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Unidad 3
FAMILIA
“Grupo primario, unido por lazos de alianza y/o consanguinidad, que funciona en pos de
determinados fines que tienen que ver con la satisfacción de diversos tipos de necesidades de sus
miembros”.
FUNCIONES:
NO sólo es la ausencia de enfermedad, sino que hace referencia a un estado de bienestar físico,
psíquico y social. El estado de salud se define en función del modo de vida del individuo, sus
expectativas, condiciones y estilo de vida.
En la vida cotidiana podemos reconocer diferentes estructuras familiares (NO, y de ningún modo,
familias "normales" y "anormales" o "completas e "incompletas"):
☁ Familia extensa
☁ Familia nuclear
☁ Familia extensa modificada
☁ Familia monoparental
☁ Familia reorganizada
☁ Familia ensamblada
☁ Familia conyugal
Aprendizaje y contexto sociocultural
Para cada sujeto, como miembro de un grupo familiar, sea éste ideal o no, constituye un espacio
de pertenencia y alianza, de desarrollo y crecimiento.
Una familia con un "funcionamiento" adecuado, puede promover el desarrollo integral de sus
miembros y lograr el mantenimiento y transformación de los vínculos.
Por su parte, la disfuncionalidad familiar, ocasionada por diversos factores, es considerada como
factor de riesgo, al propiciar la aparición de síntomas y enfermedades en sus miembros.
Construir una familia funcional, a lo largo de su ciclo vital, es una tarea de vida, que reclama cada
día un aporte a su dinamismo.
ↂ Período histórico: resultado de las experiencias particulares que tienen las personas
nacidas en un período histórico determinado.
ↂ Ciclo vital: cambios como resultado de los sucesos que tienen lugar a lo largo del ciclo
vital (tener hijos, si los hijos son bebés o adolescentes).
La "familia" constituye un grupo primario, esencial para el desarrollo, bienestar y salud de cada
uno de sus miembros, por lo cual su modo de vida se estructura en torno al cumplimiento de
funciones básicas: económica, biológica y educativa (cultural y espiritual). Es esencial, entonces,
que la familia sea capaz de satisfacer las necesidades básicas, tanto materiales como espirituales
de sus miembros, actuando como sistema de apoyo; éste constituye un primer rasgo de
funcionalidad.
Aprendizaje y contexto sociocultural
El vínculo entre los miembros de una familia es tan estrecho que la "modificación" de uno de sus
integrantes provoca repercusiones en los otros y, en consecuencia, en toda la familia. Esta
concepción permite percibir a la familia como un todo dinámico y en cambio constante, en el
cual las acciones de todos los miembros son relevantes y significativas (no sólo las de los
padres).
Siendo la familia un sistema, constituye asimismo una UNIDAD, dada ésta por la identidad e
integridad. No es, de modo alguno, la suma de las características de sus miembros o una suma
de individualidades, sino un conjunto de relaciones e interacciones.
El funcionamiento familiar NO puede verse de modo lineal, sino circular. Una causa puede pasar a
ser efecto o puede convertirse en consecuencia, o viceversa.
Un ejemplo de esto lo podemos encontrar en un niño que presenta problemas de conducta, dicho
problema puede ser tanto causa de disfuncionalidad como consecuencia. Esto es importante al
momento de considerar la causalidad de los problemas familiares, vistos tradicionalmente de
manera lineal (causa-efecto), con "culpables". Desde otra perspectiva, sistémica, los problemas
y síntomas acontecen por deficiencias en la interacción global familiar.
Es preciso, entonces, sustituir el análisis causa-efecto por el análisis de las pautas y reglas de
interacción familiar recíproca, para abordar al centro de los conflictos familiares y por tanto a las
causas de la disfunción familiar. Cuando aparece un síntoma (por ejemplo: problemas de
conducta, adicciones, enuresis, etc.), puede ser tomado como un indicador de una disfunción
familiar y hay que ver al sujeto como posible portador de problemáticas familiares.
