Está en la página 1de 38

Martin Wainstein: “Intervenciones para el cambio”

Ediciones JCE 2020


Este material es introductorio para el Curso de Especialización
en Psicoterapia.

Es útil para introducirse en la psicología clínica breve,


sistémica, cognitiva familia, pareja. Es un texto general que
sirve para cualquier terapia NO PSICODINAMICA. Las
intervenciones no están pensadas especialmente para niños
quizá sirven para algunos adolescentes pero se pueden adaptar
en forma genérica en el trabajo con familias o parejas (padres).

Para profundizar lo teórico esta Teoría de la Comunicación Humana de Paul Watzlawick que se consigue
fácilmente en digital por las redes

4. ¿Qué es un problema?
El mundo es complejo e incierto, eso nos lleva continuamente a afrontar
acontecimientos nuevos y diversos. Adaptarnos a ellos, convertirlos en algo
favorable y que no afecte nuestra supervivencia, supone resolver problemas.
Los acontecimientos a los que debemos adaptarnos o resolver están siempre
sujetos, como hemos visto, a gran cantidad de interpretaciones, tantas como
nuestro ingenio o inteligencia puedan crear. Algunas de ellas son más adecuadas
a nuestros fines que otras.
En ese sentido, un problema es una construcción cognitiva, una interpretación de
los hechos y también las acciones que hemos adoptado a partir de esa
interpretación, que no nos da la posibilidad de resolver favorablemente una
situación.
Un problema siempre esta sostenido por elementos cognitivos, comportamentales
y contextuales que interactúan entre sí autoafirmándose.
Desde hace varios años se ha impuesto en Psicología Social una corriente de
pensamiento, que fue minoritaria durante el auge del conductismo y que según
algún autor llevaría a decir hoy que Psicología Social y Psicología Social Cognitiva
son sinónimos.
Los estudios actuales sobre cognición social son la consumación de un proceso
de transformación en el cual se pasó del estudio de los determinantes externos del
comportamiento humano (enfoque situacional de la conducta humana) al estudio
de los
fenómenos mentales.
Los orígenes de este cambio se encuentran en la teoría de la Gestalt, de la cual
K. Lewin tomó la idea central acerca de la organización perceptiva humana y en
conjunto con S. E. Asch y F. Heider la trasladaron a la Psicología Social como
representación que el individuo tiene de su medio social.
La teoría del campo de Lewin, marcó, con una perspectiva social cognitiva gran
parte de los desarrollos teóricos y prácticos de la psicología y la psicología social
aplicadas. Areas tradicionalmente alejadas de las perspectivas cognitivas y más
cercanas a una psicología de la motivación y de la afectividad, como las prácticas
clínicas, se vieron influidas por el concepto de espacio vital, según el cual, el
ambiente solo tiene efecto sobre la conducta humana cuando cobra un significado
y sentido para el individuo, con relación a sus metas.
Los trabajos de S. Asch acerca de la influencia social y la percepción pusieron
de relieve la importancia de la experiencia directa y la comunicación social como
constituyentes de la representación individual del mundo.
Los estudios de Heider sobre la psicología ingenua, las propiedades
estructurales -como simetría y transitividad- en las relaciones interpersonales; la
causalidad de las acciones y la necesidad de un balance de los elementos
cognitivos. Sus trabajos posteriores sobre teoría de la atribución y la reconocida
teoría de la disonancia cognitiva, de L. Festinger , fueron la base sobre la cual se
edificó gran parte de nuestros conocimientos actuales sobre procesamiento de
información proveniente del mundo social.
Psicoterapia cognitiva y constructos
En el campo de la psicoterapia George Kelly definió como constructos las
dimensiones personales, basadas en contrastes de significados, mediante las
cuales las personas intentan comprender su mundo interno y externo. Esos
contrastes son procesos cognitivos de diferenciación e integración, es decir
encontrar diferencias y semejanzas entre distintos hechos. Este proceso engloba
conductas, pensamientos, valores ysentimientos.
Estos conocimientos dieron por supuesto la existencia de estructuras cognitivas
de orden superior, en cuanto a complejidad, a las del nivel de la palabra o frase.
Estas estructuras configuran verdaderos “bloques de saber”, que más adelante se
denominaron guiones o script.
La noción de script propone una explicación de cómo un individuo cualquiera
puede comprender sin aparente dificultad mensajes cuya característica principal
es ser elípticos o bien metafóricos.
Para que la comprensión ocurra en las cosas más simples de la vida cotidiana un
individuo receptor de información debe estar dotado de una base de
conocimientos que supone tanto una gran cantidad de información como un alto
nivel de organización.
La necesidad de crear un modelo de esa organización llevó a la noción de
esquema. Este concepto supone la existencia de un conjunto más o menos
organizado de conocimientos relativos a un tema. Por un proceso similar al que
Piaget denominó asimilación desde estos esquemas las personas pueden realizar
reconocimientos e interpretaciones del mundo en el cual viven, ya sea que ocurran
en él las cosas que conocen o sucesos nuevos.
Las personas desde estos esquemas pueden poner en marcha y gobernar
secuencias de acciones para adaptarse a diferentes contextos. Pueden también
por asimilación entender los comportamientos de otros y facilitar la comprensión y
la producción de mensajes permitiéndoles rellenar faltas, desarrollar inferencias y
crear expectativas.
Los scripts son un supuesto conceptual necesario cuando se trata de describir el
funcionamiento cognitivo en acontecimientos donde priman situaciones de ajuste
rápido y preciso.
En el desempeño humano ante tareas y/o resolución de problemas parecieran
combinarse dos aspectos del funcionamiento psicológico: los esquemas y la
dimensión secuencial. Los primeros permitirían procesar rápida y eficientemente
grandes bloques de conocimientos interconectados y la segunda ofrecería la
posibilidad de puntuar la variable temporal en términos de antecedente-
consecuente.
Por ejemplo, la experiencia de una entrevista entre un consultor y un consultante,
supone a ambos portadores de esquemas y pautas de puntuación acerca de
qué es una entrevista, el tema que se va a tratar en ella, expectativas propias y
compartidas acerca de los resultados y el control que se ejercerá en ella sobre el
comportamiento del otro, etc. Esto permite una gran economía de esfuerzo
cognitivo muestra como las nociones de esquemas y secuencias son
intermediarios privilegiados cuando se trata de entender las relaciones entre
conocimiento y acción.

Problemas como objetivo


Entre el conocimiento y la acción existe un procesamiento, ese procesamiento
supone algún tipo de procedimiento. Podríamos decir que un problema es una
situación en la que es necesaria la elaboración de un procedimiento. Desde el
punto de vista de la psicología la elaboración de un procedimiento es algo
diferente de aquello que llamamos ejecución.
Cuando por la mañana nos levantamos, nos vestimos, nos lavamos los dientes,
preparamos e ingerimos el desayuno, viajamos al trabajo y al final nos sentamos
en nuestro escritorio podemos, de pronto, sentir que recién nos despertamos,
cuando un compañero de trabajo nos pregunta algo y debemos contestarlo. Hasta
allí, ejecutábamos acciones automáticamente, cumpliendo rutinas. La pregunta o
el requerimiento de nuestro colega, nos puso frente a una tarea “no ejecutable”.
La diferencia reside en que en la ejecución, la persona puede llegar a la meta o a
la solución mediante procedimientos conocidos y hasta rutinarios. En el problema,
no se hacen evidentes los modos de hallar la solución, o alcanzar una meta.
Es importante tener en cuenta que, tareas o situaciones que para algunas
personas son meras cuestiones de ejecución para otras son problemas.
Este es un tema interesante. Cuando se trata de asistir a alguien - colaborar con
él en la resolución de un problema- el asistente puede tener las cosas muy “claras”
ante el análisis de la situación, mientras el asistido puede tenerlas muy “oscuras”.
