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Definición de Derecho administrativo, sus

peculiaridades y su relación con otras ramas del


derecho

Ordenamiento jurídico administrativo


Conforme sostienen Bielsa y Luqui, la expresión derecho administrativo significa en
sentido literal "derecho relativo a la administración", pero este concepto resulta impreciso
por genérico. En una primera aproximación, el derecho administrativo se concibe como
aquella parcela del ordenamiento jurídico que regula la organización y la actuación de la
administración. Pero luego de un examen más profundo, se advierte que la definición de
derecho administrativo no puede estar identificada solo con la administración (teoría
subjetiva) sino que también está ligada a la noción de funciones del estado. Es decir, la
función ejecutiva, la legislativa y la jurisdiccional. Por lo cual, no hay que caer en la
tentación de conformarse con definir al derecho administrativo como el derecho de la
administración.

Por consiguiente, y conforme sostiene Barra, podemos concluir que el derecho


administrativo resultará aplicable a todo el ámbito de ejercicio de la función ejecutiva o
administrativa, incluyendo la actividad materialmente legislativa y materialmente
jurisdiccional llevada a cabo por la administración pública. En estos dos últimos supuestos,
el derecho administrativo será el régimen jurídico aplicable, sin perjuicio de la utilización
ocasional de normas del derecho parlamentario o del derecho procesal cuando fuera
pertinente.

En igual sentido, Cassagne sostiene que, en el contenido del derecho administrativo,


corresponde incluir también el estudio de todas las funciones y potestades públicas de la
administración, aun cuando las respectivas actividades traduzcan actos de diferente
sustancia (v.gr. acto administrativo, acto jurisdiccional, reglamento). Asimismo, el derecho
administrativo resultará aplicable (aunque no en forma preponderante) cuando el órgano
legislativo y el órgano judicial ejerzan funciones materialmente administrativas.

Barra también sostiene que la administración realiza una actividad de gestión que en el
ámbito público se especifica por cuanto lo gestado es el bien común. En efecto, el gestor

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del bien común es el Estado, que administra u organiza los bienes de que dispone a los
efectos de la realización del bien común y su distribución. De tal manera, la
“administración” estatal se refiere tanto a la disposición de los medios como a la
obtención de un resultado a ser distribuido entre los administrados. Por ello, en el análisis
jurídico de la actividad administrativa, no puede prescindirse de la relación jurídica, ni de
cada relación jurídica concreta, que es donde el poder público cumple con el acto de
administrar.

Ahora bien, no toda la actividad de la administración está regulada por el derecho


administrativo (parte de tales actividades puede ser regulada por el derecho privado), ni
únicamente la actividad de la administración se encuentra regulada por tal derecho (existe
función materialmente administrativa en los tres poderes del estado). Al ser de esta
manera, la actividad de la administración pública origina relaciones múltiples entre ella y
los administrados, y esas relaciones presuponen normas jurídicas que las reglen. El
conjunto de esas normas constituye el contenido del derecho administrativo.

Toda relación jurídica supone, al menos, dos sujetos. Por lo tanto, en las relaciones
jurídicas basadas en el derecho administrativo, uno de los sujetos necesarios es la
administración. Aunque ello no implica que el objeto del derecho administrativo radique
exclusivamente en la función administrativa que ejerce la administración, porque si no
quedaría afuera de la definición la función administrativa que desarrolla el Poder Judicial y
la que desarrolla el Poder Legislativo. Y más importante aún, el administrado no tendría
ningún rol en la definición de derecho administrativo, a pesar de ser un sujeto principal en
la relación jurídica.

Es del caso resaltar que, a diferencia de lo que ocurre en el derecho privado, cuyas
relaciones se dan entre iguales, en el derecho administrativo la administración pública,
que tiene a su cargo actuar en beneficio del interés general, dispone para ello de un
elenco de potestades exorbitantes del derecho común, por lo que cuenta con facultades
de las que no disponen los sujetos privados y que en dicho ámbito resultarían inusuales o
ilícitas.

Por lo tanto, el derecho administrativo se mueve entre la atribución y distribución de


potestades y la limitación de las mismas que operan como garantía para el administrado.

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Como características típicas es necesario tener en cuenta que la propia administración es
generadora de normas jurídicas (reglamentos) que ella misma debe respetar, pero que
también vinculan a los particulares.