¿Funciona?
Si la familia establece estrategias disfuncionales ante las situaciones de cambio, como la rigidez y
la resistencia, esto provoca una enquistación de los conflictos y por tanto, comienzan a aparecer
síntomas que atentan contra la salud y el desarrollo armónico de sus miembros.
Seguir "funcionando"…
centrados en el descontento y la insatisfacción, marcados por los aspectos negativos con una
postura crítica que les impide dialogar).
1. Negación,
2. Pérdida y depresión
3. Rabia y ambivalencia
4. Reorientación del estilo de vida e identidad
5. Aceptación de un nuevo nivel de funcionamiento.
1. Pérdida de ilusión
2. Erosión
3. Distanciamiento
4. Separación física
5. Duelo
6. Segunda adolescencia y…
7. Trabajo duro.
La diversidad es uno de los rasgos más sobresalientes de ese sistema. Las familias se diferencian
por su estructura, por su funcionamiento, sus pautas de convivencia, su estructura de roles, sus
modalidades de relación, su historia. En diversos momentos históricos y en culturas diferentes, la
familia adquiere configuraciones y redes de relaciones propias.
Esta diversidad es el reflejo de su flexibilidad para generar adaptaciones, tanto a los cambios
externos como internos. Por otra parte, lo que es funcional para una familia puede no serlo para
otra. Cada una de ellas tiene un estilo de vida y formas de interacción que "funcionan" para ella
(ej. Horarios de comida, definición de límites y pautas, distribución de roles y tareas).
Conflictividad familiar
11. Los conflictos son abordados y resueltos, cada cual puede expresar con
libertad sus opiniones, su enojo y ser escuchado. Todas las familias pasan por períodos
de satisfacción e insatisfacción, que suelen superarse apelando a los recursos familiares.
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La principal característica que debe tener una familia funcional es que promueva un
desarrollo favorable a la salud para todos sus miembros, para lo cual es
imprescindible que tenga: afecto y compromiso, jerarquías flexibles, límites claros, roles claros y
definidos, comunicación abierta y explícita y capacidad de adaptación al cambio. Estos rasgos de
capacidad de adaptación, ajuste y equilibrio son las que definen su salud.
Aprendizaje y contexto sociocultural
Cada una de estas etapas tiene “CRISIS” (crisis evolutivas normales) a superar y
“TAREAS” a cumplir:
En el tránsito por su ciclo vital, la familia oscila entre períodos de estabilidad y períodos de
cambios, caracterizados estos últimos por contradicciones internas que son necesarias e
imprescindibles para propiciar su desarrollo. Estas contradicciones surgen a partir de eventos
familiares que constituyen hechos de alta significación para el individuo y la familia, y que
provocan cambios en el ritmo normal de la vida familiar, originando momentos de estrés, al
tener la familia que enfrentarlos reestructurando sus procesos habituales. A estos momentos de
cambio se les denomina CRISIS FAMILIARES.
ↁ EL EMBARAZO:
Puede haber conflictos por: el desarrollo profesional de la mujer; pérdida del valor de la crianza o
cuidado de los hijos. Temor a crecer y hacerse adulto; culpa o temor a generar problemas en los
hijos a transmitir las propias dificultades personales, a “repetir la historia”, a que nazcan con
defectos, a que destruyan el matrimonio, a que los hijos los comprometan. Celos del padre y los
otros hijos, temor a ser desplazados.
ↁ EL PARTO:
Puede haber conflictos por: Depresión puerperal. La madre necesita que cuiden de ella; Se
siente incapaz de cuidar al niño. Se sienten abrumados por la responsabilidad y la pérdida de la
posición infantil.
Puede ocasionar:
Maltrato del bebé: Motivado por resentimiento de la madre al observar que recibe mejor
atención que la recibida por ella.
Desatención del marido: resentimiento por sentirse desplazado.
