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ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE MÉXICO

LICENCIATURA EN LA ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE


DEL ESPAÑOL

CURSO: EDUCACION INCLUSIVA

DOCENTE: LILIANA TRINIDAD CASTILLO

ALUMNA: MARIA FERNANDA DANIEL HERRERA

GRUPO: 5BV
Introducción:

La educación inclusiva es un concepto que ha evolucionado a lo largo de la


historia, promoviéndola participación y el acceso equitativo de todas las personas,
incluyendo aquellas con discapacidad.

Este trabajo te ayudará a explorar los conceptos generales de la educación


inclusiva y cómo ha evolucionado el trato a las personas con discapacidad en el
ámbito educativo a lo largo del tiempo.

La educación inclusiva busca garantizara todos los alumnos el acceso a una


cultura común que les proporciones una capacitación y formación básica.

Esta forma de atender y dar respuesta a cada alumna y alumno, este afán de
respetar la diversidad, valorándola como la riqueza de nuestra aula y no como un
problema, nos complica la vida a corto plazo, pero es la que le da sentido.

También la educación inclusiva implica que los jóvenes y adultos de una


determinada comunidad aprendan juntos, independientemente de su origen, sus
condiciones personales, sociales o culturales, incluidos aquello que presentan
cualquier problema de aprendizaje o discapacidad.

La educación inclusiva se entiende como la educación personalizada, diseñada a


la medida de todos los niños en grupos homogéneos de edad, con una diversidad
de necesidades y niveles de competencias.

Diferencias entre integración e inclusión

INTEGRACION INCLUSION
Se defienden los derechos de la Se defienden los derechos de todas
persona con discapacidad. las personas tengan o no una
discapacidad.
Beneficios para la persona con Beneficios para todos: comunidad,
discapacidad. estudiantes, profesores, estructura
escolar.
Desarrollo profesional que transfiere Conocimientos compartidos de
habilidades de la educación especial a profesores de educación general y
los profesores de la educación general. regular.
Los profesores que implementan una La enseñanza de cualquier estudiante
educación inclusiva serian voluntarios. es normal en el rol de todos los
profesores.
Todos somos homogéneos Todos somos diferentes.

Desarrollo:

1. Antecedentes históricos de la educación inclusiva:

En la antigüedad clásica, las minusvalías físicas, mentales y sociales se


consideraban patologías míticas o internas; algunas culturas creían en orígenes
proféticos o diabólicos y otras adoptaban un enfoque más científico.

Los defectos físicos o mentales se consideraban una lacra social, como ilustra la
historia mitológica del dios Pan, abandonado debido a sus anomalías físicas.

En la antigüedad, filósofos como Platón y Aristóteles creían que los individuos


débiles y mentalmente discapacitados no debían formar parte de la sociedad, y se
tomaron medidas para evitar el nacimiento de niños con deformidades o
debilidades, y los espartanos hicieron hincapié en una educación estricta en
beneficio del estado.

En sociedades antiguas como Esparta, el estado controlaba la educación y sólo


permitía tener hijos a los ciudadanos más fuertes y brillantes, mientras que los
niños más débiles se enfrentaban a la desaprobación social y tenían perspectivas
limitadas en la vida.
Hipócrates, médico griego de la Antigüedad clásica, abogó por poner la medicina y
la asistencia sanitaria en manos de los hombres y no de los dioses, haciendo
hincapié en las prácticas éticas y en el juramento hipocrático.

En la cultura romana existían dos puntos de vista opuestos sobre el trato a las
personas con discapacidad: uno abogaba por su protección y respeto, y el otro
promovía la segregación y la crueldad.

El infanticidio y la mutilación de niños discapacitados abandonados eran prácticas


socialmente aceptadas en la antigua Roma, lo que suscitó debates sobre el
castigo ético y la posibilidad de que los niños rescatados se convirtieran en
esclavos.

Desde los inicios de la humanidad han existido manifestaciones de exclusión


mediante el rechazo por parte de un grupo social hacia un individuo, por ejemplo,
durante la Edad Media se manifestó a causa de problemas relacionados con el
desarrollo cerebral la discriminación hacía las personas, empezando a
considerarlas como poseídos o espíritus infernales que tenían como resultado un
proceso de exorcismo y en otros casos la hoguera. Como este ejemplo existen
otros que durante diferentes épocas han sido estudiados con la finalidad de
cambiar el enfoque de la salud mental.

