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DISEÑO FENOMENOLÓGICO

Definición
Estudio de los fenómenos sociales desde la perspectiva de los actores
sociales. Muchos estudios y trabajos que utilizan este enfoque se autodefinen
como etnográficos. Por motivos etimológicos, de extensión y de tradición
académica (Antropología clásica), los entenderemos diferentes, no tanto en
los métodos como en el objeto de estudio.
Objeto de estudio
Grupos humanos, instituciones sociales. Hablamos de etnografía si se refiere
a un grupo humano cultural o étnicamente diferenciado.
Métodos de recogida de datos
Trabajo de campo, la observación participante y la entrevista en
profundidad. Es decir, conductas observadas y palabras (escritas o habladas).
Desarrollo conceptual abreviado
Entenderemos los diseños fenomenológicos como aquéllos desarrollados por
la Escuela de Chicago. Diferenciaremos éstos frente a enfoques
fenomenológicos (Teoría Fundamentada), entrevistas fenomenológicas,
biografías fenomenológicas, etc., que aunque utilizan la perspectiva
fenomenológica y la postura del investigador es sensible a los enfoques de
los informantes, no definen el trabajo de campo definido en la Escuela de
Chicago.
Por tanto, hacer fenomenología no es hacer un diseño fenomenológico,
aunque en la teorización los puntos de encuentro son comunes, no así en el
diseño metodológico. Aun que resulte reiterativo: Qué no es. No es hacer
una entrevista en profundidad con una perspectiva fenomenológica, o hacer
una biografía fenomenológica tampoco es un diseño fenomenológico.
Con el nombre de Escuela de Chicago suele identificarse a un conjunto de
aportaciones e investigadores de sociología que desarrollaron su trabajo en la
Universidad de Chicago entre 1910 y 1940. A diferencia de la sociología de
inspiración positivista influida por E. Durheim y A. Compte, en la que lo
relevante son los hechos y las causas sociales y no los estados subjetivos de
las personas, la Escuela de Chicago apostó por el estudio de la vida cotidiana
de las personas en las sociedades urbanas, haciendo uso de métodos que la
antropología había adoptado desde finales del XIX y que culminaron en la
etnografía sobre “Las islas Trobiand” (1915) de Malinowski.
La Escuela de Chicago se graduó en el manejo de la observación
participante, la entrevista en profundidad y el trabajo de campo. Definió una
sociología cualitativa preocupada por la persona y sus significados.
Dentro de esta corriente, destacan Taylor y Bogdan (1984), cuya perspectiva
se basa en una fenomenología esencial: “Para el fenomenólogo, la conducta
humana, lo que la gente dice y hace, es producto del modo en que define su
mundo. La tarea del fenomenólogo y de nosotros, estudiosos de la
metodología cualitativa, es apre-hender este proceso de interpretación. Como
lo hemos subrayado, el fenomenólogo intenta ver las cosas desde el punto de
vista de las personas”.
La fenomenología en sociología tiene dos enfoques teóricos primordiales, la
etnometodología y el interaccionismo simbólico. La etnometodología
(Garfinkel, 1967, tomado de Martínez, 2005), se centra en el cómo de la
realidad social y no en el qué. Su posición es estructuralista pues intenta
comprender las estructuras subyacentes que configuran la vida cotidiana.
Para la etnometodología las ciencias sociales son sólo interpretación tomada
de impresiones. Por esto se la considera una corriente postmodernista o
postestructuralista.

En el interaccionismo simbólico destaca Blumer (1969), que postula la


existencia de tres premisas teóricas básicas (tomado de Martínez, 2005):

 1. Los seres humanos actúan en relación con objetos del mundo físico
y de otros seres de su ambiente sobre la base de los significados que
éstos tienen para ellos.
 2. Estos significados se derivan o brotan de la interacción social
(comunicación, entendida en sentido amplio) que se da en medio de
los individuos. La comunicación es simbólica, ya que nos
comunicamos por medio del lenguaje y otros símbolos; es más, al
comunicarnos creamos o producimos símbolos significativos.
 3. Estos significados se establecen y modifican por medio de un
proceso interpretativo: “el actor selecciona, modera, suspende,
reagrupa y transforma los significados a la luz de la situación en que
se encuentra y la dirección de su acción. Los significados son usados y
revisados como instrumentos para la guía y formación de la acción”.

Mead es sin duda la otra figura clave del Interaccionismo Simbólico y de los
desarrollos epistemológicos de autores como Berger y Luckmann que
destacan por su obra “La contrucción social de la realidad”, un estudio sobre
el conocimiento de la vida cotidiana.
Lo más destacado de la Escuela de Chicago, en el desarrollo de Taylor y
Bog-dan, es su posicionamiento, más descriptivo que interpretativo. No
buscan tanto el ordenamiento conceptual como la comprensión social a
través del texto. Que la gente esté presente en los discursos.
Desde un punto de vista metodológico, la actitud fenomenológica se traduce
en un proceso concreto que toma como referencia a la propia gente, lo que
cuenta y el significado que la gente le atribuye a sus palabras. Para saber
sobre lo que la gente cuenta, lo que le pasa y sus significados hay que
interaccionar con ella, observarla en su medio y escucharla. Esto determina
los métodos para la recogida de datos citados más arriba. Para el análisis,
Taylor y Bogdan, proponen tres etapas secuenciales (ver la tabla 2).
Estudios basados en diseños fenomenológicos
García, María T. Miret, and Álvaro Bernalte Benazet. "Acompañar a los
enfermos en la antesala del final de su ciclo vital." Revista de Enfermería y
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¿Cómo formular los objetivos de una investigación cualitativa?

