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PSICOLOGIA DE GRUPOS

Acompañamiento terapéutico

Docente: Luciana Alegre

Lic. y Prof. en Psicología (UNLP)

- Año 2021 –

1
Aclaración:

El presente cuadernillo es un compilado de textos de diferentes autores que serán abordados en el mó-
dulo. El mismo ha sido realizado por la docente a cargo. Los textos de origen son citados, y se encuentran
a disposición en caso de desear consultarlos o leerlos de manera completa. -

Para tener en cuenta…

Leer enriquece. Brinda herramientas para comunicarnos, debatir, intercambiar puntos


de vista, defender posiciones, trabajar, crear, pensar y re-pensar.
La lectura de los contenidos que aquí se desarrollan resultará relevante y valiosa, si está
movilizada y motivada por un deseo (sea cual fuere: aprender, investigar, lograr una
mirada crítica, sumar conocimientos a los ya existentes, etc.). Ese mismo deseo será el
que lleve a cada uno a comprometerse cada vez más y de manera inagotable en la pro-
fesión de Acompañante Terapéutico.
El compromiso es fundamental en el trabajo de acompañar. Para que exista un compro-
miso es necesario que haya conocimiento. No se puede estar comprometido a hacer
algo si desconocemos los aspectos de ese compromiso, las obligaciones que supone.
Por ello, el compromiso como futuros profesionales de la salud empieza desde la forma-
ción, con todo lo que esto conlleva: participar, implicarse, cuestionar(se). En fin, habitar
el espacio, hacerse parte, darle valor. Y para que todo esto sea posible la lectura es una
herramienta fundamental, que será de suma importancia para afrontar los desafíos de
la práctica profesional.

Los invito a transitar un camino de aprendizaje mutuo.

2
Introducción

La condición humana, como especie, nos coloca desde nuestro origen el seno de
lo grupal. No podemos constituirnos como sujetos sin gestarnos primero al interior de
un grupo primario, de crianza, que suele ser la familia, aunque no solo ni exclusiva-
mente. Aun cuando un solo otro nos haya alojado en el desamparo originario, ese otro,
devino sujeto gracias a la intervención de lo grupal.

El grupo, constituido por un conjunto dado de individuos-sujetos en cada gene-


ración de la genealogía, es portador y portavoz para el nuevo sujeto naciente, de la
cultura por la cual está atravesado y determinado. La cultura básicamente, aportará la
trama simbólica a través del lenguaje transmitiendo la dimensión de la LEY (regulación
de las relaciones sexuales permitidas y prohibidas (incesto) y freno-tope a la agresión
como prohibición de matar). La ley ordena, regula las relaciones al interior del grupo
y traza las pautas para que los miembros del grupo se relacionen entre sí y con los de
afuera. A través del lenguaje, de los mitos y ritos, el grupo legará a sus miembros una
matriz de pautas, normas, ideales, valores. Las formas de saber hacer y comportarse en
las distintas áreas de la vida.

Grupos. Sociedad y cultura.

No podemos eludir para sobrevivir, la pertenencia originaria a lo grupal. Será


condición necesaria para la cría humana nacer y ser alojados en un grupo, que a su vez
se genera por la unión entre miembros de otros grupos (familias).
El grupo aporta, nutre, constituye subjetividad y recibe aportes de las subjetivi-
dades que anida.

El lenguaje nombra al sujeto, lo ubica en un lugar de la genealogía, de la historia


familiar y social. Nadie puede llevar un nombre sin haber sido nombrado por otro/s.
Nombramiento que entrama deseos, herencias, creencias, etc. Tener, poseer, llevar un
nombre, significa haber adquirido un lugar en un sistema simbólico. En cierto momento
dado de la historia humana. Lo hace heredero y lo compromete a heredar su legado.

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Entre muchas otras formas de pensar una sociedad, podríamos decir que esta es
un sistema formado por una articulación de grupos humanos concretos, a diferente
escala, que se forman sostienen y funcionan siempre siguiendo una serie de pautas in-
variantes. A su vez habrá formatos específicos para diferentes tipos de grupos. Es decir,
si bien en cualquier grupo pueden aparecer lazos afectivos, y se van a poner en juego
ansiedades típicas y emociones básicas, la alianza entre sus miembros se establece en
el plano conciente cuando el grupo nace, con diferentes motivos y objetivos. No es lo
mismo la unión de una pareja que forma una familia a partir de dos familias, que una
sociedad comercial que incluso tendrá metas, objetivos y pautas regulatorias internas
acordadas por escrito entre sus miembros. Estos grupos se forman con roles muy espe-
cíficos, con objetivos también precisos y de tipo racional. Ahora, en el plano inconciente
la dinámica va a tender a establecerse siguiendo los mismos patrones que otros tipos
de grupos. Ahí es donde muchos autores descubrieron la constancia de ciertos lugares
que iremos conociendo y pensando. Lugares que se repiten y tienen a dibujarse siempre.
Aunque los ocupen personas cambiantes. Como el lugar de líder. El famoso chivo emi-
sario o expiatorio. El boicoteador. Es común que se armen fracciones o bandos.

En este sentido, es interesante pensar como a lo largo de la historia, van variando


las pautas culturales de vida, los modelos-moldes de hacer pareja, familia, grupo. En
otras épocas e incluso aun en ciertas culturas, las uniones matrimoniales se establecían
a partir de intereses económico políticos como unión de ciertos territorios o fusión de
empresas para ampliar los dominios comerciales de ambas familias. Luego, sobre todo
en occidente, se empieza a priorizar la elección subjetiva basada en el amor/deseo. Por
otra parte, las familias mono-parentales son aceptadas hoy socialmente como elección,
y ya no solo como consecuencia de un fracaso de pareja o abandono por parte de alguna
figura parental. A esto podemos sumar también las diferentes configuraciones familia-
res existentes en la actualidad, conocidas y compartidas a través del lenguaje.

El grupo entonces, es un conjunto sistémico de individuos- sujetos que se unen


de manera estable y repetida por intereses comunes, para satisfacer necesidades huma-
nas diversas. Un grupo es un conjunto de personas unidas por lazos. Funciona siempre
con dos niveles básicos, el conciente y el inconciente. El primero tiene que ver con roles
y funciones asumidos y acordados de manera voluntaria, muchas veces incluso por es-
crito. Al mismo tiempo y de manera latente opera el otro nivel, el nivel inconciente, que

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es el que contiene la verdad del asunto. En este nivel se distribuyen lugares que van a
ser muy determinantes sobre lo que realmente suceda en el nivel conciente.

Didier Anzieu1, autor grupalista, desarrolla el concepto de ilusión grupal, para


referirse a ese momento inicial en el cual, se da el movimiento desde el puro descono-
cimiento y la fragmentación, hacia la euforia de un “estar todos juntos” en la cual, pre-
valece la fantasía de completud y unión sin fisuras, donde somos uno para todos y todos
para uno. Es un efecto imaginario comparable al enamoramiento. Y marca un tiempo
inevitable que hace de puntapié para arrancar la historia grupal. Se idealiza el encuentro
velando las diferencias estructurales, lo negativo, el conflicto potencial. Prevalecen sen-
timientos de amor y fraternidad, positivos.

Los grupos tienen una historia propia, que los irá determinando. Y no son la
suma de las partes (miembros) sino una trama compleja de subjetividades enlazadas,
determinadas por ese grupo y determinantes a su vez, de su idiosincrasia particular.
Los miembros hacen marca de presencia en el conjunto. Estos irán encarnando diversos
lugares de la fantasía grupal prevalente en cada momento de la historia. Siempre bajo
la regulación -que no siempre es exitosa- de la ley que establece con quien se puede qué
cosa y qué otra cosa no. Los grupos autorregulan las formas de vincularse de sus miem-
bros.

Las teorías grupalistas más actuales, enmarcadas en el llamado pensamiento


complejo, resaltan la importancia constitutiva de la dimensión humana en tres niveles:

INTRASUBJETIVO, INTERSUBJETIVO Y TRANSUBJETIVO, ubicándose lo grupal en


el segundo, en ese nivel en el cual los sujetos se conectan presencialmente cara a cara.
Aunque ahora lo virtual se añade con todas sus peculiaridades y lo complica más. El
nivel intra-subjetivo, será ese en el cual es sujeto fabrica su diferencia singular, que lo
hace único, y desde allí crea y aporta al grupo del cual forma parte. El transubjetivo es
fundamental porque aporta todo aquello que nos constituye desde la cultura en la cual
nos toca vivir, en determinado contexto socio-histórico. Son los determinantes cultura-
les de nuestra época, que incluso entre el siglo XX y XXI han acelerado mucho su velo-
cidad de cambio y transformación.

1
Psicólogo, filósofo y psicoanalista francés.
5
Funciones del grupo

SUBJETIVANTES – dar afecto y sostén tanto material como simbólico (lenguaje-


ley). grupo primario de crianza (familia u otro)

SATISFACER NECESIDADES VITALES DIVERSAS - de tipo afectivo, social, econó-


mico, religioso, educativo, cultural, artístico, deportivo, reflexivo, curativo terapéutico,
político, filantrópico o de ayuda al prójimo, ecológico etc. (grupos secundarios). El grupo
es dador de pertenencia. Genera fenómenos de inclusión y exclusión.

Los grupos tienen miembros que ocupan lugares, asumen roles y se relacionan
entre si según diferentes tipos de relaciones que son las que determinan o dibujan
esos lugares-roles.

En una familia existen relaciones de alianza entre esposos miembros de dos fa-
milias que se unen. Y de consanguineidad entre los descendientes (lazo fraterno) en la
primera la sexualidad está permitida y en la segunda no.

En un grupo terapéutico existen objetivos curativos para un conjunto de sujetos


que tienen algún tipo de padecimiento mental. Eso en el plano conciente. El terapeuta
asume un rol profesional y será colocado inconcientemente en lugares distintos, según
el momento que atraviesa la fantasía grupal. Será blanco de proyecciones masivas que
deberá detectar y señalar cuando sea oportuno para producir alguna interpretación que
genere efectos de cambio. Para ello deberá actuar con distancia operativa, es decir estar
adentro de la dinámica, pero con un pie afuera también a la vez. Lacan le llamó neutra-
lidad. Como terapeuta irá encarnando el lugar que el inconciente grupal le vaya otor-
gando vía transferencia.

