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Nutrición y Alimentación
I. Introducción
II. Nutrición (proceso, digestión en la boca)
III. Nutrición II (digestión del estómago, digestión intestinal)
IV.Transporte hasta los tejidos, difusión de los tejidos, absorción molecular
V. Macronutrientes
VI. Proteínas, Grasas y Carbohidratos
VII. Proteínas, Grasas y Carbohidratos II
VIII. Micronutrientes
IX. Vitaminas y minerales
X. Vitaminas Liposolubles e Hidrosolubles
XI. Conclusión
XII. Bibliografía
Introducción:
La nutrición es la ciencia que estudia todos los procesos a partir de los cuales el
organismo recibe, transforma y utiliza las sustancias químicas presentes en los
alimentos que son indispensables para el funcionamiento, crecimiento y el desarrollo
del organismo. Es un proceso involuntario e inconsciente, similar en todos los
individuos, cuyos cambios se deben al proceso evolutivo. un proceso integral que
implica evaluar y comprender la ingesta de alimentos, los patrones alimentarios, los
hábitos nutricionales, el estado de salud y las necesidades individuales de nutrientes.
Este análisis puede llevarse a cabo a nivel individual, comunitario o a nivel de
población, y tiene como objetivo principal identificar deficiencias o excesos en la
ingesta de nutrientes, así como determinar el impacto de la dieta en la salud.
Los nutrientes son sustancias químicas presentes en los alimentos que proporcionan
energía, promueven el crecimiento y reparación de tejidos, y regulan las funciones del
organismo.
Estos nutrientes incluyen carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y agua.
Una alimentación equilibrada y variada es esencial para garantizar la obtención de
todos los nutrientes necesarios. La nutrición también tiene un impacto significativo en la
prevención y tratamiento de enfermedades, así como en la promoción de un estilo de
vida saludable. Por lo tanto, entender los principios básicos de la nutrición es
fundamental para mantener un estado óptimo de salud y bienestar.
Nutrición:
Proceso de la Nutrición:
La nutrición se refiere a los nutrientes que componen los alimentos, implica los
procesos que suceden en tu cuerpo después de comer, es decir la obtención,
asimilación y digestión de los nutrimientos por el organismo.
Como se ha visto antes, estos elementos simples son los nutrientes y podemos
utilizarlos para obtener de ellos energía o para incorporarlos a nuestra propia materia
viva. El proceso de nutrición se clasifica en etapas o momentos los cuales son:
• La digestión en la boca
• La digestión en el estómago
• La digestión intestinal
• El transporte hasta los tejidos
• La difusión por los tejidos
• La absorción celular
En la digestión nos indica que Los principales responsables del proceso de la digestión
son las enzimas digestivas, cuya función es romper los enlaces entre los componentes
de los alimentos.
Digestión en la Boca:
La digestión empieza con la masticación y la insalivación. Al tiempo que el alimento se
va troceando, se mezcla con la saliva hasta conseguir que esté en condiciones de
pasar al estómago. La saliva contiene una enzima llamada amilasa, que transforma los
alimentos en monosacáridos. La saliva también contiene lisozima, (que destruye parte
de las bacterias contenidas en los alimentos) y grandes cantidades de moco, que
hacen del alimento una masa moldeable y protegen las paredes del tubo digestivo.
La temperatura, textura y sabor de los alimentos se procesan de tal manera que el
sistema nervioso central puede adecuar las secreciones de los órganos implicados en
la digestión a las características concretas de cada alimento.
Digestión en el Estómago:
El paso del alimento al estómago se realiza a través de una válvula "el Cardias”, que
permite el paso del alimento del esófago al estómago, pero no en sentido contrario.
Cuando no es posible llevar a cabo la digestión en el estómago adecuadamente se
produce el reflejo del vómito y esta válvula se abre vaciando el contenido del estómago.