Bebés imperfectos: Motivo de angustia y decepción. Sobre-protección de los padres y
probable resentimiento de estos. Culpas recíprocas de los padres. Pueden provocar crisis
de desvalimiento.
ↁ MATRIMONIO Y PARENTALIDAD:
Puede haber conflictos por: Sentimiento de desplazamiento del padre, tendencia a evadirse y
competencia con el hijo. En la mujer, se puede limitar a su rol de madre. Si el padre es el que
asume la parentalidad, “puede convertirse en abuela” que supervisa pero no asume el trabajo
directo. Otra alternativa es que el padre asuma tareas de crianza, ello también puede generar
conflicto porque la madre puede sentirlo como amenaza. Si no se cuenta con apoyo externo
para el cuidado, habitualmente la mujer sacrifica algún aspecto de su vida. Es posible que ambos
se identifiquen con el niño y reaccionen afectivamente igual que este, que revivan situaciones
con sus propios padres.
ↁ CRISIS DE LA INFANCIA:
Puede haber conflictos por dificultad de los padres para tolerar y controlar las conductas de los
hijos. Por rechazo, “cansancio”, de la crianza o conflictos con otros intereses. Dificultad para
aceptar deficiencias en los niños, particularmente las intelectuales o escolares; por los intentos y
frustraciones para superarlas. Conflictos entre los padres al culparse por las conductas
disrruptivas o emocionales de los niños. Pautas estructurales parentales disfuncionales que
impactan en la formación de: Niños sin habilidades sociales, angustiados, “solapados”;
parentales o salvadores; desatendidos y/o “malcriados”.
Genera frustraciones en los padres al no cumplir con las expectativas y sentir que sus sacrificios
fueron inútiles. Los padres deben validarse como guías u orientadores en aspectos esenciales de
la vida de los hijos, a pesar del cuestionamiento de estos. Dificultad de los padres para aceptar
como normales y saber corregir las conductas “disrruptivas” del adolescente. “Mundo
clandestino del adolescente”. Necesidad de los padres de “no ver”. Conocer la vida de sus hijos
y reaccionar adecuadamente.
Se produce cuando el último de los hijos abandona el hogar familiar. Etapa prolongada
significativamente gracias al aumento de la expectativa de vida. Especialmente difícil para la
pareja dedicada exclusivamente a la crianza y la que no desarrolló otros intereses. A menudo los
padres no pueden tolerar el alejamiento y presionan a los hijos para impedirlo. Fuentes de
conflictos son la dedicación al trabajo. También el readecuar su rol materno/paterno
dedicándose a cuidar a los mayores: padres, suegros. Aparecen conflictos cuando se evita
modificar la relación: la ausencia de los hijos les da mayor posibilidad de intimidad que a lo mejor
no desean. En parejas que han mantenido la relación sólo por su involucración emocional con los
hijos puede haber serias crisis y una oportunidad para el divorcio. Los hijos también tienen
ansiedades por la partida. La superación supone una dependencia reciproca en una relación de
igual a igual.
1. DESGRACIAS INESPERADAS
Puede ocurrir en familias con o sin problemas; aunque los problemas habituales y la nueva crisis
pueden confundirse. Pueden poner en evidencia problemas ignorados. El mayor riesgo está en
buscar culpables. En la familia funcional la familia se une para buscar soluciones. Puede brindar la
oportunidad para crecer como familia, o resolver otros problemas más permanentes.
2. CRISIS DE DESARROLLO
Son típicas de todas las familias, por lo tanto, NORMALES, aunque no se pueden prevenir.
Pueden ser manifiestas en algunos aspectos y provocar cambios permanentes. Algunas son
determinadas por factores biológicos, otras por sociales o de la propia dinámica familiar. No se
las puede adelantar ni retrasar, sólo comprender y, así, apaciguarlas y coordinarlas con todas las
otras fuerzas que operan en la familia.