En todo grupo circularán distintos tipos de:

→ Emociones básicas (temor, angustia, incertidumbre, ira, rechazo, alegría, tris-


teza)
→ Ansiedades
→ Defensas ante ellas
→ Afectos (amor erótico y/o tierno, odio, empatía, simpatía, amistad)

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Todos los grupos tienen entonces:

• Una estructura: sujetos-relaciones de interacción entre ellos-legali-


dad regulatoria
• Una historia: experiencia grupal, marcada por la sucesión de en-
cuentros, desde el comienzo a la disolución. Es el devenir grupal.
• Una dinámica: inter-juego entre plano conciente e inconciente gru-
pal.

Para acompañar deberemos enfocar las relaciones entre individuo, familia,


grupos, instituciones y sociedad, tomando en la práctica transformadora que llevemos
adelante, categorías vinculares ligadas a las dimensiones de humanización intra - inter
y transubjetivas. El pensamiento complejo y su propuesta multicausal, serán el marco
óptimo para pensar los procesos de salud-enfermedad y las prácticas curativas/paliati-
vas.

Es la existencia esencialmente vincular del hombre vía experiencia grupal, lo


que nos dará la chance de intervenir para generar movimientos transformadores, sana-
dores, reparadores, pues durante todo el devenir vital con otros, se producen marcas
psíquicas que serán capaces de generar inscripciones subjetivas (historia). Sabemos que
no solo en los primeros años de infancia se producen movimientos estructurantes. El
psiquismo es un sistema abierto a nuevas inscripciones, nuevas marcas que vendrán a
significar y o re-significar, permitiendo escribir o reescribir lo anterior, haciendo advenir
nuevos sentidos, que den lugar a nuevas construcciones.

7
Configuraciones vinculares

En este módulo tendremos como orientación el pensamiento complejo, que


propone entre otras cosas una multi-dimensionalidad para pensar las causas de los
fenómenos, las consecuencias de los acontecimientos, y en tal sentido las posibles so-
luciones-intervenciones o abordajes de las problemáticas. Como acompañante terapéu-
tico, esto permite pensar en una multicausalidad y multideterminación de la problemá-
tica de un paciente, es decir, una mirada que abarque varios niveles de pensamiento
para conceptualizar la determinación de lo que sucede y, en consecuencia, de los obje-
tivos a plantear en el trabajo, que aporten, mejoren o sostengan la calidad de vida de
los pacientes.

Tal como se resaltó, la subjetividad se organiza según tres niveles, el intra, el


inter y el transubjetivo. Los grupos se ubican en el segundo, que es el nivel en el cual se
establece el “entre” sujetos, el vínculo en presencia de los otros. El otro está ahí, con su
discurso, con su cuerpo, y se arma la dinámica grupal con sus avatares. Por último, hay
un nivel que impacta en los otros dos desde los grandes determinantes macro-sociales
y culturales. Nos excede como sujetos y como grupos concretos, pero nos determina,
nos atraviesa, genera efectos conductuales, de pensamiento y sentimiento.
Esto nos lleva a pensar acerca de los vínculos, de las configuraciones vincu-
lares. Sabemos que la dinámica grupal se organiza según un plano conciente y otro
inconciente. Considerar la hipótesis de la existencia de este último, nos permite hablar
de las configuraciones vinculares desde el Psicoanálisis. No todos los enfoques que tra-
bajan los sistemas, consideran el plano inconciente. La corriente sistémica, que formuló
la Teoría de la Comunicación humana, es uno de ellos. Fue un aporte importante que
propuso pensar la familia como sistema al cual pertenece un paciente con enfermedad
mental. Pero el análisis se torna mucho mas enriquecedor, cuando aplicamos a la con-
sideración de los vínculos, de los grupos-sistemas la dimensión causal del inconciente
grupal, familiar, incluso institucional.
Este término, configuración vincular, plantea entonces dos cuestiones:

1. Configuraciones: en lenguaje vulgar refiere a conformar, dar a una


cosa forma.

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Aplicado a vínculos refiere a las figuras, las formas prototípicas en que
se organizan los conjuntos multi-personales por efecto de determinaciones de or-
den inconciente. Marca un nivel intermedio entre lo manifiesto y los contenidos
fantasmaticos inconcientes (desarrollado en la siguiente pág.). Es una herra-
mienta de construcción conceptual para operar en el plano del entre, que también
es todo un concepto.

2. Se inaugura un nuevo campo clínico y de abordaje, que lleva a am-


pliar la teoría. En ella, los pactos, acuerdos, alianzas, la trama fantasmática, serán
expresiones que aluden a un nuevo objeto psicoanalítico: el develamiento del
inconciente que estructura al conjunto.

Cuando hablamos de fantasma en psicoanálisis, nos referimos al concepto de


fantasía. La fantasía es una escena que se pone en juego en la conducta manifiesta, pero
resulta como tal de una construcción o elaboración en relación a aquello inconciente
que se actúa o se dice en un grupo. La fantasía es inconciente, y es a construir por una
tarea de desciframiento, que va dando lugar a interpretaciones, a diferentes devolucio-
nes que se hacen en las intervenciones vinculares. Por ejemplo, en cierto momento del
devenir grupal, puede aparecer un lazo privilegiado entre quien ocupa el lugar de jefe/lí-
der y algún otro miembro. Eso moviliza en algunos miembros celos, sentimientos de
inferioridad, rivalidades, que dan lugar a formas de agresión más o menos sutiles.

Una cosa que se puso de manifiesto, en este campo de trabajo nuevo del psi-
coanálisis, fue la existencia en el corazón del inconciente vincular, que se gesta entre
sujetos, de pactos, acuerdos, alianzas. Son algo así como los contratos por los cuales
los diferentes vínculos se constituyen y funcionan. Cuando algún sistema vincular entra
en crisis, muchas veces se debe a que alguien del vínculo o grupo incumplió algo de lo
pactado. Entonces aparece desestabilización, conflicto. En clínica de pareja y de familia,
se puede rastrear el acuerdo original muchas veces, a partir justamente del incumpli-
miento que aparece en alguna cláusula. Si en el contrato original la asignación de roles
ha seguido rígidamente el esquema tradicional, cualquier movimiento puede dar lugar
al conflicto. En un grupo, una vez que se establecen los roles más o menos estables,
puede pasar lo mismo si por ejemplo, alguien que solía mantenerse callado y acatar
siempre las directivas del líder, empieza a ponerse constestatario o querer hacer valer
alguna diferencia de postura respecto de la dirección que el líder traza para la acción
9
grupal. Porque, por un acuerdo previo (mas o menos explícito), se espera que calle y
acate, no que contraríe.

Vínculos
Berenstein, un autor argentino conocido en el mundo por sus aportes al psi-
coanálisis, por construir el concepto de estructura familiar inconciente, en el 2007 de-
fine al vínculo de la siguiente manera:
“No son dos sujetos previamente instituidos que van al encuentro,

sino que se instituyen como nuevos sujetos desde el vínculo y no previamente

a él”. Ni lo uno ni lo otro, los dos y en simultáneo. Es decir que el vínculo

produce subjetividad en sí misma vincular, valga la redundancia. Hay un

“sí mismo” que nunca es tal en sentido estricto, sino desde lo vincular.

En un pensamiento vincular no se es uno con otro, sino otro con

otro. Lo vincular como figura del ENTRE, es una figura doble, paradojal,

ambigua, que nunca es ni hace Uno, es irreductible. Es un “siendo con”.

Nunca es, adviene.”2

2
Zadunaisky A. Ficha “Episteme de lo vincular”, seminario “Producción de Subjetividad”. IPVC
10
Pensamiento Unico-Pensamiento Complejo

Para comprender mejor a qué se llama pensamiento complejo, es necesario


diferenciarlo del concepto de pensamiento único. Este último fue descripto en el siglo
XIX por el filósofo alemán Arthur Schopenhauer. Es un cuerpo de pensamiento que se
sostiene a sí mismo, se autosustenta, constituyendo una unidad lógica independiente,
sin tener que hacer referencia a otros componentes de un sistema de pensamiento. Se
ofrece como natural, incuestionable.

Pensamiento complejo

Edgar Morin3, uno de sus principales referentes, ve el mundo como un todo indi-
sociable, considera que siempre está presente la dificultad. Según él, hay complejidad
donde sea que aparece un conjunto entramado de acciones, de interacciones, de retro-
acciones. La construcción del pensamiento se desarrolla con un análisis profundo de
diversos elementos. Estos elementos se caracterizan por tener muchas partes que for-
man un conjunto. La multidimensión de los fenómenos diferente a la fragmentación de
saberes, que lleva a un orden que se ve como creíble, pero es poco real.

Hace uso de dos metáforas para la explicación del pensamiento complejo:

❖ La del holograma. El todo está en la parte y la parte en el todo. El todo es más


que la suma de las partes, pero además, el todo está en la parte. Da el ejemplo
de la célula que es parte del organismo y además en ella está contenida la posi-
bilidad de generar todo el organismo.
❖ La crisálida: para convertirse en mariposa, la oruga debe encerrarse en la crisálida
y destruir todo lo que corresponde a la oruga, salvo el sistema nervioso. La oruga
se destruye como tal para poder construirse como mariposa. Se produce algo
nuevo.

El positivismo produjo en su época un avance, al permitir pensar relaciones causa-efecto


por fuera de las consideraciones mágico-religiosas, por las cuales lo que le pasaba al
individuo era por sus pecados o los de sus padres. Pero no alcanza con hablar solo de
relaciones causales lineales. Es necesario considerar otros factores y otras dimensiones.

3
Filósofo y sociólogo francés. Bibliografía: Morin E., Introducción al Pensamiento Complejo.
11
“Complexus”: lo que esta tejido en conjunto.

