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Garantía y cesión de las obligaciones

Introducción

La obligación civil era en sí misma, una forma protegida por el derecho para lograr el
cumplimiento de la prestación en ella contenida, sin embargo, el genio jurídico de los romanos
no se sintió satisfecho habiendo desarrollado la teoría obligacional y robusteció esta por medio
de actos adicionales que lograsen, de facto, garantizar dicho cumplimiento.

La mentalidad práctica de los juristas del Lacio, no podía hacer pender la efectividad de una
institución de un hipotético cumplimiento futuro y adelantándose a la posibilidad de
incumplimiento, diseñó mecanismos de insoslayable eficacia. A partir de ello surgieron otras
operaciones jurídicas que con ese propósito afectaban el patrimonio o a la persona conjunta o
separadamente y que a veces rebasaban la esfera patrimonial y personal del sujeto pasivo
obligacional.

Tales actos se encontraban en una relación de dependencia con la obligación que era el negocio
principal, sin embargo, lograron autonomía. Dada la preponderancia de la esfera jurídica
afectada, dichos medios para garantizar el cumplimiento de la teleología obligacional se
clasificaron en reales y personales.

En la presente unidad explicitaremos cada uno de los que integran dichas subdivisiones de
garantías obligacionales y explicaremos a detalle su consistencia y operancia.

(1) Garantía y cesión de obligaciones en la Roma antigua

Objetivo particular

El alumnado analizará las formas reconocidas por el Derecho romano para garantizar el
cumplimiento de una obligación; asimismo establecerá los medios jurídicos utilizados para
transmitir las obligaciones.
Temario

Unidad 3. Garantía y cesión de las obligaciones

 3.1. Medios para reforzar el cumplimiento de las obligaciones


o 3.1.1. Concepto
o 3.1.2. Clasificación
 3.1.2.1. Garantías reales
 3.1.2.2. Garantías personales
o 3.1.3. Garantías personales provenientes del deudor
 3.1.3.1. Pacto de constitutum
 3.1.3.2. Arras
 3.1.3.3. Cláusula penal
 3.1.3.4. Juramento
o 3.1.4. Garantías personales provenientes de un tercero
 3.1.4.1. Fianza
 3.1.4.2. Mandato de crédito
 3.2. Transmisión de créditos y asunción de deudas
o 3.2.1. Transmisión de créditos
 3.2.1.1. Concepto
 3.2.1.2. La delegatio
 3.2.1.3. La procuratio in rem suam
 3.2.1.4. Concesión de actiones útiles
 3.2.1.5. Transmisión según el Derecho posclásico y justinianeo
o 3.2.2. Asunción de deuda
 3.2.2.1. Medios utilizados
 3.2.2.2. Prohibiciones y restricciones
 3.3. Resolución de casos en materia de garantía y de transmisiones de obligaciones de
acuerdo con la jurisprudencia romana

Medios para reforzar el cumplimiento de las obligaciones


La obligación, es por sí misma un medio que garantiza que el acreedor obtendrá aquello a lo cual
se comprometió el deudor. Se le llama civil o perfecta, cuando además de generar efectos
jurídicos, faculta al sujeto activo para exigir jurídicamente su cumplimiento mediante una acción.
Sin embargo, los romanos, temerosos de que esto no fuera suficiente, o quizá movidos por la
voluntad de perfeccionar el sistema jurídico, desarrollaron mecanismos adicionales para lograr la
consecución de la prestación obligacional. A continuación, revisaremos los medios para
reforzar el cumplimiento de las obligaciones.

Concepto

Los medios para reforzar el cumplimiento de las obligaciones fueron mecanismos que se
adicionaron al vínculo jurídico obligacional para robustecer la posibilidad de alcanzar la
prestación respectiva.

En las instituciones jurídicas del antiguo Lacio, estos mecanismos podrían clasificarse de
acuerdo con el medio del que se valían para ello, ya sea que pesaren sobre el patrimonio o sobre
la persona. No adelantaremos aquí su clasificación; sin embargo, sí nos es posible nombrar
dichas figuras jurídicas que funcionaron como mecanismos de garantía obligacional, se trata de:
la fiducia, el pignus, la hipoteca, las arras, la cláusula penal, juramento promisorio, el
“constitutum debiti proprii”, la fianza, la fideiussio, el “constitutum debiti alieni”, y mandatum
pecuniae credendae.

