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TALLER DE LECTURA IV
LITERATURA:
GRIEGA Y MAYA
LITERATURA GRIEGA
Los reyes gobernaron las primeras ciudades y estados, pero la nobleza compuesta
por ricos terratenientes les quito el gobierno; no obstante paulatinamente fue
Entorno Cultural:
Entre los rasgos que caracterizaron al pueblo griego, destacan su amor a la belleza y
su intensa curiosidad intelectual, el primero se materializo en admirables
realizaciones artísticas; la segunda se tradujo en un incomparable estudio de los
problemas relativos al universo y al hombre; sobre todo en la ciencia y la filosofía. El
panteón griego de divinidades olímpicas, con sus legendarias historias, formó el
caudal religioso. Los poetas trágicos -Esquilo, Sófocles, Eurípides- casi siempre
recurrieron a la mitología para desarrolla sus obras, de manera que los dioses, los
mitos y las ficciones tiene en las muchas intervenciones.
En historia destacan Heródoto, Tucidides y Jenofonte, los tres investigaron con tal
espíritu crítico que hicieron de la historia una verdadera ciencia.
las otras ciudades griegas en excepción hecha de Esparta, donde tenía carácter
militarista.
Las niñas eran preparadas por sus madres en las labores domésticas hasta que
llegara una oferta de matrimonio. Los varones, en los primeros años vivían en el
hogar, dedicados a los juegos bajo la vigilancia de su madre, a los 7 años concurrían
a una escuela privada, conducidos por un esclavo, el pedagogo. En la escuela el
niño aprendía a leer escribir y contar. Una vez iniciando las primeras letras, aprendía
literatura y música, los poemas de Homero se memorizaban y luego el maestro los
comentaba.
ACTIVIDADES:
1.- En un mapa actual de Grecia ilumina en color rojo, azul, amarillo y verde los
países que actualmente colindan con Grecia.
MITOLOGIA GRIEGA.
Estos relatos fueron originalmente difundidos en una tradición poética oral, si bien
actualmente los mitos se conocen principalmente gracias a la literatura griega.
Las fuentes literarias más antiguas conocidas, los poemas épicos de la Ilíada y la
Odisea, se centran en los sucesos en torno a la Guerra de Troya.
Esta categoría comprende los seres con los cuales se pretende representar la
explicación de los fenómenos de la naturaleza. Poco a poco dicha representación va
tomando corporeidad.
ETER: (la parte superior y pura de la atmósfera) y las MOIRAS provienen de la unión
de Nyx con Erebo.
Los titanes fueron dioses antiguos nacidos de Gea y Urano. Cuando aquellos
contendieron contra las deidades olímpicas, éstas los vencieron.
4.- CRONOS: Fue jefe de los titanes, obtuvo el poder castrando a su padre Urano, al
casar con su hermana Rea, originó a los dioses Olimpo, encabezados por Zeus.
3.- EPIMETEO: (el que piensa después), esposo de Pandora, la primera mujer.
9.- HECATE: Diosa de la magia y la brujería, tenia cabeza de yegua, perra y leona.
Aclaración: los Hecatonquires, los Gigantes, las Furias y los Cíclopes, aunque son
hijos de Gea y Urano, no son titanes sino seres de apariencia monstruosa.
Las EUMENIDES ERINEAS son tres viejas con cara de perro, cuerpo de vampiro y
víboras en lugar de cabello, que persiguen a los transgresores del orden establecido,
atormentándolos.
La categoría más importante de la mitología clásica está formada por el grupo de los
dioses cuyo conjunto también recibe el nombre de Olimpo; este nombre
originalmente designo a la cumbre más alta del principal macizo montañoso de
Grecia, el monte Olimpo, en cuya cima nevada tenían su morada los dioses. La
comida y la bebida de las divinidades eran, respectivamente, la ambrosia y el néctar;
con e ellos se adquiría juventud eterna.
a) Zeus.
DRIADAS: Ninfas que tenían bella forma femenina; las había de las montañas, los
ríos, los bosques, etc.
GORGONAS: Tres hermanas con forma de dragón que podía transformar a los
hombres en piedra cuando las miraba; Medusa fue la más famosa.
SÁTIROS: Hombres con ancas y colas de caballo, tenían dos patas a diferencia de
los centauros, que poseían cuatro.
