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Biocáncer 1, 2004

GENERALIDADES EN ONCOLOGÍA RADIOTERÁPICA II


Beatriz Pinar Sedeño, Marta Lloret Sáez Bravo y Mª Antonia Hernández Martín

Servicio de Oncología Radioterápica


Hospital General de Gran Canaria “Dr. Negrín”
Instituto Canario de Investigación del Cáncer (ICIC)

1. RECUERDO HISTORICO

2. INTRODUCCIÓN

3. RADIOTERAPIA EXTERNA
Unidades de kilovoltaje
Unidades de Cobalto 60
Aceleradores lineares

4. BRAQUITERAPIA
Fuentes radiactivas
Tipos de braquiterapia
Fundamentos radiobiológicos de la braquiterapia

5. ETAPAS DEL PROCESO RADIOTERÁPICO


Decisión terapéutica e indicación de tratamiento
Sistemas de inmovilización, Simulación y CT
Planificación, dosimetría y elección del equipo
Verificación y puesta en marcha
Control evolutivo. Efectos secundarios. Respuesta y seguimiento

6. BIBLIOGRAFÍA

1. RECUERDO HISTÓRICO
En 1985 Roentgen descubre unos rayos que denomina X por su naturaleza desconocida y que
más tarde se conocerán como Rayos X ó Rayos Roentgen. Observo que podía obtener imágenes, siendo
la mano de su esposa la primera imagen obtenida con rayos X. En 1896 Becquerel observó que las sales
de uranio emitían de forma constante y espontánea rayos X. Se descubren dos tipos más de radiación
del uranio, los rayos alfa y beta. En 1898 los esposos Curie descubren el polonio y algo más tarde el
radio. Poco después von Villard descubre los rayos Gamma y los describe como similares a los rayos X.
El primer uso terapéutico con rayos X (publicado) se realiza el 26 de enero de 1986, tratando
a una mujer con un carcinoma de mama. En 1899 fue curado con radiación, el primer carcinoma

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Beatriz Pilar Sedeño et al.

epidermoide de piel. En 1908 se generalizan los tratamientos con fuentes radiactivas (radio) de manera
intuitiva desconociendo sus principios físicos y su acción biológica. Los trabajos más importantes son los
de Claude Regard y Henry Coutard que encuentran que cuando la radiación se administra de manera
fraccionada (pequeñas dosis administradas cada día) se consiguen mejores respuestas tumorales con
menores efectos secundarios. En 1934 se descubre la radiactividad artificial cuando Irene Curie y F. Joliot
bombardean aluminio con partículas alfa.
No es hasta el desarrollo de la Energía Nuclear durante la Segunda Guerra Mundial cuando, en
la década de los 50 se vuelcan todos los conocimientos en diseñar un equipo que contenga en su interior
una fuente radiactiva (inicialmente Cesio y posteriormente Cobalto) y otros que sean capaces de generar
radiación a partir de corriente eléctrica, capaz de tratar a los pacientes a distancia. Aparecen las primeras
unidades de cesio y de cobalto y los aceleradores lineales de partículas.
La Oncología Radioterápica como especialidad médica ha progresado considerablemente basada
en los adelantos técnicos, los conocimientos radiobiológicos y los principios físicos de interacción de las
radiaciones con la materia, ampliando y cambiando la formación de los especialistas y haciendo su
práctica compleja y apasionante.

2. INTRODUCCIÓN
La Oncología Radioterápica es la especialidad médica dedicada al uso de las radiaciones
ionizantes en el tratamiento de las enfermedades malignas (y ocasionalmente patologías benignas), solas
o en combinación con otras modalidades, así como a la investigación de las bases biológicas y físicas de
la radioterapia. La importancia de la radioterapia en la práctica oncológica es innegable. Más del 50%
de los pacientes con nuevo diagnóstico de cáncer necesitan radioterapia, asociada o no a cirugía y/o
quimioterapia. Si consideramos que a lo largo de la evolución de su enfermedad la requerirán otro 30
%, la cifra alcanza más del 80 % de los enfermos neoplásicos. Además existen otras patologías benignas,
adenomas hipofisarios, timomas, Cushing, artritis reumatoide, espondilítis anquilosante, etc. que se
benefician de ella. El tratamiento multidisciplinario del cáncer, ha conseguido aumentar el número de
curaciones en las últimas décadas.
El principal objetivo de la Oncología Radioterápica es administrar una dosis precisa de radiación
a un volumen blanco definido, produciendo un daño lo menor posible en los tejidos sanos circundantes.
Con ello se persigue la erradicación del tumor, mejoría de los síntomas o la paliación.
Podemos diferenciar el tratamiento radioterápico según la intención del mismo en:

S Radioterapia paliativa: Los síntomas que producen disconfort o impiden la


autosuficiencia del paciente son paliados, a pesar de que la esperanza de vida sea
escasa.

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Generalidades en Oncología Radioterápica

S Radioterapia curativa o radical: Se persigue la erradicación de la enfermedad


tumoral, permitiendo al paciente una prolongada supervivencia.

Según el momento de la administración del tratamiento y su posible combinación con otras


terapias, podemos diferenciar:

S Radioterapia exclusiva: Es el único tratamiento curativo que se va a administrar,


como por ejemplo, en el tratamiento radical de los tumores glóticos precoces.

S Radioterapia adyuvante: Se administra después de otro tratamiento radical, como


es el tratamiento quirúrgico. Un ejemplo sería el tratamiento radioterápico
complementario tras una cirugía conservadora en estadios precoces del cáncer de
mama.

S Radioterapia preoperatoria: Se administra antes del tratamiento local radical


quirúrgico y persigue la reducción de la enfermedad a nivel locorregional, con el intento
de permitir una cirugía más conservadora. Una localización habitual es el tratamiento
preoperatorio del cáncer de recto, para permitir el mantenimiento del esfínter.

S Radioterapia concomitante a otro tratamiento sistémico, que permite tratar


simultáneamente la enfermedad local y las posibles micrometástasis, gracias a una
colaboración espacial, o la sensibilización de los tejidos a las radiaciones ionizantes
(tratamientos radiosensibilizantes).

Según la localización de la fuente radiactiva en relación al paciente podemos diferenciar:

S Radioterapia externa: En ella, la fuente de radiación se sitúa a distancia del paciente.


Precisa de equipos grandes, precisos y específicos para su administración.

S Braquiterapia: La fuente de radiación se sitúa en las proximidades del tumor.

Según el tipo de fraccionamiento utilizado, podemos distinguir:

S Fraccionamiento convencional o estándar: 1.8-2 Gy/día, 5 días/semana ó, es el


que consigue un mejor índice terapéutico en la mayoría de los tumores. Dosis totales
de 50 a 70 Gy en 5 a 8 semanas.

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S Hiperfraccionamiento: 115-120 cGy x 2 veces/día, 5 días /semana. Cada fracción


debe estar separada de la anterior más de 6 horas. Las dosis totales pueden alcanzar
los 80 Gy. La finalidad de este fraccionamiento es disminuir los efectos tóxicos tardíos
aumentando la eficacia sobre el tumor y conservando los efectos tóxicos agudos del
tejido normal. Aumentando la dosis total en algunas localizaciones tumorales como
mama, cabeza y cuello se consigue un mayor efecto antitumoral, pero gracias al
hiperfraccionamiento la toxicidad tardía se mantiene dentro de límites aceptables.
Prolongar el tiempo de tratamiento favorece a los tejidos poco proliferativos y daña más
a los tejidos de proliferación rápida, permitiendo una reoxigenación de las células
hipóxicas. Un aumento en el número de fracciones disminuye la posibilidad de
reparación del daño subletal en las células tumorales, permitiendo la redistribución de
las células en el ciclo celular entre fracciones. La dosis total administrada habitualmente
es mayor que la que se alcanza con fraccionamiento convencional.