• Tejido de eventos, acciones, interacciones, azares y determinaciones, de


retro-acciones, de constituyentes heterogéneos inseparablemente asocia-
dos que constituyen el mundo de nuestros fenómenos.
• Presenta la paradoja de lo Uno y de lo Múltiple.
• Admite cierto grado de desorden (no absoluto), ambigüedad, incertidum-
bre, de contradicción.
• UNIDAD MULTIPLE /Multi-dimensión
• En todo sistema existe siempre un indecible. Necesita demostrarse a través
de premisas externas a sí (de un nivel de mayor complejidad)
• Principio de la diferencia
• Principio de identidad Compleja- Múltiple
• Holograma: la parte está en el todo y el todo en la parte
• Dialógico: existe relación abierta y mutua transformación
• Apertura trans-disciplinaria
• Cerdeiras: las estructuras son siempre incompletas, falladas, vacías. En los
conjuntos siempre queda algo afuera porque ninguno contiene todos los
elementos.
• Deleuze: en la naturaleza reina la diversidad del ser y sus transformacio-
nes.
El pensamiento complejo es de la articulación- de lo que sucede ENTRE,
de “lo que va por el medio”
• Pensamiento complejo articula sujeto-vínculo-cultura.4

4
Amores Sara. “Acerca del Pensar”- Pensamiento Unico-Pensamiento Complejo
12
La subjetividad en lo grupal – Concepto “Entre”

La realidad es compleja, por lo tanto el pensamiento que intente pensarla-expli-


carla y modificarla también debe serlo. Esto es lo que lleva a problematizar el abordaje
de diferentes nociones para pensar lo vincular-grupal.

Las teorías se acercan más a la complejidad cuando se articulan entre sí, ello es
necesario para que sean abordadas y explicadas, dado que ninguna puede auto-definirse
del todo ni validarse a sí misma. Eso que sucede con los sistemas teóricos que utiliza-
mos para pensar, se repite también en los sistemas humanos. Aquí surge entones la
noción “ENTRE”, que habilita a correr el enfoque de “las cosas-individuos siendo en sí
mismos” y pasar al plano de la relación, esta última siempre sujeta a la vez al devenir
histórico.

Pensar desde lo vincular implica pensar de nuevo, crear nuevos conceptos y for-
mas de pensar. Lo vincular nos invita a pensar desde el entre y no por fuera de él. La
dificultad de este concepto es que cuesta representárselo, pensarlo con algún ejemplo,
localizarlo. Aquí uno para pensar: Si se les propone: “Piensen en su jefe” a cada uno le
vendrá una imagen de su jefe incluyendo sus características: exigente, permisivo, res-
ponsable, etc. Aparece la asociación. Pensar en el ENTRE sería ubicar la manera por la
cual se es empleado para ese jefe, lo cual tal vez se diferencie de la forma de haber sido
empleado para otro jefe anterior. Y, a su vez, podríamos pensar el ENTRE específico que
un tipo de liderazgo genera entre compañeros de oficina (Con un jefe menos estricto
los empleados pueden charlar y chatear más seguido; con un jefe exigente se eligen
ciertos momentos de charla que no interrumpan al trabajo y eviten una sanción)
Lo entre como vinculo, no tiene lugar por fuera del sujeto. El sujeto es producción
del vínculo, se constituye y destituye en él. La identidad entonces, necesita poder pen-
sarse de otra manera, y ya no en términos de “uno solo” o “uno mismo”. El sujeto es
entre, es vincular, no es individual. Nos constituimos subjetivamente diferenciándo-
nos, difiriendo. Uno no es primero uno que se diferencia de otro. Uno (que no es tal) se
constituye a partir del proceso de DIFERENCIACION.
Uno ya no es uno, y lo ajeno atraviesa lo propio tanto como lo propio atraviesa
lo ajeno.
Si hasta aquí hemos pensado la diferencia a partir de la identidad ahora se trata
de pensar la identidad a partir de la diferencia. No se trata de negar la identidad o

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desecharla, se trata de cuestionarla en su pretensión de propiedad privada e individual,
señalando su naturaleza diferencial.

Tortorelli, M.A5, citando a J. Derrida6 (1996) da unos ejemplos para entender la


naturaleza falaz de lo Uno, de lo que tiene identidad: la línea y la pared. Una línea es
doble borde. Nunca puede haber “una” línea, “una” frontera. Siempre son doble borde,
en el origen doble vínculo. Una pared tiene inevitablemente dos caras, pero no como
dos unidades separables, sino como dos bordes que no hacen uno y tampoco son dos
en sentido de uno más uno. La pared constituye un adentro y un afuera a la vez. Ese a
la vez debe pensarse en su diferencia irreductible, diferencialmente. Interior y exterior
son efecto de la pared, son a partir de la diferencia, del entre. No es primero lo exterior
y lo interior, constituidos en sí mismos, y luego la pared como diferencia entre ambos.
Entonces la pared es una metáfora del entre, y sin entre no hay ni interior ni exterior.
Constituidos a partir de la diferencia, no son en sí mismos, no hay uno sin el otro. Se
constituyen en su diferencia y no en su identidad.
Esto nos lleva a pensar lo vincular como producción más que como relación.
No se trata de elementos con existencia previa e identidad, luego puestos en relación y
en diferencia. En lo vincular se trata de la producción conjunta de “lo uno y lo otro” por
la diferencia. “Uno” nunca será el término de una relación sino el efecto de un proceso
de diferenciación.
Lo vincular será pensado desde el ENTRE, concebido no como categoría de relación sino
como espacio de producción y proceso de diferenciación.

René Käes7, realiza desarrollos interesantes respecto de lo que implica el incons-


ciente, sus procesos y formaciones, en el corazón de la dinámica grupal. Va a decir que
hay emergentes inconscientes que solo se producen por el hecho de la reunión, del
agrupamiento, de la asociación de psiques en la experiencia vincular-grupal. En grupo
esos procesos se producen simultánea y sucesivamente en varios sujetos ligados entre
sí en el espacio grupal.

5
María Alejandra Tortorelli: Licenciada en Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Bue-
nos Aires (UBA)
6
Jaques Derrida; filósofo francés de origen argelino
7
Psicoanalista y sociólogo francés. Analista individual y de grupo
14
Existe una realidad psíquica inconsciente de grupo-de vínculos. es el inconsciente
propio de los espacios grupales. se produce por el agrupamiento y asociación de psi-
ques, por su ensambladura.

15
Configuración vincular grupal

Posee 3 espacios psíquicos específicos

1) SUJETO SINGULAR: no es el individuo, es el sujeto del incons-


ciente. Y sujeto del vínculo en el grupo. A este espacio pertenecen los llamados
procesos arcaicos u originarios, que son:

→ inclusión/exclusión
→ fusión/ruptura
→ ataque/huida
→ unión/rechazo
→ Fantasías de control-destrucción y reparación del objeto (Melanie
Klein)

Y los procesos primarios que manifiestan sus efectos en el sueño, los síntomas,
los chistes, los actos fallidos. Su materia prima es el lenguaje. Tienen relación con el
pensamiento mas conciente.

2) VINCULO: no es la suma de sujetos, es un espacio psíquico cons-


truido por sus relaciones a través de alianzas inconscientes que las organizan.

3) GRUPO: es la composición de PSIQUES SINGULARES (Punto 1) y de


los VINCULOS ENTRE sujetos (Punto 2).
Como trasfondo tienen las configuraciones colectivas que son la dimensión ins-
titucional y lo social (organización dinámica de conjuntos que forman una sociedad)
Estos tres espacios se contienen y sostienen entre sí.

Dimensiones de la realidad psíquica en las configuraciones vinculares


Lo INTRAPSÍQUICO: el espacio interno del sujeto singular
Lo INTERPSÍQUICO: el espacio psíquico ENTRE LOS SUJETOS. Los une y separa

16
LO TRANSPSÍQUICO: realidad psíquica que se transmite a través de los sujetos
sin que ellos hayan sido actores de esa realidad sino solo agentes de recepción y trans-
misión que a veces es transformadora y otras veces no.

Los espacios se interfieren en situación de grupo. El sujeto está atravesado


por, conectado con, apuntalado o sostenido en todos esos espacios.

Vinculo es entonces, un espacio dotado de realidad psíquica específica cons-


truida por el encuentro entre dos o más sujetos. Y su entidad está constituida por
alianzas inconscientes anudadas entre los sujetos del vínculo. Es el Nos-otros, que se-
ñala consistencia y pertenencia al grupo al tiempo que lo diferencia del vos-otros
(otros grupos).

Como no podemos no estar en la intersubjetividad, porque el sujeto se mani-


fiesta y existe solo en su relación con más de un otro, Käes8 dirá que la fórmula del
vínculo es “no lo uno sin lo otro” en tanto alteridad.

Las alianzas inconscientes fabrican una parte del inconsciente de cada sujeto.
Todos somos sujetos de esas alianzas.

Si hay vínculo habrá alianzas inconscientes. Son una de las principales forma-
ciones de la realidad psíquica que organizan la consistencia de los vínculos que se es-
tablecen entre sujetos ya sean parejas familias grupos o instituciones. Cada uno de
nosotros necesita del otro para realizar aquellos deseos inconscientes irrealizables sin
el otro, y recíprocamente.

Las alianzas tienen por fin mantener reprimido, rechazado, renegado o borrado
lo que en cada uno de los sujetos de un vínculo puede poner en peligro su vínculo. 9

8
Käes René. “Lógicas del inconciente e intersubjetividad. Trazado de una problemática.” Psicoanálisis de las confi-
guraciones vinculares. Tomo XXXII, N°2, 2009. Pags 81-115
9
Lic. Sonia Cesio “Acerca del psicoanálisis de las configuraciones vinculares” Revista Internacional de Psicología.
Vol.1 No.2
17
Historia del abordaje grupalista-vincular

Es interesante pensar para continuar, antes del abordaje de las diferentes insti-
tuciones y configuraciones vinculares que en ellas se dan -teniendo en cuenta que ello
siempre es en un contexto socio-histórico- como se han gestado en occidente y mas
específicamente en nuestro país lo referente a los dispositivos grupales con orientación
terapéutica.

Los que se han dedicado a historiar el tema coinciden en que todo comenzó en
1905 en EEUU, en donde Joseph Pratt, inicia un abordaje de pacientes tuberculosos
dando origen al dispositivo de lo que será la psicoterapia de grupos. Preocupado por
aquellos pacientes pobres en recursos económicos, que no se pueden permitir
un tratamiento hospitalario, decide organizar con ellos unos grupos de apoyo
que les sirvan de ayuda y de instrucción acerca de la conducta a seguir hasta su
curación.

