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ECONOMIA DESCRIPTIVA
2022
Este material fue actualizado, en una primera etapa, por Verónica Amarante y Álvaro
Salazar. En el año 2013, la actualización estuvo a cargo de Mercedes Comas, en el año
2016 por Federico Araya y Gabriela Pedetti y en el año 2018 por Federico Araya y Susana
Ramela.
2
1 Objetivos, usos y fuente de datos de las estadísticas sobre mercado de trabajo
Por un lado, el mercado laboral está estrechamente ligado con la actividad productiva de
la economía; los aspectos coyunturales del mercado laboral se explican por los vaivenes
de la actividad económica, y a su vez ayudan a dimensionar mejor estas fluctuaciones. Por
otro lado, el ingreso proveniente del mercado laboral constituye una parte fundamental del
ingreso de los hogares (alrededor del 70% en Uruguay), por lo que resulta relevante la
consideración de lo que acontece en el mercado laboral para evaluar el bienestar de las
familias, a través de algunos indicadores, como por ejemplo los de pobreza y distribución
del ingreso. En el mismo sentido, el análisis de las variables vinculadas al mercado laboral
es imprescindible para el diseño de políticas económicas, específicamente de políticas de
empleo1 y de capacitación laboral2, y para definir la orientación del sistema educativo.
Asimismo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) define a las empresas como “el
motor de la creación de empleo”, ya sea asalariado o por cuenta propia. Tanto las
características del capital humano, como las del mercado de trabajo, hacen parte de los
factores que inciden en la competitividad y atractividad de un país o territorio3. Las
estadísticas de mercado laboral también resultan útiles para una empresa que, por
ejemplo, esté evaluando la instalación o ampliación de sus actividades en determinado país
o zona. A esta empresa le será de gran utilidad contar con información clasificada de la
población, como por ejemplo cual es el nivel educativo de la mano de obra, en qué área
geográfica residen, cual es la proporción de varones y mujeres, qué edad tienen, y otras
variables relevantes. De este modo podrá prever posibles ventajas y desventajas en la
contratación de mano de obra, etc.
El estudio del mercado laboral permite conocer el potencial productivo del país en lo que
refiere a los recursos humanos y su calificación. Para la concreción de la producción de un
país, uno de los factores productivos fundamentales es el capital humano, entendido no
sólo como el número de trabajadores disponibles sino considerando también su
1 Es el caso, por ejemplo, de las llamadas políticas activas de empleo. La Organización Internacional del
Trabajo (OIT) en su Estudio “Soluciones Eficaces: Políticas activas del Mercado de Trabajo en América Latina
y el Caribe” menciona entre sus múltiples objetivos: aumentar el empleo, reducir la desigualdad, mejorar la
movilidad y calidad del empleo y reducir la pobreza. Si bien las políticas activas de empleo más comunes son
las vinculadas a la capacitación, también las hay relativas a: apoyo al trabajo por cuenta propia y al
emprendimiento, servicios públicos de empleo o de mercado de trabajo, programas de empleo público,
subvención al empleo, políticas empresariales (de crédito productivo, por ejemplo), etc.
2 En Uruguay mayoritariamente a cargo del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (INEFOP).
creado por Ley Nº 18.406 del 24 de octubre de 2008. Éste se integra en forma tripartita (Estado, trabajadores
y empresas) y tiene como principal cometido ejecutar políticas de formación profesional y fortalecimiento del
empleo de los trabajadores y trabajadoras del Uruguay. Se financia con recursos del Fondo de Reconversión
Laboral (FRL).
3 El mercado de trabajo y las características del capital humano de un país se vinculan, por ejemplo, a varios
de los 12 pilares que se tienen en cuenta para la construcción del Indice de Competitividad Global diseñado
y elaborado anualmente por el Foro Económico Mundial.
3
“formación”. El concepto de capital humano surge por analogía al de capital físico. Así como
las empresas invierten en capital físico, los individuos invierten en capital humano,
principalmente educación4, para obtener mayores retornos (salarios) en el futuro. La
acumulación de capital humano de los individuos permite que el país cuente con recursos
humanos calificados para llevar adelante su producción. Se precisa una oferta educativa
adecuada para proporcionar las calificaciones que se demandan, y que varían con el
cambio tecnológico.
Por las razones expuestas, todos los países realizan esfuerzos de recopilación de
información referida al mercado laboral, y lo hacen siguiendo criterios internacionales que
permiten la comparación de las estadísticas laborales de distintos países. En nuestro país,
el organismo encargado de la recolección de esta información es el Instituto Nacional de
Estadística (INE), que recopila esta información atendiendo a las recomendaciones y
definiciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Estas recomendaciones
surgen de la Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo (CIET), donde se
formulan y revisan criterios internacionales sobre diversos aspectos de las estadísticas de
mercado laboral (trabajo decente, horas de trabajo, medición del empleo informal,
integración del género, seguridad y salud en el trabajo, afiliación sindical y
acuerdos/convenios de negociación colectiva).
4
Adolescencia y Juventud, realizadas en 1990, 2008, 2013 y 2018 que contienen un módulo
específico sobre la situación particular de la juventud en el mercado laboral.
5
2 Clasificación de la población
También identifica cinco formas de trabajo “en función del destino previsto para la
producción (para uso final propio o para el consumo de terceros, esto es, de otras unidades
económicas) y de la naturaleza de la transacción (es decir, transacciones monetarias o no
monetarias y transferencias). Ellas son:
Estas categorías son excluyentes pero las personas pueden trabajar en más de una de
ellas.
A los efectos de obtener indicadores del mercado de trabajo y según las recomendaciones
de la OIT se clasifica la población a distintos niveles siguiendo diversos criterios.
Cada persona puede ser clasificada en alguno/s de los grupos que se muestran en el
siguiente diagrama:
6
POBLACIÓN TOTAL (PT)
POBLACIÓN EN POBLACIÓN NO EN
EDAD DE EDAD DE TRABAJAR
TRABAJAR (PET) (PET)
POBLACIÓN POBLACIÓN
ECONOMICAMENTE ECONOMICAMENTE
ACTIVA (PEA) INACTIVA (PEI)
TRABAJADORES
INACTIVOS PLENOS
OCUPADOS (O) DESOCUPADOS (D) DESALENTADOS
(IP)
(TD)
TIEMPO TIEMPO
PARCIAL COMPLETO
En un primer nivel, la población total (P.T.) del país puede ser clasificada en dos grupos,
de acuerdo con su edad. Por lo tanto, una primera distinción es entre población en edad
de trabajar (P.E.T.) y población no en edad de trabajar (P.N.E.T.).
En Uruguay el INE estableció como límite para la PET los 14 años, es decir que la
Población en Edad de Trabajar en Uruguay son los individuos de 14 años y más7. Sin
embargo, fuera de estas mediciones continuas, el propio instituto ha adoptado criterios
distintos. En los CHPV la edad límite para trabajar es de 12 años en pos de mantener la
comparabilidad con los CHPV realizados por el país décadas anteriores. En ningún caso
el INE ha fijado edad máxima8, de modo que sin importar cuantos años tenga la persona
siempre se la considera en edad de trabajar. Otros países, respondiendo a las
características propias de su población, fijaron distintos topes. Por ejemplo, la edad mínima
para ser considerado en edad de trabajar en Egipto son 6 años, en Brasil 10 años y en
Suecia, Inglaterra y Estados Unidos 16 años.
Puede argumentarse que los distintos límites fijados por las oficinas estadísticas de cada
país introducen heterogeneidad en las mediciones y por ende invalidan las comparaciones
internacionales. Por ejemplo, para un mismo mercado laboral, un indicador que refleje el
cociente entre la población en edad de trabajar y la población total será mayor cuando
menor sea la edad mínima para ser considerado en edad activa. Frente a este argumento
se señala que lo heterogéneo no es la forma de medir el mercado de trabajo sino el
mercado mismo. Si lo habitual en un área rural es que los niños trabajen desde los 10 años
y es igualmente habitual que ellos se incorporen a los 15 años en áreas urbanas, entonces
lo correcto es medir esas realidades tal cual ellas son. Bajo esta óptica debe tenerse en
7 Sin embargo, hay que tener presente que en Uruguay se permite trabajar legalmente a partir de los 15 años.
Además, para los menores de 18 años se debe tramitar un permiso del Instituto del Niño y del Adolescente
(INAU) y no está permitido que estos adolescentes realicen ciertas tareas que puedan atentar contra su salud.