SIRENAS: Hermanas que se sentaban en las rocas, cerca del mar y encantaban a
los marineros, hasta su ruina, con su melodiosa voz.
TRITONES: Seres marinos con torso de hombre y cola de delfín; uno de ellos era el
trompetero del mar.
La Ilíada de Homero
La Ilíada es un poema de género épico que trata el asedio de la ciudad de Troya por
los aqueos, para rescatar a Helena, esposa del rey Menelao, la cual fue raptada por
Paris, príncipe troyano. Después de este hecho, se origina una guerra entre aqueos
y troyanos.
Está compuesto por un total de 24 cantos en los que se narran diferentes sucesos
acaecidos durante el último año de la guerra de Troya, la cual se dilató durante un
periodo de 10 años.
La Ilíada, junto a la Odisea, es una epopeya atribuida a Homero. Los dos poemas
suponen un compendio de textos tradicionales que habían sido transmitidos
verbalmente por los rapsodas durante siglos.
La Ilíada resumen
Agamenón, el líder de los griegos, hace montar en cólera a Aquiles, el más feroz de
los guerreros griegos, al arrebatarle su justo botín. Airado, Aquiles se retira de la
lucha llevándose consigo a sus seguidores –los mirmidones–. El príncipe troyano
Héctor encabeza un ataque contra la flota griega, varada en la playa, y los griegos,
dirigidos incompetentemente por Agamenón, están a punto de ser destruidos por
completo. Aquiles se niega a volver a la lucha, pero envía a su mejor amigo,
Patroclo, a luchar en su lugar. Héctor mata a Patroclo y Aquiles, atormentado por la
rabia y la pena, se lanza a buscar a Héctor para matarlo. Héctor, aunque es sabedor
de que no puede vencer a Aquiles, decide luchar contra él de todas formas y resulta
muerto. Aquiles, entonces, deshonra el cuerpo de Héctor arrastrándolo con su carro
en torno a la ciudad. Todos estos acontecimientos ocurren en el lapso de dos días
de lucha separados por dos días de tregua, y ocupan los primeros 22 libros de la
Ilíada.
Los libros XXIII y XXIV hacen el relato de los últimos estertores de la historia, que
transcurren por un periodo de 13 días. En ellos se cuenta el extraño encuentro
nocturno entre Aquiles y Príamo, el anciano rey de Troya y padre de Héctor,
celebrado en el campamento de los griegos. Al final de esta reunión, el cuerpo de
Héctor le es finalmente entregado a su padre para que se celebren los
correspondientes ritos funerarios, ya que los dioses, ofendidos por el inaceptable
comportamiento de Aquiles, lo han castigado manteniendo el cuerpo de Héctor
hermoso y fresco; precisamente, el verso que cierra la obra: «Así hicieron las honras
de Héctor, domador de caballos»
Tuvo fácil acceso a la educación, ya que nació en el seno de una familia adinerada.
Discípulo aventajado del Lampros, fue autor no sólo de Edipo rey, también de otras
tragedias muy conocidas hoy en día, como Antígona, Electra o Áyax.
A lo largo de su vida, fue perfeccionando el arte del teatro griego, logrando una
reducción lírica en pro del desarrollo del diálogo, introducir a más actores en cada
obra o dotar de gran relieve a la indumentaria.
Edipo es hijo de los reyes de Tebas, Yocasta y Layo. El rey, Layo, es advertido por
un oráculo de que será este, su vástago, quien le va a asesinar. Por eso decide
escapar a su destino, atando a su hijo a los tres días de nacer por los pies y
dejándolo en manos de uno de sus esclavos para que lo abandonara a su suerte.
Sin embargo, el esclavo decide darlo a un compañero suyo pastor, que es súbdito
de los reyes de Corinto, Merote y Polibio, quienes, al no ser capaces de tener hijos
propios, viven apenados. Así pues, reciben con alegría al niño, al que nombran
Edipo, y le educan como un legítimo descendiente que será el futuro rey de Corinto.
Como adulto, Edipo recibe la noticia en festín de que no es hijo biológico de los sabe
padres, por lo que queda preocupado y decide marchar de la ciudad en secreto para
consultar con el Oráculo de Delfos y así saber cuál puede ser la mejor forma de
proceder.
Este decide huir de Corinto para evitar tal hecho, pues enloquece con la información
que ha recibido del oráculo, y desea evitar a toda costa que se cumpla, pues ama a
sus progenitores.