El va a implementar un método para acompañar el tratamiento médico, en el


cual se activan en los pacientes sentimientos de rivalidad, de solidaridad y de imitación
del otro para igualar sus formas de afrontamiento de la enfermedad o incluso superar-
las. Pratt trabaja estimulando la identificación con la figura del terapeuta que se ofrece
como personaje idealizado. Le van a llamar TERAPIA EXHORTATIVA PATERNAL, que
actúa POR el grupo y maneja las emociones colectivas sin intentar comprenderlas. No
analiza ni interpreta. Exhorta o estimula emociones desde una figura central paterna,
que actúa como líder ejemplar a seguir.

De esta corriente se van a separar las terapias de estructura fraternal que también
actúan por el grupo, pero buscan abolir todo liderazgo encarnado por una figura ex-
terna. El grupo se ordena en relación a un par que se propone como modelo.

Jacob Levy Moreno10, que inicia su labor en Viena y luego deberá migrar a EEUU,
desarrolla algo ligado a las terapias por el grupo, pero más complejo y sofisticado. Es el

10
(1889-1974) Psiquiatra, Psicosociólogo y educador rumano. Fue miembro de la facultad de filosofía y medicina
y trabajó en psicoterapia de grupo.
18
creador del psicodrama, el cual consiste en la dramatización de algún conflicto subje-
tivo, de algunos de los miembros del grupo, por parte de un equipo de psiquiatras y
ayudantes que ofician de “yo auxiliares”.

Samuel Slavson11 y Paul Schilder12 (entre otros) abandonan las técnicas de suges-
tión y apoyo y llevan la técnica psicoanalítica al grupo. Van a realizar los primeros in-
tentos de traslado del psicoanálisis a los fenómenos grupales.

En 1948 Bion en Inglaterra, convoca veteranos de guerra y trabaja como psicoa-


nalista con los conceptos de transferencia Y contra-transferencia. La primera consiste
en proyectar sobre la figura del analista grupal fantasías, ansiedades, defensas y conte-
nidos inconscientes que se van a actualizar en relación a las resonancias del grupo y a
la figura central de aquel. La segunda aborda todo eso mismo movilizado en el analista
a partir de las resonancias que la dinámica grupal del momento genera en él. En toda
una época se trabajó desde esos sentimientos que le generaban los pacientes a sus ana-
listas a partir de sus propios conflictos y complejos en juego. J. Lacan13 planteó luego
que lo que el analista vivencia como sujeto, o sea esa contra-transferencia, tiene que
quedar afuera de lo que se toma para intervenir en los tratamientos. Tiene que sostener
una posición de NEUTRALIDAD para tomar lo que transfiere en torno suyo el paciente,
y desde ahí intervenir. Su subjetividad en juego debe quedar afuera. Debe aplicar la
regla de la abstinencia, que implica abstenerse de actuar desde sus propias fantasías,
sentires, y afectos movilizados.

En la Argentina, en la década del 50, Pichón Riviére desarrolló una práctica de


grupos con pacientes psicóticos en el ámbito del hospicio y más tarde extendió la téc-
nica al ámbito de la educación y enseñanza. Entre sus aportes está la noción de VÍNCULO
como desarrollo del concepto de relación de objeto.

En 1957 otros referentes del campo del psicoanálisis, medicina y docencia en


argentina (Marie Langer14, Emilio Rodrigué15) introducen la microsociología o “Técnica
interpretativa de grupo” al tomar a este como un fenómeno en sí al que se dirigen las

11
Educador y trabajador social.
12 Psiquiatra, psicoanalista e investigador médico, colaboró en el trabajo pionero de aplicar los principios psicoa-
nalíticos freudianos al encuadre grupal.
13 Psiquiatra y psicoanalista francés conocido por los aportes teóricos que hizo al psicoanálisis, sobre la base de
la experiencia analítica y la lectura de Sigmund Freud.
14
Médica, psicóloga, psicoanalista, y docente austro-argentina.
15 Psicoanalista argentino.
19
interpretaciones y van a decir que lo individual es un efecto de la participación en el
marco colectivo.

En la década del 60 surgen nuevos desarrollos que van a impactar en nuestro


ámbito: en EEUU la Teoría de la Comunicación Humana con conceptos como “Doble
Vínculo” entre otros, que servirán para construir una teoría que explica la psicosis como
efecto psicógeno de una disfunción en el seno del sistema o ambiente familiar. Estos
desarrollos impulsan el abordaje clínico de familias. La teoría de la comunicación hu-
mana se basa en una serie de postulados, que derivan del ámbito de funcionamiento de
los sistemas informáticos aplicados a los sistemas humanos. Pero no incluyen la dimen-
sión del inconsciente. Los americanos en general, son reacios a considerar la dimensión
de un inconsciente determinante de lo observable, tal como surgió a partir del descu-
brimiento freudiano. No obstante, estos teóricos van a situar formas de funcionamiento
del sistema que desembocan en determinadas situaciones sin salida generando locura
en algún o algunos miembros.

En relación al modelo que estamos trabajando y pensando, el del psicoanálisis


de las configuraciones vinculares, lo original que lo caracteriza como enfoque es que
toma además del inconsciente, al vínculo en si como objeto de estudio y tratamiento. El
vínculo transcurre en la intersubjetividad y da origen a representaciones mentales in-
conscientes, por efecto de la presencia del otro. Posee una estructura que le da estabili-
dad, aunque esta puede sufrir transformaciones

La pertenencia del sujeto al conjunto está marcada por representaciones concien-


tes, preconscientes e inconscientes, propias de lo transubjetivo. Todo ello movilizado
en presencia de los otros, en relación a los cuales se pondrá en juego la realización de
deseos vitales subjetivos

Todo lo referente a los estudios del inconsciente clásico, y sus representaciones


como fantasías subjetivas, defensas, ansiedades, asociaciones, transferencia, etc. en
ausencia del objeto, quedará dentro de la órbita de lo intrasubjetivo.16

16
Rasia Friedler, Danier Asiner Favier, Héctor Krakov, María Isabel Pazos– Diccionario de psicoanálisis de las confi-
guraciones vinculares. Ediciones Del Candil
20
Alianzas inconscientes

Los organizadores grupales son los elementos situados en el entre vincular,


como la fantasía. Ellos organizan la vida psíquica vincular, dando lugar a lo que llama-
remos: alianzas inconscientes.

Para hacer vínculo desde el origen de la vida psíquica, y más tarde para formar
una pareja, una familia, incluirnos en un grupo, vivir en comunidad con otros humanos,
somos investidos y nos investimos electivamente entre nosotros. Es decir, ponemos li-
bido o energía psíquica –interés- unos respecto de otros. Nos identificamos en forma
inconsciente, con un objeto, un otro y un rasgo en común. Se arma una comunidad, una
unidad a través de algo en común.

Las identificaciones, estarán fundadas en consonancias previas, en lo que se


llama resonancias fantasmáticas, cumplimientos de deseos y frustraciones. En este
plano se ubica la fantasía, un gran organizador grupal.

Para que un grupo sea creado, se mantenga estable y tome consistencia, es nece-
sario el acuerdo de pautas y condiciones de roles y funcionamiento que prioricen la
unidad por sobre la amenaza de destrucción, fragmentación, ruptura, que generan los
conflictos.

Para hacer vínculos hace falta además anudar y sellar alianzas (algunas concien-
tes y otras inconscientes) cuya función principal es mantener y estrechar los vínculos.
Un ejemplo podría ser cuando aceptamos los términos y condiciones en una compra o
página de internet. Las mismas son extensas de leer y por ello muchas veces se aceptan
sin saber realmente cuales son dichas condiciones. Sin embargo, eso sigue ahí, latente,
como marco que regula.

A través de las alianzas armamos vínculos, sellamos su existencia. Trazamos ob-


jetivos, metas y horizontes respecto de la satisfacción mutua en torno de algo. Además,
la alianza trata de estabilizar la existencia del grupo a través del tiempo. Asegurar su
continuidad.

La mayoría de los acuerdos permanecen inconscientes. Y ello sucede porque las


alianzas que le interesan al psicoanálisis, a diferencia de las que toman la antropología

21
social, la religión, el derecho, etc. implican la entrada del ser humano en un acuerdo que
se apoya en procesos y apuestas específicos, peculiares.

La alianza inconsciente es una formación psíquica intersubjetiva (del ENTRE)


construida por los sujetos de un vínculo para reforzar en cada uno de ellos, y establecer
en la base de ese vínculo, las investiduras necesarias para formarlo y sostenerlo. La
alianza se construye de manera que el vínculo adquiere para cada uno de sus sujetos
un valor psíquico decisivo. Grupo, familia, pareja, etc. obtiene su realidad psíquica de
las alianzas, contratos y pactos que sus sujetos establecen y que su lugar en el conjunto
les obliga a mantener. Producen efectos más allá de los sujetos, circunstancias y mo-
mentos que las hicieron necesarias y que las elaboraron: son transmisoras de la vida
psíquica entre generaciones (trans-generacional) y entre contemporáneos.

Las alianzas inconscientes le dan un contenido específico a la formula “No lo uno


sin el otro, y sin el vínculo que los une y los contiene.” Requieren que los sujetos se
comprometan. Les distribuyen beneficios y les prometen gratificaciones. Esos beneficios
deben tenerse en cuenta en relación con el costo psíquico que le exigen a los sujetos.

Cada uno de nosotros es sujeto del inconsciente bajo efecto de alianzas incons-
cientes. Estas fabrican una parte del inconsciente y de la realidad psíquica de cada su-
jeto.

Para Kaës las alianzas inconscientes constituyen una de las principales formacio-
nes de la realidad psíquica. Por un lado, organizan la consistencia de los vínculos que
se establecen entre dos o más sujetos; pero además las alianzas participan en la estruc-
turación del psiquismo de cada individuo desde su nacimiento, como así también en la
dinámica actual de su vida psíquica. Distingue tres tipos de alianzas inconscientes:

A. Estructurantes. Contribuyen a la estructuración de la psique y son:

- Contrato de renunciamiento mutuo a la realización de directa de metas


pulsiones:
1- Prohibición del incesto. Regula el acceso a la sexualidad, con quiénes
se puede/no se puede mantener relaciones sexuales. Funciona en todas las cul-
turas, pero varía en cada una. Hay ciertos vínculos que no deben mantener inter-
cambio sexual. En nuestra cultura actual los límites son las relaciones consanguí-
neas (padres, hijos, hermanos, tíos, sobrinos, primos)
22
2- Prohibición del canibalismo y el asesinato del semejante. Regula los
impulsos agresivos, impone un freno a la aniquilación de los otros.