En los alimentos se vierten grandes cantidades de jugo gástrico con el objetivo de que
con su fuerte acidez consiga desnaturalizar las proteínas que aún lo estuvieran y matar
muchas bacterias, también se segrega pepsina, la enzima que se encargará de partir
las proteínas ya desnaturalizadas en cadenas cortas de sus aminoácidos
constituyentes. En este proceso los glúcidos se llevan parte de la digestión estomacal,
ya que la ptialina deja de actuar en el medio ácido del estómago. Esto significa que
según los almidones y azúcares se van mezclando con el ácido clorhídrico del
contenido estomacal, su digestión se para hasta que salen del estómago. Es decir,
cuanta más proteína hayamos ingerido junto con los almidones, más ácidos serán los
jugos gástricos y menos activas estarán las amilasas sobre ellos. La digestión en el
estómago puede durar varias horas y la temperatura pasa de los 40º, por lo que a
veces los azúcares y almidones a medio digerir fermentan, dando lugar a los conocidos
gases que se expulsan por la boca o pasan al intestino. Por otra parte, los lípidos
pasan prácticamente inalterados por el estómago,
Ya que en exactitud no hay ninguna enzima de importancia que se ocupe de ellos
directamente, sin embargo, los lípidos cuentan con la capacidad de ralentizar la
digestión de los demás nutrientes, ya que envuelven los pequeños fragmentos de
alimento y no permiten el acceso de los jugos gástricos y enzimas a ellos.
Una vez terminado el trabajo en el estómago (o dejado por imposible), se vierte el
contenido del estómago "quimo" al duodeno en pequeñas porciones a través de otra
válvula conocida como "el píloro", allí se continuará la digestión de los elementos que
no pudieron ser digeridos en el estómago por necesitar un medio menos ácido para su
descomposición (grasas y glúcidos).
Digestión intestinal:
Nada más entrar el "quimo" desde el estómago en el duodeno, es neutralizado por el
vertido de las secreciones alcalinas del páncreas, que lo dejan con el grado de acidez
necesario para que las diferentes enzimas del intestino delgado actúen sobre él. El jugo
pancreático, además de una elevada concentración de bicarbonato, contiene varias
enzimas digestivas, como una potente amilasa, que acaban de romper los almidones.
También contiene una lipasa, que separa los triglicéridos en ácidos grasos y glicerina y
se activa por la presencia de las sales biliares, y otras enzimas que se encargan de
fraccionar las proteínas que no habían podido ser digeridas con la pepsina del
estómago.
Digestión intestinal El hígado también vierte sus secreciones en el intestino: la bilis, que
se almacena previamente en la vesícula biliar, desde donde se expulsa al intestino
según se va necesitando. La bilis contiene las sales biliares, que son unos potentes
detergentes naturales que separan las grasas en pequeñas gotitas para que las
enzimas del páncreas puedan actuar sobre ellas. También tiene otras funciones, como
la de servir de vía de excreción de ciertos materiales que no pueden ser expulsados
por la orina y deben de eliminarse por las heces. Las sales biliares se descomponen en
ácidos biliares que se recuperan al ser absorbidos, ya que vuelven al hígado donde son
de nuevo transformados en sales.
Mientras que el alimento va avanzado por el intestino se le añaden otras secreciones
del propio intestino, como el jugo entérico o jugo intestinal, que contiene diversas
enzimas que terminan la tarea de romper las moléculas de todos los nutrientes. Las
más importantes son las proteasas, que actúan sobre las proteínas. Al ser las proteínas
los nutrientes más complejos, son las que necesitan de una digestión más complicada
y laboriosa.
Al mismo tiempo que se siguen descomponiendo todos los nutrientes, los que ya han
alcanzado un tamaño adecuado y son de utilidad atraviesan la pared intestinal y pasan
a la sangre. La absorción se realiza lentamente, pero el área desplegada del interior de
nuestro intestino es de unos 150 m2, y al final sólo quedan los materiales no digeribles,
junto con el agua y los minerales que se han segregado en las diferentes fases del
proceso digestivo.
