHOFULWHULRGHDFWXDUSUHGRPLQDQWHPHQWHHQODUHG
GHODPLFURFLUFXODFLyQVHUHODFLRQDFRQODPHMRUtDGHODIXQ- SUHFDSLODU6LQHPEDUJRWDPELpQKD\GDWRVFRQWUDGLFWRULRV
FLyQRUJiQLFD96 (QXQHQVD\RDOHDWRUL]DGRODDGPLQLVWUDFLyQGHQLWURJOLFHUL-
(QORV~OWLPRVDxRVODDWHQFLyQDODUHVSXHVWDPLFURYDV- na en shockVpSWLFRQRREWXYREHQHÀFLR105
FXODUVHKDFHQWUDGRHQODVLQWHUYHQFLRQHVIDUPDFROyJLFDV ([LVWHQGLYHUVDVHVWUDWHJLDVSDUDVHOHFFLRQDUDORVSDFLHQ-
FRQODHVSHUDQ]DGHHQFRQWUDUWUDWDPLHQWRVFDSDFHVGHUHV- WHVFDQGLGDWRVDHVWRVWUDWDPLHQWRVDVtFRPRSDUDPRQLWR-
WDXUDUHOÁXMRPLFURFLUFXODWRULR/DVHOHFFLyQDGHFXDGDGH UL]DUODUHVSXHVWDDHVWRV1063RUXQDSDUWHODH[SORUDFLyQ
ORVSDFLHQWHVSDUDHVWHWLSRGHLQWHUYHQFLRQHVHVIXQGDPHQ- FOtQLFD PRWHDGRHQSLHOJUDGLHQWHGHWHPSHUDWXUD WLHQH
WDO$SLHGHFDPDODVDOWHUDFLRQHVFRPRODSLHOPRWHDGDHO ODYHQWDMDGHTXHQRUHTXLHUHWHFQRORJtD\HVUiSLGDPHQWH
WLHPSRGHOOHQDGRFDSLODUSURORQJDGRRHOJUDGLHQWHGHWHP- DSOLFDEOH6LQHPEDUJRGHSHQGHGHOREVHUYDGRU\VHOLPLWD
SHUDWXUDGHFHQWUDODSHULIpULFDVRQPDQLIHVWDFLRQHVFOtQL- DODREVHUYDFLyQGHODSLHO/DYLGHRPLFURVFRSLDTXHYDORUD
FDVIUHFXHQWHVGHODDOWHUDFLyQHQODPLFURFLUFXODFLyQ  WDQWRHOÁXMRPLFURYDVFXODUFRPRODGHQVLGDGFDSLODU\OD
(VWRVSDUiPHWURVVHFRUUHODFLRQDQFRQODJUDYHGDGGHODGLV- KHWHURJHQHLGDGGHODSHUIXVLyQHVDFWXDOPHQWHHOSDWUyQ
IXQFLyQRUJiQLFD\SUHGLFHQODPRUWDOLGDG7DPELpQSXHGHQ GHUHIHUHQFLDSDUDHOGLDJQyVWLFR6HDSOLFDDSLHGHFDPD
FRQVWLWXLUXQDJXtDGHWUDWDPLHQWR(OUHOOHQRFDSLODUVH DXQTXHUHTXLHUHH[SHULHQFLDSUHYLD\ORVUHVXOWDGRVQRHV-
SXHGHXWLOL]DUSDUDJXLDUODUHVXFLWDFLyQ98 WiQGLVSRQLEOHVLQPHGLDWDPHQWH /DPLFURFLUFXODFLyQ
+D\DXWRUHVTXHLQFOXVRSURPXOJDQGHMDUGHODGRORVREMH- WDPELpQVHSXHGHHYDOXDUGHPDQHUDLQGLUHFWD/DPHGLFLyQ
WLYRVPDFURKHPRGLQiPLFRVSDUDFHQWUDUVHHQODPLFURFLUFX- GHODSUHVLyQSDUFLDOGHGLy[LGRGHFDUERQRWLVXODU PHGLDQ-
ODFLyQ99(VWXGLRVH[SHULPHQWDOHVPXHVWUDQTXHODVWHUDSLDV WHFDSQRPHWUtDVXEOLQJXDORJiVWULFD LQIRUPDVREUHHOHVWD-
YDVRGLODWDGRUDVSXHGHQVHU~WLOHVHQHOWUDWDPLHQWRGHODV GRPHWDEyOLFR\VHSXHGHDSOLFDUDODFDEHFHUDGHOSDFLHQWH
DOWHUDFLRQHVGHODPLFURFLUFXODFLyQ100(QSDFLHQWHVFRQ DXQTXHHVXQDWpFQLFDFRPSOHMD/DSUXHEDGHRFOXVLyQGH
shockVpSWLFR'H%DFNHUHWDO80GHPRVWUDURQFRPRODDGPL- XQDH[WUHPLGDGSHUPLWHPHGLDQWHHOHFWURGRVWUDQVFXWi-
QLVWUDFLyQWySLFDGHDFHWLOFROLQDXQDJHQWHYDVRGLODWDGRU QHRVPHGLUODSUHVLyQSDUFLDOGHR[tJHQR6LQHPEDUJRDO
HQGRWHOLDOUHVWDXUDODPLFURFLUFXODFLyQVXEOLQJXDOORTXH VHUXQDPHGLGDGHULYDGDGHODPLFURYDVFXODWXUDSXHGHWH-
LQGLFDXQSRVLEOHEHQHÀFLRGHODVWHUDSLDVYDVRGLODWDGRUDV QHUUHVXOWDGRVGLVSDUHVDOHYDOXDUGLIHUHQWHVWHUULWRULRVFRQ
10 /&KLVFDQR(3ODWD0HQFKDFD-&5XL]5RGUtJXH]HWDO

KHWHURJHQHLGDGGHÁXMR/DHVSHFWURVFRSLDLQIUDUURMDTXH IXQFLyQLQPXQROyJLFDPRQRFtWLFD\HODFRUWDPLHQWRGHORV
PLGHODVDWXUDFLyQWLVXODUGHR[tJHQRHQP~VFXORHVTXHOpWL- WLHPSRVGHYHQWLODFLyQPHFiQLFD\HVWDQFLDKRVSLWDODULDGH
FRVHSXHGHDSOLFDUWDPELpQPLGLHQGRODUHVSXHVWDDOD pacientes con shock séptico1165HVSHFWRDOHOHPHQWR3'
RFOXVLyQYDVFXODU$XQTXHHVXQDPHGLGDFXDQWLWDWLYDORV VHH[SUHVDHQODVFpOXODV7DFWLYDGDVODVFpOXODV1.\ODV
UHVXOWDGRVHVWiQVXMHWRVDODKHWHURJHQHLGDG FpOXODV%6XOLJDQGR 3'/ VHH[SUHVDDPSOLDPHQWHHQ
/DVHOHFFLyQGHSDFLHQWHVFRQXQDPLFURFLUFXODFLyQSUR- FpOXODVKHPDWRSR\pWLFDV\QRKHPDWRSR\pWLFDV118/DH[SUH-
IXQGDPHQWHDOWHUDGDTXHQRUHVSRQGDDOWUDWDPLHQWRFRQ- VLyQGH3'HQODVFpOXODV7\ODVFpOXODVGHOVLVWHPDPRQR-
YHQFLRQDOHVFUXFLDO 108$GHFXDUORVWUDWDPLHQWRVDORV FLWRPDFUyIDJRVHKDYLVWRDXPHQWDGDHQSDFLHQWHVFRQ
SDFLHQWHVHVSHFtÀFRVHVXQDHVWUDWHJLDREOLJDWRULD\SHUVR- shockVpSWLFR
QDOL]DGDFHQWUDGDHQODPLFURFLUFXODFLyQ/DVPHGLGDVGH /DYtD3'3'/SRGUtDGHVHPSHxDUXQSDSHOLPSRUWDQ-
UHDQLPDFLyQPD\RULWDULDPHQWHVHKDQRULHQWDGRDODFLUFX- WHHQODLQPXQRVXSUHVLyQLQGXFLGDSRUVHSVLV1197DPELpQLQ-
ODFLyQVLVWpPLFD(QHOIXWXURODVLQYHVWLJDFLRQHVGHEHQUHV- KLEHODDFWLYDFLyQODWROHUDQFLD\ODIXQFLyQGHODVFpOXODV7
SRQGHUDODSUHJXQWDGHVLODVHVWUDWHJLDVGHVWLQDGDVD $QGULDQLHWDO120PRVWUDURQTXHORVGHIHFWRVHQODIXQFLyQ
UHFOXWDUODPLFURFLUFXODFLyQSXHGHQPHMRUDUORVGHVHQODFHV LQPXQLWDULDGHORVSDFLHQWHVFRQVHSVLVHVWiQDVRFLDGRVFRQ
FOtQLFRV XQDH[SUHVLyQDXPHQWDGDGH3'R3'/\SXHGHQUHVWDX-
UDUVHPHGLDQWHHOWUDWDPLHQWRFRQDQWLFXHUSRVGLULJLGRV
FRQWUD3'R3'/
Inmunoparálisis