3. CRISIS ESTRUCTURALES
Se da por exacerbación de una pauta estructural y son intrínsecas, aunque las tensiones que la
generan puedan ser extrínsecas. Generalmente son recurrentes y manifiestas pero más
probablemente oculta, real o imaginaria, inespecífica. La crisis tiene que ver poco con la tensión.
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Son las más difíciles de tratar porque la crisis se produce para evitar el cambio, no para
producirlo. El problema, a menudo, es “funcional” a la familia, en tanto que puede mantenerla
unida o cohesionada.
4. CRISIS DE DESVALIMIENTO
Uno o más de los miembros son disfuncionales o dependientes por su desvalimiento (ej.
depresión, alcoholismo, etc.). Estos miembros mantienen “amarrada” a la familia. Pueden
agotar los recursos de la familia. La familia puede requerir de ayuda externa y depender de otros.
Resulta particularmente difícil encontrar una posición equilibrada, de modo tal que la autoridad
parece ser siempre insuficiente o excesiva.
El hecho es que ante estas inquietudes -disciplinadoras- las nuevas generaciones parecen
mostrarse particularmente indóciles, desobedientes, transgresoras o simplemente indiferentes.
Los niños y adolescente han cambiado, porque las formas de socialización se han modificado; ya
no sirven las mismas concepciones y formas de ejercerla.
Nuevas subjetividades
Debido a que comparten tareas de socialización entre, familia y escuela, debe haber
necesariamente una relación de cooperación y colaboración.
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No solo socializan escuelas y familias, las comunicaciones instaladas en las nuevas tecnologías,
cumplen un papel que no alcanzamos a mensurar. En una cultura asediada por el consumo
parece haber un marcado desinterés por las necesidades reales de las personas. A esto se añade
que crecen cada vez más solos, respecto a la presencia de adultos significativos que compartan
tiempos de ocio y recreación, de disfrute del universo cultural, con ellos.
Desde hace un par de décadas se habla de la crisis de los adultos, en relación a su capacidad
para socializar, hacerse cargo y comprometerse con las nuevas generaciones.
Tedesco, destaca que, en el proceso de socialización, son centrales las tareas de transmisión
cultural que requieren reconocer la asimetría entre padres e hijos pequeños, sostiene que entre
individuos que son iguales no hay transmisión sino intercambio: “son cada vez más los adultos
que consideran que no deben transmitir a sus hijos una determinada visión del mundo sino la
capacidad para elegir y formar autónomamente su propia concepción”; lo cual puede ser una
perspectiva favorable en determinadas etapas de la familia, cuando los hijos son adolescentes o
jóvenes, pero, como afirma Meirieu, resulta absurdo suponer que los niños son
“espontáneamente libres” y capaces de tomar decisiones que hacen a su propia educación,
bienestar y salud.
Para Arendt (1996; 202) es igualmente absurdo “tratar a los niños como si fueran una minoría
oprimida que necesita ser liberada”.
Para esta autora, “los adultos desecharon la autoridad y esto sólo puede significar una cosa: que se
niegan a asumir la responsabilidad del mundo al que han traído a sus hijos”.
La autoridad es relación; como tal acontece en los vínculos y se produce en un escenario social
que aporta sus condiciones. Es ligazón, implica reciprocidad y, a la vez, responsabilidad de uno
respecto a otro (NO sobre otro). Cuando los niños son muy pequeños es una de las formas que
asume la protección.
Con niños mayores y adolescentes, para ejercerla es preciso ser “autorizado”, reconocido como
autoridad por el otro, que entiende como responsable de su educación, con el compromiso de
proporcionar cuidado, orientación y seguridad al otro
Cuando los niños y niñas viven en contextos familiares en los cuales los adultos ocupan un papel
de pares, corridos del lugar de quienes transmiten o “bajan línea” en cuestiones que atañen a la
vida en común, a la relación de los demás, experimentan las relaciones escolares como
sofocantes y hostiles a su agudo sentido de la individualidad y la autodeterminación.
