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DISCERNIMIENTO ÉTICO Y ORGANIZACIONES

Andrés Suárez1, diciembre de 2018

Introducción

Cuando un directivo está frente a un dilema moral y debe tomar una decisión que es
compleja y tiene múltiples repercusiones, la pregunta natural que surge es ¿cómo
aproximarse éticamente a la realidad, es decir, cómo buscar lo que es bueno cuando nos
enfrentamos a los diversos dilemas de empresa y organizaciones. Existen distintos enfoques
metodológicos. Al respecto, Tony Mifsud (2012, 2017) explica que pueden existir varios
caminos por el cual enfrentar el dilema: (1) apegarse a las normas y leyes, (2) analizar las
consecuencias de un hecho, o bien (3) discernir éticamente, inspirado en la pedagogía
ignaciana.

En el primer caso una forma de enfrentar los dilemas es cumplir estrictamente las
leyes morales, es decir, de las pautas que establecen deberes y obligaciones, una vez
definido qué es lo bueno. En esta perspectiva, la elaboración del discurso moral privilegia
la formulación de normas, precisas y claras, para asegurar el cumplimiento de un proceder
justo. La dificultad que puede surgir es que los códigos deontológicos, por más complejos y
completos que intenten ser, no abarcan todos los espacios de la vida en donde es posible
que surjan los dilemas morales.

En el segundo caso, conocido como el teleológico, es el de atender a las


consecuencias previsibles de una acción en el momento de recurrir a la norma. Se evalúa la
acción humana por la consecuencia de sus acciones, y me pregunto si mi respuesta es
adecuada de acuerdo a la valoración que hago del contexto al cual me enfrento. La
centralidad está en los fines, y no en las causas. Esta corriente se opone a la anterior. La
dificultad que puede surgir es volver todo relativo, donde todo es posible, ya no hay límites
a las acciones humanos.

1
Profesor de ética empresarial y económica, y de ética pública. Licenciado en Administración Pública y Magister
en Gerencia Pública, Universidad de Santiago de Chile. Magister en Economía Aplicada a Políticas Pública,
Universidad Alberto Hurtado. MA in International Political Economy and Development, Fordham University (NY).
Contacto: jesuarez@uahurtado.cl

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Un camino alternativo es el discernimiento ético, siguiendo las fuentes clásicas de la


tradición cristiana como la tomista, que apela a la deliberación, el juicio y, la actuación. El
discernimiento ético consta de cuatro momentos principales, a saber:

1. Delimitar el Hecho en donde se presenta un dilema ético, en donde la pregunta


clave es: ¿cuál es el hecho en donde se presenta el dilema?

2. Comprender cabalmente el Hecho: desde distintas perspectivas y disciplinas,


antecedentes e implicaciones del hecho. Reconocimiento de los actores
involucrados y de mi experiencia frente al hecho.

3. Descubrir los valores implicados en el Hecho, o juicio ético: identificar los valores y
principios implicados en el dilema ético, y su jerarquización.

4. Pasar a la Decisión Ética: expresar en los hechos mi opción ética, enfrentando la


tensión permanente entre lo ideal y lo real.

El método nos deja en claro las primeras tres opciones, es un camino a seguir, pero dicho
camino deja al arbitrio personal el último paso: la decisión ética, pues no nos dice qué
hacer. Esto está relacionado con las etapas del desarrollo moral, es decir, a mayor
desarrollo moral, más autonomía en las decisiones. En este documento se incluye una
sección complementaria al respecto.

Descripción de los pasos del método de discernimiento ético

I. El Hecho

La pregunta que aquí nos hacemos es: ¿cuál es el hecho?, o bien preguntarnos, ¿de qué
estamos hablando? Implica la delimitación del tema, y nos obliga a presentar el hecho tal
cual es, sin juicios de valor. En esta etapa el ejercicio más difícil es evitar los juicios de
valor. El método no nos dice que los juicios de valor que no tienen un lugar en la
metodología, pero no en esta etapa.

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II. Comprensión de Hecho

Se refiere a la comprensión temática del hecho, de sus implicaciones y consecuencias. Se


refiere a contextualizar datos y las implicancias desde distintos puntos de vistas: laboral,
social, ambiental, económico, financiero, político, o aquellos más relacionado con el ámbito
de análisis. Implica también reconocer qué me pasa a mí con lo que está ocurriendo.
Implica acudir a la experiencia adquirida, qué dice la disciplina de análisis sobre lo que
estamos observando. Además, es necesario reconocer a los actores involucrados y qué dice
o cómo afecta a cada uno.

