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Al momento de entrar al aula:

Isabelino Siede plantea tres lemas sobre la educación política: civilizar al bárbaro fue
el primero de ellos, luego asimilar al extranjero y, por último, normalizar al diferente.
Según el autor, una vez que estos lemas entran en la escuela nunca se van.
Normalizar al diferente es el tercer lema que nos presenta Siede en su conferencia,
nos habla sobre como la escuela asume como tarea propia construir a la familia
acorde a lo que la medicina definía como normal o anormal. Dentro de estas
definiciones se empezó a establecer cómo debía ser un varón y como debía ser una
mujer, a través de los juegos, las regulaciones, el disciplinamiento de los cuerpos y de
los libros de textos. Ahora bien, en cuanto a lo que pudimos observar en las prácticas,
es todo lo contrario, aquí no se normaliza al diferente; en el aula todos los niños
pueden jugar con el juguete que quieran, es decir, los nenes usan muñecas, las nenas
autos, se les enseña que los juguetes no tienen género; los baños son compartidos,
generalmente hay uno por sala y es unisex; las filas para ingresar al aula también son
unisex, ya no se separan a los varones de la nenas. Los niños son libres de elegir con
que jugar y con quien trabajar sin miedo a ser juzgados. Se intenta a la vez, que esta
enseñanza se transmita fuera del jardín, en sus casas, en el parque o con amigos.
Los niños con discapacidades, movilidad reducida o con problemas en el aprendizaje
también se consideraban como “diferentes” ya que se desviaban de la senda por la
que había que transitar según la medicina; en el jardín actual ya no se hacen ese tipo
de diferencias, se respetan los derechos de todos los niños y niñas y hay inclusión
para todos.
Es una institución inclusiva, porque ofrece a todos los niños y niñas, sin distinción de la
capacidad, la raza o cualquier otra diferencia, la oportunidad de continuar siendo
miembros de la clase y para aprender de, y con sus compañeros dentro del aula.
Un aula inclusiva no acoge solo a aquellos cuyas características y necesidades se
adaptan a las del aula y a los recursos disponibles, sino que acoge a todos los que
acuden a ella, independientemente de sus características y necesidades y es ella la
que se adapta.
La pedagogía está centrada en el niño y es la escuela quien debe adaptarse, en lugar
del niño a la escuela.
Las escuelas inclusivas se basan en que todos los niños y niñas, incluso los que
tienen discapacidades más severas, han de poder asistir a la escuela de su
comunidad con el derecho garantizado de estar ubicados en una escuela común y
está institución promueve esto.
Se observó que se tienen en cuenta las necesidades de los alumnos con
discapacidad, esto implicó desde un primer momento tener en cuenta el periodo de
adaptación, en su momento se dejaba que las familias entraran y se quedara con el
niño, si así lo requería. En el momento que el niño ya no quería permanecer en el aula
por sentirse incómodo se lo dejaba salir en compañía de un docente, para recorrer los
espacios o presenciar otras clases. También se pudo observar que cuentan con
trabajadores sociales que colaboran y en caso de ser necesario, se acercan a las
familias de los niños si hay un problema constante en la institución.
Si bien el jardín esta a total disposición de incluir y ayudar a los niños y niñas, se
necesita que el alumno tenga su acompañamiento, sin embargo es difícil que el
Estado tome parte en el asunto.
Con este relato, podemos saber que es una institución en la cual se logra una
educación integral para todos, ya que a todos los alumnos le dan el mismo interés, no
hay alumnos corrientes ni alumnos especiales, sino simplemente alumnos, cada uno
con sus características y necesidades propias.

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