Como afirma Antelo, quienes educamos enfrentamos algunos desafíos respecto al papel que
cumplimos frente a los recién llegados.
La educación de los recién llegados, el ejercicio de la adultez parental como compromiso y como
autoridad, entendida esta como gesto amoroso, de cuidado y de hospitalidad no puede
generarse en las diversas formas de abandono que implica no hacerse cargo, tanto como la
excesiva proximidad de quien quiere dar forma al otro o en la distancia de quien no quiere
intervenir.
Es necesaria, entonces, porque el otro, el recién llegado al mundo, el niño en desarrollo, requiere
ser cuidado, amparado, necesita un orden y orientación.
Según Arendt: “como el niño no está familiarizado con el mundo hay que introducirlo
gradualmente en él (…) en la educación, esta responsabilidad respecto al mundo toma la forma de
autoridad” (p. 201)
Conclusión
En un contexto complejo para los vínculos, las instituciones educativas, escolares, familiares, se
ven desafiadas a encontrar nuevos anclajes, de redefinir su función, fortalecerse y reformular su
proyecto educativo, como también insistir en hacer de la educación una práctica liberadora,
esperanzada y transformadora y no “reproductora” de las condiciones adversas en las cuales
desarrolla su acción.
Para ejercerla es preciso ser reconocido o “autorizado” por quien confía en la capacidad de
acompañamiento y orientación del que la ejerce.
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Los niños y adolescentes aprenden en entornos de confianza a valorar a sus autoridades, cuando
generan confianza y seguridad, habilitan espacios de exploración y ofrecen algunas
delimitaciones que los orienten hacia sí mismos (autocontrol) y a poner en el horizonte a los
demás (empatía).
Estilos parentales
Responsividad
NO responsividad
(sensibles, centrados en el
(centrados en sí mismos)
niño)
Exigentes Democrático Autoritario
(controladores, restrictivos) Recíproco Represivo
NO exigentes Permisivo Permisivo
(pocos intentos de control) Indulgente Negligente
Físico: puntapiés, puñetazos, empujones, bofetadas y cualquier otro acto que haga
daño en el cuerpo.
Sexual: uso de nombres vulgares, criticar partes del cuerpo o sensualidad, actos
sexuales forzados o bajo presión, incluyendo violación. La agresión sexual cometida por
una persona que la víctima conoce, incluyendo al cónyuge, es un crimen.
La violencia familiar es uno de los secretos mejor guardados. Abundan los mitos y los
malentendidos. Conocer la realidad es un paso importante para romper el ciclo de la violencia.
Cada año, muchísimas mujeres son maltratadas en su propia casa por sus compañeros
varones. Aunque el primer incidente violento puede que no sea grave, una vez que el
maltrato comienza, tiende a aumentar en gravedad y frecuencia, llevando algunas veces
a un daño permanente o a la muerte.
El maltrato no tiene que ver con enojo, malhumor o pérdida del control; es una opción
intencional que está centrada en mantener el poder y el control en la relación.
El agresor es responsable de la violencia—NO la víctima.
El abuso de drogas está presente en casi la mitad de los incidentes de violencia familiar.
Aunque las drogas o el alcohol pueden disminuir el autocontrol de una persona, NO son
los causantes de la violencia.
La agresión atraviesa todas las líneas de posición económica, educación, etnicidad, edad
y raza en proporciones iguales. No hay lo que pueda llamarse una víctima "típica"
➾ Temor a que la maltraten más seriamente. El agresor amenaza con encontrar y matar o
hacer daño a la víctima, sus hijos o familia.
➾ Dependencia del agresor para tener vivienda, alimentación y/o cubrir otras necesidades.
➾ No disponer de nadie con quien hablar que comprenda y crea lo que está sucediendo.
➾ Creer que se necesita ser parte de una relación para sentir que es una persona completa.
➾ Creer que los hijos necesitan dos padres y no aceptar criarlossola.
