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BIOÉTICA

La bioética es la rama de la ética dedicada a promover los principios para la


conducta más apropiada del ser humano con respecto a la vida, tanto de la vida
humana como del resto de seres vivos, así como al ambiente en el que pueden
darse condiciones aceptables para la misma.

Vocabulario:
1. Dilema Ético: Definición: Una situación en la que se presentan opciones
difíciles y conflictivas, en la que es necesario tomar decisiones éticas basadas
en principios morales y valores, como las que a menudo se encuentran en
cuestiones bioéticas.
2. Consentimiento Informado: Definición: El proceso mediante el cual los
pacientes reciben información detallada sobre los riesgos, beneficios y
alternativas de un tratamiento o procedimiento médico, y tienen la
capacidad de dar su consentimiento voluntario y comprensivo.
3. Experimentación con Seres Humanos: Definición: La investigación que
implica la participación de seres humanos como sujetos de estudio. Se rige
por estrictas normas éticas para garantizar la seguridad, el respeto a la
autonomía y la minimización de riesgos para los participantes.
4. Clonación: Definición: El proceso de reproducción asexual que crea una
copia genéticamente idéntica de un organismo existente. En el contexto de la
bioética, la clonación plantea preguntas éticas sobre la manipulación
genética y la creación de seres humanos.
5. Eutanasia: Definición: La acción de poner fin a la vida de una persona para
aliviar el sufrimiento, especialmente en el caso de enfermedades terminales.
La eutanasia plantea debates éticos sobre el derecho a morir con dignidad y
los límites de la intervención médica.
6. Ingeniería Genética: Definición: La manipulación deliberada de los genes de
un organismo para modificar sus características hereditarias. En bioética, la
ingeniería genética plantea cuestiones éticas relacionadas con la
modificación genética de seres humanos y la creación de organismos
modificados genéticamente.

