Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Baby Rabbit by Annamarieluv
Baby Rabbit by Annamarieluv
TaeHyung suspiró por quinta vez ese minuto, eufemismo del bu do hos l que se dispersaba por
sus fosas nasales, inquietando a los espectadores de aquella tortura satánica a la que los
representantes escolares denominaban «reunión estudian l para el progreso de los solecitos.»
Solecitos mis cojones, pensó. Los monstruos vomi vos a los que se referían como adolescentes en
los libros de texto no eran más que un conglomerado de imbéciles sin labor ni o cio que
dedicaban el empo de sus desdichadas vidas a parlotear como retrasados y derrochar los bienes
ac vos de sus aún más estúpidos progenitores.
Pero... ¿cómo terminó el sr. V, cartel de la jodida ma a coreana, en un colegio de doñas putas
necesitadas de atención elmente abocadas al gran señor y dones no tengo empo para ir a la
reunión de mi hijo el marihuano?
El hijo de puta más etéreo que haya tenido el placer de presenciar en su vida; su sonrisa de
conejito, sus dóciles labios de frambuesa, sus ojitos redondos y su mandíbula recta y hermosa,
aquel culito de infante que no podía tragar su falo sin un cuarto de litro de crema de bebé encima
y esos muslos rellenos que quería morder hasta sacarles la capa de la dermis y luego aprovechar su
ingesta.
Jeon Jeongguk.
El hijo de puta más etéreo que haya tenido el placer de presenciar en su vida; su sonrisa de
conejito, sus dóciles labios de frambuesa, sus ojitos redondos y su mandíbula recta y hermosa,
aquel culito de infante que no podía tragar su falo sin un cuarto de litro de crema de bebé encima
y esos muslos rellenos que quería morder hasta sacarles la capa de la dermis y luego aprovechar su
ingesta.
Figura vamente, en efecto, ya que había algo dentro del señor V que impedía de manera casi
forzosa el arremeter en contra de la salud íntegra de Jeongguk hasta cierto punto y aquello
no era nada bueno para el mayor.
Tan sólo recordarle al gimotear envió un es mulo doloroso a su polla. Quería restregarle un poco
sobre su falo.
ti
ti
fi
ti
fi
tí
ti
fi
ti
fi
ti
ti
fi
Ya cállese puta vieja, me ene los huevos llenos. ¿Por qué no se meten su árbol de navidad por
el culo y se divierten un rato? Todos parecen perros de calle.
S-señor V, por favor... Sólo faltan unos minutos ─ balbuceos incoherentes resbalaban como el
aceite desde los labios de la directora, quien miraba horrorizada al hombre de gafas y largos
cabellos rojizos recogidos en coleta.
─ Unos minutos una puta mierda, llevo aquí más de media hora y no sé dónde está mi bebé. ¿Por
qué no me deja ver a Jeon, vieja de mierda?
─ Los chicos se encuentran en el área de recreación, eso ya lo debería saber, señor Kim.
TaeHyung levantó la mirada con vehemencia para divisar a la arrastrada que tuvo la osadía de
contestar tan inadecuadamente. Podría quebrar su cuello en aquel momento para imponer
respeto hacia su persona, más sin embargo su pequeño conejito no deseaba transferirse de
ins tuto nuevamente, por lo que optó por ignorar su presencia.
Ya le mataría más tarde.
─ Quiero a mi chico, ahora.
Despreocupado, se removió sobre el amplio asiento acolchonado que correspondía
exclusivamente a su persona. Su semblante temerario contrastaba con su ac tud imprudente y sus
anchos muslos fornidos se abrían como escuadras para adoptar una pose aún más dominante. Sus
manos apoyadas en sus rodillas, su mirada ja en la vieja con sus gafas de oro amarillo rozando el
puente de su nariz y sus codos exionados hacia afuera.
Un silencio sepulcral inundaba la habitación. Aquellas ac tudes no eran infrecuentes por parte del
señor V, empero, las mul tudes eran par cipes de aquel po de rabietas con escasa recurrencia.
─ Quiero. A. Jeon.
Los progenitores de Jeon ya no eran admi dos en las reuniones escolares, por lo cual las órdenes
directas del hombre de treinta y dos se acataban inmediatamente sin supervisión alguna, algo que
costó muchas amenazas y sobornos, pero de todas formas terminó funcionando.
