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¿Cómo sería “la aldea” si la fuente de inspiración fuesen los juegos vividos y
recordados por los adultos de hoy?1
“Y así es que nos proponemos que los juegos presentados inspiren las
memorias (...), que se reconozcan en los múltiples relatos a partir de sus
propias experiencias y que recreen de alguna forma el valor cultural del
juego. Si esto sucede, será la mejor invitación a resguardar y preservar la
supervivencia del juego sin asfixiarlo bajo las exigencias del mercado ni las
tensiones del espectáculo. Los adultos somos quienes preservamos ese
patrimonio lúdico, aunque es fundamental comprender la importancia de “que
sean los niños los que enseñen a jugar”. Vale el esfuerzo, porque de esta
manera el juego se recrea, como generador de cultura y, de lo contrario, la
cultura sin juego se empobrece” (Castro y Fernández, p.9-10).
Los juegos tradicionales forman parte del patrimonio cultural de las comunidades. Se
caracterizan por ser transmitidos de generación en generación y por develarnos aspectos
de un pasado histórico colectivo, muchas veces olvidado. Este patrimonio lúdico hoy está en
riesgo de extinción. Los lugares de encuentro donde éstos se desarrollaban —plazas,
campos, parques, veredas— ya no cumplen esa función a consecuencia de los cambios
sociales, económicos y culturales de las últimas décadas. Por ello, desde la Dirección
Coordinación de Educación Física entendemos valioso generar instancias que fortalezcan y
colaboren con el profesor de Educación Física de cada escuela en su tarea silenciosa de
preservación.
Desde el saber práctico, además de las características principales que componen un juego
(reglas, jugadores, espacios, materiales) es deseable la enseñanza de diferentes juegos
tradicionales, a partir de una selección de aquellos que configuren algún sentido y
significado para los niños y niñas del grupo, en tanto forman parte de la cultura e identidad
de esa comunidad, zona, barrio.
Desde el saber crítico, el abordaje cultural posibilita el análisis de los juegos en los
contextos históricos, sus variantes en el transcurrir del tiempo y las generaciones, las reglas
y roles asociados a concepciones del momento, entre otros.
1
Del libro Cazacuriosos “El libro de los juegos tradicionales en Uruguay” de Castro y
Fernández, 2013.
SOBRE ABORDAJES COLABORATIVOS PEF - MAESTRAS.-
2
SOBRE LA ACTIVIDAD.-
Objetivos generales
Objetivos específicos
Serán los de cada docente tomando como marco la propuesta, el contexto de cada centro
educativo y el proyecto institucional, así como el momento de la enseñanza de este
contenido en la que se encuentre.
Preparación previa
Es importante que los grupos tengan un acercamiento previo a los temas organizativos de la
jornada, saber de manera general qué va a suceder, qué se espera de cada uno y del
grupo. Por ejemplo: somos parte de un gran juego que se resuelve en equipo; la lectura del
plano y la definición del recorrido se define a partir de la participación de todos los
integrantes. Se circula y se juega juntos, respetando reglas y autonomías.
Considerando que la actividad se realizará sin túnica, es necesario planificar este aspecto
(llevar bolsas, dejarlas en el bus, marcarlas previamente, etc)
¿Qué llevar?
3
Organización de la jornada
Cada escuela debe estar previamente dividida en subgrupos, siendo diez el número ideal.
Se les dará un plano para recorrer el Jardín Botánico con ocho puntos de juegos, debiendo
comenzar por el juego indicado. El orden del resto del recorrido es a partir de la decisión de
los niños y niñas, que, analizando el plano y la ubicación, resolverán qué nueva baliza
buscar.
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Plano de Jardín Botánico