Edipo se encuentra solo y no tiene hogar, así que llega a Tebas mientras es
acosado por una Esfinge, un monstruo horroroso de los caminos que mata a
cualquier viajero que no sepa responder al enigma que plantea. Sin embargo, esta
se suicida cuando Edipo sí que resuelve la cuestión.
Sin embargo, ante una terrible epidemia que está asolando Tebas, Edipo no sabe
cómo actuar, de forma que envía a su cuñado, Creonte, para que consulte con el
oráculo cuál puede ser la mejor forma de proceder en pro de salvar a su pueblo.
Edipo hace llevar a su presencia a un adivinador cierto, Tiresias, que le debe ayudar
a descubrir al asesino. Pero este se niega, y solo cuando es insultado por el rey,
accede a participar, culpándolo a él mismo de haber acabado con la vida de Layo.
Después, Edipo interroga a Yocasta sobre su primer marido, y observa que los datos
que esta le ofrece concuerdan perfectamente con su asesinato en el camino a Layo.
En ese mismo instante, un mensajero de Corinto le informa que el rey Polibio ha
muerto, por lo que entiende que él es el culpable de la epidemia que asola Tebas.
Al ser consciente de la situación, entiende que fue el niño abandonado por Layo, que
ha matado a su propio padre y se ha casado con su madre. Yocasta. Presa del
horror de la situación, decide suicidarse estrangulándose con sus trenzas.
Edipo, al descubrir a su madre y esposa muerta, se hiere los ojos con los broches de
oro de su manto y se queda ciego. Poco después, decide exiliarse para acabar con
la mala fortuna de Tebas.C
La caja de Pandora
Le ordenó a Hefesto que creara una mujer hermosa a quien llamó Pandora. Afrodita
le imprimió el don de la belleza, Hermes le dio astucia, Atenea le enseñó diversas
artes y Hera le hizo el regalo que cambiaría la historia de los hombres por siempre:
la curiosidad. Luego, Zeus ordenó a Hermes llevar a la hermosa mujer a la Tierra.
Sin embargo, la curiosidad de Pandora se apoderó de ella; tomó la caja y tiró de los
cordones desatando los nudos. Para su sorpresa, cuando levantó la pesada tapa, un
enjambre de adversidades estalló desde la caja: la enfermedad, la envidia, la
vanidad, el engaño y otros males volaron fuera de la caja en forma de polillas. Pero
entre todos ellos, voló una hermosa libélula trazando estelas de color ante los ojos
sorprendidos de Pandora.
Hércules o Heracles
El héroe griego vivió durante un tiempo en paz y armonía con su esposa Mégara
(hija de Creonte, rey de Tebas, el cual se la había entregado tras acabar con un
tributo del rey Orcómeo) e hijos hasta que un día la diosa Hera volvió a ejercer sus
malas artes para infundir un ataque de locura homicida a Heracles, quien asesinó a
todos sus hijos y a dos de Ificles de forma inconsciente. Las circunstancias de estos
hechos tan dramáticos difieren según las diferentes versiones. Cuando el
desafortunado Heracles fue consciente de lo que había hecho, decidió exiliarse
voluntariamente, primero visitando a su antiguo anfitrión Tespio con el fin de
purificarle y después al oráculo de Delfos para saber cuál debía ser su próximo
destino. La Pitia (suma sacerdotisa) le indicó que se dirigiera a Tirinto, en la Argólide,
donde debía permanecer durante diez años mientras llevaba a cabo una serie de
trabajos para Euristeo, rey de Micenas.
Los trabajos llevados a cabo por Heracles eran conocidos en el mundo griego como
athloi, traducido al latín como ‘labores’, de ahí vino la expresión de ‘trabajos’, si bien
el término athloi hacía más referencia a una competición que implicaba grandes
esfuerzos o sacrificios para conseguir un premio.
La primera tarea de Heracles fue matar al terrible león de Nemea, ubicado en algún
rincón al noroeste de la Argólide. Se trataba de una criatura extraordinaria pues se
suponía que era invulnerable. Al darse cuenta de que ni su espada ni sus flechas
podían atravesar la piel del animal, Heracles decidió utilizar su garrote y sus propias
manos desnudas de forma mucho más ventajosa. Tras dar muerte a la legendaria
bestia, el héroe griego utilizó la propia piel del león como vestimenta para que le
transmitiese sus excepcionales cualidades.
