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COMPRENSIÒN

LECTORA
TEXTO 1
Desde el siglo diecinueve existen múltiples teorías sobre el poblamiento en el
continente americano, sobre cómo y cuándo fue poblado América por primera
vez. Algunas de esas teorías son completamente falsas y carecen de
fundamento. Otras en cambio tienen mucha más credibilidad. Una de ellas fue
presentada por el antropólogo estadounidense de origen checo Alex Hrdlicka
que vivió en Estados Unidos desde 1881. A la teoría de Hrdlicka se le conoce
como la teoría asiática y según esta apreciación el ser humano habría
ingresado en el continente americano por el Estrecho de Bering a través de un
puente que se formó a raíz del descenso del nivel de las aguas de ese estrecho
durante el último período glacial. Desde Alaska se habrían dispersado por todo
el continente.

Otra de las teorías es la desarrollada por el médico y arqueólogo Charles


Abbott. En 1876, Abbott encontró en su granja situada en Delaware
instrumentos líticos que él pensó que podían ser de culturas indígenas
anteriores a las actuales. Pero al analizar la gravilla que rodeaba a los restos,
está arrojó como resultado unos diez mil años de antigüedad. Este hallazgo
supuso una conmoción en su época al rebatir las teorías bíblicas existentes
sobre el poblamiento a nivel mundial al situar la llegada del hombre a América
varios miles de años antes de lo que la comunidad cristiana sostenía. Su teoría
fue rechazada en su momento por la comunidad científica por su falta de rigor
científico, pero ahora se conoce que algunas de las teorías de Abbott tienen
cierta veracidad.

Ante ello, por la diversidad de teorías sobre el poblamiento de América que


pueden tener aspectos con tendencia a la veracidad, nos adentramos a
algunos últimos descubrimientos reales, contemporáneos y concretos: Una
colección de cráneos antiguos en el valle de Teotihuacan, México, está
cambiando la historia de la colonización humana de Norteamérica. La geóloga
Silvia González de la Universidad de John Moores en Inglaterra, analizó cuatro
de los cráneos con ayuda de sus colegas en el Museo Nacional de
Antropología de Ciudad de México, donde se conservan los huesos. Quedó
asombrada al descubrir que uno de ellos tiene 12.700 años, 700 más que
cualquier resto humano encontrado en Norteamérica. Silvia González, también
arqueóloga, que trabaja en la universidad mencionada fue la responsable de
reunir al equipo de investigación y admite que su descubrimiento revolucionó la
idea generalmente aceptada sobre el poblamiento de las Américas. Los
primeros americanos (Paleoamericanos) pudieron haber pertenecido al grupo
europeo.
El cráneo hallado, conocido actualmente como la Mujer Peñón III, tiene una
forma alargada y delgada muy diferente a los anteriores, anchos y cortos, que
se encontraron en México. También se encontraron otras partes del esqueleto
como algunas vértebras, un par de húmeros, un cúbito, un peroné y fragmentos
de los huesos de los dedos de los pies. La mayoría de los antropólogos cree
que todos los americanos nativos descienden de una sola población que llegó
de Siberia. Pero el cráneo Peñón III junto con otros en la colección del museo,
no parece estar emparentados con los inmigrantes siberianos. Más bien se
parece a la tribu indígena ainu de Japón. González cree que parientes de los
ainus formaron parte de otra ola de inmigración que se originó en Japón,
atravesó el Estrecho de Bering y descendió por la costa oeste de Norteamérica
hasta México.

Los antropólogos han encontrado vestigios de una población moderna de


cabeza angosta, los pericus, que vivieron en Baja California, hasta quedar
extintos en el siglo XVIII. González planea volver a México para tomar
muestras de ADN de la Mujer Peñón IIII. Luego comparará esas muestras con
las de los pericus para ver si las dos poblaciones están emparentadas.
“Necesitamos descartar la hipótesis de que solo hubo una gran inmigración a
América”, afirma.

Adaptado de https://iberoamericasocial.com/teorias-del-poblamiento-americano-1/

1) ¿Cuál es la alternativa que contiene una idea incorrecta sobre el texto?


a) Muchos antropólogos sostienen que los antiguos americanos se
originaron de una población de origen siberiano.
b) Silvia González desea conseguir mayores pruebas para encontrar
alguna relación entre poblaciones antiguas que llegaron al norte de
América.
c) Últimas investigaciones permiten afirmar el carácter indiscutiblemente de
origen japonés de los americanos del norte.

2) ¿Cuál es el significado que asume el término “vestigios” en el texto?


a) Señales
b) Restos
c) Huellas

3) ¿Cuál es el tema principal desarrollado en la lectura?


a) La Mujer Peñón III y su origen siberiano
b) Nuevos hallazgos para el lnmigracionismo norteamericano
c) El origen del hombre en América y sus tendencias
4) Podemos inferir a partir del texto que:
a) Los pericus eran una población moderna que habitaron en alguna parte
de California, según los antropólogos.
b) La geóloga y antropóloga González sostiene que los ainus conforman
una segunda ola inmigratoria.
c) Al parecer, por las investigaciones realizadas, hubo más de una
corriente de inmigrantes a Norteamérica.

