Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son un conjunto de trastornos del
corazón y los vasos sanguíneos que pueden afectar a cualquier persona, sin importar su edad, sexo o raza. Sin embargo, algunos FACTORES DE RIESGO, como la edad avanzada, el sexo masculino, los antecedentes familiares de ECV, el tabaquismo, la hipertensión arterial, la diabetes y el colesterol alto, pueden aumentar la probabilidad de desarrollar estas enfermedades. Los síntomas de las ECV pueden variar en función del tipo de enfermedad y de la gravedad de esta. Sin embargo, algunos de los síntomas más comunes incluyen: Dolor en el pecho (angina de pecho). Falta de aire. Palpitaciones (sensación de que el corazón late demasiado rápido o demasiado fuerte). Mareos o desmayos. Hinchazón en las piernas o los pies. Dolor en el cuello, la mandíbula, la espalda o el estómago. Si experimenta alguno de estos síntomas, es importante que consulte a un médico lo antes posible. Las enfermedades cardiovasculares más comunes son: CARDIOPATÍA CORONARIA: Es el tipo más común de enfermedad cardíaca y ocurre cuando las arterias coronarias, que son los vasos sanguíneos que suministran sangre al corazón, se estrechan o se bloquean. Esto puede reducir el flujo de sangre al corazón y causar dolor en el pecho, falta de aire e incluso un ataque al corazón. INFARTO DE MIOCARDIO: Ocurre cuando el flujo de sangre al corazón se bloquea por completo, lo que daña o destruye parte del músculo cardíaco. Un infarto de miocardio puede ser mortal, por lo que es importante buscar atención médica de inmediato si experimenta síntomas como dolor en el pecho, falta de aire, mareos o sudoración fría. INSUFICIENCIA CARDÍACA: Es una afección en la que el corazón no puede bombear suficiente sangre al cuerpo. Esto puede causar síntomas como falta de aire, hinchazón en las piernas y los pies, y fatiga. ARRITMIA CARDÍACA: Es una afección en la que el ritmo cardíaco es demasiado rápido, demasiado lento o irregular. Las arritmias pueden ser leves o graves, y algunas de ellas pueden ser mortales. ACCIDENTE CEREBROVASCULAR (ACV): Ocurre cuando el flujo de sangre al cerebro se interrumpe o se reduce, lo que daña o destruye parte del tejido cerebral. Un ACV puede causar una gama de síntomas, desde leves hasta graves, como parálisis facial, debilidad en un brazo o una pierna, dificultad para hablar o comprender el habla, y problemas de visión. Las enfermedades cardiovasculares se pueden prevenir adoptando un estilo de vida saludable, que incluya: Dejar de fumar. Comer una dieta saludable. Mantener un peso corporal saludable. Hacer ejercicio regularmente. Controlar la presión arterial, el colesterol y el azúcar en sangre. Datos y cifras Las ECV son la principal causa de muerte en todo el mundo. Cada año mueren más personas por ECV que por cualquier otra causa. Se calcula que en 2015 murieron por esta causa 17,7 millones de personas, lo cual representa un 31% de todas las muertes registradas en el mundo. De estas muertes, 7,4 millones se debieron a la cardiopatía coronaria, y 6,7 millones, a los AVC. Más de tres cuartas partes de las defunciones por ECV se producen en los países de ingresos bajos y medios. De los 17 millones de muertes de personas menores de 70 años atribuibles a enfermedades no transmisibles, un 82% corresponden a los países de ingresos bajos y medios y un 37% se deben a las ECV. La mayoría de las ECV pueden prevenirse actuando sobre factores de riesgo comportamentales, como el consumo de tabaco, las dietas malsanas y la obesidad, la inactividad física o el consumo nocivo de alcohol, utilizando estrategias que abarquen a toda la población. Para las personas con ECV o con alto riesgo cardiovascular (debido a la presencia de uno o más factores de riesgo, como la hipertensión arterial, la diabetes, la hiperlipidemia o alguna ECV ya confirmada), son fundamentales la detección precoz y el tratamiento temprano, por medio de servicios de orientación o la administración de fármacos, según corresponda. ¿Qué son las enfermedades cardiovasculares? Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son un grupo de desórdenes del corazón y de los vasos sanguíneos, entre los que se incluyen: LAS ARTERIOPATÍAS PERIFÉRICAS: Enfermedades de los vasos sanguíneos que irrigan los miembros superiores e inferiores. LA CARDIOPATÍA REUMÁTICA: Lesiones del músculo cardiaco y de las válvulas cardíacas debidas a la fiebre reumática, una enfermedad causada por bacterias denominadas estreptococos; LAS CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS: Malformaciones del corazón presentes desde el nacimiento; y las trombosis venosas profundas y embolias pulmonares: coágulos de sangre (trombos) en las venas de las piernas, que pueden desprenderse (émbolos) y alojarse en los vasos del corazón y los pulmones. Los ataques al corazón y los accidentes vasculares cerebrales (AVC) suelen ser fenómenos agudos que se deben sobre todo a OBSTRUCCIONES que impiden que la sangre fluya hacia el corazón o el cerebro. La causa más frecuente es la formación de depósitos de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos que irrigan el corazón o el cerebro. Los AVC también pueden deberse a hemorragias de los vasos cerebrales o COÁGULOS DE SANGRE. Los ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares (ACV) suelen tener su causa en la presencia de una combinación de factores de riesgo, tales como el tabaquismo, las dietas malsanas y la obesidad, la inactividad física, el consumo nocivo de alcohol, la hipertensión arterial, la diabetes y la hiperlipidemia. Principales factores de riesgo Las causas más importantes de cardiopatía y AVC son una dieta malsana, la inactividad física, el consumo de tabaco y el consumo nocivo de alcohol. Los efectos de los factores de riesgo comportamentales pueden manifestarse en las personas en forma de hipertensión arterial, hiperglucemia, hiperlipidemia y sobrepeso u obesidad. Los efectos de los factores de riesgo conductuales pueden manifestarse en las personas en forma de HIPERTENSIÓN, HIPERGLUCEMIA E HIPERLIPIDEMIA, además de sobrepeso y obesidad. Estos «factores de riesgo intermedios» pueden medirse en los establecimientos de atención primaria de salud e indican un mayor riesgo de ataque cardiaco, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardiaca y otras complicaciones. Se ha demostrado que el abandono del consumo de tabaco, la reducción de la sal en la alimentación, el aumento de la ingesta de frutas y verduras, la actividad física regular y la evitación del consumo nocivo del alcohol reducen el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Las políticas de salud orientadas a crear entornos propicios para que las opciones saludables se encuentren disponibles y sean asequibles resultan esenciales para motivar a las personas a adoptar y mantener comportamientos saludables. Si tiene algún factor de riesgo de ECV, es importante que consulte a su médico para que le pueda realizar un seguimiento adecuado y recomendarle las medidas preventivas necesarias.
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