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Esto estuvimos pensando en base a lo que nosotros pensamos de la alimentación, es un texto largo

que no es un post por supuesto porque sería pesadísimo, da más para un reel o un video en todo
caso. Perdón el largo pero queríamos ver si estaban de acuerdo en la línea en los conceptos.

La alimentación es fundamental, necesaria diariamente.

Hoy vivimos en un mundo en que la información está al alcance de todos, si nos gusta cocinar y
tenemos tiempo para tratar de comer rico, podemos pasar horas asimilando consejos y recetas
nuevas o tradicionales, tomamos cientos de ideas que nos sorprenden, nos traen recuerdos; y así
disfrutamos mientras aprendemos.

Sin embargo, cuando hablamos de salud alimentaria, todo se vuelve bastante más difícil, porque
parece sorprendente que con tantos datos disponibles a veces nos cueste tanto alcanzar un saber,
un camino que nos parezca cierto y que nos animemos a probar.

Tanta información disponible, y tantas preguntas tenemos; pero la información puede distorsionar
las cosas, en internet nos estimulan con la sorpresa (¡Esto no lo sabías!) que a veces son unos
minutos de un video, un reel o una historia; nos llenamos de información y la novedad nos dura
poco, pronto necesitamos algo nuevo. Nos acostumbramos a pensar que vivimos en una fuente
inagotable de novedades.
Y de tanto dato, ¿Cuánto bajamos a nuestra vida real, cuánto de esto aplicamos? ¿Se puede
ordenar todo lo que absorbemos para llevarlo a la práctica?

Así terminamos dejando de lado lo cotidiano, las decisiones simples (que no quiere decir que algo
sea fácil ni haya que estar desinformado o malinformado).

Tiempo, acceso, disponibilidad. En la vida real o sembramos o compramos en el mercado, o


cocinamos o compramos hecho.
Las elecciones las tomamos como podemos con lo que sabemos, con los alimentos a los que
podemos acceder económica y en nuestras zonas y con el tiempo que podemos dedicarle a elegir y
a cocinar.

Los médicos son los que nos van a ayudar cuando algo esté mal, y nos van a aconsejar para que
llevemos con responsabilidad nuestra salud, esto está fuera de duda.

La medicina como todos, aprende con el tiempo y el esfuerzo. Hace dos mil años se dijo que “un
buen médico es también buen filósofo”; en el campo de la alimentación esto también funciona así,
se aprende constantemente y no debe sorprendernos que en las carreras de medicina aún hoy se
estudie muy poco sobre nutrición, en el futuro habrá mucho que explorar allí.

Y eso es porque la alimentación es compleja porque nuestros cuerpos lo son.


La alimentación es un tratamiento a largo plazo.
Entonces nosotros acudimos al profesional de la salud cuando algo va mal, pero la alimentación es
algo que tenemos que pensar en la práctica, todos los días.

Tampoco tenemos que olvidar que hay intereses económicos y una presión que ejercen las
industrias de cada época, detrás de la mayoría de las modas alimenticias.
Un mismo alimento que ayer estaba considerado como “malo”, hoy puede ser un “superalimento”.
Todo esto no es nuevo, sucede históricamente.

Aunque hoy ya hay consenso en que los alimentos tratados con químicos, conservantes, colorantes
(muchas substancias que ni siquiera tuvimos tiempo de probar en sus efectos a largo plazo);
sometidos al ultraprocesamiento, todo lo que tiene que venir en bolsas de plástico con etiquetas
de advertencia, no son una elección fiable.
Cada vez hay más estudios que demuestran claramente que por ejemplo esto favorece el
surgimiento de cáncer en nuestro cuerpo.

Cosas que parecen comida y no son comida. Lo que no es comida, no se debería consumir, o por lo
menos en casos en que no quede ninguna otra alternativa.

Comiendo sano equilibramos nuestras necesidades.


En nuestra nutrición, podemos no tener una deficiencia que nos haga funcionar claramente mal,
pero tener una insuficiencia, y que entonces no nos alcance para ayudar al elquilibrio del
organismo.