A través de estos medios era posible obtener, en la antigua Roma, una muy segura garantía
respecto de las obligaciones.

Clasificación

Dada la esfera jurídica que afectaban esta clase de garantías obligacionales se dividen
en obligationes rei y obligationes personae.

Garantías reales

Como se sabe, la palabra res significa cosa, de este vocablo se derivan las expresiones: derechos
reales, que son aquellos que se tienen sobre un objeto.
Las garantías reales son las afectaciones de un bien que aseguran el futuro cumplimiento de la
prestación debida. El derecho romano permitía al propio sujeto pasivo de la relación obligacional
reforzar la garantía de cumplimiento. En este tipo de reforzamiento obligacional no había una
intervención externa, sino que operaba mediante actos adicionales efectuados por los sujetos de
la obligación primitiva. Tales garantías fueron: fiducia, el pignus y la hypoteca.

Garantías personales

El deudor podía reforzar la garantía de pago respecto de la obligación mediante los mecanismos
“personales”. Estos mecanismos, dado el origen de esta garantía accesoria, se clasificaban en:
garantías personales provenientes del propio deudor y garantías personales otorgadas por un
tercero. A continuación, revisaremos en qué consisten.

Pulse en los recuadros que se marcan como sensibles para que se despliegue la información
correspondiente.
 Garantías personales
o Provenientes del deudor; Las garantías personales provenientes del deudor fueron
las arras, la stioulatio poena (cláusula penal), iusiurandum
promissorium (juramento promisorio) y el constitutum debitii proprii (constituto
de deuda propia); a continuación, se detalla su operancia y consistencia.
 Pacto de constitutum; Este pacto es prácticamente idéntico a la figura
jurídica que en el actual derecho civil mexicano se llama novación,
consiste en un acto jurídico por el cual el propio deudor se compromete a
pagar lo que debía a consecuencia de una obligación anterior, sin
embargo, por virtud de este segundo acto, modificaba el término de pago y
en ocasiones otras condiciones, por ejemplo, de lugar.

El constitutum debitii proprii engendraba una acción que había sido para
éste concedida por el pretor, la cual tomaba por nombre: actio de pecunia
constituta.

En principio, cuando este pacto fue creado (durante la época clásica)


solamente podía efectuarse si la relación obligacional previa tenía su razón
de ser en el préstamo de dinero o de cosas fungibles; sin embargo, en la
época postclásica (específicamente bajo Justiniano) se permitió efectuarlo
aun cuando la obligación inicial no versara de alguna de las causas para
este aceptadas por el derecho clásico.

El constitutum debitii proprii extinguía la pretérita obligación; pero en su


lugar garantizaba la prestación de la obligación extinguida, actualizando,
empero, las condiciones de pago.

El autor nos dice…


Jorge Addame Goddard

Según el prestigiado romanista Jorge Addame Goddard, el constitutum es un “préstamo de


plazo”; su objeto es la extensión del lapso cronológico para cumplir con la obligación y debe
surgir de un débito pretérito de “cosa genérica” (2014, 91).

En el más puro sentido civil, elconstitutum es un convenio, ya que es un acuerdo de voluntades


que modifica y extingue obligaciones. Tal convención volitiva se lleva a efecto entre el debitor y
el creditor en el que fijan un nuevo término cronológico para el pago de una cantidad cierta de
dinero o cosa genérica.

Pero según nos enseña el doctor catedrático de nuestra Facultad de Derecho y discípulo del gran
Alvaro D’Ors, el constitutum proprii debitii no solamente es un convenio que extiende el
término cronológico para el pago de una deuda preexistente; sino que dota al creditor de una
acción más favorable con la que puede exigir el pago, la cual es llamada: actio de pecunia
constituta.

La actio de pecunia constituta emanada de un constitutum debitii proprii es clasificable como


acción in factum, toda vez que para su otorgamiento debe fundarse en la actualización de un
hecho (factum) que es el incumplimiento del pago dentro del nuevo plazo. Para su procedencia el
creditor debía probar dos extremos, a saber: la preexistencia de la obligación y el nuevo plazo
constituido, es decir, la celebración del constitutum proprii debiti. (Adame, Goddard, 2014:89).

