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Mi nombre es Jean Jacques Rousseau, nací en Ginebra, Suiza un 28 de junio de 1712.

Mi
padre fue un modesto relojero con el que desde los 6 años leía a los clásicos griegos y
romanos, e incluso las novelas románticas que habían pertenecido a mi madre, quien
falleció después de mi nacimiento. Pese a eso, mi infancia fue buena pero se vio
interrumpida cuando mi padre tuvo que escapar y me dejo a cargo de mis tíos, quienes
me mandaron al campo.
Pero a los 15 años decidí huir de ahí y comenzar a trabajar mientras estudiaba latín,
filosofía, historia y música. Ahorraba para poder viajar a Paris, ¿por qué, quien no quisiera
vivir en Paris?, era la ciudad más avanzada de toda Europa. Me mude a la capital Francesa
a los 30 años. Estando ahi comence a asistir a los cafés de la ciudad, donde se reunian
todos los ilustrados de aquella época. Di clases de música e invente un nuevo sistema de
notación musical, escribí un par de artículos sobre música en la enciclopedia y compuse
una opera “le devin du village” que fue aclamada por el rey Luis XV.
Un día fui a visitar a mi amigo Dennis Diderot y me enteré de un concurso dirigido por la
academia de las ciencias y las bellas letras de Dijon, el tema era “si las ciencias y las artes
han ayudado a depurar las costumbres”. Decidí entrar al concurso, me percaté de lo
perniciosas que han sido las ciencias y las artes, han corrompido a la humanidad que es
buena por naturaleza y han sido un medio de corrupción social. Gracias a este ensayo
ganador, algunos en lugar de llamarme solo un ilustrado me consideran el padre del
romanticismo. Mis pensamientos eran todo lo contrario a la mayoría de los pensadores, el
arte puede ser un medio para domesticar y degenerar al pueblo y la ciencia es ociosa y
peligrosa, un arma en manos de un niño. Pero no me mal entiendan, no estaba en contra
del arte, es decir, soy músico, solo que antes de entrar en el arte debemos llenarnos de
virtudes morales.
El resto de filósofos e incluso la Iglesia no estaban de acuerdo con mis ideas. Así que
perseguido, regresé al campo y seguí escribiendo textos que sentaron la base de la
revolución francesa. Uno de ellos “El contrato social” de 1762, donde propongo crear un
gobierno que no corrompa a sus ciudadanos y no se pierda la libertad. Pero resumiendo,
contribuí en la aparición de nuevas teorías y modelos de pensamiento; definí los principios
básicos de cualquier sistema democrático; propuse el derecho como la principal fuente de
orden en la sociedad; establecí la libertad como valor moral; construí una percepción
positiva del ser humano; desarrollé una nueva pedagogía e instituí una filosofía de vida
ética.
Muy lejos de mis ideales, pase los últimos años de mi vida paranoico, prohibido por los
demás ilustrados y perseguido políticamente. Fallecí el 2 de julio de 1778 en Ermenonville
(ermenovil), enfermo y al borde de la miseria . Mis restos fueron trasladados en 1794 a la
cripta del Panteón de hombres ilustres de París, pero quiero hacer una objeción porque
los colocaron junto a mi mayor enemigo, Voltaire (volter), el tampoco estaría de acuerdo
con eso.

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