8 Es importante señalar que la OIT tampoco recomienda fijar edad máxima y por lo tanto el INE sigue este
criterio
7
cuenta que la fijación de un límite mínimo a partir del cual se considera a una persona en
edad de trabajar, obedece a un criterio de lo habitual y no de lo "deseado" o "ideal". Si en
un país los niños trabajan, las estadísticas deben reflejar este hecho, tomando como cota
inferior para ser considerado en edad de trabajar la edad en que las personas realmente
se integran al mercado de trabajo.
En este nivel, es necesario hacer dos precisiones: una respecto al concepto de actividad
económica y otra respecto al período de referencia. A partir la decimotercera C.I.E.T.
(1982), se define el concepto de actividad económica en términos de la producción de
bienes y servicios tal como han sido establecidos en el Sistema Revisado de Cuentas
Nacionales (SRCN) de Naciones Unidas. Una persona será considerada económicamente
activa si y solo si contribuye o busca contribuir a la producción de bienes y servicios que
están dentro de los límites de producción del SRCN, (este tema es una unidad específica
de estudio en este curso). Por ejemplo, una persona que realiza tareas domésticas para
autoconsumo del hogar al que pertenece será considerada económicamente inactiva,
mientras que una persona que venda sus servicios como trabajadora doméstica a otro
hogar será considerada económicamente activa en las estadísticas laborales.
8
trabajadores desalentados (T.D.) o desocupados ocultos (D.O.) en contraposición con
los demás inactivos, inactivos plenos (I.P.), que no tienen vinculación actual ni potencial
con el mercado de trabajo. Estos trabajadores desalentados, al igual que los
desempleados, representan recursos humanos ociosos, pero no son captados como
desocupados, ya que figuran como inactivos. Es por ello que se argumenta que la tasa de
desempleo subestima el verdadero desempleo durante las recesiones económicas. En
Uruguay, la Encuesta Continua de Hogares indaga sobre este fenómeno. A las personas
no ocupadas se les pregunta si buscaron trabajo la semana anterior a la encuesta y en
caso de que la respuesta sea negativa, se les consulta acerca de las razones por las cuales
no lo hicieron. Si la persona contesta que no buscó trabajo la semana anterior, pero buscó
antes, no encontró y dejó de buscar, entonces se la considera como un trabajador
desalentado. Para el año 2017, en Uruguay dentro de las personas no ocupadas que no
habían buscado trabajo la semana anterior a la encuesta, solamente el 1,2% (alrededor de
13.000 personas) respondían la opción mencionada anteriormente.
P.E.A. = O + D
9 Si bien la última Conferencia de la OIT recomienda cambiar este criterio y define a las personas ocupadas
como todas aquellas personas mayores de una edad especificada que, durante un período de referencia corto,
se dedicaban a actividades de producción de bienes y prestación de servicios a cambio de remuneración o
beneficios, el INE hasta el momento no ha incorporado este cambio y, por lo tanto, los trabajadores familiares
no remunerados siguen considerándose ocupados.
9
Al interior de los ocupados se pueden distinguir los trabajadores que no presentan
restricciones (ocupados plenos) y aquellos donde existen algunas restricciones. Estas
restricciones se analizan en detalle en la sección siguiente.
Dentro de los ocupados plenos se incluyen los trabajadores de tiempo completo y quienes
trabajan a tiempo parcial voluntariamente.
Las personas desocupadas son todas las personas de 14 o más años de edad que durante
el período de referencia no estaban trabajando por no tener un trabajo, pero que buscan
hacerlo, y se encuentran disponibles para comenzar a trabajar. Esta categoría comprende
a las personas que trabajaron antes, pero perdieron su empleo (desocupados propiamente
dichos) y aquellas que buscan su primer trabajo. Dentro de los primeros, se incluyen
quienes reciben un subsidio estatal (Seguro de Paro). El grupo de desocupados que
buscan trabajo por primera vez está compuesto mayoritariamente por jóvenes que ingresan
al mercado laboral.
3 Calidad en el Trabajo
10
de conceptualizar y cuantificar aquellos trabajos que presentan restricciones o carencias
de algún tipo, que suelen denominarse trabajos de menor calidad. Probablemente la noción
más abarcativa y reciente en ese sentido es la de trabajo decente, concepto adoptado por
la OIT desde 1999. En su definición original, se considera trabajo decente al trabajo
productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad, en el cual los
derechos son protegidos y que cuenta con remuneración adecuada y protección social
(OIT, 2008).
Según Anker et al. (2003) “el trabajo productivo es esencial para que los trabajadores
tengan medios de subsistencia aceptables para sí mismos y sus familias, así como
también para que las empresas y los países alcancen un nivel de desarrollo duradero y
sean competitivos”
En lo que refiere al trabajo en condiciones de libertad, la OIT enfatiza que “las personas
deben escoger libremente el trabajo y que en el siglo XXI no son aceptables determinadas
formas laborales, como el trabajo en servidumbre o esclavitud y el trabajo infantil.
Asimismo, este principio implica que los trabajadores deben tener absoluta libertad para
afiliarse a las organizaciones sindicales y que no deben sufrir discriminación” (Anker et
al., 2003).
La seguridad laboral refiere a “la necesidad de salvaguardar la salud, las pensiones y los
medios de vida, y de proporcionar la adecuada protección financiera y de otra índole en
caso de enfermedad u otras eventualidades. Además, reconoce la necesidad que tienen
los trabajadores a que se pongan límites a la inseguridad que conlleva la posibilidad de
perder el trabajo y por tanto los medios de subsistencia” (Anker et al., 2003).
Por último, “la dignidad exige que en el ámbito laboral exista un trato respetable a los
trabajadores, que estos puedan expresar sus preocupaciones, así como también participar
en la toma de decisiones que afecten las condiciones en que desempeñan sus tareas. Un
aspecto esencial de ello es la libertad como derecho de los trabajadores para defender
colectivamente sus intereses” (Anker et al., 2003).
El concepto, como puede apreciarse, refiere tanto a la cantidad como a la calidad del
trabajo, es un concepto integrativo en cuya realización es necesario combinar aspectos
relativos a los derechos en el trabajo, la protección y el diálogo social. Se trata de un
concepto relativamente nuevo y en construcción, y uno de los principales desafíos es
construir indicadores o medidas que reflejen los diversos aspectos involucrados. No existe
un único indicador que refleje estas diversas dimensiones integrantes de la noción de
trabajo decente, sino que es necesario considerar conjuntamente los distintos indicadores
asociados a estas dimensiones.
11
de estas problemáticas se operativiza a través de la definición de un indicador, que intenta
cuantificar la incidencia de los distintos fenómenos. Mientras que la conceptualización de
los problemas de calidad del trabajo se refleja en un plano más abstracto y de
controversias, la definición de los indicadores es el intento de recoger, en un número, la
importancia dichos problemas. A continuación, se presentan los conceptos de informalidad,
protección social y subocupación, así como los indicadores que permiten reflejarlos.
Estadísticas sobre algunos de estos aspectos para el Uruguay se presentan en la sección
6.
3.1 Informalidad
a) Sector informal: Se define como un grupo de unidades de producción que, según el SCN
de Naciones Unidas, forman parte del sector de los hogares; como, por ejemplo, empresas
que pertenecen a los hogares y que no están constituidas en sociedad, es decir que pueden
ser propiedad de uno o varios miembros del hogar, o miembros de diferentes hogares
siempre y cuando carezcan de sistemas completos de contabilidad.
c) Empleo informal: ¿En qué se diferencian los conceptos de “trabajo en el sector informal”
y el concepto de “empleo informal”?. La diferencia se debe a que existe empleo informal
fuera del sector informal10. Es decir, el empleo informal comprende el total de empleos
informales de cualquier tipo de unidad productiva, ya sean empresas del sector formal,
empresas del sector informal u hogares. El enfoque está basado en las características del
puesto de trabajo y por ello suele abarcar principalmente a los trabajadores que realizan
su actividad laboral en condición de dependencia.
10 También existe (aunque en menor medida) empleo formal dentro del sector informal.
12
aguinaldo, o contar con un día a la semana de descanso, o el reconocimiento de horas
extras, etc. Además, también se considera a aquellos empleados cuya relación de trabajo
no está sujeta a la protección social y a determinadas prestaciones establecidas en la
legislación laboral nacional.
3.3 Subocupación
13
Dentro de las personas ocupadas existe subutilización cuando: trabajan pocas horas y
desearían y están disponibles para trabajar más (subocupación por insuficiencia de tiempo
de trabajo, antes subempleo visible) o bien cuando las competencias del trabajador están
por encima del puesto que desempeña o bien los ingresos que recibe por ese trabajo no
se adecuan a su calificación (antes denominado subempleo invisible).
