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Ó - Ó - – -

NEGACIÓN
► La negación de la pérdida es un intento de autoprotección contra el dolor y contra la fantasía de sufrir.
► Forma de fuga ante el dolor, un vano intento de huida de lo doloroso.
► No resuelve la perdida, solo la posterga y apuesta a que la podrá hacer eterna
► El negador vive en un mundo de ficción donde lo perdido todavía no se fue, donde el muerto vive, donde lo que
pasó nunca pasó.

ACEPTACIÓN
► La aceptación significa “interiorizar”, que quiere decir: algo de esa persona, de esa experiencia quedo en mí, que
dice “yo no sería quien soy si no hubiera conocido a esa persona”, experiencias que aprendí, exploré y viví.
► La aceptación es la posibilidad de seguir adelante, a pesar de que como en todas las heridas también quedará una
cicatriz. ¿Para siempre? Si para siempre. ¿Entonces no se supera? Se supera, pero no se olvida.
► La aceptación quiere decir que la vida no termino para ti, cuando tuviste tu perdida, sino que se posiciona en el
futuro, en lo nuevo que sigue para tu vida.

SUFRIMIENTO
► Decisión de no seguir avanzando
► Es una especie de pacto con la realidad que conjuga un mayor dolor ante la posibilidad de tener que soltar lo
perdido y mi deseo de no soltarlo nunca.
► Sufrir es hacer crónico el dolor. Es transformar un momento en un estado, es apegarse al recuerdo de lo que lloro
para no dejar de llorarlo, para no olvidarlo, para no renunciar a eso, para no soltarlo, aunque el precio sea mi
sufrimiento, una misteriosa lealtad con los ausentes.
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► En este sentido el sufrimiento siempre es enfermo. Es como volverse adicto al malestar, es como evitar lo peor
eligiendo lo peor.
► El sufrimiento es racional, aunque no sea inteligente, induce a la parálisis, es estruendoso, exhibicionista, quiere
permanecer y necesita testigos.
► La manera en que el sufrimiento podría perpetuarse es terminar en una enfermedad llamada depresión.

DOLOR Y TRISTEZA
► El dolor en cambio es silencioso, solitario, implica aceptación, estar en contacto con lo que sentimos, con la carencia
y con el vacío que dejó lo ausente.
► El sufrimiento pregunta por qué, aunque sabe que ninguna respuesta lo conformará, para el dolor en cambio se
acabaron las preguntas.
► El dolor conecta con un sentimiento: la tristeza. Una emoción normal y saludable, aunque displacentera porque
significa extrañar lo perdido.
► Aunque la tristeza puede generar una crisis, permite luego que uno vuelva a estar completo, que suceda el cambio,
que la vida continúe en todo su esplendor.
► La más importante diferencia entre uno y otro es que el dolor siempre tiene un final, en cambio el sufrimiento podría
no terminar nunca.

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