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TEMA 2.

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Esmeralda4

Aprendizaje y Condicionamiento

1º Grado en Psicología

Facultad de Psicología
Universidad Autónoma de Madrid

Reservados todos los derechos.


No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
TEMA 2: La “conducta provocada” y su modificación: Aprendizaje pre–
asociativo

En este tema nos ocuparemos de los cambios cuantitativos (en intensidad) que experimentan los reflejos al
repetir los estímulos desencadenantes: Aprendizaje pre-asociativo.
Esos cambios constituyen las formas más elementales de aprendizaje (protoaprendizaje).

Dado que en estos casos se trata de reacciones desencadenadas automáticamente por algún evento
ambiental, sin necesidad de que intervengan procesos asociativos o de aprendizaje previos, se habla de
‘conducta provocada’.
Aunque se trata de reacciones innatas, pueden sufrir cambios con la experiencia.

No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
Ejemplo: una situación que de forma ineludible provoca una respuesta emocional, si esa situación se repite
cambia la reacción a raíz de esta experiencia; sobre todo si esas repeticiones son contiguas en el tiempo.

1. LOS REFLEJOS
§ Reacciones innatas, por lo general simples, disparadas por un estímulo desencadenante.
Ejemplo: reflejo parperal (cerrar los párpados).
Se disparan automáticamente ante estímulos específicos y predeterminados: un objeto que se aproxima
rápidamente al ojo; mientras que si cerramos los ojos de forma voluntaria, podemos hacerlo por muchas
razones diferentes.

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§ Son respuestas adaptativas rápidas, que no necesitan ser aprendidas. Son útiles para la
supervivencia. Intervienen en múltiples actividades importantes para sostener las funciones vitales.

§ También hay reacciones reflejas complejas, como las ‘pautas fijas de acción’ en algunas especies
animales, o ciertas reacciones emocionales en personas. Están integradas por secuencias
estereotipadas de respuestas.
Ejemplo: cuando los salmones, llegado el periodo correspondiente, remontan la corriente del río con gran
esfuerzo y riesgo para su vida, para desovar y reproducirse en zonas propicias, lo hacen en la primera
temporada tras haber nacido, sin necesitar experiencia de aprendizaje. Es una reacción que resulta de la
concatenación de diferentes acciones.
Ejemplo 2: rito de cortejo ante cierto elemento disparador (como una mancha en la hembra): lleva a una
serie de bailes, demostraciones de poder…

Boakers y Watson poniendo a prueba en la ‘barra-fija’ el reflejo palmar de la joven atleta. En los humanos
recién nacidos los reflejos son parte importante de su repertorio conductual. Los bebés son capaces de
sujetarse, incluso de sostener todo su peso, gracias al reflejo palmar. El reflejo tiene su ciclo vital y acaba
desapareciendo.

A nivel neurológico, en las respuestas reflejas:


§ Intervienen como mínimo 3 tipos de neuronas / haces neuronales (nervios):
1) Sensitivas / aferentes: detectan la información, el estímulo desencadenante del reflejo.
Transmiten el mensaje sensorial al sistema nervioso central.
2) Motoras / eferentes: transmiten los impulsos para la ejecución de la reacción.
3) Interneuronas: conectan entre sí las dos anteriores.
Ejemplo: subida repentina de temperatura cuando ponemos la mano encima de algo caliente. La neurona
sensitiva lleva la información al sistema nervioso central, frecuentemente a la médula espinal; de allí
arrancan neuronas motoras que controlan la reacción o ejecución de la respuesta refleja (retirar la mano
inmediatamente) y, normalmente, también interviene una interneurona que conecta la sensorial con la
motora.

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§ Estos tres elementos conforman el ‘arco reflejo’ que, al estar integrado por células sensorio-motoras
específicas, hace que las distintas reacciones reflejas solo sean desencadenadas por un conjunto
limitado de estímulos.
El arco reflejo puede operar a nivel medular, aunque también suele transmitir señales al ser modulado desde
el cerebro. El cerebro interviene en la regulación/modulación del reflejo, pues las neuronas sensitivas
derivan información hacia el cerebro para informarle acerca de lo que ocurre.
Ejemplo: un faquir que esté acostumbrado a entrar en contacto con fuego y aguantar, puede no reaccionar de
forma refleja ante el estímulo antes descrito, retrasar la respuesta o reaccionar más despacio. Y al revés, si
una persona sospecha que la encimera puede quemar, puede que retire la mano antes que quien la toca sin
querer. Es una potenciación del reflejo regulada desde el cerebro: reaccionas preventivamente.

No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
§ Esto implica que la intensidad del reflejo ante un estímulo desencadenante puede variar por
razones psíquicas: manejadas desde el cerebro.