Este concepto por tanto, es un concepto analítico que refleja una mala distribución de la
mano de obra. A modo de ejemplo, un abogado que trabaje en un estudio jurídico pero
sacando fotocopias, es un OCUPADO
subempleado invisible, aunque a
los efectos de las estadísticas del ¿Cuántas horas trabaja habitualmente por semana?
subutilización se limita a la
subocupación por insuficiencia de
tiempo de trabajo, es decir lo que
SI NO
antes se denominaba subempleo
visible12. En el siguiente diagrama ¿Está disponible en este momento para trabajar más horas?
se presentan, para el caso
uruguayo, las preguntas del
cuestionario que determinan que SI NO
una persona sea considerada o no
subocupada. ¿Y por cual razón no trabaja habitualmente más horas por semana?
11 En algunos casos los institutos nacionales de estadística hacen operativo el subempleo invisible,
construyendo indicadores que intentan captarlo, pero las recomendaciones internacionales para la medición
del subempleo se limitan al visible.
12 Esta definición no tiene en cuenta las horas trabajadas por los subocupados, que constituiría una información
relevante para evaluar la magnitud del problema. Por ejemplo, si las horas promedio trabajadas por los
subocupados son 25, la magnitud del problema es mayor que si las mismas son 35.
14
4 Indicadores del mercado de trabajo
Con el objetivo de medir las diferentes categorías descritas en los apartados anteriores, en
esta sección se definen y describen una serie de indicadores del mercado laboral.
Se denomina oferta de trabajo a las personas que están dispuestas a trabajar al salario
vigente en el mercado. Tanto los individuos que trabajan como los que buscan trabajo
integran la oferta laboral. Una persona que ofrece su fuerza laboral en el mercado está
demandando un puesto de trabajo.
Para medir el tamaño relativo del factor productivo trabajo se utilizan tasas de participación.
Si la comparación se hace entre la población económicamente activa (P.E.A.) y la
población total (P.T.), se obtiene, la tasa bruta de participación (T.B.P.):
PEA
TBP *100
PT
PEA
TA *100
PET
A nivel más desagregado, también se utilizan las tasas específicas de actividad o tasas
específicas de participación que se definen como el cociente entre la P.E.A. de un grupo
determinado y la población en edad de trabajar de ese grupo.
PEAi
TEAi *100
PETi
Estas tasas específicas de actividad suelen calcularse para grupos de población de interés:
por ejemplo para hombres y mujeres, para cada departamento del país, para personas con
distintos niveles educativos, para distintos grupos de edad, etc.
15
4.2 Indicador de demanda de mano de obra
Una medida del tamaño relativo de la demanda laboral, es la tasa de empleo, o mejor
denominada tasa de ocupación (T.O.)13 que se define como el cociente entre el total de
ocupados (O) y la población en edad de trabajar e indica que parte de todos los que podrían
tener trabajo, efectivamente lo tienen.
O
TE TO *100
PET
También es posible analizar esta demanda de personas de forma diferencial para diversos
grupos de población.
Como resultado de la interacción entre la oferta y la demanda de trabajo surge una variable
fundamental del mercado de trabajo: la tasa de desocupación. La tasa de desocupación
(T.D.) o tasa de desocupación abierta (T.D.A.) se define como el cociente entre los
desocupados y la P.E.A.
D
TDA TD *100
PEA
Di
TDi
PEAi
D i n
Di PEAi n
TD i 1
TDi * i
PEA i 1 PEAi PEA i 1
13 La OIT recomienda usar la palabra Ocupación para abarcar a las distintas formas de trabajo, dado que la
palabra Empleo da a entender que se trata de un trabajo en condiciones de dependencia y por lo tanto solo
abarcaría a los asalariados. No obstante, el INE en sus publicaciones continúa utilizando la palabra Empleo
de forma de mantener los criterios establecidos con anterioridad .
16
Al hacer referencia a un grupo definido de la población, no se debe confundir su tasa
específica de desocupación con su contribución a la tasa de desocupación. La tasa
específica de desocupación es la proporción de los integrantes de la PEA de ese grupo
que se encuentran desocupados. A vía de ejemplo, la tasa específica de desocupación de
las mujeres será el cociente entre el número de mujeres desocupadas y la Población de
mujeres Económicamente Activas. La tasa específica de desocupación representa
entonces, el peso que tienen los desocupados de un determinado grupo sobre la Población
Económicamente Activa de ese mismo grupo. Dado que se refiere a un grupo de población
determinado se denomina tasa específica.
De esta forma:
Dj
Contj
PEA
donde j representa al grupo de población particular (mujeres, jóvenes, etc.).
n
TD Contri
i 1
D
i j
i
Cont j TD
PEA
Dj PEA j
Cont j TD j * j
PEA j PEA
17
Veamos un ejemplo. Supongamos una población integrada por 1000 individuos de acuerdo
al siguiente cuadro.
A pesar de que las tasas específicas de desocupación de hombres y mujeres son las
mismas, la contribución a la tasa de desocupación de hombres y mujeres es distinta, debido
que el 60% de la PEA son mujeres y el 40% son hombres (en este ejemplo). De acuerdo a
las definiciones anteriores la contribución a la tasa de desocupación de las mujeres es de
10 puntos (60/600) y la de los hombres es de 6,7 (40/600). La suma de las contribuciones
de todos los grupos da la tasa de desocupación, en este caso 16,7%.
Cuando se tienen las contribuciones a las tasas de desocupación de distintos grupos cuya
suma conforma la población activa total, es posible saber qué porcentaje de los
desocupados pertenecen a cada grupo. Siguiendo con este ejemplo, si se tiene que la
contribución a la tasa de desocupación de las mujeres es de 10, el cociente entre 10 y 16,7
(tasa de desocupación total), representa el porcentaje de mujeres desocupadas en el total
de desocupados, en este caso 60%.
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D PEA O PEA O PET
TD
PEA PEA PEA PEA PET
O PET TO
= 1- 1
PET PEA TA
O sea:
T .O.
T .D. 1
T . A.
S
TS *100
PEA
19
Un error frecuente es considerar el pluriempleo como la contracara de la subocupación. El
I.N.E. define al pluriempleado como la persona que posee más de un puesto de trabajo,
sin hacer referencia a las características del mismo. La cuantificación de los puestos de
trabajo se hace en función del empleador. Un docente de secundaria que dicte clases en
dos liceos públicos, no es un pluriempleado ya que el agente empleador es siempre el
Consejo de Secundaria, mientras que un profesor que trabaje en un liceo público y otro
privado sí lo es. Por lo tanto, es posible que exista simultáneamente un trabajador
pluriempleado y subocupado.
Otro indicador asociado a la calidad del trabajo tiene que ver con el registro a la seguridad
social, en este caso se calcula como una aproximación a la informalidad el cociente entre
los no registrados y el total de ocupados.
Los valores de las Tasas de Actividad (62,9%), Ocupación o Empleo (57,9%) y Desempleo
(7,9%) de Uruguay en 2017 representan una aproximación a la situación del mercado de
trabajo de esta economía.
¿Es posible realizar alguna valoración de las mismas a partir de sus valores absolutos en
cierto momento del tiempo? ¿Con qué pueden compararse para saber si son buenas,
malas o aceptables? Parece importante a estos efectos poder comparar estas tasas en
relación -al menos- con las de otros países (de la región, de características semejantes, de
referencia, etc.) y con las del propio país en otros momentos del tiempo.
En el primero de los casos, puede interesar conocer y comparar la realidad del mercado
de trabajo uruguayo en el año 2017 con, por ejemplo, la de sus vecinos.
Puede tomarse la Tasa de Desempleo de los tres países en el año 2017; la de Uruguay
ascendió a 7,9%, mientras que la de Argentina fue del 7,2% y la de Brasil del 12,7%.
20
Si se tomara para la comparación una región más amplia, podría usarse información
proporcionada por OIT para América Latina y el Caribe. La Tasa de Desempleo promedio
para esta región subió de 7,9% en 2016 a 8,4% en 2017, impulsada fundamentalmente por
Brasil, que representa cerca del 40% de la fuerza de trabajo de la región.
En el segundo de los casos, si bien es importante saber el nivel que alcanzan las distintas
tasas de actividad, empleo y desempleo en un cierto momento, es necesario también
conocer cuál es la evolución de las mismas a lo largo del tiempo. La serie de valores que
una tasa experimenta en un lapso más prolongado, le da a la descripción un sentido más
amplio, ya que refleja el comportamiento en un periodo de tiempo más amplio y permiten
identifica tendencias (creciente, decreciente o estable). Como ejemplo se muestra en el
Cuadro y el Gráfico 4.1 la evolución de las Tasas de Actividad, Empleo y Desempleo de
Uruguay en el periodo 2010-2017.