El siguiente objetivo a batir era una enorme serpiente policéfala que habitaba en los
pantanos de Lerna, al sur de Argos. El número total de cabezas no está del todo
claro, pues varía desde unas pocas hasta cien. Se decía que cuando se le cortaba
una cabeza, se le regeneraba una nueva o incluso dos más. Además este temible
una matraca o castañuelas de bronce para después abatirlas con sus flechas
cuando estas alzaron el vuelo. No se sabe con seguridad si Heracles fabricó el
mismo el artilugio para espantar a las aves o si este fue un regalo hecho por Atenea
(diosa de la sabiduría), quien a su vez lo había conseguido de Hefesto (dios de la
forja).
Augías, hijo de Helios (el Sol), reinante en la Élide, poseía unos vastos rebaños de
ganado. Sus establos se habían dejado sin limpiar, originándose la acumulación de
una gran cantidad de estiércol. A Heracles se le encomendó la difícil tarea de
limpiarlos en un sólo día. Pero gracias a su ingenio, consiguió desviar el cauce de
uno o varios ríos (se piensa que pudo haber sido el Peneo y el Alfeo o bien el Alfeo y
su afluente el Menio) para que el agua fluyese por los rediles, en vez de llevar a
cabo la tarea a mano, lo que hubiese sido por otro lado bastante humillante y poco
práctico.
De acuerdo a la tradición, el toro de Creta había sido enviado por el dios Poseidón
(dios de los mares) en respuesta a las plegarias del rey Minos. Sin embargo, cuando
Minos decidió no sacrificarlo en honor al dios, este lo convirtió en salvaje resultando
un trabajo muy complicado darle caza. Heracles fue el encargado de traerlo de
vuelta vivo. Para esta tarea, forzó al toro hincarse de rodillas y después le trabó las
patas. Se dice que se lo mostró a Euristeo y posteriormente vagó durante algún
tiempo hasta establecerse en Maratón, en el norte de África, donde fue abatido por
Teseo, otro famoso héroe griego.
Heracles fue enviado al norte para cumplir con su siguiente misión: capturar los
caballos salvajes de Diomedes, rey de Tracia e hijo de Ares. Dichos caballos
constituían el tiro del carro de Diomedes y eran alimentados con carne humana. En
su versión más antigua, parecer ser que el héroe griego arrojó a algún
desafortunado a los caballos mientras este les ponía los arreos. Diomedes murió en
su intento de oponerse a Heracles. Posteriormente, los caballos consiguieron ser
domados por Heracles siendo llevados de vuelta a Micenas por medio de un carro
tirado por ellos. Otras versiones cuentan que Heracles utilizó a su propio dueño para
alimentar a los caballos y así conseguir domarlos.
El monstruo Gerión era en realidad tres hombres unido en uno solo. El décimo
trabajo para Heracles consistía en ir a buscar su ganado a la isla de Eritía, en el
Océano exterior. En su periplo hacia el oeste, el héroe griego fue sintiéndose cada
vez más acalorado. Por esta razón apuntó con su arco el rey-sol Helios, el cual,
impresionado por su atrevimiento, le regaló su copa de oro para cruzar el océano
hasta Eritía. Cuando Heracles recibió este obsequio pudo alcanzar esta isla con
mayor facilidad. Se dice que, al alcanzar el extremo occidental del mundo conocido,
alzó las Columnas de Heracles (el peñón de Gibraltar y el monte Abyla). A su
llegada, el héroe griego esperó su oportunidad para robar el ganado en poder del
boyero Euritión y el perro Orto que poseía varias cabezas. Heracles mató al can a
mazazos, así como a Euritión. A causa del alboroto causado, Gerión salió al
encuentro de Heracles, protagonizando una encarnizada lucha donde el monstruo
murió de un flechazo. Finalmente, Heracles condujo el ganado hasta la península
ibérica y después por el sur de Europa en un viaje lleno de aventuras.
Este fue sin duda alguna el trabajo más dificultoso para Heracles, quien tuvo que
descender a los Infiernos a través de la cueva sin fondo del cabo Ténaro (sur del
Peloponeso) para traer al perro de caza de Hades (dios del inframundo), Cerbero.