+LVWyULFDPHQWHVHKDKLSRWHWL]DGRTXHODIDVHWHPSUDQDH Conclusiones
KLSHULQÁDPDWRULDGHODVHSVLVVHVLJXHGHXQDIDVHFRPSHQ-
VDWRULDFRQIXQFLyQDQWLLQÁDPDWRULDTXHOLPLWDHOGDxRWLVX- /DÀVLRSDWRORJtDGHODVHSVLVHVFRPSOHMD\WUHPHQGDPHQWH
ODU 109 /RVDYDQFHVHQHOWUDWDPLHQWRGHODVHSVLVKDQ KHWHURJpQHD)DFWRUHVSURSLRVGHOPLFURRUJDQLVPRFDXVDO
SHUPLWLGRDFRUWDUODGXUDFLyQGHOFXUVRFOtQLFRSRUORTXHOD GHOIRFRGHLQIHFFLyQ\GHOKXpVSHGJHQHUDQGLIHUHQWHVIH-
IDVHFRPSHQVDWRULDVHREVHUYDFRQPHQRVIUHFXHQFLD6LQ QRWLSRVFRQGLIHUHQWHVJUDGRVGHDFWLYDFLyQGHORVVLVWHPDV
HPEDUJRH[LVWHXQVXEJUXSRGHSDFLHQWHVFRQQHFHVLGDGHV GHODLQÁDPDFLyQODFRDJXODFLyQ\HOHQGRWHOLR(QORV~OWL-
GHYHQWLODFLyQPHFiQLFDRIiUPDFRVYDVRDFWLYRVDPHGLDQR PRVDxRVVHKDQSURGXFLGRHQRUPHVDYDQFHVHQHOFRQR-
SOD]R(VWHHVWDGLRFRUUHVSRQGHDOSURFHVRÀVLRSDWROyJLFR FLPLHQWRGHODÀVLRSDWRORJtDGHODVHSVLV\ODHQGRWR[LQDVH
FRQRFLGRFRPRLQPXQRSDUiOLVLVTXHVHH[SOLFDSRUODVHQHV- KDUHFRQRFLGRFRPRODPROpFXODSULQFLSDOTXHGHVHQFDGHQD
FHQFLDGHOVLVWHPDLQPXQLWDULR ODUHVSXHVWDLQÁDPDWRULDHQODVHSVLVFDXVDGDSRU*UDPQH-
/DLQPXQRSDUiOLVLVHVHOUHVXOWDGRGHOGHVHTXLOLEULRHQWUH JDWLYRV6LQHPEDUJRWRGDYtDQRH[LVWHQWUDWDPLHQWRVTXH
ODUHVSXHVWDLQQDWD\ODDGDSWDWLYD/RVLQWHUYLQLHQWHVHQ PRGLÀTXHQHVWRVFDPELRVÀVLRSDWROyJLFRV\VHWUDGX]FDQHQ
HVWHSURFHVRVRQODVFpOXODVGHOVLVWHPDPRQRFLWRPDFUyID- XQDPHMRUDGHODPRUELPRUWDOLGDGGHORVSDFLHQWHVVpSWL-
JRHOVLVWHPDPD\RUGHKLVWRFRPSDWLOLGDG +/$ '5,,ODV FRV/DVDOWHUDFLRQHVKHPRGLQiPLFDVHQODPDFURFLUFXODFLyQ
&3$HQVXFRQMXQWRHLQFOXVRORVOLQIRFLWRV7110(QORVSD- VRQHVHQFLDOHVGXUDQWHHOWUDWDPLHQWRGHODVHSVLVDSLHGH
FLHQWHVVpSWLFRVH[LVWHXQDUHJXODFLyQDODEDMDHQODWUDQV- FDPD6LQHPEDUJRHQORV~OWLPRVDxRVVHKDSXHVWRHOIRFR
FULSFLyQGHODH[SUHVLyQGH+/$'5VREUHWRGRHQORV HQODVDOWHUDFLRQHVGHODPLFURFLUFXODFLyQ\ODUHVXFLWDFLyQ
PRQRFLWRVTXHVHKDDVRFLDGRFRQODJUDYHGDGGHOFXUVR FRQÁXLGRVXWLOL]DQGRPHGLRVSUiFWLFRVFRPRSRUHMHPSOR
FOtQLFRHQODVHSVLVODGLVIXQFLyQRUJiQLFD\HOSURQyVWLFR(O ODHFRJUDItDVLHPSUHWRPDQGRHQFXHQWDREMHWLYRVEDVDGRV
IDFWRUFODYHHQHVWR~OWLPRHVODYXOQHUDELOLGDGDFRQWUDHU HQUHVWDXUDUODSpUGLGDGHOD´FRKHUHQFLDKHPRGLQiPLFDµ
LQIHFFLRQHVVHFXQGDULDVRQRVRFRPLDOHV111 /DKHWHURJHQHLGDGGHODVHSVLVKDFHQHFHVDULDXQDPHMRU
/DLQPXQRSDUiOLVLVVHSXHGHLGHQWLÀFDUPHGLDQWHHOHV- VHOHFFLyQGHSDFLHQWHVHQIXWXURVHQVD\RVFOtQLFRVFRQEDVH
WXGLRGHODH[SUHVLyQGH+/$'5HQHOPRQRFLWR P+/$ HQORVGLIHUHQWHVIHQRWLSRVORTXHSUREDEOHPHQWHIDFLOLWDUi
'5  'LYHUVRV HVWXGLRV OR UHODFLRQDQ FRQ XQD PD\RU HOKDOOD]JRGHEHQHÀFLRVGHHVWRVHVSHUDGRVWUDWDPLHQWRV
PRUWDOLGDGDFRUWR\ODUJRSOD]RHQHOshock séptico112(O
+/$'5QRVRORVLUYHFRPRPDUFDGRUVLQRFRPRJXtDSDUD
IXWXURVWUDWDPLHQWRVEDVDGRVHQODUHVWDXUDFLyQGHOIXQ- Financiación
FLRQDPLHQWRGHOVLVWHPDLQPXQROyJLFR 113/DH[SUHVLyQ
UHGXFLGDGHO+/$'5HQPRQRFLWRVTXHVHGHÀQHFRQXQ 1RIXHQHFHVDULDÀQDQFLDFLyQ
YDORUGH+/$'5VHKDSURSXHVWRFRPRPDUFDGRU
GLDJQyVWLFRGHLQPXQRSDUiOLVLVHQSDFLHQWHVFUtWLFRV 114
7DPELpQHVXQFULWHULRGLDJQyVWLFRXQDUHVSXHVWD &RQÁLFWRGHLQWHUHVHV
SJPOGH71)ŞLQGXFLGDSRUOLSRSROLVDFiULGR /36 GXUDQ-
WHPiVGHGtDV115 /RVDXWRUHVQRGHFODUDQFRQÁLFWRVGHLQWHUHVHVHQODUHDOL]D-
6HHVWiQHVWXGLDQGRGLYHUVRVDJHQWHVDG\XYDQWHVSDUDORV FLyQGHHVWHWUDEDMR
SDFLHQWHVTXHVHHQFXHQWUDQHQXQHVWDGRGHLQPXQRSDUiOL-
VLV(QWUHHOORVHOIDFWRUHVWLPXODGRUGHPRQRFLWRVPDFUy-
IDJRV *0&6) ,)1Šanti-programmed death-ligand 1 Nota al suplemento
DQWL3'/ H,/(QXQHQVD\RFOtQLFRODUHGXFFLyQHQOD
H[SUHVLyQGHP+/$'5VHKDHPSOHDGRSDUDGLIHUHQFLDUD (VWHDUWtFXORIRUPDSDUWHGHOVXSOHPHQWR©5HVXFLWDFLyQGHO
ORVSDFLHQWHVDORVTXHVHDGPLQLVWUD*0&6)(QHVWHHVWX- paciente con sepsis y shockVpSWLFRªTXHFXHQWDFRQHOSD-
GLRODLQWHUYHQFLyQKDUHVXOWDGRHQODUHVWDXUDFLyQGHOD WURFLQLRGH$23+($/7+,%(5,$
21
capítulo