Cuadro 4.1 y Gráfico 4.1. Tasas Actividad, Empleo y Desempleo Uruguay periodo
2010-2017 (total país)
AÑO TA TE=TO TD
2010 62,9 58,4 7,2
2011 64,8 60,7 6,3
2012 64 59,9 6,5
2013 63,6 59,5 6,5
2014 64,7 60,4 6,6
2015 63,8 59 7,5
2016 63,4 58,4 7,8
2017 62,9 57,9 7,9
Fuente: INE
Fuente: INE
21
Si se avanza en estas medidas “resumen” para Uruguay, profundizando en el nivel de
desagregación de cada una de estas tasas, por género, por ejemplo, se tiene la
información que brinda el Cuadro 4.2.
Cuadro 4.2. Tasas Actividad, Empleo y Desempleo Uruguay periodo 2010-2017, total
país por sexo (total país)
TA TE TD
AÑO Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres
2010 62,9 73,1 54,0 58,4 69,3 48,9 7,2 5,3 9,4
2011 64,8 74,7 55,8 60,7 71,0 51,3 6,3 4,8 8,1
2012 64,0 73,5 55,6 59,9 69,8 51,1 6,5 4,9 8,3
2013 63,6 73,9 54,4 59,5 70,2 50,0 6,5 5,0 8,2
2014 64,7 74,3 55,9 60,4 70,5 51,3 6,6 5,1 8,3
2015 63,8 73,0 55,4 59,0 68,4 50,5 7,5 6,4 8,9
2016 63,4 72,3 55,3 58,4 67,6 50,1 7,8 6,5 9,4
2017 62,9 71,6 55,0 57,9 66,9 49,8 7,9 6,6 9,5
Fuente: INE
Cuadro 4.3. Tasas Específicas de Desempleo, por edad y sexo Uruguay periodo
2010-2016 (localidades población mayores de 5.000 habitantes)
MENORES MAYORES
25 AÑOS 25 AÑOS
AÑO TOTAL TOTAL HOMBRES MUJERES TOTAL HOMBRES MUJERES
2010 7,2 20,6 16,6 26,2 4,5 2,8 6,4
2011 6,3 18,1 15,1 22,4 4,0 2,7 5,6
2012 6,5 18,5 14,7 23,6 4,1 2,8 5,6
2013 6,5 19,2 15,8 24 4,0 2,7 5,4
2014 6,9 20,4 17,3 24,3 4,4 3,1 5,8
2015 7,5 22,5 19,9 26,3 4,7 3,7 5,9
2016 7,8 23,8 20,2 28,7 5,0 3,8 6,3
Fuente: INE
22
5 Inserción laboral de los profesionales en Uruguay
¿En qué medida los trabajadores con estudios universitarios presentan inserciones
laborales específicas con respecto a los trabajadores con otros niveles educativos? Llevar
a cabo estudios universitarios implica prolongar el período de inversión en capital humano
luego de culminar secundaria, es por ello que una señal del grado de absorción de estas
calificaciones en el mercado sería por ejemplo encontrar un “premio” -en término de
retribuciones- para los trabajadores con estudios universitarios respecto a los egresados
de secundaria. Los resultados del análisis realizado por Bucheli (2000) indican que los
egresados universitarios adquieren calificaciones específicas que resultan rentables en el
mercado laboral.
Asimismo, los logros educativos son importantes para obtener mejores oportunidades
laborales. La correlación negativa que se observa entre desempleo y nivel educativo ha
sido resaltada por varios autores (Heckman y Borjas, 1980; Becker, 1987; Féliz, Panigo y
Pérez, 2001; entre otros). En este sentido se observa para Uruguay un patrón similar en
todos los años. Aquellas personas con educación terciaria completa o posgrados,
presentan tasas de desocupación notoriamente bajas. En cambio, las personas que no han
culminado la enseñanza superior presentan mayores tasas. Algo particular ocurre con
aquellas personas que tienen niveles terciarios incompletos, ya que para este grupo las
tasas de desocupación observadas se encuentran por encima del promedio. No obstante,
es esperable que esto se deba a las exigencias que tenga este grupo a la hora de aceptar
un trabajo, exigencias que probablemente tengan que ver con el hecho de que el trabajo
esté relacionado con el estudio, así como la posibilidad de un horario flexible que permita
continuar y culminar los estudios terciarios.
14 Los datos se presentan desde 2011 para homogeneizar las categorías de nivel educativo.
23
Como se aprecia en el siguiente cuadro, las brechas en las tasas de desempleo
descienden a medida que crece el nivel educativo. Entre las mujeres que no culminaron
Primaria, el desempleo ronda el 10% en los últimos años, en cambio entre los hombres
ronda el 5%, existe pues una brecha de alrededor de 5 puntos porcentuales. En cambio,
dicha brecha se vuelve menor a 1 punto porcentual para las personas con estudios
Terciarios Completos y se diluye por completo para aquellas personas que poseen
postgrados.
Cuadro 5-2 Tasa de desempleo por sexo, según nivel educativo, Años 2015-2017
2015 2016 2017
Nivel Educativo/Sexo Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres
Primaria incompleta 4,9 11,1 5,3 12,6 5,0 8,7
Primaria completa 4,9 8,5 5,5 9,2 5,1 10,0
Ed. Media Básica incompleta. 9,4 15,1 9,4 15,9 8,2 16,9
Ed. Media Básica completa. 5,8 12,3 6,0 11,5 5,7 11,0
Ed. Media Superior incompleta. 7,3 10,3 7,2 11,0 7,9 11,1
Ed. Media Superior completa. 5,6 6,1 5,1 5,9 6,2 6,3
Terciaria incompleta 8,5 9,0 8,7 11,6 10,2 12,0
Terciaria completa 2,1 2,8 2,5 2,8 3,0 2,6
Postgrado completo o incompleto 0,8 1,1 1,8 1,9 1,8 1,7
Total 6,4 8,8 6,5 9,4 6,6 9,5
Fuente Unidad Estadística MTSS, en base a ECH, INE
Estos comentarios generales sugieren que los conocimientos adquiridos por los egresados
universitarios son demandados en el mercado de trabajo.
24
Cuadro 5-3. Promedio y mediana de los ingresos corrientes por trabajo de los ocupados.
15
Años 2015, 2016 y 2017
2015 2016 2017
Nivel Educativo Promedio Mediana Promedio Mediana Promedio Mediana
Primaria incompleta 14.253,3 11.596,0 14.407,4 11.708,0 16.334,3 12.816,0
Primaria completa 17.635,1 15.254,0 18.361,7 16.000,0 20.186,5 17.836,0
Ed.Media Básica inc. 18.575,0 16.104,0 19.758,4 17.630,0 21.313,5 18.835,0
Ed.Media Básica comp. 21.097,0 18.546,0 22.594,2 19.913,5 24.493,3 21.812,0
Ed.Media Superior inc. 23.672,6 20.000,0 25.514,1 21.645,0 27.841,6 23.812,0
Ed.Media Superior comp. 29.078,6 23.612,0 30.757,1 25.748,0 34.214,0 28.049,0
Terciaria incompleta 29.007,0 23.046,0 31.753,0 25.723,0 34.592,0 27.834,0
Terciaria completa 43.536,6 36.276,0 47.474,8 39.645,0 52.456,1 41.956,0
Postgrado completo o incompleto 69.831,3 54.937,3 82.853,6 63.494,0 88.095,1 66.901,0
Total 25.761,0 20.096,0 28.029,7 21.748,0 31.062,9 23.957,0
Fuente Unidad Estadística MTSS, en base a ECH, INE
Desde comienzos de los noventa la tasa de actividad, que refleja la oferta laboral, muestra
una leve tendencia creciente, aunque con oscilaciones hasta finales de dicha década. La
crisis económica de principios del 2000 haría caer la tasa que comenzaría a repuntar a partir
del año 2005 hasta el 2011, dónde alcanzó su mayor valor (64,8% para el total del país). En
los últimos años se ha mantenido relativamente estable. La tasa de ocupación en cambio,
se mantiene prácticamente estable en 52% en la mayoría de la década de los 90s para
luego a partir de 1999, sufrir una importante caída, que se profundizaría durante la crisis
económica de 2002-2003, a partir de ese entonces comienza a repuntar y alcanza su
máximo valor en el año 2011 (60,7% para el total del país). En los últimos años se observa
un deterioro de la tasa de ocupación, la cual se sitúa en el 2017 en 58,1%. Finalmente, la
tasa de desocupación permanece relativamente estable hasta mediados de los 90s, en el
entorno del 8,5%. Sin embargo, a partir de allí se observa una tendencia creciente,
especialmente explicado por el crecimiento de la tasa de actividad y la estabilidad de la tasa
de ocupación. Esta situación se agravaría hacia finales de la década y con la llegada de la
crisis del 2002, donde la tasa de desocupación crece hasta el 17% en dicho año. Con la
recuperación económica desde 2004 se observa un descenso sostenido, producto
especialmente del crecimiento del empleo que se dio con mayor fuerza que el crecimiento
de la actividad. Desde 2007 la tasa de desocupación se ubica en niveles de un dígito,
15 El cálculo se realiza sin considerar a aquellas personas que siendo ocupadas no reciben remuneración por
su trabajo.