El proceso de inclusión en la sociedad y la educación fue desarrollándose con el


paso del tiempo, este proceso educativo se espera sea permanente para
beneficiar con esto a futuras generaciones en el área educativa. No basta con
eliminar las barreras de accesibilidad, debemos involucrarnos en que alumnos y
personal académico realmente consideren las estrategias pedagógicas que
respetan los diversos estilos de aprendizaje, teniendo con cada alumno una
atención personalizada con el propósito de que desarrollen y adquieran
habilidades y competencias que les den la posibilidad de crecer de manera
integral.
2. Conceptos generales de la educación inclusiva:

Definición de educación inclusiva y sus principios fundamentales.

La educación inclusiva consiste en que los niños con discapacidad vayan a la


escuela con compañeros que no tienen discapacidad, independientemente de su
sexo, etnia o clase social. La clave está en las personas con discapacidades de
distinto tipo, como las sensoriales, físicas o intelectuales.

El primer principio es que la inclusión consiste en crear escuelas y clases donde


todos los niños sean bienvenidos.

El segundo principio es que se crea una cultura de “poder hacer” en lugar de una
cultura de “no poder hacer”, en la que se identifican las barreras y se encuentran
soluciones.

El tercer principio es que lo que se enseña se enseña de forma flexible para que
todos los niños aprendan algo de lo que se enseña. No significa que todos
aprendan lo mismo al mismo tiempo y eso es, por supuesto, un gran problema en
las aulas y escuelas actuales, que están sobre examinadas.

No hay pruebas de que ésta sea la mejor manera de educar. Hay muchas
evidencias que demuestran que empezar desde donde está el niño y hacer que su
pensamiento avance de muchas maneras diferentes es la mejor manera de que
aprenda, y no a base de taladrar a los niños y hacer que aprendan las lecciones
de memoria.

Así que, también para la inclusión, necesitamos un plan de estudios que sea
flexible y diferenciado. También necesitamos que todos los adultos de la escuela
trabajen juntos, de modo que se trate de un esfuerzo de colaboración más que de
competencia entre el personal y los alumnos, y ésta es una de las grandes
habilidades que necesitamos para resolver todos los problemas que se nos
presentan en el entorno.

El cuarto principio es ver que todo el mundo tiene algo que ofrecer y se trata de
encontrar el cómo hacerlo y, sobre todo, se trata de educar a los adultos, en
particular a los profesores y a los directores y jefes de estudios, para que sean
capaces de identificar y encontrar la manera de conseguirlo realmente. Y esto
requiere más formación y más tiempo. Cuantos más adultos trabajen en equipo,
más se consigue un equipo en torno al niño para apoyar su aprendizaje. Es muy
importante reconocer que la mayor ayuda para el aprendizaje en cualquier aula
son los otros estudiantes y alumnos y desarrollar el apoyo de los compañeros, la
tutoría de los compañeros y el aprendizaje colaborativo.

Estos principios funcionan en muchos entornos diferentes, tanto en el mundo


desarrollado como en el menos desarrollado, y son la clave para fomentar la
educación inclusiva. Por supuesto, hay muchas barreras, desde los gobiernos que
están obsesionados con las tablas de clasificación internacionales hasta los
edificios que no son accesibles.

Importancia de la diversidad y la igualdad de oportunidades en el ámbito


educativo.

La igualdad de oportunidades se construye en las aulas y en los hogares, a través


de la educación y la crianza que reciben las niñas y los niños. Y es que, la
igualdad también se aprende, como reza el título del libro de Elena Simón,
referente en la publicación de materiales didácticos con enfoques de género.

Sabemos la teoría, pero ¿cómo ponerla en práctica? Algunas de las acciones que
podemos aplicar en el hogar y en las aulas para fomentar la educación en
igualdad son:

Acabar con los estereotipos de género y los roles preestablecidos.

Eliminar los los mandos por condición sexual.

Fomentar la libertad de expresión; que las niñas y los niños no se vean limitados
para mostrar sus sentimientos y emociones.

Proporcionar las herramientas para necesarias para poner fin a las desigualdades
y división de clases por ideología o rasgos culturales.
Educar a las y los menores en empatía, tolerancia y respeto a la diversidad.

Dar una mayor visibilidad a las mujeres y a sus logros en todas las materias, tanto
artísticas, literarias y sociales, como científicas y tecnológicas.

El papel de la adaptación curricular y los apoyos necesarios para garantizar


la inclusión.

La educación inclusiva es un derecho de todos sin importar sus características, la


inclusión es un medio para lograr la igualdad social y una sociedad con igualdad
de oportunidades. Las adaptaciones curriculares son muy importantes dentro del
proceso de inclusión en las instituciones educativas, logrando identificar y detectar
a tiempo aquellos problemas de aprendizaje que presente el estudiante y de esta
manera poder realizar las modificaciones para que la enseñanza sea adaptada de
acuerdo a las condiciones y diferencias del alumno.