La anciana sujetó el micrófono que conectaba con los parlantes escolares y con un leve temblor en
su mbre, exclamó:
─ Jeon Jeongguk, se requiere de su presencia en la sala de conferencias principal. Favor asis r con
máxima pron tud.
─ Mierda, hasta que quisiste servir. ─ rio Kim.
Las miradas de los representantes mostraban temor y desaprobación ante tal conducta, sin el valor
su ciente para comentar.
Por su parte pelinegro, quien jamás había sido un muchachito problemá co ─ a diferencia de otros
mocosos de su calaña ─ se impulsó rápidamente de la banca donde se hallaba ojeando los
poemarios de Poe, a sabiendas de que aquel llamado signi caba una única cosa.
Papi estaba en su escuelita.
fi
ti
ti
ti
ti
ti
fl
tí
ti
fi
ti
ti
fi
ti
ti
ti
Atravesó el minúsculo espacio recrea vo tan rápido como su cuerpo juvenil le permi ó, no sin
antes pasar por los tocadores mixtos a veri car su presencia frente al espejo. Quería verse bonito
para TaeHyung.
Golpeteó la puerta durante menos de un segundo y su directora le invitó a pasar con un ademán y
una sonrisa par da, se veía un poco miserable pero seguramente ya sabía la respuesta.
─ ¡Papi! ─ Jeongguk corrió hacia V y enroscó sus delgados brazos en el cuello del mayor,
escondiendo su rostro en su maraña de pelos color frambuesa. Olía muy bien.
TaeHyung presionó algunos besos sobre la piel desnuda de su clavícula, robándole un par de
suspiros al menor que no pasaron desapercibidos por su entorno. Los presentes se hallaban
pasmados ante tal escena indecorosa, sorprendidos por el retorcido contacto entre el adolescente
y su representante legal.
Habían pasado algunos meses desde que aquella dinámica surgía espontáneamente en los
encuentros escolares, manteniendo el contacto sico al límite por pe ciones de Gguk.
El mayor, ensimismado en su libido, aprovechó aquel imprudente desliz para mordisquear con
exquisita suavidad la nívea super cie de su clavícula, rozando con parsimonia el hueso que
sobresalía en su piel para nalmente dirigir su mirada al sonrosado chico.
Nghn~ ah, papi... el chiquillo suspiró avergonzado, bajando la mirada en respuesta a las
acciones de TaeHyung.
Por su parte, V se entretenía acariciando los laterales de la cintura estrecha y curvilínea del
adolescente, delineando con las yemas de sus dígitos el excelso relieve de sus prominentes
cos llas.
¿Te has portado bien, dulzura? otro besó corto se hundió en la mandíbula del menor,
exaltándole.
S-sí TaeTae... He jugado con mi amiguito Yongi y con su hermanito Jin... abrumado por el
cosquilleo en su vientre bajo, intentó distraer al adulto golpeando de forma blanda e infan l su
pecho semi-descubierto.
Un risoteo gutural emanó de los hinchados labios de V, atrayendo al jovencito contra su pecho
mientras le volteaba. Abrazó sus costados en un agarre posesivo y se dedicó a dejar besos
húmedos debajo de su oído izquierdo, impregnando un poco de saliva en su camino hacia su
hombro.
¿Acaso se le había olvidado que estaban en una reunión de representantes?
S-señor V... S-sólo faltan unos minutos... Por favor, reserve sus muestras de afecto. otra vez
la anciana jodiendo.
Mierda, ya sé. vociferó ante la insistente anciana, suavizando su mirada al atraer a Jeongguk
a su cuerpo. Ven aquí, dulzura, siéntate en mi regazo.
El chiquito con dientes de conejo se impulsó sobre sus zapa tos depor vos blancos y,
aprovechando que ves a el corto pantaloncillo de educación sica, se empujó con las manos hacia
el regazo del mayor para que éste acariciara sus tersos muslos.
ti
ti
tí
fi
fi
ti
fi
fí
ti
fí
ti
ti
ti
ti
La sala entera se encontraba pasmada, escandalizada, muda ante tal escena. ¿Qué hacía un po
como él con un pequeño tan dulce como Jeongguk?
B-bien, para estas navidades hemos de pedir una colaboración de $300 USD a propósitos de
organizar un bazar navideño y una recolecta para las personas en situación de abandono.
sonrió la bruja, por supuesto que los iba a estafar a todos, pero no era como que aquello fuese una
tortura para el amplio bolsillo de los representantes.