25
alcanzando su registro más bajo en 2011. En los últimos años se observa un aumento de
la desocupación producto de la desaceleración económica la cual provocó que la caída en
la demanda de trabajo fuera superior a la caída de la oferta.
Cuadro 6-1. Distribución porcentual de los ocupados por categoría ocupacional. Años
seleccionados
Asalariado Asalariado Cooperativa Patrón Cuenta Cuenta No Total
privado Público propia propia remunerados
s/local c/local
26
La estructura del empleo por rama de actividad también se modificó a lo largo de la década
de los 90s y continúa en la misma tónica en los últimos años La industria manufacturera
representaba el 22% a comienzos de los 90s, mientras que en 2017 representa 11% del
trabajo total. Simultáneamente con esta caída en el peso de la industria, se evidencia un
incremento en el peso de los servicios (comercio, restaurantes y hoteles, servicios
financieros). A modo de ejemplo, en el año 2017, uno de cada cuatro trabajadores en
Uruguay se empleaba en estos sectores.
Cuadro 6-2. Distribución porcentual de los ocupados por rama de actividad. Total País.
Años 2012-2017
Sector de Actividad 2017 2016 2015 2014 2013 2012
Comercio, alojamiento y serv. de
21,7 21,7 21,8 21,4 21,2 21,8
comida
Ind. Manufacturera 10,7 11,3 11,1 11,6 11,9 11,9
Agro, forest, pesca, minas y canteras 8,9 8,4 9,0 9,4 9,6 8,8
En el punto 3 sobre Calidad del trabajo, se mencionó que pueden realizarse distintas
aproximaciones a la temática y que, entre las más difundidas y de larga data, se cuentan
la informalidad, la desprotección social y el subempleo. En relación a la informalidad, en
Uruguay, suelen tomarse dos fuentes de información. Una elaborada por el BPS que
implica medir la evolución del trabajo formal a partir de la evolución de los puestos
cotizantes en esta institución. Como se aprecia en el siguiente gráfico hay una clara
tendencia creciente en la última década. En el año 2006 los puestos de trabajo que
cotizaban en el BPS ascendían a poco más de 1 millón, mientras que en los últimos años
los puestos cotizantes en el promedio anual se ubican en el entorno de 1.450.000. Por lo
tanto, en los últimos doce años, los puestos cotizantes aumentaron 37,1%, cifra muy
superior al crecimiento del trabajo (9,4%). Se puede concluir entonces que este aumento
27
en los puestos cotizantes se genera por doble vía, una explicada por el hecho de que los
trabajos que se han creado son principalmente de carácter formal (Araya y Lado, 2016) y
otra, que a la vez se han formalizado puestos de trabajo que previamente eran informales.
1.500.000
1.450.000
1.400.000
1.350.000
1.300.000
1.250.000
1.200.000
1.150.000
1.100.000
1.050.000
1.000.000
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
Fuente: BPS
Si bien hasta 2007 existía la idea de que la informalidad era un fenómeno relativamente
estable en el mercado de trabajo uruguayo, constituyendo un rasgo estructural que no
registraba cambios significativos en los ciclos económicos (Amarante y Arim, 2005;
Amarante y Espino, 2007), en la última década esta situación se ha revertido. Como se
aprecia en el gráfico siguiente la proporción de trabajadores sin cobertura de seguridad
social ha presentado una tendencia decreciente, cayendo 10 puntos porcentuales entre
2006 y 2017, pasando de 35% a 24,7%.
28
Gráfico 6-3. Porcentaje de trabajadores sin cobertura de seguridad social. Años 2006-2015
40
35
30
25
20
15
10
0
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
Fuente: Unidad Estadística MTSS, en base a ECH, INE
El corte por sexo de los trabajadores sin cobertura de seguridad social, muestra entre
2006 y 2010 un porcentaje levemente superior en las mujeres respecto a los hombres
(aproximadamente 1 punto porcentual), cerrándose la brecha durante los años 2011 y
2012, cuando la tasa se situó en 26,6% para los hombres y 26,5% para las mujeres. En
los últimos años se verifica la situación inversa a lo ocurrido en el período 2006-2010, es
decir, los hombres registran porcentajes superiores de no cobertura de la seguridad social
superando a las mujeres en casi 3 puntos porcentuales. A la vez, resulta interesante
destacar que mientras en el último año, la proporción de hombres sin cobertura a la
seguridad social se mantiene relativamente estable, la tasa de las mujeres descendió más
de 1 punto porcentual.
Cuadro 6-2. Porcentaje de trabajadores sin cobertura de seguridad social por sexo. Años
2006-2017
Año Hombres Mujeres Total
2006 34,5 35,7 35,0
2007 34,1 35,3 34,7
2008 32,7 34,2 33,4
2009 31,6 33,0 32,2
2010 31,1 32,2 31,7
2011 28,1 28,5 28,3
2012 26,6 26,5 26,6
2013 26,0 25,2 25,6
2014 25,3 24,4 24,9
2015 25,5 23,8 24,7
2016 26,3 24,1 25,3
2017 26,1 23,0 24,7
Fuente: Unidad Estadística MTSS, en base a ECH, INE
Asimismo, el nivel educativo de las personas también es una variable a tener en cuenta al
momento de analizar la cobertura a la seguridad social. En el gráfico siguiente se observa
29
una clara relación negativa entre no aportar a la seguridad social y el nivel educativo, es
decir cuanto mayor es el nivel educativo decrece la proporción de trabajadores sin
cobertura de seguridad social. Para los trabajadores con nivel terciario (completo o
incompleto), la proporción que no aporta a la seguridad social es menor al 10%. En cambio,
para aquellos trabajadores que cuentan solamente con estudios primarios, la proporción
que no aporta a la seguridad social supera el 40%.
Gráfico 6-4. Porcentaje de trabajadores sin cobertura de seguridad social por nivel
educativo. Año 2017
Postgrado completo o
Terciaria completa
Terciaria incompleta
Ed.Media Superior com
Ed.Media Superior inc
Ed.Media Básica comp.
Ed.Media Básica inc.
Primaria completa
Primaria incompleta
0 10 20 30 40 50 60
El Gráfico 6-5 ilustra sobre las ramas de actividad donde se concentran los trabajadores
sin protección social, considerando la información para todo el país en el año 2017. En el
extremo superior se encuentran los sectores: “Construcción”; “Actividades administrativas
y servicios de apoyo”; “Artes, entretenimiento y recreación/otros servicios” y “Servicio de
Hogares” con más del 40% de sus trabajadores en situación de no cobertura de seguridad
social.
30
educativo de la mano de obra ocupada en estos sectores, incide en este resultado (Araya
y Lado, 2016).
Gráfico 6-5. Proporción de trabajadores que no aportan a la seguridad social según sector
de actividad. Año 2017
Adm. Pública
Enseñanza
Salud
Intermediación financ
electricidad, gas y
Transporte y comunic.
Org.Extrat
Ind. Manufacturera
Agro, forest, pesca,
Comercio, restaurante
Servicio de hogares
Artes y otros scios
Act.administr. y serv
Construcción
0 10 20 30 40 50
Al analizar las distintas variables que recomienda la OIT para aproximarse al problema de
la informalidad se observa que todas ellas presentaron un descenso entre 2014 y 2017, lo
cual representa un dato positivo, especialmente si se toma en cuenta la desaceleración
económica registrada en los últimos años. En lo que refiere al aporte a la seguridad social,
la proporción de asalariados privados que no lo hace descendió 1 punto porcentual.
Asimismo, dentro de los asalariados privados que aportan, solamente el 4% declara no
hacerlo por la totalidad del salario.
Por otra parte, la proporción de asalariados privados que no cobra aguinaldo es de 12,1%
en 2017, mientras que en 2014 ascendía a 12,7%. También se aprecia un descenso
importante (4 puntos porcentuales) en la proporción de asalariados privados que no tenía
reconocimiento de horas extras.
18 Ver: Organización Internacional del Trabajo, La medición de la informalidad: Manual estadístico sobre el sector informal
y el empleo informal. 2013. 978-92-2-327388-0 (print) 978-92-2-327389-7 (web pdf).
31
porcentaje de asalariados privados que no tiene derecho a licencia por enfermedad es de
14,7%, lo cual representa una baja de 5,5 puntos porcentuales en comparación con 2014.