3. Evolución del trato a personas con discapacidad en la educación:

Las instituciones segregadas y su impacto en la exclusión y discriminación


de personas con discapacidad.

Podemos afirmar que en las escuelas argentinas de la provincia bonaerense se


sostienen prácticas, culturas y políticas que producen diferentes formas de
exclusión educativa en general (exclusión propiamente dicha, segregación e
integración) que viola el derecho a la educación de las personas con discapacidad.
Asimismo, hemos encontrado que en todas las formas subyacen supuestos
pedagógicos que ponen énfasis en las imposibilidades del alumnado y que niegan
o devalúan los procesos de enseñanza, al identificar y clasificar el estudiantado en
educable e in-educable. Esto estaría basado en una concepción desde el
paradigma del modelo médico de la discapacidad. Desde el paradigma del modelo
social de la discapacidad, entendemos que la educación solo puede ser inclusiva
para asegurar el pleno ejercicio del derecho a la educación, y que son las
escuelas las que deben transformarse de acuerdo a las características de los
alumnos y no los alumnos los que deben cumplir con ciertos requisitos para ser
considerados educables y en entornos comunes. Así, hemos desarrollado nuestro
estudio con la intención de contribuir a profundizar la mirada sobre las condiciones
pedagógicas para la transformación del sistema educativo argentino en inclusivo
en el marco del proceso de cumplimiento (o incumplimiento) de los derechos
consagrados en la Convención. Si bien el estudio, por sus características
metodológicas, no permite establecer una generalización de los resultados, hemos
intentado en estudios previos establecer un diálogo con los datos estadísticos
existentes sobre la situación educativa de las personas con discapacidad y las
mujeres en particular. Dada la escasez, irregularidad y poca confiabilidad de los
datos (Cobeñas, 2015; Fara, 2010) consideramos que una interesante área de
trabajo consiste en desarrollar estudios cuantitativos que permitan desarrollar la
comprensión de los procesos de exclusión educativa que afectan específicamente
a las personas con discapacidad en Argentina y, particularmente, en la provincia
de Buenos Aires. Creemos que ello puede dar lugar además a extender estas
relaciones en estudios que triangulen los datos cualitativos con los cualitativos.
Asimismo, resultaría interesante replicar estudios similares tomando como sujetos
de la investigación a niños y niñas con discapacidad en contextos urbanos y niños,
niñas y jóvenes con discapacidad en contextos rurales, sobre lo que existen
escasos avances. Por otro lado, consideramos que nuestro estudio, así como
futuros estudios sobre la misma línea de trabajo, pueden constituirse como
investigaciones valiosas que puedan contribuir a desarrollar políticas públicas que
partan de reconocer las barreras a la inclusión educativa de las personas con
discapacidad en términos del modelo social y acordes con los acuerdos
sedimentados en la Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad. Asimismo, esperamos que constituya una posibilidad de
interpelación al campo pedagógico y de la investigación socio-educativa, para
llamar la atención sobre la necesidad de construir conocimiento sobre la base de
revisar los criterios discapacitistas que subyacen a las teorías y prácticas
pedagógicas actuales en Argentina. En definitiva, hacer dialogar las
investigaciones con las políticas públicas para que permitan problematizar las
culturas, políticas y prácticas educativas actuales que perpetúan la exclusión de
las personas con discapacidad, y con mayor fuerza, la de las mujeres con
discapacidad.

El movimiento de integración educativa y su objetivo de incluir a las


personas con discapacidad en escuelas regulares.