TaeHyung bajó el reposabrazos de su escritorio preferencial y esbozó una cínica sonrisa contra el
cabello negruzco de Gguk. Su nariz se enterró en su nuca sin endo cómo sus vellos se erizaban con
el cálido aliento de V, su hormigueo creciente despertando sensaciones extrañas mientras que las
grandes e imponentes manos llenas de anillos jugueteaban con el elás co de su pantaloncillo.
Un par de viejas discu an trivialidades en el fondo, captando la atención de los individuos en aquel
espacio, por lo que V aprovechó su oportunidad para dejar un beso fugaz en los labios del más
pequeño, cuyos brillantes ojitos café miraban a los suyos con anhelante deseo.
¿Alguien se está poniendo duro, mhm? un sonido gutural a manera de interrogante fue
acompañado de un casto beso en la esquina de su labio.
TaeHyung jugaba sucio.
...ac vidades recrea vas como la rolina, granjas de contacto, recital de danza... bla, bla,
bla, quería enterrar sus manos en el pantaloncillo de su conejito, y exactamente eso haría ...los
representantes podrán par cipar en el desarrollo de dichas siempre y cuando tomen en
consideración.
Te gusta, ¿mhm? masajeó la pequeña erección con desesperante parsimonia, sin endo la
piel suave de su miembro bajo sus yemas. Su aliento cálido reposaba en la esquina de su cuello y
su postura le permi a restregar su gran falo contra las dulces mejillas bajas del jovencito. Jeongguk
gemía suavemente bajo su tacto, retorciéndose en el estremecimiento del acto.
fi
fi
ti
ti
ti
tí
tí
ti
ti
ti
ti
ti
ti
fi
ti
tt
ti
ti
TaeTae... Vámonos... suplicó Jeongguk, bastante afoscado bajo el tacto del pelirrojo. Movía
sus caderas en círculos a la par que intentaba dar cortos sal tos sobre su falo, el cual se hallaba
despierto y contento con la ac tud de su conejito.
Bueno, ya me cansé. Ojalá Jesucristo baje y los ayude con sus payasadas, yo me voy a la mierda
y me llevo a mi muñeco conmigo. Enredando a Jeongguk como un koala en su pecho, cargó al
chico para proteger la vista de su erección.
Vamos, eran un hijo de puta, pero uno bueno.
Dos disparos sonaron creando un desmedido alboroto entre la pequeña mul tud, la cabeza de la
maestra que anteriormente había retado a V yacía destrozada en el piso, con sus órganos regados
en el suelo.
Al próximo imbécil que ose mencionar mi verdadero nombre le meto esta cosa por el culo a su
hijo y se la disparo dentro, hijos de perra. risoteos maniá cos resonaban como ecos diabólicos,
más besos húmedos presionaron el descubierto hombro del infante, dado el diseño de cuello
abierto y es rado de su camisa de deporte. Ya nos vamos, mi ternurita.
Otro disparo resonó en la habitación seguido de una hemorragia crónica protagonizada por el
padre de un tal Kim JongIn.
Menuda mierda de reunión, tengo un hambre que te cagas. Su conejito se limitó a abrazar
su cuello y seguir presionando sus miembros juntos, quizás se estaba volviendo loco, pero aquel
rasgo imper nente de la personalidad de TaeHyung comenzaba a encenderlo. Vaya, vaya, ¿qué
tenemos aquí, mhm?
ti
ti
tí
ti
ti
ti
ti
ti
Sus ojos asomaban un a sbo de diversión en su mirada, las mejillas de Jeongguk estaban calientes
y su nariz había adoptado una tonalidad rosácea, sus ojos entrecerrados del deseo que le
consumía y su boca abierta en forma de "o" dándole un panorama perfecto hacia su lengua.
S-sí... su cabecita baja miraba hacia el asiento de copiloto donde se hallaban sus hermosas
orejitas de conejo, las cuales tomó entre sus manos y acomodó cuan diadema en sus castos
cabellos oscuros.
¿Sí qué? TaeHyung alzó una cena, su niño se portaba muy bien por lo que no debía dejar de
seguir las reglas ni por un minuto,
Sí, papi. movió sus enormes orejas de conejito de un lado a otro, sacudiendo su cabecita
mientras hacía puños con sus labios.