Gracias a ellas se puede establecer un contrato beneficioso para una comunidad


que al ser comunidad de derecho (Leyes) “nos protege contra la violencia, impone la
necesidad y hace posible el amor”17. La comunidad se funda en el derecho, que exige
que para beneficiarnos de la protección debemos a cambio renunciar a ciertas satisfac-
ciones. La vida cultural y sus realizaciones exigen estas condiciones, esas renuncias.

El renunciamiento pulsional y el advenimiento de la comunidad de derecho tie-


nen una función y significación tanto en el espacio psíquico singular como en el espacio
psíquico de los agrupamientos sociales e institucionales.

- Contrato Narcisista:

P. Aulagnier introdujo la noción de contrato narcisista para postular que cada


sujeto viene simultáneamente al mundo de la vida psíquica, de la sociedad y de la suce-
sión de las generaciones siendo portador de una misión: asegurar la continuidad del
conjunto al que pertenece. A cambio el conjunto tiene que investir, o sea dotar de ener-
gía, de un lugar, de interés y de valor, a cada individuo. Este contrato atribuye a cada
uno un lugar determinado en el grupo.

Ese lugar al que el sujeto adviene, ha sido significado, dotado de sentido, por el
discurso del grupo que lo recibe, discurso que incluye los ideales y los valores, transmite
la cultura del conjunto social (lo transubjetivo). Cada sujeto debe, en cierta manera,
retomarlo por su cuenta. Por medio de ese discurso se enlaza al ancestro fundador del
conjunto. Hay una cadena de generaciones, de la que el sujeto es miembro y parte activa,
que lo inviste narcisísticamente (su Yo) como portador de una continuidad del conjunto.
Esto remite a lo que Freud platea en “Introducción al Narcisismo” en 1914, cuando nos
dice que los padres, en primer lugar, hacen del niño el portador de la realización de sus
sueños de deseo no realizados, asegurando de ese modo su apuntalamiento narcisista.
Es decir, que el yo de ese nuevo sujeto se va a constituir apoyándose en los ideales

17
S. Freud. 1930 “El Malestar en la cultura”. Tomo XXI. Ed. Amorrortu
23
familiares y en los deseos no resueltos de los padres. Y ello de la misma forma que a
través de los padres el deseo de generaciones previas ha sostenido, positiva o negativa-
mente, su llegada al mundo y su propio anclaje narcisista.

El texto del contrato podría plantearse de la siguiente manera “Te damos un lugar
como sujeto en esta familia-sociedad, a cambio de que nos perpetúes y puedas realizar
nuestros deseos no realizados”

El contrato originario permite la supervivencia, la autoconservacion, y permite la


filiación trans-generacional. Inscribe al sujeto como hijo de, nieto de, sobrino de, etc.
Está al servicio del conjunto y del sujeto que es un eslabón-servidor de ese conjunto,
que son las sucesivas generaciones familiares de pertenencia. Beneficiario y heredero a
la vez.

El contrato secundario es un contrato de afiliación. Se va a poner en juego cuando


el sujeto establezca vínculos extra-familiares y muchas veces entra en conflicto con el
contrato originario.

B. Defensivas.

Pacto negativo. Es una de las primeras medidas que actúan produciendo el aco-
plamiento de los sujetos en la formación del grupo. Implica un gran acuerdo defensivo
mutuo para mantener reprimidas y negadas las representaciones peligrosas que
atentan contra la continuidad del grupo. Lo inaceptable es reprimido por todos y de-
positado en el inconsciente grupal. El pacto negativo es resultado de las operaciones de
represión y/o negación que se imponen mutuamente los miembros del grupo permi-
tiendo el armado del mismo.

Kaës lo define como un acuerdo inconsciente concertado mutuamente para que


el vínculo se organice y se mantenga en el complemento de los intereses de cada sujeto
y el vínculo. Se intenta mantener al margen todo aquello que atente contra la unidad y
los objetivos en común. Para que el grupo pueda funcionar y mantener un relativo
equilibrio en la unidad, es necesario que muchas cosas queden reprimidas, veladas, que
no se hagan presentes, o sea que pasen por represión a formar parte del inconsciente
grupal, o se mantengan reprimidas. Hay cuestiones que todo grupo debe reprimir, o
silenciar, para poder actualizar sus encuentros, avanzar en sus objetivos, satisfacer me-
tas y deseos. Si las diferencias irrumpen abruptamente y no se pueden neutralizar, la

24
unión grupal se ve amenazada. Una de las cosas que reprime la defensa del pacto nega-
tivo son las diferencias entre los miembros, de género, de ideología, políticas, religiosas,
etc, y todas las que, de prevalecer o magnificarse, atentarían contra la continuidad gru-
pal.

Para que en un grupo prevalezca la unidad es preciso dejar a un lado, reprimir


o negar las diferencias, ciertas zonas de lo intra-subjetivo de cada uno que pueden
amenazar la continuidad.

C. Ofensivas o psicopáticas

Se establecen como una coalición organizada con miras a un ataque contra


otro/s, para ejercer sobre él una dominación, someterlo o destruirlo. Por ejemplo, un
caso de bullyng en el ámbito escolar. Esto genera el accionar violento, con fines destruc-
tivos respecto del otro. Se da la coalición entre algún/os atacante/s y algún/os cómpli-
ces mudos contra una víctima que sufre el accionar violento.18

18
Käes René, 2007.“Un singular Plural” El psicoanálisis ente la prueba del grupo. Cap. 10 “Las alianzas Inconscien-
tes” Amorrortu editores

25
Familia

La emergencia de un diagnóstico o trastorno puede producirse por múltiples


factores (pensamiento complejo), entre ellos los familiares. Por ello, abordar los
vínculos familiares se torna muy necesario a la hora de sostener y acompañar un
paciente.

Los abordajes psicoterapéuticos que se proponen intervenir para generar


transformaciones en dicha organización familiar, buscarán detectar y esclarecer los
pactos y acuerdos inconscientes que interfieren en su crecimiento y desarrollo.

Si bien el AT no va a intervenir de manera directa con la familia, incluir en


su mirada y abordaje nociones relativas al funcionamiento de la dimensión inter-
subjetiva (ENTRE), será un aporte fundamental a la hora de diseñar estrategias con-
juntas apoyadas en el desarrollo de un plan de acompañamiento y sus objetivos
terapéuticos.

BREVE HIISTORIA DE ESTE TIPO DE ABORDAJES:

➢ En los años 60 se publicaron en los EEUU, de manera indepen-


diente y simultánea, los trabajos de tres equipos de investigación sobre la in-
teracción en familias con un miembro esquizofrénico: el equipo de Palo Alto,
liderado por Jeorge Bateson, el de Theodore Lidz y el de Lyman Wyne.
➢ En ese mismo momento en Argentina, Pichón Riviere y Jorge Gar-
cía Badaracco incluyen a la familia en el proceso terapéutico.
➢ En la misma época tanto en EEUU como en Argentina y Francia se
va a empezar a considerar la importancia del tratamiento familiar en los tras-
tornos infantojuveniles.
➢ El trabajo con niños y con psicóticos y esquizofrénicos llevan a
la necesidad de trabajar con familias. No podemos mirar a un niño solo, ni a
un sujeto solo con su diagnóstico, es necesario abordarlos con su familia y su
medio.

26
➢ Actualmente el abordaje familiar se plantea no solo como nece-
sidad sino como una forma de reconocer la complejidad de las relaciones hu-
manas.

Pensar la familia es pensar en un entramado sujeto-vinculo-cultura. Los cam-


bios que lo sociocultural (tran-subjetivo) produce en la familia y la influencia que ésta
tiene a su vez en los cambios de época. Las familias que llegan a la consulta hoy son
diferentes a las que llegaban hace unas décadas, la problemática por la cual consultan
también lo es, y debemos dar cuenta de ello.
Desde los años 50 comenzaron a surgir diversas maneras de entender los fenómenos
clínicos abordados por la psiquiatría y la psicología como co-producidos, y no ya
como patrimonio del paciente.
Surgieron diferentes escuelas teóricas que tomaron a la familia como unidad
de estudio y tratamiento.

Desde las escuelas cognitivas, sistémicas y psicoanalíticas se propusieron di-


ferentes formas de abordaje familiar, y se definió una Terapia Familiar en sentido
estricto, entendida como la necesidad de la presencia en la sesión de los miembros
del grupo familiar.
Como at es importante poder pensar a la familia como sistema vincular en pre-
sencia, porque el rol va a tener que hacerse un lugar en el seno de este tipo particular
de grupo para intervenir en los casos que así lo requieran. En otros casos si bien no se
interacciona con el grupo familiar, es rico poder tomar la trama vincular y su peculiar
funcionamiento, para tener en cuenta el desarrollo de la mejor estrategia a la hora de
incluir su rol.

Un modo intersubjetivo es el de la familia, como conjunto de vínculos estables o


relativamente estables, con denominaciones determinadas que se ordenan (LUGARES-
ROLES), se configuran, de acuerdo a criterios concientes (normativos) pero también, y
principalmente, inconscientes.

A pesar de los cambios que tuvo la familia a lo largo de la historia, se advierte


en todas ellas la legislación sobre la sexualidad (prohibición del incesto) y violencia
(prohibición de matar y/o dañar al otro), en relación con la prohibición de matar para
el espacio social.

27
Este conjunto vincular llamado familia, se constituye a partir de estipulaciones,
la mayoría inconscientes, que Berenstein denominó y definió como acuerdos y pactos
que definen, cómo cada familia procesa lo prescripto y prohibido en cuanto a sexua-
lidad y violencia. (Alianzas, pactos y acuerdos inconscientes, Käes)

La comunidad Económica Europea tuvo que definir a la familia (en un proyecto


para los países miembros que la integran) frente a la multiplicidad de formas de la
familia actual: monopartental, reconstituida, basada en parejas homosexuales, y lo
hizo a través de las funciones que ejerce o sostiene una familia

¿Cuáles son eso puntos esenciales que hacen que podamos seguir hablando de
Familia frente a la multiplicidad de formas actuales?

A pesar de los cambios y las diferentes formas familiares, lo que permanece


invariante en ellas son las funciones materna, paterna, y filial.