 Arras; Una operación jurídica más, creada para robustecer el vínculo


obligacional fue la constitución de arras. En principio se trataba de un
elemento probatorio, por cuyo medio se demostraba la existencia de una
obligación consensual. Consistía en la entrega de una cantidad de dinero o
de alguna otra cosa. Dicha entrega generalmente acompañaba al contrato
de compraventa. En sus orígenes, no podía quien recibía las arrha
confirmatoria retenerlas como garantía de cumplimiento, debían ser
devueltas aun cuando la obligación no fuere observada por quien había
hecho entrega de ellas; con posterioridad, se convirtieron, en una garantía
operante como tal, tomando el nombre de arrha poenitentialis. En dicho
caso, las arras eran retenidas por el acreedor si el deudor que las había
proporcionado no cumplía; si por el contrario, el incumplimiento provenía
del acreedor, entonces éste debía devolverlas in duplum.
 Clausula penal; Esta forma de garantizar la obligación era
llamada stipulatio poenae (estipulación de pena) se trataba de una
indemnización, la cual pagaría el deudor en caso de que él mismo no
cumpliera en la obligación principal. Cabe decir, que se trataba de un acto
independiente, la stipulatio o estipulación, cuyo cumplimiento estaba
supeditado al advenimiento de una condición, que en este caso, era el
incumplimiento y que podría clasificarse como condición suspensiva.

La stipulatio poenae podía fijar el monto de la indemnización que debía


pagarse para el caso de mora debitoris (mora del deudor) o, en su defecto,
para el caso de incumplimiento total de la prestación.

Los juristas romanos, temerosos de que la cantidad a pagar estipulada no


fuere suficiente para cubrir los daños y perjuicios a que realmente
ascendiera la consecuencia del incumplimiento permitieron que le fuese
reclamado al deudor ese excedente (Margadant, 1998:390).
 Juramento; Otro medio de garantizar el cumplimiento de la obligación que
dependía del deudor fue el iusiurandum promissorium. Se trataba de una
manera de dotar de una mayor validez a la obligación contraída por un
menor de 25 años, que se hubiese obligado sin la autoridad de su curator.
Este tipo de obligaciones contraídas con menores únicamente engendraba
aquel tipo de vínculo obligacional, denominado natural.

Si un menor se obligaba y era requerido judicialmente, podría de


inmediato interponer la in integrum restitutio, sin embargo, mediante un
rescripto dado por Alejandro Severo, fue posible robustecer la
obligatoriedad de estos vínculos mediante el iusiurandum promissorium.

El iusiurando que es tratado en Digesto, XII, 2 (De iureiurando sive


voluntario sive necessario sive iudiciale) se clasifica, según la romanística
del siglo XIX, desde el punto de vista de su objeto en: promisorio y
asertorio tal cual nos lo indica Iulius Friedericus Malblanc, profesor de la
Universidad de Tubinga, “Quoad obiectum iusiurandum dispescitur in
Promissorium et Assertorium. Promissorium est quo aliquid in futurum
promittitur…” (Según su objeto el iusiurandum se divide
en promisorio y asertorio. Promisorio es aquél en el cual se promete algo
para el futuro) (Malblanc, 1801: 302).

Según el profesor de Tubinga, aunque el iusiurandum es una forma de


acrecentar la seguridad del cumplimiento de una obligación, este no
genera obligación nueva alguna “…nullam vero novam inducit
obligationem ex purioribus iuris romani principiis” (Malblanc, 1801:
465). Este tiene únicamente una utilidad de garantía, “Iusiurandum
promissorium inservit tantum ad maiorem secutitatem promissis
conscientiae vinculo conciliandam”. (El iusiurandum
promissorium solamente sirve para que sea concitada una mayor seguridad
en las promesas por medio del lazo de la consciencia) (Malblanc, 1801:
465).

o Otorgadas por un tercero; Para que pueda materializarse una obligación se


necesitan por lo menos, dos personas, para que dentro del vínculo obligacional
uno encarne la figura del creditor y el otro, la del debitor, formando así un lazo
jurídico de unión entre ellos, por cuya virtud se espera que el segundo otorgue al
primero una prestación; sin embargo, en aras de asegurar el cumplimiento del
objeto obligacional, la jurisprudencia romana creó la posibilidad de que un tercero
interviniese para asegurar el cumplimiento de la prestación. Tal es el caso de las
garantías personales prevenientes de un tercero.
 Fianza; Las garantías personales, como resulta ostensible por su
denominación, son aquellas que toman existencia de personas que
intervienen en la obligación para responder por el deudor en caso de que
éste no cumpla con la prestación. Lo que hoy conocemos como fianza, fue
precisamente, una de esas garantías personales, su denominación original
en el Derecho Romano fue cautio o satisdatio.