La propuesta de la SEP no se relaciona con la educación inclusiva, sino con la


integración educativa, pues está dirigida a un segmento muy particular de alumnos
y pone como requisito que en las escuelas haya atención del personal de
educación especial. Lo que propone la SEP es lo que se ha estado haciendo en el
país desde hace mucho tiempo. Lo cierto es que no parece una propuesta
derivada del interés por atender con calidad a los niños provenientes de grupos en
condición de vulnerabilidad. La SEP procede como si no se contara con más de
veinte años de experiencia, con miles de niñas y niños integrados en sus
escuelas, con miles de profesionales de educación regular y especial trabajando
cotidianamente para lograr la integración/inclusión de estos alumnos. No se
consultó la evidencia y no hay indicios de que se haya consultado a maestros,
personal de educación especial, directivos, padres de familia, alumnos integrados.
Frente a la situación descrita, se requiere que las autoridades de la SEP dejen de
promover la educación inclusiva solamente en el plano discursivo y que destinen
el presupuesto y los recursos necesarios para apoyar efectivamente a los
estudiantes en situación de vulnerabilidad y de esta manera propiciar que, al
estudiar en condiciones de equidad, tengan la posibilidad de escapar a un destino
que de momento se relaciona muy frecuentemente con el abandono escolar
temprano, la dependencia económica y social de la familia, la falta de
oportunidades laborales y la discriminación y exclusión como constantes en la vida
de estos mexicanos. Si bien es cierto que todavía falta determinar si las
investigaciones realizadas por los distintos actores son lo suficientemente robustas
para iluminar el proceso de diseño de las políticas públicas (FloresCrespo, 2009),
es necesario que las autoridades educativas procedan de manera más racional en
su diseño, pues éstas impactan de manera muchas veces decisiva en la vida de
los niños y jóvenes, de allí la importancia de usar las evidencias en lugar de
basarse en ocurrencias.

La transición hacia la educación inclusiva y los desafíos que aún persisten.

Uno de los factores que genera desigualdad en los sistemas educativos de


América Latina es la segregación social y cultural de las escuelas, que reproduce
la fragmentación presente en las sociedades y limita el encuentro entre distintos
grupos. Una de las señas de identidad de la educación inclusiva es precisamente
el acceso a escuelas más plurales que son el fundamento de una sociedad
democrática. La escuela tiene un papel fundamental en evitar que las diferencias
de origen de los alumnos se conviertan en desigualdades educativas, y por esa
vía de nuevo en desigualdades sociales. Hoy en día la escuela no es ni mucho
menos el único espacio para acceder al conocimiento, pero todavía es la única
instancia que puede asegurar una distribución equitativa del mismo si se dan
ciertas condiciones. Avanzar hacia una mayor equidad en educación sólo será
posible si se asegura el principio de igualdad de oportunidades; dando más a
quién más lo necesita y proporcionando a cada quien lo que requiere, en función
de sus características y necesidades individuales, para estar en igualdad de
condiciones de aprovechar las oportunidades educativas. No es suficiente ofrecer
oportunidades educativas hay que crear las condiciones para que todos y todas
puedan aprovecharlas. El principio de equidad significa tratar de forma
diferenciada lo que es desigual en su origen para alcanzar una mayor igualdad
entre los seres humanos. El horizonte de la igualdad en el ámbito educativo tiene
diferentes niveles; la igualdad en el acceso, para lo cual es necesario que haya
escuelas disponibles y accesibles para toda la población; la igualdad en la calidad
de la oferta educativa, lo cual requiere que todos los alumnos y alumnas tengan
acceso a escuelas con similares recursos materiales, humanos y pedagógicos; y
la igualdad en los resultados de aprendizaje, es decir que todos los alumnos
alcancen los aprendizajes establecidos en la educación básica, sea cual sea su
origen social y cultural, desarrollando al mismo tiempo las capacidades y talentos
específicos de cada uno. Hay que tener especial cuidado en que la igualdad de
resultados no conlleve la exclusión; un sistema educativo no se podría considerar
igualitario si logra similares resultados en el alumnado a costa de excluir a una
parte del mismo. Desde la perspectiva de la inclusión tiene que haber un equilibrio
entre aprendizaje y participación, esto es importante ya que muchas veces las
experiencias de integración han dado más importancia a la socialización de los
alumnos que a los logros de aprendizaje. Por el contrario, otras veces se segrega
a los alumnos de distintas maneras con el único fin de lograr los resultados de
aprendizaje esperados. La educación inclusiva también puede ser una vía esencial
para superar la exclusión social que resulta de ciertas actitudes y respuestas ante
las diferencias socioeconómicas, culturales, o de género, por nombrar algunas de
ellas, y que lamentablemente muchas veces se reproducen al interior de las
escuelas.

4. Buenas prácticas en educación inclusiva:

Experiencias exitosas de países que han implementado políticas y


programas de educación inclusiva.

La creación de un entorno de aprendizaje inclusivo incluye numerosos elementos,


entre los que figuran fundamentalmente la elaboración de políticas que respondan
a una perspectiva inclusiva, los datos pertinentes y desglosados sobre los
educandos, los planes de estudio, las capacidades y actitudes de los docentes, la
lengua y la comunicación, las tecnologías de asistencia, el acceso físico, incluido
el transporte, y la participación de la comunidad y la familia. Los niños
discapacitados representan un porcentaje muy elevado en la población no
escolarizada. A escala mundial, entre 93 y 150 millones de niños se encuentran en
situación de discapacidad, y 80% de ellos viven en países en vías de desarrollo.
Los niños y jóvenes que presentan trastornos sensoriales, físicos o de aprendizaje
tienen el doble y medio de probabilidades que sus compañeros de no ser
escolarizados nunca. Cuando la discapacidad se superpone a otras barreras,
como el género, la pobreza o la lejanía, el riesgo de exclusión aumenta todavía
más.