Principios de cirugía endoscópica

Salvador Martínez Dubois


Lilia Cote Estrada

Introducción
La cirugía endoscópica es aquella en que el abordaje de los tradicionalmente se sigue, lo que al parecer constituye un
órganos se efectúa a través de instrumentos ópticos que inconveniente.
permiten la visión de cavidades anatómicas del cuerpo hu- Sin embargo, sucede lo contrario y deben apreciarse las
mano en donde éstos se hallan contenidos, y el ejercicio de ventajas que esta técnica representa cuando existe una clara
procedimientos técnico-quirúrgicos con fines terapéuticos. indicación de realizar la intervención quirúrgica mediante
Toma su nombre de acuerdo con la región en la que se la cirugía endoscópica, llamada también cirugía de invasión
practica; así, se refiere a: mínima o miniinvasiva, pero si se utiliza de manera indiscri-
minada, puede dar lugar a complicaciones muy graves y por
• Cirugía toracoscópica para la cavidad torácica
último tendrá que realizarse el abordaje convencional, ciru-
• Cirugía laparoscópica para la cavidad abdominal
gía abierta, para reparar yatrogenias debidas a mala selección.
• Cirugía culdoscópica, que se lleva a cabo a través del
El avance tecnológico que se generó con la cirugía en-
fondo de saco posterior de la vagina
doscópica propició la fabricación de equipos por diversas
• Cirugía endoscópica transuretral, como en el caso de la
casas comerciales, las cuales introducen nuevos métodos y
resección de próstata por esta vía o algún procedimiento
recursos de equipo e instrumental útiles; sin embargo, esta
a nivel de la vejiga urinaria e incluso de los uréteres
diversificación también se traduce en que no siempre es po-
• Cirugía artroscópica a nivel de las articulaciones, como
sible adaptar una novedad al equipo con el que se cuenta,
en la rodilla
y para ello tendría que adquirirse el modelo nuevo en su
En el cuadro 21-1 se muestran las principales aportacio- totalidad, lo que resulta oneroso en extremo.
nes a la cirugía endoscópica de distinguidos profesionales Las instituciones de salud, públicas y privadas, deben
de la salud de diferentes nacionalidades. analizar de manera importante la adquisición de equipos
endoscópicos e instrumental con base en sus necesidades
Equipo y programas quirúrgicos. Por lo general se recomienda que
sean de una misma marca comercial.
Como en todo procedimiento y técnica quirúrgica, es in- Con la finalidad de introducir al estudiante en esta nue-
dispensable para el cirujano conocer el equipo, mobiliario e va tecnología se seleccionó como modelo la cirugía lapa-
instrumental con el que cuenta y que requiere para llevar a roscópica porque es la de mayor difusión en los hospitales
cabo de manera óptima la intervención quirúrgica. generales y seguramente en la que participará primero a su
En la cirugía endoscópica es una prioridad absoluta la ingreso en los nosocomios.
unidad electroquirúrgica, sin la cual no puede efectuarse El término laparoscopia deriva de las raíces griegas lapá-
este tipo de procedimiento, además del adiestramiento que ra, que significa abdomen, y skopeín, que significa examinar.
debe tener todo el grupo quirúrgico en el manejo de estos El equipo que se requiere consta principalmente de:
recursos.
Debe considerarse que en la cirugía endoscópica la vía • Laparoscopio
de acceso hacia la cavidad por operar es diferente de la que • Monitor
232

21_Ch21_MARTINEZ.indd 232 07/03/13 10:51


CAPÍTULO 21 / Principios de cirugía endoscópica 233

Cuadro 21-1. Datos históricos sobre cirugía endoscópica


Nombre País de origen Año Contribución
Abulkasis (963-1013) Arabia ? Primer médico en explorar una cavidad del cuerpo humano al estudiar el cuello uterino
Bozzini Alemania 1805 Introduce un tubo por la uretra iluminando con la luz de una vela e intenta visualizar la
vejiga
Segalas Francia 1826 Agrega un sistema de espejos para observar la vejiga con un tubo
Disormeaux Francia 1853 Ilumina con una lámpara de gasolina para lograr la endoscopia vesical
Nitze Alemania 1879 Agrega al cistoscopio lentes de aumento, lo que mejora significativamente la visión
Edison Estados Unidos 1880 Aporta la luz incandescente
Newman Inglaterra 1883 Integra la luz a la punta del cistoscopio
Otto Rusia 1901 Visualiza la cavidad abdominal con un cistoscopio
Kelling Alemania 1901 Realiza celioscopia en perros con neumoperitoneo
Jacobaeus Suecia 1910 Realiza endoscopia pleural, peritoneal y pericárdica en humanos
Zollinkofen Suiza 1924 Insufla el abdomen con dióxido de carbono
Gótz y Veress Hungría 1918 y 1924, Diseñan agujas que permitían una entrada más segura de los trócares para insuflar el
respectivamente neumoperitoneo
Cushing Estados Unidos 1928 Aporta la hemostasia por medio de electricidad
Bovie Estados Unidos 1928 Aporta la primera unidad de electrocoagulación
Kalk Alemania 1929 Diseña lentes de aumento para peritoneoscopio
Fervers Estados Unidos 1933 Realiza lisis de adherencias por laparoscopia
Boesh Suiza 1936 Primera esterilización tubaria vía endoscópica
Rudock Estados Unidos 1937 Publica su experiencia en 500 peritoneoscopias, incluyendo algunas biopsias
Powers y Sames Estados Unidos 1941 Efectúan oclusión tubaria por coagulación como procedimiento de esterilización
Palmer Francia 1947 Informa 250 casos de laparoscopia
Fourestier Francia 1952 Utiliza la luz fría con una fuente externa de cuarzo
Hopkins Inglaterra 1952 Diseña sistema de lentes para utilizar en el endoscopio rígido y posteriormente aplica este
sistema a las fibras ópticas, utilizado en los actuales laparoscopios
Semm Alemania 1964 Utiliza insuflador automático
1982 Realiza la primera apendicectomía laparoscópica
En el decenio de 1980, el profesor Semm realizó por laparoscopia 75% de todos los
procedimientos ginecológicos, llegando a efectuar 14 000 procedimientos
Mouret, Dubois y Perissat Francia 1987-1988 Realizan las primeras colecistectomías laparoscópicas
Leopoldo Gutiérrez México 1990 Lleva a cabo la primera colecistectomía laparoscópica en México
Asociación Mexicana de México 1991 Es fundada por un grupo de entusiastas cirujanos
Cirugía Laparoscópica Su primer presidente fue el Dr. Jorge Cueto García
(AMCL)
Asociación Latinoamerica- México 1993 Su primer presidente fue el Dr. Jorge Cueto García
na de Cirugía Endoscópica
(ALACE)

• Videocámara imagen anatómica del campo operatorio y la transmite al


• Fuente de luz monitor por medio de la videocámara. Cuenta con un siste-
• Laparoinsuflador ma de iluminación proveniente de la fuente de luz y que se
• Unidad electroquirúrgica conduce por un cable de filamentos de fibra de vidrio.
• Unidad de irrigación-aspiración Se fabrican con el sistema óptico a 0.30 y 45 grados; el
• Videograbadora (opcional) primero tiene visión frontal y el de 45 grados es de visión
• Unidad láser (opcional) lateral.
• Equipo de tercera dimensión (opcional)
Monitor
Laparoscopio La principal exigencia es que proporcione una visión clara,
También se conoce como peritoneoscopio. Los hay de 3, 5, con pantalla de 50 a 63.5 cm (20 a 25 pulgadas). La resolu-
7 y 10 mm, que es el más usado, porque proporciona una ción deberá ser la misma de la videocámara, con lo que se
mejor visión. Consta de un sistema óptico que obtiene la logra mayor nitidez de las imágenes, pues como se com-

21_Ch21_MARTINEZ.indd 233 07/03/13 10:51


234 FASCÍCULO IV / Temas especiales en cirugía

prenderá, la fineza de la cirugía requiere una absoluta preci- consiste en un cable de fibra de vidrio que transmite la luz
sión. La imagen a color es necesaria. de la fuente a la cámara.
Lo más conveniente es instalar dos monitores en el qui- En la actualidad se utiliza la luz de xenón por su mejor
rófano para comodidad del cirujano y sus ayudantes, que se luminosidad. Los focos de xenón son de 300 watts, pero los
colocan frente a cada uno a la altura conveniente para su equipos que tienen chips integrados a la videocámara re-
estatura. quieren menor potencia y cuentan con sistema de ilumi-
nación autorregulable conforme a la distancia; esto es, la
Videocámara intensidad de la luz baja con el acercamiento y viceversa
(figura 21-1).
La resolución, esto es, la claridad de la imagen obtenida por
la cámara y transmitida al monitor depende del número
de chips, es decir, microcircuitos que contienen fotoceldas
Laparoinsuflador
receptoras capaces de reproducir la unidad básica de color La creación de un neumoperitoneo mediante el insuflamien-
que forma una imagen de 17 × 13 micrones llamada pixel. to de gas que permite la introducción de equipo e instru-
Las videocámaras que sólo tienen un chip transmiten mental a la cavidad abdominal y el manejo de las estructuras
una resolución de 450 líneas horizontales por pulgada y anatómicas se lleva a cabo por medio de un equipo denomi-
brindan buena visibilidad, pero el contraste de colores no es nado laparoinsuflador, que regula el flujo (volumen) en litros
óptimo, por lo que en fecha reciente se fabricaron equipos por minuto (L/min) y que se introduce a la cavidad abdomi-
de tres chips, cada uno de los cuales es sensible a los colores nal; en los equipos nuevos llega a ser hasta de 9 a 14 L/min.
rojo, azul y verde, con lo que se mejora en forma conside- A nivel internacional se utiliza dióxido de carbono por-
rable la imagen y se obtienen hasta 700 líneas horizontales que es el más seguro y permite manejar equipos como elec-
por pulgada. Así, se realiza con precisión la identificación de trocauterio y láser.
cada uno de los tejidos del campo quirúrgico, lo que cobra En caso de que llegara a absorberse, el dióxido de carbo-
relevancia, pues la tercera dimensión se pierde con la video- no es inerte y se elimina fisiológicamente.
cámara, aunque a últimas fechas se dispone de equipos que La presión máxima recomendable en el transoperatorio
conservan la tercera dimensión. es de 15 mmHg y debe vigilarse de manera permanente.
Estos equipos tienen que estar provistos de la función de Como durante la intervención quirúrgica se manipulan ins-
acercamiento (zoom) para localizar mejor determinada ima- trumentos que entran y salen de la cavidad, se pierde pre-
gen o estructura anatómica. sión por fugas, de donde resulta que el gas debe reponerse,
La cámara consta de un objetivo horizontal y un cable lo cual se logra con un flujo de 1 a 6 L/min.
que conduce las imágenes al sintetizador a través de múlti-
ples fibrillas forradas de silicón. Unidad electroquirúrgica
Las cámaras y laparoscopios se esterilizan como se men-
Esta unidad tiene dos funciones principales: electrocorte y
cionó en el capítulo 2, es decir, con gas (óxido de etileno) o
electrocoagulación; es de uso común en cirugía convencio-
por inmersión en glutaraldehído a 2%, jamás en autoclave de
nal y también en la endoscópica.
vapor, ya que deteriora estos costosos equipos. Sobra decir
que estos aparatos se manipulan con máxima precaución y
cuidado, ya que su deterioro representa una gran pérdida,
en ocasiones irrecuperable.
Las cámaras tienen un interruptor de encendido y apa-
gado y un indicador, a las 12 de las manecillas del reloj, que
precisa la posición correcta de la imagen durante la inter-
vención quirúrgica; este indicador es palpable a la mano del
ayudante (camarógrafo), más que visible.