Según refiere la doctrina, entre los romanos la forma dilecta de garantizar


una obligación fue la garantía personal, tal dilección tiene su origen en la
severa moralidad romana, en la cual la palabra dada y la confianza
depositada sobre ésta (fides) era el basamento para los actos jurídicos.

Una denominación genérica para este tipo de intercesiones en favor del


deudor, es el de fianza estipulatoria. La cual consistía en un contrato
verbal por el cual una persona prometía pagar una deuda, en este caso
ajena, de acuerdo al vocablo empleado para efectuar tal promesa, ésta
adoptó los nombres de: sponsio, fideiussio y fidepromissio. (Morineau,
2000: 180).

En la fianza, la persona que la realizaba asumía con su propio crédito la


obligación de la otra persona, era una obligación de carácter accesorio de
la relación primitiva generada por el deudor original. De esta manera, se
considera que la fianza fue una obligación pasivamente
accesoria: adpromissio, la adpromissio tuvo en el derecho romano tres
variedades, las dos más antiguas fueron la sponsio y la fidepromissio, las
que en el derecho postclásico se fusionaron en el fideiussio (Adame, 2014:
117).
 Mandato de crédito; Esta forma de garantía personal de las obligaciones
tomó en la lengua del Lacio el nombre de: mandatum pecuniae credendae,
también se le ha llamado mandatum qualificatum. Esta garantía se
efectuaba por medio de un contrato de mandato y lo encargado mediante
tal mandato era hacer entrega a un tercero de una cantidad, como préstamo
para el mandante, el cual por supuesto podría darse respecto de dinero o de
una cantidad de cosas fungibles.

En la obligación principal acontecía que gracias al contrato mandatum


pecuniae credendae el acreedor tenía tres posibilidades de obtener la
prestación debida, a saber, la obtenía en la forma natural, otorgada por
parte del deudor principal, obtenerla mediante el requerimiento judicial del
deudor con la acción de mutuo, llamada en latín: condictio certae creditae
pecuniae u obtenerla del fiador, ejercitando la acción: actio mandati
contraria. (Agüello, 1998: 383).

Transmisión de créditos y asunción de deudas


Concepto

Las obligaciones podían ser transmitidas de un sujeto a otro, de tal suerte que podía realizarse el
cambio de acreedor o de deudor, conjunta o separadamente.

Cuando es el acreedor quien transmite sus derechos sobre el deudor a una persona distinta, se
trata de una cesión de crédito, ya que en efecto, los derechos que tiene el extremo activo de la
relación obligacional se denominan derechos personales o de crédito, este último vocablo
proveniente del nombre latino del acreedor: creditor.

Cuando se sustituye el extremo pasivo de una relación obligacional, ello se denomina asunción
de deudas, ya que es otra persona quién asume la responsabilidad de cumplir con la prestación
debida por el debitor originario.

El derecho romano constituyó diversos mecanismos para poder realizar la cesión de crédito,
considerando que también los derechos eran bienes susceptibles de entrar en el comercio. A
continuación, nos referiremos a dichos mecanismos.

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a su posición inicial.
La novación

El primero de estos mecanismos fue la novación. El


jurisconsulto Gayo hace referencia a él, en el comentario
segundo, número 38 de sus Instituciones, donde le
denomina: novatio obligationis (renovación de la
obligación). Esta cesión de crédito consiste en sustituir una
obligación antigua con una nueva, cambiando en esta
última de acreedor, para lo cual era necesario el
consentimiento del deudor. Gayo lo expresa en estos
términos: “…opus est, ut iubente me tu ab eo stipuleris;
quae res efficit, ut a me liberetur et incipiat tibi teneri.
quae dicitur nouatio obligationis.” (…es necesario que
habiéndolo yo ordenado, recibas la estipulación del deudor,
cosa que producirá, que sea él liberado por mí y que
comience a ser obligado por ti, lo cual se llama novación)
(Justiniano, II, 38).

La delegatio

El sujeto pasivo de la relación obligacional quien resulta


sustituido. Esto se hace mediante una delegación, que
consiste en que el deudor original delega a una tercera
persona el deber de pagar su deuda. A consecuencia de esta
operación, el sujeto que queda liberado por la asunción se
llama delegante mientras que quien la asume como nuevo
deudor se denomina delegado.