S Fraccionamiento acelerado: Se diferencia del anterior en que las dosis por fracción
son convencionales, pero se administran dos fracciones diarias para alcanzar la misma
dosis total (60 Gy) en la mitad de tiempo. La dosis de 150-200 cGy x 2 veces/día, 5
días/semana, acorta el tiempo de tratamiento y nos permite aumentar la eficacia en
tumores rápidamente proliferativos.

S Hipofraccionamiento. 300, 400, 500 cGy/día x 2 a 10 días. Se utiliza en tumores


específicos como el melanoma y es muy útil en tratamientos paliativos donde, debido
a la corta supervivencia esperada, o a la urgencia del caso en que se necesita conseguir
una destrucción tumoral muy rápida, no importan tanto los efectos tardíos, crónicos,
que aparecen en mayor medida con este tipo de fraccionamiento. Ejemplos: 10 a 12
fracciones de 300 cGy, 5 fracciones de 400 cGy, 300 cGy tres veces a la semana, 800
cGy en una única sesión.

S Otras variedades: fraccionamiento acelerado modificado, el split-course, etc.

3. RADIOTERAPIA EXTERNA
3.1 Unidades de Kilovoltaje
Son las únicas existentes antes de 1951. Generadas por un tubo de Rayos X, emiten una
energía muy baja, difícilmente sobrepasan unos centímetros bajo la piel, por lo que únicamente sé
utilizan para tratar tumores de piel y han sido prácticamente sustituidas en la actualidad por los
modernos aceleradores lineales.

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Generalidades en Oncología Radioterápica

3.2 Unidades de Cobalto 60


En la segunda mitad del siglo pasado con la aplicación de isótopos radiactivos generados
en las centrales nucleares, aparecen las primeras unidades de tratamiento que utilizan como fuente
radiactiva el Cobalto 60. Al disponer de una alta energía gamma, su poder de penetración es muy
superior a sus antecesoras y permitirá tratar tumores que se encuentren a mayor profundidad. Su precio
accesible, fácil manejo y un mecanismo muy robusto que generaba pocas averías la convirtieron, en
poco tiempo, en la dotación básica de todo servicio de Oncología Radioterápica. En el interior de una
semiesfera de plomo se encuentra alojada una pequeña fuente radiactiva de cobalto 60 cuya vida media
es de 5 años (tiempo que transcurre hasta que la actividad del isótopo disminuye a la mitad) lo que
obliga a la reposición de la fuente cada 8 años. La energía del cobalto 60 es de 1.25 MeV, es estable y
no depende de la corriente eléctrica para suministrar la radiación. La dosis se calcula en función del
tamaño del campo y la profundidad de tratamiento, variando el tiempo de exposición al haz de fotones.

3.3 Aceleradores Lineales


Tienen un funcionamiento que recuerda remotamente a los tubos de rayos X, pero los
electrones son acelerados colisionando con una diana de tungsteno, resultando rayos X cuya energía se
puede variar (de 4 a 25 MV). Las altas energías son idóneas para tratar tumores situados en órganos
profundos, mientras que las bajas las hacen equiparables a unidades de cobalto, idóneas para tumores
menos profundos. Al mismo tiempo también obtenemos electrones de distintas energías que se utilizan
para tratar neoplasias más superficiales (piel y tejido subcutáneo, regiones ganglionares superficiales,
etc.) con una alta eficacia terapéutica.
Estos equipos (Fig. 4) altamente sofisticados, dotados con un amplio arsenal de complementos
diseñados especialmente para ellos, los hacen insustituibles para los tratamientos de alta precisión,
radiocirugía, radioterapia intraoperatoria, irradiación corporal total, etc. A pesar de su alto precio, manejo
complicado y delicado funcionamiento se han convertido en los grandes protagonistas de la radioterapia
de finales de siglo.