De lainteracción entre estas dos perspectivas es de donde suelen surgir esos
comportamientos llamados “resistencias”, o sea las dificultades (también
problemas),que suelen encontrar los consultores cuando quieren comunicar sus
“solucionesadecuadas” a sus consultantes.
Veremos más adelante, que probablemente el conocido fenómeno de la
resistencia al cambio, sea propio de todo proceso de aprendizaje y que la
resolución de problemas de la vida cotidiana requiere inevitablemente de esos
aprendizajes.
Las situaciones problemáticas posibilitan diferentes modos de tomar posición
frente a ellas. En su vida cotidiana las personas utilizan diversos conocimientos
para afrontar sucesos rutinarios o novedosos. Supongamos que alguien afronta
una situacióncotidiana y rutinaria con los recursos de siempre, pero estos no lo
llevan a losresultados esperados. Este, es un caso de procedimientos conocidos,
pero no aplicables.
Un ejemplo de esto, puede ser la consulta de una madre a un orientador escolar,
acerca de como hacer, para que su hijo menor haga los deberes. La madre relata
quecon sus dos hijos anteriores no tuvo ese problema, que solo se trataba de
verificar sihabían hecho la tarea, o en el peor de los casos proveerles alguna
ayuda escolar. El menor tiene una actitud indolente y ante sus exigencias se
retrae, llora y termina no haciendo la tarea en medio de un clima de
desorganización de la vida familiar. La madredetalla una serie de soluciones
intentadas, todas ellas fallidas.
La consulta, hace evidente al entrevistador que la madre no puede aplicar a la
situación los procedimientos aprendidos y aplicados en las situaciones de crianza
anteriores, ella demanda un procedimiento nuevo que reemplace o complemente
su “saber hacer”, que no esta dando resultados. Poder reemplazar un
procedimiento ya constituido y fallido por otro en vías de constituirse y
potencialmente exitoso es lo que denominamos resolución de problemas.
Un joven a terminado su colegio secundario y pretende estudiar una carrera
universitaria, confiesa que hasta ese momento su vida se desarrolló
tranquilamente, iba al colegio, cumplía con sus obligaciones, tenía su vida social,
etc., pero, ahora, su vida cotidiana ha cambiado, sus amigos se han desperdigado
y están ocupados en distintas tareas y estudios y él entiende que necesita elegir,
por primera vez, que hacer de su vida.
En este caso el joven no posee conocimientos o modos de conocer que le
permitan decidir acerca de las acciones a realizar; la situación no le permite activar
un procedimiento aplicable. Está ante una situación enteramente novedosa en la
que le es necesario llevar a cabo una actividad de búsqueda.
La noción de “problema” se refiere también a la construcción de una
representación del problema que permita definir un espacio de búsqueda. Esta
construcción atiende a tres componentes del problema: la situación inicial, la
situación meta o los objetivos buscados y la tarea de elegir procedimientos
opcionales y evaluar sus resultados.
La resolución de problemas
La resolución de un problema requiere por lo menos de tres actividades
diferentes. En primer lugar lo que llamamos la definición del problema. Esto es,
definir y acordar claramente los conceptos con los cuales está planteado y como
esto se relaciona con el contexto situacional en el cual ocurre; también puede
incluir una evaluación de la cuestión y si ésta admite resolución o no.
Un joven de 17 años consulta pues está decepcionado de las posibilidades que le
ofrece la vida actualmente, él se siente para otras cosas. Su expectativa es viajar
a la India y bajo la guía de un Maestro obtener la sabiduría que le permita hacer
propuestas diferentes al mundo. Entre tanto, algunas preguntas un poco más
pormenorizadas descubren que no termina su escuela secundaria y duerme
mucho, lo que le ocasiona frecuentes discusiones hogareñas, sensación de
inutilidad, irritabilidad y frecuentes trastornos gastrointestinales, que admite
concurrentes con los peores momentos de su“aburrimiento”.
Las preguntas para definir el problema, reubican sus reclamos en un contexto
específico que pone al descubierto otras dificultades, concurrentes con su
imposibilidad.
No es necesario que sus metas sean valoradas o cuestionadas.
En segundo lugar, se requieren ciertas reglas generales de búsqueda para la
resolución de problemas. Una de estas, es el procedimiento medios/fines. Esta
regla consiste en establecer una diferencia entre una situación inicial y aquella que
se fija como objetivo, para luego fijar un paso intermedio, que anule o disminuya
esa diferencia.
Otro modo posible, es desplegar acciones exploratorias y evaluar cual de ellas se
acerca más al objetivo, seleccionando aquellas que se van acercando más y más.
En muchos casos las alternativas de resolución tienen un camino restrictivo. Se
trata de evitar las acciones dirigidas a alejarse de la meta, aun aquellas que
secundariamente podrían distanciarnos de ella.
La actividad de evaluación para la resolución de un problema supone un análisis
detallado de los procedimientos anteriores de resolución de la misma situación o
de situaciones similares, la revisión de situaciones críticas y favorables que
facilitaron el camino hacia los objetivos o aquellos que llevaron hacia un inevitable
retorno al punto de partida.
Si bien todo procedimiento de resolución de problemas requiere de cierta
secuencia de acciones, no debe entenderse que todo procedimiento es lineal. La
resolución de problemas, tal como se plantea en la consulta psicológica incluye
muchos elementos diferentes, creencias, personas, situaciones y complejas
relaciones entre esos elementos. Y, debido a que tanto los elementos como las
relaciones, son variables, dado que la vida humana se desarrolla en el tiempo,
todo el proceso adquiere una riqueza y complejidad inusitada.
Todo problema es algo complejo, esto quiere decir que esta compuesto por
muchos elementos y muchas relaciones y que tanto los elementos como las
relaciones varían. La realidad de cualquier simple entrevista, parafraseando a Karl
Popper, se presenta a la vista de un observador como algo más parecido a un gas
que a un reloj.
Todo modelo que usa un consultor, un psicoterapeuta, un entrevistador
profesional, se dedique a lo que se dedique, es un reductor de esa complejidad.
Todo modelo selecciona elementos, relaciones, entiende mediante reglas
restringidas y construye una realidad particular consistente con sus conceptos.
Esa realidad, solo tiene sentido si es conveniente y/o útil para el usuario del
modelo.
Tomemos un ejemplo: el tráfico vehicular.
Imaginemos ahora que los vehículos pudieran circular por todos lados sin
ningún tipo de restricciones con respecto a andar, detenerse, manos y
contramanos, carriles, aceras y calzadas, etc. Si eso ocurriera, circular sería
prácticamente imposible o, por lo menos, riesgoso. La simple regla de conducir
avanzando por la derecha (salvo en Gran Bretaña y sus dominios) reduce la
complejidad del tráfico.
Ciertos niveles de solución de problemas reflejan un incremento de
especificidad que va en desmedro de la complejidad favoreciendo la operatividad.
En un nivel más general hay un conjunto de variables cognitivas de efecto más
generalizado e inespecífico. Son de carácter “metacognitivo” y se refieren a la
orientación general del individuo, pareja o familia ante los problemas de la vida. En
este nivel se ubican la capacidad de reconocer y calificar un problema, su
valoración, las atribuciones causales, creencias acerca del control personal y
creencias acerca del compromiso del tiempo y el esfuerzo para solucionar un
problema.
Un segundo nivel se refiere a las habilidades sociales específicas para realizar
una tarea secuencial orientada a una meta. Supone definir y formular un problema,
generar una lista de soluciones alternativas, tomar una decisión, implementar una
solución en forma práctica y evaluar resultados.
Un tercer nivel se refiere a habilidades básicas para reconocer que un problema
existe, generar soluciones alternativas, competencias para adecuar medios con
fines en estrategias de resolución; poder anticipar consecuencias y la capacidad
de poder tomar perspectiva para ponerse en el lugar de otro.
De un modo similar un consultor establece pautas que ordenan las entrevistas
con relación a sus supuestos teóricos y a su modo de pensar acerca los
procedimientos que favorecen acceder a las metas que busca.