2. CAMBIOS EN LOS REFLEJOS


La noción de aprendizaje con la que acabamos el tema 1 no encaja del todo con la del tema 2. Esa noción
estaba pensada para el aprendizaje asociativo conductual.
Esta es una forma más básica y elemental del aprendizaje, a veces se denomina protoaprendizaje, aunque sea
un cambio producido en la conducta producido por la experiencia; no implica un cambio en el conocimiento
de antes.

Descartes fue el primero en formalizar el concepto de ‘reflejo’.

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Pese a ser innatos, los reflejos pueden cambiar con la experiencia, para adaptarse. Uno de los hechos más
llamativos de la conducta es su plasticidad.
La repetición del estímulo desencadenante unas veces reduce (habituación) y otras incrementa
(sensibilización) la respuesta refleja.
Ambos son cambios meramente cuantitativos: no conllevan asociaciones nuevas. Son formas muy
elementales (preasociativas) y complementarias de aprendizaje, o protoaprendizaje.
El cambio en la respuesta no es producto del desarrollo de ninguna asociación nueva, sino que solo se trata
de modificaciones en la intensidad de la reacción refleja.

a. Habituación
§ Reducción progresiva de los reflejos al repetirse los estímulos desencadenantes.

§ Es lo que suele ocurrir, sobre todo cuando los estímulos desencadenantes no resultan nocivos (es lo
práctico) ni son muy intensos, o que el organismo no los considera como nocivos.

§ Especificidad en cuanto a los estímulos ante los que se observa. Desarrollada habituación ante un
estímulo específico, la atenuación de la responsividad resulta específica para ese elemento u otros
muy similares. A su vez, el hecho de que estímulos parecidos al habituado, pero que no aparecieron
durante el proceso de habituación, también dejen de generar respuesta indica cierta generalización.

Es un cambio mediado por procesos neurológicos centrales. Hay un cambio en la transmisión sináptica de
las conducciones que intervienen en la conducta refleja, a raíz de la repetición del estímulo desencadenante.
Esto lo pone de manifiesto la deshabituación: la intromisión de otros estímulos intensos y novedosos
durante el proceso de habituación a un desencadenante suele dar lugar a la recuperación parcial de la
respuesta habituada a ese evento.
No debe confundirse con otros cambios periféricos, como el cansancio o la adaptación sensorial (vemos
menos al entrar en una sala oscura después de haber estado al sol; al cabo del tiempo, vemos de forma
normal gracias a la dilatación pupilar).
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El organismo deja de responder al estímulo aun cuando siga siendo perfectamente capaz de sentirlo y de
llevar a cabo las reacciones necesarias para responder.

Intensidad: parámetro importante de los estímulos desencadenantes. Cuanto más débil es, más fácilmente se
habitúa.

b. Sensibilización
§ Incremento del reflejo al repetirse el estímulo desencadenante.

§ Tiende a producirse cuando el estímulo desencadenante resulta nocivo.

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§ Aun así, suele acabar por aparecer habituación, si el sistema no sucumbe en esas repeticiones.
Somos capaces de habituarnos casi a cualquier cosa.
Ejemplo: en el ámbito emocional.
Ejemplo 2: reflejo defensivo en gatos ante descargas sucesivas de diferentes intensidades. No son
destructivas. Se compara siempre con la reacción que tuvieron la primera vez que se aplica el
desencadenante. Se repite el desencadenante y se mide cada vez la reacción defensiva.
– Descarga débil: habituación.
– Descarga media: cierto incremento a partir de la segunda vez (sensibilización), pero finalmente
acabó habiendo habituación.
– Descarga fuerte: sensibilización, aunque luego acabó reduciéndose (sin llegar a cruzar la línea base;
es decir, no hubo habituación respecto al nivel base, sino respecto al nivel máximo que se alcanzó).
Si, entre medias, pasa mucho tiempo, puede ser que partamos de nuevo de la misma línea base.

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§ Pseudocondicionamiento: manifestación especial de sensibilización. Recuerda al condicionamiento
pavloviano, pero no es el mismo.
– A raíz de la exposición al estímulo desencadenante de un reflejo, este puede aparecer
también ante estímulos desencadenantes que antes no lo provocaban (o aumentarlo, si
ya lo provocaban).
– Esta manifestación de sensibilización (conocida como pseudo-condicionamiento) no
responde a asociación entre esos estímulos.
Ejemplo: si una persona ha sufrido repetidas veces una descarga eléctrica y se ha hipersensibilizado, puede
ser que un sonido, una luz, una palabra… desencadenen la respuesta refleja, incluso aunque no se
presentaran de forma contigua en ningún momento. Es decir, nunca se ha producido una asociación.
Esto significa que la sensibilización no es tan específica y restringida como la habituación en cuanto a los
estímulos que la desencadenan. Además, un estímulo que ordinariamente produce habituación puede generar
sensibilización en individuos traumatizados o excitados.