Cuadro 6-4. Proporción de asalariados privados que no aporta a la seguridad social, por
sexo, región, edad y ascendencia. Años 2014-2017.
2014 2015 2016 2017
No Aporta a la caja 15,7 15,0 15,4 14,7
Hombres 14,5 13,9 14,6 14,0
Mujeres 17,1 16,2 16,2 15,6
Montevideo 10,0 9,4 9,6 9,0
Interior más de 5000 hab 19,6 19,1 18,8 18,7
Interior menos de 5000 y rural 22,1 21,0 24,0 20,9
15 a 18 años 63,7 63,4 62,7 65,6
19 a 24 años 20,3 19,8 22,6 22,1
25 a 29 años 12,3 12,1 13,4 13,2
30 a 44 años 11,2 10,5 10,7 10,0
45 a 64 años 12,6 12,5 12,1 11,8
Afro 24,3 22,4 22,0 22,7
No Afro 14,6 14,1 14,6 13,8
Fuente Unidad Estadística MTSS, en base a ECH, INE
Cuadro 6-5. Proporción de asalariados privados que aportando no lo hace por la totalidad
del salario, por sexo, región, edad y ascendencia. Años 2014-2017.
2014 2015 2016 2017
No Aporta por la totalidad del salario 5,9 5,3 4,5 4,0
Hombres 6,1 5,5 4,5 4,4
Mujeres 5,6 5,1 4,4 3,6
Montevideo 4,1 3,5 2,5 2,1
Interior más de 5000 hab 6,9 6,7 5,9 5,3
Interior menos de 5000 y rural 8,9 8,2 7,4 7,1
15 a 18 años 5,4 7,4 4,8 3,5
19 a 24 años 5,4 5,0 4,1 3,8
25 a 29 años 6,0 4,2 4,1 3,3
30 a 44 años 6,2 5,7 4,7 4,4
45 a 64 años 5,5 5,4 4,2 4,0
Afro 6,6 6,4 5,5 4,4
No Afro 5,8 5,2 4,3 4,0
Fuente Unidad Estadística MTSS, en base a ECH, INE
32
Cuadro 6-6. Proporción de asalariados privados que no cobra aguinaldo, por sexo, región,
edad y ascendencia. Años 2014-2017.
2014 2015 2016 2017
No cobra aguinaldo 12,7 12,1 12,3 12,1
Hombres 12,6 12,1 12,6 12,3
Mujeres 12,9 12,0 11,9 11,9
Montevideo 7,8 7,1 7,3 7,3
Interior más de 5000 hab 15,8 15,4 15,0 15,2
Interior menos de 5000 y rural 19,1 18,5 20,9 17,7
15 a 18 años 56,9 55,7 56,6 59,9
19 a 24 años 16,7 17,0 19,1 19,1
25 a 29 años 10,1 10,1 10,6 10,8
30 a 44 años 9,0 8,2 8,4 8,2
45 a 64 años 9,8 9,7 9,2 9,3
Afro 19,7 18,7 17,2 18,1
No Afro 11,9 11,3 11,8 11,4
Fuente Unidad Estadística MTSS, en base a ECH, INE
Cuadro 6-7. Proporción de asalariados privados que no les reconocen horas extras, por
sexo, región, edad y ascendencia. Años 2014-2017.
2014 2015 2016 2017
No Reconocimiento Hs Extras 14,9 10,4 10,0 10,9
Hombres 14,5 10,3 10,2 11,1
Mujeres 15,5 10,6 9,7 10,7
Montevideo 12,2 9,4 7,1 7,6
Interior más de 5000 hab 16,0 10,2 11,4 12,0
Interior menos de 5000 y rural 20,0 14,3 15,4 18,2
15 a 18 años 32,9 20,2 16,1 24,4
19 a 24 años 15,5 10,9 10,9 13,2
25 a 29 años 13,6 9,6 9,1 10,6
30 a 44 años 13,4 9,5 9,5 9,5
45 a 64 años 14,3 10,2 9,6 10,3
Afro 15,8 12,3 10,8 13,7
No Afro 14,8 10,2 9,9 10,2
Fuente Unidad Estadística MTSS, en base a ECH, INE
Cuadro 6-8. Proporción de asalariados privados que no tienen vacaciones anuales pagas,
por sexo, región, edad y ascendencia. Años 2014-2017.
2014 2015 2016 2017
No vacaciones anuales 15,7 15,0 14,7 13,8
Hombres 15,1 14,6 14,4 13,6
Mujeres 16,5 15,6 15,1 14,0
Montevideo 10,3 9,8 8,9 8,4
Interior más de 5000 hab 19,0 18,5 18,1 17,4
Interior menos de 5000 y rural 23,1 21,6 24,3 20,0
15 a 18 años 62,5 60,7 61,5 63,5
19 a 24 años 20,4 20,8 22,2 20,7
25 a 29 años 12,4 12,6 12,9 12,1
30 a 44 años 11,6 10,5 10,5 9,8
45 a 64 años 12,8 12,6 11,5 11,1
Afro 23,7 22,6 20,6 21,2
No Afro 14,7 14,1 14,0 13,0
Fuente Unidad Estadística MTSS, en base a ECH, INE
33
Cuadro 6-9. Proporción de asalariados privados que no tienen licencia por enfermedad, por
sexo, región, edad y ascendencia. Años 2014-2017.
34
Cuadro 6-10. Proporción de asalariados privados que ganan menos que el SMN19.
Años 2006-2017
Año Porcentaje
2006 9,7
2007 9,9
2008 9,7
2009 9,9
2010 9,9
2011 9,7
2012 9,6
2013 9,1
2014 8,0
2015 8,2
2016 7,9
2017 7,6
Fuente: Unidad Estadística MTSS, en base a ECH, INE
Las horas trabajadas también suelen tomarse en cuenta a la hora de analizar la decencia
en el trabajo. En este sentido, se considera la proporción de ocupados que trabajan más
de 48 horas a la semana. Este indicador es relevante debido a que las horas de trabajo
excesivas constituyen una amenaza para la salud, interfieren en la vida familiar y pueden
estar correlacionados con una remuneración por hora muy baja. Se entiende también que
el exceso de horas de trabajo puede reducir la productividad del trabajador. En el cuadro
siguiente se muestra la evolución de la proporción de ocupados que trabajan más de 48
20.
horas y más de 60 horas semanales
19 Se tomaron en cuenta en esta estimación la totalidad de los ingresos laborales líquidos en la ocupación
principal.
20 El porcentaje de personas que trabajan más de 48 horas semanales incluye a las que trabajan más
de 60 horas semanales.
35
Cuadro 6-11. Proporción de ocupados que trabajan más de 48 y 60 horas semanales. Años
2006-2017
Trabajan más de 48 horas semanales Trabajan más de 60 horas semanales
2006 27,3 10,8
2007 26,9 10,2
2008 26,6 9,7
2009 25,9 9,3
2010 24,5 9,0
2011 23,6 8,3
2012 21,3 7,5
2013 20,6 6,8
2014 20,1 6,8
2015 19,5 6,3
2016 18,0 5,6
2017 16,6 5,2
Fuente: Unidad Estadística MTSS, en base a ECH, INE
36
Cuadro 6-12. Tasa de Subocupación general y por sexo, región y edad. Años 2006-2017
Menores de
Año Total Hombres Mujeres Montevideo Interior 25 años y
25 años
más
2006 12,8 10,6 15,8 13,5 12,3 16,7 12,2
2007 12,1 10,0 14,7 13,2 11,3 16,9 11,3
2008 10,3 8,6 12,3 10,9 9,8 14,6 9,5
2009 8,7 7,3 10,5 8,8 8,6 12,8 8,1
2010 8,6 7,3 10,3 8,9 8,4 12,1 8,1
2011 7,2 5,9 8,9 7,5 7,0 10,7 6,7
2012 7,2 6,0 8,6 7,4 7,0 10,3 6,6
2013 6,7 5,7 8,0 6,6 6,8 9,7 6,3
2014 6,7 5,8 7,7 6,4 6,8 10,2 6,1
2015 7,2 6,4 8,1 6,4 7,7 11,0 6,6
2016 8,3 7,8 9,0 7,2 9,2 13,5 7,6
2017 8,3 7,9 8,8 7,0 9,3 13,8 7,5
Fuente: Unidad Estadística MTSS, en base a ECH, INE
Gráfico 6-6. Proporción de ocupados que busca otro empleo. Total País, 2006-2017
30
25
20
15
10
0
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
37
Por otra parte, en lo que refiere a las personas desocupadas se observa la mitad declara
estar buscando trabajo hace menos de un mes, mientras que la proporción que busca
trabajo hace más de un trimestre ronda el 15%. A comienzos del 2006, esas proporciones
eran de 36,9% y 29% respectivamente. Por lo tanto, el tiempo de búsqueda de trabajo se
ha reducido en la última década.