A la función materna suele atribuirse el hecho de brindar sostén y a la paterna


instalar el corte o separación madre-hijo y la operación en el sistema del estableci-
miento de los límites y las diferencias (entre miembros del grupo, entre generaciones,
de roles o lugares, asimetría padres- hijos, etc)

Dicha separación de funciones respecto de quienes las ejercen, se establece a


los fines descriptivos ya que dichas funciones están entrelazadas y son ejercidas por
ambos progenitores. Fue por eso que actualmente se las redujo a las funciones es-
tructurantes a las de sostén-apuntalamiento subjetivo, y corte.

Una función fundamental de la familia para el ser humano por venir es brindar
afecto. un clima de afecto sano y estable imprescindible para anidarlo, contenerlo,
permitirle desarrollarse y crecer.19

La familia entonces, es portadora y vehículo de la cultura en la que un sujeto


nace, y a la vez los sujetos que ella es capaz de generar, de gestar, producen cultura,
aportan a esa cultura reproduciéndola y/o modificándola, imprimiendo dosis de no-
vedad, de cambio, de transformación en muchas ocasiones.
Por lo tanto, los cambios socioculturales que estamos atravesando, la van a

19
Amores Sara “Clínica del niño y su familia”
28
involucrar dándole características peculiares que hacen que esta familia contemporá-
nea sea distinta a las de las últimas décadas.
Todas las modificaciones que ha sufrido han llevado a que muchos se pre-
gunten si era el fin de la familia. Si no lo es a pesar de los cambios de formato, ¿Cómo
la caracterizamos hoy? Porque frente a modalidades y configuraciones tan diferentes
si seguimos hablando de familia, es porque pensamos que algo la define o caracte-
riza.
Los puntos esenciales que hacen que sigamos hablando de familia son las
funciones que debe reunir, a pesar de la diversidad o multiplicidad de formas de la
familia actual. Además tiene que existir algo básico y fundamental que es el aporte
de afecto estable y seguro. Un entorno afectivo estable que reciba, aloje y sostenga a
ese niño. Hubo mucho desarrollo teórico respecto del apego seguro, y las variedades
del que no lo es o apego inseguro, a partir del estudio de las serias dificultades que
eso genera en la vida de los seres humanos. Y por último vimos el funcionamiento de
la Ley, de las regulaciones de los vínculos o relaciones. Las alianzas y acuerdos in-
conscientes.
Es en el seno de las familias donde lo sociocultural se reproduce y produce,
en un inter-juego dialéctico donde lo transmitido a cada generación es procesado y
retransmitido, dándole nuevas significaciones a lo recibido y generando nuevas pro-
ducciones socioculturales.

En una breve síntesis de los cambios en la familia, podemos ubicar el desli-


zamiento que tuvo desde la etapa pre-capitalista, pasando por la modernidad capita-
lista, hasta nuestros días. Siempre hablando básicamente de occidente, digamos de
nuestros referentes culturales, de nuestros antecesores y nuestros contemporáneos
que comparten nuestro sistema cultura y su evolución. Hay otras culturas, que tienen
y han tenido formatos muy diferentes con otro tipo de evolución, como sucede en las
culturas poligámicas.

En la etapa pre-capitalista, en las zonas de Europa que luego se van a conver-


tir en los Estados Nacionales de los cuales vienen nuestros ancestros, las comunidades
rurales presentaban una modalidad muy extensa (aún persiste en ciertas zonas), nu-
cleada en torno del descendiente de mayor edad, que organizaba al grupo política,
económica y socialmente. Era una familia ampliada con convivencia de tres o más
29
generaciones. Cumplía con amplias funciones sociales y las relaciones entre sus
miembros eran lo que garantizaba la red de relaciones.

Con el desarrollo industrial capitalista, se da un éxodo importante hacia las


ciudades, que expanden mucho su crecimiento. Se establece una diferencia marcada
entre lo público, como lugar de trabajo remunerado, y el ámbito privado, reservado a
la intimidad familiar y doméstica. Los hombres trabajan fuera del ámbito familiar, y
la mujer vio restringida su función social, pasando a ser “reproductora de los produc-
tores”. Se genera una división sexual del trabajo muy evidente, en la cual la mujer va
a reproducir un orden ideológico dominante, que la cristaliza en un lugar de pasivi-
dad, negándole derechos políticos y considerando la función maternal como exclu-
yente. De la mano de esta etapa se va perfilando la llamada familia nuclear, formada
por padre madre e hijos, que van a ir reduciendo su cantidad, a medida que pasan las
épocas en términos generales.

El origen de este cambio rural-urbano, marcado por el advenimiento del sis-


tema capitalista, va a estar abiertamente estimulado por motivos y actores socio po-
líticos. El Estado toma cartas en el asunto y promueve el matrimonio legal. Entre los
siglos XVIII y XIX se van a producir además del éxodo campo ciudad, que absorbe
mano de obra necesaria para la producción, muchas guerras y enfrentamientos que
también demandan filas. Los hombres estaban muy expuestos a la muerte temprana,
a ser reclamados en combate. Y por otro lado, la madre entronizada como figura ex-
celsa y amorosa hacia los hijos, está lejos de ser universal y eterna. Hacia el siglo XVIII
era muy común el infanticidio encubierto. Y el abandono de los bebés a quienes deja-
ban en instituciones religiosas para su crianza.

El Estado va a iniciar una intervención deliberada, con ayuda de la Iglesia,


promoviendo los matrimonios legales, para ordenar las herencias de patrimonio, y
también la vincularidad tratando de estabilizar las uniones. Aparece una preocupa-
ción que da lugar a verdaderas campañas, que estimulan el matrimonio como unión
legítima e igualmente la descendencia. A su vez, y esto va a existir hasta avanzado el
siglo XX –increíblemente- surgen verdaderos manuales de roles para los esposos,
donde se le va a enseñar a la mujer hasta con qué cara tiene que recibir al marido

30
cuando viene después de todo el día estar afuera “trabajando”. Se genera una disocia-
ción clara entre doméstico-femenino y público externo-masculino. El varón queda a
cargo de la producción y la mujer de sostener con su presencia real, física y mental,
la producción de nuevas generaciones de productores. Y eso es justo, también lla-
marlo trabajo. Fíjense como aun hoy en día se usa preguntarnos a las mujeres si “tra-
bajamos”, cuando aun solo se sabe de nosotras que somos madres y “amas de casa”,
el término lo dice todo, y la pregunta también. Se sobreentiende como suele pasar con
la docencia, una especie de vocación inherente que no daría trabajo ejecutar, además.
Entonces, esos cambios socioculturales, esas necesidades del sistema de pro-
ducción económica y esa coyuntura política, dieron lugar a este formato que aun ve-
mos predominar en propagandas: papá, mamá, dos hijos. Se acota y reduce la canti-
dad de miembros, de hijos, y por influencia de un modelo normativo heterosexual,
monogámico, aparece la llamada familia nuclear. En el último siglo e incluso la última
década, con el replanteo y la deconstrucción en avance que este modelo absorbe,
acompasados también por los cambios culturales (tran-subjetivos) el formato de ese
grupo llamado familia ha seguido mutando.
El término deconstruir, tan en boga en la actualidad, alude a desmontar, a
través de un análisis intelectual, una cierta estructura conceptual. Implica digamos
destruir, descomponer formas estructuradas de pensamiento que suelen traducirse
en modelos de acción. Es un término que viene de la filosofía y la literatura, pero
aplicado a las ciencias humanas, nos aporta a la hora de pensar los procesos de mu-
tación de los formatos y estructuras que suelen determinar comportamientos pauta-
dos culturalmente. Ya muchas de nuestras madres e incluso abuelas, según la década,
han accedido a proyectos de vida propios que implican una inserción externa al ám-
bito doméstico. El deseo de maternidad se ha ido cuestionando cada vez más, y puede
convivir con otros objetivos personales. El correlato del cambio en la figura paterna
acerca de a poco a las nuevas generaciones de hombres a los roles domésticos y de
crianza. Pero aun conviven pautas “hibridas” por las cuales muchas mujeres suelen
encontrarse sobre-exigidas por ambos tipos de roles.
Los cambios ligados a la deconstrucción de las modalidades de pareja legí-
tima y aceptable, han generado una apertura de muchas parejas que no responden al
modelo hetero-normativo hacia la autenticidad del deseo de formar una familia. Los
avances tecnológicos y la adopción lo hacen posible a través de variadas formas, ac-

31
ceder a la realidad de tener hijos. La diversidad de género ha comenzado a manifes-
tarse de manera más abierta, dando lugar a vínculos socialmente asumidos que cons-
truyen proyecto familiar.
Las llamadas familias mono-parentales, son aquellas en la cuales por diver-
sas razones, un solo adulto sostiene la función de cuidado y crianza. Teniendo su
origen histórico como consecuencia de viudez, o bien de soltería, dado que la llamada
“madre soltera” era una mujer que asumía sola un embarazo, actualmente se halla
entre uno de los modelos que se eligen para hacer familia sin la condición previa de
tener conyugue o pareja. Puede tratarse de alguna mujer que se insemina por inter-
vención de un donante anónimo, o bien un hombre que decide adoptar solo un grupo
de hermanos en estado de adoptabilidad.
Las llamadas familias ensambladas, son aquellas en las cuales se genera un
nuevo grupo familiar a partir de una pareja con un vínculo de pareja previo que se ha
roto, y que conformaba otro grupo familiar. La nueva pareja integra, o intenta integrar
al otro con sus propios hijos. A veces advienen nuevos hijos de esta unión. Muchas
veces es necesario tomar para el abordaje familiar de las dificultades que pueden
aparecer, la dinámica vincular todavía vigente con las ex –parejas. Se ha roto el vínculo
conyugal, pero se sostienen relaciones de parentalidad o filiales con sus hijos menores
de edad, a través de las cuales suelen entrelazarse cuestiones no resueltas relativas al
vínculo de pareja en sí. Los vínculos rotos cuyo duelo no ha concluido o se dificulta,
suelen desplazar aspectos del conflicto en el plano de la pareja sexual, hacia el de la
pareja como pareja de padres. Y ello hace interferencia en el nuevo vínculo.
En la clínica cotidiana de familia y pareja, van emergiendo nuevas formas de
armado de vínculos que apuntan a modalidades del parentesco en las cuales las de-
nominaciones tradicionales no bastan para denominar nuevos lugares o roles. ¿Cómo
se le llama a la hija del novio o marido de mamá (que no es papá)? Eso redunda en
dificultades nacientes a la hora de marcar los lugares de permiso o prohibición. O sea,
siguiendo el ejemplo ¿Se puede tener deseo por la hija del novio de mamá? Estos
cambios en las configuraciones vinculares acarrean situaciones que aún es difícil sim-
bolizar, puesto que no poseen una denominación cultural consensuada y única. Se
generan nuevos tipos de vínculos donde no es posible circunscribir, por ejemplo, la
cuestión edípica en sus términos tradicionales.