La importancia de la formación docente y la sensibilización en la promoción


de la educación inclusiva.

La importancia de este tipo de capacitación reside en que permite solventar las


deficiencias de la formación inicial en el tema, así como modificar la visión acerca
de la diversidad y de la discapacidad con que se formaron, permitiendo que la
educación inclusiva se geste en un marco de referencia común.

Herramientas y recursos disponibles para favorecer la inclusión en el aula.

Herramientas para la enseñanza exclusiva

1. La gamificación

Los juegos son una forma de permitir que los alumnos demuestren sus
diversas habilidades y ganen confianza con su aplicación en el aprendizaje.

2. La simulación de situaciones

Otorgar roles a los alumnos o emplear la simulación virtual para que se pongan
en la piel de otras personas puede ayudarles a generar mayor respeto,
tolerancia y empatía con su entorno.

3. Trabajo en equipo

Apostando por equipos diversos y multidisciplinares que necesiten el apoyo en


sus compañeros para suplir carencias y reforzar habilidades.

4. Método de casos
Proponiendo problemáticas o casos reales en los que los equipos deban
comprender lo que pasa y buscar soluciones, a través de su iniciativa y espíritu
creativo.

5. Generación de experiencias

Convivir con la comunidad, conocer su entorno y salir de su área de confort les


permitirá a todos vivir algo nuevo. Ya sea la posibilidad de encontrar su
vocación y de marcarse metas, como de ser conscientes del impacto social que
puede tener su futuro desarrollo profesional y personal.

Aunque la era digital pone a nuestra disposición muchas herramientas y


aplicaciones muy útiles, es importante no abusar de ellas
y complementarlas con actividades que se basen en otros métodos y
aprendizajes, como las discusiones y los debates en clase o las actividades
manuales en las que los alumnos se apoyen en sus destrezas para conseguir el
objetivo.

También es importante que los centros que apuesten por la enseñanza


inclusiva, que deberían de ser todos, empleen sus equipamientos y
recursos para facilitar a todos los estudiantes las competencias
tecnológicas que determinarán la evolución de su formación y su acceso al
mercado laboral.

Conclusiones:

La educación inclusiva surge teniendo en cuenta que el derecho a la educación es


considerado como un derecho fundamental, el cual se encuentra inmerso en la
base de una sociedad que promueva la igualdad con justicia social, esta
educación garantiza que los niños, niñas, jóvenes y adultos puedan tener derecho
a la educación con equidad, para de esta manera garantizar el libre desarrollo de
la personalidad, que desde todo punto vista se permita garantizar una enseñanza
con todos los estándares de calidad; en este sentido se facilita hablar de una
instrucción incluyente mediante la cual los procesos formativos sean holísticos,
donde la exclusión y la marginalidad así como la estigmatización no tengan alguna
posibilidad de ocupar un espacio en la sociedad y de alguna manera coartar la
posibilidad de crecimiento y mejora de las competencias de aquellas personas que
por su condición son consideradas diferentes o incapaces de participar en los
procesos que convergen con su desarrollo y formación integral.

Fuentes:

https://www.unesco.org/es/inclusion-education/need-
know#:~:text=El%20derecho%20a%20la%20educaci%C3%B3n%20tiene%20com
o%20objetivo%20garantizar%20a,participan%20y%20lo%20logran%20juntos.

Alfonso Albores, I. et al., (2017). Guía para la educación inclusiva. Centro Regional
de Formación Docente e Investigación Educativa.

López-Vélez, A.L., (2018). La escuela inclusiva. El derecho a la equidad y la


excelencia educativa. Universidad del País Vasco.

Ramírez Balbuena, W.Á., (2017). La inclusión: una historia de exclusión en el


proceso de enseñanza-aprendizaje. Cuadernos de Lingüística Hispánica n°. 30.
pp. 211-230.

https://downtv.org/educacion/cuales-son-los-principios-de-la-educacion-
inclusiva/#:~:text=La%20educaci%C3%B3n%20inclusiva%20consiste%20en,las%
20sensoriales%2C%20f%C3%ADsicas%20o%20intelectuales.

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