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Se utilizan muchos tipos de radiación para el tratamiento de tumores benignos y malignos. La forma
más frecuente de radiación es mediante el uso de haces externos de fotones o electrones. Los
fotones son rayos X o rayos γ, y pueden considerarse como haces de energía que depositan la dosis
al atravesar la materia. El término rayos X se usa para describir radiación producida por máquinas,
mientras que los rayos γ definen radiación emitida a partir de isótopos radioactivos.
También pueden usarse electrones o partículas β para tratar a los pacientes. Al igual que en la
distinción entre rayos X y rayos γ, el término electrón se usa para describir radiación producida por
máquinas, mientras que el término partículas β describe electrones emitidos por radioisótopos. Los
electrones depositan su máxima energía ligeramente más allá de la superficie cutánea, y tienen un
brusco descenso al sobrepasar su rango. Los electrones se usan fundamentalmente para tratar
tumores de la piel o superficiales.
La ventaja de los protones sobre los fotones es que por encima del pico de Bragg los protones
decaen rápidamente y evitan el depósito de dosis más allá del objetivo. Esto limita
considerablemente la dosis de radiación sobre los tejidos sanos más allá del objetivo, así como la
cantidad total de radiación (dosis integral) proporcionada al paciente. Las características del
depósito de la dosis de los protones son útiles en situaciones en las que es esencial limitar la dosis
sobre los órganos circundantes, como sucede al tratar en un campo previamente radiado donde las
estructuras que rodean el objetivo (diana) han recibido la dosis de radiación máxima tolerada.
Los neutrones son partículas pesadas sin carga que se producen por diversos mecanismos.
Depositan grandes cantidades de energía muy cerca de los puntos de interacción inicial con los
núcleos de un medio tratado.
Objetivos de la Radioterapia
B. Paliativo. No hay esperanza de que el paciente sobreviva mucho tiempo; los síntomas que
causan malestar o una situación inminente que puede alterar el bienestar o la
autosuficiencia del paciente requieren tratamiento. En la paliación de los tumores sólidos
epiteliales que causan complicaciones debido al efecto expansivo (de masa o de ocupación
de espacio) o al dolor, se necesitan dosis relativamente elevadas de radiación (a veces, el
75% al 80% de la dosis curativa) para controlar el tumor durante el período de supervivencia
del paciente.
F. Evaluación del estado general del paciente, evaluación periódica de la tolerancia al tratamiento,
la respuesta del tumor y el estado de los tejidos sanos tratados.
Principios Radiobiológicos
C. Factores dosis-tiempo. Los estudios dosis-tiempo constituyen una función compleja que
expresa la interdependencia de la dosis total, el tiempo y el número 88 de fracciones en la
producción de un efecto biológico en un volumen tisular concreto. En los tumores con una
proliferación rápida se requieren tiempos de tratamiento global cortos y en los tumores que
proliferan más lentamente pueden usarse tiempos de tratamiento globales más
prolongados. Con respecto al fraccionamiento, es preferible aplicar cinco fracciones a la
semana. Los tratamientos radioterápicos pueden aplicarse mediante pautas de
fraccionamiento convencional, hipofraccionamiento, hiperfraccionamiento o
fraccionamiento acelerado. El término hipofraccionamiento indica que los tamaños de las
fracciones son mayores que en la radioterapia con fraccionamiento convencional, y se
aplican una vez al día. Típicamente, se aplica una dosis total menor que está diseñada para
lograr la misma probabilidad de control tumoral (TCP) que el fraccionamiento convencional.
El fundamento básico del fraccionamiento acelerado es que una reducción del tiempo
global de tratamiento disminuye la oportunidad para la regeneración de las células
tumorales durante éste y, por tanto, aumenta la TCP para una dosis total determinada.
Planificación de la Radioterapia
Seguimiento
El apoyo continuo al paciente durante el tratamiento es algo obligado, realizando al menos una
evaluación semanal por el oncólogo radiólogo para valorar los efectos del tratamiento sobre el
tumor y los efectos secundarios del mismo. El refuerzo psicológico y emocional, los fármacos, el
asesoramiento nutricional, los cuidados de la cavidad bucal y las instrucciones para el cuidado de la
piel son elementos integrales del tratamiento de estos pacientes y deben redundar en unos
resultados terapéuticos mejores.
Control de Calidad
Es esencial que en todos los centros de oncología radioterápica exista un programa exhaustivo de
control de calidad, para asegurar el mejor de los tratamientos posibles a cada paciente y para
establecer y documentar todas las políticas y procedimientos.