Esta mezcla pasa al intestino grueso, donde hay una gran cantidad de diversos
microorganismos que constituyen la flora intestinal. Estos microorganismos,
principalmente bacterias, segregan enzimas digestivas muy potentes capaces de
atacar a los polisacáridos de la fibra. En este proceso se liberan azúcares, que son
fermentados por ciertas bacterias de la flora produciendo pequeñas cantidades de
ácidos orgánicos que todavía contienen algo de energía. Estos ácidos, junto con el
agua y las sales minerales, son absorbidos dejando el material más seco y convertido
en excrementos, que se expulsa donde se puede a través del ano.
• Lípidos: se separan en sus ácidos grasos y glicerina para atravesar la pared intestinal,
aislados o en forma de jabones al combinarse con los jugos pancreáticos e intestinales.
Luego son reconstruidos de nuevo al otro lado de la pared intestinal y se combinan con
proteínas sintetizadas por el intestino, formando unas lipoproteínas llamadas
quilomicrones. A través del sistema linfático son llevadas junto al corazón, donde se
vierten al torrente sanguíneo para conseguir una máxima dispersión. Algunos lípidos no
siguen este ajetreado camino y pasan directamente a los capilares sanguíneos que
riegan el intestino.1
Las células están flotando en un líquido de composición muy parecida al agua del mar
y sin contacto directo con los capilares sanguíneos. Tanto los nutrientes como el
oxígeno de la sangre tienen que atravesar las finas paredes de los capilares para
diluirse en el líquido intercelular y quedar así a disposición de las células que los
necesiten.
Este paso es también crítico, ya que, si las membranas que forman las paredes de
capilares están obstruidas por depósitos de grasa o aminoácidos en exceso, la presión
sanguínea deberá aumentarse hasta conseguir que los nutrientes pasen y lleguen a las
células (hipertensión arterial). Si se alcanza el máximo de presión sanguínea que el
organismo tolera y aun así no es suficiente para que los nutrientes atraviesen las
paredes de los capilares, se produce una desnutrición de las células a pesar de que la
sangre está saturada de alimento.
Absorción Molecular:
Éste es el último paso del proceso y el fin de este viaje. Los nutrientes que flotan en
nuestro mar interior son absorbidos por nuestras células, pasando a través de las
membranas que las recubren, y una vez en el interior son digeridos, transformados y
utilizados en función de las necesidades y del tipo de célula de que se trate. Este
proceso también está controlado por el sistema nervioso central, que, a través de
diversas sustancias, como la insulina, gestiona el uso que las células hacen de estos
nutrientes. Una vez en el interior de la célula, y mediante la acción de las enzimas
intracelulares, los nutrientes se transforman en las sustancias propias del metabolismo
celular. Pero esto ya es otro viaje y queda fuera de nuestros objetivos el recorrerlo.
Macronutrientes:
Los macronutrientes son nutrientes que proporcionan energía y son necesarios en
grandes cantidades para mantener la salud y el funcionamiento del cuerpo humano.
Los tres principales macronutrientes son los carbohidratos, las proteínas y las grasas.
Los carbohidratos son la principal fuente de energía para el cuerpo y se encuentran en
alimentos como frutas, verduras, granos enteros y azúcares. Las proteínas son
esenciales para la construcción y reparación de tejidos, así como para el
funcionamiento de enzimas y hormonas. Se encuentran en alimentos como carne,
pescado, huevos, legumbres y productos lácteos. Las grasas también son una fuente
importante de energía y desempeñan funciones vitales en la absorción de vitaminas y
en la regulación de procesos corporales. Se encuentran en alimentos como aceites,
nueces, semillas, aguacates y productos lácteos. Es importante consumir una dieta
equilibrada que contenga cantidades adecuadas de cada uno de estos macronutrientes
para mantener la salud y el bienestar general.
1.Carbohidratos:
2.Proteínas:
Aminoácidos: Son los bloques de construcción de las proteínas y existen 20
aminoácidos diferentes, de los cuales 9 son considerados esenciales ya que el cuerpo
no puede producirlos y deben ser obtenidos a través de la dieta.