Se cuenta que en esta prueba recibió la ayuda de Atenea y de Hermes. Cerbero era
una bestia corpulenta dotada de tres horribles cabezas además de una serpiente en
su cola. Existen diferentes versiones en torno a su captura. En una de ellas, Hades
le retó a dominar a la criatura sin utilizar ningún arma metálica, lo que Heracles logró
con éxito gracias a su piel de león. Cuando el dios del inframundo trató de cerrarle el
paso, el héroe le amenazó con su arco. En otra versión, Perséfone (esposa de
Hades) le entregó a Cerbero encadenado. Después de amansarlo, Cerbero fue
llevado al mundo terrenal para ser mostrado a Euristerio y posteriormente fue
devuelto al inframundo.
Vida posterior
Una vez terminados los 12 trabajos, Heracles se vio liberado de su servidumbre. Por
esta razón, quiso buscar una nueva esposa, eligiendo a Yole, hija de Éurito, rey de
Justo cuando el héroe encendió las llamas, el veneno comenzó a hacer efecto sobre
su piel, abrasándolo. El pobre Licas fue arrojado por un barranco por Heracles y
quedó convertido en piedra. Aunque trató de arrancarse las túnicas, la pócima le
había devorado hasta los huesos. Heracles fue llevado de vuelta a Traquis. Al
contemplar lo que le había ocurrido a su marido, Deyanira decidió ahorcarse. Fue
entonces cuando Heracles viajó hasta el monte Eta donde construyó una pira para
ser incinerado. Finalmente Heracles fue admitido entre los dioses del Olimpo y se
reconcilió con Hera, quien incluso le permitió casarse con su hija Hebe, diosa de la
juventud, una unión que simbolizaba su victoria sobre la edad y la muerte. Heracles
ya se había convertido en un mito para toda la eternidad.
Perseo
Medusa era la tercera y única mortal de las gorgonas (del griego γοργών, “terrible”),
tres despiadados seres femeninos nacidos de las deidades marinas Forcis y Ceto (o
en otras versiones de los monstruos marinos Tifón y Equidna). Sus hermanas eran
Esteno (“la poderosa”) y Euríale (“la que surge lejos”). Las tres son descritas en
numerosas fuentes clásicas, desde Homero hasta la Teogonía de Hesíodo (siglo VII
a. C.), con rasgos más o menos monstruosos y se les atribuye un hogar en el mar,
próximo a lo que hoy conocemos como Libia.
Los relatos clásicos sobre Medusa tienen que ver con su muerte a manos del héroe
y semidiós Perseo. Cuenta el mito que el rey de Sérifos, Polidectes, le encargó a
Perseo la tarea de matar a la criatura y llevarle su cabeza cercenada. Esta no era
una tarea ordinaria, pues la cueva de Medusa estaba repleta de las estatuas de los
héroes y guerreros que habían intentado darle muerte. Así que el rey envió a Perseo
con toda la mala intención, esperando así librarse de él y poder entonces desposar
libremente a su madre, Danae, de la cual el héroe era sumamente celoso.
ver al monstruo reflejado sin tener que mirarlo directamente. Con dicha estrategia, y
dejando que Atenea guiara la mano que empuñaba la espada, Perseo se aproximó a
la gorgona y de un golpe le cercenó la cabeza. Y cuando las otras dos gorgonas
intentaron vengarse de él, Perseo se puso el casco de invisibilidad de Hades y huyó,
llevándose la cabeza en una bolsa.
Literatura maya
La cultura maya cuenta con una historia de unos 3.000 años. Su civilización ocupó
los territorios del sur y sureste mexicano (Chiapas, Yucatán, Tabasco, Campeche y
Quintana Roo) y los actuales Guatemala, Honduras, El Salvador y Belice. Es
importante señalar que esta cultura nunca desapareció: sus descendientes aún
habitan la región y hoy se hablan cerca de 44 dialectos de la familia mayense.
Para los mayas, el arte significaba la posibilidad de representar todo lo que los
rodeaba, fue así que decoraban con complejos y coloridos diseños, desde pequeñas
vasijas hasta monumentales edificios.
Sus templos son inconcebibles sin sus elaborados murales y sus fachadas con sus
figuras de piedra y estuco.
Por eso, la definición de la literatura maya no es precisa. Hay quienes sólo la limitan
al pueblo precolombino, mientras que otros prefieren incluir todas las obras que
nacieron como legado de aquella cultura, incluso textos actuales.
trata de obras de difícil interpretación, que conjugan la historia con la religión, las
mitologías y la ciencia de la época.