5.) Según el texto, el cráneo conocido como Mujer Peñón III está vinculada con
a) los ainus.
b) los pericus.
c) los siberianos.
SOLUCIONARIO
1. C 2. B 3. B 4. C 5. A

TEXTO 2
“Las calificaciones no sirven para que los estudiantes mejoren sus
aprendizajes. Más bien, suele ocurrir que quienes obtienen bajos puntajes se
sienten menos motivados que los demás”, sostiene María Acaso, docente de la
Universidad Complutense de Madrid. Por su parte, Alberto Royo, docente de
secundaria y experto en pedagogía, afirma lo siguiente: “Cuando les digo a mis
estudiantes que aplicaré una prueba, noto que ellos se preocupan más por
estudiar. Sé que sus calificaciones les sirven para prestar una mayor atención a
aquellos temas relevantes del periodo escolar que necesitan conocer más”.
Ambas posturas ponen en evidencia la falta de consenso sobre el lugar que
ocupan las calificaciones en una evaluación de los aprendizajes de los
estudiantes. A partir de estas posturas, los docentes nos preguntamos si es
posible que las calificaciones tengan un espacio en un proceso de evaluación
formativa.
Un primer punto que conviene dilucidar es que una evaluación no es análoga,
ni por asomo, a poner una calificación para mostrar que el estudiante tiene un
rendimiento alto, medio o bajo. Tampoco se reduce a evidenciar “lagunas” en
sus aprendizajes, errores o comprensiones insuficientes sobre un tema
específico. Equiparar la evaluación a la simple asignación de calificaciones es
un equívoco que, generalmente, provoca efectos negativos en los estudiantes.
Esto se manifiesta cuando, por ejemplo, a partir de sus calificaciones, los
estudiantes asumen que están fracasando o sienten que deben competir con
sus compañeros por notas más altas.
Otro punto importante que debemos considerar es que las calificaciones están
asociadas con procesos de evaluación sumativa. En términos generales, este
tipo de evaluación, centrada tradicionalmente en la aplicación de exámenes,
busca acreditar, mediante una nota, que los estudiantes de un determinado
ciclo dominan los conocimientos de un área específica. Sin embargo, no es
suficiente con que el docente se limite a dar una calificación al estudiante, sino
que, a partir de esta, explore los conceptos erróneos, identifique en qué etapa
del proceso de aprendizaje se encuentra y le ofrezca ejemplos de las
evidencias que se acerquen a lo esperado para el nivel.
Ahora bien, a partir de los puntos expuestos, podemos afirmar que, en el
ámbito de la educación básica, las calificaciones obtenidas a partir de una
evaluación sumativa pueden ser parte de un proceso formativo, siempre y
cuando los objetivos de aprendizaje de todos los instrumentos de evaluación
estén alineados y sean conceptualmente consistentes. Entendida así, la
evaluación sumativa tiene una función claramente formativa si ayuda a los
estudiantes a fortalecer la comprensión de contenidos y el desarrollo de
competencias, poner en práctica conceptos y habilidades en diversos
contextos, y promover la conciencia metacognitiva.
Así, la evaluación sumativa se constituirá como un “hito de logro”, que nos
permitirá a los docentes decidir sobre las nuevas estrategias que debemos
implementar o adecuar para promover aprendizajes. Sobre esto, Elena Martín,
catedrática de la Universidad Autónoma de México, comenta lo siguiente: “Las
notas y los exámenes son tan solo una pieza de un engranaje mucho más
complejo”. Justamente, no se trata de que la evaluación sea un acontecimiento
específico, que tiene lugar después de un determinado periodo, sino que, más
bien, integre articuladamente el complejo proceso de enseñanza y aprendizaje.
Por todo esto, lejos de temer o sobredimensionar las calificaciones, resulta
necesario tratar de insertarlas en un proceso de evaluación formativa, orientado
a que los estudiantes, durante y después de la escolaridad, sepan cómo
aprenden, qué los ayuda y qué no. Es decir, las calificaciones deben ser una de
las tantas evidencias que ayude a los estudiantes a conocer y regular su propio
aprendizaje. Deben invitarlos, al fin y al cabo, a demostrar que son capaces de
generalizar y extender el uso de un determinado conocimiento a nuevas
situaciones.
Adaptado de un artículo publicado en el portal El diario de la Educación.

1. ¿Cuál de los docentes citados ofrece una opinión que está alineada a la
postura del texto sobre las calificaciones?
a) Alberto Royo.
b) Elena Martín.
c) María Acaso.

2. Al inicio del tercer párrafo, se menciona que “[…] una evaluación no es


análoga, ni por asomo, a poner una calificación […]”. ¿Cuál es el
significado de la palabra “análoga” en el contexto en el que aparece?
a) Similar.
b) Adecuada.
c) Dependiente.

3. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones se opone a la postura sobre las


calificaciones que defiende el texto?
a) Una verdadera evaluación formativa e integral debe prescindir de
asignar calificaciones a los estudiantes.
b) Las calificaciones, usadas solo para evidenciar errores, puede
impactar negativamente en las emociones de los estudiantes.
c) A partir de las calificaciones, los docentes obtienen información sobre
un aspecto del proceso de aprendizaje de los estudiantes.
4. Al inicio del texto, ¿con qué intención se presentan las opiniones de dos
docentes sobre las calificaciones?
a) Brindar ejemplos de los usos adecuados que se les puede dar a las
calificaciones en un proceso de evaluación formativa.
b) Hacer notar las discrepancias acerca del rol que pueden cumplir las
calificaciones en un proceso de evaluación formativa
c) Dejar en claro que, en la práctica pedagógica, las calificaciones no
han logrado integrarse a un proceso de evaluación formativa.

5. ¿Cuál es el propósito principal del texto?


a) Convencer sobre la idea de integrar las calificaciones de los
estudiantes a un proceso formativo de evaluación de los
aprendizajes.
b) Advertir sobre las consecuencias de emplear las calificaciones como
el único referente para medir los conocimientos de los estudiantes.
c) Ofrecer lineamientos sobre la forma en que deben interpretarse las
calificaciones de los estudiantes en un proceso de evaluación
sumativa.
RESPUESTAS
1. B 2. A 3. A 4. B 5. A

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