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Figura 1. Unidad de telecobaltoterapia (página anterior)


y acelerador lineal

4. BRAQUITERAPIA
Braqui deriva del griego cerca, por lo que se denomina braquiterapia a aquellos tratamientos en
que la fuente radiactiva está cerca del tumor, en contacto o muy próximo a él, con lo que se consiguen
administrar altas dosis de radiación en periodos de tiempo cortos (1 a 7 días), con mayor protección para
el tejido sano circundante. Inicialmente las fuentes radiactivas se colocaban de forma manual con alto
riesgo de exposición a las radiaciones ionizantes del personal que trabajaba con ellas. En la década de
los 50 se desarrolla el sistema "afterloading" o carga diferida, en el que la carga del material radiactivo
se realiza mediante un equipo, sin necesidad de la presencia en la sala de aplicación de ninguna persona
profesionalmente expuesta a la radiación.
El procedimiento de inserción quirúrgica o de aplicación en una zona de las fuentes radiactivas
y sus aplicadores se denomina implante.

4.1 Fuentes radiactivas


Las fuentes radiactivas más utilizadas son:

S Emisores gamma:
• Cobalto 60. Con una vida media de 5 años, actualmente está en desuso
en braquiterapia (no así en teleterapia). Ha sido utilizado solo en el
tratamiento de melanomas y retinoblastomas oculares.

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• Cesio 137. Generalmente preparado en forma de hilos y tubos


recubiertos de acero inoxidable, destinado para uso intersticial y
endocavitario. Su vida media es de 30 años.
• Iridio 192. Disponible en hilos bastante maleables o en pequeños tubos
y con una vida media de 74 días, es el más usado en braquiterapia.
• Yodo 125. Disponible en hilos o semillas, antiguamente recubierto con
titanio y oro y en la actualidad con plata. Tiene una vida media de 8
días y se usa sobre todo para implantes permanentes.
• Otros en estudio: Paladio 103, Samario 145, Americio 241 e Yterbio
169.

S Emisores Beta:
• Estroncio 90 con una vida media de 30 años, se utiliza en braquiterapia
de contacto para el tratamiento del pterigium.
• Itrio 90. Presenta muy escaso poder de penetración y se emplea para
tratamientos de radioterapia superficial.

4.2 Tipos de braquiterapia


Existen así mismo diferentes técnicas en braquiterapia:

S Superficial o de contacto:
El material radiactivo se coloca en contacto con la superficie del tumor o lesión
que se desea tratar. Se utiliza, por ejemplo, en el tratamiento de tumores
cutáneos o del pterigium. (VIDEO 9)

S Intersticial:
Consiste en la inserción quirúrgica de los aplicadores en el seno del tejido a
tratar, que más tarde fuera del quirófano, se cargarán con las fuentes
radiactivas. En este tipo de implantes generalmente se utilizan agujas,
horquillas o vectores plásticos de Iridio 192. (VIDEO 10)

S Endocavitaria:
Los aplicadores se colocan en las proximidades del volumen blanco,
aprovechando cavidades naturales del organismo, utilizando aplicadores
específicos para cada localización, como en la patología tumoral ginecológica,
tumores bronquiales, esofágicos o de vía biliar. (VIDEO 7)

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Beatriz Pilar Sedeño et al.

S Metabólica:
Consiste en la inyección del material radiactivo, que va a ser captado
específicamente por el tumor. Permite el depósito de la radiación directamente
en las células de interés. Un ejemplo es el tratamiento de los tumores tiroideos
con yodo radiactivo. La medicina nuclear es la especialidad encargada de su
estudio, aplicación y desarrollo.

4.3 Fundamentos radiobiológicos de la braquiterapia


La distribución de dosis difiere de la irradiación externa: el volumen de irradiación es más
pequeño y la distribución de dosis es menos homogénea, con un mayor gradiente de dosis dentro del
volumen irradiado. Aún utilizando múltiples fuentes siguiendo unas reglas y geometría determinadas, no
se puede evitar que se produzca un área de alta dosis alrededor de cada fuente, que puede traducirse
en fenómenos de necrosis localizada post-implante.
Según la tasa de dosis o dosis administrada por unidad de tiempo, podemos diferenciar:

S Baja tasa de dosis (LDR):


Las fuentes emiten entre 0.4-2 Gy/h (0.0067-0.033 Gy/min). En ella la
irradiación se realiza de forma continua a lo largo de 3-6 dias, dificultando los
procesos de reparación del daño subletal en el tumor, permitiendo la
reoxigenación e impidiendo la repoblación celular tumoral. El tiempo medio de
una aplicación es similar al periodo intermitótico medio de la mayoría de las
estirpes celulares. Protege más a los tejidos sanos que a los neoplásicos.