La investigación consta de diferentes fases que en sí mismas constituyen un


reto y una oportunidad para hacer de cada investigación un proceso a la
medida de las necesidades. Al llevar a cabo cada una de las fases con cuidado
y rigurosidad, es posible orientar los esfuerzos hacia el núcleo de interés y
obtener la información pertinente de acuerdo con el problema que dio paso a
la realización de la investigación.

Teniendo en cuenta el planteamiento de Tamayo y Tamayo (2.005) el cual


dice: “los objetivos son el enunciado claro y preciso de los propósitos por los
cuales se lleva a cabo la investigación”, y de Cerda (2.000) que los define
como “las metas, propósitos, fines, logros precisos y concretos del estudio”, es
necesario reconocer los objetivos como el eje central de cualquier
investigación, y por tanto, el planteamiento de los mismos constituye la
fase más importante del proceso investigativo, pues como dice Guanipa
(2.008) “los proyectos de investigación pueden fracasar principalmente por
falta de objetivos claramente definidos”.

A pesar de la relevancia de los objetivos en la investigación, no existen


fórmulas establecidas ni consenso entre los autores en cuanto a la manera
adecuada de redactarlos, y queda bajo la responsabilidad de quien realiza el
planteamiento de cada investigación el expresar en ellos fielmente lo que se
espera alcanzar y la forma para hacerlo.

En torno a este tema, Hurtado de Barrera (2.008) expresa: el objetivo general


orienta la investigación (guía para dónde va el estudio) y permite mantener
una constante referencia en el trabajo a ejecutarse; mientras los objetivos
específicos (según Guanipa 2.008), son las acciones concretas a cumplir
por parte del investigador para alcanzar el objetivo general. Esta misma
autora, precitada, menciona: “en la redacción de los objetivos se deben
seleccionar las palabras que más se adecuen con exactitud al propósito
investigativo, ya que al tener adecuadamente definidos los objetivos, tanto
los métodos como las técnicas a utilizar serán seleccionados de manera
pertinente y cónsona con la naturaleza de la investigación”.

En este orden de pensamientos, y en el contexto de la investigación de


mercados, para redactar los objetivos de un estudio cualitativo se deben tener
en cuenta los siguientes aspectos:

- Con la investigación cualitativa de mercados se busca información que


permita describir y/o comprender las subjetividades de las
personas alrededor de un producto, servicio, situación y no la medición de la
realidad.

- Se debe tener claridad sobre las necesidades de información ¿qué se


quiere saber?, ¿con relación a qué o quién?, ¿para qué se quiere tener esa
información?

-Las metodologías disponibles para recolectar la información (entrevista a


profundidad, grupo focal, acompañamiento etnográfico, etc.).
- El tiempo y los recursos (económicos y humanos) disponibles para llevar a
cabo la investigación.

- Redactar claramente un único objetivo general que guíe el estudio.

- Cada objetivo específico puede dar respuesta a varias preguntas, por lo


cual, no se requiere un objetivo específico para cada pregunta planteada.

- No se debe incluir en los objetivos verbos y términos asociados a


aspectos cuantitativos como: medir, calcular, estandarizar, calificar, nivel,
variable, porcentaje, etc.

- Utilizar palabras que permitan conocer cuáles resultados se esperan


obtener con el estudio, tales como: agrados/desagrados,
fortalezas/debilidades, motivadores/inhibidores, áreas de oportunidad,
pensamientos, sentimientos, percepciones, creencias, razones, etc.

- Iniciar cada objetivo con un verbo en infinitivo (es decir, terminado en ar,
er, ir) que indique la profundidad esperada en los hallazgos de la
investigación, permita seleccionar las técnicas más adecuadas para la
recolección de la información y las acciones a realizar para alcanzar los
propósitos de la investigación. Algunos verbos que pueden ayudar en la
redacción de los objetivos son: explorar, conocer, sondear, caracterizar,
clasificar, comparar, describir, identificar, diagnosticar, definir, profundizar,
analizar, comprender, entender, explicar, establecer, etc.

- Finalizar cada objetivo con un complemento en donde se incluya el


¿qué? y el ¿con respecto a qué?, es decir, mencionar qué se quiere investigar
(pensamientos, creencias, estilos de vida, comportamientos, hábitos,
emociones, percepciones, motivadores, agrados, inhibidores, debilidades,
fortalezas, razones…) y con respecto a qué se quiere investigarlo (marca,
productos, servicios, experiencia…) para así incluir en el objetivo la
información pertinente y evitar que quede incompleto.

Estos son aspectos básicos para la redacción de objetivos (principalmente en


el ámbito de la investigación cualitativa de mercados) y aunque constituyen un
punto de partida sólido, se requiere de la práctica constante para lograr
formular objetivos claros y precisos que no necesiten ser explicados para
comprenderlos.

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