3.Grasas:
Ácidos grasos: Son los componentes básicos de las grasas y se dividen en ácidos
grasos saturados, insaturados (mono insaturados y poliinsaturados) y trans. Los ácidos
grasos son importantes para la función celular, la absorción de vitaminas liposolubles y
la regulación de procesos metabólicos. Estas sustancias son esenciales para el
correcto funcionamiento del cuerpo humano y deben ser consumidas en cantidades
adecuadas a través de la dieta para mantener la salud y el bienestar general.
Los lípidos y los carbohidratos son dos tipos de nutrientes esenciales que se
encuentran en una variedad de alimentos y desempeñan funciones importantes en el
cuerpo humano.
Lípidos (grasas): - Fuentes de lípidos saturados: Se encuentran principalmente en
alimentos de origen animal como carnes grasas, embutidos, lácteos enteros y
productos derivados de la leche, mantequilla, manteca de cerdo, entre otros.
Fuentes de lípidos insaturados: Se encuentran en alimentos como aceites vegetales
(oliva, girasol, canola), frutos secos (nueces, almendras, avellanas), semillas (chía, lino,
girasol), aguacate y pescados grasos (salmón, sardinas, atún).
Carbohidratos:
Fuentes de carbohidratos simples: Se encuentran en alimentos como azúcares
refinados (azúcar de mesa, jarabe de maíz de alta fructosa), dulces, golosinas,
pasteles, refrescos y productos procesados. - Fuentes de carbohidratos complejos: Se
encuentran en alimentos como cereales integrales (arroz integral, quinoa, avena),
legumbres (lentejas, garbanzos, frijoles), tubérculos (patatas, batatas), frutas y
verduras.
Es importante consumir una cantidad adecuada de lípidos y carbohidratos en la dieta
para mantener un equilibrio nutricional. Los lípidos proporcionan energía, ayudan en la
absorción de vitaminas liposolubles y son componentes estructurales de las
membranas celulares. Los carbohidratos son la principal fuente de energía para el
cuerpo y también desempeñan un papel importante en la salud digestiva y el
funcionamiento cerebral.
Una función principal de los carbohidratos es proporcionar energía a los músculos y al
cerebro. Además, ayudan a regular el azúcar en la sangre y a mantener el equilibrio del
agua en el cuerpo. Los carbohidratos también juegan un papel en la digestión y en la
salud intestinal, ya que proporcionan fibra y prebióticos, que son importantes para
el crecimiento de las bacterias probióticas. Estas bacterias son beneficiosas para la
salud intestinal y se encuentran en la pared del intestino delgado. También hay algunos
carbohidratos que son prebióticos, como los fructooligosacáridos, que se encuentran en
las frutas y verduras. Los prebióticos sirven de fuente de alimento para las bacterias
probióticas, lo que ayuda a mantener una flora intestinal saludable
La cantidad de carbohidratos que una persona debe consumir varía según la edad, el
género, la actividad física y los objetivos nutricionales. Sin embargo, en general, se
recomienda que una persona adulta consuma unos 200 a 300 gramos de carbohidratos
al día. Esta cantidad puede ser mayor
La Proteína:
La proteína es un nutriente esencial para el cuerpo humano que está compuesto por
cadenas de aminoácidos. Las proteínas desempeñan numerosas funciones vitales en
el organismo, como la formación y reparación de tejidos, la producción de enzimas y
hormonas, el mantenimiento del sistema inmunológico y el transporte de nutrientes.
Las fuentes de proteína pueden ser de origen animal o vegetal. Algunos ejemplos de
fuentes de proteína animal incluyen carnes magras, aves, pescado, huevos y lácteos.
Por otro lado, las fuentes de proteína vegetal incluyen legumbres (lentejas, garbanzos,
frijoles), frutos secos, semillas, tofu, tempeh y productos a base de soja.