S Tasa media de dosis (MDR):


Las fuentes emiten entre 2-12 Gy/h (0.033-0.2 Gy/min). Los implantes se
mantienen colocados bastantes horas. Tanto en LDR como en MDR, la posición
de la fuente es estática donde la coloca el médico al realizar la aplicación.

S Alta tasa de dosis (HDR):


Las fuentes emiten más de 12 Gy/h. Los implantes duran tan solo unos
minutos. La posición de la fuente es dinámica, al ser una única fuente puntual
que se mueve a lo largo del recorrido predeterminado por el médico, para
obtener una irradiación completa del volumen blanco clínico. A pesar de que la
HDR no presenta claramente las mismas ventajas radiobiológicas de la LDR, los
resultados clínicos publicados son comparables. En un intento de simular el
efecto radiobiológico de la LDR utilizando equipos de HDR, manteniendo las

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ventajas en protección y manejo de la HDR, se ha desarrollado la braquiterapia


pulsada (PDR), en la que se irradia sólo unos minutos por cada hora de
tratamiento, en pulsos de tiempo fijo.

Las ventajas de los equipos de HDR frente a los de LDR son:

S Mayor radioprotección del personal, al precisar siempre un equipo de carga diferida


automática.
S Reduce la posibilidad de errores humanos.
S Mayor facilidad de conseguir una distribución de dosis optimizada.
S Elimina las complicaciones derivadas del encamamiento prolongado de los pacientes, ya
que el tratamiento se realiza de manera ambulatoria, sin precisar ingreso hospitalario.
S En pacientes seleccionados puede evitar la anestesia general.
S Las desventaja fundamentales son el coste elevado de los equipos de HDR (muchas
veces compensado al no precisar ingreso hospitalario), necesidad de mayor blindaje con
encarecimiento de la instalación necesaria y las teóricas desventajas radiobiológicas.

4. ETAPAS DEL PROCESO RADIOTERÁPICO


Se trata de un procedimiento complejo que integra diferentes etapas:ç

S Indicación terapéutica.
S Intención del tratamiento
S Sistemas de inmovilización
S Simulación, CT
S Planificación. Dosimetría y elección del equipo.
S Verificación
S Puesta e inicio del tratamiento
S Control semanal de evolución, respuesta y efectos secundarios.
S Seguimiento

5.1 Decisión terapéutica e indicación de tratamiento


Es el momento más importante en la evolución de la enfermedad de un paciente
oncológico. Si el planteamiento y la indicación terapéutica inicial es errónea, sus perspectivas de curación
disminuyen considerablemente. El papel del oncólogo radioterapéuta es sentar la indicación y el
momento de realizar el tratamiento radioterápico así como su imbricación con el resto de las terapéuticas
oncológicas.

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El manejo adecuado de la enfermedad tumoral es multidisciplinario, interviniendo en la mayoría


de los tratamientos diferentes especialistas, en Comités de Tumores, como una plataforma de discusión
y coordinación de la actitud y secuencia de las acciones encaminadas a controlar la patología tumores.
En ellos participan especialistas básicos (analistas, radiólogos, anatomo-patólogos...), cirujanos de la
especialidad que corresponda (urólogos, cirujanos generales, especialistas en ORL, neurocirujanos,
traumatólogos etc.) y sus clínicos homónimos (nefrólogos, especialistas en Digestivo, neurólogos, etc.)
y por último especialistas en Oncología Radioterápica y Oncología Médica. Primero se elabora un
protocolo de actuación ante las distintas patologías tumorales de obligada aplicación y a su criterio se
someten todos los pacientes que padezcan esa patología tumoral. Todo esto va encaminado a que no
se tomen decisiones terapéuticas unilaterales.
El objetivo de la irradiación debe ser la erradicación completa del tumor con la menor toxicidad
posible. En el caso de no poder producir la curación completa de la enfermedad su finalidad es intentar
mejorar la calidad de vida del paciente oncológico. La histología del tumor, el tamaño y sus posibilidades
de diseminación son los que van a definir el tipo de irradiación y la dosis a administrar. Antes de
planificar el tratamiento con radioterapia es necesario realizar una evaluación clínica del paciente. Su
situación general y los tratamientos recibidos previamente así como sus complicaciones, son factores
importantes a la hora de establecer un plan de tratamiento.