Fuente de luz
Los procedimientos de iluminación que utilizan los equi-
pos han ido evolucionando; ya se mencionó que la primera
fuente de iluminación fue el reflejo de la luz solar, después
la luz de una vela, y así progresivamente hasta llegar a la luz
caliente; después se usó luz fría de halógeno y en la actuali-
dad la luz fría de xenón.
Los primeros endoscopios tenían un foco en la parte
distal, lo que era en extremo peligroso pues se ocasionaban
quemaduras viscerales; después se integró la luz fría, que Figura 21-1. Laparoscopios y fuente de luz.

21_Ch21_MARTINEZ.indd 234 07/03/13 10:51


CAPÍTULO 21 / Principios de cirugía endoscópica 235

Algunas unidades emiten un sonido al activarse, lo que


resulta conveniente como señal de alarma cuando se accio-
nan de manera inadvertida; las hay de tipo monopolar, cuyo
mecanismo de acción es por una corriente eléctrica que se
transmite del electrodo activo hacia la placa de tierra colo-
cada en el dorso del paciente antes de iniciar la operación,
y las de tipo bipolar, en las que el circuito eléctrico se cierra
en las dos puntas del instrumento y cuyo mecanismo de ac-
ción es desecar el tejido más que cauterizarlo.
Las unidades actuales son digitales, se disparan en el lá-
piz que manipula el cirujano y allí mismo se puede regular
la intensidad de la corriente, a diferencia de las antiguas que
Figura 21-3. Unidad de hidrodisección.
se accionaban con pedales, lo que resultaba más incómodo.
Como se estudió en el capítulo 4: Tiempos fundamen-
tales de la técnica quirúrgica, la hemostasia por este pro- En caso de que surja una complicación inesperada, per-
cedimiento sólo se indica para vasos de pequeño calibre mite determinar dónde pudo ocurrir el problema.
(figura 21-2).
Unidad láser
Unidad de irrigación-aspiración Es mucho más costosa que la unidad electroquirúrgica. La
Para efectuar cirugía laparoscópica es indispensable el siste- aplicación de la luz láser produce una liberación de alta
ma de irrigar solución a través de algún trócar y aspirar con energía en el tejido, la que a su vez desencadena una reac-
el sistema convencional, o utilizar la unidad de hidrodisec- ción termodinámica y fotoquímica y, de acuerdo con la po-
ción que permite irrigar solución a presión por diversos ins- tencia del rayo y el tiempo de exposición del tejido, se origi-
trumentos quirúrgicos mediante un tanque de dióxido de na un calentamiento invisible, al que sigue desintegración,
carbono, o bien aspirar según las necesidades de la cirugía; carbonización y vaporización en forma de humo.
esto se logra por el mismo instrumento sin tener que cam- El medio activo, la fuente de energía y la cavidad de os-
biarlo, lo que representa una ventaja definitiva (figura 21-3). cilación son los elementos básicos del láser. Los cristales de
Nd:YAG (neodimio:itrio-aluminio-granate), el CO2 y el argón
Videograbadora (opcional) son los medios activos más usuales que producen una energía
de fotones y al activarse siguen una dirección que causa reac-
La grabación de las imágenes de una intervención quirúrgi- ción térmica por medio de una luz monocromática.
ca tiene un gran valor académico, histórico e incluso legal; Está demostrado que el uso de láser en la cirugía de inva-
un documento que puede demostrar la técnica quirúrgica sión mínima no representa ventaja sobre el procedimiento
efectuada e incluso que el propio cirujano la revise en el tradicional de electrocorte y electrocoagulación.
posoperatorio.
Equipo de tercera dimensión
La imagen tridimensional es de reciente introducción en la
cirugía endoscópica; consta de dos videocámaras integradas
en la porción distal del laparoscopio y las señales se envían
a un monitor que las acopla en una doble imagen. Su costo
es elevado y no ha tenido mucha aceptación ya que ocasiona
vértigo en algunos cirujanos.
Todo el equipo mencionado debe manejarse en un carro
móvil de varias repisas que facilita su transportación y orde-
namiento (figura 21-4).

Instrumental
Como se mencionó en el capítulo 4, Tiempos fundamenta-
les de la técnica quirúrgica, el instrumental básico de cirugía
laparoscópica es el mismo de la cirugía convencional, es de-
cir, existen instrumentos de corte, hemostasia, exposición
(separadores, aspiración, tracción o sostén, también llama-
Figura 21-2. Unidad electroquirúrgica. dos de sujeción) y de sutura.

21_Ch21_MARTINEZ.indd 235 07/03/13 10:51


236 FASCÍCULO IV / Temas especiales en cirugía

Aguja de Veress

Trócar

Insuflador CO2

Figura 21-5. Instrumental de abordaje.

neumoperitoneo cuando sea necesario usar instrumentos


de menor diámetro, que se introducirán a la cavidad perito-
Figura 21-4. Carro móvil con equipos. neal a través del trócar (figura 21-5).
La cánula de Hasson, menos empleada, puede ser un
recurso en determinados pacientes, sobre todo en aquellos
El instrumental específico de cirugía laparoscópica se que tienen antecedentes quirúrgicos y se sospecha que pue-
divide en: dan tener bridas; su finalidad es abordar la cavidad previ-
niendo la lesión visceral.
• Instrumental de abordaje
• Instrumental de corte Instrumental de corte
• Instrumental de sostén o tracción
• Instrumental de separación Hay tijeras rectas, en gancho curvo, en pico de loro o de
• Instrumental de hemostasia bocado fino, curvas o anguladas; deben tener un aditamento
• Instrumental de disección por medio del cual se conectan a la unidad electroquirúr-
• Instrumental de sutura gica, con lo que es posible realizar corte y hemostasia. Las
• Instrumental de canulación tijeras de gancho son las de uso más común y también las de
• Engrapadoras mayor resistencia. Existen modelos reutilizables y desecha-
bles de este instrumental de corte (figura 21-6).
Instrumental de abordaje
La aguja de Veress permite que a su introducción en la cavi-
dad peritoneal no se produzcan lesiones de órganos abdomi-
nales; es de calibre 14 y longitud de 12 y 18 cm; se caracteriza
por contener un pistón de punta roma y un resorte en su ex-
tremo distal. Cuando se rebasa la presión que se ejerce sobre
el peritoneo, se dispara el protector en la cavidad abdominal,
y al contactar con una superficie blanda, como alguna víscera
abdominal, el émbolo se dispara previniendo lesionar el órga-
no contactado con el propio bisel de la aguja. La finalidad de
esta aguja es insuflar CO2 en el abdomen y tiene un sistema
de tres vías que permite controlar el paso de líquido o gas.
Los trócares, llamados también camisas o puertos, tie-
nen ese mismo sistema de pistón que protege los órganos
abdominales y permite la introducción del instrumental
quirúrgico durante la operación. Los hay reutilizables y de-
sechables en diámetros de 5, 7, 9, 10, 11 y 12 mm. Se les
puede adaptar un reductor para evitar la fuga de gas del Figura 21-6. Instrumental de corte.

21_Ch21_MARTINEZ.indd 236 07/03/13 10:51


CAPÍTULO 21 / Principios de cirugía endoscópica 237

Figura 21-7. Instrumental de sujeción.

Figura 21-9. Instrumental de hemostasia.


Instrumental de sostén o tracción
Se utiliza para la sujeción de tejidos y estructuras anatómi-
cas. Existen pinzas de diversos tamaños, finas y fuertes. un material inerte. Se fabrican engrapadoras que cargan una
Las clásicas, como en el instrumental tradicional, son sola grapa y otras que soportan hasta 20 grapas que se apli-
las de Babcock, Duval y Allis. Se fabrican también con cre- can una por una (figura 21-9).
mallera, lo que las hace pinzas automáticas al mantener su Para efectuar ligaduras se dispone de deslizadores de
posición cerrada (figura 21-7). nudos y de las endoasas, que permiten deslizar a la cavidad
abdominal el nudo extracorpóreo del material de sutura que
Instrumental de separación se esté utilizando.
El más común es el separador de hígado, aunque también
existe el separador en abanico que consta de cinco ramas Instrumental de disección
que se abren en la punta una vez que se introduce en la ca-
Además de los ganchos que son excelentes disectores por
vidad abdominal. Su diámetro es de 10 mm (figura 21-8).
medio de la corriente eléctrica, se cuenta con pinzas rectas
de disección y anguladas, de 45 y 90 grados, que también
Instrumental de hemostasia
tienen la posibilidad de conectarse a la unidad electroqui-
Principalmente se cuenta con la unidad electroquirúrgica, rúrgica o bien combinar su uso con las tijeras para disecar
que conduce la energía eléctrica a través de algún aditamen- según las técnicas tradicionales (figura 21-10).
to como la espátula o el gancho. Dentro del instrumental de
hemostasia se deben considerar las grapas o clips de titanio,

Figura 21-8. Separador de hígado. Figura 21-10. Instrumental de disección.