Cuadro 6-13. Tiempo de búsqueda de trabajo de los desocupados. Total País, 2006-2017
Meses de Menos de 1 De 1 a 3 De 3 a 6 Más de 6 Total
búsqueda meses meses meses
2006 36,9 34,1 22,0 7,0 100,0
2007 44,5 32,8 18,2 4,5 100,0
2008 50,1 30,5 16,3 3,1 100,0
2009 49,9 32,3 14,6 3,2 100,0
2010 52,2 33,2 12,5 2,1 100,0
2011 57,2 30,9 10,4 1,5 100,0
2012 56,9 32,2 9,5 1,4 100,0
2013 57,1 32,9 9,0 1,0 100,0
2014 53,8 34,7 10,2 1,3 100,0
2015 51,8 34,4 12,4 1,4 100,0
2016 48,4 36,4 14,1 1,1 100,0
2017 46,2 38,9 13,7 1,2 100,0
Fuente: Unidad Estadística MTSS, en base a ECH, INE
Existe consenso a nivel internacional de que el trabajo infantil es una práctica que debe
erradicarse. Las diversas justificaciones generalmente hacen referencia al tiempo y la
energía que esta práctica quita al niño para desarrollar actividades propias de su edad,
tales como asistir a un centro educativo o recrearse.
No hay una definición universalmente aceptada del concepto de trabajo infantil, las
posiciones de los investigadores e incluso de los organismos encargados de la temática
(UNICEF, OIT) sobre lo que debe considerarse trabajo infantil, difieren. En Uruguay, la
reglamentación determina los 15 años como la edad mínima permitida para trabajar. A su
vez, se ponen ciertas condicionantes al desarrollo de la actividad laboral por parte de
adolescentes entre 15 y 17 años, quedando prohibido el trabajo nocturno, las jornadas
mayores a 36 horas semanales y toda actividad que atente contra la salud y la educación
de los mismos.
Las estadísticas nacionales no contaban, hasta el año 2012, con información de calidad
sobre este fenómeno. Existieron dos experiencias, en los años 1999 y 2006, que
intentaron arrojar luz sobre el trabajo infantil, aunque por diversos motivos, sus resultados
representan sólo una aproximación.
38
21
Sin embargo, durante los años 2009 y 2010 se llevó a cabo un relevamiento que buscó
cuantificar el fenómeno e identificar algunas causas y consecuencias, a través de una
encuesta a nivel nacional a niños y adolescentes de entre 5 y 17 años. Dentro de sus
principales conclusiones el informe destaca que “A nivel nacional, el 85,3% de los niños
y adolescentes no realiza ninguna actividad económica, ni la realizó en los últimos 12
meses, mientras que el 11,6% de ellos desarrolla alguna actividad económica
actualmente y el 3,1% declara haber realizado actividades de esta naturaleza en los
últimos 12 meses aunque no las realice en la actualidad”.
Al analizar por quintiles de ingreso, el informe señala que más de la mitad de los niños que
realizan actividades económicas pertenecen a los primeros dos quintiles. A la vez, el
trabajo infantil afecta mayormente a los niños que viven en áreas rurales en comparación
a los que viven en áreas urbanas. Al desagregar la información por sexo, se observa que
la proporción de varones que trabaja es prácticamente el doble que la de las mujeres,
alcanzando el 15,2% y 7,7% respectivamente. A la vez, existe una clara diferencia en los
sectores que se ocupan los niños y las niñas. Mientras los varones se ocupan
principalmente en el sector primario y secundario, el sector servicio es el más común entre
las mujeres, resaltando por su peso en el total el sector de Servicios a los Hogares. Si bien
es cierto que una fuerte participación en las actividades domésticas puede tener un impacto
importante sobre el bienestar infantil, no necesariamente implica un efecto nocivo sobre el
desarrollo del niño, las actividades que los niños desarrollan dentro del hogar están
asociadas fundamentalmente al mantenimiento del hogar, así como a la realización de
mandados, tareas que deberían identificarse como una colaboración más que como trabajo
(Arim y Salas, 2007).
Cuadro 6-9. Principales ocupaciones de los niños y adolescentes varones entre 5 y 17 años
de edad
Ocupaciones Porcentaje
Peón albañil 8.1
Peón ganadero 8.0
Vendedor ambulante en puesto de feria o puesto callejero 7.7
Cortador de césped 5.8
Vendedor en mostrador 5.7
Peón carga y descarga 5.5
Cadete a pie 4.0
Peón de huerta 3.7
Peón avícola 3.3
Cadete en bicicleta 2.4
Recolector y/o hurgador y/o clasificador de basura 2.4
Fuente: Tomado de “Magnitud y Características del Trabajo Infantil en Uruguay”, INE - ENTI (2009).
21 Encuesta Nacional de Trabajo Infantil, realizada por el INE con el apoyo del Programa de información
estadística y de seguimiento en materia de trabajo infantil (SIMPOC) del Programa Internacional para la
Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Para acceder al
Informe completo ingresar a:
http://www.ine.gub.uy/documents/10181/35704/Magnitud+y+Caracter%C3%ADsticas+del+Trabajo+Infantil
+en+Uruguay.pdf/1a2dcbb1-7b26-448f-88e4-bdac6d068c19
39
Cuadro 6-10. Principales ocupaciones de las niñas y adolescentes mujeres entre 5 y 17
años de edad.
Ocupaciones Porcentaje
Niñera 18.1
Vendedora en mostrador 11.6
Vendedora ambulante en puesto de feria o puesto 11.2
callejero
Vendedora a domicilio 6.7
Doméstica en casa de familia 5.4
Peón ganadero 5.3
Empaquetadora manual 3.4
Cadete a pie 3.4
Fuente: Tomado de “Magnitud y Características del Trabajo Infantil en Uruguay”, INE - ENTI (2009).
40
Bibliografía
Anker, R., Chernyshev, I., Egger, P., Mehran, F. y Ritter, J. (2003). “La medición del
trabajo decente con indicadores estadísticos”. Revista Internacional del Trabajo, vol.
122, núm. 2
Bucheli M. (2000) “El empleo de los trabajadores con estudios universitarios y su prima
salarial”. Documento de Trabajo N°8/00, Departamento de Economía, Facultad de
Ciencias Sociales, UDELAR.
Maurizio, R., (2014) “El impacto distributivo del Salario Mínimo en la Argentina, el
Brasil, Chile y el Uruguay” Universidad Nacional de General Sarmiento, supervisado
por Amarante, V. Comisión Económica para América Latina (CEPAL). Serie de
Políticas Sociales. Nº 194.
41
OIT (2013) “La medición de la Informalidad: Manual Estadístico sobre el sector informal
y el empleo informal”.
OIT (2008) “Medición del trabajo decente”. Documento de debate para la Reunión
tripartita de expertos sobre la medición del trabajo decente.
42
PRÁCTICA Y SOLUCIÓN
43
Práctica N° 10
Ejercicio 1
1) Elabore un diagrama con la clasificación económica de la población.
2) Señale en que categoría ubicaría cada uno de los siguientes casos. Responda con el
mayor grado de desagregación que la información le permita y fundamente su
respuesta.
a) Joven de 15 años que se encarga de las tareas domésticas y no realiza ni desea
realizar ninguna actividad en el mercado laboral.
b) Mujer de 40 años que trabaja diez horas semanales en un instituto de enseñanza. Se
encarga además de las tareas domésticas en su hogar. Se encuentra satisfecha con
la cantidad de horas trabajadas. El trabajo es acorde a su calificación.
c) Señor de 35 años que se desempeñaba como obrero de la construcción y quedó sin
trabajo. Está en seguro de paro.
d) Estudiante de 8 años que está buscando trabajo por primera vez. ¿Y si tuviese 18
años?
e) Joven de 21 años que trabaja en un quiosco como dependiente pero que no aporta a
la seguridad social.
f) Psiquiatra que no trabaja ni busca hacerlo porque percibe que la remuneración a la
que aspira no es posible de ser alcanzada.
g) Señora de 100 años que no trabaja y está buscando empleo.
h) Jubilado que declara estar trabajando.
i) Joven arquitecto que trabaja como portero de un edificio.
j) Señor que terminó primaria, no realizó ningún tipo de estudios posterior y se
desempeña como gerente de una empresa.
Ejercicio 2
Se dispone de la siguiente información sobre el total del país para el año 2011 (en miles de
personas), basada en estimaciones realizadas a partir de la Encuesta de Hogares realizada
por el Instituto Nacional de Estadística y en proyecciones de población de INE/CELADE.