5.2 Sistemas de inmovilización, Simulación y CT

A pesar de que la duración de cada


sesión de radioterapia es de escasos minutos es
fundamental que el paciente mantenga la
misma posición durante la irradiación. Para
conseguirlo se utilizan colchones de vacío,
mascaras de material termoplástico, moldes de
escayola o realizados con material
termoplástico. Con todo ello se asegura la
correcta colocación y la reproducción exacta del
tratamiento cada día.
Una vez el paciente está inmovilizado,
con la simulación bien real o virtual, se localizan
las áreas anatómicas mediante radiología simple
o tomografía computerizada. Es necesario poder
reproducir las condiciones de los equipos de
tratamiento como distancia del foco de

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radiación a la piel, grados de rotación de los componentes (brazo, cabezal...) giros y alturas de la mesa,
tamaño e incidencia de los campos, así como factores de magnificación de las placas obtenidas. Tras
delimitar el volumen de tratamiento se realizan marcas cutáneas que determinen el reposicionamiento
diario.

5.3 Planificación, dosimetría y elección del equipo


Es necesario un conocimiento extenso sobre las energías de las que se dispone, la dosis
adecuada para cada tipo histológico de tumor, el fraccionamiento más conveniente, las dosis límites que
pueden recibir los distintos tejidos y órganos sanos a incluir y las ventajas e inconvenientes de los
tratamientos simultáneos a la irradiación.
La planificación es el conjunto de procesos por el que se logra administrar la dosis deseada al
volumen blanco planificado. Estos procesos requieren de la colaboración de varias categorías
profesionales: médicos especialistas en oncología radioterápica, especialistas en radiofísica, enfermeros
y técnicos de radioterapia.
La planificación de cada tratamiento radioterápico requiere la estrecha colaboración con los
especialistas en radiofísica médica. Usando potentes equipos informáticos (planificadores) y manejando
todas las imágenes y datos del paciente, se diseñan los volúmenes definitivos a incluir, equipo a utilizar,
energías, incidencias y modificaciones de los volúmenes a lo largo del tiempo de tratamiento. En él se
obtienen imágenes espaciales del contorno del paciente, tumor, órganos sanos y regiones ganglionares
accesorias Con la prescripción de dosis y fraccionamiento elegido según el tipo de tumor de que se trate,
el radiofísico realiza la dosimetría clínica definiendo los campos de tratamiento para una mejor
delimitación del volumen tumoral. Todas las energías y accesorios de que disponen las unidades de
tratamiento están previstos en el planificador (colimadores simples o multiláminas, moldes, cuñas,
movimientos de mesa y gantry, etc.). La elección de la energía y accesorios necesarios depende de la
localización de la lesión (tamaño, profundidad, relación con órganos vecinos).
En la definición del volumen de tratamiento se siguen las indicaciones de la ICRU donde se
distinguen varios volúmenes:

S GTV o volumen de tumor macroscópico se determina por la palpación o


técnicas de imagen, contiene el GTV primario y el ganglionar

S CTV o volumen de tumor clínico contiene el GTV y la enfermedad subclínica

S PTV o volumen planificado de tratamiento especifica los márgenes que deben


añadirse al CTV para compensar los movimientos del paciente, tumor y órganos
así como inexactitudes en el haz. El GTV y el CTV están incluidos dentro de él.

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Con la dosimetría se describe la dosis que recibe el tumor y la dosis que reciben los órganos
incluidos o contiguos al campo. Cuando el facultativo decide que la dosimetría es correcta, todo el
proceso es remitido a la Unidad de tratamiento para comenzar el mismo.