PRINCIPIOS DE LA BIOÉTICA

1. Beneficencia
2. Justicia
3. Autonomía
4. No maleficencia
1. Beneficencia: El principio de beneficencia en bioética se centra en promover
el bienestar y actuar en beneficio de los pacientes y personas involucradas
en situaciones médicas. Aquí hay algunos aspectos clave de este principio:
a. Promoción del Bienestar: La beneficencia implica tomar medidas
activas para promover el bienestar de los pacientes. Esto incluye
proporcionar cuidado, tratamiento y apoyo que mejoren la salud y la
calidad de vida de la persona afectada. Los profesionales de la salud
deben buscar activamente el beneficio de sus pacientes, priorizando
intervenciones que maximicen resultados positivos.
b. Minimización del Daño: Además de promover el bienestar, la
beneficencia también implica la responsabilidad de minimizar o
evitar cualquier daño innecesario. Los profesionales de la salud
deben considerar cuidadosamente los posibles riesgos y beneficios de
los tratamientos propuestos y tomar decisiones informadas que
reduzcan al máximo cualquier perjuicio potencial.
c. Evaluación de Riesgos y Beneficios: En la práctica médica, se busca
un equilibrio entre los riesgos y beneficios de las intervenciones. Los
profesionales de la salud deben considerar de manera ética y
reflexiva si una determinada acción beneficia al paciente de manera
significativa y si los posibles riesgos son proporcionados y
justificables en relación con los beneficios esperados.
d. Respeto a las Preferencias del Paciente: La beneficencia también
implica respetar las preferencias y valores del paciente. Los
profesionales de la salud deben tener en cuenta las creencias, deseos
y metas individuales de los pacientes al proporcionar atención
médica. Esto se relaciona estrechamente con el principio de
autonomía, ya que respeta la capacidad de los individuos para tomar
decisiones informadas sobre su propio cuidado.
2. Justicia: El principio de justicia se centra en la equidad y la distribución
justa de los recursos y tratamientos médicos. Busca asegurar que todas las
personas tengan acceso igualitario a la atención médica, sin discriminación
injusta. La justicia también aborda la distribución equitativa de los
beneficios y las cargas relacionadas con la investigación médica. Este
principio busca prevenir la discriminación injusta y promover la equidad en
la toma de decisiones relacionadas con la salud y la distribución de recursos
en el ámbito de la atención médica.
a. Equidad en el Acceso a la Atención Médica: El principio de justicia
implica que todas las personas deben tener igual acceso a la atención
médica sin discriminación injusta. Esto significa que la distribución
de recursos y servicios médicos debe basarse en necesidades
legítimas y no en factores irrelevantes como la raza, el género, la
religión o el estatus socioeconómico.
b. Distribución Justa de Recursos: La justicia también se relaciona con la
distribución justa de recursos limitados, como camas de hospital,
medicamentos y procedimientos médicos. En situaciones en las que
los recursos son escasos, los profesionales de la salud y las
instituciones deben tomar decisiones éticas que minimicen la
disparidad y maximicen el beneficio general.
c. Equidad en la Investigación Biomédica: En el ámbito de la
investigación, el principio de justicia implica que los beneficios y
riesgos de la investigación deben distribuirse equitativamente entre
los participantes. Esto se refiere a evitar la explotación de
comunidades vulnerables y garantizar que los grupos
subrepresentados tengan la oportunidad de participar en estudios de
investigación.
d. Priorización de Necesidades: La justicia también implica priorizar las
necesidades de aquellos que son más vulnerables o desfavorecidos.
Los sistemas de salud deben tener en cuenta las desigualdades
existentes y trabajar para abordarlas, asegurando que las
intervenciones y políticas beneficien a aquellos que más lo necesitan.
e. Ética en la Asignación de Recursos Escasos: En situaciones donde los
recursos son limitados, como en casos de triaje en emergencias o
durante pandemias, el principio de justicia guía las decisiones éticas
para asignar recursos de manera equitativa, evitando
discriminaciones injustas y maximizando los beneficios para la
sociedad.
3. Autonomía: Este principio reconoce y respeta la capacidad de autonomía de
los individuos. Implica que las personas tienen el derecho y la libertad de
tomar decisiones informadas sobre su propia atención médica y tratamiento.
La autonomía implica el respeto a la voluntad y las decisiones de los
pacientes, siempre y cuando estén capacitados para tomar decisiones
informadas. Esto incluye el derecho a aceptar o rechazar tratamientos
médicos, participar o no en investigaciones y recibir información completa
sobre su condición y opciones de tratamiento.
a. Libertad de Elección: La autonomía implica reconocer y respetar la
capacidad de los individuos para tomar decisiones informadas sobre
su propia atención médica y tratamiento. Los profesionales de la
salud deben facilitar la libertad de elección de los pacientes,
proporcionando información completa y comprensible sobre sus
opciones, riesgos y beneficios.
b. Consentimiento Informado: El consentimiento informado es una
manifestación práctica del principio de autonomía. Antes de realizar
procedimientos médicos o participar en investigaciones, los
profesionales de la salud deben obtener el consentimiento informado
del paciente. Esto implica brindar información detallada sobre el
procedimiento, sus posibles consecuencias y alternativas disponibles,
permitiendo al paciente tomar decisiones informadas y voluntarias.
c. Respeto a las Preferencias y Valores: La autonomía también implica
respetar las preferencias, valores y creencias individuales de los
pacientes. Los profesionales de la salud deben tener en cuenta las
perspectivas únicas de cada persona al planificar y brindar atención
médica, reconociendo que las decisiones de tratamiento pueden estar
influenciadas por factores culturales, religiosos o personales.
d. Capacidad y Competencia: La autonomía presupone la capacidad de
tomar decisiones informadas. Los profesionales de la salud deben
evaluar la capacidad y competencia de los pacientes para tomar
decisiones. En casos en los que un individuo no tenga la capacidad
para tomar decisiones, se deben buscar formas de respetar sus
intereses y derechos, involucrando a representantes legales o tutores
éticos.
e. Derecho a la Privacidad: La privacidad también está relacionada con
la autonomía. Los pacientes tienen el derecho a mantener la
privacidad de su información médica, y los profesionales de la salud
deben respetar este derecho, compartiendo información solo con el
consentimiento del paciente o según lo exija la ley.
f. Respeto a la Autonomía de Grupos Vulnerables: Además de la
autonomía individual, se reconoce la autonomía de grupos
vulnerables. Esto implica respetar las decisiones colectivas de
comunidades o grupos culturales, asegurando que los tratamientos y
políticas de salud sean culturalmente sensibles y respetuosos.
4. No maleficencia: Este principio implica la obligación de no causar daño
innecesario. Aunque a veces se considera parte del principio de beneficencia,
también se destaca por separado como la obligación de evitar el mal o el
sufrimiento. Los profesionales de la salud deben equilibrar la beneficencia
con la no maleficencia, asegurándose de que las acciones médicas no causen
más daño del necesario.
a. Evitar Daño: La no maleficencia se resume en la máxima "Primum
non nocere" (En primer lugar, no hacer daño). Los profesionales de la
salud tienen la responsabilidad de abstenerse de causar daño a los
pacientes tanto como sea posible durante la prestación de cuidados
médicos. Esto implica evaluar y minimizar los riesgos asociados con
procedimientos, tratamientos y medicamentos.
b. Evaluación de Riesgos y Beneficios: Al tomar decisiones clínicas, los
profesionales de la salud deben considerar cuidadosamente los
posibles riesgos y beneficios de las intervenciones propuestas. La
evaluación de los riesgos implica sopesar los posibles daños que
podrían surgir de una intervención médica y compararlos con los
beneficios esperados para el paciente.
c. Principio de Proporcionalidad: La no maleficencia también se
relaciona con el principio de proporcionalidad, que sostiene que las
acciones médicas deben ser proporcionadas a la situación clínica.
Esto significa que los beneficios deben superar los posibles daños, y
cualquier daño causado debe ser justificado por el bien que se busca
lograr.
d. Minimización del Sufrimiento: Además de evitar daño físico, la no
maleficencia también aborda la minimización del sufrimiento y el
malestar del paciente. Esto incluye considerar el dolor físico y
emocional asociado con los procedimientos médicos y buscar
maneras de mitigarlo.
e. Ética en la Investigación: En el contexto de la investigación
biomédica, la no maleficencia se aplica al tratamiento ético de los
participantes en estudios. Los investigadores deben garantizar que
los sujetos de investigación estén protegidos de daños innecesarios y
que los beneficios potenciales justifiquen cualquier riesgo
involucrado en el estudio.
f. Respeto a la Autonomía del Paciente: Respetar la autonomía del
paciente también está vinculado a la no maleficencia. Esto significa
que los profesionales de la salud deben respetar las decisiones
informadas de los pacientes, incluso si dichas decisiones implican
rechazar ciertos tratamientos o intervenciones que podrían ser
beneficiosas.

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