32
Instituciones

Hablamos siempre de instituciones, generalmente nos referimos al hacerlo en


sentido coloquial, a organismos que poseen una materialidad evidente, incluso impo-
nente, como una escuela, o un ministerio o un club. Pero este término, que refiere a otro
de los determinantes que nos atraviesa como sujetos, va más allá de esa materialidad
edilicia palpable, llena de gente circulando.

SOCIEDAD
INSTITUCION
SUJETO
GRUPO SUBJETIVIDAD

VINCULO

Este esquema es uno de los que elabora Käes para dar cuenta de una subjetividad
conformada, atravesada por todos estos espacios que se hayan interferidos. El espacio
institucional estaría entre los macro determinantes sociales y el espacio que hace al
encuentro de los grupos singulares y concretos, de los vínculos en general. Al hablar de
institución la mayoría de los autores registra dos sentidos que no son excluyentes al
mismo tiempo que tampoco se pueden identificar: el sentido material, edilicio, de con-
creción de las prácticas institucionales, el espacio concreto en el que sucede esto, y el
plano simbólico-imaginario que sostiene un conjunto de ordenamientos para la con-
ducta humana orientada a ciertos fines, ligados a la satisfacción de necesidades. En este
esquema, se nota esa zona mediadora, que apuntala o sostiene, las prácticas y encuen-
tros de grupos concretos, vehiculizando para ellos los grandes determinantes sociales,
y en ese movimiento crea subjetividad e inter-subjetividad. Estos espacios se contienen
y sostienen entre sí como ven, la subjetividad está atravesada por todos. Y los atraviesa,

33
siendo muchas veces algún movimiento singular, el motor de un cambio en alguno de
los niveles, o en todos ellos por efecto dominó.

Como hemos visto, las diferentes ciencias o disciplinas científicas, no trabajan


solas, no se valen de propios y únicos recursos para explicarse. Freud, por ejemplo, no
estudiaba ni trabajaba solo. El empieza a pensar en la teoría del inconsciente, en soledad
pero lo que piensa y escribe, que tendrá su nota singular, lo hace tomando ya sea por
afirmación o por diferenciación, cosas dichas o escritas por otros. Produce él, pero en
constante interlocución con otros. Todo el tiempo se referencia con los postulados cien-
tíficos de la época, incluso de la visión organicista. Toma referencias de otras discipli-
nas, como la filosofía, el arte, la antropología, etc. Sus planteos sobre el inconsciente
primero generan resistencia. Después se van a ir tomando a base de verificación clínica,
por varios colegas, hasta que llega a conformar grupos de colegas y de estudio, así como
asociaciones de psicoanálisis, hasta llegar a todos los escritos que aún hoy pueden
leerse. Pero todo ello no fue sino en relación o discusión con otras teorías, técnicas o
ciencias ya establecidas.

Instituir, como acción, se refiere al acto de erigir algo nuevo, de establecer y


dar principio a alguna cosa. Del latín, viene de “estare”, estar, permanecer, estatuir,
fundar. El que establece, ordena. El que instituye, funda. Instituyente, será el que funda,
el que enseña.

INSTITUCION, en sentido general, es una organización perdurable de algún as-


pecto de la vida colectiva (social, política, religiosa, económica) regulada por normas,
costumbres, ritos o leyes. El término se usa en forma abstracta, por ejemplo “la institu-
ción del matrimonio”, o muy específica para un club, o una orden religiosa mundial, un
estado, un gobierno, una prisión, una orquesta. En tanto que una organización se haya
formada por personas, las normas de sus relaciones están definidas en forma relativa-
mente independiente del individuo. Es decir, tenemos por un lado en el conjunto de
grupos, de personas concretas y por el otro, lo que es el conjunto de pautas, de normas,
que organizan el hacer de esos grupos, de esas personas, y a la vez van más allá de ellas.
Por otro lado, también se refiere al aspecto material que sostiene a esta organización
perdurable, pues ese aspecto de la vida colectiva implica también un hacer y vincularse
que necesita un espacio concreto, cierta materialidad.

34
Origen e historia del término

Ya en Aristóteles podemos rastrear el origen del término. En cada uno de los


libros de su “Política” hace una descripción o análisis de diferentes instituciones.

Los filósofos del siglo XVIII, iluministas, podríamos decir el basamento ideoló-
gico filosófico de la Revolución Francesa, van a dar importancia a todo lo que revele las
contradicciones de los poderes instituidos, establecidos.

Marx va ofrecer los elementos teóricos para pensar la crisis institucional. El pro-
letariado, la clase obrera digamos, es quien muestra aquello que del sistema entra en
conflico.

*Freud vincula las funciones del yo con las de las instituciones sociales. Sus obras
más vinculadas a ello son “Totem y Tabú” en la cual dará cuenta de cómo se da la for-
mación de la institución originaria de la sociedad humana, es decir, el pasaje a la vida
humana propiamente dicha que es sociocultural, institucional. Porque como tal, nece-
sita y busca constituir referentes colectivos, regulados y reguladores de las conductas
singulares en el plano vincular, grupal, comunitario.

Análisis institucional

G. Lapassade y R. Loureau son los principales exponentes de esta corriente. Tie-


nen como antecedentes algunas corrientes como la psico-sociología, la Dinámica de gru-
pos, la Psicoterapia, la Pedagogía institucional.

Han hecho hincapié en la importancia de gestionar en las instituciones los pro-


cesos auto-analíticos y auto-gestivos, es decir que las instituciones puedan generar un
espacio para analizarse a sí mismas, sus determinantes internos. Cuáles son los elemen-
tos establecidos más importantes, fundamentalmente los inconscientes. Las resisten-
cias, la cultura de la institución, todo eso muchas veces no dicho, que ordena, pauta, y
es no explicito, pero hace a las formas de hacer y no hacer.

Los conceptos mas reconocidos e importantes de esta corriente son los de insti-
tuído-instituyente-institucionalización, analizadores.

Lo instituido es básicamente lo establecido; lo instituyente refiere a todo lo que


produce movimiento hacia un posible cambio y transformación. Es la producción de lo
35
institucional, haciendo referencia lo instituido a lo ya producido que tiende a estabili-
zarse. Es un movimiento continuo que se destaca o revela generalmente ante períodos
de crisis, o sea de desestabilización. Es un inter-juego de fuerzas, las que pugnan por
sostener lo establecido y las que lo ponen silenciosamente en cuestión, o disruptiva-
mente según el caso.

Los analizadores son aquellos emergentes que se prestan al análisis de los deter-
minantes latentes del funcionamiento actual de una institución, más allá de lo mani-
fiesto y evidente. Es lo que permite revelar la estructura de la institución, provocarla,
obligarla a hablar.

Los autores recalcan que las instituciones son dispositivos instalados en el inte-
rior de establecimientos, y no los propios establecimientos: institución, grupo operativo,
asamblea. Es decir, modalidades de intercambio, de funcionamiento pautado, que no se
identifican o reducen a cierto nombre o lugar. En una escuela, funciona cierta comuni-
dad con ciertos miembros, objetivos, cierta cultura propia o modos de funcionar histó-
ricos. Esa historia también alberga de alguna manera actualizada, la historia de la edu-
cación formal desde el modelo de Sarmiento. La escuela como institución, aquí, no es
tal edificio en sí, aunque este sea parte, su soporte material del momento. Quizás tuvo
otro lugar y se mudó. La escuela institución es, ahí, el conjunto establecido de grupos
que funciona de una manera regular, pautada, legislada incluso. Es algo instituido, que
una vez surgió de la mano de la educación normal allá por finales del siglo XIX. Pero
eso se va encarnando en diferentes grupos singulares cada vez.

Los orígenes de las instituciones son difíciles de determinar. Hay, entonces, 4


instituciones fundantes de las sociedades humanas:

Institución del lenguaje: la gramática es un conjunto de leyes y principios que


permiten combinar fonemas, de unidades de sentido en la lengua. Con esa combinación
de elementos puede construirse un número infinito de mensajes que sea comprensible
para cualquier hablante u oyente de esa lengua. El precio de su transgresión es la inco-
municación en el universo humano.

Institución de las relaciones de parentesco: definen los lugares dentro de la fa-


milia. Definen entre qué miembros se pueden realizar o no determinadas uniones.

36
Institución de la división del trabajo: el trabajo humano está dividido según los
momentos y especificidades de cada tipo de producción y salario. Se acompaña de una
jerarquía que instituye diferencias de poder, de prestigio y lucro, no necesariamente
justificadas por la importancia productiva.

Institución de la religión regula las relaciones del hombre con la divinidad sobre-
natural o inmanente a la vida terrena. Existen comportamientos indicados y contraindi-
cados.

Actualmente se podrían ubicar algunas más, como la ciencia, que desde la mo-
dernidad se ha ido instituyendo como la forma adecuada y validable en occidente, de
acceso al conocimiento por vías racionales, basadas en evidencia empírica. Y la política,
dado que desde que el hombre se organiza como tal, necesita establecer sistemas de
gobierno consensuados, que ordenan la vida social, la regulan, la controlan y poseen en
tal sentido legalidad y legitimidad para hacerlo.

El instituyente es el proceso movilizado por las fuerzas productivo-deseantes y


revolucionarias, o sea un movimiento orientado a revolucionar lo establecido desde al-
gún deseo de cambio que produce alguna novedad o creación institucional nueva, tiende
a fundar instituciones o transformarlas. En ese proceso de institucionalización es
cuando se crean los instituidos, cumpliendo un papel histórico importante pues ayuda
a ordenar las actividades sociales esenciales para la vida colectiva.

}
37
Otras corrientes institucionales.