21_Ch21_MARTINEZ.indd 237 07/03/13 10:51


238 FASCÍCULO IV / Temas especiales en cirugía

Instrumental de sutura A B

En la cirugía de invasión mínima la sutura de los tejidos se I I

efectúa como en la convencional, desde luego, el cirujano D D


debe adquirir esta destreza a base de entrenamiento, así
como ejercitar los nudos intracorpóreos. Los portaagujas
diseñados para este tipo de reconstrucción son de 5 mm
de diámetro y con diferentes mecanismos de prensión, de C
cremallera o de resorte (figura 21-11). I
Igual que en la cirugía tradicional, se dispone de los dife-
D
rentes materiales de sutura que se expusieron en el capítulo
correspondiente (ver nudos en la figura 21-12).

Instrumental de canulación
Se dispone de pinzas canuladoras como la de Reddick-Ol-
sen para procedimientos quirúrgicos en los que se requie-
re introducir un catéter; por ejemplo, para efectuar una Figura 21-12. Nudos endoscópicos. A, el extremo izquierdo (I) se en-
radiografía con medio de contraste, como es el caso de la cuentra atrás del asa que ha formado el extremo derecho (D). La aguja
se ha desprendido. B, el extremo I ha penetrado el asa y deposita hacia
colangiografía transoperatoria. También se cuenta con di- arriba el extremo del hilo. El extremo D se mantiene estático. C, el extre-
latadores del cístico. Los colangioscopios de fibra de vidrio mo I se vuelve a tomar por encima del asa, ya sea para volver a penetrar
de diámetro 9F se utilizan además para la toma de biopsias. (nudo doble) o para tracción hacia arriba y cerrar el nudo.
En esta sección se incluyen las cánulas de aspiración e
irrigación, cuya llave de paso permite efectuar una u otra
función con sólo un giro. tamente las mismas que se especificaron en el capítulo 3, es
decir, todas las apegadas de manera estricta a las normas de
Engrapadoras antisepsia y asepsia que se describieron: desde instalaciones
Además de las señaladas en la parte correspondiente al ins- eléctricas, ventilación con flujo laminar, tomas de corriente,
trumental de hemostasia, se dispone de las de engrapado pisos conductores, paredes lisas y de esquinas redondeadas,
múltiple, que permiten un engrapado longitudinal de seis etcétera.
líneas, tres de cada lado, en medio de las cuales la propia en- Asimismo, el mobiliario consiste en mesa de operacio-
grapadora realiza el corte; se utilizan en cirugía endoscópica nes de posiciones múltiples, mesas para instrumental de
de aparato digestivo. Mayo y riñón, banco giratorio para anestesiólogo, banco
La engrapadora para la plastia inguinal contiene 21 gra- de altura, cubetas de patada, tripié portasoluciones, además de
pas de titanio. la máquina de anestesia, pues como se verá más adelante, el
procedimiento anestésico es de tipo general. Una variante
que debe destacarse es la iluminación; en el caso de cirugía
Quirófano para cirugía endoscópica, como ya se señaló, la fuente de luz del campo
endoscópica y mobiliario quirúrgico es el endoscopio, por lo que durante la interven-
Las características de la sala de operaciones designada en un ción quirúrgica es ideal trabajar sin luz ambiente para evitar
hospital para la realización de cirugía endoscópica son exac- reflejos sobre los monitores y definir mejor la imagen; no
obstante, las lámparas quirúrgicas sí deben iluminar la mesa
del instrumental y la zona de trabajo del anestesiólogo.
Se debe mencionar que tal vez en un momento dado se
requiera convertir la cirugía endoscópica, por ejemplo lapa-
roscópica, en cirugía abierta ante la presencia de un hallaz-
go inesperado o de alguna complicación grave que impida
su resolución por medio de la cirugía de invasión mínima;
por tanto, debe contarse con todos los recursos para el efec-
to, entre otros la iluminación convencional.

Grupo quirúrgico
La distribución del grupo quirúrgico se hace con base en el
procedimiento a efectuar. En el caso de intervención qui-
Figura 21-11. Instrumental de sutura. rúrgica de abdomen superior, como la colecistectomía o la

21_Ch21_MARTINEZ.indd 238 07/03/13 10:51


CAPÍTULO 21 / Principios de cirugía endoscópica 239

operación gastroduodenal, el equipo de monitorización se do en las mesas correspondientes; asimismo, ha de tener al


coloca hacia la cabecera del enfermo para que la vigilancia alcance instrumental completo, porque en caso de requerir-
de los controles transoperatorios sea en la misma dirección, se la conversión en cirugía abierta debe procederse de inme-
es decir, hacia donde dirige su mirada el cirujano. En este diato, sin pérdida de tiempo.
caso el laparoscopio proporciona visión del abdomen su-
perior; así, los cables y las conexiones se dirigirán hacia la Anestesia
parte podálica del enfermo y no interferirán con el campo
quirúrgico. El advenimiento de la cirugía de invasión mínima ha per-
Esta distribución varía de acuerdo con la región anató- mitido al anestesiólogo observar una serie de cambios y va-
mica a intervenir. riantes fisiológicas que antes no se presentaban; ello depen-
El cirujano se coloca del lado izquierdo del paciente para de, entre otros factores, del neumoperitoneo que modificó
ver de frente el hígado, vesícula y vías biliares; el primer las técnicas anestésicas en este tipo de cirugía, y de manera
ayudante y el instrumentista se ubican frente al cirujano; muy importante de la ventilación asistida, debido al recha-
el segundo ayudante o camarógrafo exactamente junto al zo que sufren los hemidiafragmas hacia la cavidad torácica,
cirujano, a su lado izquierdo, y el anestesiólogo se mantiene con lo que la capacidad respiratoria se reduce.
en la cabecera (figura 21-13). Los objetivos de la anestesia clínica no varían de los que
Desde luego, esta distribución cambia si la intervención se mencionan en el capítulo de anestesia, y aunque existe
se lleva a cabo en el hemiabdomen inferior. discusión acerca de las técnicas anestésicas que deben utili-
Por razones obvias, en la cirugía de invasión mínima se zarse, la mayoría de especialistas concuerda en que la elec-
emplea una menor cantidad de instrumental, que el instru- ción es la anestesia general, poniendo especial énfasis en la
mentista debe mantener correctamente dispuesto y ordena- ventilación asistida y evitando la retención de CO2 (acidosis
respiratoria) con sus efectos secundarios, como hiperten-
sión arterial y arritmia cardiaca.
Si es posible, se recomienda utilizar espirometría conti-
nua durante la cirugía laparoscópica como parte importante
Mesa de anestesia del monitoreo transoperatorio.
Equipo de Monitor Deben tomarse en cuenta los cambios de posición que
anestesia en ocasiones se realizan durante la cirugía laparoscópica y
que pueden afectar las constantes fisiológicas, ya que du-
rante la anestesia se pierden las respuestas autonómicas que
regulan estos cambios. Así, al someter al paciente a posición
sentado puede observarse un brusco descenso de la presión
Carro de equipo Unidad
y monitor electroquirúrgica arterial a niveles graves; si se detecta esta situación se pro-
cede a la reposición acelerada del volumen circulante, que
suele bastar para corregir el problema.
La alta solubilidad del CO2 determina que éste se absor-
ba con facilidad y por tanto que su concentración sanguínea
Ayudante
aumente, lo que se controla mediante ventilación adecua-
Cirujano da de acuerdo con los valores que determinan la vigilancia
necesaria con capnógrafo. El CO2 es poco irritante para el
peritoneo; sin embargo, puede ser causa de dolor posopera-
Enfermera
torio en el trayecto del frénico (hombros).
Debe saberse que al insuflar el abdomen se produce dis-
minución en la circulación de retorno a cavidades derechas
que puede incluso reducir el gasto cardiaco, efectos que son
más notorios durante los primeros 15 min; sin embargo, si
Rayos X se mantiene la presión intraabdominal en cifras máximas
de 15 mmHg, esta consecuencia del neumoperitoneo es pa-
Mesa de
sajera.
instrumental Cámara Por último, es importante mencionar que son contrain-
Instrumental en uso dicaciones para anestesia y neumoperitoneo los trastornos
cardiorrespiratorios graves en general; pero debe tomarse
en cuenta que, en caso de complicación transoperatoria
Figura 21-13. Distribución del grupo quirúrgico en la mesa de opera- grave, hemodinámica o ventilatoria, el anestesiólogo tiene
ciones para colecistectomía. como último recurso pedir la conversión del procedimiento

21_Ch21_MARTINEZ.indd 239 07/03/13 10:51


240 FASCÍCULO IV / Temas especiales en cirugía

en cirugía abierta, con lo cual se suprime el efecto del neu- de esófago, estómago, intestino delgado y colon, vesícula y
moperitoneo. vías biliares.
La cirugía de invasión mínima ha alcanzado metas hasta En la cirugía toracoscópica incluso es posible realizar
hace muy poco tiempo insospechadas, y en el caso de ciru- neumonectomías e intervenciones quirúrgicas de grandes
gía laparoscópica se pueden efectuar intervenciones a nivel vasos, como ligadura del conducto arterioso persistente.

