Para contextualizar, estos sistemas consisten en el modo en el que se almacena la
información obtenida a través de las experiencias, “es un conjunto de reglas mediante las cuales se puede conservar aquello experimentado en diferentes acontecimientos” (Carmago y Hederich, 2016, p. 17). Es decir, como se interpretan y ordenan los datos en la mente. De esta forma, Bruner (2001) plantea que existen tres principales modos de representación mental y cada uno tiene una función diferente. No se encuentran aislados unos de otros, se puede mencionar que los “Dichos modos de representación no son excluyentes entre sí, pudiéndose aplicar varios a la vez para facilitar el aprendizaje.” (Carmago y Hederich, 2010, p. 11). Están en constante variación, e incluso interactúan para adecuarse al contexto en el que están siendo utilizados y facilitando los procesos mentales, tales como: el aprendizaje, la comprensión y la memoria. De este modo, Bruner (1986) afirma que “Los intentos de reducir una modalidad a la otra o de ignorar una a expensas de la otra hacen perder inevitablemente la rica diversidad que encierra el pensamiento” (p. 23). Inactivo También se le menciona como “enactivo”. La representación en este caso consiste en el acto de conocer o aprender algo a través de experiencias directas y acciones. “En este modo, el conocimiento se adquiere a través de la acción e interacción directa con el elemento a conocer. Esta modalidad para representarse la realidad es típica de estadios iniciales del desarrollo, es decir en los primeros años de vida” (Carmago y Hederich, 2010, p. 12) En otras palabras, el conocimiento en esta representación es obtenido a través de la interacción con el entorno y el contacto con los elementos presentes, generando aprendizaje. Icónico Consiste en la representación mental a través de lo visual, permite la recreación de las imágenes mentales, siendo la representación formada que le da cada individuo a palabras, objetos y experiencias en su mente por medio de las conexiones, con el objetivo de un correcto procesamiento y compresión de la información obtenida. Es de alta utilidad para la memoria y el aprendizaje en este modo, debido a que posibilitan una mejor capacidad de ordenar y distribuir adecuadamente la información. Asimismo, es beneficioso para diversas disciplinas como las artes y las ciencias, debido a que permiten una representación clara de datos organizados de manera compleja. Es importante destacar en este modo de representación que no puede utilizarse a temprana edad correctamente, debido a que es necesario un mayor nivel de desarrollo cognitivo, de hecho “es necesario haber adquirido un nivel determinado de destreza y práctica motrices, para que se desarrolle la imagen correspondiente.” (Aramburú, 2004, p. 2). En resumen, la representación en la visualización de imágenes mentales, tales como recuerdos, y su representación de manera resumida y organizada con el fin de ser transmitida. Simbólico Esta representación trata en la ocupación de símbolos, principalmente enfocado en el lenguaje, no obstante, no significa que no sea común el uso de otros símbolos. “va más allá de la acción y de la imaginación; se vale de los símbolos para representar el mundo. Esos símbolos son a menudo abstracciones, que no tienen porqué copiar la realidad. Por medio de esos símbolos, los hombres pueden hipotetizar sobre objetos nunca vistos.” (Aramburú, 2004, p. 2). Estos símbolos permiten la codificación, la cual consiste en el procesamiento de la información, transformándola en palabras, números u otros símbolos, para finalmente comunicarse y transmitir un mensaje, pudiendo ser pensamientos e ideas de manera efectiva. En resumen Los sistemas de representación mental según Bruner son los modos enactiva, icónica y simbólica, que nos permiten procesar y entender la información de manera más efectiva y significativa. En conclusión, el desarrollo humano constaría del dominio de estas tres dichas formas y deben ser inculcados tanto en la escuela como el diario vivir, sin embargo, “Cada niño puede utilizar el nivel de representación que le permita su nivel de desarrollo.” (Aramburú, 2004, p. 2)., ya que se señala dentro de la teoría la importancia de que pase por las tres etapas en el momento que le sea necesario. Referencias Aramburú, M. (2004). Jerome Seymour Bruner: de la percepción al lenguaje. Revista Iberoamericana de Educación, (Impresa). https://doi.org/10.35362/rie3412902 Bruner, J. (1986). Realidad mental y mundos posibles. Los actos de la imaginación que dan sentido a la experiencia. Gedisa. Bruner, J. (2001). El proceso mental en el aprendizaje (Vol. 88). Narcea Ediciones. Carmago, A. y Hederich, C. (2010). Jerome Bruner: Dos Teorías Cognitivas, Dos Formas de Significar, Dos Enfoques para la Enseñanza de la Ciencia. Psicogente, 13(24). https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=497552357008 Carmago, A. y Hederich, C. (2016). Función simbólica y representaciones mentales. Un enfoque desde el lenguaje. Revista Internacional de apoyo a la inclusión, logopedia, sociedad y multiculturalidad, 2(4). https://www.redalyc.org/journal/5746/574660900013/html/