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Actividad 2

1. ¿Cuál fue el propósito de la Santa Inquisición?

Santa Inquisición hace referencia a varias instituciones dedicadas a la supresión de


la herejía mayoritariamente en el seno de la Iglesia católica. La herejía en la era medieval
europea muchas veces se castigaba con la pena de muerte y de esta se derivan todas las
demás.

2. ¿Cuáles fueron las principales causas de la división del cristianismo?

Algunas corrientes o grupos del pasado dejaron de existir formalmente con el paso de los
años. Es el caso, por ejemplo, de los gnósticos (que sustentaban un modelo dualista de
deidad), los ebionitas (que negaban la divinidad de Cristo), los apolinarios (que defendían
que Jesús tenía cuerpo humano y mente divina), los montanistas (que pregonaban una
nueva revelación concedida a ellos) y los arrianos (que argumentaban que Jesús era un ser
creado, por lo tanto no coeterno con Dios Padre). Muchos de estos grupos primitivos, hoy
considerados heréticos, se extinguieron por falta de seguidores o, de manera general,
fueron suprimidos por la Iglesia institucionalizada, que en sus primeros siglos desarrolló un
gran esfuerzo por unificar y definir con claridad lo que no era doctrina cristiana.
No obstante este esfuerzo, representado especialmente por los primeros Concilios
ecuménicos, se fueron profundizando algunas diferencias entre las tradiciones Oriental y
Occidental. Ellas se derivaron inicialmente de las diferencias lingüísticas y socioculturales
entre el Imperio romano de Occidente y el Imperio bizantino. Como el mundo Occidental
(es decir, Europa) utilizaba el latín como su "lingua franca" y el Oriental (es decir, Oriente
Medio, Asia y el Norte de África) empleaba el griego koiné para transmitir sus escritos, los
desarrollos teológicos de cada parte no llegaban a la otra con fluidez, pues la traducción se
hacía muy difícil por costo y logística.
La primera ruptura significativa y duradera del cristianismo histórico se produjo con
la Iglesia asiria de Oriente, a consecuencia de la controversia cristológica sobre
el Nestorianismo en 431. En 1994 esta Iglesia firmó una declaración cristológica de fe en
común con la Iglesia católica, por el que ambas interpretaron este cisma como un problema
básicamente lingüístico, derivado de dificultades de traducción de términos muy delicados y
precisos del latín al aramaico y viceversa (véase Concilio de Éfeso). Después del Concilio de
Calcedonia, en 451, la siguiente gran división ocurrió entre las
Iglesias siria y alejandrina(también llamada Iglesia Egipcia o Copta), que se separaron en
virtud de las doctrinas monofisitas (el papa Juan Pablo II y el Patriarca sirio Ignacio Zakka I
Iwas firmaron, a fines del siglo XX, una declaración cristológica de fe en común). Estas Iglesias
monofisitas son conocidas como Iglesias no calcedonianas, diferenciándose de la Iglesia
ortodoxa por aceptar solo las resoluciones de los tres primeros Concilios ecuménicos. Aunque la
Iglesia como un todo no experimentó mayores divisiones en los siglos siguientes, los grupos
Oriental y Occidental llegaron a tal punto de desacuerdo, que los patriarcas de ambas familias
se excomulgaron mutuamente en 1054, hecho que es conocido históricamente como
el Cisma de Oriente y Occidente. Las razones políticas y teológicas del cisma son complejas.
Sin embargo, el punto más controvertido fue la cuestión de la primacía papal: Los
cristianos de Occidente insistían en que el Patriarca de Roma debía mantener una posición
especial de autoridad sobre los patriarcas de las iglesias de otras ciudades (Patriarca de
Alejandría, Patriarca de Antioquía, Patriarca de Constantinopla e incluso sobre el Patriarca
de Jerusalén). En cambio, los cristianos de Oriente sostenían que todos los patriarcas eran
de igual autoridad, no teniendo ninguno de ellos primacía sobre jurisdicciones ajenas a la
propia. El cisma se afianzó y por siglos cada iglesia consideró a la otra como causante de la
división, y fue solamente bajo el papado de Juan Pablo II que se hicieron las primeras
reformas significativas para mejorar las relaciones entre la Iglesia de Roma y las Iglesias
Orientales.
Muchos siglos después del Gran Cisma, el cristianismo Occidental (que se denominaba a sí
mismo católico) experimentó una serie de movimientos reformadores geográficamente
aislados que precedieron a la aparición de la Reforma Protestante. Por ejemplo, en Italia,
durante el siglo XII, Pedro Valdo congregó a un grupo de seguidores conocidos como
los valdenses, y tal movimiento fue posteriormente absorbido por los reformadores
protestantes modernos. En Bohemia, una región de mayoría ortodoxa, la ocupación por
parte de los Estados Pontificios (un Estado militarmente más poderoso que la
posterior Santa Sede) produjo la imposición del catolicismo, pero a principios del siglo
XIV Jan Hus (sus seguidores fueron llamados husitas) inició un movimiento para desafiar las
enseñanzas de la Iglesia de Roma (guerras husitas). Posteriormente el grupo daría origen a
los Hermanos Moravos y renacería con otros nombres, pero ya formando parte de la
Reforma Protestante.
Un movimiento independiente que, años después, se alinearía también mayoritariamente
con la Reforma Protestante, se comenzó a gestar cuando el rey Enrique VIII de Inglaterra se
hizo declarar "Cabeza de la Iglesia de Inglaterra" mediante el Acta de Supremacía de 1534.
El anglicanismo paulatinamente fue adoptando algunas doctrinas protestantes hasta
declararse inequívocamente Católico y Reformado, por lo menos en la Comunión
anglicana.
Un cisma de enormes dimensiones se produjo a consecuencia de la publicación de las
noventa y cinco tesis de Martín Lutero en la Universidad de Wittenberg, el 31 de octubre
de 1517. Escritas inicialmente como una serie de reclamaciones a fin de estimular la reforma
de la Iglesia Occidental, no pretendían ni remotamente alcanzar el efecto que lograron. Los
textos de Lutero, combinados con la obra del teólogo suizo Ulrico Zuinglio y del
teólogo francés Juan Calvino, provocaron la ruptura del cristianismo católico europeo,
fundando la que ha llegado a ser, probablemente, la segunda mayor rama del cristianismo
moderno (después del catolicismo), el denominado protestantismo.
A diferencia de otras ramas del cristianismo (catolicismo, ortodoxia, ortodoxa
asiria, coptismo y anglicanismo), el protestantismo es un movimiento con una gran
variedad de estructuras gubernamentales. De esta forma, diversos grupos, como
los presbiterianos, las Iglesias Reformadas, los luteranos, los metodistas,
los congregacionalistas, los anabaptistas, los bautistas, los adventistas, los pentecostales, y hasta
cierto punto también los llamados restauracionistas (dependiendo del esquema de clasificación
que se utilice), pueden ser agrupados dentro de esta rama del cristianismo.