La procuratio in rem suam

Otra forma de realizar la cesión de créditos fue la procuratio in


rem suam, la cual consistía en la cesión que hacía el acreedor a
otra persona, para que ésta última cobrara un crédito que
pertenecía al acreedor primitivo. Es decir, le permitía cobrar una
deuda que le era debida y le obsequiaba (cedía) el monto de ésta.
La doctrina sostiene que esta figura no era propiamente la sesión
de un crédito; sino la cesión de una acción, ya que lo transmitido
era la facultad de requerir judicialmente la prestación de que se
tratare.

Esta cesión de crédito tenía la apariencia de un contrato de


mandato, ya que era el acreedor principal cedía al nuevo acreedor
el crédito, pero mediante un mandato en el cual le “ordenaba”
cobrar el crédito específico de que se tratare, sin embargo, le
transmitía en propiedad dicho monto.

Para su eficacia procesal, debía subsistir el mandato, sin embargo,


en ciertas ocasiones se presentaban circunstancias que hacían
nugatoria la cesión para su nuevo tenedor, por ejemplo: la muerte
del mandante (cedente); el pago a este por parte del deudor o
finalmente, la revocación del mandato.

¡Importante!
Con la intención de colmar estas deficiencias la jurisprudencia
romana desarrolló dos medidas, la primera
llamada denuntiatio que era la notificación que debía hacer el
nuevo acreedor a su deudor respecto del cambio de acreedor y, la
segunda, la concesión de la actio doli (acción de dolo) con la que
podía exigir del mandante que de mala fe revocara el mandato el
pago de una indemnización.

Con posterioridad y para salvaguardar el interés del cesionario de


la procuratio in rem suam se determinó que la muerte del
mandante-cedente, no revocaría el mandato.

Concesión de acciones útiles

Los jurisconsultos de la época del imperio realizaron


observaciones a la figura de la cesión de créditos. Dichas
observaciones y las soluciones planteadas por los juristas fueron
atendidas y puestas en práctica por medio de “rescriptos”, con que
paulatinamente se fue formando una manera más de cesión de
créditos, llamada “cesión de acciones útiles”.

Por virtud de ésta los cesionarios se convertían, se beneficiaban al


convertirse en acreedores. La primera manera de lograr la cesión
de créditos a un cesionario que por ello se convertiría en acreedor
tuvo ocasión en el caso del comprador de una herencia. A éste el
heredero le daba un “mandato” para cobrar en su propio provecho
los créditos de la herencia, es decir, los derechos personales del
causante, lo cual haría como si fuere el acreedor principal y no a
nombre del acreedor cedente. Esta operación generaba una “acción
útil” para el “cesionario-mandatario”. Con posterioridad las
acciones útiles se concedieron en los casos siguientes:
Transmisión según el Derecho posclásico y justinianeo

El derecho romano de la época clásica consideraba que la


obligación era un vínculo que constreñía personalmente a quienes
en él habían intervenido, consecuentemente, para este derecho no
había posibilidad de realizar la trasmisión de las obligaciones; sin
embargo, aunque el ius civile no había establecido medios para tal
efecto, el ingenio jurídico de los romanos logró efectuar de
facto dichas transmisiones auxiliándose para ello de medios
indirectos como la stipulatio.

El derecho posclásico, específicamente de la época de Antonio Pío


introdujo la trasmisión directa de las obligaciones, el cual inició,
como lo tenemos dicho en el parágrafo anterior, por medio de un
rescripto que trataba de la compraventa, generando con
posterioridad las acciones útiles que ya tenemos estudiadas.

Con posterioridad Justiniano amplió las posibilidades de las


acciones útiles, indicando que el pago de una obligación cedida
debía hacerse siempre al cesionario, que el cesionario debía
informar la cesión del crédito al deudor y finalmente que el crédito
se puede transferir por acuerdo de voluntades, para lo cual sin
embargo, debía mediar una justa causa, a saber: donación, legado
o venta.

Asunción de deudas

La asunción de deudas consistía de cierta forma en una novación, ya que la antigua obligación se
extinguía para dar paso a una nueva donde uno de los sujetos que en ella interviene ha cambiado,
a tratarse de la asunción de deudas es (como resulta obvio al reflexionar sobre la significación de
la palabra: debito)
Medios utilizados

Aunque bajo otros rubros, nosotros ya tenemos estudiados los medios utilizados para la asunción
de deudas. Tales son la novación, el constitutum de deuda ajena, la stipulatio,
la fideiussio y adstipulatio, que coinciden con las garantías personales provenientes de un
tercero.