21_Ch21_MARTINEZ.indd 240 07/03/13 10:51


30
capítulo

Lesiones térmicas por calor o frío

Martha Elena Hegewich Orozco

Las complejas alteraciones fisiopatológicas de las lesiones Quemaduras de segundo grado


térmicas representan un gran reto terapéutico para el médi-
co, por lo que los centros avanzados actuales utilizan equi- Son causadas por contacto con líquidos calientes, flamas o
pos multidisciplinarios para disminuir la morbimortalidad químicos. Existe destrucción tisular de profundidad varia-
derivada de estos traumas graves. ble de las capas de la dermis, acompañada de acumulación
Con fines didácticos, en este capítulo se establecen pau- de líquido (edema), congestión y coagulación de plexos sub-
tas para el tratamiento, pero debe quedar claro que los cui- dérmicos, aunque algunos elementos de la piel siguen via-
dados a proporcionar los orienta un jefe que dirige las fun- bles; la lesión aparece roja o moteada, con flictenas, vesícu-
ciones del equipo, al cual se nombra por sus conocimientos las o una superficie cruenta, húmeda y edema considerable.
y experiencia. Clínicamente hay dolor e hiperestesia al aire. Las quemadu-
Las quemaduras se producen por exposición a calor o ras más profundas son insensibles al pinchazo de un alfiler,
frío intenso y como su tratamiento difiere de acuerdo con el pero se conserva la baropresión. La cicatrización se logra
factor causal, se describen por separado. en 10 a 21 días en lesiones superficiales, pero las lesiones
profundas requieren mayor tiempo.
Lesiones por calor
Quemaduras de tercer grado
Las quemaduras ocasionan daño celular con necrosis por
Se producen por exposición prolongada a flamas, objetos
coagulación de vasos de la piel y del tejido subyacente, cuya
calientes, sustancias químicas o electricidad con daño de
magnitud depende de la elevación de la temperatura y del
toda la piel, nervios e incluso tejido subcutáneo. Morfo-
tiempo de exposición. Estas lesiones son generadas por
lógicamente, las lesiones son de color blanco perlado,
calor directo, algunas sustancias químicas o electricidad,
carbonizado, translúcido, apergaminado, de bronceado
y aunque el esquema terapéutico general es común, cada
intenso (en el caso de los ácidos), o rojo oscuro (en niños
agente etiológico tiene particularidades terapéuticas que
pequeños); la superficie está seca, con trombosis de vasos
más adelante se tratan de manera individual.
superficiales y necrosis “jabonosa” (si se produce por ál-
Por su profundidad, las lesiones térmicas se clasifican
calis). No hay dolor y se requiere injerto para su curación
como de primer, segundo y tercer grados.
(figura 30-1).
La anterior es la clasificación internacional de las que-
Quemaduras de primer grado maduras, aunque quizá la descrita por Fistal y Ela sea más
Se deben a exposición a la luz solar, que afecta únicamente satisfactoria; en ésta propone:
las capas superficiales de la epidermis, donde se aprecia di- Primer grado: epidermis
latación y congestión de vasos intradérmicos. La superficie Segundo grado: dermis superficial
se encuentra seca o con vesículas de pequeña a moderada Tercer grado: dermis profunda
magnitud, y eritema que palidece a la presión; hay dolor ar- Cuarto grado: tejido adiposo subcutáneo, fascia y
doroso, tolerable. La lesión cicatriza después de tres a seis músculo
días. Quinto grado: huesos y articulaciones

312

30_Ch30_MARTINEZ.indd 312 06/03/13 23:06


CAPÍTULO 30 / Lesiones térmicas por calor o frío 313

Restos Líquidos Fibras


del tejido dañado tisulares colágenas

Enzimas
proteolíticas

Fibroblastos

Aporte
sanguíneo
aumentado

Fase 1 Fase 2 Fase 3

Figura 30-1. Profundidad de la quemadura y proceso de reparación.

En la mayor parte de los casos las quemaduras son li- locando una manta para conservar el calor, y elevándola para
mitadas, pero mediante los criterios de la American Burn minimizar la formación de edema. De acuerdo con la exten-
Association se consideran los siguientes casos como lesio- sión y grado de las lesiones se valora el traslado a un hospital.
nes mayores:
Atención hospitalaria
a) Quemaduras que afectan el 10% de la superficie corporal
Comprende el tratamiento básico que requiere el paciente y
total (SCT) en pacientes menores de 10 años o mayores
se divide según los siguientes incisos.
de 50 años de edad
b) Quemaduras que afectan más del 20% de la SCT en eda- Vía respiratoria
des intermedias
A pesar de que la glotis protege la vía respiratoria subglótica,
c) Quemaduras con lesiones graves de cara, manos, pies,
la porción supraglótica está expuesta al aire caliente y la infla-
genitales, perineo o de grandes articulaciones
mación puede ocasionar obstrucción, por lo que la vía respi-
d) Quemaduras de tercer grado que abarquen más del 50%
ratoria debe asegurarse mediante la intubación endotraqueal.
de la SCT
Los datos clínicos que con mayor frecuencia se presentan
e) Quemaduras graves por electricidad
a consecuencia de quemaduras por inhalación comprenden:
f) Quemaduras químicas extensas
a) Antecedente de explosión o encierro en lugar en llamas
b) Quemaduras faciales de piel y sus apéndices (vibrisas na-
Tratamiento inicial del paciente sales)
con lesiones por calor c) Ronquera y disnea
Depende del sitio donde se encuentre el daño, y puede divi- d) Depósitos de carbón y cambios inflamatorios agudos en
dirse en dos fases: bucofaringe
e) Esputo carbonáceo
Atención primaria f) Antecedentes de confusión mental, ansiedad y asfixia
La primera tarea es alejar a la persona de la fuente de calor, En estos pacientes debe preservarse una vía aérea per-
apagar las ropas en llamas y quitarlas, separar al lesionado meable, ante el riesgo de asfixia, si se deja avanzar el proceso
de la fuente eléctrica, sin contactar con la corriente, o diluir obstructivo.
por lavado abundante el químico agresor (si existe el recur-
so, con una regadera de flujo abundante). Detener el proceso de quemadura
La aplicación de hielo o compresas frías es útil para ami- Las telas sintéticas se encienden, queman y derriten hasta
norar el dolor en las quemaduras de primer y segundo gra- dejar un residuo plástico caliente que prolonga la lesión, por
dos (debe utilizarse temporalmente, ya que existe el riesgo de lo que resulta necesario quitar toda la ropa. Los polvos quí-
quemadura por frío), si el daño es menor del 25% de la SCT. micos se cepillan de la herida y a continuación ésta se lava
En las quemaduras mayores, durante los primeros 10 con agua estéril abundante.
minutos disminuye el contenido calórico de la herida, pero
después hay riesgo de hipotermia; por ello es necesario cubrir Infusiones intravenosas
las lesiones con lienzos limpios, de preferencia a manera de En una quemadura que afecte más del 20% de la SCT se ne-
“tienda” para evitar el contacto directo con las lesiones, o co- cesita la reposición de volumen circulante, por lo que se re-

30_Ch30_MARTINEZ.indd 313 06/03/13 23:06


314 FASCÍCULO V / Apoyo en trauma

quiere la canalización venosa con uno o dos catéteres gruesos Cuadro 30-1. Regla de los “9”
(calibre 16 o 17 Fr), de preferencia en venas periféricas de las % Región anatómica Porcentaje de SCT*
extremidades superiores, ya que las venas de las extremida- Cabeza 9%
des inferiores pueden presentar flebitis y flebitis séptica en Extremidad superior (cada una) 9%
un elevado porcentaje de pacientes lesionados. Una vez es-
Extremidad inferior (cada una) 18%
tablecida la vía venosa se inicia la rehidratación con solución
Tronco anterior 18%
de Ringer con lactato, calculando la cantidad por administrar
conforme al porcentaje de la quemadura, que se establece de Tronco posterior 18%
acuerdo con la “regla de los nueves” (figura 30-2). Genitales 1%
*SCT, superficie corporal total.
Valoración de la quemadura
La extensión de la quemadura se establece mediante la regla
de una cantidad considerable de líquido en el accidente e in-
de los nueves, que es una guía útil y muy práctica en la que
cluso puede encontrarse en choque hipovolémico. También
el cuerpo del adulto se divide por regiones anatómicas, cada
hay que instalar una sonda vesical para determinar la uresis
una de las cuales vale 9% o múltiplos de 9 (cuadro 30-1).
horaria como un parámetro confiable para evaluar el grado
En los niños pequeños es diferente, ya que por ejemplo,
de irrigación tisular en respuesta al volumen repuesto por
la cabeza representa una proporción mayor que cada una
vía intravenosa. La hidroterapia busca obtener un volumen
de las extremidades inferiores (figura 30-2).
de flujo urinario de 1 ml/kg de peso/h en niños con peso
Cálculo de la administración ≤30 kg. En el adulto se pretende que la cantidad de orina sea
de líquidos intravenosos de 50 ml/h, y para lograr ese objetivo se utiliza la fórmula de
Parkland, que consiste en lo siguiente.
Una vez que se obtiene el porcentaje de quemadura de se-
Primeras 24 horas. Infusión de Ringer con lactato a razón
gundo y tercer grados, se realizan los cálculos de líquidos
de 4 ml/kg/% de quemaduras de segundo y tercer grados. La
que han de administrarse, ya que el paciente quemado pier-
mitad del volumen calculado se administra por vía intrave-
nosa durante las primeras 8 horas, que se determinan a par-
tir del momento de la quemadura (no del arribo al hospital);
el resto del volumen hídrico se infunde durante las siguien-
9 tes 16 horas. A esta cantidad se suman los requerimientos
diarios del paciente.
Siguientes 24 horas. Coloides. Se asume que el déficit es 0.3
18 ml/kg/% de superficie con quemadura, en pacientes hasta
anterior
9 9 con 30 a 50% de superficie lesionada. Se calcula un déficit de
0.4 ml/kg/% en pacientes con 50 a 70% de superficie quema-
18
da y se fija en 0.5 ml cuando la superficie corporal quemada
18 rebasa el 70%.
9 9
anterior
18
Se debe transfundir plasma, ya que el quemado pierde
18 posterior grandes cantidades de este coloide. Como equivalente del
posterior
plasma se usa albúmina diluida a concentración isotónica
1
en solución salina normal (5 g por 100 ml).
14 14
La solución de glucosa al 5% se administra en cantidad
18 18
suficiente para reponer el agua que se pierde por evapora-
ción, por uresis normal y para aportar calorías a las nece-
sidades metabólicas, manteniendo el sodio sérico en 140
meq/L. En niños pequeños, la hiponatremia y el riesgo con-
comitante de edema cerebral se evitan si se administra la
cuarta parte de solución salina fisiológica con tres cuartas
partes de solución de glucosa al 5%.