En la ayuda mediante intervenciones psicológicas, son posibles dos cosas. En
primer lugar, que existan modelos diferentes –tantos como acuerdos y modos
verosímiles de influencia compartan consultantes y clientes- . Como ya vimos ,
seguramente su efectividad dependerá de la confianza en esos criterios, algo que
es propio a la cultura de pertenencia de los participantes.
Las intervenciones o procedimientos a utilizar deben ser consistentes con los
supuestos del modelo seleccionado. Llamamos intervenciones a las prácticas
comunicacionales mediante las cuales un consultor orienta modos de facilitar
cambios en personas que adoptan el carácter de consultantes. Esos cambios se
refieren a las creencias, las conductas, las formas de organización de sus
interacciones y a los relatos a través de los cuales describen el mundo.
Las llamamos prácticas comunicacionales, porque ellas se reducen en lo
fundamental a comunicaciones verbales y gestuales, que el profesional reconoce
como herramientas y que le permitirán operar sobre el contexto de la entrevista
psicológica.
Mediante estas intervenciones busca activamente crear las condiciones para que
los cambios ocurran. En ese sentido, todo consultor sabe que su trabajo se
realizará en una tensión siempre presente en los intercambios de una entrevista.
Por un lado, el consultante por motivos que puede conocer o no, se resiste de
algún modo a los cambios, por otro lado solamente él puede aportar o crear los
recursos que permitan cambios persistentes.
Las personas no suelen perder su tiempo o su dinero consultando por algo que
no les resulte problemático. Es más, la mayor parte de las consultas ocurre en el
período de desmoralización que sigue a la apreciación sistemática del fracaso de
las soluciones intentadas para salir de un problema.
En segundo lugar, estos procedimientos o intervenciones diversas pueden
coexistir y también seguir un camino acumulativo. Esto quiere decir que la
aparición de nuevas teorías y técnicas no necesariamente invalida o anula el uso
de las aceptadas y usadas anteriormente. Explica también que -tomando el
ejemplo de la psicoterapia coexistan en nuestra sociedad actual teorías y técnicas
diversas como el hipnotismo, el psicoanálisis, las terapias conductistas, las
terapias comunicacionales, las gestálticas, las existenciales, las farmacológicas,
del mismo modo en que coexisten y se fueron agregando a las viejas fonolas, los
discos de pasta, las cintas de grabación , los cassette , los discos compactos, las
plaquetas de computación o actualmente Spotify; sin que haya variado el acto y la
intención de escuchar música. Lo que no es posible es usar discos de pasta en la
computadora. Los procedimientos deben ser consistentes con sus modelos y
estos con sus epistemologías, en ese sentido cierta tendencia a “mezclar”
técnicas, en el marco de modelos epistemológicamente diferentes, suele depender
más del afán de estar a la moda, que de la intención de aprender. Esto es válido
para los intentos de “leer” desde modelos metapsicológicos e intervenir desde
modelos comunicacionales. Ese eclecticismo es, como decía un viejo maestro
vienés, “frutillas con salsa inglesa”.
De todos modos, la aceptación inicial de una teoría justificadora, la elección de
procedimientos de intervención y las evaluaciones de éxito o fracaso, parecen
depender más de la verosimilitud compartida y la viabilidad social, ligada a la
cultura dominante, que de ciertas verdades como las propugnadas en los inicios
de la ciencia.
En ese sentido, no debemos olvidarnos de que casi hasta la segunda mitad del
siglo XIX no existieron signos de que la justificación de lo humano siguiera las
pautas
del respeto de las leyes de la Naturaleza. Recién en 1859, con la publicación del
Origen
de la Especies de Charles Darwin, se comenzó a desarrollar la visión de un
hombre
sujeto a las leyes naturales.
Más adelante, la publicación de los Principios de Psicología de William James
en 1890 y de La Interpretación de los Sueños de Sigmund Freud en 1900
señalaron el
fin de la idea del hombre como objeto especial de la Creación y trasladaron la
dependencia de la subjetividad a la influencia de la memoria, el pensamiento y el
ambiente social y cultural.
La obra de Freud estableció, para la edad de la Razón, la noción de que las
enfermedades mentales pueden curarse mediante el desencadenamiento de
fuerzas
ocultas provenientes de recursos naturales propios del organismo. Cierta bruma
de
irracionalidad no reconocible para el individuo, ocultaba flujos de energía que se
habían
interrumpido temporalmente, debido a experiencias tempranas negativas. Esta
idea de
que los recursos intrínsecos son el principal agente curativo, está presente de
diversas
maneras en casi todos los procedimientos terapéuticos posteriores y es una de las
ideas
predominantes de la psicoterapia y el desarrollo de la conducta en la actualidad.
La palabra inglesa empowerment describe una de las verdades de nuestra
cultura que dice que la gente es responsable de su trabajo, toma sus propias
decisiones
y que es importante que sienta que el control de la realidad depende en mucho de
su
esfuerzo personal.
Una visión casi opuesta, pero también racionalista aportó el conductismo desde
Watson hasta Skinner . La idea de un hombre enteramente moldeable por las
fuerzas
del ambiente dio base para pensar un mundo en el que la planificación de la
educación y
la vida social dejaban un sitio mínimo para el azar.
En un lenguaje actual, podría decirse que una pregunta fundamental de la
Psicología es ¿Dónde esta el locus de control? ¿Qué es lo que fuerza que ocurra
y cómo
ocurre lo mental?
Las respuestas a lo largo de la historia fueron varias: La Gracia, el Eter, la
Energía, el Ambiente, en los últimos años se agregaron la Información, la
Comunicación, la Co-evolución, la Retórica, el Lenguaje, etc.
En Comunicación: un paradigma de la mente, sostuvimos la idea de que el
pensamiento acerca de lo mental y lo psicológico, mantuvo a lo largo de la historia
una
existencia vicaria. El modelo de mente, casi siempre tomó como metáfora el
modelo de
máquina más exitoso y aceptado por la época.
Las ideas acerca de cómo se resuelven los problemas humanos, están
enmarcadas por nuestros modelos mentales.
5. Intervenciones estratégicas
El modelo estratégico recibe este nombre porque se focaliza en adecuar medios y
fines. Su intención está dirigida hacia el cumplimiento de objetivos convenidos con
el
consultante. Estos objetivos tienen relación directa con la resolución de los
problemas
presentados por los consultantes.
El consultor se establece como prioridad, identificar los problemas a resolver,
fijar metas, diseñar intervenciones para acceder a esas metas, examinar las
respuestas
recibidas para modificar su propio enfoque y evalúa los resultados, para
determinar si
su proceder ha sido eficaz.
Le interesa también su eficiencia, es decir intervenir del modo más rápido y
económico posible. Generalmente lo hace mediante el intento de modificar la
“visión
preferida", a través del uso del lenguaje durante las entrevistas y de solicitar tareas
que
tienen como finalidad, extender el efecto de sus intervenciones a la vida cotidiana
del
consultante. Esto lo hace con la doble intención de “permanecer” en el
pensamiento de
éste y colocarlo en situaciones en las que realice experiencias cotidianas de
afrontamiento, orientadas a favorecer un cambio en sus conductas.
La solución intentada “fallida”
Su objetivo es interrumpir el circuito formado por las soluciones intentadas por
el consultante y modificar el encuadre que él ha hecho hasta ahora del problema.
Para
lograr esta meta, las intervenciones están orientadas a la reestructuración y
modificación del modo de percibir la realidad y/o provocar un cambio evidente de
las
acciones comportamentales derivadas.
Uno de los modelos más clásicos y utilizados, el desarrollado por el Mental
Research Institute está organizado alrededor de la búsqueda de bloquear las
soluciones
intentadas por los pacientes o quienes tengan un problema. El modelo propone
inicialmente una descripción previa y adecuada de los circuitos comportamentales
que
mantienen vigente el problema. Una vez que esto está claramente descripto,
diversas
intervenciones se ponen en marcha, para interrumpir en algún punto algunos de
esos
circuitos.
Por este motivo la "solución intentada fallida" define el principal reductor de
complejidad de este modelo.