Wo, pwapwi... con la 9mm en su cavidad bucal, intentó ges cular una respuesta inteligible
para V, sabiendo lo hijo de perra que se ponía el mayor.
Una fuerte nalgada azotó su culo y una mueca de dolor pintó su dulce rostro mientras mordía el
metal del arma entre sus dientes, siete azotes del mismo calibre aterrizaron en aquel punto exacto
seguido de ello.
Estaba llorando, sobre-salivando, sudaba y tenía la boca roja. Sus pestañas empapadas de lágrimas
y su culo respingado expuesta hacia la cara del mayor, quien movió el arma hacia su mano
izquierda y apuntó directo en su entrada.
Lloras como una magdalena y tu polla está tan dura que se te va a reventar, eres un jodido
masoquista, bebé.
La humillación ñendo sus mejillas de carmesí, un sen miento oprimiendo su pecho se abría paso
en medio del abrazador golpe de calor en sus partes bajas. Se sen a sumiso y maltratado, su
orgullo estaba herido, su cuerpo estaba siendo abusado.
¿Entonces por qué le gustaba?
ti
ti
tt
fi
ti
ti
ti
fi
tt
ti
tí
ti
ti
M-me due-le~ su vocecita temblaba, su cuerpo se sen a pesado y su interior realmente
necesitaba una polla dentro, más especí camente, la gorda y venosa polla del pelirrojo.
Pues que te duela y te arda, aquí te vas a quedar hasta que yo diga.
M-me v-veng..
TaeHyung abrió las nalgas del menor de par en par y es ró su boca hasta el rosado miembro del
chico joven, tragando su semilla mientras el otro gritaba mordiendo el volante. Un dulzor
agradable se hacía presente en la venido del chico, por lo que procuró tragar todo antes de
con nuar.
ti
fi
ti
ti
ti
tí
ti
Pequeño conejo tonto, no pensarás que porque te viniste te voy a dejar de follar ¿no, dulzura?
Con un hábil movimiento, desató las sogas de los muslos del más joven para abrirlo entre sus
piernas, derramando el lubricante sobre su pene y sobre sus dedos, para nalmente meter el tubo
por la entrada del menor y exprimirlo dentro.
¡Ahhhhh!
Sus dedos empezaron a golpear nuevamente la entrada y su mano izquierda volvía al trabajo
manual en su polla, la imagen frente a él simplemente era maravillosa; sus muslos golpeados, sus
nalgas amoratadas, mordidas en sus mejillas cuyos bordes parecían sangrar un poco, sus muñecas
las madas y su rostro lleno de lágrimas.
¡AHHHHHHHGH!
El pelirrojo sentó bruscamente al joven sobre su polla, aún con sus tres dígitos dentro. No tenía ni
mierda de idea de cómo había entrado, pero estaba sofocando su grueso falo de vein ocho
cen metros y sus dedos parecían no poder salir. La gargan lla cortó sus palabras ante el repen no
movimiento y Jeongguk lloriqueaba por lo bajo del dolor.
Eran vein ocho cen metros, jodidos vein ocho putos cen metros.
Lo peor de todo es que su miembro se había vuelto a endurecer.
¡Sácal-AH!
Bruscas estocadas empezaron a golpear lo más recóndito de su interior, haciéndole sen r como
que le estaban par endo en dos. TaeHyung estaba perdiendo la paciencia, así que con una mano
ayudó al menor a que rebotara sobre su larga y gruesa polla.
Jeongguk ya no sabía qué sen r, el dolor estaba siendo demasiado intenso, pero comenzaba a
gustarle la sensación de poder expandir aún más su estrecha entrada. Golpes fuertes azotaban su
interior mientras que su culo saltaba y sus orejitas de conejo rebotaban en su cabeza.
¿Así es, mi cielo? el pelirrojo acarició sus hermosos cabellos negruzcos, aspirando el aroma
del más joven.
Sí, Taetae~
V besó su hombro, suspirando como el imbécil enamorado que era.
Pequeño consen do. TaeHyung rio por lo bajo, encantado con su chiquito.
Yo a , conejito.
Jeonggukkie levantó su rostro y mostró una sonrisa completa de dien tos de conejo, la cual
TaeHyung besó cariñosamente, rozando sus narices.
Ya era hora de volver a casita para cuidar de su bebé.
ti
tí
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti
ti