En muchos servicios se dispone actualmente de una red informática interna que permite que el
envío de los datos entre los planificadores y las Unidades se realice de forma automática. Es
imprescindible que la técnica de irradiación y los aditamentos necesarios queden minuciosamente
recogidos en la ficha de tratamiento del paciente.

5.4 Verificación y puesta en marcha


El primer día de tratamiento están presentes el médico y el radiofísico responsables del
tratamiento para comprobar todo los procedimientos.Tanto ese día como de forma periódica,
normalmente una vez por semana, se realizan verificaciones radiográficas digitales de los campos.
Los días sucesivos son los técnicos de radioterapia los que se encargan de reproducir el

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tratamiento bajo las condiciones prefijadas, tomar imágenes de comprobación y estar alerta ante los
cambios de las técnicas prefijados en la planificación.

5.5 Control evolutivo. Efectos secundarios. Respuesta y seguimiento


Los tejidos sanos del organismo incluidos en el volumen de irradiación, van a sufrir una
serie de cambios que se traducirán en síntomas y signos a lo largo de la evolución. Estos efectos
secundarios están condicionados por la intensidad de la dosis y la extensión del tratamiento y pueden
ser aliviados y controlados.
Los síntomas que aparecen durante el tratamiento radioterápico y en los seis primeros meses
de seguimiento, se denominan efectos secundarios agudos y requieren un riguroso control semanal
durante el mismo.
En la piel, como puerta de entrada de la radiación, aparecerá a las 2-3 semanas un eritema que
más tarde se convertirá en una descamación seca o húmeda, para luego evolucionar a una situación
normal al cabo de pocas semanas. La aplicación tópica de corticoides y reepitelizantes ayudará a
controlar la situación.

Las mucosas son tejidos de proliferación rápida lo que las hace muy vulnerables y dependiendo
de su localización se producirá disfagia, tos, espectoración, rinitis, conjuntivitis, otitis, nauseas, vómitos,

diarrea, cistitis, etc. Son relativamente frecuentes las infecciones fúngicas por Cándida Albicans que
pueden ser prevenidas y tratadas.
Las alteraciones hematológicas solo aparecen con la irradiación de grandes volúmenes
(irradiaciones hemicorporales) o con la asociación de quimioterapia De hecho, a los pacientes que van

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a ser sometidos a trasplante de médula ósea se les realiza una irradiación corporal total, que persigue
la destrucción completa de células hemáticas, incluida las células madre de médula ósea, afectas de
leucemia.
Hay que puntualizar que los efectos agudos remiten al finalizar el tratamiento en pocos días o
semanas.
Los efectos secundarios tardíos serán los que aparezcan a partir de los 6 meses después de
finalizar el tratamiento. La función del seguimiento es, entre otras, valorar la respuesta y eficacia de los
tratamientos y detectar (si es posible prevenir) los efectos tardíos, así como la aparición precoz de
recidivas que las hará potencialmente controlables.

6. BIBLIOGRAFÍA
1. Cox J. D. Fractionated: a paradigm for clinical research in radiatón oncology. International Journal Radiation Oncology
Biol. Phys. 1987; 13: 1271-1281.
2. Pedraza Muriel P. El descubrimiento de los Rayos X y la radiactividad natural; Cien años de historia. Oncología 1995;
18 (12): 586-588.
3. Guía de Formación de médicos especialistas. Consejo Nacional de Especialidades Médicas. 1984.
4. Sanchiz F., Milá A., Valls A. Tratado de Radioterapia Oncológica. Prólogo. Espaxs S.A. 1994.
5. Cox J. D. Fractionated: a paradigm for clinical research in radiatón oncology. International Journal Radiation Oncology
Biol. Phys. 1987; 13: 1271-1281.
6. Joslin CAF, Flynn A, Hall EJ. Principles and practice of Brachytherapy, First edition, 2001.
7. Nag S. High dose rate braquiterapy: a TextbooK, First edition, 1994.

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