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Recomendaciones

1. Dedicar tiempo a transmitir estos valores


No se educa mejor por la cantidad de horas de trato con los hijos, sino por
la calidad de las relaciones que establezcamos con ellos. Más vale poco y
bien que mucho y mal. Los hijos necesitan que el tiempo que les podamos
dedicar sea pleno y exclusivamente para ellos: sea al contarles un
cuento, escucharles, jugar con ellos, compartir horas de comidas, etc.

2. Tener paciencia
Conviene tener en cuenta que no se deben perder los nervios. La jornada
diaria se encuentra llena de tensiones, estrés y prisas que nos hacen perder
los nervios y agotar la paciencia, y lo suelen pagar los hijos. Ser tierno y
comprensivo no se opone ni a comportarse de una manera justa ni a la riña
cuando la conducta de los hijos no es la indicada.

3. Corregir con amor


Las correcciones con amor valen más que una salida de tono. Al educar con
cariño pretendemos, por un lado demostrarles a nuestros hijos que los
queremos con muestras de afecto físico (abrazos y besos), pero también
requiere reñirles si su conducta no es la correcta. Se trata, en definitiva, de
exigir a cada hijo, en la medida en que pueda, las metas u objetivos que nos
hemos propuesto.

4. Educar en positivo
Es muy importante educar positivamente, reforzando las buenas actitudes,
alabando la parte positiva del comportamiento de nuestros hijos. Ellos
necesitan saber que sus padres están satisfechos con ellos. Esto les
ayudará y se sentirán estimulados para continuar su buen comportamiento.

5. Adelantarnos a los acontecimientos


En la medida de lo posible, hemos de adelantarnos y hacer a nuestros hijos
obedientes, ordenados, sinceros, etc., antes de que puedan ser
desobedientes, desordenados, mentirosos, etc.
6. Razonar siempre, nunca imponer
Es necesario hacerles comprender las cosas razonadamente, y no como
una orden que han de acatar (aunque a veces, cuando son muy pequeños
no se lo razonamos).

7 valores esenciales en la educación de tus hijos


7. Evitar amenazas
El método de las amenazas funciona solo las primeras 2 ó 3 veces. Luego
el niño se acostumbra y no hace caso. La amenaza a largo plazo
desprestigia la credibilidad de sus padres. Más vale castigar al niño después
de una conducta incorrecta, que amenazarle y no cumplir la amenaza
nunca.

8. Educar invidualmente
Cada hijo tiene un carácter, una personalidad y unas necesidades
específicas. Por ello, conviene tenerlo en cuenta para educar
individualmente.

9. Mostrar respeto
Para corregir algo incorrecto no se necesita ridiculizar al niño. Esto no le
aporta nada positivo y existe el peligro de que el niño se acompleje. Se
debe corregir a solas, para que no se sienta humillado.

10. Predicar con el ejemplo


La mejor forma de educar a nuestros hijos llega por el ejemplo. Los hijos se
fijan en los padres más de lo que creemos; somos los modelos que imitan.
Si ellos nos ven luchar en nuestros defectos, lucharán por mejorar los
suyos. De esta forma haremos personas responsables y libres capaces de
afrontar cualquier obstáculo, con fortaleza y madurez

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