Veamos un ejemplo. Un consultante consulta por síntomas de ansiedad, que
adoptan el siguiente circuito: en determinados momentos la persona siente de un
modo
más acentuado los latidos de su corazón, cuando eso ocurre, fija su atención en
ellos y
esto lo asusta más. Muchas personas reaccionarían de otro modo, por ejemplo no
fijando la atención en eso, pero él lo hace así.
Se podría describir la solución intentada de su sistema como un circuito:
activación fisiológica, focalización de la atención, evaluación cognitiva como
miedo,
aumento de la activación fisiológica.
Cualquier intervención que desvíe el foco de atención, seguramente obtendría
una disminución momentánea de la ansiedad. De hecho, muchas intervenciones
en
trastornos de ansiedad, toman este camino.
La tarea principal de un procedimiento estratégico, consiste en influir sobre el
cliente para que enfrente su problema de manera diferente. El camino para llegar
a eso
es observar, aprender y hablar su lenguaje. Es decir, el consultor debe adaptar su
lenguaje y acciones a la idiosincrasia y al estilo cognitivo y comunicacional del
consultante con el objetivo de disminuir la resistencia al cambio.
Hay tres preguntas básicas que un consultor debiera hacerse en este primer
momento:
1. ¿Cuál es la principal postura del cliente (comportamiento, actitud, opinión,
motivación) con respecto al problema?,
2. ¿Cómo lograr que reduzca dicha postura lo máximo posible?,
3. Definir una estrategia de qué y cómo es lo que cliente podría hacer para
solucionar su problema. La pregunta siguiente es: ¿cómo transmitirlo de un
modo coherente con dicha postura?
Además, le es necesario definir si el problema se manifiesta en la interacción
entre subsistemas del individuo mismo, por ejemplo entre lo fisiológico y sus
pensamientos, en sus relaciones con los otros, o con contextos más amplios.
Toda esta información, le permite al consultor elegir si es más eficaz alterar el
sistema perceptivo-reactivo que mantiene el problema (soluciones intentadascomo
pensamientos), interviniendo directamente sobre el consultante individual y en
consecuencia generando una modificación en todo el sistema interpersonal. O
bien,
intervenir sobre los otros significativos, provocando un cambio en las secuencias
interactivas (soluciones intentadas interactivas) de varias personas, y por ende en
el
sistema perceptivo- reactivo de la persona individual (portadora del problema).
La primera entrevista estratégica
Aquello que en este modelo se llama "primera entrevista", es el tiempo dedicado
por consultor y consultante a establecer un vínculo que favorezca el trabajo, definir
claramente si hay un problema, cuáles son sus términos y cómo es sostenido por
las
creencias y comportamientos del cliente.
Esto otorga a la primera entrevista y a la conducción de sus etapas y pasos una
importancia crucial. Para que una consulta termine adecuadamente, debe tener un
buen
comienzo y será exitosa cuando resuelve los problemas del cliente, por lo tanto,
un
buen consultor, debe saber cómo formular un problema y cómo resolverlo.
Es conveniente que todas aquellas personas que participan de algún modo de la
cuestión, por ejemplo una pareja, varios miembros de una familia o el satff de una
empresa, concurran a la primera entrevista, ya que el cambio -de ocurrir- los
afectará a
todos.
La entrevista recorre en su desarrollo varias etapas y aspectos:
Etapa social: se establece el primer vínculo social con los consultantes y se
accede a los primeros datos, creando una situación de encuentro cordial. El
consultor
debe observar las relaciones entre los miembros del sistema, hablar con cada uno
y
observar el modo de organización de los circuitos sin comunicárselo.
Etapa de planteo del problema: se inquiere acerca del problema presentado. Se
pasa aquí, de una etapa social, a las intervenciones propiamente dichas. Se les
pregunta
por qué han venido o qué los aqueja. El modo en que el consultor formula la
pregunta
define su posición en la relación. Cuánto más ambiguo y general sea, más campo
le dará
a los miembros para exponer sus puntos de vista y para resolver a quien creen
que va
dirigida. Si él elige, debiera respetar las jerarquías internas, por ejemplo en una
familia,
comenzar por los padres.
De todos modos, es recomendable dirigirse a la persona que se encuentra más
desligada del problema y explicarle porque están todos ahí, es un modo de
normalizar
la situación. A esta altura no habrá comentarios para que se vea el problema de
una
manera diferente, tampoco dará su punto de vista sobre ningún tema; sólo se
remitirá a
recoger hechos y opiniones. Evita los diálogos espontáneos, organizando los
turnos. El
consultor debe observar cómo actúa y qué dice cada uno de los entrevistados, sin
comunicar nunca sus observaciones.
Etapa de interacción: se pide a los participantes que dialoguen entre sí. En vez
de presenciar una conversación sobre el problema, ahora se trae la acción-
problema a la
sesión. El consultor deja de ser el centro de atención pero sigue conduciendo la
entrevista. Si el consultor conduce esta etapa correctamente, la configuración de
las
interacciones comenzará a hacerse evidente.
Etapa de fijación de meta: se les solicita a los consultantes que especifiquen los
cambios que desean lograr. Se establece un contrato entre el consultante y el
consultor:
cuánto más claro y preciso sea, más organizada será la tarea. Lo mejor es centrar
la
atención en el síntoma y en la persona- problema ya que esto servirá como
palanca para
el cambio.
Conclusión de la entrevista: concertación de una nueva cita. Si es necesaria la
concurrencia de otro miembro, se discute de que manera hacerlo asistir. Se les
puede
pedir que realicen una tarea, con lo cual quedan conectados con las sucesivas
sesiones.
La tarea fundamental es acceder al problema de aquel que consulta, es decir
determinar que experiencia de su vida, esto se expresa como una conducta, le
gustaría
suprimir o reducir. La definición del problema se realiza en términos de conducta
real,
en un pasado reciente y en el presente. El énfasis está colocado en las soluciones
intentadas, intentos de resolver el problema que no han dado resultado, por lo
tanto la
evaluación del problema se orienta al presente y al futuro. Se le pregunta
directamente
que es lo que no le agrada en el presente y que quiere cambiar en el futuro. A esta
información se puede acceder a través de algunas de las siguientes preguntas:
¿Cuándo se produce el problema?
¿Dónde aparece el problema?
¿Cuáles son las acciones del problema?
¿Con quién se produce?
¿Cuáles son las excepciones a la regla del problema?
¿Cuáles son las conductas que quedan excluidas a causa del problema?
¿Cuáles son los marcos de referencia o creencias que el cliente tiene acerca
del problema?
¿Cuáles son las soluciones intentadas por el cliente y/o los otros para resolver
el problema
Orientando las preguntas mediante los criterios arriba mencionados, es posible
definir claramente las dificultades, y crear hipótesis del modo más favorable para
actuar
sobre ellas.
Los modelos estratégicos utilizan procedimientos directivos. Cualquier
comunicación, directa o implícita -marcada por una inflexión de la voz, un ademán,
un
silencio oportuno, comentarios al margen deslizados durante la conversación- del
consultor, constituye un mensaje para que la otra persona haga algo. Es en ese
sentido
que el modelo comunicacional entiende que no se puede no intervenir, que no hay
abstinencia posible.
Antes de exponer las distintas estrategias más comunes de intervención es
conveniente dejar en claro dos cuestiones. En primer lugar, el proceso de la
consulta es
de por sí una estrategia terapéutica, por eso decimos que es imposible no
intervenir.
En segundo lugar, el lenguaje del consultor debe adaptarse al consultante. Es
necesario aprender y emplear el lenguaje, es decir e patrón idiosincrásico del
consultante. Cumpliendo esta premisa básica, el consultor puede tener la libertad
de
actuar de acuerdo a aquello que considere más apropiado para el tratamiento,
manteniendo su capacidad de maniobra.