III. Juicio ético

Esta etapa contempla dos momentos. El primero se refiere distinguir los valores y
principios en juego (al respecto, revisar el Apéndice). Luego, jerarquización entre estos
valores y principios, para saber cuál es o son los más relevantes. Esta jerarquización
permite dejar en claro un horizonte de integridad: ¿cuál es valor que no estoy dispuesto a
transar?

IV. La opción ética

Debemos ahora hacer un repaso y reconocer aquellos elementos para el discernimiento,


sobre qué es lo que hemos deliberado hasta este punto. Revisamos los pasos del camino
propuesto por la metodología para preguntarnos: ¿qué es lo que debemos hacer?, ¿cómo
pongo en los hechos este valor que no estoy dispuesto a transar. Hemos de respetar ciertos
criterios. En primer lugar, que la decisión sea posible, no toda decisión ideal es posible de
aplicar, porque no existen los recursos o escenarios para dicha decisión ideal. Por tanto, esa
decisión debe ser realizable. En segundo lugar, seguir una gradualidad en las implicancias
de las decisiones. Por ejemplo, si soy un jefe en una organización, ¿con quién debo hablar
primero?, ¿cuál es la secuencia del curso de acción escogido? El tercer criterio es que la
decisión escogida esté bien comunicada. Todo el proceso anterior se puede quebrar si no
sabemos transmitir nuestra decisión, que sea comprensible y captada por nuestros
interlocutores.

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Referencias

MIFSUD, T. (2012) Decisiones Responsables. Una ética del discernimiento. Santiago:


Ediciones Universidad Alberto Hurtado.
__________ (2017) Realidad que interpela: Decisiones responsables. Santiago: Ediciones
Universidad Alberto Hurtado.
MIFSUD, T., E. LIRA, V. ANGUITA, A. SUÁREZ (2012) Discernimiento Ético. Informe
Ethos Nº 88. Centro de Ética, Universidad Alberto Hurtado, Chile. Disponible en:
http://repositorio.uahurtado.cl/handle/11242/4675, último acceso 4 de diciembre de 2018.

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Apéndice: Valores, principios y juicio


moral
I. ¿Qué son los valores y principios?

Como ejemplos, podemos hablar del amor, de la justicia, de la paz, de la honestidad, de la


solidaridad, de la sobriedad, de la contemplación y la gratuidad, entre otros. Se pueden
presentar en la forma de polaridad (egoísmo, injusticia, violencia, corrupción,
individualismo, consumismo, pragmatismo y utilitarismo).

Carlos Novoa encuentra en P.H. Kolvenbach, ex Superior General de la Compañía de Jesús,


una definición de los valores de la siguiente manera.

Valor significa literalmente algo que tiene un precio, que es querido, que es de mucha estima
o que vale la pena, consiguientemente algo por lo que uno está dispuesto a sufrir o
sacrificarse, algo que es una razón para vivir y si es necesario para morir. Así los valores
aportan a la vida la dimensión de “significar algo para alguien”. Son los raíles que mantienen
al tren en su camino y le facilitan el deslizarse suavemente, con rapidez y determinación. Los
valores proporcionan motivos, dan identidad a la persona, le ponen facciones, nombre,
carácter. Sin valores uno flotaría como los troncos en los remolinos del Potomac. Los valores
radican en el centro de la propia vida, definen la calidad de la propia vida y marcan su
extensión y profundidad (Novoa, 199, 2006)

Por otro lado, Concha (2015) nos proporciona una la definición proporcionada por E.
López Azpitarte, sobre los valores, lo siguiente.

Podríamos definir al valor moral como aquella calidad inherente a la conducta que se
manifiesta como auténticamente humana conforme a la dignidad de la persona y de acuerdo
por tanto con el sentido más profundo de su existencia (...) La respuesta específica que
provoca el valor ético es la experiencia de la "obligación". En ella se vivencia este carácter
ineludible, absoluto, que nos viene de una fuerza que se impone al sujeto desde dentro, pero
sin forzar, sin ningún tipo de presión física. Su mensaje penetra hasta el corazón”. (Concha,
2014).

II. ¿Cómo se desarrolla el Juicio Moral?

Diversos estudiosos han mencionado que el juicio moral tiene diferentes etapas a lo largo de
la vida de las personas. Hay una etapa premoral, en la que nos guiamos por lo que nos gusta
y lo que podemos hacer. Luego, comienza la etapa moral.

La etapa moral de la persona contiene 3 grandes niveles, conocidos como pre-convencional,


convencional y post-convencional, según T, Mifsud, citando al psicólogo Lawrence

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Kohlberg. En el nivel más básico, el heterónomo, el orden moral está establecido por fuerzas
distintas de la voluntad personal de las personas, es un orden dado. Luego viene una etapa en
que las normas de lo bueno podrían estar definidas, por ejemplo, por las leyes, los preceptos
comúnmente acordados. El tercer nivel remite a aquella conducta humana que se orienta por
principios universales y éticos, y en donde la autonomía personal es mayor. Esta persona
observa las reglas, pero decide en su conciencia.