Entre las peculiaridades del derecho administrativo podemos mencionar que se trata de
un conjunto desordenado e inconexo de normas emitidas por múltiples sujetos y con
distinto rango legal (v.gr. actos administrativos, actos generales, reglamentos, etc.),
muchas de las cuales son normas fugaces, es decir, que tendrán un periodo corto de
vigencia.

Otra de las peculiaridades es que la actividad administrativa (siempre estatal, valga la


aclaración) es usualmente definida por sus notas típicas de difícil conceptualización. Entre
las notas típicas, podemos mencionar que la actividad administrativa es concreta,
continúa y normalmente espontánea, y que tiene por objeto la satisfacción de manera
directa a inmediata de fines de interés general.

En ese sentido, el derecho administrativo se define por su “apego por lo concreto”, lo que
determina una enorme profusión de normas que rigen las cuestiones más disímiles (por
ejemplo, la variada competencia de la administración, que trata desde temas de energía
atómica, pasando por alimentos, sustancias peligrosas hasta actividades que se pueden
realizar en el espacio público). En efecto, conforme explica Bielsa, lo que caracteriza a la
actividad administrativa es lo concreto, real, actual de su aplicación, a diferencia de la
legislativa, que en general obra para lo futuro y establece normas generales que pueden
tener o no aplicación. Razones por las cuales el derecho administrativo no está codificado.
Asimismo, dada la organización política de nuestro país, el derecho administrativo es de
carácter local, lo que también imposibilita su codificación.

El derecho administrativo está ligado a circunstancias políticas e históricas, y va sufriendo


una constante adaptación a las necesidades públicas. Así, el derecho administrativo se
desarrolló sobre tres conceptos básicos: policía, fomento y servicio público, que ponían
énfasis en el accionar de la administración. Sin embargo, estas tres actividades ya no
alcanzan para definir el derecho administrativo moderno. Hoy, el derecho administrativo
tiene que poner énfasis también en el administrado y, para ello debe ocuparse de las
garantías que es necesario otorgar a los administrados para equilibrar las potestades de la
administración. Así, por ejemplo, ante la potestad que tiene la administración de decidir
determinadas cuestiones en su propia sede, corresponde garantizar al administrado el
pleno ejercicio de su derecho de defensa. El derecho administrativo también debe velar

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por adoptar las medidas necesarias para que el derecho de defensa sea efectivamente
ejercible por los particulares.

El régimen exorbitante se define por las potestades de la administración. Dichas


potestades son sustantivas y procesales. Las primeras son la facultad de crear vínculos
obligacionales a cargo del particular, la presunción de legitimidad de sus actos, el principio
de autotutela administrativa y las relacionadas con la ejecución de contratos
administrativos. Por su parte, las procesales son el plazo de caducidad, obligatoriedad del
agotamiento de vía y la acción de lesividad. Frente a ellas se encuentran las garantías del
administrado, que también se dividen en sustantivas y adjetivas. Las primeras son del
principio de igualdad, de legalidad y de razonablidad y la garantía de la propiedad;
mientras que las adjetivas son el debido proceso y el informalismo a favor del
administrado.

Relaciones con otras ramas del derecho

Derecho constitucional

• El derecho administrativo está íntimamente interrelacionado con el derecho


constitucional. Conforme enseña Marienhoff, el derecho constitucional es la parte general
y fundamental del derecho público: es el tronco del cual parten las ramas. El derecho
administrativo es una de esas ramas.

•El derecho administrativo dependerá y adoptará su fisonomía propia en función del


derecho constitucional de cada estado. En sentido general, la administración debe ser
análoga a las instituciones de cada nación. Ningún derecho está más sujeto a la influencia
de las directivas políticas del estado que el derecho administrativo.

El derecho internacional

• El derecho administrativo también se relaciona con el derecho internacional, en cuanto


el estado asume obligaciones internacionales que implican poner en ejecución
determinadas medidas acordadas internacionalmente mediante sus órganos
administrativos internos.

• La relevancia de la relación entre el derecho internacional y del derecho administrativo


es cada más evidente. Lo que se advierte con la aprobación por parte del Congreso de la

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Nación de los Tratados: (i) Convención Interamericana contra la Corrupción (Ley 24.759) y
(ii) la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción (Ley 26.097).

• La influencia de estos tratados, por ejemplo, en los procedimientos de selección del


contratista que aplica la administración ha sido sustancial.

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