Las tareas son un medio para provocar cambios, es decir para que la gente se
comporte de una manera diferente a como lo venía haciendo. Se emplean para
intensificar el vínculo entre consultor y cliente, al dirigir la acción el consultor
adquiere
importancia y permanece ligado a la vida cotidiana del cliente. Este continua
pensando,
fuera del marco de la consulta, en la tarea originada en las sesiones, y qué pasará
si
cumple o no. Además sirve para obtener información, porque al recibir una
directiva la
gente reacciona de determinada manera, posibilitando observar cómo podrían
responder a los cambios deseados.
Intervenciones normativas y directivas. Directividad
Es distinto intervenir directivamente que hacerlo normativamente. Una
cosa es pedir a alguien que haga algo y otra es decirle que “hacer lo que uno le
dice es
mejor”. Tampoco corresponde decir que lo que venía haciendo debe hacerlo de
otra
manera pues eso lo beneficiará. Ser directivo es ser activo, eso no es lo mismo
que dar
consejos, ser valorativo o pedagógico.
Hay varios modos de impartir directivas:
Pedirle a la gente que haga algo, con el propósito de que lo cumpla. El consultor
debe gozar de gran prestigio para lograr que la intervención sea efectiva, es decir,
para
lograr que alguien abandone su comportamiento habitual con sólo pedírselo.
Aconsejar
significa suponer que la gente ejerce control racional sobre sus actos, idea que
quizás
conviene desechar si se quiere tener éxito en este campo. De todos modos, las
prescripciones directas son posibles de utilizar con personas colaboradoras y que
tienen
una escasa resistencia al cambio. A veces con solo pedir a una mamá que no
insista en
hacer los deberes de su pequeño hijo, poco aplicado en la escuela, alcanza para
modificar lo que está ocurriendo. El niño empieza a hacer los deberes y uno ha
hecho
casi magia.
Otra forma de impartir directivas, es utilizar cierta forma de modelado,
convirtiendo la entrevista, o la persona o rol del terapeuta en un modelo, de como
pretende el consultor que el cliente se comporte.
Esto no se expresa sólo con palabras, sino con acciones. Por ejemplo, la forma en
que el consultor se comporta en la entrevista con los niños, puede influir en el trato
que
les den los padres; sólo con su modo de actuar les está diciendo como hacerlo, es
decir,
el consultor se expresa mediante acciones parecidas a lo que él desearía que
hubiese
sucedido.
En este enfoque, el consultor elige como meta modificar alguna actividad del
consultante, luego escoge una acción parecida a la que quiere modificar, para que
les
resulte más fácil a los consultantes. Finalmente, les asigna una tarea dentro de
esa
actividad, pero que permita alcanzar los resultados deseados, tanto en ella, como
en la
que realmente se quiere cambiar.
Otro modo, es pedirle a la gente que haga algo, con el propósito de que no lo
cumplan, o sea con el propósito de que cambien por la vía de la oposición. Estas
intervenciones buscan un objetivo no presentado directamente. Ejercen una
influencia
indirecta y tienen su origen fundamentalmente en las técnicas de inducción de la
hipnosis.
En este sentido se emplean algunas tareas paradójicas: cuando el consultor
quiere
que los consultantes se resistan y de ese modo cambien en oposición a lo que él
les
plantea.
La paradoja es “una contradicción que se sigue de una deducción correcta a partir
de
premisas coherentes”. Vista desde la pragmática de la comunicación, una
paradoja
supone una comunicación explícita o implícita que se incluye en otra comunicación
que
la contradice. De esta manera se genera un dilema: para obedecer a una, hay que
desobedecer a la otra (véase en el capítulo anterior la teoría del doble vínculo).
Ambas comunicaciones, juntas, pueden producir parálisis o confusión, salvo que el
sujeto pueda hablar acerca de la naturaleza contradictoria de la situación, esto es
que
pueda metacomunicarse.
La intervención paradójica más conocida, es aquella en la que el consultor parece
promover la continuación o incluso el empeoramiento del problema, dentro del
marco
de una comunicación más amplia que define el encuadre de la tarea como un
lugar en
donde se resuelven problemas. Se la denomina prescripción del síntoma y tiene
su
origen en una vieja historia.
Se dice que en la década del 30, un profesor de música alemán, entrenaba a sus
alumnos para los conciertos de piano, haciendo que practiquen sus errores, hasta
dominarlos. Cuando los concertistas están ante un concurso, es motivo de máxima
ansiedad el hecho de equivocar una tecla. La práctica del error, les permitía
dominarlo.
Por extensión en el MRI de Palo Alto, se utilizó el mismo procedimiento cuando los
consultantes definían sus síntomas como ingobernables. El procedimiento
combinó dos
cosas, el problema de la ingobernabilidad del síntoma con el hecho de que este
cumplía
el papel de una solución intentada en el circuito que definía el problema.
La paradoja permite quebrar los círculos viciosos y recurrentes de soluciones
intentadas, porque pone en crisis el sistema de percepciones de la realidad y de
reacciones ante ella. Es aplicable a situaciones rígidas y obsesionantes.
Esta técnica, le plantea al consultante el siguiente dilema: hacer voluntariamente
aquello que sostenía involuntariamente. Al convertir el síntoma en voluntario, este
pierde su valor de ingobernable y por ende su carácter sintomático.
Por un lado, la prescripción puede estar basada en la obediencia, en donde se
espera
que el consultante colabore con el consultor, pero le resulta imposible hacerlo.
Esta
modalidad es utilizada cuando la oposición es baja y el consultante ve sus
síntomas
como fuera de control.
Por el otro lado, la prescripción puede estar basada en el desafío y se espera que
el
consultante se rebele, explícita o implícitamente, con lo cual reduce o renuncia a la
conducta sintomática. Esta técnica es empleada cuando la oposición es mayor y
los
síntomas son considerados potencialmente controlables.
Esta intervención puede ser utilizada también con aquellos consultantes que
solicitan ayuda para resolver el problema, pero a la vez tienden a rechazar lo que
se les
brinda en esa dirección. En general, están estabilizados en torno al hecho de que
uno de
los miembros del sistema constituye el problema. Al modificar la situación de la
persona-problema, el consultor tiende a desestabilizar al sistema, por lo que se
encontrará con cierta resistencia. Las tareas paradójicas tienden a abordar esta
dificultad, ya sea impartiendo directivas que involucren a todos los miembros del
sistema o sólo a una parte de ellos.
El enfoque paradójico puede resumirse en las siguientes etapas:
Establecer una relación que se define como tendiente a provocar el cambio.
Definir claramente el problema.
Fijar los objetivos con claridad.
Ofrecer un plan, es decir una explicación lógica (que generalmente es un
reenmarcamiento -véase más abajo-) que haga razonable y prepare para una
directiva paradójica. También se puede impartir la directiva dejando el plan
implícito.
Descalificar diplomáticamente a quien es tenido por “autoridad en la materia”,
por lo general alguien que ya está tratando de ayudar a la persona a resolver el
problema.
Impartir la directiva paradójica.
Observar la reacción y seguir alentando el comportamiento usual, es decir
“más conducta-problema”.
En la medida en que continúa el cambio, si el comportamiento disminuye el
consultor deberá evitar que ese hecho se le acredite como un logro suyo, porque
sino, las recaídas también serán adjudicadas a su persona. Una forma de evitar
los méritos de una mejoría, es manifestarse asombrado de lo que está
sucediendo.
Se han sistematizado y se utilizan a lo largo de los años numerosas
intervenciones,
algunas de ellas atienden cuestiones de detalle, son más una microtecnología y se
las
utiliza continuamente durante las entrevistas.
Es el caso de la evitación de formas lingüísticas negativas. El uso de enunciados
negativos con respecto a las ideas o conducta del consultante tiende a
culpabilizarlo o a
producir reacciones de rechazo y rigidez. Desde este punto de vista, este es uno
de los
factores que producen en la interacción ese fenómeno que los modelos
psicodinámicos
denominaron resistencia.