Aprendizaje y contexto sociocultural
Los niños pueden resultar lesionados durante un incidente de violencia, pueden sufrir
sentimientos de impotencia, pueden culparse por no evitar la violencia o por causarla y
pueden ser objeto de abuso o descuido.
Los niños que viven en un hogar violento se enfrentan con una doble amenaza: ser
testigos de eventos traumáticos y maltrato físico.
Los niños pueden padecer de Estrés Post Traumático después de apenas el primer
incidente.
Los niños que viven en hogares violentos tienen incidentes más frecuentes de ausencias
injustificadas de la escuela, robo, insomnio, rabietas y violencia hacia otros, que los niños
criados en un ambiente libre de violencia.
Hay estudios que indican que los varones expuestos a violencia familiar tienden a ser
excesivamente agresivos y destructores.
Hay estudios que indican que las niñas que están expuestas a la violencia familiar tienden
a apartarse de los demás y a comportarse más pasivamente que las niñas que no están
expuestas a la violencia.
Los niños que viven en hogares en los que hay abuso tienen un mayor riesgo de caer en
la delincuencia juvenil o el abuso de substancias.
Es sumamente importante que los niños que viven en hogares donde hay violencia tengan un
plan de protección personal…
Las relaciones abusivas se basan en la creencia errónea de que una persona tiene derecho de
controlar a otra. Cuando no le dan resultado las acciones de intimidación, la persona que tiene el
poder pasa a la verdadera violencia física y sexual. La relación está basada en el ejercicio del
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poder para ganar y mantener el control. La dignidad de los dos miembros de la pareja
desaparece.
Las relaciones sanas se basan en la creencia de que dos personas que forman una relación son
socios con igual derecho a satisfacer sus necesidades, y con igual responsabilidad para lograr el
éxito de la relación.
Capacidad humana de hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas fortalecida
o, incluso, transformado (Grotberg, 1996; en Bertrán, Noemí, Romero, 1998).
Esta capacidad es sometida a prueba, o más bien dicho se activa frente a situaciones de estrés
severo y prolongado, lo que generaría a su vez, una serie de condiciones que provocan mayor
resistencia o vulnerabilidad.
Esta capacidad sería dinámica. Obedece a un impulso vital innato del ser humano, que lo lleva a
negarse a renunciar y, por otro lado, a unir su energía para salir adelante.
"7 resiliencias":
CAPACIDAD RESILIENTE
Todos nacemos con una resiliencia innata, y con capacidad para desarrollar rasgos o cualidades
que nos permiten ser resilientes, tales como el éxito social (flexibilidad, empatía, afecto,
habilidad para comunicarse, sentido del humor y capacidad de respuesta); habilidad para
resolver problemas (elaborar estrategias, solicitar ayuda, creatividad y criticidad); autonomía
(sentido de identidad, autosuficiencia, conocimiento propio, competencia y capacidad para
distanciarse de mensajes y condiciones negativas); propósitos y expectativas de un futuro
prometedor (metas, aspiraciones educativas, optimismo, fe y espiritualidad) (Benard, 1991).
Los mensajes que proyectan las expectativas que se tienen de las personas, comunican no sólo
una orientación sólida, sino también estructuras y metas a seguir, transmitiendo en esta forma la
certeza que se tiene de la resiliencia que existe en los y las jóvenes, en donde en vez de detectar
problemas y defectos, se identifican las fortalezas y ventajas con que cuentan. Por último, las
oportunidades de participación y contribución significativa, incluyen el tener responsabilidades
importantes, el tomar decisiones, el ser escuchado, y el aplicar la capacidad personal en
beneficio de la comunidad.