Otra importante obra de la literatura maya es el Libro de Chilam Balam, que hace
referencia a la tragedia que resultó la llegada de los europeos para este pueblo.
Existen diferentes versiones del texto, ya que fue desarrollado por distintos clanes.
Los especialistas afirman que el libro nació como la transcripción de manuscritos
sagrados, a los que luego se le sumaron noticias y elementos de la historia de cada
lugar.
El Rabinal Achí (una obra dramática sobre los enfrentamientos entre dos ciudades-
estado) y los Anales de los Cakchiqueles (una recopilación de datos históricos y
mitológicos) son otros textos destacados de este cultura.
EL POPOL VUH
El "Popol Vuh", "Las antiguas Historias del Quiché", es el libro sagrado de los indios
quichés que habitaban en la zona de Guatemala.
Se puede señalar que hay allí una conjunción de religión, mitología, historia,
costumbres y leyendas. Es esencialmente una descripción del conjunto de
tradiciones mayas de quienes habitaban la región guatemalteca; pero también
aparecen agregadas algunas ideas cristianas, lo que hace suponer que el autor
conocía a misioneros católicos. No se conoce el nombre del autor pero por datos
sacados del contenido de la obra, se supone que ha sido escrito hacia 1544.
La versión española fue realizada sobre este último texto en el siglo XVIII (1701) por
el fraile dominico Francisco Ximénez que se había establecido en Santo Tomás
Chichicastenango. Y "Popol Vuh" lo llamó un estudioso de temas americanistas, que
en el siglo XIX lo tradujo al francés, Charles Etienne Brasseur de Bourbourg.
Popol: Palabra maya que significa reunión, comunidad, casa común, junta.
Para los Quichés de Guatemala, hombres del bosque o de los magueyes, el Popol
Vuh es una Biblia.
La primera es una descripción de la creación del mundo y del origen del hombre,
que después de varios fracasos fue hecho de maíz, el alimento que constituía la
base de su alimentación.
La tercera parte es una historia detallada referida al origen de los pueblos indígenas
de Guatemala, sus emigraciones, su distribución en el territorio, sus guerras y el
predominio de la raza quiché sobre las otras hasta poco antes de la conquista
española. Describe también la historia de los Reyes y la historia de conquistas de
otros pueblos.
Cosmovisión maya
Los dioses, el mundo y el hombre son los tres grandes reinos temporales (y por ello
polivalentes), que conforman el cosmos maya. Ellos no son concebidos como
órdenes separados e independientes, pero tampoco se confunden en un todo
indiferenciado; más bien son aspectos distintos de una misma realidad, cada uno
con cualidades y funciones bien definidas, que, en constante interrelación dinámica,
constituyen un universo armónico y equilibrado.
El universo en el que el hombre habita es concebido por los mayas como una
compleja estructura de planos horizontales superpuestos, poblados por fuerzas
sagradas, que, en múltiples combinaciones, de acuerdo con la temporalidad,
determinan los cauces de todo acontecer. Esas energías divinas van, desde los
grandes dioses cuyas epifanías son los astros, la lluvia, el relámpago, las montañas,
el viento o la Tierra, hasta los protectores de los animales, las plantas sagradas
(como el maíz y las psicoactivas), los patronos de las actividades humanas y las
deidades maléficas.
Hay tres grandes ámbitos del cosmos, que son el cielo, dividido en trece estratos, tal
vez con forma de pirámide escalonada; la tierra, concebida como una plancha
cuadrangular, y el inframundo, dividido en nueve estratos quizá como una pirámide
invertida. Estos tres espacios cósmicos, se dividen a su vez horizontalmente en
cuatro partes o "rumbos" (asociadas con colores y signos del calendario ritual), que
más o menos coinciden con los puntos cardinales.
En cada rumbo terrestre, y participando del color asociado, hay un árbol sagrado
(ceiba) y un pájaro también divino, que parecen sostener la pirámide celeste, al lado
de cuatro dioses antropozoomórficos, los Bacabes. Y en el centro de la tierra,
fungiendo como axis mundi, se yergue la "ceiba madre", de color verde, cuyas raíces
comunican el plano terrestre con el inframundo y cuyas ramas penetran en el nivel
celeste.