En la perspectiva estratégica, la resistencia vista como una oposición del
consultante es utilizada a los fines de facilitar el cambio. Se puede prescribir,
paradójicamente, el uso de la resistencia, con lo cual se convierte en algo que
debe
cumplirse. Un ejemplo de esto es la restricción del cambio, el consultor desalienta
o
niega la posibilidad de cambio. Esta técnica es indicada para casos en los que
existe un
nivel elevado de oposición. Es de hecho una paradoja con respecto a la consulta
en sí
misma. Se supone, que quien consulta, quiere cambiar y es paradójico, que quien
debiera ser el agente de ese cambio esperado, sea quien lo posponga o niegue.
Una intervención clave es el reenmarcamiento o modificación de la visión
desarrollada hasta el momento acerca del problema (reframe). Partidarios de
varias
escuelas sostienen, que esta es la única intervención que define el campo de la
psicoterapia. Así, la psicoterapia misma sería un procedimiento de reformulación y
búsqueda de variantes verosímiles a los problemas de la gente.
Esta perspectiva, pone el acento en que el foco principal de la tarea son los
marcos
de referencia, es decir, las creencias que tienen las personas acerca de los
problemas que
los aquejan. Los clientes al pensar las situaciones desde un solo punto de vista,
reducen
su capacidad de acción, es decir hay una imposibilidad de observar distintas
alternativas.
El reframe, o reencuadre del problema, es una de las más sutiles técnicas de
persuasión. Es la maniobra central de la consulta, ya que intenta cambiar el mapa
conceptual y la conducta del consultante. El cambio es resultado de un proceso de
construcción de significados alternativos o perspectivas diferentes, congruentes
con el
estilo del cliente.
El reenmarcamiento, como también se lo traduce, suele asignar una connotación
positiva a conductas que antes eran percibidas de manera negativa. Una de sus
características principales, es que codifica de nuevo la percepción de la realidad
por
parte de una persona, sin cambiar el significado de las cosas aunque sí su
estructura
sintáctica y a veces su sentido.
Abarca redefiniciones cognitivas de una idea o de un comportamiento. No actúa
directamente sobre la semántica, es decir atribuyendo significaciones e
interpretaciones;
sino que, implicando ciertas fallas provoca dudas en la posible rigidez de los
constructos del consultante.
Un ejemplo ya clásico, es señalar la media copa llena a quién habla de la media
copa
vacía.
A veces, solamente es un cambio de escala en lo que se está diciendo. Un
ejemplo
de esto es un e-mail hecho circular por el Dr. Phillip M. Harter, del FACEP ,
Escuela de
Medicina de la Universidad de Stanford, California, sobre las estadísticas del
mundo.
Allí dice:
“Si pudiéramos reducir la población del mundo a una aldea de solo 100 personas y
mantuviéramos los correspondientes porcentajes existentes, tendríamos los
sorprendentes siguientes resultados:
57 asiáticos
21 europeos
14 americanos
8 africanos
52 mujeres
48 varones
30 de raza blanca
70 de otras razas
30 cristianos
89 heterosexuales
11 homosexuales
6 personas poseerían el 59% de la riqueza del mundo
y las 6 serían norteamericanas
80 vivirían en viviendas inadecuadas
70 no podrían leer ni escribir
50 serían mal nutridos
1 estaría por nacer y 1 por morir
1 (solamente 1 tendría formación universitaria)
1 poseería una computadora.
Analizar nuestro mundo, desde un nuevo marco que lo convierte ficcional y
argumentalmente en una pequeña aldea, vuelve evidente hasta el asombro, la
necesidad
de aceptar unas cuantas cuestiones, ser tolerantes con otras, entender muchos de
nuestros problemas y la urgencia de reformular criterios acerca de la distribución
de la
riqueza, la educación y la cultura.
Un caso relatado por el psiquiatra e hipnólogo estadounidense Milton Erickson
muestra un ejemplo de reenmarcamiento dentro de un trabajo de hipnosis sin
trance.
Erickson estaba atendiendo a una enfermera soltera preocupada por no conseguir
novio, casarse y tener hijos. Atribuía esto a su cuerpo. Erickson observó que la
mujer
tenía un trasero grande y también un sincero amor a los niños, e intervino con el
siguiente reenmarcamiento:
"Yo se que tiene el trasero más grande de toda la creación. se también que no le
gusta, pero es el suyo. Y le gustan los niños, de modo que querría casarse, tener
hijos
propios. Y tiene miedo de que ese gran trasero constituya un obstáculo... Este es
su
error . Usted no ha leído el Cantar de los Cantares, de Salomón. Tiene que leer su
Biblia. Se habla de la pelvis de la mujer como de la cuna de los niños. El hombre
que
quiera casarse con usted no verá un gran trasero gordo... verá una cuna
maravillosa para
los niños’. Los hombres que quieren ser padres quieren también una linda cuna
para el
hijo ."
Otras formas de intervención actúan sobre las pautas habituales de
comportamiento
que parecen definir la ocurrencia del problema. Las pautas, o modos regulares de
hacer
las cosas, ayudan a organizar la experiencia, las percepciones y la conducta. Esto
hace
que no sea necesario negociar constantemente relaciones y significados, una y
otra vez.
Intervenir en la pauta, significa alterar esas pautas acostumbradas. Para lograr
una
intervención exitosa, es necesario averiguar y tomar en cuenta las creencias y
conductas
del cliente: su lenguaje, intereses, motivaciones, marcos de referencia, síntomas,
etc.
Son muchos los modos en que se puede intervenir:
Cambiar la frecuencia/ el ritmo de síntoma (la pauta que lo rodea). Se le puede
pedir
a alguien que no puede dejar de trabajar, si puede hacerlo más, pero cortado.
Cambiar la duración del síntoma. Tratar de extender un dolor para dominarlo.
Cambiar el momento del día o la semana en que ocurre. Tratar de concentrar la
depresión o tristeza entre las 21:00 y las 21:30 .
Cambiar la ubicación donde ocurre (en el cuerpo o en el mundo). Trasladar un
dolor.
Cambiar la intensidad. Aumentar un dolor. Registrarlo más.
Cambiar la secuencia (el orden) en que se produce.
Crear un cortocircuito en la secuencia o hacer que ‘descarrile’. Solicitar a una
pareja
que discute cuando se encuentran al atardecer al regresar al hogar, que lo hagan
por
la mañana, antes de salir a trabajar.
Añadirle o sustraerle un elemento. Pedirle a un obeso que coma lo que quiera,
por una
semana, pero no bananas.
Fragmentar algún elemento, antes unitario, en elementos más pequeños.
Solicitarle a
alguien que no puede evitar, entre otras cosas, coleccionar obsesivamente
fósforos
usados, si puede cortarlos y coleccionarlos por dos.
Hacer que el síntoma se despliegue sin su pauta. Pedirle a una persona con
miedos que
modifique la pauta con que intenta afrontar lo temido, por ejemplo que empiece no
por intentar afrontarlo, sino por evitarlo sistemáticamente.
Hacer que se despliegue la pauta con exclusión del síntoma. Indicarle a un
obeso que
coma lo que quiere, para determinar cuanto es capaz de engordar en cinco días.
Invertir la pauta. Pedir a una madre si en lugar de lavar, con abnegación, las
sábanas
de un niño enurético, puede pedirle que lo haga él.
Relacionar la pauta- síntoma con otra pauta por lo general una experiencia
indeseada.
Indicar a un insomne que rasquetee pisos y los encere de noche.
Uso de anécdotas, relatos y lenguaje metafórico, analogías y la denominada
comunicación paralela. El uso de la analogía, permite utilizar concepciones de un
ámbito de nuestra experiencia, para encarar o comprender de un modo diferente,
otro
tipo de vivencias, es decir “arroja una luz” distinta sobre un tema. Es, de hecho, un
recurso para reenmarcar.
La analogía, puede usarse directamente para amplificar algo que el consultor
intenta transmitir, o de un modo más indirecto, lograr desviar la atención
consciente
sobre el problema. Esta modalidad indirecta de comunicación, minimiza la
resistencia.