Al revisar estas fortalezas y al estar convencido de que todos las tenemos, así como también
capacidad de cambio, esto le proporciona al campo de la prevención, de la educación, y del
desarrollo de los jóvenes, no solamente un sentido claro de dirección, acerca de lo que "sí
funciona", sino que nos sugiere que no debemos obsesionarnos en identificar riesgos, ya que
ésta es una práctica que estadísticamente debilita, estigmatiza y daña a los jóvenes, a sus
familias, a las comunidades en riesgo y de alto riesgo, y que perpetúa los estereotipos y el
racismo. Se debe destacar como dato importante, el hecho de que debemos estar convencidos
de que todos tenemos una resiliencia innata en el campo del optimismo, y las posibilidades, que
son componentes indispensables para sentirnos motivados. Uno de los factores protectores
que más contribuyen a desarrollar la resiliencia en jóvenes con problemas, es el tener grandes
expectativas de lo que pueden lograr, ya que, si interiorizan lo que se espera de ellos, esto los
motiva y les da la posibilidad para superar riesgos y situaciones adversa.
"La naturaleza nos ha dotado de mecanismos protectores poderosos para desarrollarnos", que
"trascienden las fronteras geográficas, étnicas, sociales e históricas", porque están orientados a
nuestra condición humana y responden a esas necesidades básicas de afecto, relación, respeto,
retos y estructuras, así como para participar de una manera significativa, para experimentar el
sentido de pertenencia y poder, y por último, comprender el significado de la vida.
Autonomía,
Capacidad empática,
Orientación a la tarea y
Factores del temperamento.
Este último, es el único que se trae al nacer y que no es aprendido. Dentro de estos,
encontramos rasgos o características que hacen que un niño(a) sea más vulnerable, por
ejemplo, irregularidad de los ritmos biológicos, baja adaptabilidad, humor negativo y reacciones
intensas.
Entre los recursos sociales de los que dispone el niño(a) tenemos: ambiente cálido, madres
(sustitutas) apoyadoras, comunicación abierta al interior de la familia, estructura sin
disfuncionalidad importante y buena relaciones con los pares (Bertrán, Noemí, Romero; 1998).
Vínculo afectivo: El factor protector más relevante para el desarrollo de las personas
corresponde al vínculo afectivo con una persona significativa para el niño, ya sea su madre u otro
adulto con el cual pueda relacionarse de manera cálida y estable. El amparo que proporciona un
vínculo estable permite que el niño afronte sus crisis inesperadas e imprevisibles.
Creatividad y humor: El niño es creativo por sí mismo. Sin embargo, las experiencias familiares y
educativas de enseñanza pueden limitar esta capacidad. De esta forma, si un niño posee una
autoestima baja y un yo frágil, con dificultad podrá tolerar y dominar las contradicciones,
generándose tensión e inseguridad. Por otro lado, para el niño que cuenta con lazos afectivos
cálidos y confiables es más fácil no asustarse ni reprimir emociones y sentimientos que pueden
aparecer en el proceso creativo o en situaciones de conflictos, dolor y sufrimiento. Así, los
padres son la primera fuente estimuladora de creatividad, que se refleja en el comportamiento
hacia los niños, por ejemplo, mediante juegos. Por otro lado, el HUMOR es un recurso que
permite disminuir niveles de ansiedad, angustia y temor. A través de la ironía, de la ridiculización
y el absurdo, las personas pueden suavizar las asperezas, el dolor que provocan los conflictos de
una manera socialmente aceptable.
Red social y de pertenencia: La RED SOCIAL se puede definir como un grupo de personas,
miembros, vecinos, amigos y otras personas que aportan ayuda y apoyo reales y duradero tanto a la
familia como al individuo. Actualmente, existe una tendencia a la desintegración de las redes
sociales, provocando una sensación de desamparo y sentido de pertenencia.
Ideología personal y voluntad de sentido: Trascender a las circunstancias y darle sentido al dolor y
al sufrimiento son factores que hacen resilientes tanto a niños como adultos que se encuentran
frente a una situación de pérdida significativas u otros conflictos tales como guerra, pobreza,
dictaduras, divorcio.
Cohesión,
Armonía,
Comunicación,
Aprendizaje y contexto sociocultural
Permeabilidad,
Afectividad,
Roles y
Adaptabilidad.