Cuadro: Resumen de los seis estadios del desarrollo del juicio moral
1. Estadio Premoral
2. Estadio Moral
NIVELES en la fundamentación del juicio ESTADIOS en el desarrollo del juicio moral
moral
Nivel Preconvencional Estadio 1: Moralidad heterónoma
La orientación de castigo y de obediencia
Estadio 2: Moralidad individualista, instrumental
La orientación instrumental y relativista
Estadio 3: Moralidad de la normativa
Nivel Convencional interpersonal
La orientación de la concordancia interpersonal
Estadio 4: Moralidad del sistema social
La orientación de la ley y el orden
Nivel Pos convencional (autónomo o de Estadio 5: Moralidad de Derechos Humanos y
principios): Bienestar Social
La orientación legalista del contrato social
Estadio 6: Moralidad de principios éticos
La orientación de los principios universales y
éticos
Fuente: Mifsud, Ethos 70, 2010, Universidad Alberto Hurtado.

Ahora bien, comenzaremos a desmenuzar este cuadro y sus componentes en dos aspectos, la
“fundamentación” del juicio moral y el “desarrollo” de éste.

Antes del juicio moral está el estadio premoral, que es aquel en donde “no se entienden las
reglas ni se juzga lo bueno y lo malo en términos de reglas y autoridad. Lo bueno es lo que
produce placer, lo malo es lo que produce miedo o daño. No existe la idea de obligación,
tampoco en términos de una autoridad externa, sólo se guía por lo que se puede hacer y por lo
que se quiere hacer”.

Cuando la persona ya desarrolla una fundamentación moral nos encontramos con el nivel
preconvencional, y se podría decir que hablamos de alguien egocéntrico, que vive su propio
mundo. En este caso, la fundamentación del juicio consta de dos grados de desarrollo. En el
primero, el concepto de justicia, por ejemplo, se castiga lo malo en términos de ojo por ojo y
diente por diente, y es el que se conoce como moralidad individualista, instrumental.
En el segundo grado el concepto de justicia prevalece la visión del intercambio de favores y
bienes de una manera igual. Esto se expresa en siguiente cuadro.

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NIVEL en la fundamentación ESTADIO en el desarrollo del juicio moral


del juicio moral

Nivel Preconvencional Estadio 1: Moralidad heterónoma


La orientación de castigo y de obediencia

El niño responde a las reglas Las consecuencias físicas de una acción determinan su bondad o
culturales y a lo que se su maldad sin tomar en consideración el valor o el significado
denomina bueno y malo, pero humano de estas consecuencias. Evitar el castigo y la obediencia
los interpreta en términos de las al poder son valores en sí mismos y no se remontan al respeto por
consecuencias físicas o un orden moral apoyado por el castigo y la autoridad.
hedonísticas de una acción
(castigo, premio) o, en términos Estadio 2: Moralidad individualista, instrumental
del poder físico de aquellos que La orientación instrumental y relativista
establecen las reglas.
La acción justa dice relación a aquella que instrumentalmente
El valor moral reside en satisface las necesidades de uno y a veces las necesidades de
acontecimientos externos y casi otros. Las relaciones humanas se consideran en términos de un
físicos, en acciones malas o en mercado. Los elementos de imparcialidad, reciprocidad y el
necesidades casi físicas más compartir por igual están presentes, pero se interpretan siempre de
bien que en las personas y los un modo pragmático y físico. La reciprocidad es un asunto de tú
criterios. me das y yo te devuelvo, y no de lealtad, gratitud y justicia.

Luego, la fundamentación del juicio moral alcanza un nivel denominado convencional. En


este nivel la persona es capaz de identificarse con la sociedad, y se apega a lo que dice la ley.
Contiene dos niveles de desarrollo del juicio moral en el que la conducta se juzga según la
intención y, después, un grado superior es aquel que se orienta hacia la ley y el orden. En el
nivel convencional la justicia, que es el ejemplo que hemos escogido, se referirá a tratar a las
personas como se lo merecen. Esto se expresa en siguiente cuadro.