No es necesariamente una opinión directa acerca de su modo de pensar y/o
actuar. El
mensaje llega en forma de relato o anécdota.
Dentro de este tipo de comunicación se incluyen:
Chistes: se utiliza el humor para señalar, ciertos ítems, que de otra forma
generarían resistencia.
Juegos de palabras: se emplean para sorprender o confundir.
Relatos: se utilizan para sugerir nuevas opciones, para que el consultante ceda
terreno y escuche, etc.
Metáfora: hablar sobre un tema para referirse a otro. Se emplea para mostrar
una nueva visión sobre el tema tratado. Su función es llevar el conocimiento
más allá de su contexto inicial, hacia un contexto nuevo.
Por ejemplo, se le puede contar a un gerente de una concesionaria de
automóviles, que no entiende cómo no percibió situaciones, y a quien cuestiones
fundamentales de su gerenciamiento se le fueron de las manos, hasta llevarlo a
perder un buen porcentaje del mercado; la anécdota de la rana.
"Las ranas tienen dificultades para registrar pequeños cambios. Si se intenta
echar una de ellas al agua hirviendo, saltará y evitará el contacto, pero, si se la
pone en una olla con agua fría y se la calienta poco a poco la rana no registrará
los pequeños cambios de la temperatura y morirá hervida. Se le puede también
sugerir que los gigantes de Detroit, al igual que él, no registraron la entrada de
las firmas japonesas al mercado estadounidense, hasta que habían ocupado el
40% del total."
Esto suena diferente de lo que seguramente siente el consultante: "que ha
sido un perfecto tonto, o por lo menos ineficiente".
Excepciones, soluciones y enfoques centrados en el futuro.
Las intervenciones que veremos a continuación se concentran en las cosas que
dan resultado o empiezan a darlo, no en la exploración, clarificación o
categorización de
los problemas.
En este sentido, es que se habla de intervenciones orientadas hacia a las
soluciones.
Para este enfoque, es fundamental mostrar la existencia de excepciones a las
conductas, ideas, sentimientos e interacciones que están o pueden estar
asociados al
problema que motivó la consulta.
Se invita al cliente, a reconocer lo que ya ha estado haciendo y puede definirse
como exitoso, o por lo menos como encaminado hacia la solución del problema.
La
medida en que el reconocimiento de la existencia de las excepciones, puede
convertirse
en la palanca para cambios posteriores, es directamente proporcional al hecho de
que
éstas se tornen significativas para el cliente y su entorno.
La técnica del milagro, es una manera de ayudar a las personas a concentrarse en
una
solución potencial y no en los problemas. La pregunta del milagro es la siguiente:
“-Supongamos que una noche se produce un milagro, y mientras usted duerme el
problema que lo ha traído a aquí, queda resuelto. ¿Cómo lo sabría usted? ¿Qué
sería
distinto? ¿Qué vería usted de diferente a la mañana siguiente, como signo de que
ha
ocurrido un milagro? ¿Qué notarían las personas que lo rodean?”
El consultor debe estimular al cliente, para obtener como respuesta una
descripción conductual clara y específica.
Ubicación en una escala: este método consiste en el empleo de preguntas sobre
la
posición en una escala, por ejemplo “en una escala que va de cero a diez, y en la
que el
cero representa lo peor, y el diez corresponde a las cosas tal como serán cuando
estos
problemas estén resueltos, ¿dónde se situaría usted hoy?”.
Otro ejemplo podría ser: “si cero representa ‘me importa nada’ y diez ‘estoy
realmente entusiasmado’ ¿dónde se ubicaría cada uno de ustedes, actualmente,
en
cuanto a trabajar sobre su relación? o ¿dónde piensa usted que se ubicaría su
pareja?”.
Como vemos esta pregunta está orientada a evaluar la motivación de uno, o
ambos
miembros del sistema. También con este estilo de preguntas, se puede explorar la
medida en que se cree en la posibilidad del cambio.
La ubicación en la escala, puede emplearse con adultos a través de una
indagación verbal (ya ejemplificada) y con niños, trazando gráficos o utilizando
alguna
otra modalidad.
Frente a las respuestas de los clientes, es recomendable que el consultor se
incline más a ser conservador que optimista.
Uso de la ambigüedad: comunicarse de manera ambigua posibilita la existencia de
múltiples interpretaciones. La mayoría de las personas no tolera la ambigüedad,
con lo
cual intenta introducir orden en el caos. Esto facilita el uso de los recursos propios
para
la resolución del problema. Un viejo ejemplo del terapeuta John Weakland ilustra
esta
técnica: un colega británico lo consultó en Palo Alto y Weakland lo recibió
preguntándole -"¿Cómo vino?". El colega, dudoso, le preguntó -"¿A qué se refiere,
de
Inglaterra o cómo llegué hasta aquí?". Weakland le contestó -"Decida usted a qué
nivel
quiere volar".
La técnica de la confusión, se emplea para superar el pensamiento racional y para
facilitar la inducción. Incluye tres elementos principales: observaciones o conducta
fuera de contexto, observaciones o conducta que se prestan a dos o más
interpretaciones
y no permitir la utilización de las capacidades de procesamiento conciente.
La técnica de la bola de cristal. Esta técnica, se emplea para proyectar al cliente a
un
futuro en el que es exitoso. Con el sólo hecho de ver un futuro diferente al
esperado es
posible desplegar una nueva conducta que lo conduce a la solución. De esta
manera el
cliente construye su propia solución, sirviendo ésta última como guía de la tarea.
Se le solicita que desarrolle varias visiones diferentes del tipo “bola de cristal”.
El procedimiento tiene varios pasos:
Experimentar uno de los recuerdos más antiguos que le resulte agradable,
teniendo en cuenta que están haciendo las otras personas. Una vez recordada
esa experiencia, se vuelve al tema tratado con anterioridad.
Recordar un acontecimiento reciente pero sorprendemente olvidado. Se trata
de que recuerde alguna situación exitosa, que constituya una excepción a las
reglas que rodean la queja.
El objetivo de ambos pasos, es desarrollar visiones del tipo “bola de cristal”,
prestar atención a su conducta y a la conducta de los otros, despertar la sensación
de
éxito y mostrar que las cosas olvidadas pueden recordarse y las cosas
recordadas,
olvidarse.
El siguiente paso es el más importante porque se orienta al cliente al futuro,
primero se le solicita una descripción detallada y luego se va haciendo cada
vez más vaga. Se le pide que recuerde y retorne a hablar sobre la resolución
del problema.
Se le solicita al cliente que utilice otra visión en bola de cristal para recordar la
manera en que fue solucionado el problema, sus reacciones y las de los otros
involucrados frente a este proceso. Después se vuelve al presente y el
consultor elige algún tema que no tenga relación con las visiones o el
problema.
Generalmente, el cliente informa haber puesto en práctica un proceso de
resolución del problema diferente al imaginado en la cuarta bola de cristal.
Una pregunta que resume esta técnica y que se realiza en la entrevista inicial es:
¿cómo serán las cosas para usted y para los otros cuando el problema quede
resuelto?
Dentro de la línea de hacer prescripciones, existen otras técnicas que ya son
clásicas y
utilizadas por muchos terapeutas. Por ejemplo, sugerir tareas arbitrarias. Esta
concepción sugiere que las intervenciones pueden iniciar el cambio sin que medie
una
detallada comprensión del consultor acerca de lo que ha estado sucediendo. Esto
puede
entenderse como que la naturaleza exacta de la perturbación no parece ser
importante
para la generación de soluciones, sino que son las intervenciones, aún con cierta
arbitrariedad las que impulsan la utilización de nuevas pautas de conductas
destinadas
a la resolución del problema.
Las intervenciones que veremos a continuación, ilustran la expectativa de los
consultores sobre la competencia, creatividad y recursos que poseen los clientes
antes
de concurrir a la consulta. El consultor no les indica qué es lo que hay que hacer ni
les
enseña ninguna técnica nueva, simplemente les sugiere tareas que pueden
estimular
recursos.