Procedimientos auxiliares de diagnóstico


Se toma una muestra de sangre a fin de efectuar lo siguiente:
a) Biometría hemática, grupo sanguíneo y factor Rh, y efec-
Figura 30-2. Regla de los nueves. tuar pruebas cruzadas, ya que podría requerirse transfu-

30_Ch30_MARTINEZ.indd 314 06/03/13 23:06


CAPÍTULO 30 / Lesiones térmicas por calor o frío 315

sión de sangre total o de paquete globular; también se con técnica aséptica a colocar la sonda vesical y su drenaje
determina la carboxihemoglobina y se solicita estudio de respectivo a una bolsa colectora graduada, cisto-flo (figura
química sanguínea (glucosa, urea, creatinina), electróli- 30-3).
tos séricos, prueba del embarazo a mujeres en edad re-
productiva y gases arteriales para valorar la oxigenación Analgesia y sedación del paciente quemado
de la sangre y el aporte tisular. El paciente con quemaduras graves suele estar excitado y
b) Rayos X: placa de tórax que permita valorar lesiones aso- ansioso por hipoxemia e hipovolemia, que se deben diag-
ciadas, la adecuada colocación de la sonda endotraqueal nosticar y tratar simultáneamente a la administración de
y de los catéteres subclavios, cuando esto ocurra. analgésicos. En lesiones menores, el acetaminofén, el meta-
mizol e incluso el ketorolaco son analgésicos de primera lí-
Quemaduras en anillo nea, pero las quemaduras mayores requieren el uso de opiá-
ceos (meperidina o fentanilo). Para disminuir la frecuencia y
Afectan el perímetro de una región (la circunferencia), don- cantidad de las dosis, éstos se pueden combinar con antiin-
de comprometen la circulación distal, por lo que debe rea- flamatorios no esteroideos, benzodiazepinas, antidepresivos
lizarse una incisión en toda la longitud del aro en la cara y anticonvulsivos.
lateral o medial que “descomprima” la circulación, lo cual
incluye las articulaciones; el corte es sólo del tejido no via- Cuidados de la quemadura
ble. En lesiones de tórax se practican escarotomías bilatera- Las quemaduras de segundo grado son dolorosas al paso de
les en la línea axilar anterior. una corriente de aire, por lo que se sugiere cubrir al paciente
con sábanas limpias a manera de “tienda de campaña o pa-
Colocación de sonda nasogástrica bellón”, y así protegerlo.
En caso de que el paciente presente náusea, vómito o dis- Está contraindicado romper las ampollas y no se reco-
tensión abdominal, o si las lesiones abarcan más de 20% de mienda aplicar antisépticos tópicos; antes de administrar
la SCT, se coloca sonda de Levin y se conecta a aspiración antibióticos tópicos apropiados debe eliminarse cualquier
intermitente a baja intensidad. medicamento aplicado con anterioridad.

Colocación de sonda vesical a permanencia (Foley) Antibióticos sistémicos


Ya se comentó la necesidad imperiosa de vigilar al paciente No se recomienda su aplicación en las etapas iniciales de la
y un parámetro básico es la cuantificación del volumen uri- quemadura y su uso se reserva para cuando aparecen infec-
nario por hora, por lo que resulta indispensable proceder ciones determinadas. A partir de ese momento, desde luego

PVC

Solución
de
Hartmann
Sonda vesical
tipo Foley
a bolsa
colectora
Solución
isotónica
Catéter
subclavio
20
15
10
5
0

Nivel
cero

200 Línea axilar media


100
50

Figura 30-3. Vigilancia del paciente con lesiones térmicas.

30_Ch30_MARTINEZ.indd 315 06/03/13 23:06


316 FASCÍCULO V / Apoyo en trauma

deben elegirse específicamente según los agentes causales y profundidad en el tejido afectado. En el caso de quemaduras
administrarse en dosis suficientes y con esquemas completos. alcalinas del ojo, se necesita instalar irrigación continua du-
rante ocho horas, mediante una cánula de pequeño calibre
Profilaxis antitetánica colocada en el saco conjuntival. Los agentes neutralizantes
Excepto en aquellos casos en que en los 12 meses previos están proscritos, ya que su reacción con el químico en cues-
a la quemadura se haya aplicado el toxoide tetánico, debe tión genera más calor.
vacunarse al lesionado. En casos de ingestión química accidental o provocada,
Si el paciente fue vacunado dentro de los 10 años ante- está contraindicado inducir el vómito, ya que la superficie
riores se utilizan 0.5 ml de toxoide tetánico por vía intra- mucosa se vuelve a exponer al agente. El contacto con áci-
muscular, pero si se excede este tiempo, además se deben do ocasiona estenosis pilórica y antral, mientras el de álcalis
administrar entre 250 y 500 unidades de inmunoglobulina produce perforación y estenosis esofágica. Es imperativa la
antitetánica en otro sitio corporal y con diferente jeringa endoscopia temprana para valorar el grado de lesión; si no
para evitar la inactivación. hay perforación se indican antibióticos de amplio espectro
y esteroides sistémicos, así como nutrición parenteral total.
Consideraciones especiales
Electricidad
Como se mencionó antes, este punto trata sobre las especi-
ficaciones terapéuticas de los distintos mecanismos produc- Con frecuencia las lesiones son más graves de lo que aparen-
tores de lesiones por calor. tan en la superficie, ya que la descarga eléctrica se conduce a
través del tejido, donde genera calor y daña estructuras pro-
fundas, como fascia y músculo. Éste se necrosa y al hacerlo
Calor directo libera mioglobina por rabdomiólisis, que en muchos casos es
Contacto con líquidos hirvientes, objetos calientes o fuego factor causal de insuficiencia renal aguda.
(flamazo de gasolina o gas, incendios), pero también inclu- En vista de que la valoración superficial puede llevar a
ye la presencia de humo o vapores calientes que afectan al errores en la administración de líquidos, es vital tomar como
árbol traqueobronquial en todos sus niveles y cuya lesión pauta la uresis; si ésta se encuentra oscura, se debe suponer
constituye la primera causa de mortalidad en el paciente la presencia de hemocromógenos. Así, sin esperar la confir-
quemado, ya que induce cambios sistémicos, entre los que mación de laboratorio, se procede a aumentar el volumen
predominan vasoconstricción, falla miocárdica e incremen- de líquidos para obtener por lo menos 100 ml/h de orina
to del flujo linfático a los tejidos. en el adulto. En caso de que el pigmento no se aclare, se
El tratamiento se orienta por la gravedad de la insufi- suministran 25 g de manitol en forma inmediata y se agre-
ciencia pulmonar; ante enfermedad mínima es útil la ad- gan 12.5 g por cada litro subsecuente de Ringer con lactato;
ministración de aire enriquecido con oxígeno humectado además se infunde bicarbonato de sodio para alcalinizar la
y a temperatura corporal, espirometría y, en algunos casos, orina y aumentar la solubilidad de mioglobina en la misma,
la eliminación de la mucosa esfacelada mediante broncos- lo que favorece su eliminación.
copia; pero en casos más avanzados se requiere intubación El paciente debe estar en todo momento conectado a un
endotraqueal con ventilación asistida a presión positiva in- monitor de ECG por dos motivos: el primero, la hiperpo-
termitente de alta frecuencia, para minimizar el colapso de tasemia subsecuente a rabdomiólisis; el segundo, la inter-
la vía respiratoria, las zonas de atelectasia y la consecutiva ferencia de la corriente eléctrica con el ritmo cardiaco. El
aparición de focos neumónicos. monitoreo debe mantenerse durante las 48 h posteriores a
la lesión para detectar arritmias, y 48 horas más, después
Químicos de la última evidencia electrocardiográfica de arritmias.
La cirugía temprana debe esperar a la estabilidad he-
Las sustancias más comunes derivan del petróleo y tam- modinámica. Está indicada cuando el edema de los tejidos
bién intervienen ácidos o álcalis potentes que ocasionan lesionados incrementa la presión del compartimiento mus-
lesión tisular por liberación de energía térmica al contactar cular al grado que interfiera con la irrigación del tejido dis-
con el tejido, pero también producen necrosis por licuefac- tal no lesionado, por lo que se practican fasciotomías; otra
ción (álcalis), lipólisis (derivados del petróleo) y formación indicación quirúrgica constituye la necesidad de desbridar
de vesículas (gases). Las quemaduras dependen de: dura- el tejido no viable e incluso la amputación de un miembro
ción del contacto, concentración y cantidad del químico, gravemente dañado.
aunque las lesiones alcalinas son más graves ya que existe
mayor penetración. Lesiones por frío
En cualesquiera de los casos se debe eliminar la sustan-
cia mediante agua abundante a manera de irrigación por La gravedad de las lesiones depende del grado de hipoter-
un mínimo de 30 minutos; en el caso de los álcalis hay que mia, tiempo de exposición del tejido y condiciones relacio-
destinar más tiempo porque tales sustancias alcanzan más nadas, como inmovilización, humedad, presencia de enfer-