NIVEL en la fundamentación ESTADIO en el desarrollo del juicio moral


del juicio moral
Nivel Convencional
Estadio 3: Moralidad de la normativa interpersonal
Respetar las expectativas de la La orientación de la concordancia interpersonal
familia, del grupo o de la nación
es un valor en sí mismo, sin La buena conducta es aquella que agrada o ayuda a los demás, y
tomar en cuenta las es aprobada por ellos. Existe una conformidad con las imágenes
consecuencias inmediatas y estereotipadas de la mayoría. La conducta se juzga generalmente
evidentes. Se trata de una según la intención.
actitud de conformidad con el
orden social y las expectativas Estadio 4: Moralidad del sistema social
personales, de apoyo activo, y La orientación de la ley y el orden
de justificación del orden,
además de una identificación Existe una orientación hacia la autoridad, las reglas fijas y el
con las personas o el grupo mantenimiento del orden social. La conducta correcta consiste en
involucrado. que cada uno cumple su deber, muestra respeto por la autoridad, y
El valor moral reside en la mantiene el orden social establecido sin ulterior referencia
ejecución del buen role, en el
mantenimiento del orden
convencional y en la aprobación
social.

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Se distingue un tercer nivel en la “fundamentación” del juicio moral denominado nivel


posconvencional, en el que la persona se hace más autónoma. Sus juicios integran más datos
y son principios son más universales. Se objeta, por ejemplo, una ley injusta, no se obedece
únicamente porque lo sea. En este nivel hay dos grados del “desarrollo” del juicio moral. El
primero es el de los derechos humanos y bienestar social. En este estadio la justicia considera
reconocer que todas las reglas y las leyes surgen de la justicia, de un contrato social entre los
gobernantes y los gobernados para proteger el derecho igual de todos. El último nivel,
denominado moralidad de principios éticos, la justicia se refiere a que los principios que una
persona escoge son también

Nivel Pos convencional Estadio 5: Moralidad de Derechos Humanos y Bienestar Social


(autónomo o de principios): La orientación legalista del contrato social

En general tiene elementos utilitaristas. La acción correcta tiende a


definirse en términos de derechos individuales generales y en
términos de criterios que han sido examinados críticamente y
aceptados por toda la sociedad. Se da un reconocimiento del
relativismo en torno a los valores y opiniones personales, con un
énfasis correspondiente sobre las reglas de proceder para llegar a
Se da un esfuerzo para definir un consenso. Aparte de lo acordado constitucionalmente y
valores y principios morales democráticamente, lo justo y lo correcto es un asunto de opinión y
que tengan validez y aplicación valores personales. El resultado es la insistencia en el punto de
universal, es decir, por encima vista legal, pero también se considera la posibilidad de cambiar la
de la autoridad de los grupos o ley en términos de consideraciones racionales de utilidad social.
las personas que sostienen Fuera del ámbito legal, el acuerdo y el contrato libre es el elemento
estos principios y por encima de obligación.
de la misma identificación de Estadio 6: Moralidad de principios éticos
uno con estos grupos. La orientación de los principios universales y éticos

El valor moral reside en la Lo correcto y lo justo se define por la decisión de la conciencia según
conformidad de uno mismo con unos principios éticos auto-escogidos, apelando al entendimiento
los criterios, los derechos y los lógico, a la universalidad y a la consistencia. Estos principios son
deberes que son compartidos o abstractos y éticos (la Regla de Oro, el Imperativo Categórico) y no
que pueden ser compartidos. son reglas morales concretas como los Diez Mandamientos.
Básicamente, son principios universales de justicia, de reciprocidad
y de igualdad de los derechos humanos, y del respeto por la
dignidad humana de cada persona.

Fuente: Informe Ethos 70 (2010) “Desarrollo del Sentido Ético”.

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III. Consideraciones finales

Cuando se discute el discurso ético de las personas, cuando construyen lo que es bueno y lo
que no para tomar decisiones y guiarse, es necesario hacerlo sobre unos valores fundantes.
Kovenbach y López Azpitarte intentan relevar una posición sobre estos valores pensando en
nuestro siglo XXI. Deviene, entonces, el consenso social en la búsqueda de estos valores,
pero el consenso social no es un criterio ético, sino un método moral de búsqueda en común
de aquello que permite realizar lo auténticamente humano.

Referencias del Apéndice

NOVOA, C. (2006) Educación en Valores y Procesos de Paz. En “Un camino hacia la paz:
Segundo Foro sobre Paz y Salud Mental en Colombia”, G. Sánchez Medina, Compilador.
Bogotá: Academia Nacional de Medicina.
CONCHA, P. (2014) El Intrinsece malum en la discusión teológico-moral del posconcilio.
La Veritatis splendor y la ética de la autonomía teónoma. Anales de la Facultad de
Teología Volumen LXV – N° 102. Pontificia Universidad Católica de Chile.
MIFSUD, T. (2010) El desarrollo del sentido ético. Informe Ethos 70. Universidad Alberto
Hurtado. Disponible en: http://repositorio.uahurtado.cl/handle/11242/4560, última visita 4
de diciembre de 2018.

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