§ Migraña: dolores de cabeza primarios. Hipótesis del trabajo: alteración de la habituación y la


sensibilización. Puede ser que el proceso de habituación no funcione de la misma manera que en el
resto de personas. Habituación deficiente e hipersensibilidad.
– En la migraña, el cerebro de estas personas se caracteriza por una falta de habituación de
la respuesta que provocan los estímulos cuando se repiten.
Ejemplo: hay un ruido en casa del que no somos conscientes porque nos hemos habituado. Únicamente
detectas la ausencia del estímulo cuando deja de escucharse.
En las personas con migraña, las personas tienen el sistema nervioso alterado y no se habitúa a los
estímulos.
– Este procesamiento anormal de la información entrante alcanza su máximo unos pocos
días antes de comenzar el ataque de migrañas. Una fase en la que también se puede
manifestar la presencia de sensibilización; no solo la falta de habituación.
Implicación práctica: la investigación en la migraña puede progresar de forma importante dependiendo de
una mejor comprensión de los mecanismos que subyacen a la habituación y sus mecanismos. Así se
averiguaría la causa de su déficit de habituación.

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Conclusión: que la repetición de un estímulo que desencadena un reflejo produzca habituación o
sensibilización depende principalmente de los atributos de la estimulación y del estado de los individuos. Es
probable que se produzca sensibilización ante la repetición de eventos peligrosos o dolorosos y en
individuos que se encuentran excitados.

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3. PATRÓN DE LAS RESPUESTAS EMOCIONALES Y SU CAMBIO
¿Qué sucede cuando se repite un estímulo desencadenante de una reacción emocional? (de forma innata,
refleja). Esta es una reacción compleja.
Hay eventos que provocan reacciones complejas, como aquellas que desencadenan las reacciones
emocionales o las drogas psicoactivas.
Muchas respuestas emocionales suelen evolucionar de forma parecida cuando se repite su desencadenante.

v Cuando tiene lugar una vez


La conducta tiene que ver con el desencadenante, pero no interesa el tipo de emoción que provoque
(valencia positiva o negativa) sino el patrón emocional.

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Al margen de la emoción concreta, esta suele mostrar un curso bifásico característico: patrón estándar de
la dinámica afectiva (PEDA).
Hablamos de eventos emocionales transitorios, para analizar tanto sus efectos como lo que ocurre cuando
desaparecen. Ejemplo: drogas psicoactivas, amor, lotería, muerte de un ser querido (en caso de estímulo
transitorio o reversible: que se deba a una equivocación y se informe tras un tiempo de esto).
Registramos cómo cambia la reacción a partir de la línea base cuando aparece un estímulo desencadenante.
Reflexionamos acerca de la evolución de la emoción ante desencadenantes presentados en el tiempo.

Se observa típicamente que, a raíz de la exposición al desencadenante (ejemplo: dosis de cocaína, una droga
estimulante), el sistema entra en un estado de máxima emoción al poco tiempo de estar expuesto (pico de la
reacción afectiva primaria). Conforme transcurre el tiempo, esa emoción continúa pero se reduce la
intensidad, se reduce el pico y se entra en una fase de adaptación al estímulo: nivel más bajo y estable de la
emoción.
Si llega un momento en que desaparece la incidencia de la situación desencadenante (periodo de actividad
farmacológica delimitado para la droga, al cabo de horas apenas quedan restos de ella en el sistema
metabólico), cruzas la línea base y entras en un estado emocional opuesto al que disparó el desencadenante
(posreacción afectiva). Con el paso del tiempo también ese estado emocional se irá desvaneciendo
progresivamente, hasta regresar a la línea base.
El PEDA es común para cualquier situación de gran emoción, en general.

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v Cuando se repite la situación desencadenante
También es un patrón bifásico. En la imagen anterior, el patrón de la derecha se correspondería a la enésima
exposición al estímulo desencadenante.
§ Pierde fuerza la reacción afectiva primaria. El pico de reacción primaria es fuerte, más fuerte la
primera vez que las sucesivas veces.
§ Gana intensidad la posreacción afectiva. La posreacción afectiva es menos intensa la primera vez
que las sucesivas veces. También se vuelve más duradera.

La reacción emocional primaria también se conoce como estado A, y la posreacción afectiva como estado B.

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4. TEORÍA DE LOS PROCESOS OPONENTES
Se ha intentado explicar tanto PEDA como su cambio cuando se repite, mediante la hipótesis de los
procesos oponentes (PO), una teoría de proceso-dual orientado a mantener el equilibrio en el sistema.