30_Ch30_MARTINEZ.indd 316 06/03/13 23:06


CAPÍTULO 30 / Lesiones térmicas por calor o frío 317

medad vascular periférica y heridas abiertas, todos ellos, son 1. Pie de trinchera. Ocurre después del contacto de varios
factores que incrementan el daño. Se describen tres tipos de días con la humedad fría.
lesiones por frío. 2. Pie de inmersión. Se presenta tras días o semanas de su-
mersión de la extremidad en agua fría, pero a tempera-
a) Congelación turas menos frías que en el pie de trinchera.
3. Sabañones. Contacto prolongado con frío seco que oca-
La hipotermia origina la formación de cristales de hielo in-
siona inflamación, úlceras superficiales de las zonas ex-
tracelulares, deshidratación celular y oclusión capilar. Por
puestas; a veces se acompañan de hemorragias, ampollas
su profundidad, la lesión por congelación se clasifica en cua-
y cianosis circunscrita (se observan en montañistas).
tro grados:
4. Tenosinovitis de los extensores. Por exposición prolonga-
Primer grado: hiperemia y edema exclusivamente da de las manos al frío; se presenta eritema, edema, crepi-
taciones subcutáneas del dorso y el movimiento de los de-
Segundo grado: necrosis dérmica de espesor parcial con ve- dos, ocasiona dolor a lo largo de los tendones extensores.
sículas y sensibilidad íntegra
En las tres primeras variedades es necesario prevenir la
Tercer grado: necrosis cutánea completa con extensión va- infección, para lo cual se evita abrir las vesículas no infecta-
riable al tejido subyacente; las vesículas son mucho más pe- das, mientras se eleva y descubre el área afectada, además de
queñas que en el caso anterior las medidas iniciales de las lesiones congelantes para preser-
Cuarto grado: necrosis de todo el espesor cutáneo, además var el tejido lesionado. Ante acrocianosis y nódulos doloro-
de lesión del músculo y hueso subyacentes. Por lo general se sos persistentes se indica bloqueo de los canales del calcio
complica con gangrena y se requiere amputación con nifedipina. En la cuarta forma, el tratamiento consiste
en calentar e inmovilizar la mano; si el dolor e inflamación
El tejido congelado es de aspecto gris pálido y exangüe; no ceden en 48 horas se administra aspirina y, de ser nece-
si la lesión es superficial se percibe material blando y flexible sario, corticoesteroides intrasinoviales.
por debajo de la piel rígida, pero si es profunda la zona está
indurada. El tratamiento debe ser inmediato para disminuir c) Hipotermia
la duración de la congelación. Las ropas húmedas y apre-
tadas se retiran para sustituirlas por mantas tibias y el pa- Se define como la temperatura central por debajo de 35°C (se
ciente debe recibir líquidos orales, si los tolera; está contra- toma la rectal, aunque la ideal es la esofágica); se clasifica en
indicado el uso de alcohol, ya que ocasiona vasodilatación leve, de 33 a 35°C; moderada, de 30 a 32°C, y grave cuando es
y mayor pérdida de calor, así como tratar de recalentar la menor de 30°C. Es más frecuente en las edades extremas de la
lesión con agua helada, frotarse con hielo o recibir masa- vida, ya que los ancianos tienen poca capacidad de aumentar
je lejos de instalaciones apropiadas, pues la recongelación la producción de calor y disminuir la pérdida mediante va-
incrementa la pérdida tisular. A continuación se coloca la soconstricción, en tanto que los niños tienen una superficie
parte afectada en agua circulante a 40°C hasta que recupere corporal relativamente mayor y fuentes limitadas de energía.
el color rosado por perfusión durante 30 minutos; el calor Después de la hipotermia, la característica más común
seco es peligroso, ya que el tejido afectado carece de sensi- es la alteración de la conciencia, que va de confusión hasta
bilidad suficiente para percibir la temperatura y se puede coma; la piel se encuentra gris, fría y cianótica, y el lesiona-
originar una quemadura mayor. do cursa sin escalofríos, si la pérdida calórica fue lenta. Los
Los fármacos más prometedores para tratar el conge- signos vitales, presión arterial, frecuencia cardiaca y respi-
lamiento son los antiprostanoides y antitromboxanos, que ratoria son variables e incluso están ausentes en pacientes
inhiben el espasmo vascular y la agregación plaquetaria cau- recuperables.
santes de la isquemia progresiva. La atención inmediata busca mantener la respiración y
Puesto que valorar la viabilidad tisular es difícil, la ciru- la función circulatoria mientras se aplican las medidas para
gía se aplaza hasta la demarcación de la necrosis, ya que el prevenir la pérdida de calor. La técnica de recalentamiento
debridamiento temprano elimina el recubrimiento protec- depende del grado de hipotermia; los estadios leves se ma-
tor que constituye el propio tejido momificado. No obstan- nejan de manera pasiva con mantas y líquidos cálidos, en
te, la infección sobreañadida con gangrena húmeda obliga a tanto que en los casos donde la temperatura no aumenta
la eliminación quirúrgica inmediata del foco séptico. más de 1 a 2°C por cada hora, o cesa la actividad cardiaca, se
requiere calentamiento activo en dos modalidades:
b) Lesión sin congelación 1) Externa: baño con agua circulante a 40°C o manta eléc-
Se debe a daño endotelial microvascular, estasis o ralentiza- trica
ción circulatoria y oclusión venosa localizadas, sometidas a 2) Interna: líquidos tibios intravenosos, lavado peritoneal o
temperaturas menores al punto congelante. Se reconocen pleural con agua tibia, hemodiálisis o circulación extra-
cuatro formas: corpórea

30_Ch30_MARTINEZ.indd 317 06/03/13 23:06


318 FASCÍCULO V / Apoyo en trauma

Cuadro 30-3. Manejo del paciente expuesto a frío o congelamiento


a) Mantener vía aérea permeable

b) Procurar ventilación asistida

c) Reposición volumétrica con líquidos tibios


Cánula bucal d) Identificar tipo de lesión y extensión
con dos extremos
e) Medir temperatura central

f) Efectuar cuidados generales

A g) Preparar hoja de balance de líquidos

h) Aplicar de inmediato métodos de recalentamiento

i) Determinar fallecimiento sólo hasta no lograr recalentamiento


Lengua

Con una temperatura menor de 30°C aumenta el riesgo


de irritabilidad cardiaca y por abajo de 28°C hay asistolia.
Los medicamentos cardiacos y la desfibrilación son inefi-
caces en presencia de hipotermia, hipoxia y acidosis, por lo
que se administran bicarbonato de sodio y oxígeno al 100%
mientras el paciente es calentado hasta alcanzar los 32°C,
continuando con reanimación cardiopulmonar. Es impor-
B
tante definir que al paciente con hipotermia grave que llega
al hospital en paro cardiorrespiratorio se le da por muerto,
sólo después de intentar que recupere calor y, que no res-
Presión sobre ponda a maniobras de reanimación cardiopulmonar a base
el extremo inferior de masaje cardiaco externo y ventilación asistida por me-
del esternón
dio de presión positiva intermitente (figura 30-4 A, B y C).

Paciente quemado
Conclusión
Las quemaduras son ocasionadas por diferentes elementos,
entre los que se mencionan los siguientes:
• Calor
• Químicos
C • Electricidad
Según el grado de la quemadura, el paciente debe ser
Figura 30-4. Reanimación cardiopulmonar en el paciente con hipoter-
mia grave.
atendido de inmediato para evitar lesiones graves que pon-
gan en peligro la vida.
En las lesiones por inhalación se efectuará lo siguiente:
Cuadro 30-2. Manejo del paciente quemado
1. Identificar la extensión y profundidad de las lesiones a) Intubación endotraqueal
b) Ventilación asistida
2. Cálculo de soluciones por administrar según las lesiones y el peso corporal,
y hoja de balance de líquidos c) Circulación: inicialmente, restitución volumétrica con
solución de Hartmann
3. Solicitar estudios de laboratorio y gabinete

4. Preservar circulación periférica mediante escarotomía En el cuadro 30-2 se indica el manejo del paciente que-
mado, y en el cuadro 30-3 se señala el del paciente expuesto
5. Valorar la necesidad de traslado a la unidad de quemados
a frío o por congelamiento.

30_Ch30_MARTINEZ.indd 318 06/03/13 23:06

También podría gustarte