Es importante consumir suficiente proteína en la dieta para mantener una buena salud
y función corporal. La cantidad de proteína requerida varía según la edad, el peso, el
nivel de actividad física y otros factores individuales. Una dieta equilibrada que incluya
una variedad de fuentes de proteína puede ayudar a satisfacer las necesidades
nutricionales del cuerpo.
Las proteínas se pueden clasificar de diferentes maneras según diversos criterios. A
continuación, se presentan algunas de las clasificaciones más comunes:
Según su origen:
Proteínas de origen animal: provienen de fuentes animales como carnes, aves,
pescados, huevos y lácteos.
Proteínas de origen vegetal: se encuentran en alimentos de origen vegetal como
legumbres, frutos secos, semillas, tofu, tempeh y productos a base de soja.
Según su estructura:
Proteínas simples: están formadas únicamente por cadenas de aminoácidos.
Proteínas conjugadas: contienen además grupos prostéticos no proteicos que les
confieren funciones adicionales, como las proteínas conjugadas con lípidos o
carbohidratos.
Según su función:
Proteínas estructurales: proporcionan soporte y estructura a las células y tejidos.
Proteínas enzimáticas: actúan como catalizadores en reacciones bioquímicas.
Proteínas de transporte: facilitan el transporte de sustancias a través de membranas
celulares.
Proteínas contráctiles: permiten la contracción muscular. - Proteínas reguladoras:
participan en la regulación de procesos celulares y metabólicos.
Según su solubilidad:
Proteínas globulares: tienen una forma compacta y son solubles en agua.
Proteínas fibrosas: tienen una estructura alargada y son insolubles en agua.
Función de la Proteína:
Las proteínas desempeñan una amplia variedad de funciones vitales en el organismo.
Algunas de las funciones más importantes de las proteínas son las siguientes:
6. Defensiva: Algunas proteínas tienen funciones defensivas, como los anticuerpos del
sistema inmunológico que reconocen y neutralizan patógenos invasores.
Importancia de la Proteína:
La importancia de la proteína en la dieta y en el funcionamiento del organismo es
fundamental por varias razones:
Estructura y función celular: Las proteínas son componentes esenciales de todas las
células del cuerpo. Forman parte de las membranas celulares, orgánulos intracelulares,
enzimas y estructuras celulares clave que permiten el funcionamiento adecuado de las
células.
Funciones metabólicas: Las enzimas, que son proteínas, actúan como catalizadores en
reacciones químicas del metabolismo. Permiten la descomposición de nutrientes, la
síntesis de moléculas importantes y la producción de energía a nivel celular.
Sistema inmunológico: Los anticuerpos, que son proteínas producidas por el sistema
inmunológico, son esenciales para combatir infecciones y enfermedades. Mantener una
ingesta adecuada de proteínas es crucial para mantener un sistema inmunológico
fuerte y saludable.
Estructura corporal: Las proteínas son componentes importantes de tejidos como los
músculos, la piel, el cabello, las uñas, los huesos y los órganos internos. Proporcionan
estructura, soporte y función a estos tejidos.
Carnes magras: Pollo, pavo, ternera, cerdo magro, cordero, conejo, entre otros.
Pescados y mariscos: Salmón, atún, sardinas, trucha, bacalao, camarones,
langostinos, mejillones, entre otros.
Huevos: Una excelente fuente de proteínas completas y fácilmente digeribles.
Productos lácteos: Leche, yogur, queso, requesón, entre otros. Opta por versiones
bajas en grasa para reducir la ingesta de grasas saturadas.
Legumbres: Lentejas, garbanzos, frijoles, guisantes, habas, entre otros. Son una fuente
importante de proteínas para personas que siguen dietas vegetarianas o veganas.
Frutos secos y semillas: Almendras, nueces, pistachos, semillas de chía, semillas de
calabaza, entre otros. Son una buena opción para complementar la ingesta de
proteínas.
Tofu y tempeh: Son productos derivados de la soja que son ricos en proteínas y
ampliamente utilizados en dietas vegetarianas y veganas.