En los organismos existe tendencia a mantener un equilibrio en los parámetros psicobiológicos:


homeostasis. Cuando una fuerza externa rompe la homeostasis, el organismo pone en marcha un proceso
compensatorio / oponente. El estado resultante depende de la correlación de ambas fuerzas.

El sistema neuropsicológico también tiene tendencia a poner en marcha reacciones compensatorias que
ayuden a recuperar la homeostasis emocional si se produce un desequilibrio.
Esto sucede porque, en esas situaciones en las que una circunstancia nos arrastra hacia un pico emocional, el
estado del organismo responde a dos procesos:

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§ Proceso a: lo pone en marcha la situación que desencadena la emoción
§ Proceso b: algún tipo de reacción o proceso compensatorio que pone en marcha el sistema para
recuperar el equilibrio, la homeostasis.
Si restamos: ‘proceso a – proceso b’, según cuál sea más potente estaremos en un estado A consistente en la
experimentación de la reacción afectiva primaria, o B, consistente en la experimentación de la posreacción
afectiva. El estado en que nos encontramos en cada momento es resultado de dos procesos, de la fuerza
relativa de A y B.

Resumen de la teoría
1) Drogas y situaciones emotivas son ‘agresiones’ que rompen mediante algún mecanismo el equilibrio
orgánico: proceso a.
2) Para recuperarlo, los organismos ponen en marcha operaciones de compensación: proceso b.
El estado psíquico en cada momento es resultado de sustraer de a la influencia de b.

3) Con la repetición del estímulo desencadenante cambia la correlación de fuerzas entre a y b.


Mientras el proceso a no cambia, b cada vez opera con mayor celeridad, intensidad y persistencia.

Esto permite explicar la pauta bifásica de PEDA, y su cambio al repetirse el estímulo desencadenante.

§ La primera vez à a > b


§ Luego à b > a

El proceso antagónico puesto en marcha para contrarrestar la “agresión” responsable de la reacción afectiva
primaria inicialmente no resulta demasiado eficaz, por ponerse en marcha de forma reactiva (algo tarde) y
sin intensidad suficiente para anular por completo los efectos del evento desencadenante. Con la exposición
reiterada al evento el sistema “aprende” progresivamente a protegerse.

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Los procesos oponentes subyacentes serían los procesos que ocurren en realidad. La respuesta afectiva

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observable es el resultado de restar a – b.

Con la exposición repetida a la situación que altera la homeostasis, aunque el proceso a sea el mismo (el
sistema vuelve a llevar a cabo la bioquímica de la nueva dosis de morfina, por ejemplo), la reacción
compensatoria (dejar de producir endorfinas) alcanza intensidades mayores y se mantiene durante más
tiempo.

Los organismos poseen su propio mecanismo cerebral de producción de sedantes naturales, las
endorfinas. Cuando un organismo recibe este tipo de sustancias exógenas, reduce la producción interna
de endorfinas como reacción compensatoria. Esto explica parte de la progresiva tolerancia de las drogas.

Al restar, puede que a gane un poquito al principio, pero pronto llega el momento en que tiene más
fuerza la reducción de producción de endorfinas que el efecto de la morfina. Nivel de producción
bajísimo de endorfinas: caes en un estado de inquietud, hipersensibilidad, molestia.

Parece una habituación, pero realmente es una situación de sensibilización de la reacción


compensatoria, que cada vez funciona mejor. Pero el efecto de la situación desencadenante es cada vez
mejor, nos habituamos gracias a ese proceso de sensibilización.

Aunque se trata de un planteamiento en buena medida especulativo, hay alguna evidencia, como por
ejemplo con drogas como la morfina o la heroína.
Al final los adictos se ven atrapados no por el placer que les proporcionan los narcóticos, sino por la
necesidad de reducir el sufrimiento que les produce su abstinencia.

¿Por qué el proceso b es cada vez más intenso? La reacción compensatoria es mayor cuando afrontamos
las situaciones desencadenantes de la emoción de la misma manera, en el mismo contexto.
Ejemplo: consumimos cocaína los viernes a las 9 de la noche con los amigos en un lugar concreto, con
determinada música…
Se observa que el efecto de la droga, con uso repetido, es cada vez menor cuando lo hacemos de la
misma manera. El organismo se acostumbra más, es más fácil compensarlo. La misma situación actúa

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como estímulo condicionado; en esa situación, el organismo pone en marcha la situación compensatoria
(incluso aunque no se consuma droga). Aprendizaje por condicionamiento.
En un contexto nuevo, hace de nuevo más efecto. Si hay sobredosis, se soporta peor en nuevos
contextos.

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