Escribir, leer y quemar: esta técnica es un ritual que consiste en encontrar un
lugar y una hora determinada del día, para escribir aquellos pensamientos que
resultan
perturbadores (obsesivos, depresivos, etc.) para el consultante. Luego, este debe
leer
esas notas y por último quemarlas. Si los pensamientos aparecen fuera del horario
señalado, deberá retomarlos en el momento acordado.
Este ritual le permite al consultante:
objetivar sus preocupaciones, les da un carácter más concreto
no distraerse con sus pensamientos ya que hay un tiempo preciso para
recordarlos
pensar en otras cosas ya que los pensamientos malos no están prohibidos
comprender que tiene cosas más importantes que hacer
La tarea de la pelea estructurada: Está técnica es utilizada en situaciones
problemáticas
de pareja cuando ambos miembros se quejan de sus disputas o peleas, “teniendo
en
cuenta” que éstas no conducen a ninguna parte.
El ritual comprende cuatro pasos:
arrojar una moneda al aire, o cualquier otro procedimiento que incluya el azar,
para
ver quién comienza,
el ganador se toma diez minutos ininterrumpidos para expresarse,
el otro miembro de la pareja también habla durante diez minutos,
por último, deben pasar diez minutos en silencio antes de que se inicie otra
vuelta
arrojando nuevamente la moneda.
Haga Ud. Algo diferente: técnica se aplica a casos en donde una persona se queja
de la
conducta de otra, y habiéndolo intentado “todo” queda fijada a la misma acción
reiterada, mientras el problema continúa. Esta intervención apunta a hacer algo
diferente
de lo que se ha hecho anteriormente y que no dio resultado. No importa cuál es la
cosa
diferente que se haga, lo importante es que sea distinta, eficaz y que se ajuste a la
situación presentada.
La consigna es la siguiente:
“desde ahora y hasta la próxima vez que nos encontremos, nos gustaría que
usted, cuando sorprenda a ....(consultante identificado) haciendo ...(la conducta
perturbadora) en lugar de lo que debería, haga algo diferente, por más extraño,
fantástico o disparatado que pueda parecerle. Lo único importante es que sea lo
que
fuere lo que se decida hacer, es necesario que sea algo diferente.”
Una variante de esta técnica es la que sugiere “preste atención a lo que hace
cuando supera el impulso de …” y se emplea cuando una persona se queja de su
propia
conducta o de sí misma. Toda queja involucra un conjunto de reglas que
determinan la
conducta, pero también hay excepciones a la regla. Estas excepciones sirven para
construir las intervenciones, porque la conducta perturbadora forma parte del
repertorio
del cliente, por ende la intervención se adaptará inmediatamente a él.
En general, el cliente ve las excepciones como circunstanciales, ya que tiende a
presentar la conducta perturbadora como algo que ocurre siempre.
Por lo tanto, el consultor debe ayudar a crear un contexto en donde las
excepciones puedan verse como posibles y además puedan ser aprovechadas. La
tarea
presentada tiene la finalidad- tanto para el consultor como para el cliente- de
encontrar
estas excepciones a la regla.
Tarea formal para primeras entrevistas: el objetivo es cambiar el foco de
atención del cliente, trasladándolo de acontecimientos pasados a sucesos
presentes y
futuros, con lo cual se promueven implícitamente expectativas de cambio. Si bien
las
expectativas del consultor son diferentes de las del cliente, la tarea permite que el
consultor se ajuste a las metas señaladas por el cliente.
Esta técnica no intenta impulsar soluciones sino que está diseñada para crear una
profecía autocumplidora sobre el curso futuro de los acontecimientos.
La consigna es: “desde ahora y hasta la próxima sesión, a nosotros nos gustaría
que observe, de modo que pueda describirnos la próxima vez lo que ocurre en su
vida,
trabajo, matrimonio, etc. que usted quiere que efectivamente siga ocurriendo”.
Bibliografía
Beavin Bavelas, J., Jackson, D.J. y Watzlawick, P., Teoría de la Comunicación
Humana,
Ed. Herder, Barcelona, 1981 (1967)
Boscolo, L., Bertrando, P., Fiocco, P.M., Meri Palvarini, R. y Pereira, J., “Lenguaje
y
cambio: el uso de palabras clave en terapia”, Sistemas Familiares, Año 11, nº 3,
1995.
Boscolo,L., Cecchin, G., Prata, G. y Selvini Palazzoli, M., Paradoja y contra
paradoja,
Ed. Paidós, Buenos Aires, 1991. (1986).
Davis, F., El lenguaje de los gestos, Ed. Emecé, Buenos Aires, 1975
De Shazer, S., Pautas de terapia familiar breve, Ed. Paidós, Buenos Aires, 1989.
Fisch, R., Watzlawick, P. y Weakland, J. , Cambio, Herder, Barcelona, 1976.
Fisch, R., Weakland, J. y Segal, L., La Táctica del Cambio, Herder, Barcelona,
1984.
Haley, J , Las Tácticas del poder de Jesucristo, Ed. Paidós, Buenos Aires, 1991.
Haley, J., Estrategias en psicoterapia , Ed. Toray, Barcelona, 1966 .
Haley, Jay, Terapia para Resolver Problemas. Ed. Amorrortu, Bs.As.,1980
Lund, T.W. y Eron, J.B., “How Problems Evolve and Dissolve: Integrating Narrative
and Strategic Concepts”, Family Process. May 6, 1993.
Madanes, C., Terapia Familiar Estratégica, Ed. Amorrortu, Buenos Aires
Nardone, G. y Watzlawick, P., El Arte del Cambio, Herder, Barcelona, 1992.
Nardone, G., “Brief Strategic Therapy of Phobic Disorders: a Model of Therapy and
Evaluation Research" in Ray, W. and Weakland, J., Propagations, The Haworth
Press,
Inc, New York, 1995
O’ Hanlon, E., Raíces Profundas. Principios básicos de la terapia y de la hipnosis
de
Milton Erickson, Ed. Paidós, Buenos Aires, 1989.
Wainstein, M., “La cuestión del lenguaje en la clínica sistémica” en Teoría y
Técnica de
la Clínica Sistémica, Ediciones Culturales Universitarias, Buenos Aires, 3ra.
edición,
1993 con prólogo de Paul Watzlawick.
Wainstein, Martin: “Konstruktivismus: Ein bedeutsamer EinfluB auf die
interaktionelle
Psychotherapie” ingelangt 29.6.96, angenommen am 19.02.1997. en Systeme:
Interdis
ziplinare Zeitschrift fur systemtheoretisch orientierte Forschung un praxis in den
Humanwissenschaften, jg. 11 ,Heft 1/97 , Wien (Viena, Austria) Traducido al
español:
"Constructivismo: una notable influencia en la psicoterapia interaccionista"
Sistemas
Familiares, Año 14-Nº 1 marzo 1998
Wainstein, Martin, "L´ influenza del costruttivismo sulla psicoetrapia breve
interazionista" en G. Nardone y P. Watzlawick Terapia breve Strategica, Raffaello
Cortina Editore; edición inglesa, Brief Therapy, Norton, New York, 1999; edición
española, Herder, Barcelona, 1999; edición alemena, Verlag, 1998.
Watzlawick, P , La Realidad Inventada, Ed. Gedisa
Watzlawick, P, El Ojo del Observador, Ed. Gedisa
Watzlawick, P. , La coleta del barón de Münchhausen, Herder, Barcelona, 1992.
Watzlawick, P., ¿Es real la realidad?, Ed. Herder, Barcelona, 1981
Watzlawick, P., El Lenguaje del Cambio, Editorial Herder, Barcelona, 3ra. edición
1986
Watzlawick, P., Ultrasolutions, WW Norton & Company, New York, 1988.
Watzlawick, Weakland y Fisch: Cambio. Ed. Herder, 1980.
Weakland, John, “Brief Therapy: Focused Problem Resolution”. Family Process.
13,2:1974. 141-168.

También podría gustarte