Una corriente en Argentina que surge de los psicoanalistas J Bleger y F. Ulloa con
aportes de Pichón Riviere, ante la necesidad de influir en políticas de salud del país.

Jose Bleger20: toma dos acepciones del término institución:

1-Configuracion de conducta duradera, completa, integrada y organizada, me-


diante la que se ejerce el control social y se satisfacen deseos y necesidades sociales
fundamentales.

2-Organización de carácter público o semipúblico que supone un cuerpo direc-


tivo y de ordinario un edificio o un establecimiento físico de alguna índole destinado a
servir a algún fin socialmente reconocido y autorizado. A esta categoría corresponden
unidades tales como los asilos, hospitales, universidades, etc. Como ven es un concepto
más ligado a lo que tradicionalmente se entendió por institución, en el sentido del edi-
ficio público y material.

Así comprende la institución en el segundo de los sentidos, incluyendo el sentido


de la primera también. Toda institución tiene objetivos, implícitos y explícitos (conteni-
dos manifiestos y latentes) y su propia organización para satisfacer esos objetivos.

Las instituciones están sujetas a las leyes de la estructura social y económica


de la sociedad. Es imprescindible la mediación del ser humano para que las institu-
ciones existan y a la vez ellas tienen un papel destacado en la estructuración de la
personalidad. La institución forma parte de la organización subjetiva de la personali-
dad. Institución “no solo es un instrumento de organización, regulación y control so-
cial, sino al mismo tiempo es un instrumento de regulación y equilibrio de la perso-
nalidad, y de la misma manera que la institución tiene organizadas dinámicamente
sus defensas, parte de éstas se hallan cristalizadas en las instituciones
De este modo, si bien la institución tiene una existencia propia, externa e inde-
pendiente de los seres humanos, considerados individualmente, su funcionamiento se
halla reglado no solo por las leyes objetivas de su propia realidad social, sino también

20
Psiquiatra y psicoanalista argentino (Sta. Fe) – (1922-1972)
38
por lo que los seres humanos proyectan en ella (por las leyes de la dinámica de la per-
sonalidad). Bleger es un precursor de la idea de institución como formadora de subjeti-
vidad.

Fernando Ulloa21 considera que el abordaje solo psicoanalítico de lo institucional


es limitado. Y que el término institución es ambiguo pues refiere tanto a un proceso de
institucionalización (con el sentido de racionalizar y estabilizar conductas) como desig-
nar una organización social con el alcance que habitualmente tiene ese término, es decir
un organismo con una geografía y una ordenación del tiempo y las responsabilidades,
objetivos a alcanzar y medios racionales para tal fin. Además, está regulada por un
conjunto de normas tanto explícitas como implícitas. La designación más adecuada pa-
recería la de “organismos institucionales”.

El autor plantea que toda institución se organiza en base a tres distribuciones


que conforman su organigrama: geográfica, del tiempo y las responsabilidades (roles y
funciones). Son organismos que mantienen ciertas regularidades; la institución así pen-
sada es como un cuerpo orgánico formado por distintos elementos articulados entre sí.
Se trata de un cuerpo orgánico que posee diferentes movimientos:

1-Se origina en el inter-juego entre dos tendencias contrapuestas, integración y


dispersión, a lo largo de toda la historia de la institución (organización, desorganiza-
ción).

2-las instituciones reflejan y dramatizan el contexto en que están incluidas y a la


vez tienden a modificarlo. Se trata de la circulación entre la organización institucional
y la comunidad.

3-Existe un movimiento de circulación intra-institucional representado por dis-


tintas formas, modalidades y niveles de comunicación entre los diferentes elementos
del cuerpo institucional.

4-Toda esta estructura institucional representa para el sujeto que la integra, un


objeto real con normas formales y espontáneas para la utilización del espacio, del
tiempo y de las responsabilidades, objeto con el que mantiene una relación racional de
manera explícita a través del desempeño de su rol, y a la vez otra de manera implícita
que se juega para este sujeto en algún plano de sus fantasías. Es decir que, en el plano

21
Psiquiatra y psicoanalista argentino (1924-2008)
39
informal, entran a jugar más allá del rol formal, toda una serie de determinantes de
índole personal, emocional, que articulan con su mundo de fantasías inconscientes. Hay
una doble pertenencia del sujeto a la institución y de la institución al sujeto.

En ellos existen ciertos observables útiles para comprender la dinámica y su abor-


daje.

Las instituciones son organismos que reproducen, reflejan y modifican en dife-


rentes grados las características esenciales del contexto social al que pertenecen. Esta
perspectiva incluye tanto la estructura microsocial institucional como su entorno ma-
crosocial. Las instituciones constituyen la materialización de un acuerdo entre uno o
más grupos que la integran. La diferencia entre estos grupos surge de diferentes tipos
de permanencia que tienen unos y otros en relación al ámbito institucional. El acuerdo
puede romperse por las condiciones socioeconómicas del contexto de las cuales la ins-
titución es un reflejo, transformándola críticamente en un organismo insuficiente o un
aparato de dominación, o por causas más imputables a las modalidades y aspiraciones
del grupo de mayor pertenencia que empieza a jugar hegemónicamente, transformando
esa permanencia en pertenencia privilegiada en detrimento de otros grupos. Otra varia-
ble es la orientación ideológica de los responsables del poder.

Ulloa también habla del tipo de vinculación de los hombres con las instituciones
planteando que pueden ser de dos tipos: según el nivel de maduración alcanzada en el
proceso de mismidad, o bien destacan la pertenencia institucional como andamiaje de
una subjetividad precaria, por sobre otras motivaciones, o desde una autoestima y au-
tonomía afianzadas que toman a la institución desde su costado instrumental, más que
desde la dependencia institucional.

Ulloa va a plantear un acercamiento teórico y metodológico a las instituciones


desde el psicoanálisis aclarando que, este campo de trabajo dista mucho del que reali-
zamos en la terapia psicoanalítica de consultorio. Por eso aclara que, desde el psicoa-
nálisis, podemos hacer a la institución una “aproximación” cuyo aporte deben enrique-
cer otras disciplinas conexas como la sociología.

Va a dar una especie de clasificación u ordenamiento de las instituciones po-


niendo énfasis en la situación en que se encuentra el hombre en ellas:

40
→ Instituciones que se ocupan del hombre enfermo o disminuido, que
se haya en una situación regresiva, como la locura. El dice que el funcionamiento
patológico de estas instituciones buscará suprimir al sujeto, o las manifestacio-
nes de su trastorno, en vez de orientarlo a elaborar su padecimiento o enferme-
dad. (Hospitales, neuropsiquiátricos)
→ Instituciones que se ocupan del hombre aprendiendo. Aquí se halla
en una situación progresiva de crecimiento emocional e intelectual (escuelas, uni-
versidades, centros de formación). Aquí la patología del funcionamiento institu-
cional lleva al hombre más al desarrollo de hábitos que a verdaderos procesos
de enseñanza aprendizaje. Se refiere a lugares de formación que están más orien-
tados hacia la repetición de contenidos, que a la producción o posibilidad de
revisión reflexiva y crítica del conocimiento. (una diferencia que trabajo mucho
Freire en el área de Educación)
→ Instituciones que se ocupan del hombre trabajando. Supuesta-
mente aquí el hombre ha alcanzado su madurez. La figura patológica aquí, es la
alienación en sentido sociológico, o sea el empobrecimiento de la condición hu-
mana por un trabajo alienante volcado a la producción (emparentado con Marx
sobre el modo de producción capitalista). También lo podemos pensar en rela-
ción a la producción de servicios, no solo de bienes. Las profesiones liberales con
el correr de las décadas se han vuelto bastante alienantes en su ejercicio, exi-
giendo altos montos de horas de trabajo, de costos laborales, de estrés por cada
vez menor ingreso, en líneas generales.
→ Instituciones de tiempo libre. Posibilitan en el hombre la situación
de placer y de reflexión intelectual. En el tiempo libre es donde se originan pre-
dominantemente los cambios individuales y sociales. La figura patológica de esta
institución es el progresivo estrechamiento de este tiempo, invadido por el
tiempo reglamentario u ordenado en rutinas obligatorias, altamente demandan-
tes.

Ulloa inscribe su desarrollo dentro de la corriente de la época que intenta plan-


tearse una especie de profilaxis en salud mental, la llamada “psico-higiene” es decir,
hacer prevención en salud mental. Entonces, se va a dedicar a rastrear qué de las insti-
tuciones humanas nos resulta enfermante, y también, cómo muchas veces hacemos de
nuestra pertenencia o atravesamiento institucional, un arma defensiva personal contra

41
las angustias existenciales. Higiene mental: administración de conocimientos, activida-
des, técnicas y recursos psicológicos para atender la salud y enfermedad como fenóme-
nos sociales y colectivos.

Le interesa ocuparse de los sistemas institucionales enfermantes, así como de la


manera en que estos sirven a los sujetos para externalizar conflictos subjetivos inter-
nos, y sus sistemas defensivos contra la angustia.

Cornelius Castoriadis22, otro autor importante que trabajó lo institucional, define


la institución como una red simbólica socialmente sancionada, que articula junto al
componente funcional, o del funcionamiento, un componente imaginario. Este autor
desarrolla el término de imaginario social, y en su libro “La institución imaginaria de la
sociedad”, va a enfocar cómo el componente imaginario va a ser crucial para constituir
y sostener esa red simbólica, que determina tanto un “producto” institucional, como
modos de proceder, de operar de manera colectiva.

Gregorio Baremblit23 expuso que las instituciones son un conjunto de decisiones


lógicas que regulan las actividades humanas indicando lo que es permitido, lo que es
prohibido y lo que es indiferente. Según el grado de formalización y objetivación pueden
estar expresadas en leyes, normas o pautas (principios, fundamentos). Toda institución
comprende un movimiento que genera lo instituyente, lo instituido y un proceso de
institucionalización. Ejemplos de instituciones son: el lenguaje, las relaciones de paren-
tesco, la división del trabajo, la religión, la justicia, el dinero, las fuerzas armadas. Un
conglomerado importante de instituciones es el Estado. Para realizar concretamente sus
funciones reguladoras, las instituciones se materializan en organizaciones y estableci-
mientos.

22
filósofo, sociólogo, economista y psicoanalista greco-francés.
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Médico, psiquiatra, psicoterapeuta, profesor, investigador, analista y interviniente institucional.
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