Total Hombres Mujeres
Población Total 3.286,2 1.577,7 1.708,5
Activos 1.676,4 911,0 765,4
Ocupados 1.562,3 865,4 696,9
Desocupados 114,0 45,5 68,5
D. propiamente dicho22 97,0 38,8 58,2
D. buscan por primera vez 17,0 6,7 10,3
Inactivos 914,9 310 604,9
Menores de 14 años 694,9 356,7 338,2
44
SE PIDE
Parte A)
1) Defina y calcule la Tasa de Actividad (TA), Tasa de Ocupación (TO) y Tasa de
Desocupación (TD) totales y por género.
2) Señale qué diferencias se aprecian en cada una de las tasas considerando el género.
3) ¿La tasa de empleo es siempre menor a la tasa de actividad? ¿Por qué?
4) Defina y comente la relación existente entre la tasa de actividad, la tasa de ocupación
y la tasa de desocupación.
Parte B)
En el siguiente cuadro se presentan los principales indicadores oficiales que calcula el
Instituto Nacional de Estadística referentes a la calidad de los trabajos en Uruguay.
1) ¿Qué ha ocurrido como tendencia con la calidad de los trabajos en nuestro país en los
últimos años?
2) ¿Cuál es el principal problema que afecta a los trabajadores, la subocupación o el no
registro de los trabajos?
3) ¿A cuánto asciende la participación de la población ocupada que no está registrada en la
Seguridad Social en 2017? ¿Cuál es la participación de trabajadores subempleados?
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Ejercicio 3
46
Solución Práctica N° 10
Ejercicio 1
POBLACIÓN EN POBLACIÓN NO EN
EDAD DE EDAD DE TRABAJAR
TRABAJAR (PET) (PET)
POBLACIÓN POBLACIÓN
ECONOMICAMENTE ECONOMICAMENTE
ACTIVA (PEA) INACTIVA (PEI)
TRABAJADORES
INACTIVOS PLENOS
OCUPADOS (O) DESOCUPADOS (D) DESALENTADOS
(IP)
(TD)
TIEMPO TIEMPO
PARCIAL COMPLETO
2) Clasificación de población
a) Joven de 15 años que se encarga de las tareas domésticas y no realiza ni desea realizar
ninguna actividad en el mercado laboral.: PET, PEI.
b) Mujer de 40 años que trabaja diez horas semanales en un instituto de enseñanza. Se
encarga además de las tareas domésticas en su hogar. Se encuentra satisfecha con la
cantidad de horas trabajadas. El trabajo es acorde a su calificación.: PET, PEA, Ocupada
Plena
c) Hombre de 35 años que se desempeñaba como obrero de la construcción y quedó sin
trabajo: PET, PEA, Desocupado propiamente dicho
d) Estudiante de 8 años que está buscando trabajo por primera vez: PNET. Con 18 años
sería: PET, PEA, Desocupado, Busca Trabajo por primera vez
e) Joven que trabaja en quiosco como dependiente pero que no aporta a la seguridad social:
PET, PEA, Ocupado sin protección social
f) Psiquiatra que no trabaja porque percibe que la remuneración a la que aspira no es posible
de ser alcanzada: PET, PEI (conceptualmente es un Trabajador desalentado o
Desempleado Oculto, en las estadísticas no se refleja)
g) Mujer de 100 años que no trabaja y está buscando empleo: PET, PEA, Desocupada
h) Jubilado que declara estar trabajando: PET, PEA, Ocupado
i) Joven arquitecto que trabaja como portero de un edificio: PET, PEA, Ocupado
(conceptualmente es un subempleado invisible, en las estadísticas no se refleja)
j) Hombre que terminó primaria, no realizó ningún tipo de estudios posterior y se desempeña
como gerente de una empresa: PET, PEA, Ocupado
47
Nota: la persona que realiza el trabajo doméstico dentro de su hogar no se considera a los
efectos de las estadísticas del mercado laboral como ocupada.
Ejercicio 2
Parte A)
1)
Total Hombres Mujeres
PET= PEA+PEI o PT- PNET 2.591,3 1.221,0 1.370,3
PEA 1.676,4 911,0 765,4
Ocupados 1.562,3 865,4 696,9
Desocupados 114,0 45,5 68,5
TA = (PEA/ PET)*100 64,7% 74,6% 55,9%
TE = (O / PET)*100 60,3% 70,9% 50,9%
TD = (D / PEA) *100 6,8% 5,0% 8,9%
2) Diferencias que se aprecian en cada una de las tasas considerando el género: para las
mujeres son menores las tasas de actividad y ocupación. Esta es una característica que
se evidencia en los mercados de trabajo de todos los países, y se relaciona con la división
del trabajo tradicional al interior de los hogares. Si consideramos la evolución de estas
variables, las tasas de actividad femenina se han incrementado notoriamente durante las
últimas décadas. A modo de ejemplo, la tasa de actividad de las mujeres en Montevideo
era 28,1 en 1970, 39,5 en 1981 y 47.4 en 1990. En 1990 la tasa de actividad de las mujeres
en todo el país urbano era 43,5 La tasa de desocupación femenina es superior a la de los
hombres, hecho vinculado a su relativa mayor dificultad de insertarse en el mercado de
trabajo y también al significativo incremento de la oferta laboral femenina antes
mencionado.
TD = 1 - TO/TA
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Parte B)
Ejercicio 3
Analizando el período en el cual hay datos para el total del país, se observa entre 2006 y 2017
una caída en la tasa de desocupación, la cual alcanzó su mínimo en 2011 (6,3% de la
Población Económicamente Activa). La reducción de la desocupación en estos años se
explica por un mayor dinamismo de la demanda laboral (Tasa de Ocupación) respecto a la
oferta laboral (Tasa de Actividad), Entre 2011 y 2014 la desocupación se mantuvo
relativamente estable, y en los últimos tres años se aprecia un incremento de la tasa que pasa
de 6,6% en 2014 a 7,9% en 2017. En los últimos tres años se aprecia un deterioro de los
indicadores de mercado laboral que se reflejan en una caída tanto de la actividad como de la
ocupación, no obstante, como la caída de esta última es mayor, esto explica el incremento de
la desocupación.
Tasa de Tasa de Tasa de
Var (%) Var (%) Var (%)
actividad empleo desempleo
2006 60,7 54,1 10,8
2007 62,5 3,0% 56,7 4,8% 9,4 -13,0%
2008 62,7 0,3% 57,7 1,8% 8,0 -14,9%
2009 63,4 1,1% 58,5 1,4% 7,7 -3,7%
2010 62,9 -0,8% 58,4 -0,2% 7,2 -6,5%
2011 64,8 3,0% 60,7 3,9% 6,3 -12,5%
2012 64,0 -1,2% 59,9 -1,3% 6,5 3,2%
2013 63,6 -0,6% 59,5 -0,7% 6,5 0,0%
2014 64,7 1,7% 60,4 1,5% 6,6 1,5%
2015 63,8 -1,4% 59,0 -2,3% 7,5 13,6%
2016 63,4 -0,6% 58,4 -1,0% 7,8 4,0%
2017 62,9 -0,8% 57,9 -0,9% 7,9 1,3%
Comparando punta a punta los períodos se observa una tendencia creciente de la tasa de
actividad y de la tasa de ocupación, así como una tendencia decreciente en la tasa de
desocupación.
49
Hasta 2009, la tasa de actividad tiene una variación positiva y la tasa de ocupación también,
en tanto que la tasa de desocupación tiene una variación negativa, lo cual indica que la caída
en la desocupación se dio por un mayor crecimiento del empleo en relación a la oferta laboral.
El 2010 fue un año particular donde se observó una baja en la tasa de desocupación pero
explicada por menos personas activas en el mercado, mientras que la tasa de ocupación se
mantuvo prácticamente incambiada.
En 2012 se quebró la tendencia de mejora de los principales indicadores del mercado laboral,
registrándose un aumento moderado de la desocupación respecto al año anterior. El
incremento está explicado por una menor demanda de trabajo. Nótese que también se registró
una caída en la tasa de actividad.
En el año 2013 volvió a caer la actividad y la tasa de ocupación, sin embargo, la caída fue de
similar magnitud lo que hizo que la desocupación mantuviera registros muy parecidos a los
de 2012.
A partir del año 2015 la desaceleración económica tuvo su impacto en el mercado de trabajo,
la tasa de actividad y la tasa de ocupación registran caídas permanentes en los últimos tres
años. Como la caída de la demanda de trabajo fue más fuerte que la caída de la oferta laboral,
el desempleo se incrementó casi un punto porcentual entre 2015 y 2014, y casi medio punto
entre 2017 y 2015.
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