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Título del ensayo: La educación como herramienta de transformación social

Cuerpo del ensayo:

Aprender según la Real Academia Española es “Adquirir el conocimiento de algo por medio
del estudio o de la experiencia”. El ser humano empieza a aprender desde que nace y continúa
a lo largo de la vida. Una frase muy conocida dice que la primera escuela es la casa… es que
en la vida de familia se aprende de manera natural a amar, los valores, a relacionarse
humanamente para desarrollar habilidades sociales. Luego, en edad escolar, los niños pasan
gran parte del día en la escuela, conviviendo con otras personas, viviendo nuevas
experiencias, aprendiendo nuevos conocimientos. Es que la escuela es una de las instituciones
más importantes de la sociedad. Si una persona aprende, va a poder aplicar esos
conocimientos a las experiencias diarias de la vida, desde conocer cuáles son los alimentos
saludables y nutritivos, a ir a realizar compras y saber si el vuelto es correcto; además, poder
transmitir lo aprendido a familiares y amigos.

La educación es un derecho universal y fundamental de los seres humanos, el sistema


Educativo argentino está formado por instituciones privadas y públicas; garantizando estas
últimas, de alguna manera, el acceso a la educación. La mayoría de los estudiantes en nuestro
país asisten a escuelas de gestión estatal, que se caracteriza por ser gratuitas (no deben pagar
una matrícula), pero los materiales deben ser costeados por las familias y no todas cuentan
con los recursos necesarios para afrontar esos gastos.

Leí en un artículo de Unisef cuyo título es “Desarrollo de la primera infancia”, que los niños
necesitan tres elementos esenciales para el desarrollo cerebral: “comer, jugar y amar”. No
todos los niños cuentan con las mismas oportunidades, los más desfavorecidos tienen menos
posibilidades de acceder a los elementos esenciales para un desarrollo saludable, por ejemplo,
muchos sufren desnutrición, o están expuestos frecuentemente a situaciones de abandono o
maltrato, afectando en su salud y bienestar. Frente a realidades tan heterogéneas y complejas,
los docentes además de ejercer como educadores, deben cuidar a los alumnos, contenerlos,
alimentarlos, detectar abusos, acompañar a las familias entre tantas otras funciones. Se vuelve
imprescindible lo que Stenhouse propone y defiende: una “políticas educativa práctica” y el
trabajo cooperativo de profesores y otros actores pedagógicos de la comunidad educativa.

Me pregunto si los educadores están preparados para enfrentar la realidad social; si estas
problemáticas actuales se plantean en la “formación docente”… claro que hay una distancia
notable entre lo que aprendieron y las realidades con las que trabajan todos los días. Cada
práctica áulica suma experiencia docente, fundamental para autoevaluarse, crecer como
persona y como profesional, para que conozca y se integre a la comunidad. Stenhouse
propone un modelo curricular donde los profesores participen en la elaboración y desarrollo
del currículum, que investiguen y reflexionen sobre su acción teniendo siempre presente las
necesidades de sus alumnos, comprendiendo así su práctica para poder cambiarla, modificarla
y mejorarla. Necesitamos que nuestros docentes tengan un papel activo en la investigación
educativa como una estrategia y herramienta real de transformación social. El cambio debe
venir desde el Estado, los educadores son trabajadores y merecen condiciones laborales que
les permitan seguir formándose y actualizándose continuamente.

Continuando con Stenhouse, él propone una educación que motive a los estudiantes a pensar
y no a repetir. En este punto es importante mencionar el video propuesto desde la cátedra
“Currículum y didáctica” de la película “La sociedad de los poetas muertos”. En la escena, un
profesor de Literatura, que no está de acuerdo con la visión técnica que el autor propone
acerca de la poesía, les pide a los alumnos arrancar las páginas del libro, y les transmite un
claro mensaje: “Ahora en mi clase aprenderán a pensar por ustedes mismos nuevamente”…
está proponiendo una educación problematizadora, que los alumnos y el docente construyan
juntos el conocimiento. Es que este educador no sólo se preocupa en enseñarles teoría, sino
además, les enseña que son capaces de pensar, reflexionar, de ser críticos y auténticos. Es
muy interesante ver las distintas reacciones de los chicos, “formados” por una educación
bancaria, algunos (interpreto yo) pudieron sentir la libertad en el hecho de romper algo que
habían leído, no les despertaba interés alguno y que en otras circunstancias iban a estar
“obligados” a memorizar y repetir (aprender); otros se resistían, temerosos de revelarse
contra lo “establecido”, contra lo que desde su escuela proponían.

Otro ejemplo de educación bancaria lo vemos en el corto animado “Alike”, donde aparecen
adultos desganados, grises, adaptados y ajustados a lo que su sociedad rígida demanda. Entre
ellos encontramos un padre sumergido en su rutinaria vida, y a su hijo que con su amor y
alegría le da fuerzas para seguir adelante. El niño va a una escuela con una concepción
bancaria, y en esta visión distorsionada de la educación no hay espacio a la creatividad. Con
el paso del tiempo, su espíritu alegre, creativo y lleno de imaginación poco a poco se va
apagando, hasta perder sus “colores”. El padre piensa que está haciendo lo mejor para su hijo,
pues esa sociedad propone una forma de vida impuesta, que todos reproducen, excepto su
hijo y un músico que aparece tocando un violín en el trayecto hacia la escuela, junto a un
árbol rojo, llenando de alegría y esperanza al pequeño, su único espectador que se detiene un
momento a contemplar su arte. Hasta que un día, el padre se da cuenta que su pequeño estaba
triste, que la manera en la que estaba siendo educado lo había vuelto gris. Este cortometraje
nos muestra que el papel de la familia y profesores tienen repercusiones en la formación de
los alumnos e hijos, que una educación que pone al alumno en un lugar pasivo, ignorante y
oprimido está formando futuros adultos incapaces de pensar por sí mismos para transformar la
realidad que los oprime.

Es necesario e imperioso “Humanizar la vida” como propone Eric Fromm, vincularnos


afectivamente con otras personas y con el mundo ya no gobernado por la cosificación. La
pedagogía freiriana propone superar la contradicción entre educador y educando, la
verticalidad social en el acto educativo, como reflejo de la utopía de una sociedad sin
oprimidos, es decir una sociedad que no reprima las expresiones de las personas.

¿El sistema educativo está diseñado para disciplinar, ordenar y obedecer? ¿O para para
cuestionar y liberar? Si el sistema es autoritario, represivo y conservador debe ser superado,
romper con sus esquemas, estructuras y situaciones de sometimiento, para ello es necesaria
una reflexión crítica por parte del educador y una toma de posición frente al sistema educativo
y frente a su papel como profesional de la educación. El proceso educativo de liberación
comienza en la propia conciencia, como dice el Prof. Keating “… no importa lo que
cualquiera les diga, las palabras e ideas pueden cambiar el mundo”. Educar para la libertad…
es enseñar a ser libres, a pensar y decidir por uno mismo. La educación liberadora que
desarrolla la Perspectiva Crítica se basa en la justicia social, la democracia y el bien común de
los miembros de la sociedad, considera al sujeto como un ser pensante y crítico que reflexiona
acerca de la realidad que vive, que busca transformarla para lograr la emancipación. Un
auténtico proceso educativo debe llevar a la conquista de la libertad…

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