En este contexto que te describimos -si nos ocupamos de nuestra salud- creemos que no podemos
vivir sujetos a la presión constante de los datos y opiniones; y mucho menos vivirlo con miedo a la
enfermedad, la muerte o la obesidad, lo que tenemos que hacer es
informarnos y ocuparnos conscientemente.
Por eso te proponemos unas pautas que tratamos de simplificar para pensar la alimentación
saludable y que tratamos de reflejar en nuestra cocina:

………………………….

1. Casi todas las dietas probadas y que funcionan bien con nuestro cuerpo comparten un alto
contenido de plantas. Las carnes y cereales, si se consumen, se reservan para ocasiones
especiales y se consumen con moderación. Los vegetales son la base de la alimentación
humana. Aportan fibras, vtaminas, minerales, y los fitonutrientes (que solo están en los
vegetale). Como regla general, los vegetales de colores verdes obscuros son los más
nutritivos.

2. Hay alimentos que no son alimentos, todo lo que compres envasado, lo que está lleno de
etiquetas que contienen substancias dañinas para la salud como “glutamato monosódico”
debe ser evitado. En esta lista vamos a ver mucho de esto:
El exceso de azúcares libres es muy dañino para el cuerpo, tenemos que evitar los jugos de
frutas comerciales, las frutas deshidratadas (no generan saciedad y así consumimos mucha
más azúcar). Hay que bajar la dieta en azúcar, y solo usarla ocasionalmente como en
postres.

No todo lo que es libre de gluten es bueno para el organismo. Las harinas refinadas y la
panadería y pastelería ultraprocesada tiene ingredientes dañinos.

Las bebidas comerciales “light” tienen un montón de substancias agregadas para las que
nuestro cuerpo no está preparado.

Evitar las margarinas, llenas de químicos.

Comidas “light”, vegetarianas o veganas; vienen envasadas y también contienen


ingredientes dañinos, aceites vegetales, proteínas transgénicas de soja, fibras modificadas,
etc. Podemos estar cuidando a los animales pero no nos cuidamos nosotros.

Barras de proteínas; contienen aglutinantes, colorantes y demás químicos industriales.


Podés cumplir tu requerimento de proteína pero no estás comiendo sano.

Cereales que vienen en caja y granolas. La mayoría están muy mal hechos, altas cantidades
de azúcares y también aditivos.

Los lácteos industriales como por ejemplo los yughures industriales; son leches
modificadas químicamente, sabores artificiales, azúcares o endulzantes artificiales.

Bebidas para deportistas que “recuperan sales” y “energía”. Tienen exceso de azúcares y
baja cantidad de electrolitos. Tienen substancias que influyen en el proceso inflamatorio
del cuerpo.

Edulcorantes con polialcoholes o en mermeladas comerciales. Aumentan el ácido úrico


generando inflamación, aumento de presión arterial, índice oxidativo, etc.

La mayoría de los aceites vegetales no son buenos; omega 6 en exceso que es altamente
inflamatorio. Llevan conservantes y aditivos. Hay que consumir aceite de oliva, es de las
grasas más importantes, antiinflamatoria, antioxidante, regulación de producción de
insulina. (Hay que desconfiar del sospechosamente económico, hay muchos adulterados y
modificados, vienen mezclados con canola, soja, maíz y girasol). Buscar de primera prensa
en frío, no refinado.

Ketchups y demás aderezos comerciales; sabores artificiales, mucho aceite vegetal que
nunca lleva aceite de oliva, azúcares, conservantes y aditivos.

Aceites saborizados, caldos y sopas comerciales, condimentos de origen químicos.

Mix de nueces y frutos secos, pueden tener conservantes (evitar TBHQ), azúcares en
exceso, aditivos.

Gaseosas, superdosis de azúcar, colorantes y jarabes químicos, aditivos.

Los fritos congelados de los supermercados; vienen prefritos en aceites malos, llevan
conservantes y aditivos químicos.
Embutidos como salchichas, que llevan harinas de trigo, mezclas de
restos de carnes, colorantes, azúcares, y nitritos.
Las carnes o simulaciones de carnes vegetales que encontramos
congeladas en los supermercados, los ingredientes son los mismos
que el de los alimetos para las mascotas. Ingredientes altamente
inflamatorios. Nos venden marketing disfrazado apuntando a nuestro
deseo de no consumir animales, pero no son sanos.

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