Prohibiciones y restricciones

Estos actos por cuya virtud se realizaba la asunción de deudas fueron llamados: “intercesiones”
ya que en ellos un tercer interviene a favor del deudor original.

Tras cierto tiempo de esta práctica, el Senadocunsulto Veleyano fue dado a la luz con la
intención de establecer restricciones a los actos de “intercesión”. Dicho senadoconsulto se dio a
conocer en el siglo I a. C.

En primer término el senadoconsulto prohibía a las mujeres realizar asunciones de deudas o


intercesiones. Si esta disposición llegaba a desobedecerse y aun así la fémina insistía en realizar
la asunción, entonces por virtud de dicho senadoconsulto el acreedor estaba provisto de acciones
para que dicha intercesión quedara sin efecto.

Pero no fue únicamente en favor de los acreedores que actuó el senadoconsulto, sino también, en
favor de las mujeres que interviniesen como fiadoras, ello quizá para disuadir a los varones
acreedores de aceptar dichas intercesiones. Para el caso de que una mujer fuere aceptada como
fiadora y que con posterioridad el acreedor la requiriese judicialmente, el senadoconsulto
otorgaba a ésta la exceptio senatusconsultus Veleiani por el cual, la mujer podía defenderse de la
acción del acreedor.

Resolución de casos en materia de garantía y de transmisiones de


obligaciones de acuerdo con la jurisprudencia romana

Para saber más…


Al igual que en las unidades pasadas, para que usted conozca la resolución de los casos en la
materia de garantías y transmisión de las obligaciones, se recomienda que descargue y lea el
siguiente material:

 Adame Goddard, Jorge, Cuatrocientos casos y respuestas de los juristas romanos,


México, UNAM/ Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2013.
Mi experiencia de aprendizaje
De las garantías reales y personales
Cuento

Como se vio en esta unidad, dentro del derecho romano existen actos adicionales que garantizan
el cumplimiento de la obligación, para ello se crearon diferentes mecanismos tales como la
hipoteca, las arras, las cláusulas penales, entre otras.

Para esta actividad, debe realizar en una cuartilla una narración en donde
aporte hechos situados en la antigua Roma, en los cuales puedan aplicarse los
conceptos aprendidos durante esta unidad, es decir, garantías reales y personales de
las obligaciones, asunción de deudas y transmisión de créditos.
Una vez que haya realizado esa narración realice en una cuartilla el análisis de
las instituciones jurídicas que tienen lugar en su relato.

Tiempo estimado: 3 horas

Pulse en Fuentes de consulta para visualizar la información.

Fuentes de consulta

Bibliografía

 Adame Goddard, Jorge, Curso de derecho romano clásico, México, Porrúa, 2014, t.II.
 Agüello, Luis, Rodolfo, Manual de derecho romano, Buenos Aires, Astrea, 1998.
 D’Ors, Álvaro, Derecho privado romano, Pamplona, EUNSA, 2004.
 Heinecius, Johann Gottlieb, Recitationes in elementa iuris civilis, Italia, Haeredes
Baollonios, 1780, t.II.
 Justiniano, Instituciones, México, Coyoacán, 2011.
 Margadant, Floris, Gillermo, El derecho romano como introducción a la cultura jurídica
contemporánea, México, Esfinge, 1998.
 Malblanc Fredericus, Iulius, Principia iuris romanis secundum ordinem Digestorum 2.a
ed., Pars Prima, 1801, t. II.
 Morineau, Iduarte, Marta et al., Derecho romano, México, Oxford University press,
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 Padilla Sahagún, Gumesindo, Derecho romano, México, McGraw–Hill, 2008.
 Petit, Eugeneo, Tratado elemental de derecho romano, México, Porrúa, 2004.
 Warnkönig, Leopold August, Institutiones iuris romani privati, Bonnae, 1860, l. I, III.

Documentos publicados en Internet

 Adame Goddard, Jorge, Cuatrocientos casos y respuestas de los juristas romanos,


México, UNAM/ Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2013, disponible
en https://bit.ly/2QjQkQf, consulta: 15/05/2019.

Imagen

1. Maccari, Cesare, Cicero Denounces Catiline [Garantía y cesión de obligaciones en la


Roma antigua] [pintura], 1889, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Maccari-
Cicero.jpg, consulta: 18/05/2019.

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