3. ¿Cuál es el rol de las minorías creativas según Arnold Toynbee?

Según el historiador Arnold Toynbee, las minorías creativas son, dentro de una civilización
en decadencia, como lo es la nuestra, quienes logran efectivamente hacer el cambio y
fundar las bases una nueva civilización. Encarnan por lo tanto la nueva conciencia. De las
minorías activas de hoy dependerá la civilización del mañana.

4. Mencione las tres características del desarrollo de la civilización en forma


cíclica.

Así, una civilización crece y prospera cuando su respuesta a un desafío tiene éxito y
además estimula una nueva serie de desafíos; una civilización por su impotencia para
enfrentarse a los desafíos que se le presentan. Dio gran importancia a los factores
religiosos en la formulación de las respuestas a los desafíos.
Los ciclos históricos de Toynbee no llevan a una concepción cíclica de la historia, sino a una
en que la historia marcha "hacia adelante", pero con retrocesos que son purificaciones de
aspectos negativos que impiden seguir progresando. Toynbee negó el determinismo en la
evolución de las civilizaciones, negando que éstas deban perecer finalmente (en oposición
a historiógrafos como Oswald Spengler) y defendiendo la probabilidad de que la moderna
civilización occidental pudiera escapar a la norma general de decadencia de las
civilizaciones.

Su obra más reconocida e influyente es Estudio de la Historia. En ella, en la fase de


desintegración de las civilizaciones, aparecen cuatro tipos de salvadores de la sociedad:

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