Entre las múltiples imágenes simbólicas que creó la mentalidad religiosa de los
mayas para representar los niveles cósmicos, hay también formas animales, sobre
todo grandes reptiles. De esta manera la tierra era un cocodrilo o lagarto fantástico,
al que los mayas yucatecos llamaron Itzam Cab Ain, "Brujo-del-agua-tierra-cocodrilo"
o Chac Mumul Ain, "Gran cocodrilo lodoso". Este ser flotaba en el agua, y sobre su
espalda crecía la vegetación.
Del nivel terrestre proceden dos de los animales sagrados por excelencia, que
fueron concebidos como epifanías de fuerzas divinas de los tres ámbitos del
cosmos: la serpiente, que encarna al agua, al cielo y a la tierra, como la fuerza
fecundante y engendradora de la vida, y el jaguar, que simboliza las fuerzas
irracionales, la destrucción, la naturaleza salvaje, el cielo nocturno y el Sol en su
viaje por el inframundo.
Y sobre el plano terrestre se encuentran los cielos: trece estratos donde moran
distintos dioses, por lo general astrales, el que está regido por Oxlahuntiku; "Trece
Deidad", dios uno y trece al mismo tiempo. El estrato más alto es el sitio de la deidad
suprema: Hunab Ku, "Dios Uno", para los mayas yucatecos, identificado con
Itzamna.
Itzamna fue simbolizado, en toda el área maya, por un dragón serpiente emplumada
bicéfala o animal fantástico con cuerpo de serpiente, plumas, patas de lagarto o
pezuñas de venado, que encarna la energía sagrada fecundante del cosmos. Sus
dos cabezas representan la dualidad de contrarios cósmicos, cuya armonía hace
posible la vida. Esta deidad es a la vez uno y cuatro, ya que hay un Itzamna en cada
"rumbo", que comparte el color de este. En los códices, Itzamna se representa como
un dragón, pero también en forma humana: como un anciano con rasgos
serpentinos en el rostro; a su lado aparece su parte femenina, señora del tejido y la
pintura con la que se coloreó el mundo. En su aspecto antropomorfo, Itzamna fue
dios creador y héroe cultural, pues se dice que inventó la agricultura, la escritura, el
calendario y la medicina.
La estrecha liga entre dioses, mundo y hombre dentro del pensamiento indígena, se
manifiesta ante todo en las cosmogonías. El proceso de creación cósmica se
produce según las leyes de la temporalidad cíclica y tiene como eje la creación y
destrucción alternativas de los hombres, dinámica de la que deriva la existencia de
los otros seres; el complejo universo maya fue creado, según los mitos
cosmogónicos, para que ahí viviera el ser que tendría por misión venerar y sustentar
a los dioses: el hombre.
En los mitos quichés, los dioses creadores, en sucesivas edades del universo,
modelan varios tipos de hombres, usando distintos materiales, hasta que encuentran
la sustancia sagrada, el maíz, que dará por resultado al hombre requerido: el que es
consciente de los dioses y de la finalidad de su existencia. Los hombres de maíz de
la última edad, son formados, además, con sangre de la serpiente y el tapir,
Por otra parte, el hombre es, en su propia naturaleza, un ser dual compuesto, de
cuerpo visible y espíritu; éste, a su vez (aunque hay variantes entre los distintos
grupos mayances), parece estar dividido en una parte inmortal, consciente y
racional, que está ligada al cuerpo humano y que lo abandona en el momento de la
muerte, y una parte impulsiva, irracional y mortal que desde que el hombre nace
encarna en un animal salvaje, relacionado con el día del nacimiento. Ese animal se
convierte en un alter ego que comparte el destino y el carácter del hombre, e incluso
su posición social (mientras más alta sea ésta, el animal es más fuerte y poderoso).
Todo lo que le ocurra al animal, incluso la muerte, le acontece también al hombre y
viceversa.
Las ideas mayas acerca de los dioses, el mundo y el hombre, destacadas aquí muy
breve y generalmente, constituyen una cosmovisión original, en la que sólo
extrínsecamente caben las clasificaciones lógicas occidentales. El mundo de los
valores es distinto también, así como el sitio del hombre en el cosmos, empezando
por la idea de que el ser humano forma un todo unitario, incluso consubstancial, con
su mundo y, aunque tiene la responsabilidad de la existencia toda, no se asume
como el dueño que pueda dominar y explotar a la naturaleza para su propio
beneficio.