Cereales integrales: Quinoa, arroz integral, avena, trigo sarraceno, entre otros. Aunque
no son fuentes tan concentradas de proteínas como las mencionadas anteriormente,
también aportan cantidades significativas de este nutriente.
Es importante recordar que la variedad en la dieta es clave para asegurar un adecuado
aporte de todos los nutrientes necesarios para el organismo, incluyendo las proteínas.
Además, es recomendable consultar con un profesional de la salud o un nutricionista
para determinar las necesidades específicas de proteínas según tus características
individuales.
Lípidos:
Los lípidos son biomoléculas orgánicas formadas básicamente por carbono e hidrógeno
y generalmente también oxígeno; pero en porcentajes mucho más bajos. Además,
pueden contener también fósforo, nitrógeno y azufre.
Es un grupo de sustancias muy heterogéneas que sólo tienen en común estas dos
características:
1. Son insolubles en agua
2. Son solubles en disolventes orgánicos, como éter, cloroformo, benceno, etc.
Clasificación de los lípidos
Complejos
1. Fosfolípidos
2. Glucolípidos
Lípidos insaponificables
1. Terpenos
2.Esteroides
3. Prostaglandinas
Función
Los lípidos son fuente de ácidos grasos esenciales, mismo que son indispensables
para el mantenimiento e integridad de las membranas celulares. Se requieren para el
óptimo transporte lipídico (ligados a fosfolípidos como agentes emulsificantes) y son
precursores de la hormona prostaglandina.
Raciones
Los requerimientos para la ingesta de lípidos dependen de la edad y por supuesto del
nivel de actividad diaria de la persona:
En general, en los adultos mayores de 19 años su consumo debe aportar
aproximadamente un 25-30% de la energía total de la dieta, sin sobrepasar los 300
miligramos diarios de colesterol, las mismas cifras son las necesarias en los adultos
mayores.
En el caso de los niños la cosa varía, desde el 50% del consumo diario que tienen los
bebés que se alimentan de leche materna, muy rica en grasa, hasta el 40% de las
calorías diarias necesarias en los niños y adolescentes. Las embarazadas deben
consumir un 30% de grasa diaria para el correcto desarrollo del feto.
fuentes alimentarias
Los principales alimentos suministradores de lípidos son los aceites y grasas culinarias,
mantequilla, margarina, tocino, carnes grasas, embutidos y frutos secos.
Micronutrientes
Son imprescindibles para la correcta actividad diaria, pero la cantidad que requiere el
cuerpo es menor que la de los macronutrientes. La labor que desempeñan es
mayoritariamente la de favorecer numerosas reacciones químicas internas. En este
grupo estarían las vitaminas y los minerales.
Fuentes Alimentarias
VITAMINAS LIPOSOLUBLES
Vitamina A:
Yema de huevo
Vitamina D:
Cereales enriquecidos
Vitamina E:
Aguacate
Papaya y mango
Semillas y nueces
Vitamina K:
Repollo (col)
Coliflor
Cereales
VITAMINAS HIDROSOLUBLES
Biotina:
Chocolate
Cereal
Yema de huevo
Legumbres
Leche
Nueces
Carne de cerdo
Levadura
Folato:
Espárragos y brócoli
Remolachas
Levadura de la cerveza
Cereales fortificados
Lentejas
Mantequilla de maní
Bibliografía
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/002399.htm#:~:text=Vitaminas
%20liposolubles%20que%20se%20almacenan,no%20se%20almacenan%20el
%20cuerpo.
https://unlp.edu.ar/wp-content/uploads/40/27440/
ab7339bdf91726af506ed2a232965841.pdf
https://cuidateplus.marca.com/alimentacion/diccionario/proteinas.html
https://concepto.de
https://www.dosfarma.com
https://www.businessinsider.es
https://www.elsevier.es
https://www.ucm.es/data/cont/docs/458-2013-07-24-cap-6-grasas.pdf